Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Junto a ti ❯ Capítulo 27 ( Chapter 27 )

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JUNTO A TI
Por Daulaci Serv
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
Con una especial agradecimiento a Crystal23quien a sido toda una inspiración y un gran apoyo como beta en este fic.
 
CAPITULO 27
 
Eriol iba por el segundo vaso de escocés y aun así, el sabor no le quitaba el agrio que tenía en su ser. Ella se marchaba en dos horas más. En unos días, había pasado de la felicidad total, a una decepción de tamaño colosal y una melancolía que el alcohol no ahuyentar.
 
A parte de todo lo ocurrido con los Kinomoto, la estancia de Touya al hospital (él junto a Nagissa y sus padres habían ido a verle en varias ocasiones), la partida tan abrupta de Tomoyo, ni siquiera habían podido despedirse de ella, y ahora tenía que ocurrir eso.
 
Nakuru también se había marchado y no era que podía contar con ella como confidente o consejera ¡Los cielos sabían que ella tenía mas problemas que él mismo! Se había ido despidiéndose solo de los padres de Eriol y se imaginaba que estaba arrepentida por el papel que había jugado en todo lo ocurrido con Tsurigame Sobre todo después de que este fuera arrestado por intento de homicidio contra Touya. Nuevamente como Eriol le advirtió había colaborado para afectar a tan buena familia. Seguro se habría marchado aceptando la propuesta de Fiori. Poco le importaba aquello.
 
La última vez que se propuso beber de más, Kaho había roto con él. Necesitaba sentir desahogo pero no lo conseguía.
 
Había evitado las llamadas que hiciera Nagissa a su casa el día antes de su partida. No las recibió. No quería escuchar su voz. Si lo hacía no la dejaría irse. Tampoco la recibió cuando se apareció en su casa en la noche. No la quería volver a ver. No quería despedirse. No quería aceptar que se iría... y por su culpa se marchaba.
 
Porque él la convenció que se fuera.
 
Pensó en aquel instante en los ratos compartidos a su lado. Era inevitable sentir sosiego. En aquel instante sentía como si una parte de él se fuera.
 
Y se iba con ella.
 
Pero se arrepentía de no decirle adiós. Tenía que dejarle claro que, no estaba molesto con ella. Tal vez ella tenía aquella impresión después de cómo la dejó, tres días antes. Se había marchado sin siquiera despedirse y se había rehusado a verla nuevamente. Dejó el vaso de escocés en su escritorio. Aun estaba a tiempo de alcanzarla al menos en la intersección. Sabía que, iría a despedirse de los Kinomoto. Se apresuró y tomó las llaves del jeep.
 
Decidió que no podría marcharse así nada más.
 
¿Cómo ocurrió todo? ¿Cómo pudo decirle que se fuera? Los recuerdos estaban vividos en su mente.
 
- Flash Back -
 
Aquélla mañana iba conduciendo por el camino al campamento y marchaba al lugar con los ánimos necesarios para decirle cuanto la amaba. Ya no era solo que estaba enamorándose de ella, como le confesó la noche de la fiesta de compromiso. Incluso, llevaba en aquellos instantes un regalo para ella: el primero de muchos que sabía que seguirían. Ella no era una muchacha de lujos y adornos. Sospechaba que los detalles usados por ella la noche de la fiesta... habían sido comprados para la ocasión. Pero imaginaba que las perlas que llevaba con él (con la aprobación de su padre ya que eran una herencia de familia), le quedarían hermosas en su cuello junto con los pendientes que hacían juego con ellos. Llevaba la caja aterciopelada en el asiento. Le daría la sorpresa.
 
La amaba... con locura... y pretendía tener un noviazgo corto y un matrimonio pronto.
 
Se sentía como un estúpido. ¿Matrimonio? ¡No tenían ni dos meses juntos! ¿Cómo es que pensaba en aquello? Ni con Kaho se sintió tan seguro en su vida, de querer vivir el resto de su vida al lado de alguien. Todo cambió con la geóloga. Pero es que, en verdad, no quería cometer el mismo error que alguna vez cometió con Kaho en una relación tan larga. Debía finalmente confiar en sus instintos.
 
Aun no habían estado íntimamente y por un segundo sus ojos brillaron al imaginarse aquello. Aunque tuvo el deseo de pedirle la noche del compromiso de Yukito y Mina que, pasaran la noche juntos, se contuvo. Algo le dijo que Nagissa no estaba preparada aun para eso.
 
Entonces, pensó que, por la forma de besarle y responder a sus caricias, temblar en sus brazos, sensibilizarse de la manera que lo hacía, la muchacha era aun inocente. No importaba si ella le reveló que hubo alguien después de la muerte de su padre. Parecía que, no había llegado muy lejos con el sujeto. Aquello le llenaba aun más de expectativas de cómo podría ser un primer encuentro con la chica.
 
Se rió en solo pensar como su delicado y hermoso rostro, se pondría rojo al solo proponérselo. Necesitaba un compromiso con ella. No mucho tiempo... no permitiría que pasara con ellos lo mismo que le ocurrió con Kaho. No iba a perder tiempo en un compromiso de años, cuando sabía en aquel momento lo que quería. La quería a ella. Tal vez, dos meses de compromiso. Tiempo suficiente para organizar una boda pequeña... en la capilla del pueblo, una pequeña e intima recepción... lo pensó todo... luna de miel... en Londres... a ella le gustaría Londres...
 
Al aproximarse vio que el trailer donde hacían las investigaciones, tenía a casi todo el campamento reunido allí delante de la puerta y ante la expectativa de algo. También notó a pocos metros los vehículos de vigilancia dispuestos para la protección de los Kinomoto. Cuando apagó el jeep y se disponía a bajar, vio que la puerta se abría y Naggisa salía. Decía algo a todos y en un momento, todos se abrazaban y la abrazaban a ella. Parecía que habían recibido buenas noticias.
 
Cuando se acercó notó la felicidad en el rostro de su novia. Esta lo vio aproximarse y le gritó.
 
-¡Eriol! -gritó cuando lo vio aproximarse y corrió a él y colgándose de su cuello le recibió con un beso en los labios lo que produjo que los presentes comenzaran a gritarles y aplaudieran.
 
-Sea lo que sea, estoy a favor -dijo él sonriendo con la muchacha aun en sus brazos. Ella no se fijaba en la caja que él llevaba en sus manos-. ¿A que se debe la celebración?
 
-¡La universidad ha conseguido el patrocinio para el laboratorio de Geología! -exclamó con alegría-. ¡No solo eso, le pondrán el nombre de mi padre!
 
-¡Felicidades! -compartiendo su alegría-. Me alegro mucho por ti. Tu padre estaría muy orgulloso.
 
-Gracias... -separándose un instante preguntó-. ¿Qué haces aquí?
 
-No puedo creerlo... ¿acaso no puedo visitar a mi novia?
 
-Aun no me acostumbro a eso -bajando su mirada sonrojada. Él le tomó el mentón y besó sus labios. Aquello ocasionó nuevos vítores del grupo de hombres que se quedaban atrás. Mirando atrás ella replicó-. ¿¡Acaso no tenemos trabajo que hacer?! -les gritó sonrojada. Eriol no pudo evitar reírse al verlos repartirse a todas partes ante su reacción.
 
-Los tienes dominados...
 
-Saben lo que les pasará si me hacen enojar -amenazó mirando a sus asistentes.
 
-¿Qué me toca a mi, si me dejo dominar? -preguntó con una voz atrevida que hizo que ella se sonrojara. Acercó sus labios a ella y besándoles declaró cerca de su rostro-. Aunque cumpliste ya ese objetivo.
 
-E.. Eriol... -murmuró ella haciéndole sonreír-. No estamos en el mejor sitio para esos comentarios...
 
-Bien -sintiéndose de verdad atrevido agregó-: Vamos a tu habitación y escucharás más... -Eriol sabía que ella dormía en uno de los trailers.
 
-¡Eriol! -se sonrojó ella mirando a todas partes-. No digas esas cosas -pidió casi sin aire-. ¿Qué pensarán...?
 
-Que piensen lo que quieran...
 
-¿Qué es eso? -preguntó al sentir que atrás de ella, algo le rozaba la espalda. Volteó y vio la caja en las manos de Hiragizawa. Este la observó un instante.
 
-Es un regalo para ti... -pero no quiero dártelo delante de todos... -observando alrededor-. Algunos todavía nos observan.
 
-No debiste... -pero él le cayó colocando su dedo sobre sus labios.
 
-Te estoy consintiendo… eso no es malo. Consentir a mi novia -mirando a todas partes-. Vamos y así verás de que se trata.
 
