Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Junto a ti ❯ Epílogo Primera Parte ( Chapter 28 )

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JUNTO A TI
Por Daulaci Serv
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
Con una especial agradecimiento a Crystal23quien a sido toda una inspiración y un gran apoyo como beta en este fic.Gracias amiga por compartir esta locura conmigo.
Dedicado a nena05000, gracias a tus ideas este epílogo empezó a cobrar vida, unos meses atrás.
Nota Para los despistados: les recuerdo que este epílogo en todas sus partes traerá una escena lemon, así que pondré advertencias antes de empezar la misma, pongo a su discreción la lectura de esta, por favor, si no tienes la mente abierta o si no te gustan este tipo de escenas no la leas, si lo haces es bajo tu propio riesgo. Gracias.
EPILOGO
1ª PARTE
 
Cinco años después…
 
Tomoyo miraba la dulce carita de su hijo, respiraba tranquilamente, tocó su frente y cerró los ojos agradecida, al fin las noches de fiebre habían terminado.
 
El pequeño de solo tres años estaba mejor. Lo arropó y besó su frente, se sentía un poco cansada después de pasar dos noches en vela cuidándolo, pero todo había valido la pena.
 
Había sido un resfriado que se había complicado, pero ahora estaba mejorando, como había dicho el doctor Kasi, Akio era un pequeño fuerte muy parecido a su padre. Físicamente lo único que tenía de ella eran sus ojos, todo lo demás era como una versión miniatura de Touya.
 
Con una sonrisa en los labios Tomoyo camino a la puerta, se volvió para dar una última mirada a su hijo. El pequeño Akio incluso había heredado esa actitud posesiva para con ella. A pesar de su edad era un aliado implacable en cuanto a proteger a su madre.
 
Dejó encendida la pequeña lámpara que apenas iluminaba la habitación y cerró la puerta para dirigirse a su propia habitación. Desde la llegada de Akio, Touya había ampliado la casa añadiendo dos habitaciones más a la misma, para dejar las otras para las ocasiones en que Sakura y su familia los visitaban. Touya planeó tan bien la nueva disposición que el cuarto que compartían quedaba apartado de los demás.
 
Al entrar en la habitación notó que Touya aún la esperaba recostado en la cama, había dejado la lámpara de la mesita de noche encendida. Tenía los ojos cerrados pero ella sabía que estaba despierto.
 
-¿Cómo está? -preguntó al sentirla cerca de la cama.
 
-Bien, la fiebre se fue -suspiró dejando su bata sobre la cama y levantó la cobija para meterse debajo de ella.
 
Tomoyo sonrió al ver los pantalones del pijama que usaba Touya, había dejado de lado su costumbre de dormir desnudo desde que naciera su hijo.
 
Después del difícil parto que tuvo la joven madre, Touya había insistido en ayudarla en todo y era él quien se paraba por las noches para atender al pequeño Akio. Si era necesario le cambiaba los pañales y lo llevaba hasta ella para que lo alimentara.
 
Desde entonces siempre se ponía los pantalones, pero odiaba las camisas del pijama y se negaba a usarlas, aunque a ella no le importaba mucho pues disfrutaba del cálido roce de su piel cuando la envolvía en sus protectores brazos como ahora.
 
-Te dije que no tendrías que preocuparte -dijo él interrumpiendo sus pensamientos al mismo tiempo que apagaba la lámpara.
 
-Lo sé, pero… -y bostezó cansada-, no iba poder dormir si no le daba un vistazo.
 
Touya no respondió y le besó la frente habían sido unos días difíciles desde que Akio enfermara. Tomoyo se angustiaba cuando eso pasaba y él lo sabía. Se habían ido a dormir dos horas antes y ella solo se movía en la cama inquieta hasta que se decidió y fue a la habitación de su hijo.
 
Esa era la mujer que él amaba, la que había llenado su vida por completo, pensó él mientras se dejaba llevar por el cansancio, al tiempo que percibía su aroma y la calidez de su cuerpo.
 
Unas horas después un repiqueteo constante irrumpía en sus sueños, Touya no se despertó hasta sentir que Tomoyo se movía con cuidado para liberarse de sus brazos y se estiraba por encima de él para tomar el teléfono.
 
-¿Diga? -contestó Tomoyo en voz baja.
 
Touya escuchó su voz sintiendo su aroma y tuvo la idea fugaz de arrojar el teléfono y abrazar a su esposa para besar la sensible piel del cuello que se exponía frente a él, pero en seguida esos pensamientos fueron cortados.
 
-¡Mamá! -exclamó Tomoyo al reconocer la voz al otro lado de la línea y se incorporó bruscamente-. Mamá, cálmate por favor, no entiendo lo que dices -pidió mientras encendía la luz para ver la hora en el reloj, eran las 4 am.
 
Touya que para ese momento estaba completamente despierto observaba los cambios en el semblante de su esposa.
 
-¿Y… y donde estás ahora? -tartamudeó al tiempo que instintivamente alargaba el brazo para tomar la mano de Touya.
 
Este se incorporó al notar el temblor en la mano de Tomoyo y la apretó tratando de transmitirle un poco de calma, cosa que al parecer funciono.
 
-Mira, no te preocupes -dijo Tomoyo después de haber escuchado las explicaciones de su madre-. Yo… yo voy para allá… ahora mismo, solo dame los datos y…
 
Touya escuchaba cada vez más sorprendido e intrigado y veía a Tomoyo mientras se levantaba de la cama y anotaba en una libreta. Él también se puso de pie.
 
-Si mamá -continuó la chica al terminar de anotar-. Estaré ahí pronto, tranquila. Llevaré el móvil conmigo… llámame ahí si pasa algo más… si, te veo pronto.
 
Tomoyo colgó y dejó el teléfono en la mesita, se volvió a Touya que la miraba interrogante.
 
-Mi… mi papá… tuvo un infarto -tartamudeó y se llevó ambas manos a la boca, sopesando el golpe de la noticia.
 
Touya de inmediato la abrazó tratando de confortarla.
 
-¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué te dijo Sonomi?
 
Tomoyo no pudo contestar y él la tomó en sus brazos, se sentó en un sillón que había en la habitación y la puso en sus piernas. Ella recargó la cabeza en su hombro.
 
-Dijo que habían salido a una cena con unos clientes de papá -respondió al fin con voz trémula-. Regresaron a casa y él dijo que se sentía raro, pero aún así mientras mamá subía a su habitación él se quedó en el despacho.
 
-¿Y entonces? -preguntó él mientras le frotaba la espalda con ternura.
 
-Como se tardó mucho en subir, mamá bajó a buscarlo y… y lo encontró en el suelo -sollozó Tomoyo imaginando la escena.
 
-Lo siento cariño -dijo él mientras besaba su frente.
 
-Está en el hospital, mamá dice que lo hicieron reaccionar en la ambulancia -suspiró y se incorporó un poco-. Dice que ahora le están haciendo estudios y que tal vez lo operen hoy mismo… -Tomoyo se puso de pie de un salto y limpió su rostro con las manos-. Mamá no quiere estar sola, le dije que iría para allá y…
 
-Iremos para allá -corrigió él de inmediato.
 
-Pero… Touya ahora mismo tienes mucho trabajo aquí…
 
-Nada que Yukito no pueda manejar solo -objetó él. Tomoyo sintió cierto alivio pero a pesar de eso protestó.
 
-No es necesario, puedo ir y venir hoy mismo. Me llevó al auto…
 
-Ni hablar -negó él con vehemencia-. No voy a dejar que mi esposa maneje sola en la madrugada y por la carretera.
 
-Touya tenías toda la mañana planeada.
 
-No voy a dejar que manejes en ese estado -insistió.
 
-¿Y Akio? -preguntó empezando a rendirse.
 
-Él está mejor, solo necesita otro día en cama, “el abuelo” se ocupará de él.
 
-“El abuelo”, era así como habían llamado a Fujitaka desde que Sakura los sorprendiera con la llegada de dos nietas.
 
-Está bien -aceptó ella al fin, relajando su postura-. ¿Crees… crees que…?
 
-¿Qué?
 
-Solo estaba pensando… si será necesario quedarnos más de un día… pero no sé…
 
-Mira, para que no te preocupes por ello llevaremos una muda de ropa -sugirió sacando una pequeña maleta del closet.
 
-Tienes razón -dijo ella empezando a buscar la ropa para ambos-. No me gusta la idea de dejar a Akio.
 
-El abuelo lo cuidará bien -aseguró Touya mientras comenzaba a vestirse.
 
-Lo sé, pero lo que me preocupa es que Akio no tomará muy bien él que nos vayamos sin despedirnos.
 
-Podemos hablarle por teléfono y explicarle nosotros mismos.
 
-Me parece buena idea -dijo terminando de hacer la maleta. Touya ya se colocaba los zapatos.
 
-Mientras te vistes iré a ver al abuelo y le explicaré.
 
-Si, estaré lista en unos minutos -murmuró Tomoyo pensando en lo que se pondría. No se dio cuenta que Touya estaba junto a ella.
 
-¿Te sientes mejor? -preguntó tomándola de los hombros.
 
-Si, creo que si -dijo con voz trémula-. Un poco nerviosa.
 
-No te preocupes, todo saldrá bien -la animó y le dio un suave beso en los labios.
 
Unos minutos más tarde Tomoyo se encontraba en el piso inferior hablando con Fujitaka mientras esperaba a que Touya sacara el auto.
 
-Por favor llamen para avisarme como está tu padre -pidió Fujitaka mientras abrazaba a su nuera mostrándole su apoyo.
 
-Lo haremos, gracias. De todos modos llamaré para saber como amaneces Akio, y para explicarle porque tuvimos que salir. Se enfadará mucho porque no lo llevamos.
 
-Tal vez -aceptó Fujitaka pensando en las explosiones de su nieto, muy parecidas a las del padre-. Pero no te preocupes me encargaré de que se le pase pronto. Ahora que está mejor puedo pedirle a Mina que traiga a Sayuki, eso lo alegrará.
 
-¡Tienes razón! Que buena idea -exclamó Tomoyo aliviada, pensando en el hijo de Mina y Yukito quien era el mejor amigo de Akio-. Muchas gracias abuelo.
 
-Es un placer para mi -aseguró Fujitaka sonriendo.
 
-Ya está todo listo -dijo Touya entrando por la puerta-. ¿Lista? -preguntó a Tomoyo quien asintió y después de despedirse de Fujitaka caminó a la puerta-. Muchas gracias abuelo, recuerda avisarle a Yukito.
 
-No te preocupes hijo, vayan con cuidado.
 
-Si todo sale bien, regresaremos hoy mismo.
 
-Ojalá así sea -dijo Fujitaka acompañando al matrimonio al carro.
 
********************
 
Horas más tarde llegaban al hospital. Siguiendo las instrucciones de Sonomi se fueron directo al piso donde estaba internado Takedo Daidouji.
 
Antes de que Tomoyo pudiera preguntar en al recepción de enfermeras Sonomi apareció por uno de los pasillos, al ver a su hija corrió a su encuentro para abrazarla.
 
