Saint Seiya Fan Fiction ❯ Armaduras y secretos ❯ Resitencia y Rendicion 2 ( Chapter 13 )
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Aquí estoy otra vez… nuevamente gracias a los que siguen la historia. Me tarde un poco ya que tengo mas trabajo que nunca, llego tarde y encima mi habitación es muy fría. No puedo escribir largo rato ya que se entumen las manos. Brr.
En fin nuevo capitulo nuevas ilustraciones. Le invito a que visiten mi espacio. Hay varios dibujos nuevos. ¡Gracias otra vez!
CAPITULO 13... Resistencia y rendición. Segunda parte.
Shaina despertó con el fresco de la madrugada, completamente adolorida tras su entrenamiento, Artemisa cumplió al decirle que seria mucho más exigente con ella que con las demás. Sus manos le dolían y sangraban de tensar el arco que Artemisa le obligo usar.
“Al fin despiertas” -Le comento Artemisa - “Creí que seguirías dormida toda la mañana”
“Estoy acostumbrada a despertar a esta hora, por muy cansada que este.”
“Entonces apresúrate si quieres hablar con Marín a solas, porque además de entrenar a las demás veré a mi hermano.”
“Solo tomare un baño…”
“Mas te vale no quiero darle una mala impresión… de seguro apestas”.
Shaina no se extraño de ese comentario y camino adolorida, de solo pensar que aun tenía que ir por agua a un arroyo. Pero no fue necesario, al entrar a su cabaña se encontró con un paquete en la mesa y un recado de Cagglio.
“Aquí esta todo lo que necesita, ropa limpia y su baño listo porque se que hoy vera a su hermano.”
Artemisa dejo el paquete sobre la mesa, se alegro que Cagglio le preparo incluso la tina para el baño. Pero a Shaina no le dio el mismo gusto que entrara si su permiso a su casa, aunque la diosa no parecía extrañada de esto.
“Me pregunto como es que no le importa….” - Pensó Shaina.
“Así es Cagglio tan servicial como siempre, pero luego te contare mas, a bañarse.”
Mientras se bañaba Shaina pensaba en como convencer Marín que lo que hacían era también por el bien de Athenea, aunque ella misma quería convencerse de ello. La mirada que Marín le dirigió la noche anterior antes de ir a su casa le calo hondo, siempre habían tenido sus diferencias y ella fue la culpable de esas diferencias, pero esta vez sintió que si le guardaba rencor y no quería que eso siguiera así.
Pero todas sus buenas intenciones se fueron al caño en cuanto vio a Marín y Aioria besándose. A ella no le afectaba, ya intuía sobre ello, pero la reacción colérica de Artemisa fue tan sorprendente para ella como para la pareja. Y si no pudo imaginar la razón de esa furia, mucho menos pudo hacer algo para detenerla.
-¡Aléjate de ella te lo ordeno! - volvió a gritarles la diosa a la pareja.
Los dos la vieron asombrados, Marín no pudo evitar pensar que llego en el momento menos apropiado. No podía negar lo que pasaba con Aioria, ni quería hacerlo. Pero tampoco tenían la menor oportunidad de desligarse del problema en que estaban ambos.
-Tu… maldito guerrero de Athenea ¡largo!
-Pero… -Aioria quiso replicar y la diosa se enfado más aun.
-¡Que te largues ya! - Ella se acerco, lo levanto de la camisa y luego lo lanzo al suelo.
-Mire, yo... - Aioria intento hablar pero Artemisa le indico entonces que se callara.
-Será mejor que no la vuelvas a ver o sufrirás un castigo de tal magnitud, que te arrepentirás de ello todo lo que te resta de vida. Ahora me detengo por mi hermana. Pero lo digo por su bien, aléjese de ella o sufrirá las consecuencias.
Marín entonces le dijo a Aioria - Estaré bien, no te preocupes, vete
Aioria sin convencerse de que ella estaría bien, solo dio un paso y dijo: Pero no lastime a Marín...
-¡Ningún hombre me dirá que hacer con mi amazona! -dijo con voz temblorosa de ira y lo empujo con su cosmos hacia la puerta, sacándolo de la cabaña aunque el trato de aferrarse al marco de la puerta. Cayó a varios metros del lugar, intento regresar pero una barrera se lo impidió y por primera vez en su vida no supo que hacer, no podía acercarse, ni decirle a nadie que Marín estaba en peligro.