-Cierra los ojos…-le dijo una vez que estuvieron dentro del trailer. Ella le miraba con cierta ternura-. Anda ciérralos o no habrá regalo… -finalmente desistiendo, ella cerró sus ojos. Eriol sacó el contenido de la caja y la colocó en su cuello. Ella sentía el roce de alguna joya y espero hasta que él le dijo-: Ábrelos -al mismo tiempo tomaba un espejo de microscopio para que ella viera de que se trataba. Abrió los ojos enorme y sus labios se separaron al notar el collar de perlas y el le dijo-. Te queda perfecto…
 
-¡Eriol! -exclamó maravillada-. Esto es demasiado. No. No puedo aceptar esto…
 
-Claro que si puedes… además si no lo tomas tu, Nakuru lo querrá -ella le observó aturdida-. Era de nuestra abuela… me lo dejó a mi, sobre ella… para que se lo diera a alguien importante. Creo que, ha llegado el momento de hacerlo.
 
-¿En serio…? -preguntó maravillada, incluso emocionada. No pensaba que tal regalo iría a pasar a sus manos, por encima de Kaho Mitzuki. Quiso preguntarle porque nunca se lo dio a Kaho pero prefirió no tocar aquel tema. Nerviosa continuó-. ¿Estás seguro...? Porque puedo devolvértelo… es una antigüedad -pretendiendo quitárselo. Pero él la detuvo.
 
-Es tuyo… -insistió sin dejar lugar a replicas.
 
-Gracias… -dijo sonrojada y aun viendo la joya en su cuello-. Está hermosísimo…
 
-Tú lo haces más hermoso…-para su sorpresa, ella pareció entristecerse de repente-. ¿Qué ocurre?
 
-Tengo algo que decirte… dijo tomando una bocanada de aire ante el molesto silencio que se produjo-, tengo una propuesta de trabajo. En la universidad, me han ofrecido un puesto muy importante… pero para ello, requiero vivir allá y viajar… mucho…- Eriol aunque aparentaba mantener la calma no podía. No quería. ¿Ella se iba? ¿Se marcharía de su lado?—. Quiero que me digas que hacer… Quiero quedarme… Pero… si me pides que me quede lo haré… -afirmó decidida.
 
Eriol parecía meditarlo.
 
- Ve… -dijo después de un instante sorprendiéndole-. Ve a la ciudad… y a la universidad…
 
-Eriol… -ella no podía creer lo que escuchaba.
 
-Si te digo que te quedes, podrías preguntarte en un futuro que hubiera pasado si te hubieras marchado… no quiero que te arrepientas, después y piense que yo te retuve… Comprendo tu deseo de superarte… Es tu vida… la geología.
 
-¡Tu estás en mi vida!
 
-Ahora Nagissa. Pero no para siempre…
 
-¿Acaso dudas ahora de nuestra relación?
 
-Jamás lo he dudado -le tomó la mano y la miró directo a los ojos-. Pero no quiero que en cinco o diez años, te arrepientas de no haber dado todo de ti, por mi culpa… porque yo te lo pedí. No me lo perdonaría nunca -ella lo escuchaba con los ojos llenos de lágrimas-. ¿Acaso tú quieres quedarte sin ver que pasará?
 
-Yo… Yo…
 
-¿Ves? -sonrió él-. Incluso quieres averiguar lo que será -le dolía tener que preguntar, pero finalmente lo hizo-. ¿Cuándo te irías?
 
-En… en tres días -dijo ella con la voz acongojada-. Podemos vernos… no te aseguro que me quedaré allá. Solo aseguraría el patrocinio y volvería si quieres… -él negaba con su cabeza.
 
-No si no estás segura… -dijo antes de besarle en la mejilla sin decir más se separó de ella y camino a la puerta.
 
-¿Cenamos mañana? -insistió ella para que no quedaran hasta aquel momento.
 
-Odio las despedidas -se negó Eriol tratando de no mostrar debilidad pero no podía. Le dolía que ella se fuera-. Mejor ve… y recuerda… -tomando el pomo de la puerta-. Esperaré por ti… -lo dijo sin voltearse a ella, a pesar de que, le dolía dejarla.
 
- Fin Flash Back -
 
No podía dejarle irse así nada más. Quería que supiera que no estaba de acuerdo... aunque la dejaba ir. Que no vería a otra mujer... que la esperaría. Que iría un día de esos a la ciudad y la secuestraría adonde nadie se la llevara de su lado. Pensaba en un instante que aquella irracionalidad que se apoderaba de Touya en ocasiones, ahora, parecía ser contagiosa.
 
Él se estaba comportando de la misma manera.
 
Llegó a la curva donde los vehículos que salían de la comarca por obligación tenían que detenerse. Apagó el vehículo y decidió esperar. No tardó esperando mucho. Vio como la fila de vehículos y furgonetas se aproximaban en la carretera. Descendió de su coche y se cruzó de brazos. Ahí donde estaba no pasaría desapercibido.
 
En efecto. Nessa dijo dentro del mismo al lado de Nagissa quien tenía un rostro entristecido por todo lo ocurrido y nadie le molestaba. Llevaba las perlas dentro de su bolso pues no las confiaba a nadie.
 
- Oiga... jefa... ¿no es ese Hiragizawa? -Nagissa ante la mención de nombre se incorporó y observó por el vidrio.
 
- Detente... -ordeno al chofer y con una emoción que su amiga, no había visto en su mirada ni escuchado en su voz durante el último par de días.
 
Todavía no se detenía del todo la furgoneta cuando ella salió a toda velocidad de ella, incluso casi cayendo de bruces al pavimento. Eriol se acercó, ambos parecían tener la misma mirada; perdida, triste, melancólica.
 
-Viniste a despedirme...- murmuró ella sonriendo sutilmente-. No lo esperaba después de todo... sentía que, estabas evadiendo mis llamadas. Incluso fui a visitarte...
 
-Me lo dijeron -asintió él-. No quise recibirte. No quería verte... No quería... darte a demostrar que... -murmuró. Pero adquirió fuerzas para decirle con intensidad-. ¡Que no quiero que te vayas! Presiento que si te vas ahora, no volverías... no volverás... - insistió con vehemencia.
 
Ella negaba con su cabeza y no pudo evitar sentirse feliz. ¡Él, en verdad le amaba!
 
-No digas eso... -declaró con una sutil sonrisa y sus ojos brillaban intensamente a los azules de él.
 
-Te ofrecerán lo que no puedo darte. Se que tu carrera lo ha sido todo... desde hace años, lo ha sido - dijo él mirándole a los ojos. Sentía sus ojos húmedos, cosa que nunca había sentido en su vida. Estaba mas que conmovido-. Y ahora, esta oportunidad es única y se que, es muy importante para ti.
 
-Eriol... -murmuró tomando una de sus manos y entrelazando sus dedos con los de ella-. Gracias... por pensar en lo que quiero...
 
-Pero siempre te irás... -ella asintió pero ahora no se sintió tan mal como días atrás-. Nos escribiremos... -dijo acongojada-. Te escribiré todo los días... hablaremos a diario... por teléfono.
 
-No lo harás. Al principio, si. Pero después, no. Estarás muy ocupada siendo la gran geóloga y jefa en la ciudad para acordarte de mi... y además con todos los pretendientes intelectuales con todos aquellos doctorados... -sus ojos azules le miraban a los de ella con intensidad-. Que te pretenderán... porque verán a una mujer, joven, hermosa e inteligente disponible para ellos.
 
-No digas eso… -iba a convencerlo de que no era así, pero en cambio recibió un beso largo y apasionado departe de él. Ella respondió a sus sentimientos separando sus labios; sintiendo a Eriol explorar su boca con pasión; expresándole todo el amor que tenía para ella. Todo lo que sentía por ella y nada mas que ella. Era un beso tan intenso como el que le dio la noche de la fiesta de compromiso y ella, le respondía aprendiendo a sentir, dar y recibir. Al separarse de sus labios ella dijo con voz grave-. Jamás, nadie te reemplazará... mas ahora que se lo que significas para mi... siempre te he amado Eriol... siempre he estado enamorada de ti, y hasta hace poco, le encontré significado a mis sentimientos en aquel entonces que era una chiquilla... guardé silencio y distancia cuando había otra mas en el medio... -confesó acariciando su rostro-, no te perderé... no ahora que, se que estamos enamorados... que sientes lo que yo siento por ti.
 
-Aun así no quiero que despiertes a mi lado en diez años y te preguntes que perdiste por quedarte aquí... por eso vine -la abrazó para tener un contacto mas intimo entre sus cuerpos-. Para que sepas que te amo... que te esperaré. Sea cual sea tu decisión.
 
-Eriol...
 
-No -callándole-. Sea cual sea tu decisión, te esperaré... además -rió un poco tratando de convencerla y a él mismo-. La ciudad no está tan lejos...
 
-Unas cuantas horas.
 
-Puedo esperar las horas que sean necesarias... para verte. Trataré de escaparme algún momento e iré a visitarte -murmuró. Finalmente sacó fuerzas para separarla de él y dijo con acento decidido-. Ve... -soltándole-. Ve a escribir tu nombre en la historia, Nagissa Takeshi... hacerme sentir orgulloso; a mi y a tu padre.
 
