Fan Fiction ❯ La luna y el sol ❯ Una extrana visita ( Chapter 2 )
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Una visita extraña
Los chicos finalmente llegaron a la mansión.
- ¡De vuelta en casa!- Daniel exclamó al entrar a la sala- Ya me estaba enojando la forma en que todos nos miraban ¿A ti no?-
-Si un poco pero... -
En ese momento alguien tocó a la puerta.
-¡Ah!, ¿Quién podría estar tocando la puerta a estas horas?,- Octavio solo suspiro- ¿Estabas esperando a alguien Tavo? -
- No, a nadie, será mejor que vaya a ver quien es-
Octavio salió rápidamente de la sala y abrió la puerta del recibidor, no se imaginaba la sorpresa que le esperaba.
- Buenas noches Octavio, supongo que no me recuerdas ¿Verdad?- Dijo la señora al ver quien había respondido a la puerta.
-¿Qué es lo que hace usted aquí?- Respondió Tavo en un tono hostil.
- Vaya creo que si me recuerdas del todo, ¿Me permites entrar? Tengo algo muy importante que hablar contigo-
Octavio se hizo a un lado abriendo paso para que la señora pasara.
La señora entró a la casa junto con su fiel sirviente, quien caminaba siempre a lado de ella
-Esta casa no ha cambiado en nada desde la última vez que estuve aquí- Dijo la señora echando un vistazo al interior de la casa mientras caminaban
La mansión era de un color claro que daba un aspecto de iluminación a toda la casa, las paredes estaban adornadas con diferentes cuadros artísticos, piezas artesanales estaban colocadas sobre muebles que parecían ser de una madera muy fina. También había grandes cortinas rojizas usadas para cubrir las esquinas de las enormes ventanas que permitían que la luz penetrara completamente en la mansión, durante el día la casa se iluminaba con los rayos de Sol y durante la noche con el destello de la Luna. Sin embargo era necesaria algo de luz artificial durante la noche, la cual era proporcionada por pequeñas lámparas pegadas en la pared con pantallas en forma de una flor muy particular.
Recorrieron un largo pasillo hasta llegar al final donde cruzaron la puerta para entrar a la sala, allí estaba Daniel muy cómodamente sentado en una silla amplia de madera.
-¿Quien es esta mujer Octavio?- Preguntó Daniel al ver entrar a Octavio acompañado por la señora y su sirviente.
- Tu debes ser Daniel ¿verdad?- Respondió la señora antes de que Octavio pudiera hablar- Déjame presentarme, mi nombre es Rubí, pero la mayoría me conoce como Marina y el caballero que esta conmigo es el señor David - Dijo mientras presentaba al hombre q la acompañaba con una mano.
- Octavio ¿Tú los conoces? - Preguntó Daniel regresando la vista a Octavio
- Sí, los conozco desde hace mucho por mi madre, eran sus amigos o algo así- Octavio volteó a ver a los dos visitantes y cruzó los brazos -Pero no tengo idea de por qué están aquí-
-Tienes que ser un poco mas servicial con tus invitados chiquillo- Respondió la señora al ver la hostilidad del joven -Bueno, ya que quieren saber por que estoy aquí, se los diré- Hizo una pequeña pausa para ver a Daniel y luego regresó a Octavio para continuar -Estoy aquí para hablar de su futuro-
-¿Qué tiene que ver nuestro futuro con usted?- Preguntó Daniel dando una fuerte mirada a Rubí, como solo el podía hacerlo.
-Más de lo que te imaginas Daniel, más de lo que te imaginas- Daniel entonces se puso de pie y se colocó al lado de Octavio para que la señora continuara -Estoy aquí para hablar con respecto a sus poderes o maldición, como quieran llamarle -
-¿De nuestros poderes?, no se a que se refiere señora, nosotros no tenemos ningún poder-
-Vamos- Respondió Rubí al ver q los chicos intentaban jugar al negar sus poderes -Bien saben que eso no es cierto, no tienen que tener miedo de hablar de ellos conmigo por que prácticamente yo sé todo sobre ustedes-
- Dudo mucho que usted sepa algo sobre nosotros, aunque haya sido amiga de mi madre no creo que sepa nada acerca de… - Empezó Octavio intentando de cubrir la realidad.