June corría de regreso del campamento, cuando vio a Shaina ir hacia la cabaña y se imagino que algo malo podría pasar, cuando casi llegaba vio a Aioria salir despedido por el cosmos de Artemisa. Sin pensarlo más corrió hacia allá. Aioria se sorprendió al ver que ella pudo traspasar la barrera sin problemas.
“Artemisa… ¿que va a hacer?” - Pregunto Shaina preocupada.
La diosa no le respondió. Shaina solo pudo sentir que tenía una enorme ira.
“¿Que es lo que piensa hacer? ¡Contésteme!”
“Darle el castigo que merece, yo no tengo mucha paciencia y Marín ya la agoto”
“Pero ¿porque esta tan furiosa?”
“Solo les di una regla… ¡una sola! Y ella la desobedeció deliberadamente ¡por eso!”
“Déjame hablar con ella, por favor Marín siempre fue muy tranquila, no se que le pasa…”
“Solo porque tu lo pides…”
Mientras tanto Cagglio tras dejar la cabaña de Shaina no regreso de inmediato al campamento, fue hasta donde supo que encontraría a Canon, si este no había cambiado sus viejos hábitos. Y en efecto lo encontró ejercitándose en playa más lejana del santuario. Lo observo detenidamente un buen rato antes de atacarlo. Pero Canon ya la esperaba y de un ágil movimiento le tiro al suelo.
Cagglio se levanto y sacudió la arena de su ropa - Eres más rápido ahora Canon.
-Y tu mas lenta… ¿Será que te estas oxidando?
- ¿Porque demonios le estas dando consejos a mi alumna?
El respondió fingiendo ignorancia -¿Yo? ¿Cuándo?
-No te hagas el… Ella nunca antes me había preguntado sobre mi edad y anoche lo hizo, luego te menciono en sueños.
Canon movió su cabeza decepcionado - ¿En sueños? ¡Maldición! esa niña si que no sirve para guardar secretos. Pero si, yo le di un consejo. Que se cuide de ti, no sea que le traiciones.
Cagglio intento abofetearlo pero le detuvo la mano, ella entonces le hizo una zancadilla para que cayera, pero el la jalo consigo cayendo los dos al suelo, rodaron varios metros forcejando hasta que la mascara de Cagglio cayo en el forcejeo y Canon consiguió quedar encima de ella.
La observo detenidamente -Vaya… conservas tu lindo rostro además de tus demás atributos gatita, realmente no has cambiado.
-¡Ni tu has dejado de ser un cretino! Cagglio intento golpearlo entre las piernas pero Canon le impidió moverse. Respiraba agitada, sus ojos grises mostraban su rabia, mientras el solo sonreía de verla enfadada.
-Solo que ahora ya no soy el mismo de antes Cagglio. Ya no caeré ante tus engaños tan fácilmente, ya no deseo aprobación y compañía.
-Ah, lo dices porque ahora estas orgulloso de salir de las sombras, ¿no es así? Al fin portas la armadura que primero ambicionaste y que luego odiaste mientras estuviste encerrado.
-Pues claro y estaba muy a gusto hasta que se te ocurrió volver. Y yo que creí que ya no tenía que soportarte más. Lamentablemente en eso me equivoque.
La hizo a un lado y se levanto. Ella se levanto de un brinco después, tomo su mascara de la arena y la sacudió -Estas equivocado en muchas cosas… pero si te entrometes conmigo o mi alumna, lo pagaras.
-Veamos si puedes lograrlo.
Cagglio se coloco de vuelta la mascara y furiosa se alejo de ahí, Canon sonriente siguió con sus ejercicios ajeno a la silueta que desde las rocas los vigilaban.
Mientras Marín esperaba la reacción de la diosa tuvo el impulso de huir, pero pensó en Aioria, ella podría hacerle daño a el si huía y cualquier castigo que ella recibiera no la lastimaría tanto como saber que algo malo le paso a el. No creyó que fuera en verdad tan volátil, pero debía admitir que era una desgracia que los encontrara justo en ese momento. Pero ella amaba a Aioria y no iba a negárselo, ya no mas.
Shaina se quito la mascara y le pregunto a Marín: ¿Por qué hiciste eso? ¿Acaso tanto odias a Artemisa?
Al verla sin la mascara y escucharla Marín recordó que tal vez era la oportunidad de probar si en verdad Shaina estaba contenta o no de tener a Artemisa en su cuerpo. Se jugo todo y en actitud retadora replico: No la odio, pero esto es su culpa...
-¡¿Como te atreves?! - Artemisa tomo control de cuerpo de Shaina por unos instantes, sus ojos destellaron con mas furia, estaban completamente violetas esta vez y luego ese color desapareció, era como si Shaina la controlara.