-Muchas gracias por haber venido -exclamó Sonomi aliviada mientras la abrazaba.
 
-No tienes nada que agradecer -aseguró Tomoyo y se retiró para ver a su madre de frente-. ¿Cómo está él? -preguntó ansiosa.
 
-Estable -suspiró Sonomi y se percató de la presencia de su yerno-. ¡Touya! Tú también viniste -exclamó con cierta desilución.
 
-¡Mamá!
 
-Es mi deber acompañar a mi esposa -respondió Touya conteniendo su molestia. Era bien sabido que a diferencia de Takedo, Sonomi siempre había tenido sus reservas respecto a la elección de su hija-. ¿Cómo está usted? -preguntó amable mientras extendía la mano para saludar a su suegra.
 
-Mejor, gracias -dijo Sonomi respondiendo al saludo.
 
-¿Y, entonces? ¿Qué pasa con papá? ¿Lo están operando?
 
-Es cierto -se disculpó Sonomi saliendo de su sorpresa-. Si, van a operarlo hoy, le colocarán un marcapasos.
 
-Un marcapasos -murmuró Tomoyo impresionada-. ¿Y a que hora? Pensé que tal vez cuando llegáramos él ya estaría en el quirófano.
 
-Eso es culpa de tu padre -acusó Sonomi exasperada-. No ha querido que lo operen hasta que llegara su doctor.
 
-Bueno, si puedo hacer su voluntad no debe estar tan mal -comentó Tomoyo más tranquila pensando en las reservas que mostraba su padre ante doctores extraños.
 
-Y que lo digas. Vengan, todavía están a tiempo de verlo antes de que lo lleven al quirófano -dijo al tiempo que los guiaba por el pasillo. Touya tomó de la mano a Tomoyo para animarla, pues sabía lo nerviosa que estaba-. El docto Daisanaki llegó hace un momento y pasó a avisarnos que todo estaba listo, en unos minutos vendrá el anestesista a ver a tu padre.
 
Llegaron a la habitación y Sonomi entró, en cuanto se asomó le anunció a su esposo que tenía visitas. Tomoyo tomó aire y se preparó para animar a su padre, miró a Touya a los ojos y este le besó la mano en señal de apoyo.
 
-¡Hola papá! -saludó Tomoyo al verlo e hizo un gran esfuerzo porque no se le notara la tristeza de ver a su padre postrado en la cama con toda clase de aparatos a su alrededor, pálido y de apariencia cansada.
 
-¡Hija! No creí que podría verte antes de la cirugía.
 
-Llegamos a tiempo -respondió ella acercándose para darle un beso en la mejilla y se volvió a Touya quien saludó a su suegro.
 
-Señor Daidouji -saludo Touya tomando la mano del hombre.
 
-¿Cuántas veces debo decirte que me llames Takedo? -dijo el hombre con una media sonrisa y lanzando una mirada rápida a su esposa quien no se veía nada feliz.
 
-Esta bien… “Takedo” -aceptó Touya con una mirada de complicidad a su suegro pues sabía lo que le esperaba cuando se volviera y enfrentara la mirada de Sonomi.
 
Tomoyo por otro lado sonreía complacida por la relación que se había formado entre Touya y su padre a lo largo de los años.
 
-¿Cómo está mi nieto? -preguntó Takedo.
 
-Estuvo resfriado -respondió Tomoyo-. Pero ya está mejor, la próxima vez lo traeremos.
 
-Si, por favor -exclamó Sonomi entusiasmada-. Tengo muchas ganas de verlo.
 
La conversación ligera continuó procurando animar a Takedo. Todos evitaron hablar sobre la cirugía, hasta que el anestesista se presentó en la habitación. El hombre, estaba ya preparado para la cirugía, vestido con una pijama quirúrgica azul. Saludó a todos en la habitación y le hizo algunas preguntas a Takedo, al final se despidió asegurando que todo estaría bien.
 
Antes de salir el anestesista informó que en unos minutos irían a buscarlo. Todos empezaron a despedirse.
 
-Lo veré en unas horas Takedo -dijo Touya en tono solemne.
 
-Muchas gracias por traer a mi hija Touya.
 
-No iba a dejarla sola en este momento.
 
-Lo sé… -sonrió el hombre.
 
Touya salió de la habitación para permitir que las dos mujeres se despidieran a sus anchas.
 
-Papá, todo saldrá bien -dijo Tomoyo besándolo en la frente-. Estaremos aquí cuando despiertes.
 
-Gracias hija, por estar aquí -musitó Takedo pellizcando su mejilla con afecto y la jaló hacia él para murmurar en su oído-. Hiciste una buena elección al casarte…
 
Tomoyo sonrió y lo besó de nuevo.
 
-Déjame un momento con tu madre -pidió Takedo.
 
-Claro que si -y Tomoyo salió de la habitación.
 
Touya seguía en el pasillo esperando por ella y extendió los brazos para permitir que ella se refugiara en los mismos.
 
-Se ve muy mal -murmuró Tomoyo con pesar.
 
-Es lógico, pero ya verás que cuando termine la operación estará mejor.
 
-Me da tanto gusto que estés aquí conmigo -dijo Tomoyo abrazándolo con fuerza.
 
-Un día te prometí que no me separaría de ti -recordó Touya y le levantó la cara para que lo mirara-, y no pienso faltar a esa promesa.
 
-Te amo tanto -dijo Tomoyo recordando ese día y le colocó una mano en la nuca para atraerlo hacia ella y besarlo.
 
********************
 
Touya estaba esperando en la lujosa habitación del hospital que Sonomi había conseguido para Takedo, la cual contaba con una habitación aparte en la cual había amplios sillones donde ahora se encontraba sentado con Tomoyo entre sus brazos dormitando inquieta.
 
Touya se sintió aliviado al ver salir a su suegra y descansar de las inquietantes miradas que le lanzaba, sobre todo después de que los descubrió besándose en el pasillo.
 
Sonomi tenía la capacidad para hacerlo sentir como si fuera un adolescente lujurioso que busca lugares inapropiados para besar a su novia; y no el hombre que mostraba a su esposa apoyo, pero por supuesto eso era algo que él nunca admitiría.
 
Touya observó a Tomoyo. Con esta ya eran tres noches en las que ella no dormía. Cuando enfermó Akio ella había insistido en cuidarlo sola pues sabía que el trabajo en el rancho había sido muy pesado, sobre todo el último par de semanas.
 
Las cosas se habían complicado después de que Yukito y él tuvieron que asistir a una de sus mejores yeguas en un parto pasando buena parte de la noche con el animal; poco después dos vacas enfermaron y aún no tenían una idea de que era lo que tenían, debían esperar el resultado de unos estudios y mientras tanto los animales habían sido apartados de los demás.
 
Touya llegaba a casa exhausto y apenas su cabeza tocaba la almohada caía en un sueño profundo. Llevaba días sin tener una conversación decente con su esposa, más allá de los saludos y algunos comentarios era poco lo que habían podido compartir, que decir de las noches. Touya gruño para sus adentros un tanto frustrado llevaba varias noches sin hacerle el amor a su mujer y eso le molestaba.
 
Tomoyo suspiró atrayendo la atención de Touya quien colocó unos mechones de cabello detrás de la oreja, nunca se cansaría de admirar su belleza. Mientras la contemplaba recordó cuando le propuso matrimonio y le prometió que nunca más volverían a separarse.
 
Las imágenes de aquel día venían a su mente tan nítidas como si tan solo hubiese sido ayer cuando después de arreglarlo todo con Takedo Daidouji se había presentado en el jardín para volver a verla después de semanas agonizantes en la que se había privado de su presencia.
 
- Flash Back -
 
“Seré feliz mientras esté Junto a ti”.
 
Eso le había dicho ella y hasta ahora siempre se había asegurado de que nunca se arrepintiera de haber pronunciado esas palabras.
 
Se habían besado lentamente, sus labios se separaban y volvían a unirse sin prisas, con la certeza de que estarían juntos.
 
Touya no supo cuanto tiempo pasó pero al levantar la cara y observar como ella abría sus ojos lentamente para mirarlo supo que su vida cobraba un nuevo sentido.
 
Sacó la cajita con el anillo y la abrió para mostrárselo. La miró a los ojos y en silencio volvió a preguntarle si se casaría con él. Tomoyo no tuvo que pronunciar palabra su mirada y la sonrisa en sus labios lo dijeron todo.
 
Muy despacio fue colocando el anillo en su dedo, los dos sonreían como dos niños que compartían un secreto.
 
La abrazó para levantarla del suelo y girar con ella. Si sintió algún dolor en su pierna él no lo notó. Los dos reían felices y eso era todo lo que importaba. Repentinamente se detuvo sintiendo la necesidad de besarla de nuevo.
 
En el momento que sus bocas se encontraron, el resto del mundo dejó de existir para él. Su boca era cálida y su sabor dulce. Touya tomó aire y una oleada de esencia femenina lo invadió. Se moría de ganas por dejar sus dedos correr por su cabello y así lo hizo. Al mismo tiempo sintió los pequeños dedos de ella deslizándose suavemente por su nuca, en una caricia ya tan familiar para él.
 
Touya movía los labios con precisión saboreando los contornos de los labios femeninos que se habían abierto sin que él lo pidiera. Con su lengua recorrió los mismos antes de hundirse en su boca, compartiendo un beso tan intimo que provocó una excitación casi insoportable.
 
Así hubieran seguido mucho tiempo de no ser porque fueron interrumpidos por el tal Yamazaki. Tomoyo todavía reía cada vez que lo recordaba, pero para él nunca había sido gracioso. Li había tenido el buen tino de no ir él mismo a decirles que había llegado el momento de marcharse, pues a pesar de que a él debía en parte esos momentos de felicidad no habría podido resistirse de darle su merecido.
 
Finalmente se reunieron en la entrada con el otro agente, Li y Sakura, los autos ya los esperaban.
 
Sakura y Tomoyo se habían saludado con alegría intercambiaron abrazos pero ninguna había hecho un comentario sobre lo que les había ocurrido, su felicidad era evidente y las razones eran obvias.
 
Touya pudo notar la radiante felicidad que despedían esos dos, además del hecho de que en cuanto volvieron a tomarse de la mano no se soltaron para nada.
 
Touya tuvo que debatirse entre la creciente molestia que sentía por ver a su hermana con un hombre y la secreta alegría que le producía el que ella fuera feliz. Al menos, tuvo que admitir para sus adentros, ella había elegido a un buen hombre que se ocuparía de hacerla feliz y de protegerla contra todo.
 
Después de un largo trayecto, llegaron a la mansión Daidouji. Touya no se permitió sentirse intimidado por la abundancia que reflejaba la construcción. Con el simple hecho de mirar a Tomoyo a los ojos era suficiente para sentirse seguro de que podría hacerla feliz.Además Tomoyo nunca había mostradoloscaprichos deuna niña rica. Por el contrario, su sencillez y humildad eran parte de las cualidades que admiraba de ella.
 
Cuando por fin conoció a Takedo Daidouji en persona este lo saludó efusivamente, y le agradeció por haberle devuelto la alegría a su hija. Con Sonomi Daidouji nunca había sido sencillo, la mujer lo miraba con suspicacia y se mantuvo distante hasta que escuchó los planes de los jóvenes de casarse lo antes posible.
 
