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Kyoto
Por: Umi

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Yo llegué a Kyoto sin un yen en el bolsillo, una maleta pequeña y un montón de sueños. Podrán decir que era una niña ridícula con ilusiones baratas y estereotipadas, sacas de una película mala de Julia Roberts o Meg Ryan. Pero no era así.

Mi nombre es Jun Motomiya, y llegué a Kyoto teniendo 19 años de edad. Yo quería se actriz. No se vayan a reír, no era la clase de niña que sueña con ser actriz de Hollywod y ganar un Oscar. Para nada, yo deseaba hacer verdadero cine, no porquerías. Pero, desgraciadamente, nadie en mi familia me veía potencial. Yo había tomado algunos cursos de actuación, aunque era aún una novata. Pero una novata con ganas de trabajar, y eso es lo que importaba.

Mi hermano decía que yo era demasiado infantil, y yo le decía que él era muy estúpido. Mi madre decía que yo debía dedicarme a las 'cosas de mujeres', atender a mi esposo (si es que alguna vez llegaba a tenerlo) y vivir para mi familia, como ella. Pero yo no quería eso. Y, finalmente, mi padre decía todo el tiempo que yo tenía que ser profesora de matemáticas. Yo odiaba las matemáticas, era buena en ellas, pero jamás me gustaron.

En fin... yo estaba sola y era nueva en aquella ciudad, pero sabía exactamente a donde ir. Primero que nada, tenía que buscar un lugar donde quedarme. La familia de mi mejor amiga, Momoe, se había mudado a Kyoto cuando ella muriere, y su madre me había ofrecido mil veces su casa. Pero aún así, yo no quería quedarme de arrimada en su casa; no tenía trabajo y no iba a poder ayudar, económicamente hablando, a la familia.

Me senté sobre la acera a reflexionar un poco.

Antes de ir a Kyoto, había visto una gran película. Se llamaba Yume, y había sido realizada por un cineasta independiente llamado Shuu Kido, y su equipo de trabajo. El guión, los (pocos) actores, la edición y todo eso eran geniales. A pesar de ser cine independiente y, por lo tanto, no tener mucho dinero, el trabajo estaba increíblemente bien hecho.

Y desde aquel momento decidí ir a Kyoto y probar mi suerte con ellos. Tal vez Kido podría ver algo de potencial en mi. Me iba a jugar el todo por el todo, más bien, el nada por el todo.

Había estado investigando acerca de Kido Shuu, y supe que tenía un pequeño departamento en un barrio no muy lejano de donde yo me encontraba. Ahí, según yo entendía, tenían montado su mini estudio de grabación, filmación, etcétera. Caminé por unos veinte minutos hasta llegar al edificio. Estaba algo descuidado y no tenía un aspecto muy agradable, pero a mi no me importó. Entré en él y subí hasta el cuarto piso, con algo de desconfianza ante las maltratadas escaleras. Llegué hasta el departamento 58 A, que era el de Kido. Claro, eso decía mi información.

Hesité un momento antes de llamar a la puerta. ¿Qué tal si mi información era falsa, y en realidad quién vivía ahí era un violador miembro de la mafia? Torcí la boca. Pero me armé de valor, tenía que correr riesgos. Toqué levemente la puerta, esperando que realmente fuera Kido quién estuviera detrás. Nadie respondió, así que volví a llamar, ésta vez más fuerte. Escuché pasos rápidos en el interior.

La puerta se abrió rápidamente y con brusquedad. Reveló a un joven de unos ventidós o ventitrés años, según calculé en ese momento. Aquel joven había actuado en 'Yume', como un personaje secundario, yo estaba totalmente segura de ello. Él me miró detrás de sus gruesas gafas, muy extrañado. "¿Si?" dijo, esperando que yo hablara.

No sabía muy bien porqué, pero ese muchacho se me hacía tremendamente familiar. "Hola" fue lo único que atiné a decir. No me había preocupado por saber que iría a decirle en cuanto estuviera frente a él.

"Hola" me respondió el saludo, pareciendo divertido con mi sosobra.

"Soy Motomiya Jun... ¿eres tu Kido Shuu?" pregunté.

El asintió con la cabeza. "Si, soy yo. ¿Se te ofrece algo?"

"Pues... quería hacerte una propuesta" dije, tomando aire para hablar al respecto.

"¿Gustas pasar?" preguntó. No sé porqué, pero no dudé ni un instante en asentir y entrar. Había algo en Kido que me daba mucha confianza, y me hacía sentir que todo iría bien a partir de entonces.

Entré, y me sorprendió lo que vi. El departamento, contrario al exterior del edificio, estaba muy pulcro y ordenado. Debido a la construcción, no estaba muy iluminado, pero tampoco en penumbras. Me gustaba el ambiente ahí adentro, olía a alguien que era totalmente libre.

Me senté en la pequeña sala y Kido me ofreció algo de tomar. Acepté de buena gana, no había comido nada desde la noche anterior, y ya era medio día. Mientras Kido iba por agua a la cocina, que en realdiad estaba separada unicamente de la sala por una barra, me pregunté como estaría mi familia. Quizás estaban preocupados, quizás querían más noticias de mi que la nota que les dejé pegada al refrigerador con un imán. No, tal vez no. Kido regresó con un vaso de agua fresca, y yo se lo agradecí.

"Bien... ¿qué es lo que quieres proponerme?" me preguntó, mientras yo tomaba agua. Casi escupo, pero me contuve y entonces me lastimé la garganta.