Marín continúo hablando -Si, es su culpa por largarse y dejarnos aquí. ¿Que esperaba? ¿Que todas fuéramos como esa Cagglio y esperáramos pacientemente su regreso? ¿Qué la aceptáramos sin replicar, que la obedeciéramos ciegamente?
Shaina trataba de controlar a la diosa pero le era difícil - Marín, no te entiendo tu nunca antes te portaste así. Mira… yo sospechaba que Aioria te gustaba, pero lo que vi fue… ¿O lo besaste para hacer enfadar a Artemisa?
Marín se sonrió -¿Te sorprende saber que alguien me ama, y en cambio a ti nadie te soporta?
-¡Marín! ¿Por qué me dices eso?
-Pues solo mírate, la orgullosa Ophiucus, la mas fuerte de todas. Si Artemisa te eligió pero fue solo porque fuiste en mi lugar.
-¿Qué estas diciendo?
-¿Sabias que no me enviaron porque Aioria le pidió a Athenea que no lo hiciera? Así me demostró que me ama, como yo a el. Nadie ha hecho algo así por ti… ni creo que lo hagan nunca. Así que puedes largarte con tu diosa del santuario. Ya nadie la recordaba aquí y ambas no son más que una molestia para mí.
Shaina ya no pudo contener a la diosa porque eso último que Marín dijo era cierto. A nadie le interesaba lo que pudiera pasar con ella, no fue capaz de matar a Seiya, tampoco de conquistar su amor. Y si ahora la soportaban era solo, porque Artemisa estaba en ella.
La diosa aprovecho la debilidad de Shaina y tomo control de su cuerpo. Empujo a Marín contra el muro aplastándole el cuello con el brazo -¡Insolente! - Le dijo Artemisa.
Marín se estaba asfixiando, pero no mostraba señal de arrepentirse de lo que dijo.
-¡Déjala! - Grito June al entrar y ver esto.
Shaina también gritaba, pero Artemisa no le escuchaba. “Por favor, ya déjala...”
“Esta vez no te escuchare, ella debe aprender a respetarme y también a ti”
“Pero así nunca lo lograras.” - Replico Shaina desesperada - “Y lo que dijo sobre mi es verdad…”
El rostro de Marín aun asfixiándose reflejaba sus pensamientos mientras sentía desvanecerse: “Así muera no voy doblegare ante ti. Y menos ahora que se que Aioria me ama…”
Artemisa utilizo mas fuerzas al saber esto y el rostro de Marín se hizo mas pálido y perdió fuerza en su brazos conforme se agotaba el oxigeno. June trato de soltar el atenazado brazo de Shaina pero no pudo ya que Artemisa la expulso con su cosmos, rompiendo la mesa con su caída.
Shaina estaba ya asustada. “¡La vas a matar, tú prometiste no lastimar a nadie! ¡Estaba en el trato! ”
“¡No!....” -replico Artemisa - “Marín aprenderá a respetarme y obedecerme y si no lo hace, entonces no me sirve en lo absoluto”
-¡Nooo! - grito Shaina desesperada y esa desesperación le permitió controlar su cuerpo y soltar a Marín, quien cayo al suelo tratando de jalar aire desesperada. June se acerco a ayudarla mientras vio como Shaina se agarro fuertemente la cabeza y cayó arrodillada gritando: ¡Eso no te lo permito! ¡Detente tu lo prometiste!
-Pero ya no puedes impedirlo - dijo luego con la voz de Artemisa - Resistirse es inútil ilusa mortal, nada podrás hacer contra mí, soy una diosa, haré contigo lo que se me antoje.
Shaina estaba ya furiosa con Artemisa y gritaba: ¡Déjame en paz!
-Nunca, ya me aceptaste - Decía luego con la voz de Artemisa - Solo muerta te libraras de mi.
-Si así lo quieres - Respondió Shaina, se levanto y se corrió rápidamente hacia el muro y estrello su cabeza contra este. June se asombro de la fuerza del golpe.
Artemisa se burlo mientras Shaina casi perdia el equilibrio por el golpe - Eres una idiota y una estúpida, con eso no te liberare, te reto a que lo intentes otra vez. No te atreverás.
-No quiero tenerte mas en mi cabeza - Replico Shaina y volvió a golpearse a pesar que ya sangraba.
June le grito desesperada: ¡Detente, te estas lastimando!
Marín quien apenas reaccionaba le dijo a June: Esta… fingiendo, nos quiere engañar….
-No te atreverás a más - Volvió a burlarse Artemisa - Ya con esto estás malherida.
