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Cursed

Autor: Darkgal 69

 

Capitulo 17

“Here I am, here we are, one

Here we are one
I've been waiting for this night to come
Get up!
Now it's time for me to take my place”

Psycho Circus. KISS.

 

En el planeta Frost reinaba la incertidumbre. Se escuchaban murmullos por doquier. En el mercado de esclavos, en las calles, en las arenas, e incluso en el Palacio del Emperador.

Era de dominio popular la situación de la Comandante. El mismo Frieza se había encargado que se expanda la información sobre la Comandante.

 

“Una traidora que será castigada con la pena máxima, para que sirva como ejemplo a otros que se les ocurra hacer lo mismo”

 

Esas habían sido las exactas palabras del tirano.

 

Ahora sólo le restaba a Bulma rezar para que Frieza no encuentre a su padre.

 

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Una semana y media más después de su partida Kakarotto se encontraba aterrizando en Vegetasei.

Sin perder más tiempo al abrirse la pequeña compuerta de la nave se dirige directamente a donde el príncipe.

A la velocidad de la luz se dirige al castillo.

Kakarotto: en dónde se encuentra el príncipe?

Soldado: en sus aposentos señor.

Kakarotto: muy bien.

 

Vegeta estaba tendido en la cama con una mano sobre su abdomen y la otra sosteniendo un pequeño guante negro.

De repente la puerta de su habitación era bruscamente abierta haciendo que salga de su transe.

Enviaría al infierno al maldito que se atrevía a molestarlo, pero se sorprendió al ver de quien se trataba.

 

Vegeta: Insecto!! Que haces aquí? acaso no estabas en el planeta Frost?

Kakarotto: Vegeta, hay algo que tienes que saber… se trata de Bulma.

Vegeta: Bulma?! Que sucede con ella, habla insecto! (Suena bastante nervioso y preocupado)

Kakarotto: Frieza la tiene prisionera y la va a matar!

Vegeta: Que?!

Kakarotto: y eso no es todo..

Vegeta: que más? Déjate de dar vueltas y habla de una vez!!!

Kakarotto: Bulma está embarazada.

 

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Frieza. Entonces, tú encontraste esto justo antes de que encerrar a la traidora?

Dodoria: si señor, así es.

Frieza: parece ser una especie de arma… y si no me equivoco este es un proyecto del viejo Briefs me había mostrado hace tiempo… Bueno, eso no importa, saldrá de su escondite y vendrá a rescatar a su preciosa hija, y cuando eso suceda…

Dodoria: lo matamos.

Frieza: así es, al él y luego a su hija.

Dodoria: hehe

 

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Bulma había empeorado considerablemente. Ya casi no hablaba. Los absorbentes de energía la mantenían muy débil y para colmo ingería alimentos.

Raras veces podía comer algo ya que Chichi no siempre podía infiltrar comida a su celda. El lugar se encontraba muy vigilado y no siempre podía utilizar sus influencias, había muchos soldados ciegamente leales a Frieza.

Hoy si había podido traer a Bulma un poco de comida.

Era triste ver a tal guerrera implacable en un estado tan decadente.

Chichi trataba con todas sus fuerzas el no derramar una sola lágrima frente a su amiga.

Bulma ya no tenía fuerzas ni para abrir la boca. El sólo hecho de moverse hacía que se retuerza de dolor.

Chichi: vamos Bulma, por tu hijo debes hacerlo.

Entonces Bulma empezó a ingerir lentamente.

Chichi: esa es mi chica.

 

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Vegeta: Que has dicho? Y por que no me lo contaste antes!

Kakarotto: vine lo más rápido que pude, debes sacarla de ahí si quieres que no mueran ella y tu hijo.

 

Que raro suena, mi hijo

Mi hijo.

Nuestro hijo.

 

Vegeta se sentía muy raro pero a la vez orgulloso, tendría un hijo con aquella mujer de quien tanto se había repetido a sí mismo que no le interesaba, con aquella mujer a quien tanto extrañaba, con aquella mujer a quien tanto amaba.

Si, amaba. Porque él la ama.

Ya no tenía ninguna duda, al saber que se encontraba en peligro no pensó en nada más que ir en su ayuda.

Y ahora además estaba más unido a ella que nunca, ella llevaba en su vientre a su hijo.

 

Vegeta: no hay tiempo que perder, ahora mismo voy al planeta Frost.

Kakarotto: pero, sin un plan, Frieza te matará antes de que puedas hacer algo.

Vegeta: no interesa. (Se queda callado unos instantes)

Kakarotto; tú irás conmigo. Distraeré a Frieza quiero que liberes a Bulma y la alejes de ese planeta.

Kakarotto: y tu, que pasará contigo?

Vegeta:… estamos perdiendo tiempo!!! Hay que ir de inmediato, no pienso quedarme aquí un minuto más sabiendo que mi pareja se encuentra sufriendo!

 

Esa oración sorprendió a Vegeta más que a Kakarotto.

 

Por fin Vegeta se ha dado cuenta.

 

Vegeta: tomaremos el crucero de batalla para llamar la atención de Frieza lo más que se pueda.

Kakarotto: bien.

Los dos guerreros se dirigían en busca del crucero de batalla a toda velocidad.

Al cabo de unos segundos ya habían arribado a donde se encontraba el mismo y estaban listos para viajar al Planeta Frost.

 

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En un planeta lejano, en dónde aquellos que huían tenían unos breves momentos de tranquilidad, la tensión y preocupación había aumentado.

Tres individuos discutían bajo unos árboles en un jardín de una fortaleza militar.

“Es hora de que salga de aquí”

“Si, tienes razón, no nos conviene enemistarnos con Frieza”

“Pero Frieza no ya no lo busca”

“Al contrario, pienso que algo trama, esa lagartija es muy astuta” “Debe irse de aquí para mañana”

“Pero el trato era por una semana más…”

“No importa, hoy mismo hablaré con él y deberá buscar en refugio en otra parte”

 

Una figura sombría se aleja del grupo. En su rostro se notaba preocupación, pero también determinación. La seguridad ante los suyos era lo primero.

 

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Ya es hora, por fin la terminé.

Hija, resiste un poco más, papá va a rescatarte.

 

Dr. Briefs: ahora, a encapsular el cañón.

 

Antes de que Bulma aya vuelto de una misión el Dr. Briefs había escapado del planeta Frost. Estaba decidido a liberar a su hija de aquel tirano, y a su nieto también.

Desde el primer momento que vio a su hija con malestares y molestias lo descubrió, aunque nunca se lo dijo a ella. Esperaba que ella se acerque a contarle la verdad, además, era probable que ella aún no lo supiera.

 

Hace unos años ya había pensado en eliminar al tirano, pero nunca se había animado a llevar este objetivo al cabo. Además el elaborar un arma que derrote a Frieza no era algo sencillo… pero tampoco imposible.

Así que ahora estaba frente al cañón de ki que tanto le había costado construir.

Solo quedaba encapsularlo.

No podía probarla, no era necesario, en su vida nuca había cometido un solo error con respecto a sus invenciones y esta no sería la excepción. Además, ya no tenía tiempo de para hacerlo.

 

Arroja una cápsula al objeto

¡BOOM!

Al instante el cañón de ki era reducido al tamaño de una pequeña cápsula.

Lo toma en su mano y lo mete En un bolsillo.

 

Es hora.

 

Recoge sus pertenencias y las encapsula también.

Una nave que se encontraba en las afueras de su residencia ya se encontraba encendida. De un salto ingresa a ella y despega al infinito del espacio al rescate de su hija.