"Vi 'Yume'" le dije.

Kido torció la boca "Es basura"

"¿Qué?" yo parpadeé.

"Que 'Yume' es basura... no sé como pude hacer esa película, apesta, no es ni la mitad de buena de lo que yo hubiera querido. El guión era pésimo, la actuación era mala, ni siquiera yo pude actuar bien... todo de esa película era malo"

Yo moví la cabeza, indignada. "¡Eso no es cierto! 'Yume' es una gran película, el guión es bueno, las actuaciones son simplemente sublimes (¡Tú estuviste sublime!), la edición, ¡todo!" suspiré, tratando de calmarme, al ver la expresión de Kido. Parecía ligeramente intimidado. "Ehm, te decía... 'Yume' es una excelente película. De verdad, me gustó mucho"

Él sonrió. "Se nota..."

Yo me ruboricé débilmente. "Pues es que es verdad... de verdad, de verdad es buena"

"Gracias..." musitó él. "Pero no me has dicho que vienes a proponerme"

Sonreí ampliamente. "Bueno, yo soy actriz... y... y quería proponerte hacer una película conmigo" dije finalmente, arrobada y algo nerviosa. ¿Algo nerviosa? ¡Muy nerviosa!

Kido me miró directamente a los ojos, y esto me intimidó ligeramente. Parecía estar analizando el contenido de mis palabras, y no de una forma subjetiva. Eso no me agradaba, no me gustaba que la gente me juzgara por alguna frase mía, y aún no me gusta. "¿Estás segura?" preguntó.

Yo asentí con la cabeza.

Kido cerró los ojos y subió sus anteojos, que comenzaban a resbalar por su nariz. Sonrió y dijo: "Que casualidad... yo tengo un nuevo guión" sonrió.

"¿No sabes que en esté mundo no existen las casualidades?" dije yo, con una sonrisa.

Kido me devolvió la sonrisa. "Tienes razón"

Suspiró con tristeza. Yo lo miré, esperando una respuesta un poco más directa. "Verás" dijo "El guión es bueno, la historia es lo que yo siempre quise hacer. Sin embargo... no sé, le falta algo. Tuve problemas con el guionista, y ahora él no querrá pulirlo" Frunció el ceño "Yo no sé escribir, así que estoy estancado. Además, no tengo nada de dinero como para poder hacer la película, a penas y sobrevivo" se encogió de hombros.

Fruncí el ceño.

"Pero... podemos hacerlo, siempre y cuando me demuestres que eres de verdad una buena actriz" agregó.

Yo asentí con la cabeza lentamente. "Dame un guión, o algo así" dije. Estaba diespuesta a desmotrale que yo era una gran actriz. Él se puso de pie y entró en la habitación contigua; salió de ella unos minutos después, con un fajo de papeles en la mano.

Se sentó frente a mi una vez más, y hojeó los papeles, sin mirarme. Me dio una hoja suelta, que tenía subrayado con marca textos las líneas de un personaje: Xana. Leí sus líneas un par de veces, así como las acotaciones. Me puse de pie y comencé a actuar. "¿Qué diablos te pasa? ¡Te estás comportando como un idiota!"

Para mi sorpresa, Kido se puso también de pie. "¡Tu no sabes muchas cosas, y no me interesa que las sepas!" actuó.

"¿Eh?" y yo paré de actuar.

El movió la cabeza. "No puedes decir una frase y llamarte actriz. No pudiste improvisar, te sorprendiste de que yo actuara sin habertelo dicho. Yo tengo una copia de esa parte del guión"

Bajé la vista. Mi vida estaba arruinada.

"Volvámoslo a hacer" dijo, y se sentó.

Yo sonreí y volví a hablar: "¿Qué diablos te pasa? ¡Te estás comportando como un idiota!" dije con desprecio. No es por ser egocéntrica, pero yo era en verdad una gran actriz.

"¡Tu no sabes muchas cosas, y no me interesa que las sepas!"

"Estúpido no, solamente un gran imbécil. Crees que lo sabes todo, te crees el dueño del mundo, y no eres más que un pobre diablo. ¡Mírate! ¡Ni siquiera tienes trabajo! ¡Eres patético!" Me detuve "¿De qué trata la película?" pregunté.

"Es acerca de un matrimonio, pero él es homosexual" explicó "Se casó con ella únicamente para aparentar que era hetereosexual; ella comienza a darse cuenta, pero hasta que tienen una hija de cinco meses... y esta es una de sus discuciones, una de las escenas más importantes de la película, pues él le grita en la cara la verdad"

Yo alcé la ceja, con una sonrisa irónica "¿Quién eres? ¿Almodóvar?" pregunté.

Kido me miró algo alarmado "¿Crees que parece de Almodóvar?" asentí con la cabeza "¡Demonios!"

Pareció frustrado, se sentó de golpe en el sofá y apretó su cabeza entre sus manos "¡Lo sabía! No puedo hacer nada que no sea una copia barata del trabajo de algún otro" exclamó, y parecía ser sincero.

Me sentí terriblemente mal, si yo tenía una cualidad (más bien, un defecto), era el de poder hacer sentir mal a una persona con un comentario impertinente. "Eh... no, ¡no es verdad! ¡Yume era completamente diferente a cualquier otra película que yo hubiera visto!" dije, tratando de sonar muy sincera, aunque en realidad lo decía con toda sinceridad.

Kido movió la cabeza, sin levantar la vista "Ya te lo dije, 'Yume' es basura..."