Ella limpiaba las lágrimas de sus ojos. Trataba de retroceder, pero no podía… no quería.
 
-Es tu sueño... es el sueño de tu padre Nagissa. Anda. Ve... yo te esperaré.
 
-¿Lo prometes?
 
-Lo prometo... -declaró levantando su mano derecha.
 
-Te amo Eriol... -confesó dirigiéndose de espaldas a la furgoneta que la esperaba al otro lado del camino.
 
-Yo te amo -replicó Eriol. Con dolor y cierta tranquilidad, la vio montar su furgoneta y tomar el camino seguida por la hilera de vehículos de la universidad. Finalmente, se quedó solo en la bifurcación.
 
********************
 
Llegó a la casa ya cuando caía el atardecer. No sabía cuantas horas habían pasado desde que le dijo adiós. Pasó la tarde en las tierras de los Kinomoto solo sentado bajo uno de los árboles sin que nadie lo supiera. Solo observando el paisaje. No tenía deseos de volver aquélla casa en que sus padres se encontraban y que su padre le hiciera preguntas. Observó a su alrededor y notó que hacían la cena, el aroma a carne en el horno llegaba a su nariz.
 
Pero no tenía apetito.
 
Se dirigió a su recamara. Al abrir la puerta, se apoderó de él un repentino sentido de soledad. Vio la contestadora con el botón encendido. No tenía ánimos de responder mensajes de nadie. Depositó las llaves en la cama, se quitó la camisa y corrió al baño. Igual, había apagado su teléfono móvil al dirigirse a ver a Nagissa. Pero algo dentro de su ser le dijo “La vida continua... con o sin ella”. Pulsó el aparato y escuchó el mensaje correr.
 
No tomabas tu teléfono... en ningún momento que te he llamado y lo he hecho como unas cinco veces. Ya estamos lejos pero -Era Nagissa-. Me tomó quince segundos desde que nos despedimos esta tarde, darme cuenta que, no podía irme sin decirte, una vez mas, que volveré... No creas que, ahora que has entrado a mi vida de la forma que siempre soñé siendo una chiquilla, te diría adiós... pero ¡No puedo dejarte esperando Eriol! -sorprendiéndole por el tono de voz que usaba-. O igual yo, me despertaré, no diez años... podría ser hasta un mes adelante, sola en mi departamento, y mi corazón diría que esto no es todo lo que quiero -gritando con desesperación y decisión-. ¡Mi trabajo no significa nada en mi vida, si no estás tú en ella! Ahora lo entiendo. No puedo irme... recuerdo lo que me dijiste -la escuchaba tomar una bocanada de aire y agregar-: que mi padre me dijo que quería que fuera una gran geóloga...tu me dijiste que él estaría muy orgulloso, pero ¿Sabes también lo que me dijo? Que fuera feliz... muy feliz... y no seré feliz lejos de ti. Te amo ¡No puedo dejarte...! ¡No puedo!”
 
Eriol escuchó la voz de Nessa murmurar algo al chofer y este decir “¿Estás Loca? Vamos a dos horas ya de camino... estamos a mitad de ruta”.
 
- “Vas a dar la vuelta ahora mismo” -ordenó Nagissa-, ó te sancionaré y no encontrarás trabajo ni en la cafetería de la universidad” -Eriol no se lo creía. ¿Acaso era lo que él pensaba? ¿Ella quería volver? ¿Y amenazaba al chofer? Sentía el corazón en la boca. No lo creía. Pero lo deseaba ¡Santo cielo como lo deseaba que fuera realidad! Escuchó cuando la muchacha llamada Nessa habló-. “La dejarás entonces en la intersección y ella encontrará quien la lleve... ¡Pero Devuélvete!” -Eriol observaba la contestadora como si fuera a explotar en cualquier momento pero escuchó la voz de Nagissa decir, por encima de la discusión entre Nessa y el chofer qué insistía en negarse-. Eriol...” -y el mensaje se cortó.
 
-¡Santo Cielo! -exclamó el sujeto tomando la camisa que se había quitado-. ¿Vamos, que pasó? -revisó el aparato haber si había otro mensaje. Gritaba a la maquina-. ¿Qué pasó? ¿Se fue? ¿Se fue? -no habían mas mensajes-. ¿Eriol que? ¿Eriol que? -sus ojos azules destellaban incredulidad, furia y pasión ante lo que pudo haber pasado o no-. ¿¡Se quedó!? ¡¿Que hizo...?! -decía al tiempo que salía a toda prisa y descendía por las escaleras casi matándose. Incluso su padre escuchó su estrepitosa bajada y le gritaba que se detuviera o se mataría.
 
¡No comprendía su padre, que le hacía actuar con tal impulsividad!
 
Buscaba las llaves en la mesa del recibidor. No estaban. ¿Dónde demonios colocó él las llaves? ¡No lo recordaba!
 
¡No podía recordar donde había dejado las llaves! Siempre las colocaba en aquella mesilla. Pero estando tan distraído... pensando en Nagissa. Volvió a correr por las escaleras y las encontró en su cama.
 
-¡Eriol Hijo! Te vas a matar -gritó su madre desde el pie de las escaleras-. ¡Eriol por todos los santos!
 
-¡Déjalo! -pidió su esposo-. Al menos se nota entusiasmado... los últimos días los ha pasado como un cachorro enfermo.
 
-¡No digas esas cosas por favor! -le sancionó su esposa-. Compréndelo...
 
-Por favor, que no se haya ido... -decía Eriol volviendo a descender por las escaleras-, por favor que no se haya ido... -y abriendo la puerta de la casa, encontró a al última persona que pensaba que vería allí. Incluso esta, escuchaba sus suplicas, antes de percatarse que estaba en su camino.
 
-No pude irme... -con los ojos cargados de emoción, susurró de manera apenas audible pero el la escuchó perfectamente.
 
“Mírame: Yo soy la otra
la que tiene el fuego;
la que sabe bien que hacer...”
 
-¿Quién...? -no terminó de preguntar al observar detrás de ella. Ahí vio la furgoneta negra que ella siempre montaba.
 
-Nessa tiene un poder de convencimiento sorprendente... -explicó Nagissa sonriéndole y su mirada era muy distinta a más temprano. Era decidida, como si tuviera enfrente todo lo que necesitaba. Lo que siempre necesitaría-. Eso además, porque lo tiró a un lado del camino y robamos la furgoneta... -dijo con gesto orgulloso.
 
“Tu sonrisa es la caricia...
que me mata que me hace enloquecer...”
 
Eriol no lo podía creer. Ella le sonreía con sus ojos grises brillando. Como si fuera feliz con su hazaña y el haber llegado hasta allí.
 
-Señorita Takeshi... -dijo mientras se acercaba a ella contento de verla-. Estoy impresionado... -le tomó por la cintura y ella le observó a sus ojos y dijo sobre sus labios.- Verdaderamente impresionado...
 
“Y en la penumbra, misterioso
el me desnuda y se pierde al amanecer...
y por eso, yo pregunto...”
 
-Eso dicen todos... que creen que soy otra cosa, hasta que me conocen... -y replicó con serio gesto evitando que él le besara, a lo que él se inquietó-. Esto no significa que no iré a la ciudad. Tengo que ir a gestionar los papeles para el financiamiento del laboratorio de investigaciones... y estaríamos dos días máximo allá -jugando con los botones superiores de su camisa y colocando sus manos en su pecho. Sentía su agitado pecho inhalar y exhalar. Los latidos de su corazón.
 
-“¿Estaríamos?”
“¿Quién es ese hombre?
Que me mira y me desnuda
Una fiera inquieta que me hace temblar
Pero me hace sentir mujer”
 
- Quiero que vengas conmigo... - susurró sonrojándose mientras colocaba sus manos en su cuello-, y que pases un par de días en la ciudad... conmigo... a la universidad y tomaré el puesto de investigadora jefa aquí y dejaré abierto el puesto en la Universidad para otra persona. Pero iríamos en unos días, juntos.
 
-¿Juntos?
 
-Juntos... de todas maneras, tengo que devolver la furgoneta y a mi asistente.- declaró ella subiéndose de puntitas y rozando sus labios a lo que, Eriol ayudó a la muchacha colgándole de sus brazos y aferrándola por la cintura, pegándola mas contra su cuerpo, para profundizar en el beso.
 
Beso que se volvió largo, profundo y muy íntimo.
 
“Nadie me lo quita;
siempre seré yo su dueña:
por la que no duerme...
por la que se muere...
por la que respira...”
 
-¡Bien hecho Nagissa! -vociferó Nessa desde la furgoneta aplaudiéndoles y con una sonrisa de oreja a oreja. Pero a ellos no le importaba por esta vez, que tuvieran público.
 