-¿Qué? -exclamó Sonomi poniéndose de pie de un salto- ¿Cómo que casarse? ¿Estás escuchando esto Takedo? -al notar la aparente tranquilidad de su marido pese a que él también se sorprendió pero no le había afectado del mismo modo que a su esposa.
 
-Calma mujer -pidió Takedo a su esposa-. No deberías sorprenderte, este joven no vino hasta aquí solo para saludar a tu hija.
 
-Papá -exclamó Tomoyo sonrojada, se encontraba sentada al lado de Touya con sus manos entrelazadas con las de él.
 
-Yo debo ir a atender algunos asuntos -se excusó Shaoran poniéndose de pie al notar la difícil situación-. Con permiso.
 
-Yo iré con él -anunció Sakura dando un salto-, aún no he saludado a los muchachos -explicó con una sonrisa, notando que su hermano no le agradaba la idea agregó-. Además ya decidí reincorporarme al trabajo cuanto antes. Los veré más tarde.
 
Y desaparecieron antes de que alguien pudiera objetar cualquier cosa.
 
-¡Casarse! -continuó Sonomi una vez que los jóvenes salieron-. Pe… pero apenas se conocen.
 
-Mamá, nos amamos y ya estuvimos separados el tiempo suficiente para saber que lo que sentimos es real y será duradero.
 
-Pero…
 
-Señora Daidouji -la interrumpió Touya sereno-. Mis intenciones para con su hija son serias. La amo y no pienso renunciar a ella -y miró a Takedo-. Mi situación económica no es parecida a la suya…
 
-Touya… -susurró Tomoyo preocupada pero él no la dejó hablar.
 
-Pero les aseguro -continuó él-, que cuento con la estabilidad económica y el capital suficiente para ofrecerle a Tomoyo lo mejor.
 
-No es necesario que nos de explicaciones -aseguró Takedo sinceramente-. Tomoyo ya nos había comentado sobre el rancho que tienen y se que es un negocio fructífero. Además estoy seguro que siempre procurará lo mejor para nuestra hija.
 
-¡Takedo! -exclamó Sonomi sin poder creer lo que oía.
 
-Calma mujer -insistió una vez mientras se acercaba a ella para tomarle de la mano y hacer que volviera a sentarse-. ¿Habías visto a tu hija tan feliz antes?
 
Sonomi se obligó a mirar a los ojos de Tomoyo que la veían suplicantes.
 
-¿Había sido tan feliz incluso antes de que toda esta tragedia nos envolviera?
 
-No -susurró Sonomi derrotada.
 
-Yo creo que estos muchachos pueden ser felices -Sonomi suspiró y asintió a su marido quien le besó la frente.
 
-Solo hay un par de cosas -continuó Takedo atrayendo la atención de los jóvenes-. No se que tan posible sea que se casen cuanto antes. Kinomoto ya me había expresado sus intenciones…
 
-¡Y no me habías dicho nada! -volvió a explotar Sonomi sin poder contenerse.
 
Mientras Takedo trataba de calmarla Touya y Tomoyo susurraban.
 
-Te dije que mamá podía ponerse difícil ¿recuerdas?
 
-Si, aunque nunca imagine que tanto… -admitió Touya mirando a sus suegros-. Supongo que te pareces más a tu padre, aunque… -y regresó su mirada a ella-. No me estarás escondiendo esos rasgos de tu carácter ¿verdad?-preguntó mientras una de sus cejas se levantaba suspicazmente.
 
-¿Y si así fuera? -lo retó ella-. ¿Saldrías corriendo de aquí con todo y tu propuesta de matrimonio?
 
-Claro que no -aseguró él-. Y si no estuvieran tus padres aquí, te demostraría lo serio de mis palabras.
 
-¡Touya! -exclamó ella sonrojada al notar su intensa mirada, pero de pronto recordó algo-. ¿Es cierto lo que dijo papá? ¿Qué ya le habías mencionado tus “intenciones”?
 
-Si -respondió muy serio-. Como te dije no pienso regresar al rancho sin ti y tenía que asegurarme que nada se interpusiera en mi camino.
 
-Te amo Touya -respondió Tomoyo deseando que pudieran estar solos.
 
Touya simplemente sonrió y esperaron un par de minutos más para que Sonomi se calmara y así su esposo pudiera decirles cuales eran los inconvenientes.
 
Como había expresado al enterarse de los planes de Touya y seguro de la respuesta afirmativa de Tomoyo, había consultado algunos detalles con sus abogados.
 
Considerando que Tomoyo una vez casada pudiera ser alejada de todo el circo que se había convertido su situación familiar pensaban aprovechar la situación para alejarla definitivamente de la vida social y pública que hasta ahora solo había provocado su infelicidad.
 
Los abogados habían sugerido que Tomoyo esperara a casarse hasta después de que hiciera su declaración en la corte. De esta manera al subir al estrado lo haría como Tomoyo Daidouji y no como Tomoyo Kinomoto.
 
Al oír estas últimas palabras Touya se sintió inundado de un placer indescriptible, no había pensado en eso, ella pronto sería Tomoyo Kinomoto, su esposa.
 
El señor Daidouji continuó explicando sus planes. Una vez que Tomoyo se viera libre de las obligaciones ante la corte podría casarse.
 
Otro inconveniente sería que no podrían hacer una enorme fiesta como a él mismo Takedo le encantaría, puesto que era su única hija. Al contrario, tendría que ser algo muy privado y con solo las familias de ambos y el juez. Y podría ser ahí mismo en la mansión.
 
-¿No habría fiesta? ¿Ni invitados? -Sonomi expreso su descontento al respecto.
 
-A mi no me importa -se apresuró a decir Tomoyo ante otra explosión de su madre.
 
-¿Estás segura? -preguntó Touya dudando por primera vez de su idea de casarse cuanto antes-. Podríamos esperar.
 
-¡No! -aseguró Tomoyo con vehemencia-. No quiero esperar, además papá tiene razón. Si ahora se sabe que me caso, la prensa no nos dejará en paz. Estoy cansada de todo esto.
 
La amargura con que lo dijo sorprendió a sus padres. Tomoyo nunca se había quejado respecto al acoso de la prensa, era la primera vez que admitía su molestia.
 
-Además… -continuó la joven con visible angustia-, si saben que me caso, querrán saber con quien y averiguarían quien es Touya -mirándolo-, donde y como lo conocí. ¡No!, no quiero que se sepa nada, nos seguirán hasta el rancho ó no sé… -continuó desesperada-, no se que pueda ocurrir. Yo no quiero…
 
-Está bien -dijo Touya tomándole el rostro con ambas manos-. Se hará como tu quieras.
 
Los padres de Tomoyo comprobaron en ese instante lo profundo del amor que ellos se profesaban. Y muy a su pesar Sonomi tuvo que admitir que ese hombre que se llevaría a su hija si podía hacerla feliz.
 
Después de eso Takedo pidió que se destapara una botella de champaña y también mandó a llamar a Sakura y Shaoran para que brindaran con ellos.
 
Una vez hecho el brindis y las felicitaciones, los planes para la boda empezaron. Todo se mantuvo en el más absoluto de los secretos.
 
Touya acompañó a la familia Daidouji a la corte y era tal su afán de proteger a su prometida que daba la impresión de ser un nuevo miembro de seguridad de la joven.
 
Una vez que Tomoyo cumplió con su parte en el juicio, se llevó acabo la boda, todo estaba listo. Por parte de los Daidouji solo hubo una pareja de amigos muy allegados a ellos. Por el lado de los Kinomoto estuvieron todas las personas importantes para la familia.
 
Poco a poco y sin llamar la atención fueron llegando los invitados, ni siquiera tenían que vestir muy formal.
 
Tomoyo no cabía de la felicidad cuando vio llegar a Fujitaka y Yukito quien iba acompañado por Mina. Unos minutos más tarde aparecieron Eriol y Nagissa. Yue también estuvo presente y llevó a Tsugume con él.
 
Aunque la ceremonia fue muy sencilla, la felicidad que mostraba la pareja de novios contagió a todos. Después todos disfrutaron de una comida que organizó Sonomi en su insistencia porque la ocasión no pasará sin más.
 
Takedo sorprendió al nuevo matrimonio informándoles que había reservado una suite en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. Todo estaba arreglado para que gozaran de mayor privacidad en su noche de bodas y también estaba cubierto el asunto de la prensa, se habían tomado suficientes precauciones para que nadie se enterara que Tomoyo se hospedaba en el hotel.
 
- Fin de Flash Back -
 
Touya suspiró recordando aquella primera noche juntos. Había sido muy especial. Miró a la mujer que tenía a su lado y que había florecido en sus brazos desde entonces.
 
Recordó que habían hablado sobre tener una boda por todo lo alto una vez que todo se calmara. Pero con el tiempo esa idea había sido dejada de lado antes los nuevos acontecimientos. Ni siquiera las bodas que siguieron mantuvieron firme esa intención.
 
-“Tal vez, ha llegado el momento” -pensaba Touya, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos al sentir a Tomoyo moverse.
 
-Lo siento -dijo Tomoyo después de abrir los ojos y darse cuenta de la posición en al que estaba-. Me quede dormida.
 
-Estás agotada -la excusó él.
 
-¿Mamá no ha regresado? -preguntó bostezando.
 
-¿Crees que te habría dejado dormir si Sonomi hubiera llegado? -negó Touya con burla-. ¿Quién me defendería de su filosa lengua y su mirada acusadora?
 
-¡Touya! -lo reprendió con una sonrisa-. Mamá no te lastimaría.
 
-¿Quién sabe? Un día de estos se decide… -y lanzó un silbido.
 
-No se atreverá, sabe que eres muy importante para mi… -y lo besó suavemente-. ¿Qué hora es?
 
-Las 9.30, ya se tardó -dijo Touya, aunque si por él fuera podía llegar cuando terminara la cirugía.
 
-Seguramente decidió pasar a la oficina y dejar todo preparado para la ausencia de papá.
 
-Es posible.
 
-Deberíamos llamar a casa -sugirió Tomoyo.
 
-Tienes razón, ya debe haber despertado Akio.
 
Llamaron por teléfono y como lo esperaban Akio los saludó muy enojado lanzando reproches. Touya y Tomoyo apenas pudieron convencerlo de que los escuchara. Touya había empezado a convencerlo cuando un grito de alegría por parte del pequeño los interrumpió y su voz se apagó en el teléfono.
 
-¿Akio? -lo llamó Touya pero no obtuvo respuesta por parte del pequeño sino de Fujitaka quien tomaba la bocina.
 
-Sayuki acaba de llegar -informó Fujitaka desde el otro lado de la línea, se alcanzaba a oír al fondo las risas de los niños.
 
-Parece que tuviste razón al pensar que eso lo calmaría -dijo Touya más tranquilo.
 
-¿Cómo va todo por allá? -preguntó Fujitaka.
 
-Bien, la cirugía todavía tardará unas horas. Pero todo está bien.
 
-Que gusto saberlo.
 