-¡Prefiero morir a que hagas lo que te plazca! - Replico y volvió a estrellarse con más fuerza esta vez. Ambas amazonas escucharon claramente como se fracturaba el cráneo al no llevar la protección de una armadura y la fuerza con que la sangre las salpico se lo confirmo.
Artemisa vio la resolución de Shaina y entonces trato de controlar nuevamente su cuerpo, pero ella no se lo permitió. Volvió a golpearse, la diosa se sorprendió de que ni siquiera el instinto de conservación la detenía, realmente deseaba deshacerse de ella… o morir.
Marín se asusto al ver esto y se dio cuenta que Shaina realmente no disfrutaba ser el recipiente de Artemisa, porque lo que hizo era una locura, un suicidio. No fingió eso, no pudo fingir eso.
-Basta, detente por favor - suplico Marín asustada.
“Detente Shaina...” Suplico también Artemisa pero ya Shaina no respondió, el último golpe la hizo perder el sentido, cayo al suelo y se comenzó a formar un pequeño charco de sangre.
June fue la primera en reaccionar y se acerco a revisarla y dijo: Esta perdiendo mucha sangre, seguro tiene una fractura o varias. Marín dame algún trapo limpio para detener la hemorragia, pero hay que conseguirle ayuda y pronto.
-Si… yo lo traigo - dijo Marín y busco entre al caos que había en su cabaña.
Aioria entro en cuanto la barrera que le impidió acercarse desapareció. Al ver a Marín cubierta de sangre se preocupo -¿Estas bien Marín?
Marín replico mientras le acerco una toalla a June y ella hizo presión sobre la herida: Yo estoy bien, pero por favor ¡ayúdala!… ¡está herida ayúdala por favor!
-¿Pero como se hizo eso? Pregunto mas tranquilo al ver a su amada ilesa, pero se sintió egoísta cuando vio la preocupación en el rostro de Marín y aunque ella no le dijo que paso; el supo de inmediato que fue consecuencia del beso que compartieron en la cabaña.
June interrumpió sus pensamientos preocupada - ¿Vas a ayudarnos si o no?
Aioria no pudo negarse al ver el rostro de preocupación de Marín y alzo con cuidado a Shaina -Las espero en la enfermería.
Las amazonas lo siguieron lo mejor que pudieron pero el pronto las dejo atrás.
Mientras tanto la reacción de Artemisa no pudo nuevamente ser desapercibida, Athenea despertó por ello, pero como este desapareció de pronto no le hizo caso. Creyó que estaría entrenado a sus amazonas.
Hyoga y Seiya caminaban conversando.
-Es una lastima que Shiryu se haya ido - Decía Seiya mientras caminaba de espaldas.
-Bueno el tiene alguien que lo espera allá, yo tampoco vacilaría en regresar a mi casa si... - Hyoga se interrumpió al sentir el cosmos de Artemisa y supieron que venia de la cabaña de Marín, estaban muy cerca. Por un momento pensaron en ir, pero luego vieron a Aioria pasar rápidamente a su lado y luego a las amazonas seguirlo.
-¿Esa fue Marín? -Pregunto Seiya.
Hyoga le indico que si, y fueron detrás de ella, al alcanzarla la detuvieron, se asombraron cuando al voltear la vieron llena de sangre.
-¿Marín que te paso? - Se acerco Seiya preocupado
-Nada… a mi nada- Respondió y logro sacarse.
Seiya se extraño al ver que no solo Marín estaba cubierta de sangre, también June, era obvio que algo muy grave había pasado. Así que las siguieron.
Cagglio llego al campamento cuando sintió la furia de Artemisa y se sonrió. Supuso que al fin le dio una lección Marín.
“Esa insolente del Aquila se lo merece.”
Pero cuando minutos después la sintió regresar a su armadura se aterro - “No puede ser… no ahora” - pensó Cagglio.
-Algo paso con su alteza - dijo Misha.
- Ya se… si yo también lo sentí - le grito Cagglio furiosa y Misha se retrajo asustada.
-Maestra…
-Sígueme veremos que paso.
La distancia le pareció enorme, no tenia idea de cómo ocurrió pero era lo peor que podría suceder. Recién la había recuperado, no podía perderla otra vez.
Aioria llego a la enfermería y para fortuna de Shaina, Milo estaba ahí leyendo.
Milo tiro el libro y lo intercepto en cuanto lo vio -¿Quién le hizo esto?
-Ella misma… - dijo - ella trato de liberarse de Artemisa porque…
-Después me explicas - Lo interrumpió Milo preocupado y la llevo a uno de los cuartos.