-Me alegro -dijo al separarse sus labios declaró susurrando y sin soltarle con una mirada significante en sus ojos añadió-. Más de lo que te imaginas de tu decisión, pero... ¿Dónde irás a vivir? ¿Se llevaron todas tus cosas, no?
 
-Si te refieres al trailer si -admitió ella-, mis cosas personales, están en la furgoneta. Y después de lo que hemos hecho, no creo que cuente con el apoyo de la universidad para mandarme nuevamente el trailer.
 
-Aquí está la habitación de invitados... -ofreció él sorprendiéndole-. Puedes quedarte ahí y Nessa también y compartirla, hasta que la policía deje de indagar por las dos ladronas sexys de furgonetas...
 
-“¿Sexys?” -y soltó una carcajada. Entonces Nagissa pensó que si hacía lo correcto y nunca, jamás se arrepentiría.
 
-A menos claro que quieras que Nessa la use sola... -sus ojos brillaban con intensidad-. Y tu y yo llegar a otros acuerdos... no se. Pero prometo dejarte el agua caliente.
 
“¿Quién es ese hombre?
Que me mira y me desnuda
Una fiera inquieta que me hace temblar
Pero me hace sentir mujer”
 
 
-¡Estamos en la casa de tu padre! -replicó ella sonrojada. Eriol soltó una risa. Nagissa sabía que siempre, le caía graciosa su actitud tan conservadora pese a su independiente profesión.
 
Sabía y se imaginaba que su destino era al lado de Eriol. Su corazón le decía que, confiara en aquello.
 
-Creo que a él no le importaría. Menos aun si estoy con mi prometida...
 
-¿Prometida? -interrogó sorprendida de aquella palabra-. ¿Bromeas... Eriol?
 
-¿Qué opinas de los cortos compromisos y los matrimonios fugaces? -preguntó él rápidamente, aferrándola aun mas intensamente contra su cuerpo. Besó sus labios diciéndole por certeza que, no bromeaba.
 
-¿Corto compromiso? ¿Hablas en serio? -exclamó una vez que se vio liberada de sus labios. Sentía su cuerpo contra del de Eriol y que aquella intima cercanía la acorralaba mas contra su figura y respondía su cuerpo de maneras antes desconocidas para ella.
 
-Si... -rozando su nariz con la de ella y cerrando ella sus ojos ante su contacto-. Muy en serio... -ella tembló cuando recordó el significado en algunos mamíferos de aquello.
 
-¿Sabes que eso lo hacen...? -murmuró.
 
-Los pingüinos -la interrumpió sorprendiéndole. Ella sentía la tibia nariz recorrer sus mejillas, su frente y su cuello. Él dijo con lentitud en su lóbulo besándole cerca de la oreja-. Dicen que, cuando un pingüino hace esto, es para demostrar quien es su pareja de por vida... es un beso de pingüinos... y hay otras demostraciones de amor, bastante interesantes...
 
“Nadie me lo quita;
(no, nadie)
siempre seré yo su dueña:
 
-¿En serio?
 
-Tengo todo el tiempo del mundo para enseñártelas todas, Takeshi...- declaró con una doble intención que hizo que la muchacha se quedara observándole fijamente.
 
-Solo con una promesa...
“Yo soy su mujer...”
 
-La que quieras...
 
-Que me dejarás el agua caliente... en la mañana -murmuró ella; Eriol asintió con lentitud, recibiendo otro beso de su parte. Sus manos se dirigieron a su espalda y ella buscaba su boca con una intensidad que le cayó de sorpresa a Eriol pero que le extasiaba.
 
-Será mejor... -dijo una voz detrás de Eriol. La persona, que los observaba con gesto serio y algo divertido en su mirada, Nagissa se separó de repente y observó quien los miraba, el cual sonrojó a la chica (cuya mirada era, igual a la de su hijo)-. Que entren... no quiero que los trabajadores vean tales escenas -Eriol se volvió a su padre sonriendo.
 
No era que le alegrara que su padre fuera testigo de aquello, pero ya de por si, seguro Nessa (aunque estaba lejos y no escuchaba nada), si vio como se besaban. Hiragizawa, sacudió su cabeza a su hijo y mirando a Nagissa extendió la mano.
 
-Eres bienvenida, hija...
 
Nagissa sonrió y no pudo evitar sentir la mano de Eriol posarse en su cintura. Ella saludó al padre de Eriol, llevándosela con él.
 
-Ven hija, creo que tienes mucha hambre...
 
Eriol sonrió al ver como su padre aceptaba sin reproches a la muchacha.
 
-¡Nessa! -exclamó recordando un detalle-. Esconde esa furgoneta al otro lado de la casa y baja a cenar...
 
-¡Claro! -replicó ella-. Gracias... -sonrió. Viendo la furgoneta alejarse, pensó en la suerte que tenía.
 
La mujer que amaba, que finalmente amaba, estaba a su lado. No se iba... juró en aquel instante que jamás la dejaría sentir que hacía algo incorrecto al quedarse a su lado y que renunciaba a su carrera parcialmente. Que la amaría por siempre y que nunca se arrepentiría de su elección. Aunque sonriendo en aquel instante, pensó que la idea de matrimonio fugaz no sonaba para nada descabellada. Mas aun con todo el trabajo que le seguiría a la geóloga, una vez se hiciera cargo de la instalación del laboratorio de geología en la zona.
 
Sentía que todo estaba donde debía de estar. Incluso, él mismo.
 
Posteriormente entró en la casa, siguiendo las voces de su padre y la mujer que amaba quienes ya se habían reunido con su madre, y la orgullosa voz de su padre hacía las presentaciones.
 
********************
 
Touya se encontraba fuera de la casa, cerca de los establos. Ahora solo necesitaba un bastón para apoyarse. El doctor había sugerido terapia física para que la pierna recuperara su fuerza y pudiera recuperarse en su totalidad. Se encontraba fuera del nuevo establo que había sido construido en un tiempo record. Solo faltaban algunos detalles y podría llevar de nuevo a los caballos ahí.
 
Caminó un poco más hacía los corrales donde un caballo en particular al verlo se acercó a él. “Sultán” había estado un poco molesto con él por su ausencia, pero ahora al parecer ya lo había perdonado.
 
-¿Cómo estás amigo? -preguntó Touya acariciándolo-. Te traje un regalo -y sacó de su bolsillo una zanahoria-. Creo que te estoy malcriando. Todavía no puedo montar, pero en cuanto el doctor lo permita iremos a la colina. ¿Qué te parece? -el animal movía la cabeza como si respondiera a sus palabras-. ¿Tú también la extrañas, verdad? Lo sé, pero te prometo…
 
-El sonido de un auto aproximándose lo interrumpió, al volverse se dio cuenta que se trataba de Yukito.
 
-Buenos días Touya -saludó Yukito al bajarse del auto.
 
-Buenos días, se puede saber donde estabas que pareces tan animado.
 
-Con Mina -respondió sonrojado.
 
-Por supuesto, no podía ser de otra manera -Yukito se encogió de hombros apenado.
 
-Fui a tomarme las medidas para el traje.
 
-¿Tan temprano?
 
-Mina así lo organizó, anda vuelta loca con todos los preparativos y no quiero que se enfade conmigo si no cumplo mi parte.
 
-Me parece sensato, aunque no recuerdo haber visto a Mina enojada contigo.
 
-Yo si, así que prefiero que eso no suceda -los dos rieron-. Oye, ¿cuándo puede el padrino ir a tomarse las medidas?
 
-El padrino es materia dispuesta ya lo sabes. Me aburro demasiado en la casa y Sakura me atiborra a tal grado de atenciones que a veces resulta asfixiante, pero ayuda a papá. Necesito hacer siempre algo y lo sabes... cuenta conmigo si me ayudas a salir de la casa… -declaró a modo de broma.
 
-Gracias Touya, Mina me dijo… -de repente fue interrumpido por unos gritos.
 
-¡Touya!, ¡Touya! ¿Dónde estás?
 
-Aquí estoy monstruo -grito Touya con fuerza, intrigado por el tono ansioso de Sakura.
 
A lo lejos apareció la figura de la chica que le hacía señas para que se acercaran.
 
-Dense prisa y vengan a la casa -gritó y ya se iba a dar la vuelta, pero…-. ¡En el carro! ¡Rápido! -ordenó desesperada y desapareció corriendo.
 
-¿Qué querrá? -preguntó Touya mientras caminaba tan rápido como podía para subir al auto.
 
Cuando entraron a la casa no había nadie en la cocina a excepción de todos los preparativos para la comida. Touya apago las parrillas.
 
-¿Sakura?
 
-Estamos en el salón, vengan -gritó la chica.
 
-Ese monstruo tiene unos pulmones envidiables -decía Touya mientras se encaminaban al salón, el sonido de la televisión fue aumentando conforme avanzaban.
 