-¿Hablaste con Yukito?
 
-Si, me dijo que no habría problema, tal como tú pediste quedó en llamarte después de que viniera el veterinario para informarte lo que dijera.
 
-Bien, esperaré su llamada. ¿Estás seguro que podrás con esos dos diablillos? -preguntó pensando en los dos torbellinos.
 
Sayuki era un año mayor que Akio pero siempre habían congeniado muy bien y sus travesuras eran ya legendarias.
 
-No te preocupes, yo puedo. Además Mina ha venido y se quedará a comer y cenar con nosotros. Yukito también se dará sus vueltas.
 
-Buena idea.
 
-Mina insistió -dijo Fujitaka-. ¿Tomoyo está por ahí? Mina quiere saludarla.
 
-Si, ahora te la paso.
 
Tomoyo saludó a Fujitaka antes de que este la comunicara con Mina. Las dos mujeres se saludaron y Mina le comentó sobre los planes de pasar el día en la casa Kinomoto, para no dejar a Fujitaka y Akio solos.
 
-Muchas gracias Mina -dijo Tomoyo a su amiga.
 
-Es un placer -aseguró Mina-. Sayuki ya estaba muy triste pro no poder visitar a Akio.
 
-Si, Akio también empezaba a aburrirse en cama.
 
-Y no te apures que los tendrá vigilados, estarán felices jugando en la cama y también tengo pensado ponerles algún video.
 
-Gracias Mina eres maravillosa.
 
-Ya se que todo va bien con tu papá -dijo Mina-. Pero si necesitan quedarse allá esta noche, mañana también podemos repetir la visita. Yukito me dijo que si es necesario dormiremos aquí.
 
-Que amable, pero no creo que sea necesario.
 
-Solo quería que lo tuvieras en mente.
 
-Lo sé, les hablaremos más tarde cuando el doctor nos diga como salió la operación.
 
-Estoy segura que todo irá bien.
 
-No quiero abusar de ti -confesó Tomoyo-. Tú también debes descansar, ¿todavía sientes nauseas? -preguntó preocupada por su estado. Mina cursaba ya por el cuarto mes de embarazo.
 
-¿No te lo había dicho? Llevó una semana sin sufrirlas. ¡Al fin! No entiendo porque, con Sayuki no padecí tanto.
 
-Tal vez sea una niña y se parecerá a su madre -Tomoyo escuchó a su amiga reír-. Sakura ya me ha contado como eras cuando niña.
 
-¡Sakura miente! -rió Mina-, yo era una niña bien portada -y guardó silencio unos segundos-. ¿Sabes? No se me había ocurrido verlo de esa manera.
 
-¿Cómo?
 
-Pues que tal vez sea una niña…
 
-Deberías considerar preguntarle al doctor en el ultrasonido de la próxima semana.
 
-No lo sé… Yukito y yo preferimos la sorpresa.
 
-Comprendo.
 
-Bueno amiga, te dejo, iré a ver lo que comeremos.
 
-Gracias Mina, por todo.
 
-Como te dije es un placer, esperamos su llamada.
 
-Está bien, cuídense.
 
********************
 
Unos minutos más tarde alguien tocaba a la puerta, Touya se puso de pie y abrió la misma.
 
-Hola hermano -saludó la persona desde fuera.
 
-Hola Sakura -respondió Touya con una sonrisa y dio un abrazo a su hermana.
 
-¡Sakura! -exclamó Tomoyo que se acercó a la puerta en cuanto escuchó la voz de su amiga.
 
-Hola Tomoyo -saludó la joven y de inmediato estrechó a su amiga en un abrazo.
 
-¿Qué haces aquí? -preguntó Tomoyo feliz-. Es decir, ¿cómo te enteraste?
 
-El abuelo -respondió a modo de explicación-. Pensó que podía venir a dar apoyo moral.
 
-No me dijo nada hace un momento que hablamos con él -dijo Touya cerrando la puerta.
 
-Lo sé, yo le pedí que no lo hiciera…
 
-Como es tu costumbre -acusó Touya.
 
-Hermano, no me regañes, quería darles una sorpresa.
 
-Muchas gracias Sakura -dijo Tomoyo mientras la invitaba a sentarse y después hacia lo mismo.
 
-No es nada -aseguró Sakura-. ¿Todavía no tienen noticias?
 
-No, el doctor dijo que sería un operación larga, pero que no habría de que preocuparse.
 
-Me da gusto oír eso.
 
-¿Y las niñas? -preguntó Touya sentándose al lado de su esposa.
 
-En casa, Wei las llevará a la escuela. En momentos como este me siento muy agradecida de que mi suegra lo haya mandado. Shaoran no dejaría a nadie más el cuidado de sus hijas.
 
-¿Y Shaoran? -ahora fue Tomoyo quien preguntó.
 
-Fue al trabajo, me trajo antes de ir para allá. Me dijo que más tarde pasará a saludarlos.
 
Touya hizo un gesto de resignación, hacía mucho que se había hecho a la idea de que Shaoran formaba parte de la familia y nada cambiaría. Pero tenerlos a él y a su suegra en la misma habitación era demasiado. En ese momento el móvil de Touya empezó a sonar.
 
-¿Diga? -contestó Touya-. Yukito, que bien -dijo y se puso de pie para apartarse y dejar a las dos amigas platicar a gusto.
 
-Pero cuéntame ¿cómo han estado? ¿Cómo están las niñas?
 
-Muy bien -contestó Sakura con entusiasmo-. Están muy felices ahora que han empezado el primer año de preescolar.
 
-Son tan lindas, ya deben tener muchos amiguitos.
 
-Parece que si, al menos ahora me puedo ir más tranquila al trabajo. Wei las lleva a la escuela y yo las recojo. ¿Sabes?, he decidido trabajar solo medio tiempo.
 
-¿En serio? ¿Shaoran al fin te convenció?
 
-Pues no tanto así, quiero pasar más tiempo con las niñas -y se volvió a ver a su hermano para cerciorarse que siguiera ocupado-. Pero no es solo por eso.
 
-¿Ah no? - preguntó Tomoyo acercándose más a Sakura.
 
-Te voy a contar pues me estoy muriendo de la emoción.
 
-¿Qué pasa?
 
-Creo que estoy embarazada -susurró.
 
-¡Sakura! -exclamó Tomoyo pero de inmediato Sakura le hizo señas para que bajara la voz y volteo a ver a su hermano que seguía concentrado en su conversación.
 
-Nadie más lo sabe, ni siquiera Shaoran.
 
-¿Por qué no se lo has dicho?
 
-Porque quería estar segura -explicó Sakura-, hace dos días fui con mi médico a hacerme los exámenes, hoy tenía que ir a recoger los resultados, pero puedo llamar para preguntar.
 
-Sakura, es muy emocionante. ¿Qué tan segura estás de que el resultado sea positivo?
 
-Casi 100% segura. Estoy ansiosa por confirmar la noticia y decírselo a todos.
 
-¿Cuál crees que sea la reacción de Shaoran?
 
-Estará feliz, llevamos tiempo intentándolo -confesó sonrojada-. No queríamos que nuestros hijos se lleven muchos años, para que puedan crecer juntos.
 
-¿Lo dices por la diferencia de edad entre Touya y tú?
 
-En parte -aceptó ella-, también las hermanas de Shaoran le llevan varios años. Así que no queremos que con nuestros hijos pasen lo mismo -Sakura suspiró ilusionada-. Solo espero que esta vez sea niño.
 
-¿Y si fuera otra nena? -preguntó Tomoyo sonriendo, sabía del deseo de Sakura por darle un hijo varón a Shaoran.
 
-No importará -aseguró divertida-. Lo intentaría otra vez.
 
-¿Qué intentarás otra vez? -preguntó Touya al llegar junto a ellas.
 
-Nada importante -respondió Sakura sonriente-. Es algo que no me resulta bien en el trabajo.
 
Touya iba a replicar algo pero en ese momento entró Sonomi como un torbellino y a ver a Sakura la saludó con entusiasmo.
 
-¡Sakura! Querida, que gusto, hace mucho que no te veía.
 
-También es un gusto para mi verla Sonomi.
 
-Hemos visto a tu marido de vez en cuando; los hombres que nos asigno para la nueva seguridad de la casa han sido magníficos.
 
-Lo sé, él mismo se encargó de seleccionarlos.
 
La charla entre las dos mujeres continuó. Touya un poco cansado y molesto, se ofreció para ir por unas bebidas y salió en busca de ellas. Antes e que cruzara la puerta miró a Tomoyo y ella le lanzó una mirada comprensiva. Sabía que su marido no soportaba estar encerrado y sin hacer nada por mucho tiempo.
 
Mientras la plática entre Sakura y su madre fue avanzando Tomoyo se distrajo pensando en lo afortunadas que eran Sakura y Mina ante la llegada de un nuevo bebé a la familia, Nagissa también tenía dos hijos.
 
Para ella la primera vez no había sido tan sencilla, Akio es el más pequeño de todos los niños que había en la familia.
 
Debido a que cuando se casó con Touya el juicio no había terminado. Decidieron esperar a que todo estuviera más calmado para planear la llegada de sus hijos. Tomoyo suspiró pensando en lo difícil que fue en llegado el momento.
 
- Flash Back -
 
Las dos veces que Tomoyo regresó a los tribunales fue con el único propósito de presentar su declaración y en las dos ocasiones antes de salir de casa tenía que ocultar su sortija de compromiso poniéndola en una cadenita que llevaba al cuello, para así poder protegerla de las miradas curiosas y no apartarse de ella en ningún momento.
 
Aunque para Tomoyo no representaba un gran problema ya que se sentía muy afortunada por contar con Touya, pues su presencia le infundaba valor, sobre todo al momento de testificar contra Matsagi, Keiju y los otros sin que ni siquiera le temblara la voz como ella temía.
 
Touya le había brindado su apoyo y protección en todo momento. Cuidaba mucho que la prensa no se acercará demasiado a ella. Fue una fortuna que a los ojos del mundo pareciera uno más de su equipo de seguridad.
 
Con Touya a su lado los días pasaron volando, hasta que llegó el día de la boda. Tomoyo lo esperaba con emoción. Como la ceremonia sería privada y muy sencilla, eligió un vestido de acuerdo a la ocasión.
 
El vestido era blanco de una sola pieza con un ligero escote en la espalda y llevó el cabello recogido con sencillez, todo acompañado por un pequeño ramo de rosas blancas.
 
A pesar de lo sencillo del evento para ella fue el día más feliz de su vida, jamás había fantaseado con una gran fiesta ni un gran vestido, lo único que siempre había anhelado era encontrar a quien amar y ser amada y lo había logrado.
 
Cuando bajó las escaleras Touya la estaba esperando, se sintió en las nubes al notar la mirada de aprobación con que observaba su atuendo. Como siempre se detuvo en el último escalón para quedar a su altura.
 
-¿Te gusta? -preguntó ella refiriéndose al vestido.
 
-Si, pero me gusta más la chica que lo lleva puesto -contestó Touya abrazándola por la cintura para dar unas vueltas con ella.
 
-Soy tan feliz -suspiró ella aún en sus brazos.
 