Aioria se sentó en el pasillo preocupado. Era la segunda vez que ayudaba a Shaina, pero esta vez realmente le preocupaba que se salvara. Por en el estado en que se encontraba no parecía en nada ser el recipiente de Artemisa ya casi no sentía el cosmos de la diosa en ella, no sentía tampoco esa furia que lo hizo temer por Marín. Por un momento pensó en lo que sucedería si Shaina fallecía, esa diosa ya no los molestaría mas. Pero reacciono, Artemisa entonces necesitaría otro cuerpo y el no soportaría ver que poseyera el de Marín.
Mientras la revisaban los demás llegaron. Marín entro a la habitación con la intención de ayudar sin voltear ver a Aioria quien esperaba en el pasillo. Ella observo a Milo quien tras detener la hemorragia limpiaba las heridas con destreza.
Marín por fin reacciono y dijo: ¿Puedo ayudarte en algo?
-Tráeme más gasas, están en ese estante - Replico el sin verla, concentrado en ayudar a Shaina.
-Si… - dijo con cautela.
Milo estaba desesperado, porque sentía el cosmos de Shaina se desvanecerse y sabia lo que eso significaba. Y no podía resistir ese solo pensamiento, porque la apreciaba mucho… por que no quería perderla.
-No te mueras Shaina - Susurro.
Mientras Shaina recupero levemente el conocimiento y escucho murmullos a lo lejos. Pero pronto volvió a hundirse en un negro abismo. Este le ofrecía la posibilidad de librarse de sus problemas, pero Artemisa no la dejaba en paz.
“No te dejes morir Shaina por favor, te necesito”
“Lo siento tendrá que buscar otro cuerpo que controlar, suerte, tal vez no espere otros dos mil años.”
“No... no quiero esperar... tampoco quiero que mueras.”
“Me temo que usted no puede decidirlo ya.”
“Te prometo controlarme, no lastimare a nadie mas, te escuchare…haré lo que sea ¡Pero por favor! Permíteme entrar otra vez… de lo contrario morirás.”
“Eso es lo que quiero… morir. ¡Déjame morir en paz!” - le respondió a la diosa, pero también lo dijo en voz alta y abriendo momentáneamente los ojos.
Marín se sintió mal oírla decir eso, pero Milo desesperado le tomo el rostro y le dijo: Tú no te morirás, ¡No lo permitiré!
Pero Shaina volvió a perder el sentido y la diosa a hablarle.
“Shaina, por favor acéptame, este vez serás tu quien controle tu cuerpo, yo esperare a que me llames.”
“Es demasiado tarde... para usted y para mi. Pero ese hubiera sido un excelente trato” - Replico antes de que la oscuridad cubriera por completo.
“Y esta vez si cumpliría mi palabra” - dijo Artemisa antes de sentir que regresaba a la prisión de su armadura.
Mu trataba de analizar la armadura de Artemisa por que le intrigaba, tenía más de un día en ello, desoyendo la orden de Athenea de descansar. Cuando el poderoso cosmos de Artemisa regreso a esta y fue expulsado a varios metros de la armadura. Se levanto de inmediato asombrado y se acerco de nuevo a la caja. Al tocarla pudo sentir la desesperación de la diosa, y sino estaba equivocado ella lloraba.
“¿Por qué llora?”
“¡Aléjate de mi, no me toques!” Pensó Artemisa decepcionada y la armadura brillo amenazante, normalmente eso espantaba a cualquiera.
Pero no a Mu quien retiro su mano pero luego pregunto: “¿Por que no quiere que la toque? No podría hacerle daño.
Artemisa se asombro de que el la escuchara. “Tu… ¿me escuchas?”
“Escucho a todas las armaduras, ninguna me es indiferente.
Artemisa se rio nerviosa - “Ah, ya se… tu debes quien le arregla las armaduras de Athenea.
“Hago mas que repararlas, les devuelvo la vida, porque están vivas. ¿Pero por qué la tristeza?”
“Mi hija me rechazo, eso me envió de vuelta a esta prisión, eso es motivo para que hasta una diosa llore ¿no lo cree? ¡Ahora déjeme en paz!”
Mu entonces se retiro pero alcanzo a escucharla murmurar: “Lo peor es que no puedo ayudarla… ella esta muriendo ahora y no puedo ayudarla porque hasta mi ayuda rechazo.
Athenea sintió también el regreso de Artemisa a la armadura y se preocupo. Eso solo significaba problemas. Tenia que hablar directamente con su hermana.