Sakura y Fujitaka estaban sentados frente al aparato y aunque Fujitaka se veía sereno, Sakura parecía exaltada.
 
-Será mejor que se sienten -dijo Fujitaka tranquilamente.
 
-¿Qué pasa? -preguntó Touya ya sentado.
 
-¡Lo atraparon!, ¡lo atraparon! -gritó Sakura dando de saltos en el sillón.
 
-¡Qué! ¿Quieres decir…?
 
Sakura iba a responder pero en ese momento inicio el noticiero e hizo un gesto de silencio y se sentó muy quiera con las manos entrelazadas sobre el pecho.
 
El noticiero empezó con la noticia que según ellos ocuparía todos los titulares del día siguiente.
 
Después de exhaustivas investigaciones. Un gran operativo se había llevado a cabo por parte de la policía de la ciudad.
 
Se dieron detalles del lugar y hora en la que un enorme cargamento de drogas llegaría a la ciudad. Hubo una gran movilización y un enfrentamiento entre policías y narcotraficantes. El saldo: algunos heridos tanto de un bando como del otro y un par de muertos.
 
“Según el informe entregado por la policía uno de los muertos era el economista y financiero Hideyoshi Tokogama, ex accionista de las empresas Daidouji, quien había estado en la cárcel por fraude a las mismas, entre otros delitos. Ese hombre también era el presunto responsable de las amenazas y atentados que había sufrido la familia Daidouji en los últimos meses, que había sido motivo principal por el que la familia había salido del país.”
 
“Aún no tenemos un comunicado por parte de los representantes de los Daidouji” -continuaba el comunicador-. “Pero fuentes allegadas nos dicen que se cree que ahora los Daidouji regresaran al país lo antes posible…”
 
Sakura grito de alegría sobre el sonido del televisor.
 
-Regresará, regresará -repetía entre brincos.
 
Fujitaka la observaba feliz pues a pesar de que la chica se había esforzado por mantener su buen humor sobre todo por animar a su hermano, él sabía que Sakura no había sido del todo feliz esas últimas semanas.
 
La chica corrió en ese momento a abrazar a su padre.
 
-Regresará papá, regresará -exclamaba feliz.
 
-Lo sé hija.
 
Ella volvió a gritar y abrazó y besó a Fujitaka. Iba a hacer lo mismo con Touya pero…
 
-Cuidado con mi pierna monstruo desbocado.
 
Sakura se encogió de hombros e ignorando lo dicho por su hermano se abalanzó sobre él y lo beso.
 
-Regresará -repitió en su cara-. Regresará y nos casaremos -Touya puso los ojos en blanco y permitió que lo volviera a besar.
 
Yukito estaba de pie riendo, contagiado por Sakura quien se levantó del sillón de un brinco, liberando de su abrazo a Touya y corrió otra vez para echarse a los brazos de Yukito quien la levantó y dio vueltas con ella. El teléfono sonó sobresaltando a la chica, Yukito la bajó al suelo y de inmediato empezó a buscar por todas partes.
 
-El teléfono, el teléfono ¿dónde lo puse?
 
-Creo que lo dejaste en el recibidor -respondió Fujitaka.
 
-¡Es cierto! -y corrió en busca del aparato para contestar-. ¡Es Yue, es Yue! -gritó Sakura todavía con el teléfono en su rostro.
 
-¡Sakura, no grites! -la reprendió el hombre al otro lado del teléfono-. Me vas a destrozar el tímpano.
 
Touya escuchaba la voz exaltada de Sakura y veía el televisor aturdido, tanto por la noticia como por la explosión de alegría de su hermana.
 
-Hijo -le habló Fujitaka poniendo una mano sobre su hombro. Touya miró a su padre quien sonreía-. Tomoyo también regresará.
 
-Lo sé -respondió Touya sonriendo.
 
********************
 
Días después todos en el rancho Kinomoto se mantenían expectantes ante el televisor, después de que se anunciara previamente que el señor Daidouji daría una rueda de prensa en el aeropuerto.
 
Debido a que la llegada de la familia Daidouji se había estado esperando con un par de días de anticipación la prensa hizo guardia en el aeropuerto durante ese tiempo compitiendo por la primicia. A causa de a la expectación y el tumulto que se formó, Shaoran consideró prudente organizar una improvisada rueda de prensa para evitar algún enfrentamiento con la prensa.
 
Cuando se les informó a los reporteros que el señor Daidouji hablaría con ellos, la noticia no tardó en correr y ya todos los medios televisivos anunciaban el suceso.
 
Ante el televisor apareció el señor Daidouji, anunció que su esposa e hija no estarían presentes. Shaoran tampoco se encontraba presente, pero a cada lado del señor Daidouji se encontraban Yamazaki y Monohi quien ya se había reintegrado al trabajo. Alrededor del lugar se observaban a los guardias de seguridad del aeropuerto.
 
Como bien suponía Sakura, Shaoran se encontraba con Sonomi y Tomoyo en una sección V.I.P. del aeropuerto, donde esperarían a que pasara la rueda de prensa, aunque Shaoran planeaba sacarlas un poco antes para evitar que la prensa las asediara al momento del salir. Juntos esperarían al señor Daidouji en el automóvil que los llevaría a la mansión.
 
Durante la rueda de prensa el señor Daidouji fue interrogado por una cantidad de reporteros a la que nunca antes se había enfrentado, muy a su pesar se daba cuenta del circo en el que se había convertido su caso. Ahora más que nunca debía proteger la privacidad de su familia.
 
El señor Daidouji aseguró que no podía responder muchas de las preguntas debido a que debía esperar a ponerse en contacto con sus abogados antes de saber el rumbo que tomaría a partir de ahora. También fue cuestionado sobre su sentir respecto a la muerte de Hideyoshi, a lo que se limitó a responder que como ya había mencionado años atrás lamentaba haber perdido al que creyó su amigo y sobre todo lamentaba las decisiones que había tomado a partir de entonces y que lo llevaron a ese desenlace fatal.
 
Daidouji aseguró que ahora más que nunca protegería a su familia de cualquier futura agresión y que haría lo que estuviera en su poder para que las personas que atentaron contra la misma pagaran con todo el peso de la ley.
 
Para finalizar pidió que se respetara la privacidad de su familia pues aún no se reponían de todo lo sucedido aunque pondrían todo su empeño en salir adelante y en cuanto el asunto estuviera terminado harían lo posible por dejar toda esa pesadilla en el pasado.
 
********************
 
Más de una semana después Mina y Sakura salían del local de la modista que les estaba preparando los vestidos de las damas y que daba los últimos ajustes al vestido de novia de Mina.
 
-¿Creía que usarías el vestido de novia de tu mamá? -decía Sakura mientras caminaban a un café cercano.
 
-Lo pensé mucho -respondió Mina-. Pero al final mamá dijo que yo debía tener mi propio vestido.
 
-Pensé que las dos estaban muy ilusionadas con el asunto.
 
-Si -admitió Mina entrando al lugar-. Pero si lo hubiera hecho habríamos tenido que hacer demasiados ajustes al vestido y no queríamos cambiar nada en el.
 
-Entiendo -respondió Sakura recordando el precioso vestido de la madre de Mina.
 
Las dos amigas se sentaron en el lugar más apartado y por tanto más privado del lugar.
 
-Habría sido terrible arruinar su hermoso vestido -dijo Mina-. Y aunque mamá estaba un poco desilusionada la anime con la idea de que tal vez alguna de sus nietas lo usaría.
 
-Buena idea -dijo Sakura sonriendo.
 
Las dos chicas continuaron con su conversación mientras las atendían y una vez que colocaron su pedido en la mesa continuaron.
 
-No había podido preguntarte -dijo Mina bajando la voz-. ¿Vieron las noticias hace un par de noches?
 
-Si -respondió Sakura en un suspiró-. Touya no se ha despegado del televisor, ve todos los programas noticiosos.
 
-Ya había visto antes al señor Daidouji -comentó Mina-, claro por televisión o en los periódicos, pero nunca me había fijado mucho en él, se le veía cansado.
 
-Si, mucho. Todo esto debe haberles restado energías a todos.
 
-A pesar de su aspecto me impresionó mucho como contestaba a las preguntas de la prensa; tan calmado y directo -Mina meditó un poco recordando la escena-. ¿Y no has sabido nada de Tomoyo o Shaoran?
 
Sakura suspiró después de dar un sorbo a su café.
 
-Shaoran me llamó ayer por la noche.
 
-¡Que bien!, pero… ¿por qué tan triste?
 
-Es que no se cuando lo veré.
 
-¿Cómo? ¿No vas a ir a verlo? ¿No vendrá él? -Sakura negaba con la cabeza y comenzó a relatar lo sucedido. Shaoran había llamado casi a la media noche, pues a esa hora pudo tomarse un momento para él-. Ya te imaginarás lo que sentí cuando reconocí su voz -suspiró-. Me dijo que me ama más que nunca y que me había extrañado mucho.
 