- ¿Que tienen los poderes del sol y la luna? Sí, sí lo se - Corto Rubí al joven.
Hubo un momento de pausa, los rostros de los muchachos reflejaban preocupación, parecía que estaban totalmente en shock. Por lo que la señora continuó.
Su silencio quiere decir que lo que digo es verdad. No teman, no se lo voy a decir a nadie, y aunque lo hiciera nadie me creería. Solo quiero ayudarlos a poder controlar sus poderes, por que por lo visto no tienen la menor idea de como hacerlo-
Octavio no sabia que hacer miraba a su alrededor tratando de encontrar una repuesta ¿Cómo es que ella sabia su secreto?
¿Cómo es que supo eso? ¿Qué clase de persona es usted?- Preguntó aún con confusión.
¿Que qué clase de persona soy?, pues igual que tu yo tengo mi propio don, pero por el momento eso no importa mucho, estoy aquí por que le hice una promesa a tu madre antes de que muriera. Le prometí que te ayudaría a controlar tus poderes antes de que ellos te controlaran a ti, y pienso que ya es tiempo de empezar a trabajar en ello-
¿Mi madre ha dicho?, ¡Pero es imposible!- Dijo Octavio en shock - Mi madre nunca me dijo nada acerca de aprender a controlarlos o nada parecido-
Eso era por que todavía eras muy chico y tus poderes no se presentaban tan a menudo, pero ahora ya tienes 16 años y muy pronto tus poderes empezaran a surgir y si no los aprendes a controlar bien ellos te controlaran a ti ¿no crees?- Preguntó la señora levantando una ceja.
Por alguna razón Daniel sentía que ella sabía más de lo que decía. Así que decidió hablar por fin.
Perdón que los interrumpa en esta inesperada conversación pero, quiero que me diga ¿Eso que tiene que ve conmigo?-
Para tu información tiene mucho que ver- Respondió Rubí a la súbita intromisión del joven de cabello negro- Aunque Valeria no me haya hablado de ti yo se que tu tienes la maldición de la luna. Por lo tanto es natural que estés a lado de Octavio ya que su familia ha padecido la maldición del sol por años, esa fue la causa de la muerte de Valeria ¿O me equivoco Octavio?-
Volteó a ver a Octavio, en su rostro se notaba que el comentario le trajo el recuerdo de la muerte de su madre. Al ver la reacción de Octavio la señora continuó hablando.
- No creas que no se quien eres tu Daniel- Continuó Rubí tratando de alejarse de Octavio pro un momento -Por que te asombrarás de lo mucho que se de ti. Para empezar, eres conocido como la luna plateada, naciste con la maldición de la luna y puedes usarla a tu favor, también puedes alimentarte con su fuerza al igual que hace Octavio con el sol... Ustedes dos están unidos de nacimiento, uno es el complemento del otro ¿No te das cuenta de ello todavía?
-¿Que si no me doy cuenta de ello? Ja, por favor - Dijo Daniel en tono sarcástico- Siempre he sabido que estamos unidos por eso, sin embargo, yo no soy el complemento de él. Puede que nuestras maldiciones nos unan, como la Luna y el Sol están unidos, pero cada uno de nosotros es diferente en varios sentidos; ni el ni yo necesitamos de un complemento, así que no se le ocurra decirnos eso de nuevo-
Al parecer tienes un carácter muy fuerte, como yo me lo esperaba- Respondió Rubí intentando ignorar el tono del chico- Esta bien, prometo no volver a decirles eso, al fin y al cabo no vine hasta aquí para pelear por tonterías, solo una cosa te pregunto Daniel ¿Quieres aprender a controlar tus poderes?-
-¿Controlarlos? ¿Acaso usted planea enseñarme también a mÍ? - En este punto Daniel ya estaba molesto.