Milo aprovecho que Marín estaba ahí y le pregunto que paso. ¿Quien la lastimo así?
Marín tardo unos segundos en responder: Ella misma… ella trato de liberarse de Artemisa porque…
-¡¿Donde esta?! - Escucharon el grito de Cagglio, quien llego en ese momento buscando a Shaina por la enfermería, June, Seiya y Hyoga se sorprendieron al verla.
-Maestra calma - dijo Misha. Pero Cagglio no le hizo caso, siguió buscándola.
-¿Donde la tienen? - Pregunto furiosa a June, pero no dijo palabra.
Hyoga pregunto: ¿Y esta quien es?
Cagglio se fue hacia la única puerta cerrada y Seiya fue tras ella.
-¡Detente, no entres ahí!
Cagglio confirmo que ahí estaban y abrió la puerta de golpe, abalanzándose sobre Marín, pero Seiya la detuvo.
-¡Perdón no pude detenerla antes!
-¿Que demonios le hiciste? - Grito Cagglio furiosa - Seguro volviste a provocarla ¿No?
Marín no respondió porque sabía que era verdad.
-Eres una idiota… todo es por tu culpa. ¡Si ella muere su alteza no podrá regresar!
-Seiya saca a esta amazona de la enfermería- Dijo Milo, furioso por la intromisión.
Pero Cagglio logro soltarse y fue ella quien saco a Seiya de la habitación, cerrando la puerta tras de si le grito Marín enfurecida: ¡¿Para que la trajiste aquí?!
-Aquí pueden ayudarla.
-Pero aquí todos son leales a Athenea, pueden hacerle daño - Replico y se acerco a Shaina con la intención de llevársela -Déjela yo la atenderé.
Milo no la escucho, estaba ocupado atendiéndola.
-¡Que no la toques! - Grito Cagglio y trato de levantarla.
El la vio furioso y Cagglio se paralizo -No me impidas ayudarla, o utilizare mas que la Restricción contra ti. No estorbes.
Milo continúo entonces limpiando las heridas con destreza.
Cagglio sin poder moverse siguió gritando - ¡Solo yo puedo cuidar de su alteza ustedes no entienden!
Ella es mi responsabilidad, solo quiero asegurarme de que ella este bien…
Milo la libero luego de un rato, solo gano un poco de tiempo y si esa amazona realmente se preocupaba por Shaina, era mejor dejarla ir. Cagglio permaneció en el mismo lugar largo rato a pesar de que Milo la había liberado ya de la Restricción. No intento llevarse otra vez a Shaina, luego que vio que el realmente sabia lo que hacia y segundo su mirada la asusto y a ella ya nada la asustaba nada o casi nada.
Seiya y Hyoga esperaron afuera largo rato con June quien no quiso decirles nada. Esperaron hasta que Milo salio y le dijo a Marín: Es todo lo que puedo hacer, el resto depende de ella. Será mejor dejarla descansar.
Marín se sentó junto con June y no dijo palabra, no podía describir sus sentimientos, su culpa por lo sucedido. Aioria la vio e intento acercarse pero ella le indico con un gesto que no era apropiado y el entendió. Lo mejor era dejarlas a solas ya luego le preguntaría que sucedió.
Cagglio se sentó junto con Misha y cruzo los brazos, era obvio que se controlaba para no golpear a Marín. June se dio cuenta que aun tenia sangre sobre ella. Así que busco una toalla y fue a la fuente más cercana a limpiarse. Limpiaba sus brazos cuando la vio Shun quien iba camino a los registros. Se acerco preocupado.
-Pero June ¿Qué te paso? Estas llena de sangre.
June siguió limpiándose la sangre con culpabilidad y dijo: No es mía… es de Shaina.
-¿Pero como…?
-Ella intento detener a Artemisa para que no lastimara a Marín y se golpeo tan fuerte la cabeza que ahora esta muy mal. Era como si… como si quisiera partírsela en dos para liberarse de ella y no se si lo logro, pero casi se muere.
Shun tomo la toalla y limpio su mascara.
-No te preocupes, no es tu culpa…
-¡Pero es yo que no te creí! No te creí cuando dijiste que ella podría estar mal y ahora…
June ya no pudo decir mas porque el llanto le gano y Shun solo atino a abrazarla mientras ella lloraba.
-No debes sentirte mal - Le dijo - Si ella resistió, si eso pasó es porque Shaina es fuerte. No como yo.
June replico: ¿Sigues con esa idea? Claro que eres fuerte.