-¿Y, entonces?
 
-Me contó que no sabía cuando podríamos vernos y que de momento no quiere que me reinstale al trabajo.
 
-¿Por qué?
 
-Ahora con lo del juicio va a estar muy ocupado.
 
-Pero si ese hombre Hideyoshi murió ya no hay peligro ¿cierto?
 
-Parece que no, pero aún continuará con la seguridad de la mansión y de la familia Daidouji. Además… -su mirada se apagó.
 
-¿Qué? -la apremió intrigada.
 
-Los Daidouji quieren evitar a toda costa que nosotros, todos nosotros tengamos que declarar en el juicio.
 
-¿Todos los Daidouji?
 
-Todos. Según me explicó Shaoran, Tomoyo es la más empeñada en eso. Ayer estuvieron con los abogados y Tomoyo insistió mucho en eso. No quiere que para nada ni nosotros o Yukito o Eriol, ya que ese sujeto estuvo en su casa hospedado, se vean involucrados en ese “circo”.
 
-Pero… no entiendo supongo que sería necesaria su declaración para darles una condena más fuerte.
 
-Pues si, incluso esto le conviene mucho a la defensa, pero a pesar de esto los Daidouji insisten…
 
-Pero… ¿por qué?
 
-No quieren involucrarnos más, sientes que ya nos deben demasiado, en especial Tomoyo. Además quieren evitarnos el acoso de la prensa.
 
-Comprendo, pero ¿qué es lo que harán ahora?
 
-Shaoran y Tomoyo declararán, su abogado cree que con eso es suficiente. Yue también hará lo suyo.
 
-Pobre Tomoyo, debe estar pasándolo mal.
 
-Si, va ser muy pesado para ella. La prensa la perseguirá ahora con más razón. Sobre todo porque los Daidouji pedirán que la prensa no este presente en el juicio.
 
-¿Es posible?
 
-Al parecer si.
 
-¿Cuándo empezará el juicio?
 
-Creo que esta misma semana habrá una sesión preliminar. El abogado de los Daidouji y ellos mismos estarán ahí para levantar los cargos formalmente y dar inicio al juicio. Habrá que ver si como se declararán Matsagi y los otros.
 
-No creo que se atrevan a declararse inocentes.
 
-No, hay demasiada evidencia en su contra. Si se declaran culpables lo que se buscará es la sentencia más dura contra ellos.
 
-¿Y Tomoyo? ¿No has hablado con ella? ¿Ha llamado a Touya?
 
-No, Shaoran no quiso darme detalles pero Tomoyo ha estado deprimida y se culpa por lo sucedido.
 
-Pero ella no tiene porque…
 
-¡Claro que no! -la interrumpió con vehemencia pero de inmediato bajó la voz-. Por supuesto que no, ninguno de nosotros lo ve así, pero ella piensa lo contrario y se niega a hablar conmigo mucho más con Touya.
 
-¿Cómo está tu hermano? -apenas se atrevió a preguntar porque se podía imaginar la respuesta.
 
-Furioso.
 
-Debe estar lanzando maldiciones.
 
-No y eso es lo malo, que no dice nada -explicó Sakura-. Parece a punto de explotar y solo ve la televisión. Pensé que Yukito ya te lo habría comentado.
 
-Casi no nos vemos, entre los preparativos para la boda y todo el trabajo que tiene en el rancho no tenemos mucho tiempo para nosotros.
 
-¿Y cuando se ven, no platican? -preguntó Sakura con una sonrisa traviesa.
 
-No mucho -admitió Mina sonrojada. Después de la conversación que habían tenido en el hospital, fue como si el beso de aquella noche encendiera una llama entre ellos que ninguno quería apagar.
 
-Me da gusto que al menos alguien sea feliz -comentó Sakura sintiendo un poco de envidia.
 
-Vamos Sakura anímate -dijo su amiga con una palmada en el hombro-. Por lo menos ahora puedes hablar con él por teléfono…
 
-Aunque no será con mucha frecuencia -aclaró Sakura con una mueca de disgusto-, estará muy ocupado.
 
-Pero ahora ya tienes noticias de él -insistió Mina-, y solo tendrás que esperar a que él venga a buscarte.
 
-No me queda de otra -admitió Sakura recargando la cabeza en la palma de su mano y suspirando anhelante por la llegada de ese momento.
 
********************
 
Unos días más tarde por la noche Touya estaba en el salón sentado frente al televisor con el control remoto en la mano esperando que iniciara el noticiero nocturno. Antes casi nunca tocaba el televisor, se sentía extraño ahí esperando, parecía que el aparato era la única droga que consolaba su afligido corazón.
 
Fujitaka estaba junto a él acompañándolo aunque no hablaban pues ya se había dado por vencido en sus intentos por iniciar una conversación con su testarudo hijo.
 
Sakura entró en ese momento al salón con un tazón de palomitas en la mano.
 
-¿Ya empezó? -preguntó mientras se sentaba entre los dos hombres.
 
-No -respondió Fujitaka.
 
Sakura le ofreció palomitas a su papá y este aceptó y luego hizo lo mismo con Touya pero este lo rechazó con una mueca de disgusto. Fujitaka negaba con la cabeza suspirando con resignación por la actitud de su hijo mientras Sakura se encogía de hombros acostumbrada al mal genio de su hermano.
 
-¿Y Yukito? -preguntó Fujitaka.
 
-Salió, fue a ver a Mina -respondió la chica.
 
-No me di cuenta.
 
-Se fue en cuanto terminó la cena, subió a su habitación y salió volando -contestó Sakura mientras sonreía pensando en sus sonrojada amiga.
 
-Últimamente sale muy apresurado a verla.
 
-¿Quién podría culparlo? -comentó Sakura con sarcasmo y miró a su hermano-. ¿Verdad Touya? -este solo lanzó un bufido exasperado.
 
El noticiero dio inicio con el resumen de lo que se vería esa noche, se mencionó la noticia de los Daidouji y su audiencia preeliminar en la corte para dar inicio al juicio contra quienes atentaron contra la familia.
 
Después de eso tuvieron que esperar mientras pasaban otras noticias. Touya se movía nervioso en el sillón mientras Fujitaka comían palomitas tratando de ignorar el ambiente de tensión que los rodeaba.
 
Por fin llegó el momento de la noticia. Iniciaron con imágenes de los Daidouji llegando a los tribunales, Tomoyo caminaba en medio de sus padres con sus lentes oscuros habituales, al lado del señor Daidouji sus abogados y rodeándolos a todos el equipo de seguridad.
 
Sakura puedo ver a Shaoran presidiendo al equipo conformado por Yamazaki y Monohi, junto con otros tres agentes evitando que la prensa se acercara demasiado.
 
Los flashes relucían uno tras otro, cegando momentáneamente a quienes iban dirigidos.
 
Suspirando Sakura observó un momento a Shaoran quien como siempre se mostraba serio, con el ceño fruncido, cosa que indicaba su gran concentración. Se veía magnifico como siempre, pensó la chica lanzando otro suspiro. Fujitaka sonreía conmovido escuchando una y otra vez los suspiros de su hija.
 
Hicieron un ligero acercamiento al rostro de Tomoyo, Sakura miró de reojo a su hermano sin atreverse a verlo directamente. Se notaba su tensión y estaba muy serio, al fin había dejado de moverse.
 
Se daba cuenta que la Tomoyo que se mostraba en la pantalla era muy diferente a la que había estado en casa, al menos en apariencia. Con un elegante traje de dos piezas y un sombrero de red que ocultaba parcialmente su rostro. Con los lentes apenas se notaban sus facciones, pero eso no ocultaba la incomodidad y tensión en ellas. Con sus padres a cada lado en un claro intento de proteger a su hija apenas se podía ver la delgada silueta de la joven.
 
Después de eso pasaron imágenes de Matsagi, Keiuju Tsurigame y los otros. Se daban algunos datos de ellos, ya se había averiguado que los últimos eran buscados por otros crímenes.
 
La prensa por fin se había enterado que Tomoyo había permanecido oculta algún tiempo, alejada de sus padres y que había sido ahí donde habían intentado secuestrarla. Se dijo que por respeto y protección a las personas que habían cuidado de ella no se revelarían nombres o direcciones, respecto a ese tema por parte de la familia el hermetismo era total.
 
Lo que si se reveló era que las heridas que había sufrido no fueron producto de “un accidente doméstico” como se había mencionado, sino una herida de bala.
 
Ahora era del dominio público que Tsurigame fue pretendiente de Tomoyo y que este estaba involucrado en el intento de secuestro. Sakura pensó de inmediato en lo humillante que debía ser esto para su amiga.
 
También se dieron a conocer algunos detalles sobre el secuestro que había sufrido Takedo Daidouji y su hija quien “supuestamente” iba con él pero esto aún no se ha aclarado del todo. Se dijo que había sido planeado por Matsagi su antiguo chofer, ahora ya se sabía que él era sobrino de Hideyoshi y se comentaron todos los datos que se sabían sobre los dos hombres.
 