-Antes que todo quiero que te quede algo bien claro, mi única responsabilidad es Octavio y no tengo nada que ver contigo, pero si tu piensas seguir a lado de él primero vas a tener que aprender a controlar tus poderes, así que sí- Dijo Rubí manteniéndose calmada a pesar de ya estar cansada de la falta de respeto en el tono de voz de Daniel- Sí planeo enseñarte, siempre y cuando tu estés de acuerdo-
-¡Ja!, no me haga reír, ¡Yo no necesito que una señora decrépita me diga lo que tengo que hacer con mis poderes, yo soy capaz de controlarlos sin ayuda de nadie, como lo he hecho toda mi vida, ni si quiera piense que me voy a ir de esta casa, y mucho menos dejar a Octavio con alguien como usted¡ i Si quiere puede enseñarle lo que se le antoje, al fin y al cabo, respeto que quiera cumplir la promesa que hizo, pero a mi no me meta en sus asuntos!-
Al terminar de decir esto Daniel se dio media vuelta y empezó a caminar hacia las escaleras, cuando de pronto, dos cuchillas le rozaron el brazo, él volteó rápidamente a ver quien lo atacaba, Daniel pensaba que había sido la señora pero...
- ¡Escúcheme bien joven, no se atreva a hablarle así a la señora Rubí!- Reclamó David- Si no le prometo que las siguientes van directo a sus puntos vitales -
-Con que fue usted- Dijo el chico entre dientes- ¿Qué? ¿Acaso tu querida señora Rubí no puede defenderse sola y por es contrata a gente como tu?- Menciono Daniel con cara burlona.
- No hable mal de ella - Dijo David lanzando otras 2 cuchillas directo a la pierna derecha del joven con los poderes de la Luna
Daniel esquivó por muy poco esas cuchillas, pero si no hubiera reaccionado tan rápido, seguramente éstas se habrían incrustado en el.
- Si quieres pelea, con gusto te complaceré- Retó el chico.
-¡Basta! - gritó Octavio en ese momento.
El grito de Octavio se escuchó por toda la casa, haciendo que Daniel y David voltearan a verlo al mismo tiempo.
-Dejen de pelear, no hay motivos para que se ataquen el uno al otro, así que dejen ya eso, en esta casa no permitiré peleas- Continuó Tavo
Está bien, solo por que tú me lo pides Tavo, no peleare en tu casa. Pero no piense que me rindo David- Dijo Dan señalando con un dedo al señor David- Hubiera podido vencerlo sin problemas
Por un momento la habitación se quedó en silencio.
- Ya me voy a acostar, has lo que tú creas correcto con estos dos, hasta mañana - Dijo Daniel retirándose de la sala
Él rápidamente subió las escaleras, dio vuelta a la derecha y entró a su recamara, cerrando la puerta completamente.
Después de que Daniel cerró la puerta, Rubí se acercó a Octavio lentamente, no era difícil adivinar que aún estaba molesta por el comportamiento de Daniel, sus ojos azules se tornaban cada vez mas agresivos conforme iba caminando y su cabello gris daba la impresión de que era una bruja, aunque seguramente era por su edad, pero aun así no dejaba de ser hermosa, alta y delgada, un poco frágil se podía decir, su piel blanca cubierta con un vestido en varios tonos azulados la hacían ver hermosa no importase lo que hiciera. Cuando llegó a estar enfrente de Octavio se detuvo, agacho la cabeza para verlo a la cara y le dijo …
Y bien la pregunta es ¿Vas a aceptar mi ayuda? ¿O vas a ser igual de terco que Daniel?- Octavio la vio directamente a los ojos- Yo pienso cumplir mi promesa, pero si tu no quieres que te ayude, no me queda otra mas que marcharme, al fin y al cabo hice lo que pude. Si la maldición te llega a costar la vida, ese será problema tuyo -
Octavio guardó silencio un momento para pensar, hasta que finalmente habló.
Bueno yo creo que lo mejor será que...-
*Notas:
Bueno este es el segundo capitulo, espero que les haya gustado y que no tuvieran muchas dudas pero si tienen ya saben que pueden preguntar. Si les esta gustando la historia por favor háganmelo saber y si no también (cualquier critica es buena). Eso es todo por el momento C YA!!!