"¡Claro que no!" repliqué "No puedes pasarte toda la vida menospreciándote..."

"No me menosprecio, sólo soy realista" dijo.

Fruncí el ceño "Eso es lo que crees... ¿para qué haces cine? ¿para que los demás vean tus películas y les agraden? Si es así, creo que estás cometiendo un grave error. La gente, toda, nunca va a estar conforme con lo que hagas, jamás podrás agradarle a todo el mundo... tienes que aprender a hacer las cosas para ti mismo y por ti mismo" no me di cuenta, pero ya estaba dándole un sermón respecto al sentido de la vida plena...

El levantó la vista y me miró directamente a los ojos. Me sentí intimidada una vez más, y esto aumentó cuando él me sonrió. Pero no dijo nada, hasta después de unos minutos. "Yo no hago las cosas para los demás... si hiciera las cosas para agradar a los demás, ya me habría graduado de medicina y estaría ocupando una plaza en algún prestigiado hospital de Tokio" dijo.

Yo le sonreí "Y yo casada y cuidando bebés"

"¿Estás comprometida?" me preguntó al instante.

"¡No! Para nada... de hecho, no he tenido ningún novio serio en toda mi vida" dije, con cierto sentimiento de tristeza.

Kido me miró extrañado. "¿No?" yo negué con la cabeza.

"Ninguno de los dos chicos de los que me enamoré me miraban de ese modo" dije, encogiéndome de hombros.

"¿No? ¡pues que estúpidos!"

Yo lo miré con ironía "El primero se murió, el segundo tenía novia..." dije.

Kido movió la cabeza "Nos estamos desviando del tema..." se volvió a acomodar los anteojos, que volvían a resbalársele por la nariz "Por lo poco que has actuado, eres buena" no pude evitar sonreír ampliamente, y dar brincos de felicidad por dentro "Así que... estás adentro"

Estoy segura que mi sonrisa en aquel momento era la sonrisa más grande que había tenido en toda mi vida, nunca me había sentido tan feliz, ni siquiera cuando conocí a Yamato o cuando Osamu me llamó su amiga. "¡Gracias" fue lo único que se escapó de mis labios. Yo habría besado a Kido en aquel momento, aunque por gratitud, más que por otra cosa.

"Disculpa" dijo Kido, sacándome momentáneamente de mis pensamientos "¿Cuál dijiste que era tu hombre?"

Inevitablemente, me fui de espaldas.
"Motomiya Jun" dije, riéndome un poco.

"¡Lo siento! No tengo memoria para los pequeños detalles" se excusó, dándome la mano.

Pequeños detalles, pensé yo, con sarcasmo. Fuera de su extraña manía de olvidar los nombres, Kido me caía bien. Además, me era muy familiar, por una razón que yo desconocía o no recordaba en aquel instante.

"¿Motomiya?" preguntó repentinamente, mientras me ayudaba a reincorporarme.

"Si"

"¿De casualidad no tienes un hermano que se llame... se llame..." me dijo, hesitando.

"¿Daisuke?"

"¡Si, eso!" exclamó él, algo contento de haber recordado a medias un nombre.

"Si, es mi hermano" le contesté, sintiéndome repentinamente triste.

"Yo lo conozco. Una vez lo llevé a su casa, ahora que recuerdo... es un chico agradable, ¿cómo está?" me preguntó Kido, mientras nos sentábamos en el sofá nuevamente.

"Oh... pues me imagino que bien" dije, sin prestarle mucha atención.

"¿Te imaginas?"

"Si. Hace como dos días que no lo veo, y que no sé de él. Él tampoco me ha visto ni sabe de mi" respondí.

"Vaya... si esto te consuela, tengo un año sin ver a mi hermano menor: Jyou. Mi padre ya no deja que le hable por teléfono, ni que le escriba; dice que soy una 'mala influencia' para Jyou. Estúpido, él es la mala influencia" dijo Kido, abriéndose extráñamente, tomando en cuenta de que no llevábamos ni dos horas de conocernos.

Pero, ¿saben algo? A pesar de no tener ni dos horas de haberlo conocido, yo sentía que nos conocíamos desde antes de nacer. Era muy, muy extraño.

"Eso me parece injusto" murmuré "Pero mis padres también son así, aunque Daisuke me considera una niña ridícula e inmadura por querer ser actriz. Es un idiota, quiere tener un restaurante y después dice que yo soy la infantil" me quejé.

Kido movió la cabeza. "Cada quien tiene su forma de ver las cosas, como dice mi hermano mayor: Shin. No juzgues a tu hermano, no tienes derecho por ser imperfecta. Igual él, tampoco tiene derecho a juzgarte, aunque lo haga. Cada quien tiene sus sueños, no te burles de los de él" dijo, dándome una clase de fiolosofía barata, que en ese momento me parecieron las palabras más sabias que había escuchado en mi vida.

"Tienes razón" me limité a decir.

"Y bien... ¿dónde estás viviendo?" Jo, jo, jo... Kido había hecho la pregunta del millón, ¿dónde estaba viviendo?

"En ningún lugar" respondí, encogiéndome de hombros.

"¿Cómo?" Kido parecía contrariado por esta respuesta, y cualquiera lo habría estado.

"Llevo algunas horas en Kyoto, y no tengo un lugar a donde llegar. Bueno, lo tengo, pero no quiero ir ahí..." le contesté, sonriendo con tristeza.

"¿Cómo?" él me miró con curiosidad.