-Yo también -respondió él antes de besarla con ternura.
 
-Los novios no deben besarse hasta el final de la ceremonia -dijo una voz a sus espaldas.
 
Cuando Tomoyo levantó la vista y aún en brazos de Touya pudo ver que tenían público. Yukito quien había hablado se encontraba al frente del grupo y tomada de la mano llevaba a Mina quien estaba un poco sonrojada, un poco atrás de ellos estaba un sonriente Fujitaka.
 
Feliz corrió a saludarlos, aunque no sin antes liberarse de los brazos de Touya que renuentes se negaban a liberarla. Ahora era un día completo, con todas las personas que quería a su alrededor.
 
La sorpresa fue mayor cuando llegaron Eriol y Nagissa, lo mismo que Yue y Tsugume, Touya también los había invitado. Aun mas fue su asombro cuando Nagissa le confesó muy sonrojada que Eriol y ella estaban comprometidos y que se casarían en cuestión de meses; quizá dos o máximo tres meses.
 
Cuando llegó el juez se reunieron en torno a él, detrás de la pareja de enamorados, con sus respectivos padres a cada lado.
 
En el momento de intercambiar los votos matrimoniales Tomoyo pudo ver en los ojos de Touya todo el amor que le profesaba y la promesa de la felicidad futura que habría en las palabras que pronunciaba.
 
Cuando por fin pudieron besarse, Tomoyo sabía que recordaría ese beso como el inicio de su futuro juntos.
 
Cuando se volvieron para recibir los abrazos y felicitaciones de los presentes. Fujitaka conmovió a Tomoyo al decirle que ahora sería una hija más de su familia.
 
Mina bromeó con ella pues de todas las amigas ella era la primera en casarse. Dos semanas más tarde Mina sería la novia.
 
Afortunadamente todo fue tan discreto que nadie aparte de las personas en la ceremonia se enteró del acontecimiento. Los empleados de la casa demostraron su lealtad guardando silencio.
 
Dos semanas más tarde a pesar de no haber terminado el juicio, Tomoyo, Touya, Sakura y Shaoran se dirigían a la boda de Mina y Yukito.
 
Fujitaka los sorprendió cuando llegaron a casa, pues les había preparado la habitación más grande de la casa, misma que alguna vez habían usado él y su esposa, incluso todas las cosas de Touya habían sido trasladadas a ese cuarto. Tomoyo también se emocionó mucho al ver el vestido de dama listo para ella, tal y como lo había prometido Mina. Fue muy emocionante asistir al primer evento social como “la esposa de Touya Kinomoto”.
 
La fiesta fue un éxito, muchos recibieron sorprendidos la noticia del matrimonio de Touya. La familia Kinomoto era tan querida que respetaron su privacidad y no hicieron preguntas sobre los motivos del matrimonio tan apresurado, ya sería un mejor momento para dar explicaciones.
 
Todos se divirtieron, bailaron y comieron disfrutando de la fiesta. Incluso Touya olvidó por un día el supuesto “resentimiento” por Shaoran y dejó que él y su hermana se divirtieran sin hacer comentarios sarcásticos o lanzarles miradas de advertencia.
 
Mientras bailaba junto a Touya en la fiesta y observaba feliz a Yukito y Mina, pudo notar también que había una diferencia en la forma que se trataban Shaoran y Sakura, había algo más íntimo entre ellos.
 
Tomoyo se sonrojó al notar que también lo había entre Touya y ella. Ahora que lo habían compartido todo y se habían entregado en cuerpo y alma su relación era más sólida que nunca y, a veces, no había necesidad de palabras, bastaba con que se miraran para saber lo que pensaban.
 
Llegó el momento en que los recién casados partieron a una larga luna de miel, todos los despidieron entre porras y aplausos. Después de permanecer un poco más en la fiesta todos empezaron a despedirse y comenzaron a partir a sus casas.
 
Ellos también lo hicieron pues al siguiente día tendrían que regresar a la ciudad. Touya ya había hecho los arreglos para que llegado el momento Eriol y algunos de los trabajadores del rancho, ayudaran a Fujitaka con el cuidado del mismo, que aunque estaba familiarizado con el trabajo, ya estaba un poco oxidado como el propio Fujiaka había confesado.
 
Al fin llegó le momento de partir, Touya y Tomoyo viajaron en un auto aparte del que ocuparán Shaoran, Sakura y el señor Kinomoto.
 
Durante el trayecto al rancho Tomoyo podía notar la ansiedad de Touya por llegar a casa pronto. Ella misma la compartía, seria la primera noche que pasaran juntos en el rancho ya como un matrimonio.
 
Cuando por fin estuvieron solos en su habitación la tensión era tal que parecía como si fuera la primera vez que estuvieran juntos. Más tarde Tomoyo se debatía entre la pasión y la risa pues hasta ahora no habían tenido problemas con la privacidad, pero estando en casa a Touya le preocupaba que fueran demasiado escandalosos, aunque Tomoyo sabía de sobra que no podían serlo tanto ¿o si?
 
Al final había sido más excitante hacer el amor en silencio, primero de una manera ansiosa y desenfrenada y después volvieron a repetirlo tomándose su tiempo para darse placer mutuamente de forma más tierna.
 
Ya saciados permanecieron abrazados durante largo rato sin decir nada. La sábana los cubría solo hasta la cintura. Touya boca arriba abrazaba a Tomoyo con un brazo que descansaba posesivo sobre su cintura.
 
Tomoyo con la cabeza sobre su pecho escuchaba extasiada los latidos de su corazón mientras su mano paseaba por su torso, de repente lo escuchó suspirar.
 
-¿Qué pasa? -preguntó Tomoyo colocando un suave beso en su pecho para después recargar la barbilla en el mismo.
 
-Fue maravilloso -respondió él mirándola a los ojos, la luz que se filtraba por la ventana le permitía admirarla.
 
-Si -gimió ella sintiendo que su mano subía lentamente por la espalda para después jugar con su cabello.
 
-En cuanto volvamos voy a ampliar la casa para quedarnos con la habitación más alejada, y así tendremos más privacidad.
 
-¿Pensé que querrías esta habitación para nosotros? ¿Qué sentirá tu papá si nos mudamos a otra?
 
-No le importará -aseguró él-. Además esta habitación podemos dejársela a Sakura para cuando esté casada y venga a visitarnos -comentó encogiéndose de hombros como tratando de no darle mucha importancia a que su hermana se casará dentro de poco tiempo.
 
-Será como tu quieras -dijo Tomoyo besándole la barbilla.
 
Guardaron silencio un momento cada uno inmerso en sus propios pensamientos.
 
-¿Touya?
 
-Mmmm
 
-¿Quieres tener hijos? -preguntó soñadora aunque conocía la respuesta quería escucharla otra vez.
 
-Tú sabes que si -respondió él muy serio sin dejar de acariciarla.
 
-¿Y cuántos hijos quieres tener?
 
-No lo sé, no había pensado en eso… ¿cuántos te gustaría a ti?
 
-Mmmm -fingió que pensaba-. Tal vez… ¿tres?
 
-Tres, es un buen número -sonrió él.
 
-Yo había pensado… -y dudó un momento.
 
-¿Qué?
 
-En que podríamos tenerlos pronto.
 
-¿Estás segura?
 
-Si -asintió ella-. No falta mucho para que se dicte sentencia y podremos regresar definitivamente, y… yo quisiera, tener un bebé pronto -confesó sonrojada.
 
Touya se volvió hacia ella para mirarla de frente y la abrazó con fuerza.
 
-A mi también me gustaría -respondió mientras la besaba-. ¿Qué te parecería ir empezando de una vez?
 
-Si -dijo ella sintiéndose explotar de felicidad y se pegó más a él-. Si, por favor.
 
Fue la primera vez que hicieron el amor sin protección. Para Tomoyo fue increíble sentirlo sin ninguna barrera que los separara, Touya mostró que compartía esta misma satisfacción haciéndole el amor de tal manera que al final sintió que casi se desmayaba. De vuelta a la ciudad siguieron intentándolo todas las noches.
 
Poco después el juicio llegó a su fin y la sentencia llegó como un manto de paz para todos. Fue un alivio saber que cada uno de los implicados se les había otorgado más de 50 años de cárcel. Keiju fue quién recibió una sentencia menor debido a que no tenía antecedentes pero aún así pasaría mucho tiempo encerrado.
 
La prensa se alborotó nuevamente, ansiosa por saber la reacción de la familia. El matrimonio Daidouji hizo frente al interrogatorio y al final pidieron un poco de respeto para ellos pues ahora pretendían poder gozar de nuevo de la paz y serenidad que solo el final de ese capítulo podía otorgarles a su vida.
 
Touya y Tomoyo debieron permanecer unos días más en la ciudad hasta que todo se hubo tranquilizado para poder regresar al rancho.
 
El mismo Shaoran aprovechó esta oportunidad para dejar un nuevo equipo de seguridad instalado en la mansión y con un nuevo sistema protegiendo a la misma, el personal se reducía a un par de personas.
 
Después de eso las dos parejas regresaron al rancho y tal y como Shaoran había prometido en cuanto tuvo todo preparado. Sakura, Fujitaka y él viajaron a China para conocer a la familia Li y dar marcha a todos los preparativos para la boda que se celebraría un mes más tarde.
 
Debido a que Yukito y Mina aún no regresaban de luna de miel. Touya y Tomoyo decidieron quedarse para cuidar el rancho, aunque a ninguno de los dos les importó mucho ante la idea de pasar esos días solos disfrutando por fin de su futuro juntos.
 
Aunque la pasión entre ellos nunca había mermado, Tomoyo recordaría esos días como los más apasionados. Touya se mostraba especialmente febril y ansioso y se tomaba su tiempo para provocarla llevándola hasta limites todavía desconocidos para ella.
 
Terminaron haciendo el amor en lugares que Tomoyo jamás se habría imaginado, en el salón, en la cocina, el estudio, la antigua habitación de Tomoyo, e incluso una noche en la colina, dentro de un saco de dormir.
 
Touya le había confesado cada una de sus fantasías y sueños que había tenido durante mucho tiempo, cuando todavía no definía sus sentimientos por ella y el solo pensar en la joven lo encendía.
 
Su felicidad se vio empañada conforme pasaban los meses y ella no quedaba embarazada. La gota que derramó el vaso fue cuando poco tiempo después de su boda Sakura anunciará su embarazo, lo mismo paso cuando Nagissa también daba la noticia, pese al poco tiempo que llevaban casados.
 
Fujitaka al notar la aflicción de la joven que ya consideraba como una hija sugirió que visitara un médico, tal vez el sugeriría alguna solución.
 
Touya acompañó a Tomoyo durante las visitas al ginecólogo y cuando el mismo concluyó que no había nada malo en la joven. Entonces fue Touya quien decidió hacerse los estudios también.
 
Para alivio de todos los resultados concluyeron que eran una pareja en perfectas condiciones para concebir. El doctor mencionó que era probable que debido a la tensión que Tomoyo había sufrido y a su actual estado por la falta de éxito en embarazarse, fuera esta ansiedad el motivo por el que no había logrado su propósito.
 