-¿De donde soy fuerte June? No pude evitar que sucedieran tantas cosas que…
June coloco su mano en el corazón de Shun y dijo: De aquí, aquí radica tu fuerza y es donde importa.
El le sonrió y acaricio su mano, June agradeció traer mascara porque sintió sonrojarse. Pero recordó lo sucedido en la cabaña y se separo, no quería arriesgarlo a la furia de Artemisa.
-Creo que tengo que regresar Shun. Gracias - Se separo y regreso corriendo.
Shun la observo preocupado pero la dejo ir.
Athenea escuchaba a Mu quien le explicaba sobre el regreso de Artemisa a la armadura.
-¿Estas seguro que ella dijo que la rechazo?
-Si, y lo lamentaba porque no puede ayudarla y Ophiucus esta muy grave.
-Entonces no tengo otra opción que hablar con ella. Llevadme con la armadura.
Cuando estuvo frente a la armadura pidió estar a solas con ella. Mu se retiro en silencio y en el lugar solo se escucho el llanto de Artemisa.
-¡Ya deja de llorar! - Le dijo Athenea - Como si no hubieras estado ya en esta situación.
“Lo dices porque tu nunca has estado encerrada.” - le replico Artemisa.
-Vamos, te dedicaras entonces a lamentarte.
“¿Y que quieres que haga? Shaina me rechazo por completo, no quiere mi ayuda.”
-¿Que sucedió?
“Puedes estar orgullosa Athenea ya mis hijas se olvidaron de mi… acaban de rechazarme, me han rechazado aun a costa de su vida, ya no me queda nadie por lo que llamarme diosa.”
-Puedo pedirle a Shaina que te acepte de nuevo…
“No la obligues… por ello esta ahora así. Será mejor que olvides que cuentas con mi ayuda. Así como estoy no podré ayudarte. Solo lamento no poder ver a mi hermano.”
-Lo verías hoy…
“Si y ten cuidado es probable que se enfade si no me ve.”
Athenea se agarro la cabeza preocupada antes de llamar a los caballeros dorados, su hermana era una verdadera necia y su necedad solo daba problemas.
Shaina despertó y solo la luz de una vela iluminaba el cuarto. Trato de moverse, pero la cabeza le dolía terriblemente y soltó un quejido.
-Shaina no te muevas - Escucho y entonces vio a Milo sentado a su lado. Se veía terriblemente preocupado - Aun estás delicada.
Ella trato de reír - Milo…Esa palabra no va conmigo.
-Si va contigo - Le dijo y toco los vendajes de su cabeza - Te conozco, podrás ser muy fuerte, pero tu cuerpo puede ser muy frágil y lo que hiciste lo demuestra.
Ella misma se toco y volteo el rostro, avergonzada al notar que no traía mascara -Yo… solo quería detenerla y lo logre, ya no esta en mi cabeza.
-Pero a que costo ¿Eh? De haber tardado unos minutos más en traerte habrías muerto.
-Eso es lo que quiero, me debiste dejar morir, al fin y al cabo a nadie le importaría si muero…
-¿Por qué dices eso? ¡A mi si me importa Shaina! - La vio fijamente y ella supuso que estaba furioso.
-Perdóname… olvide que eres mi amigo, y que a ti si te importaría - Shaina trataba de contener las lagrimas - Pero es que ya no la soportaba mas, mi vida es un caos, ya no podía más…
-Yo nunca te creí tan cobarde Shaina.
-¡Pues si lo soy! - Se derrumbo - Todos tenemos un límite y yo llegue al mío.
-Vamos, tú tienes una responsabilidad. Athenea te pidió que aceptaras a su hermana dentro de ti porque te considera fuerte, es un honor que pocos…
-¡Es una maldición! - Lo interrumpió - Y para tu información no me lo pidió, me lo ordeno que es muy distinto. Considérame una cobarde o lo que quieras pero no todos podemos ser igual de fieles que tu.
Milo al escucharla se dio cuenta de la difícil situación en que estaba y se aguanto las ganas de decirle que no esta furioso sino preocupado por ella. Quiso abrazarla, consolarla y decirle que tenía su apoyo pero se contuvo.
-Será mejor que deje entrar a Marín, te espera afuera. Yo tengo otras cosas que hacer.
Marín se alegro cuando Milo le dijo que podía ver a Shaina que aunque sintió la mirada de furia de Cagglio no le importo. Cuando Marín entro a la habitación, Cagglio se enfureció más pero se controlo al ver que había mas personas en la enfermería, no quería provocar problemas.