"Pues... en realidad no quieo ir ahí. Verás, mi mejor amiga se llamaba Momoe-"

"¿Llamaba?"

Bajé la vista. "Ella murió"

Kido se sobresaltó ligeramente "Lo siento, no quise ser imprudente" dijo.

Yo levanté la vista y le sonreí. Nuestras miradas se cruzaron por unos instantes, y otra vez me sentí intimidada. "No hay problema. Me he hecho a la idea de que ella está muerta, y no volverá. No será la primera ni la última vez que tenga que hacerlo"

Kido asintió lentamente con la cabeza; luego agregó: "Pero, ¿qué tiene que ver tu amiga con que no quieras ir a dormir ahí?. Si se puede saber, claro..."

"Su familia se mudó a Kyoto hace algunos años, y su madre me ofreció hospedarme en su casa cuando supo que quería venir a Kyoto. Pero no quiero aceptarlo, no quiero vivir con ellos como mantenida. Además, temo que pudieran decirle algo a mis padres. Ella es una gran persona, pero aún así, confía más en mi madre que en mí" dije, torciendo un poco la boca.

"Comprendo" me respondió Kido "¿Qué piensas hacer, en todo caso?"

Yo me encogí de hombros "Ni idea..."

"Si quieres... si quieres puedes quedarte aquí" dijo Kido, pausadamente.

Yo lo miré, extrañada. No me parecía una mala idea del todo, pero tampoco me encontraba muy segura de ello. En esos momentos, deseaba que Momoe estuviera viva. Siempre lo hacía, peor en ese momento más que nunca; ella podría convercer a su madre de no llamar a la mía. Así, yo podía quedarme en su casa y asunto arreglado. Pero eso no se podía, Mome estaba muerta, y yo estaba viva. Era algo que solía olvidar cada vez que pensaba en ella, y que recordaba con el mismo dolor cada vez que aterrizaba.

"Es sólo una porpuesta..." acotó Kido, viendo que yo dudaba demasiado.

Sonreí débilmente. Quería quedarme, pero no lo consideraba produente. Y, al mismo tiempo, algo me decía que olvidara la poca prudencia que había aprendido en mis diecinueve años de edad, y que me quedara en casa de Kido. Probablemente sería lo mejor.
"Está bien" le contesté ". Pero me voy a buscar un trabajo, porque no quiero estar aquí de mantenida" agregué.

Kido asintió con la cabeza y me sonrió. "Bueno, puedes dormir en esa habitación" dijo, señalando una puerta. Era la habitación que estaba junto a la de él. "No es muy grande, pero creo que te adaptarás"

"No hay ningún problema" le dije. Entonces, entré en la que sería mi habitación. Como Kido me lo había dicho, no era muy grande. Tenía una ventana pequeña por donde a penas entraba un poco de luz, y una cama individual. También tenía un escritorio con una silla, un pequeño tocador y un ropero. El baño estaba en medio de los dos cuartos, y era compartido.

Despúes le pregunté a Kido si llamaría al guionista, para tratar de hacer las paces con él. Pero Kido dijo que no, parecía estar realmente enojado con él. Yo me sentí un poco molesta, despúes de todo, ¡iba él a arruinar la película que siempre quiso realizar solamente por un poco de orgullo? Me propuse a mi misma convencer a Kido de que hablara con el guionista. Por lo pronto, teníamos que conseguir un trabajo, porque despúes me enteré que Kido también estaba desempleado, y se mantenía únicamente con algunos ahorros y las pocas regalías que le había dejado 'Yume'. Teníamos, además que conseguir fondos para la película, de algún modo. Así que al día siguiente de mi llegada a Kyoto, salimos a la calle a ver que trabajo encontrábamos.


No fue tan díficil como pensaba, al menos para mí. Cuando salí de mi casa en Tokyo, tenía la ridícula y vendida idea de que sería una desempleada por mucho tiempo. Pero encontré con rapidez un trabajo, como secretaría en un despacho de abogados. No me pagaban mucho, pero tampoco necesitaban mucho. Sólo tenía que capturar todos los escritos que ellos necesitaban, darles algo de formato e imprimirlos. Eso, por cuatro dólares la hora, trabajando ocho horas diarias, seis días a la semana. Kido tuvo menos suerte que yo. Nadie parecía querer emplear a un cineasta, aunque tuviera título. Kido fue a buscar a un amigo suyo, Takenouchi, para que pudiera darle algo de trabajo. Pero Takenouchi tampoco parecía querer emplearlo. Shu se sintió algo descepcionado, y lo entiendo. Despúes me contó que habiía dejado la carrera de medicina en gran parte por seguir a ese tipo, que comencé a detestar má cuando me enteré de que es el padre de la novia de Yamato.

En fin... el dinero que yo ganaba era suficiente al menos para comer y pagar la renta, aunque era evidente que Shuu se sentía mal de ser él el que estaba desempleado. Yo trataba de alivianrle un poco la carga emocional, en ese sentido. Despúes de dos semanas de ser compañeros de departamento (¡Por Dios! no digan esa tontería de que 'vivíamos juntos', éramos compañeros de departamento), me decidí a alentar a Shuu (A quien llamaba ahora Shuu, no Kido) a que hablara con el guionista, cuyo nombre desconocía yo.
Sucedió durante la cena. Shuu había cocinado. Olvidé mencioanr cuál era la forma en la que yo trataba de animarlo: dejaba que Shuu hiciera casi todo el trabajo de la casa. Él hacía la comida, limpiaba y se ocupaba de todas esas cosas que mi madre decía que yo debía hacer.