Poco después pasaron las antiguas imágenes del secuestro de Daidouji “y su hija”. Era la primera vez que Sakura las veía, y la primera que Touya les prestaba atención. Al ver la impotencia y angustia de Azoran, Sakura al fin comprendió el porque de su decisión de alejarla de todo.
 
-Así que esa eras tú -reprochó Touya.
 
-Si -respondió Sakura en voz baja y esperó el regaño de Touya pero este nunca llegó.
 
Enfocaban a los heridos en el lugar y mencionaron que estas personas también estarían presentes en el juicio. Se recalcó que uno de los agentes de seguridad había sido herido y que ahora estaba de vuelta al trabajo.
 
En las tomas actuales que hacían al equipo de seguridad, enfocaban con insistencia a Monohi y esto no le agradaba mucho al hombre.
 
El comunicador aseguró que ahora habría una gran cobertura del caso y que había un gran interés por conseguir una declaración de la heredera Daidouji.
 
Al salir de los tribunales el número de periodistas parecía haber aumentado. Radio, televisión y medios escritos están ahí, el caso se había convertido en el foco de atención del interés público.
 
Habían hecho un intento por sacar a la familia de la misma forma en que entraron pero fue imposible.
 
El señor Daidouji salió acompañado de sus abogados y fueron estos quienes declararon en su nombre.
 
Después de eso escoltaron a Daidouji a su auto, rodeado por sus abogados, y el equipo de seguridad. Lo mismo sucedió con Sonomi.
 
Todo parecía caótico, todos estaban locos por conseguir algunas imágenes de la joven. Salió caminando entre Shaoran y Yamazaki y estos a su vez rodeados por algunos policías.
 
Los flashes empezaron a relampaguear y las voces insistentes que gritaban su nombre haciendo preguntan apenas entendibles entre el tumulto que la mareaban.
 
Tomoyo se abrazo a Shaoran instintivamente, este le rodeo con su brazo y la chica oculto el rostro en su pecho. Se veía que Shaoran le hablaba al oído. Apenas se podían entender palabras como “tranquila” y “ya casi llegamos”.
 
Al fin pudieron llegar al auto donde esperaban los padres de Tomoyo y de inmediato entró en el. Shaoran subió a la parte delantera, los vidrios eran polarizados así que ahí estaban protegidos.
 
Yamazaki subió al auto de atrás y juntos se enfilaron a la autopista.
 
La noticia terminó anunciando que en los próximos días se transmitiría un reportaje especial mostrando el material que se tenía desde que todo había iniciado.
 
Touya apagó el televisor con fastidio y con aparente calma se levantó del sillón aunque de inmediato explotó y lanzó el control remoto para estrellarlo contra la pared.
 
-¡Touya! -exclamó Fujitaka.
 
-Esto ya es el colmo -gritaba Touya caminando de un lado al otro. Aunque ya no necesitaba el bastón aún cojeaba ligeramente-. Ya estoy harto de esto.
 
-Hijo debes tener paciencia.
 
-¡Paciencia! -vociferó con ironía-. Paciencia mientras la veo sufriendo y yo estoy aquí sin poder hacer nada.
 
-Touya debes esperar a que todo esto pase.
 
-No, no puedo -aseguró Touya mientras seguía en movimiento con las manos en la cintura.
 
-Touya no puedes hacer nada -decía su padre tratando de convencerlo-. Debes esperar a que todo se calme, así podrás buscarla y hablar con ella. Antes sería imposible.
 
Touya se llevó las manos a la cabeza desesperado y de repente se detuvo.
 
-¡Claro! ¿Por qué no había pensado en eso antes?
 
-¿Qué cosa? -preguntó Sakura quien se había mantenido callada y ahora observaba a su hermano quien parecía muy concentrado.
 
-Si, puede ser -decía Touya para si mismo y sin decir más caminó hacia el estudio.
 
Al entrar en la habitación Touya tomó el teléfono y buscando en su agenda marcó un número.
 
-¿Qué haces? -preguntó Sakura entrando al estudio, Touya la silenció levantado la mano.
 
-Con el detective Tsukishiro por favor -pidió al momento que le contestaron-. Touya Kinomoto.
 
Después de un par de minutos de espera volvieron a responderle.
 
-¿Está seguro? -decía Touya frustrado-. ¿Sabe si está en su casa? Está bien, gracias -y colgó pero volvió a marcar-. No saben donde está -le dijo a Sakura.
 
-¿A dónde llamas ahora?
 
-A su casa -entró la contestadora-. Yue habla Touya en cuanto puedas llámame a la casa, por favor -y colgó.
 
-¿Para que lo buscas? -insistió Sakura.
 
-¿Dónde estará? -se preguntaba frustrado.
 
-Tal vez con Tsugume.
 
-Tsugume, claro ¿sabes su teléfono?
 
-No, tal vez Yukito pero…
 
-No está, si ya sé -replicó frustrado, se alisaba el cabello con una mano, de repente miró a su hermana como si decidiera algo.
 
-¿Qué, qué pasa? -Touya maldijo por lo bajo-. ¿Qué? ¿Ahora que hice?
 
-Sakura -dijo Touya acercándose a ella y la tomó por los hombros-. ¿Tienes algún teléfono a donde comunicarte con Li?
 
-Si -respondió confundida.
 
-¿Y es seguro que lo encuentres?
 
-Si.
 
-Quiero que te comuniques con él ahora mismo -ordenó con suavidad y le tendió el teléfono-. Dile que quiero hablar con él.
 
********************
 
Tomoyo se encontraba en medio de un enorme jardín botánico. El sol brillaba y todas las flores se abrían felices hacia el. Ojalá ella pudiera sentirse igual.
 
Su padre había insistido en que se tomara ese día para relajarse. El señor Daidouji había usado sus influencias para que cerrasen el lugar y le permitieran a él y su familia pasear en el sin que nadie los molestara.
 
Desafortunadamente en el último minuto los abogados solicitaron una reunión urgente con los padres de la joven, alegando que era para solucionar unos puntos de último minuto. Ya todo estaba listo para que en un par de días iniciara el juicio no querían dejar nada al azar.
 
Sonomi debía estar presente en la reunión que se llevaría a cabo dentro de la mansión, así que prácticamente habían obligado a Tomoyo a ir sola. Dado que Shaoran y ella tenían una buena amista él y un grupo pequeño de seguridad la acompañaría.
 
Ya no tenían tantos problemas para salir de la mansión pues la prensa prefería esperar hasta el día en que el juicio empezara y ahí montaría guardia esperando noticias.
 
Shaoran se acercó a Tomoyo quien en ese momento estaba en el centro del jardín cerca de una hermosa fuente con querubines en lo alto.
 
-Bonito lugar -comentó Shaoran esperando iniciar una conversación.
 
-Si, es muy bonito -aceptó Tomoyo en voz baja-. Aunque debe verse mejor lleno de gente y con niños corriendo por todas partes.
 
-Es posible, algún día podrás verlo así Tomoyo.
 
-¿Estás seguro?
 
-Claro que si, porque no habría de ser así.
 
-No sé -suspiró-. Es solo que eso ahora parece tan improbable.
 
-No te creas, cuando menos te des cuenta todo habrá terminado.
 
-¿De verdad crees eso?
 
-Si, es lo único que me anima, que pronto veré a Sakura y me casaré con ella.
 
-Claro.
 
-¿Por qué no la llamas? A ella le gustaría mucho platicar contigo.
 
-No me atrevo, no todavía -murmuró aun apenada por lo ocurrido.
 
-¿A qué le temes Tomoyo?
 
-No lo sé -respondió la chica admitiendo que era miedo lo que sentía.
 
-Ellos estarían felices de saber de ti, especial…
 
-No lo digas -pidió interrumpiéndolo-. Yo también quiero hablar con él… verlo… pero no sé, no me siento con fuerzas. Todo esto del juicio me tiene abrumada y asustada.
 
-¿Y no crees que hablar con él te daría fuerzas?
 
-Tal vez -aceptó con una triste sonrisa-. Es solo que hay tantas cosas que quiero decirle y al mismo tiempo siento que no podría decirle nada. Por otro lado, si la reacción de él no es la que espero… -su tono de voz fue bajando conforme hablaba, como si solo hablara consigo misma, pero se recobró y finalmente agregó-: No ahora no estoy preparada para eso, prefiero esperar.
 
-Como prefieras. Tú madre dice que no has querido pintar.
 
Tomoyo se encogió de hombros agradecida por el cambio de tema. Shaoran como amigo era maravilloso, sabía hasta que punto podía presionarla y no insistía más.
 
-No me he sentido inspirada -admitió sinceramente.
 
-¿Y no crees que aquí podrías inspirarte?
 