Un par de semanas más tarde, en una cena en familia y con todo el tacto que les fue posible debido a las circunstancias; Mina y Yukito también anunciaban que estaban esperando a un nuevo miembro de la familia Tsukishiro.
 
Tomoyo hizo lo posible por recibir la noticia con alegría y felicitar a sus amigos sin que el temor a incomodarla ó entristecerla oscureciera la buena nueva.Touya podía observar aun así, al igual que Fujitaka que Tomoyo estaba afectada y él por igual se sentía algo inquieto, no por ellos en verdad, sino en los efectos que ocasionaba el que sus amigos y parientes, parecían tener mas dicha que ellos.
 
Fue tanto el esfuerzo de Tomoyo por aparentar felicidad, que al despedir a las visitas se sentía exhausta. A pesar de eso se empeñó en mantener una actitud serena y se dedicó a recoger la mesa y lavar la vajilla. Al menos el mantenerse ocupada le ayudaría.
 
Touya y Fujitaka la observaban preocupados finalmente este último decidió dejar a la pareja a solas para que pudieran hablar con tranquilidad. Aunque esto fue prácticamente imposible pues los intentos de Touya por iniciar una conversación se vieron frustrados por la falta de respuesta de ella.
 
Al final Touya le sugirió que subiera mientras él se ocupaba de revisar que todo estuviera en orden y apagar las luces antes de subir.
 
Tomoyo subió y se preparó para acostarse apenas consciente de lo que hacia. Al final estaba acostada de lado luchando contra la angustia que se concentraba en su pecho.
 
Touya apareció en la habitación y se desnudó antes de meterse a la cama, apagó la luz y se recostó en la almohada consciente de lo tensa que se encontraba su esposa, casi tuvo que obligarla a que se volviera hacia él para poder abrazarla.
 
-¿Qué pasa? -preguntó con suavidad mientras la acurrucaba entre sus brazos.
 
Tomoyo negó con la cabeza apretando los dientes en un último intento por controlarse. Estaba feliz por sus amigos pero no podía evitar sentirse triste, una idea merodeaba por su mente provocándole una gran desolación.
 
-¿Qué pasará si…? -murmuró con un gran esfuerzo-, ¿…si no pudiera… tener hijos? -un sollozo escapó de su boca y las lágrimas surcaban por sus mejillas incontrolables mojando el pecho de Touya.
 
-Eso no sucederá -aseguró Touya mientras la abrazaba con fuerza, sintiéndose desolado por la tristeza de Tomoyo-. El doctor dijo que solo necesitabas tiempo, eso es todo.
 
-Lo sé, pero -hipo ella-. No puedo evitar sentirme así. Lo siento, Touya -se disculpó mientras se liberaba de sus brazos para tomar un pañuelo-. El doctor dijo que debía estar tranquila, pero ya no sé como.
 
Con el paso del tiempo Touya hizo lo posible por alegrar a Tomoyo. Le construyó su propio estudio para que pudiera pintar en él. Una habitación con enorme ventanales que le daban una iluminación natural a la habitación y una vista maravillosa del bosque.
 
Tomoyo apreciaba los intentos de Touya por hacerla feliz, e hizo un esfuerzo por sobreponerse. Se concentró en el cuidado de la casa negándose a que se contratara a una persona de tiempo completo el trabajo, la señora Kaede había regresado y le ayudaba con parte de los quehaceres, pero no se quedaba todo en día en casa, así que Tomoyo era quien atendía a Touya y Fujitaka.
 
También ocupó buena parte de su tiempo a pintar, se descubrió creando lo que ella titularía su obra más oscura, aunque procuraba no mostrar esos cuadros para no preocupar a nadie.
 
Poco después cuando se hizo evidente que Nakuru no volvería al pueblo, Eriol recomendó a Tomoyo con el dueño de la galería quien conociendo la afición de Tomoyo y su gusto por las artes, coincidió con el hombre en la opinión de que la joven sería una gran colaboradora para la promoción del lugar, así que pronto ocupo parte de su tiempo con este trabajo.
 
Cuando las gemelas Hazuki y Kisumi, llegaron a la vida de los Li, todos viajaron a la ciudad para conocerlas. Sakura estaba feliz por la llegada de sus hijas.
 
Todos hicieron burlas respecto a la fecha de su nacimiento pues llegaban justamente nueve meses después de la boda.
 
Cuando les tocó su turno al matrimonio Kinomoto de tomar en brazos a las gemelas, y al notar el cuadro que formaban Tomoyo suspiró y pensó que ya era hora de que tomará con más filosofía su situación y esperará pacientemente el momento en que pudiera embarazarse.
 
Touya adivinando lo que pasaba por la mente de su esposa pensó que lo que ella necesitaba era alejarse de todo eso. Así que al poco tiempo la sorprendió con la noticia de que la llevaría a una luna de miel atrasada a París.
 
Alejados de todo y con tiempo para ellos dos, al poco tiempo de regresar, Tomoyo confirmó que estaba embarazada.
 
Así que cuando Nagissa y Mina dieron a luz a Tenji y Sayuki respectivamente Tomoyo pudo disfrutar plenamente de la felicidad que reinaba y a los pocos meses los Kinomoto recibían a Akio en sus vidas.
 
- Fin Flash Back -
 
Tomoyo contemplaba su mano izquierda centrando su atención en su dedo anular. Desde que estaba con Touya ella había sido muy feliz, tal vez ahora ya podría plantearse la posibilidad de otro hijo. Y aunque sentía un ligero temor estaba segura de que esta vez sería diferente.
 
-Si, Shaoran es un padre maravilloso, Tomoyo ha sido testigo de eso ¿verdad? -la voz de Sakura la sacó de sus cavilaciones.
 
-Si mamá, deberías verlo -respondió Tomoyo después de tardar un poco en agarrar el hilo de la conversación-. Las niñas siempre están peleando por su atención. Por cierto, espero que pronto vayan al rancho a visitarnos, Touya tiene una sorpresa para las niñas.
 
-No me digas que… -Sakura la veía con los ojos muy abiertos.
 
-¿Qué pasa? ¿Cuál es la sorpresa? -preguntó Sonomi sin poder contener la curiosidad.
 
-Touya compró un par de ponys para las niñas -dijo Tomoyo muy orgullosa de su marido.
 
-Hazuki y Kisumu se lo habían pedido -explicó Sakura a Sonomi-. Pero aunque se como es Touya, no esperaba que realmente lo hiciera -admitió sorprendida.
 
-A mi también me sorprendió -confesó Tomoyo-. Un día de repente llegó con los ponys. Deberías haber visto las caras de Akio y Sayuki. Yukito también lo sabía y lo llevó a la casa junto con Mina para que los vieran.
 
-Me hubiera gustado ver la cara de mi nieto -se lamentó Sonomi.
 
-No te preocupes, lo grabé todo -y rió por un momento-. Pasada la sorpresa inicial Akio no sabía si le gustaban o no, dice que le gusta más montar a “Sultán” con su papá.
 
Las mujeres todavía reían cuando Touya regresó con las bebidas. Sakura saltó sobre él en la primera oportunidad para agradecerle por su gesto y le aseguró que en cuanto el padre de Tomoyo estuviera mejor irían a visitarlos.
 
Más tarde apareció el doctor para avisarles que la cirugía había terminado con éxito. Todos sonrieron aliviados. También les informó que Takedo pasaría algunas horas en terapia intensiva antes de que pudieran pasarlo a su habitación pero les dijo que podrían pasar a verlo pero uno solo a la vez. Cuando regresó por ellos para llevarlos donde Takedo Sakura prefirió esperar.
 
-Vayan ustedes -dijo Sakura-. Yo esperaré a que este instalado aquí para verlo. Además tengo que hacer una llamada -y guiñó el ojo a su amiga.
 
Todos salieron dejando sola a Sakura quien se apresuró a sacar su móvil y marcar el número.
 
-Muchas gracias doctor -decía la joven después de recibir el resultado-. Si, llamaré después para hacer una cita, hasta luego.
 
Sakura se sentó en el sillón temblando de la emoción, miró el reloj y vio que no faltaba mucho para que llegara Shaoran como había quedado.
 
Nerviosa practicó la forma en que le daría la noticia a su esposo. También pensó que debería decirle a sus hijas que pronto tendrían un hermano o hermana, aunque ella preferiría lo primero.
 
Shaoran era un padre maravilloso y nunca se había mostrado molesto por no tener un hijo. Desde que las gemelas llegaron a su vida, él había expresado su felicidad por esto, colmándola de detalles agradecido porque fuera padre. Después de tener tantos sobrinos al fin tenía sus propios hijos.
 
La noticia del embarazo los sorprendió pero aunque no lo habían planeado estuvieron felices e hicieron los preparativos para la llegada del nuevo miembro de la familia y más aún cuando se enteraron que serían gemelos.
 
Fue entonces cuando Shaoran apresuró la compra de una casa en un sitio precioso en las afueras de la ciudad y rodeado de otras casas similares que ocupaban en su mayoría matrimonios jóvenes.
 
Poco antes de que nacieran las bebes Ieran Li visitó al matrimonio y llevó con ella a Wei un fiel sirviente de la familia que desde muy joven había cuidado a Shaoran y que ahora ofrecía a la joven madre para que la apoyara en todo.
 
Sakura agradeció el gesto y aunque al principio le costó adaptarse a la presencia de Wei en la casa, muy pronto se encariñó con él y ahora era un miembro más de la familia.
 
Shaoran siempre fue tan considerado, ayudándola en todo, y permitiéndole trabajar sin oponer ninguna resistencia a sus deseos.
 
Actualmente Shaoran tenía un puesto mucho más alto en la agencia de seguridad, coordinaba los grupos y se ocupaba de la capacitación de los nuevos miembros.
 
Sakura aún era su asistente y desde el nacimiento de las niñas contaba con una computadora en casa que estaba conectada a la oficina de Shaoran para los casos en los que por alguna razón Sakura debía pasar más tiempo en casa.
 
Sakura suspiró pensando en lo afortunada que era por tener a Shaoran en su vida y todo lo que él le había dado desde un principio. Más aún desde la primera noche que pasaron juntos.
 
- Flash Back -
 
El día de la boda de Touya y Tomoyo al fin había llegado. Sakura sabía muy bien las dificultades por las que habían atravesado y se merecían ese día de felicidad. Ella misma había tenido que hacer un pequeño sacrificio al posponer sus planes de boda hasta que todo hubiera terminado, pero la desesperación por no saber cuando sucedería esto último empezaba a molestarla.
 
Sakura suspiró mientras escuchaba a su hermano y amiga intercambiar los votos matrimoniales, Shaoran le tomó la mano provocando que ella lo mirara y lo que vio en sus ojos la dejó sin aliento. En ese momento tomó una decisión.
 
Una vez que pasó el brindis y la celebración por la boda, los novios se marcharon a un lujosísimo hotel donde podrían celebrar en privado su amor.
 
Sakura despidió a Fujitaka y los demás ese mismo día al atardecer. El rancho había quedado a cargo de los trabajadores, pero aún así no podían darse el lujo de ausentarse más de un día.
 