Bueno, me estoy desviando del tema. yo decidí hablar con Shuu aquel día que cenábamos, pues me pareció prudente.
"Oye, Shuu" le dije, rompiendo el silencio.

"¿Si?"

"¿Puedo preguntarte algo?"

"Claro"

"¿Cuál fue tu problema con el guionista?" Shuu frunció el ceño, pero no quito la vista de su plato. Comió un bocado de su patata y dijo:

"Fue una estupidez. Culpa del guión mismo. Verás, Sanosuke (ese es su nombre) es homosexual, y s tomó personal la historia. ¡Es una tontería! cuando lo escribíamos no dijo nada, todo fue hasta que le pedí que lo puliera. ¿Nunca te he explicado la mecánica que tengo para escribir guiones?" negué con la cabeza "Pues... yo soy generalmente quien tiene las ideas, pero no sé mucho de escritura ni de guionismo, no me queda muy bien eso. Es por eso que necesito la ayuda de Sanosuke. ÉL me ayuda bastante, aunque muchas de las escenas (un 90%, me atrevo a decir) las escriba yo, y también un 90% de los díalogos sean míos. Sanosuke realmente me ayuda, no sé como definirlo. Si él falta en el momento en el que estoy escribiendo el guión, entonces toda esa escena se echa a perder, y termina hecha una porquería. Pero cuando le dije a Sanosuke que puliera este guión, que es una de las cosas que suele ahcer, me dijo que si estaba escribiéndolo por él, y cosas por el estilo. Se lko tomó personal, y yo simplemetne vi el tema como una idea más. Yo también me molesté, todavía sigo enojado. No puedo creer que sea tan infantil"

Yo lo miré por unos momentos, sin decir nada "¿No crees que, si tan fácil fue la pelea, sería igual de fácil reconciliarse?" Del modo en que me planteas la situación, me parece que es muy fáci llegar a un acuerdo... ¿has intentado hablar con él?"

"No. Te digo que aún estoy molesto" dijo Shuu.

Yo le sonreí "Está bien. No hablemos más del asunto"

Esa era la 'gran' historia de la pelea entre Shuu y el tal Sanosuke. En el fondo, no sabía que pensar. La actitud del guionista me parecía un poco inmadura, pero tampoco quise juzgarlo. Despúes de todo, yo ni lo conocía... Pero parece qu ela pequeña plática al respecto le ayudó a Shuu, pues a la mañana siguiente decidió ir a hablar con él. Yo me fui a las ocho de la mañana al despacho, pues a esa hora entraba a trabajar. Estaba contenta, pues iba a recibir mi primera paga. Podríamos pagar la renta, y también ir a cenar algo delicioso. Me ruboricé. Esaba pensando en mi relación con Shuu como si fuéramos una pareja, o algo así. Descarté la idea de ir a cenar a un buen lugar, y me quedé saboreando las patatas al horno que él cocinaba deliciosamente.

Cuando regresé al departamento, a las cinco de la tarde, Shuu estaba en la sala hablando con un hombre delgado, de cabello y ojos oscuros, y que tenía la expresión de estar un poco enojado con su interlocutor.
"Buenas tardes" saludé amablemente.

El hombre me miró sorprendido.
"¿Y ella, quién es?" le preguntó a Shuu.

"Sanosuke, ella es Motomiya Jun (de quién te he estado hablando). Jun, él es Hattori Sanosuke, el guionista"

"Mucho gusto" dije, estrechando la mano de Hattori.

"El gusto es mío" dijo él, con una sonrisa en el rostro.

Shuu me miró, también sonriendo, y dijo: "Hemos hecho las paces"

"Me alegro" respondí. La verdad es que despúes de aquella idea que me viniera mientras trabajaba, la de salir a cenar con Shuu, me había empezado a sentir nerviosa en su presencia. Era la primera vez que me ocurría eso, precisamente la tarde en que conociera a Hattori .Y parecía que el guioinsta tenía u nsexto sentido con ese tipo de coas, porque no tardo mucho en preguntarme si había algo entre Shuu y yo.

"¡Para nada!" le respondí, fingiendo estar sorprendida "Somos compañeros de trabajo. Más amigos, en realidad"

Él no me contradijo, pero parecía estarse dando cuenta de que yo sentía algo especial por Shuu, mucho antes de que yo me diera cuenta de que sentía eso por Shuu. Yo estaba asustada, tenía miedo de enamorarme una vez más. Jamás me habían dado una oportunidad, ¿por qué habría Shuu de dármela?.
Me dije a mi misma que estaba equivocada, y un poco despúes decidí dejar de preocuparme por ello. Yo NO sentía anda por Shuu.

Mi trabajo como secretaria se fue tan rápido como llegó, y yo agradecí el no haber invitado a cenar a Shuu aquella noche, porque al menos así teníamos algo de ahorros. Shuu consiguió un empleo de medio tiempo como asistente de un médico, debido a la incompetitividad de su secretaria. Ganaba tres dólaera la hora, y trabajaba nueve horas diarias. Si, ya sé, lo explotaban, tomando en cuenta la enorme cantidad de trabajo que tenía.
Así que los papeles se cambiaron, y ahora era yo la que se quedaba horas interminables sola en el departamento, limpiando o haciendo algo por el estilo. Ahora comprendía la mirada melancólica de Shuu muchas veces. La soledad en aquel departamento se sentía. Si estabas acompañado de alguien, parecía un lugar agradable. Pero si te encontrabas solo, era a veces como una tumba, como una cárcel, un claustro.
No sabía como Shuu había podido aguantar estar días enteros sin que nadie más que él pusiera pie en ese lugar. Pero cada vez que él regresaba, todo cambiaba. La alegría me volvía repentinamente, y el claustro se volvía una vez más un departamento.