Shaina trato de levantarse otra vez al ver a Marín pero se mareo -Marín... estas bien. Perdón, yo...
-¡No! tu eres quien debe perdonarme. Por mi culpa estas aquí - Le replico Marín mientras se quitaba su mascara: Me comporte como una insolente con Artemisa y contigo. La provoque sin saber de lo que tú serias capaz para detenerla y eso que te insulte. Casi te mueres por una estupidez mía.
-No era agradable ver lo que te hacia, ni era justo.
-Shaina…
-¿Realmente amas a Aioria?
Marín bajo la cabeza - No debí decirte que nadie…
-Es la verdad… no dijiste algo que no sepa, solo que yo fingía que no me importaba.
-Perdona…
-No me has dicho si lo amas
Marín respondió con seguridad y esbozo una sonrisa que luego desapareció - Yo lo amo, pero lo que tu dijiste...
-Yo no… fueron órdenes de Artemisa.
-No quisiera negar lo que siento por el. Pero se opone a lo que Artemisa dijo y las reglas que aceptamos junto con este trabajo.
-Marín no te preocupes - dijo Shaina - Artemisa no volverá a lastimarte porque yo no se lo permitiré.
Marín no dijo nada mas… se cercioro entonces que Shaina era más fuerte de lo que creyó y pensar que hasta envidia llego a sentir cuando supo que Artemisa estaba en ella.
Aioria esperaba a la puerta de la enfermería, Milo lo vio e iba a agradecerle el haber llevado a Shaina al lugar cuando escucharon el llamado de Athenea y de inmediato salieron del lugar.
Cagglio aprovecho que ellos se fueron y entro de vuelta a la habitación.
-¡Ahora mismo llamaras de vuelta a su alteza! - dijo Cagglio furiosa irrumpiendo otra vez en la habitación, June y Misha la siguieron.
-¡Ya déjala en paz! Esta herida - Replico Marín.
-Tú sabes que paso. ¡Dímelo!
-¿Qué quieres que te diga?- Replico Marín - Aquí nadie acepta a tu diosa, ¡ya puedes largarte!
-Por favor Shaina… - suplico Cagglio - Acéptala de nuevo. Su alteza no quiere hacer daño, solo esta un poco confundida.
-No quiero, ya tome mi decisión. Ya tendrá su oportunidad con alguien más.
Cagglio se acerco a Shaina, se quito la mascara y se arrodillo frente a ella, Misha preocupada cerro al puerta.
-Tu no entiendes… esta es la única oportunidad que tenemos. Si la pierde… ella no podrá vengarse.
Shaina la vio y dijo: Con más razón, no dejare que me utilice para sus asuntos personales.
-Su venganza no interviene con los planes de Athenea, están más unidas de lo que crees. Ayuda a su alteza por favor antes de que destruyan este lugar. Si su hermano no la encuentra seguro vendrá a este lugar por ella y puede hacer mucho daño.
-Maestra… - Dijo Misha asombrada - ¿Qué esta diciendo?
Marín no se asombro tanto - ¿Por qué creeremos algo tan estúpido?
-Es cierto - Replico Shaina - No creeré algo tan absurdo.
Pero tal como Cagglio dijo Apolo llego a los límites del santuario. Era mediodía y su hermana sabia que a esa hora le vería, pero no podía verla ni sentirla por ningún lado, espero unos minutos y decidido trato de entrar al lugar. No camino más que unos cuantos pasos cuando se topo con una barrera, vio a Mu y no se sorprendió de ello.
-Un caballero dorado… ¿Eres tú quien intentara detenerme?
Mu no respondió pero cuando el dios intento golpearlo, vio a Athenea misma frente a el y se contuvo.
-No me digas que pretendías entrar otra vez impunemente al Santuario - Le dijo ella.
Apolo se rió - Tú… llegaste hasta acá, eso si que es una sorpresa.
-Claro, después de tu última visita, tenia que reforzar mi protección. No puedo permitir que dañes a ninguno de los míos, ni que quieras lastimarme.
-Yo no vengo por ti Athenea, no te crezcas tanto - Se carcajeo - A mi no me importas si vives o mueres. ¡Yo solo quiero a mi hermana Artemisa! - Trato de romper la barrera sin éxito.
-Será mejor que te detengas. Ella regreso a la armadura.
-¿Te atreviste a encerrarla de nuevo? - La miro furioso, sus largos cabellos cambiaron del rubio a un rojo encendido y lanzo un poderoso ataque que Mu logro contener con dificultades, sus compañeros lo apoyaron para que resistiera. El poderoso choque de fuerza estremeció todo el santuario.