Nagissa y Eriol pasarían unos días más en la ciudad arreglando algunos detalles por el trabajo de la joven,y Eriol les confesó en secreto que, también le compraría la sortija a Nagissa en la Ciudad y le propondría matrimonio formalmente, antes de volver. Así que quedó que almorzaría con ellos antes de que regresaran a casa.
 
Una vez terminados todos los asuntos de seguridad Shaoran se tomaría el resto del día para descansar por insistencia de Sagara quien lo había felicitado por su buen trabajo.
 
Shaoran llevó a Sakura a su departamento donde descansarían disfrutando al fin de la privacidad que la boda de su hermano les daría pues este había estado viviendo con ella todo ese tiempo.
 
-Que día tan maravilloso -suspiró Sakura al entrar dejando sus llaves y el bolso a un lado.
 
Sin previo aviso Shaoran la tomó en sus brazos para darle un prolongado beso.
 
-Ahora si es maravilloso -dijo él sonriendo con picardía. Sakura no podía estar más de acuerdo.
 
-¿Por qué no te pones cómodo mientras yo sirvo unas bebidas? -sugirió Sakura después de un suave beso.
 
Shaoran asintió y la dejó ir para poder quitarse el saco y la corbata, y sentarse en el amplio sofá de la sala. Sakura regresó con las bebidas y después de ofrecerle un vaso a Shaoran se quitó las sandalias de tacón alto para sentarse cómodamente en el sofá.
 
-Todo salió perfecto ¿no crees?
 
-Si, todo salió bien -estuvo de acuerdo él-. Dio un trago a su bebida y echó la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados.
 
-¿Te sentías muy presionado, no? -preguntó Sakura al verlo tan cansado.
 
-Si, un poco. Me preocupaba que alguien se enterara y estropeara todo, pero afortunadamente no fue así, y no creo que nada malo suceda ahora.
 
-Estoy de acuerdo.
 
-Eso me recuerda que… olvide algo en el auto -dijo Shaoran de repente y se incorporó de un salto-. Voy por el.
 
-Está bien -dijo Sakura intrigada pero permitió que se marchara y aprovechó para ir a su habitación y retocarse el peinado y el maquillaje.
 
La boda no había sido formal y por eso Sakura había elegido un vestido de una pieza sin mangas con un escote discreto. Su cabello lo llevaba recogido en un moño sencillo y algunos mechones se escapaban de él dándole un aire desenfadado.
 
Corrió de regreso al sofá y se sentó en el aparentando que no se había movido de ahí. Shaoran regresó casi de inmediato llevando un enorme paquete en sus manos y se lo entregó a la joven.
 
-Ábrelo -dijo él con una sonrisa y se sentó a su lado.
 
-Sakura bajó los pies del sillón y dejó su copa a un lado antes de tomar el paquete, pesaba un poco y empezó a desenvolverlo con cuidado. Al abrirlo contuvo el aliento y lanzó una mirada confundida a Shaoran.
 
-Adelante, sácalo -sugirió Shaoran, ella obedeció y con manos temblorosas tomó el contenido del paquete mismo que Shaoran hizo a un lado.
 
Sakura contemplaba frente a ella una replica exacta de la cajita de música que su madre le había regalado. Levantó la tapa de la misma y las notas empezaron a fluir ocupando el silencio que hasta entonces reinaba en la habitación.
 
-Se lo mucho que te dolió la perdida de la original -explicó Shaoran-. Con ayuda de tu padre mandé a hacer una replica exacta, en cierta forma el corazón de la original está en esta, pues fue lo único que se pudo salvar, lo que estás escuchando es de tu caja musical original.
 
-Oh Shaoran -gimió Sakura pasando una mano por el objeto-. Es preciosa, gracias.
 
Sakura dejó la caja sobre la mesa de café y limpió el par de lágrimas que habían escapado de sus ojos, sonriendo se volvió a mirarlo.
 
-Nadie había hecho algo así por mi, ¿cómo puedo agradecértelo? -preguntó con picardía.
 
-Ya que lo mencionas tengo un par de ideas -respondió él en el mismo tono.
 
-Yo también -dijo Sakura y lentamente se acercó a él, se sentó sobre sus piernas a horcajadas de tal manera que la falda del vestido se levantó descubriendo la mayor parte de sus muslos y lo besó sin inhibiciones.
 
Pareció que el beso duró horas y de alguna manera habían quedado recostados en el sofá de una forma para nada recatada.
 
-Creo que debemos parar ahora -dijo Shaoran jadeante e intentó separarse de ella pero Sakura no se lo permitió.
 
-No -fue la respuesta de ella y lo abrazó con más fuerza apresándolo con sus piernas-. Quiero que me hagas el amor -susurró en su oído.
 
-¿Qué? -exclamó Shaoran tenso y la miró a los ojos-. ¿Qué estás diciendo? -Sakura tragó con dificultad pero tenía una mirada decidida en los ojos.
 
-Qué quiero que me hagas el amor.
 
-Sakura, pero… ¿estás segura? -preguntó acariciando su rostro-. Cuando estuvimos en “la casa de los besos” dijiste que preferías esperar…
 
-Estoy segura -lo interrumpió sonrojada por su atrevimiento, aunque feliz por haberlo dicho-. No sabemos cuando podremos casarnos -explicó ella con voz trémula-. Y yo, yo no quiero esperar más. Quiero ser tuya, Shaoran, completamente tuya.
 
-No tengo protección -dijo él sin aliento.
 
-Yo si, están en mi habitación -y se mordió el labio avergonzada.
 
Sakura llevaba tiempo pensando en eso y sabía que necesitarían protegerse pues a Shaoran no le gustaría dejarla embarazada antes de la boda. Lo conocía demasiado bien para saberlo y ella no quería que nada los detuviera una vez que se decidiera a pedírselo.
 
-Por favor Shaoran, hazme el amor-murmuró ella con una mirada provocadora como solo ella podía hacer sobre todo cuando quería algo de él. Siempre funcionaba, y esta vez no sería la excepción.
 
 
-Sakura -gimió él antes de besarla.
 
**advertencia, aquí empieza el lemon**
 
Sus labios se unieron ansiosos por reencontrarse, explorarse mutuamente, exaltando los sentidos de la pareja.
 
El beso se tornó más posesivo cuando las manos de Shaoran recorrieron su espalda y la atrajo más hacia su cuerpo. Al sentir la excitación masculina, instintivamente ella ciño la pelvis contra la de él.
 
Los labios de Shaoran empezaron a recorrer la base del cuello y la garganta antes de deslizarse hacia el pecho. Un leve gemido escapó de la garganta de la joven cuando la mano de él acarició sus senos por encima del vestido.
 
Sakura se sentía enloquecer de placer. Era más de lo que podía soportar, lanzó una ligera protesta cuando él se retiró para levantarse pero no dijo nada cuando Shaoran la alzó en sus brazos.
 
Mientras la llevaba a la habitación la boca de él se apoderó de sus labios y, entonces, ella rodeándole el cuello con los brazos, le devolvió el beso, totalmente entregada a su boca, hasta casi hacerlo enloquecer.
 
Shaoran la bajó al llegar junto a la cama, luego le acarició la mejilla cuando ella le desabotonaba la camisa. Y se quitó los zapatos mientras le bajaba la cremallera del vestido.
 
Shaoran retiró las ropas de cama y terminó de quitarse la camisa y los pantalones, encendió la luz de la lámpara de la mesita de noche.
 
-Quiero verte -dijo él simplemente mientras contemplaba la delicada estructura ósea, la piel pálida y las suaves curvas.
 
Bajo el sujetador traslúcido de color rosa pálido, los senos de Sakura se erguían ansiosos, apretándose contra la tela.
 
Sakura tuvo que admitir que ella también quería verlo y admiró su amplio pecho, los fornidos hombros, la estrecha cadera y el abdomen liso.
 
Con una paciencia que rayaba en lo cruel Shaoran se movió sin siquiera rozarla y un segundo después estaba sentado en el borde de la cama y ella estaba de pie entre sus muslos. La cama era alta tanto que Shaoran casi no tenía que inclinar la cabeza para verla a los ojos.
 
-Si algo te lastima u ofende, dímelo por favor, Sakura -susurró Shaoran y agregó con voz enronquecida por la pasión-: Y tendrás que decírmelo, porque estoy tan ardiente que no seré capaz de reconocer ninguna otra cosa -vio que se ensanchaban los ojos de la joven y agregó con una sonrisa sin humor-. ¿Te asuste? Bienvenida al club, pues yo también empiezo a asustarme -le tomó la mano y se la puso sobre el corazón. Latía con la violencia de caballos en estampida. Su piel se sentía húmeda y caliente haciéndola temblar. Sin embargo, no podía dejar de acariciarlo sintiendo la tensión en sus músculos.
 
Shaoran le enmarcó la barbilla con la mano y la besó en los labios, saboreándolos, atormentándolos y finalmente los abrió con una apagada violencia que la hizo estremecer de placer, endureciendo los pezones y despertando un volcán en su interior.
 
Sakura entrelazó las manos tras la nuca de él, con los dedos perdidos en su cabello. La presión de la boca masculina se torno más suave, incitante, recudiendo fuerza de voluntad.
 
Sakura sintió sus manos correr ansiosas por su cuerpo y cortó el beso. Bajó la vista a las manos de Shaoran, como si se asombrara de verlas sobre sus senos, pero contempló como los acariciaba.
 
Shaoran continuó su exploración sintiendo la boca seca por la anticipación, bajó las manos por sus costados, con la palma extendida acarició su vientre, fascinado por la suavidad de su piel. Levantó la vista para mirarla a los ojos. Sakura levantó la cabeza y lo miró a la cara con los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas
 
Shaoran deseó hacerla suya en ese momento, pero luchó por recobrar el control y lo logró.
 
Sakura pudo notar los ojos de Shaoran oscurecidos por el deseo, lentamente él bajo la vista hasta sus senos.
 
Sakura se puso tensa de la cabeza a los pies. Todos sus nervios suplicaban que la acariciara, que la liberara de la espera.
 
Suspiró con impaciencia mientras las manos masculinas temblaban al desabrochar el sostén. Los ojos de él la recorrieron, sus dedos trazaron círculos y de repente se detuvieron. Sakura contuvo la respiración frustrada hasta que sintió que sus manos bajaban, los pulgares se engancharon en la braguitas de encaje y lentamente fueron bajando hasta despojarla de la prenda.
 
Completamente desnuda ante él sus piernas temblaban y tuvo que sujetarse a sus hombros para no caer.
 
Sintió cómo el pecho de Shaoran se agitaba, reconociendo en su mirada llena de admiración, el más alto elogio que un hombre pueda hacer a la belleza de una mujer.
 
-Sabía que eras bella -murmuró él-. Pero no así, tan perfecta que…
 
Con las manos en sus caderas la acercó a él para besar su vientre. Sakura se arqueó instintivamente hacia atrás, obedeciendo a una fuerza en su interior, y tomó la cabeza de Shaoran entre sus manos mientras él depositaba reverentes besos ascendentes por toda su piel.
 