Así pasó un mes más. nuestros pocos ahorros se habían ahora multiplicado, y parecía haber dinero suficiente para comenzar el rodaje. Sanosuke había terminado de pulir el guión. Ahora estaba buscar a los otros actores. No eran muchos, los personajes principales eran tres: Hana, Hajimeru (que eran los esposos), y Reiko, la mejor amiga de Hana. Despúes venían unos pocos secundarios, la madre de Hajimeru, el padre de Hana, la hija de Hana y Hajimeru, el vecino alcohólico y el cuerpo de policías (que no eran más que cinco).

En total, trece personajes, más los pocos extras que se pudieran necesitar.

Los ahorros que habíamos hecho parecían alcanzar para tanto, y Shuu logró reunir el elenco con los mismos actores que trabajaron en 'Yume'. Yo me sentía alagada, estaba trabajando con las mismas personas que admiraba. Shuu me había dado el papel principal a mi, y no a Ryoko Kashira. Ella era una buena actriz, y mucho más bonita que yo. Y hablando de Ryoko, comencé a odiarla. No sé muy bien que fue exactamente lo que me hizo ir creando más antipatía hacia ella. Tal vez era la forma en que se quejaba de todo. Es decir, Shuu ear muy paciente con ella, y la ayudaba y la calmaba cuando le daban sus rabietas. Pero ella era demasiado exigente, se la pasaba quejándose todo el tiempo. Que si hacía mucho frío, que si hacía mucho calor, que si tenía hambre, que si no había dormido bien, todo era motivo de queja. Además, comencé a odiarla mucho más cuando me di cuenta de que Shuu solía sonrojarse en su paresencia. Ya sé, yo me había prometido a mi misma olvidamre de aquel ridículo e injustificado sentimiento hacia shuu, pero no podía. Y mucho menos con Ryoko Kashira ahí. Yo siempre he sido una persona celosa, y con esa tarada ahí, me sentía amenazada.

Pero no le dije a Shuu que Ryoko me molestaba, ni mucho menos que estaba celosa de que él le pusiera más atención a ella que a mi. Despúes de todo, ¿qué era yo frente a Ryoko?. Nada más que una actriz novata, sin mucho talento y sin muchas aspiraciones. ¿Sin muchas aspiraciones? ¡mentira! Aún sigo creyendo que tenog muchas más aspiraciones que Ryoko, porque ella soñaba idiotamente con ganar un Oscar, con el glamour y la moda, con ver su horrible cara (ok, no era horrible...) en una revista para adolescentes barata y en que todo el mundo le lamiera las botas. Ella soñaba con Beverly Hills, y yo soñaba con no salir de ese departamento jamás, siempre y cuando Shuu tampoco saliera.

La filmación continuaba, y cada día me era más difícil mantenerme bien y concentrarme. Me equivocaba constantemente, y mis colegas parecían notarlo. Ryoko era Reiko, la mejor amiga de mi personaje. Sanosuke me dijo que yo actuaba mejor que ella, y que no me desanimara ni me dejara intimidar por esa "ramera barata" (al parecer, a nadie más que a Shuu le agradaba Ryoko). De cierto modo, Sanosuke yyo nos estábamos convirtiendo en grandes amigos.

Un día, exploté. Pero fue causado por la estúpida Ryoko. Era mi primer eror en ese día, y Ryoko parecía tener una resaca espantosa ("Se quedó trabajando hasta tarde en el burlesque" bromeó Sanosuke conmigo). Me equivoqué durante la grabación de una escena, lo admito. Pero ella no tenía porqué ponerse así.

"¡Es el colmo!" exclamó, y Shuu tuvo que cortar "¡Ya basta, Shuu! Con esta niña no se puede trabajar. Es una novata, y eso obvio que no tiene la menor idea de lo que hace. ¿Por qué le diste el papel principal, si no sabe lo que es actuar?" le dijo, con su voz chillona y su acostumbrado mal genio.

Estallé, no pude contenerme. No sólo estaba cuestionando las decisiones de Shuu, el director, sino que estaba cuestionando mis habilidades como actriz.
"¡¿Qué?!" grité, sorprendida y molesta (más molesta que sorprendida).

"Lo que oíste, ¿o aparte de mal actriz, estás sorda?" me resopndió. Era más de lo que yo podía tolerara.

"¡Escúchame bien, ramera barata!" le grité, fúrica (y todos parecieron aplaudir mi insulto interiormente, pues todas sus mitadas me apoyaban -excepto la de Shuu, que parecía tan enojado conmigo como ella-) "No tienes derecho a cuestionar las decisiones de Shuu, porque no sbaes ni la mitad de cine que lo que él, y mucho menos tiene derecho a cuiestionar mis habilidades como actriz, porque lo único que eres es cuerpo y nada más. Aquí sólo vienes a quejarte de todo, como si estuvieras en pocisión de ser tan ridícula. Cállate de una buena vez, los errores los comete todo el mundo. Al menos yo no me siento perfecta" argegué, sintiéndome bien de haberme deshaogado. Había hablado mal de ella con Sanosuke durante un buen tiempo, pero no era lo mismo gritárselo en la cara.

Salí del departamento. Escuché lo que dijo de mi en el interior.
"¡Por Dios! Que niña tan idiota... no pensé que su estupidez llegara a tanto. Veremos quién es la reamera"

"Jun tiene razón, Kashira" dijo Sanosuke, y me sentía mucho mejor "Ella tiene muchas más cualidades, y no sólo como actriz, que tu. Al menos ella no se la pasa quejándose de todo" escuché como se dirigía a la puerta, y salió a reunirse conmigo. Yo me había sentado en la escalera. Fuera de la repentina ira y la esporádica euforia que había sentido, ahora estaba preocupada. Shuu me echaría, estaba segura. Shuu estaba enamorado de Kashira, y podía continuar la filmación sin mi. Yo lo veía así en ese momento, aunque en realidad era mcuho más sencillo prescindir de Kashira que de mi, por cuestión de importancia de papeles.

"Todo lo que dijiste es verdad" me dijo Sanosuke, sentándose junto a mi "Kashira no es más que una ramera barata, una puta venida a más. No sé que le ve Shuu, para serte sincero. En realidad, no puedo saberlo, porque a mi nunca me han gustado ustedes, las mujeres" dijo él, con una sonrisa.

Yo se la devolví fugazmente, a pesar de que sentía enormes deseos de llorar.
"¿Qué va a pasar? Acabo de arruinarlo todo" le dije.

"¿Sabes algo? Creo que Shuu se va a poner de tu lado. No le gusta que sus actores tengan problemas, pero él está consciente de que la causante de todo esto fue Kashira, y no tú. Tranquilízate y regresemos, porque nos están esperando para continuar... más bien, te están esperando para continuar. Jun, tu eres la estrella aquí, tu eres la que importa. Estuvo bien que le gritaras odo eso a la idiota de Kashira, necesitaba que alguien le bajara los humos. Tu quédate tranquila, que no creo que Shuu esté enojado contigo"

"¿No viste su rostro?" cuestioné, con tristeza "Estaba más enojado que Kashira"

"No lo creo. No creo que estuviera nojado contigo, en todo caso, estaría molesto con Kashira... Shuu es una persona muy justa, y tu lo sabes. Además, él te quiere... no sé en que sentido, pero te quiere"

Yo me puse tan roja como el sol naciente, y Sanosuke sonrió aún más.
"Dime algo, Jun" me dijo ", ¿qué sientes por Shuu?"

Desvié la mirada, y me quedé pensando un poco. ¿Por qué tenía tanto miedo de enamorarme una vez más?
"No sé" contesté.

"Si es lo que me imagino que sientes" agregó Sanosuke ", creo que tienes muchas posibilidades de ser correspondida. Piénsalo"

En ese momento, salió Kashira. EStaba furiosa, pensé que venía a arrancarme el cabello. Llevaba su abrigo de piel falsa, peluche barato en los puños y el cuello, su mini falda, que era aún más corta que una playera larga; su bolso pequeño y su cabello teñido de rojo-naranja zanahoria.
"¡Perra" me gritó, mientras bajaba las escaleras.

No le respondí. No valía la pena.

"¿Ves? Shuu acaba de echarla" dijo Sanosuke "Sino no estaría ta nenojada. Ven, Jun, la filmación tiene que seguir"

No me sentía con el valor suficiente para entrar una vez más en el pequeño departamento y continuar con la filmación. Tenía miedo de lo que Shuu pudiera pensar. Si, habiá corrido a Kashira, pero yo no sabía si él aprobaba lo que yo había hecho. Me sentía nerviosa, casi tan nerviosa como la primera vez que entré en su casa.

Pero de cualquier forma, entré una vez más. Todos se habían tomado un descanso, y estaban por todas partes de la casa, comiendo o tratando de dormir un poco. Era temprano, por la mañana, y por ello tenían todavía sueño.
Me metí en mi habitación, que estaba vacía (afortunadamente), y cerré la puerta. No tenía fuerzas ni deseos para ver a Shuu, aún estaba muy nerviosa. Entonces tocaron a la puerta. Me paré de la cama, de dond eme había tirado a pensar, y la abrí. Era Shuu.

"¿Puedo hablar contigo?" me dijo. Yo asentí con la cabeza y lo dejé pasar, cerrando la puerta en cuanto él entró.

"Escucha, Shuu, si es por lo de hace un momento, quiero que sepas que-"

"No es eso, Jun" me interrumpió. Entonces guardó silencio, jaló la silla del escritorio y se sentó. "Escúchame, Jun. Lamento que hayas tenido que pasar por esto. Kashira es una persona muy difícil, por no decir desgradable. Yo pensé en llamarla para actuar aquí porque ella es buena en esto, y además porque-"

"Porque la quieres, ¿verdad?" dije con tristeza (y el corazón destrozado).

Él sonrió divertido "¿De dónde sacaste eso? Ok, es cierto que yo sentí alguna vez algo por ella, pero eso terminó Jun. Y hoy murió finalmente todo lo que pude sentir por ella alguna vez"

"¿En verdad?" pregunté, estúpidamente, pues Shuu podía haberse dado cuenta de mis sentimientos.

"En verdad"

Silencio embarazoso, como el del día en que vien a buscarlo para pedirle una oportunidad como actriz.

"Lo que quería decirte era otra cosa, Jun" habló. Me senté en la cama, frente a él.

"¿Qué cosa?" cuestioné.