Sakura gimió con frustración cuando Shaoran después de dar un par de besos en el valle de sus senos siguió subiendo sin detenerse hasta la base del cuello.
 
-Por favor, Shaoran.
 
-¿Por favor qué, cariño? -preguntó sin dejar de besar piel de su cuello.
 
-Bésame -pidió jadeante.
 
-¿Dónde quieres que te bese?
 
-Tú sabes donde -murmuró extasiada.
 
Shaoran levantó la cabeza para observar el rostro sonrojado y jadeante. Sonrió complacido e inclinó la cabeza para acariciarla con la boca.
 
Sakura sintió una sacudida. Shaoran le tocó el pezón con la lengua. El vientre de la joven se contrajo y su entrepierna se volvió más suave, más preparada para él.
 
Empezó a acariciar su otro seno con la boca y lo mordió suavemente, aumentando la sensibilidad de su pecho, haciéndola vibrar de expectación. Sakura gimió.
 
El deseo la dejó sin fuerzas y cuando a Sakura le fallaron las piernas, Shaoran se inclinó hacia atrás sobre la cama y la arrastró con él.
 
Rodaron en la cama de modo que Sakura quedó boca arriba y él se colocó de lado junto a ella. Shaoran seguía acariciándola, atormentándola con sus manos, sus labios, mientras con la punta de su lengua exploraba sus senos, la cintura, el vientre y más abajo. Todo su cuerpo se estremeció salvajemente al sentir la íntima caricia.
 
Escuchando sus gemidos y sintiendo el temblor de su cuerpo Shaoran sintió que se encendía aún más, levantó la vista para contemplarla una vez más, Sakura tenía los ojos cerrados, los abrió para ver porque se detenía y se encontró con los de él que la miraban con una intensidad sofocante.
 
Sin retirar los ojos de los de ella y sintiendo como un imán que lo jalaba a ella, se fue acercando a su rostro.
 
-Eres tan hermosa, Sakura, tan hermosa -murmuró él buscando sus labios-. No puede haber hombre más afortunado que yo -y la besó.
 
En sus brazos su cuerpo se tornó fluido, dócil, flexible. Sus uñas se hundieron con suavidad en la piel de Shaoran y él lanzó un gemido de placer desde lo profundo de su garganta, apartando su boca de la boca femenina para mirarla con ojos brillantes, impregnados de deseo.
 
Sakura alzó una mano temblorosa y le acarició los pómulos con extrema suavidad.
 
El corazón de Shaoran golpeó contra su pecho y los ojos de Sakura se agrandaron con azoro y placer al darse cuenta del efecto que tenía sobre él. La boca de Shaoran se curveó en un breve reconocimiento de su propia debilidad.
 
Ella le enmarcó el rostro con las manos y luego bajó las manos para posarlas en su cuello. Con los dedos fue trazando las líneas de sus músculos fascinada con su dureza y provocándole un gran placer a él, que observaba cada uno de sus movimientos.
 
Shaoran atrapó una mano y se la llevó a la boca, besándole una a una la punta de los dedos. Él se movió, presionándola más profundamente en la cama con el peso de su cuerpo.
 
-Me haces tan feliz -confesó él con voz grave-. Y te amo tanto -dijo antes de darle un beso amoroso, prolongado, lento y tan increíblemente tierno que las lágrimas empezaron a fluir por las mejillas de ella-. Sakura -comenzó a decir Shaoran con voz insegura al notar que lloraba y ella supo que le iba a decir que debían contenerse. Pero ella no permitiría que eso sucediera, selló sus labios con la punta de los dedos.
 
-No te detengas Shaoran -susurró con voz densa por el deseo-. No ahora… no ahora… -y luego cubrió la garganta y el pecho masculino con besos suplicantes a boca abierta que lo hicieron gemir y acrecentaron su deseo.
 
Ella había ganado. Shaoran se apartó para despojarse de la única prenda que los separaba y se detuvo para maniobrar el pequeño envoltorio cuadrado. Con los ojos abiertos de par en par, Sakura lo contempló en silencio y tragó saliva. Shaoran era perfecto, tan varonil y musculoso.
 
-Shaoran -lo llamó ella alargando los brazos hacia él-. Shaoran -volvió a susurrar Sakura que había puesto las manos en los hombros de él en cuanto este se había acercado a ella.
 
-Estoy aquí cariño -dijo Shaoran con voz ronca, aunque no creía que Sakura pudiera imaginar lo mucho que le estaba costando mantener la calma. Sofocó su necesidad, besó los senos de Sakura una vez más y se acercó más a ella para besarla en la boca.
 
Sakura le dio la bienvenida con los labios suaves y dulces, Shaoran se centró en eso mientras se acomodaba entre sus piernas tomando el control para fundirse con ella.
 
Hubo dolor, pero breve, que puso tensos a los dos, pero cuando se desvaneció Shaoran la besó profundamente para que ella comprendiera la cadencia del acto, silenciando con la boca los gemidos de placer de la joven. Sakura comenzó a moverse de forma sinuosa, incitante, provocándolo.
 
Sakura era suya, y él le mostraría lo mucho que atesoraba el regalo que le estaba otorgando. Siguió moviéndose dentro de ella, hasta que sus cuerpos explotaron juntos sacudiéndose al alcanzar el clímax.
 
Al final Sakura se quedó tumbada a su lado, con la cara contra el pecho húmedo, intentando recuperar el aliento.
 
Shaoran inclinó la cabeza y la besó larga y profundamente. La respuesta de ella fue inmediata y ávida, con su cuerpo tembloroso apretado contra él. Por una fracción de segundo sintió una enorme sorpresa pues no podía imaginar que pudiera sentirse, así otra vez, cuando unos segundos antes había estado en cielo con él.
 
Sus piernas se entrelazaron. Sakura pudo sentir cuando sus caricias se deslizaron hacia abajo, sobre sus senos y cruzando por su vientre.
 
-Shaoran, Shaoran -gritó al sentir su aliento en el ombligo-. Te deseo… pero no sé que hacer.
 
-Haz lo que te salga, cariño -murmuró él sobre su cuello bajando las manos por sus caderas hacia lugares más íntimos.
 
-¡Shaoran!
 
Sakura deslizó su cuerpo todo lo largo que era sobre el de Shaoran. Comenzó a tocarlo, con los dedos explorando su cuerpo, su piel, en sentido descendente, sin prisas. Y donde lo tocaba con las manos, después lo tocaba con la boca, de forma delicada al principio, más voluptuosamente después.
 
Sin inhibiciones. Disfrutando de él de maneras en las que jamás se habría atrevido a soñar. Descubriendo, con satisfacción que podía hacerlo gemir.
 
-Preciosa mía -dijo atrayéndola hacia sí hasta que sus pecho entraron en contacto con su torso-. Eres tan hermosa -murmuró él-. Tú cuerpo merece ser cubierto de besos.
 
Durante los siguientes minutos, la pasión fue aumentando Shaoran la abrazo y la besó. Sus labios fueron bajando por el cuello hasta llegar al ombligo y las caderas. Sakura gimió de placer.
 
-¡Shaoran! -Sakura se dio cuenta que lo deseaba más de lo que podía soportar.
 
-Shh, cariño -la tranquilizó. Sakura supuso que se había dado cuenta de cuánto lo deseaba porque la besó con fruición haciendo que se arqueara contra él. Se abandonó a la felicidad de saberse fundida con él.
 
-Mi amor -le había dicho al alcanzar el clímax por segunda vez esa noche.
 
-Ha sido magnificó -dijo él besando su cara con dulzura, ella lo miraba.
 
-No… no sabía que… que yo pudiera ser así -murmuró.
 
-Eres encantadora… -dijo besándola de nuevo.
 
-No podré irme -dijo Shaoran acunándola en sus brazos-. Me quedaré aquí, contigo. No podré volver a dormir solo otra vez.
 
-Bien -susurró Sakura mientras se quedaba dormida con una sonrisa en sus labios-. Te amo Shaoran.
 
-Y yo a ti -susurró Shaoran con intensa ternura en su oído
 
- Fin Flash Back -
 
Sakura suspiró y se estiró perezosa, se levantó del sofá y caminó hacia la ventana. El sol brillaba en lo alto, se sentía feliz y agradecida con la vida que por lo que tenía.
 
Shaoran era un esposo maravilloso, desde aquel día en que se entregó a él sin reservas, supo que no se había equivocado al elegirlo.
 
Ahora solo tenía que esperarlo para darle una noticia que sabía que recibiría con mucho agrado.
 
Continuara…
 
Nota de autora: ¿Y bien? ¿Qué les pareció? Tal vez algunos a estas alturas estén boquiabiertos, tal vez sorprendidos, aunque yo espero de verdad que estén contentos con el resultado de esta primera parte. Y ya que estamos en eso y que acaban de terminar esta última parte me dedicaré a hablar del lemon. Me decidí a hacer este lemon en primer lugar porque me lo pidieron mucho y porque a mi me agrado la idea. Debo confesar que siento un poco de temor por alguna reacción negativa, lo que menos pretendo es ofender a alguien con lo que yo considero es la máxima expresión de amor que existe entre dos personas que se aman de verdad. Porque no fue mi intención representar o presentar una relación sexual, sino a una pareja que se ama profundamente haciendo el amor, pues desde mi punto de vista no es lo mismo una situación que la otra, sobre todo porque en la ultima se habla de amor no solo de sexo. Me permito recordarles también que estos dos personajes son personas adultas que se aman y se aplica lo mismo a las otras parejas. Ahora bien aclarado este punto solo agregaré que me incline a representar la “primera vez” de esta pareja “antes del matrimonio”, en primer lugar porque con cada pareja presentare el lemon en un espacio de tiempo diferente, hubiera sido muy difícil hacerlo con la misma situación para las tres parejas, es decir, la noche de bodas. Y segundo porque esta pareja a diferencia de las otras dos (E&N y T&T), llevan más tiempo de conocerse y más tiempo de estar enamorados (aunque Shaoran haya tardado tanto tiempo en darse cuenta). Aunque esto último podría ser irrelevante cuando lo que importa es la calidad del amor.
Como sea, agradecería mucho saber sus opiniones sean cuales fueran pues son igualmente importantes y una crítica mientras sea constructiva siempre será bien recibida.
Espero hayan disfrutado de todo lo que presente en esta primera parte, como ven las cosas no fueron tan sencillas para nuestros protagonistas, pero al final todo ha ido bien para todos.
Y por último no se si sea una buena noticia o una mala noticia pero ahí les va, nunca pensé que este epílogo me tomara tanto, ni siquiera pensé que me llevaría 2 partes, pero resulta que serán tres, tres partes, así como lo leen, esta quedando largísimo. Esta primera parte por ejemplo, es más larga que cualquiera de mis capítulos y la segunda es muy parecida. Así que he tenido que hacer una tercera que ya va bastante avanzada pero aún no llego al final. De momento solo puedo adelantarles que en la 2ª parte se verá el lemon de E&N cortesía de mi amiga Crystal23 y en la última parte el lemon de T&T, aparte de muchas otras situaciones tiernas y divertidas que mostraran como es la vida actual de los personajes.