Y justo en ese momento, alguien llamó a la puerta. Era Sanosuke.
"Disculpen si interrumpo" dijo ", pero, ¿qué hacemos ahora?"

Shuu miró su reloj y hacia la ventana "Ya está demasiado alto el sol, son las ocho de la mañana... diles a todos que se vayan, y que los veo aquí mañana a las cuatro y media de la madrugada, para grabar las escenas finales"

"Entendido" dijo Sanosuke, y cerró la puerta. Nos quedamos una vez más en silencio, escuchando como los demás actores dejaban el departamento.

"¿Qué era lo que ibas a decirme?"

"Ah, si" exclamó Shuu "Bien... ya que la filmación del día de hoy se canceló, y es domingo, pensé que podíamos ir a almorzar a algún lugar. Si vamos a cenar, nos desvelaríamos, y entonces no podríamos trabajar al 100% mañana"

"O sea, ¿estás invitándome a... a...?"

"¿Salir? Si" dijo Shuu, y pude ver que se había ruborizado levemente.

"Bueno" le resopndí.

Despúes de un rato, y de que todos los demás actores se fueran, nos fuimos nosotros a almorzar. Ya eran las once y media de la mañana. No teníamos mucho dinero, y no podíamos arriesgarnos a que se nos terminara antes de acabar con la filmación, es decir, que el proyecto se quedara estancado por falta de dinero, así que fuimos a un pequeño restaurante de pizzas japonesas que quedaba cerca.

Lo pasamos muy bien, en verdad me sentía feliz. Al fin alguien me estaba dando una oportunidad. Regresamos al departamento hasta las seis de la tarde, porque anduvimos paseando por la ciudad un buen rato. Y aún cuando llegamos, estuvimos mucho tiempo platicando, en la sala.

"Jun, ¿no has pensado en llamar a tu familia?" preguntó Shuu.

Yo negué con la cabeza "¿Para qué? Lo único que harán será, sino regañarme, burlarse de mi. No quiero eso, Shuu, ya he tenido suficiente con 19 años de aguantarlo"

"Creo que te entiendo" me dijo Shuu, que estaba sentado junto a mi.

Pero no nos veíamos las caras, simplemente hablábamos.

"¿Y tú no quieres volver a ver a tu hermano?" le prgunté.

"Claro que quiero, pero no sé si mi padre lo permita. No, claro que lo sé: mi padre nunca permitirá que vuelva a ver a Jyou"

"Eso me parece injusto" le dije frunciendo el ceño ". Deberías ir y decirle que es tu hermano y que tienes derecho a verlo, estoy segura de que Jyou también quiere verte"

Shuu sonrió débilmente, por lo que vi por el rabillo del ojo. Parecía triste.
"No Jun. Quizás Jyou quiera verme, pero mi padre es un hombre muy difícil. Sólo le acarrearía problemas a mi hermano, y no es eso lo que quiero. Voy a esperar a que Jyou crezca y tenga cierta independencia, entonces sí podré buscarlo"

No dije nada más. Estando con Shuu podía sentirme una erudioto o una estúpida. Y es por eso que lo amo tanto.
Despúes reinó el silencio, y en mucho tiempo nadie dijo nada. Afuera había comenzado a llover. Pero sentía que tenía que decir algo más, no podía quedarme callada en ese momento. Shuu se me adelantó.
"Jun..."

"¿Si?"

"¿Eres mi novia?" yo me puse tan roja como una cereza.

"Supongo... ¿tu eres mi novio?"

"Si"

Yo sonreí, y lo miré a los ojos, armándome de valor.
"Entonces si soy tu novia"

Al día siguiente trabajamos todos muy duro, y terminamos la filmación. Todos estábamos contentos, sólo restaba la edición. Sanosuke, Shuu y Shima Taku se dedicaron a ello en las siguientes semanas. Lograron hacer que se justificara perfectamente bien el hecho de que Reiko no apareciera al final de la película, y eso nos alegró aún más a todos.
Ahora necesitábamos a alguien que hiciera la publicidad a la película. No aspirábamos siquiera a que la proyectaran en el cine, simplemente a que al menos alguien supiera que la película existía. Tuvimos muy buena suerte, porque alguien la compró: en la televisora Fuji, en Tokyo, el señor Ishida (que resultó ser el padre de Yamato) había creado un pequeño estudio, pues ya era un productor de alto renombre. La compró y le hizo la publicidad suficiente, tanta que incluso estuvo exhibida en el cine durante algún tiempo. No era famosa, y no me importaba. Había hecho lo que quería.

Incluso, 'Shujin', la película, fue llevada a un festival de cine independiente japonés, donde recibió mención de honor.
Las regalías eran mucho más abundantes de lo que nosotros hubiéramos esperado. Pero a pesar de que ahora teníamos dinero para mudarnos a otro departamento, más grande o más bonito, no lo hicimos. Ese lugar estaba lleno de mucho recuerdos, de hermosos recuerdos.

Por primera vez en mi vida, yo era completamente feliz. Llegué a Kyoto sin un yen en el bolsillo, con una maleta pequeña y un montón de sueño. Yo me jugué el todo por el todo, el nada por el todo, y gané.


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Fin
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NOTAS: Originalmente, este fic estaba pensado como un songfic. Pero luego me di cuenta de que la trama no iba a quedar muy bien con la canción escogida, así que decidí dejarlo así.
Espero que haya gustado, y que hayan disfrutado la lectura tanto como yo la escritura ^_^.

Umi

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