-Tal vez, pero me agradaría que hubiera más gente.
 
-Comprendo, pero… -de repente el sonido de la radio los interrumpió-. ¿Qué pasa Yamazaki?
 
-Me pediste que te avisara…
 
-Está bien -lo interrumpió de inmediato-. Voy para allá.
 
-¿Algún problema? -preguntó Tomoyo.
 
-No, nada, solo una pequeña charlar con el dueño.
 
-Ah.
 
-Después de hablar con el dueño si quieres irte podremos hacerlo, ¿está bien?
 
-Si, creo que si.
 
-Tomoyo, te aconsejo que disfrutes tu estancia aquí lo más posible, después de que empiece el juicio quien sabe cuando vuelvas a tener la oportunidad de relajarte en un lugar así.
 
-Tienes razón, lo haré, gracias Shaoran.
 
-Es un placer -y se despidió desapareciendo del lugar.
 
********************
 
Shaoran se encontraba en un pequeño edificio del lugar, en un balcón del segundo piso desde donde se podía ver todo el jardín y desde ahí podía ver a Tomoyo quien seguía deambulando por el lugar.
 
-Monohi -habló por la radio mientras bajaba las escaleras-. Mantengan sus distancias y denle un poco de privacidad.
 
-Está bien jefe -se oyó la respuesta de Monohi.
 
Ya estaba afuera del edificio y caminó hasta la sombra de un árbol.
 
-Yamazaki ¿oíste lo que dije?
 
-Si jefe, no te preocupes.
 
Iba a añadir algo más, cuando una mano le arrebató el radió, se volvió molesto, pero se paró en seco cuando vio a la persona que lo sostenía.
 
-Yamazaki, el jefe va tomar unos minutos de descanso -decía Sakura sin dejar de mirarlo sonriente-. ¿Puedes hacerte cargo de todo?
 
-Claro Sakura -respondió Yamazaki con voz alegre.
 
-Gracias Yamazaki -y apagó el radio mirando a los ojos a su prometido-. ¿No esperarías que me quedara en casa, verdad? -preguntó al tiempo que guardaba el radio en su bolso.
 
Shaoran continuaba sin habla. La miraba de pies a cabeza absorbiendo cada detalle en ella, provocando que la chica sonriera sonrojada.
 
-¿No vas a decir nada?
 
-No -susurró acercándose a ella.
 
-¿No vas a hacer nada? -preguntó Sakura percibiendo su aroma.
 
Shaoran no contestó y sonrió mientras muy despacio, bajaba la cabeza. Los ojos de él eran dos pozos profundos, medio ocultos bajo las espesas y negras pestañas.
 
-Podría ahogarme en tus ojos -musitó Sakura.
 
Entonces, la boca de él le acarició la suya como un susurro; se la acarició una y otra vez hasta que, con un suspiro, Sakura dejó de pensar, cerró los ojos y abrió los labios.
 
Era exactamente como Sakura había soñado que sería. Mientras la besaba se dio cuenta de que no le bastaría, de que quería más.
 
-Más… -susurró Sakura.
 
Shaoran lanzó un gruñido ronco. Si, le iba a dar más. Le iba a dar todo e iba a aceptar todo de ella. La estrechó contra sí, le puso las manos en la garganta y le alzó el rostro.
 
Ella le rodeó el cuello con sus brazos. Shaoran gimió y se apoyó contra el árbol que estaba detrás de él, arrastrando a la joven consigo antes de acariciarle el cuerpo posesivamente.
 
-Te extrañé tanto -dijo él con voz espesa al tiempo que giraba para colocarla a ella contra el árbol.
 
-Yo también -respondió ella y se frotó contra él, bajó una de sus manos para acariciarle el pecho.
 
Shaoran se dio cuenta de que estaba a punto de perder el control.
 
-Espera -susurró él y le dio un beso en los labios y entrelazó los dedos con los de ella-. Si sigues haciendo eso… -dijo apretando los dientes y le besó las manos.
 
-Lo sé -dijo ella victoriosa y volvió a abrazarlo, Shaoran besó su frente pidiendo clemencia-. ¿De verdad no imaginaste que yo vendría?
 
-No quise pensar en eso -respondió el carraspeando agradecido por la tregua que ella le daba-. No quería ilusionarme, no pensé que Touya te dejaría…
 
-No le iba a pedir permiso a él y no voy a pedirte permiso a ti para quedarme, no pienso alejarme de ti.
 
-Yo no iba a pedírtelo -admitió él sabiendo que ahora que estaba con él no podría alejarla.
 
-Bien, porque pretendo regresar al trabajo.
 
-Perfecto, porque no voy a quitarte los ojos de encima hasta que no vea una argolla de matrimonio en tu dedo.
 
-¿En serio?, ¿solo los ojos? -preguntó juguetona y volvió a pegarse a él-. Y que hay de los labios -e inclinó la cabeza ofreciendo los suyos.
 
-¿Se acabó la tregua? -Sakura asintió y cerró los ojos al sentir los labios de Shaoran contra los suyos.
 
********************
 
Tomoyo había caminado por el lugar absorbiendo el olor de las flores, debía admitir que si se sintiera con fuerzas para levantar un lápiz este lugar estaría ya plasmado en alguno de sus bosquejos, pero su ánimo no se lo permitiría, ya en varias ocasiones había intentado dibujar cualquier cosa, pero solo una imagen venía a su mente una y otra vez.
 
Llegó a una parte del jardín que daba a unos escalones, de ahí se iba a una parte más baja del lugar, se quedó arriba observando el magnifico escenario que se ofrecía a sus pies.
 
Cruzó los brazos y cerró los ojos permitiéndose recordar. Ahora que se encontraba en su país se permitía revivir toda clase de recuerdos. La primera vez que lo vio, la primera vez que lo abrazó, la primera vez que lo besó.
 
Yo no se como encontrar el medio más veloz
Para estar junto a ti
 
A veces con solo evocar las distintas imágenes que tenía de él en su mente bastaba para que sintiera un poco de sosiego. A veces era todo tan intenso que podía sentir sus manos, su aliento.
 
Yo no se como cambiar el tiempo y poder
Dar vida a algo mejor
 
-“Quiero hablarle” -pensó abriendo los ojos llenos de lágrimas-. “Quiero verlo, tocarlo. Pero tengo miedo” -sintió que las lágrimas corrían libres por sus mejillas-. “Cobarde” -se regañó en silencio-. “Si te armarás de valor se acabarían las dudas y esta incertidumbre”.
 
Quisiera salir de aquí corriendo
Y alcanzarte de una vez
 
Sacó un pañuelo y limpio sus ojos y su nariz. Trató de aspirar el dulce aroma que reinaba en el lugar esperando tranquilizarse antes de que alguien la viera, de repente escucho pasos que se acercaban detrás de ella. De reojo pudo ver que un hombre se acercaba.
 
Para ver si al fin del hoyo está la luz
Que me conduce a tu lado
Y me da la paz que tu das cada vez
 
-¿Ya nos vamos? -preguntó carraspeando un poco y guardó su pañuelo.
 
-No, todavía no -respondió la familiar voz de Touya a sus espaldas.
 
Yo no se como domesticar mi corazón
Y entregártelo
 
Tomoyo se tensó de inmediato, sus ojos se abrieron desmesurados, no pudo decir nada, ni siquiera se sentía capaz de respirar.
 
Yo no se como es que tu haces
Que cuando te veo soy feliz
 
-Primero tenemos que hablar -continuó la voz con suavidad.
 
Quisiera salir de aquí huyendo
Y atraparte de una vez
 
Pálida la joven sintió que se helaba y segundos después se ruborizaba con el corazón martilleando en su pecho. Temblando como una hoja, decidió no mirarlo. Sin embargo, el sonido de su voz y su aroma le revolucionaron el sistema nervioso.
 
-¿No vas a mirarme?
 
Para ver si así termina esta angustia
Que es decirte lo que siento y
Que me vuelvo loco por volverte a ver
 
Sentía las piernas flojas y en su interior se agitaban las emociones. Tenía que encarar el hecho de que no era una de sus habituales fantasías. Touya estaba allí, detrás de ella.
 
Contigo estaré
Contigo estaré
No importa lo que haya que hacer
 
Sin poder resistir más el deseo de volverse, lo hizo para mirarlo abiertamente.
 
¡Su aspecto era exactamente igual al que ella recordaba, incluso mejor!
 
Contigo estaré
Contigo estaré
Moviendo el tiempo a tu merced
 
Lucía extremadamente atractivo en su elegante traje oscuro y muy seguro de sí mismo en ese entorno.
 
Alunizaré
Alunizaré
En los planetas de tu piel
 
Correspondiendo al escrutinio de Tomoyo, la mirada de él se concentró en el rostro de la joven como si quisiera memorizar cada detalle. Bajo esa mirada, a Tomoyo se le borró todo lo de su alrededor.
 
Me devastaré
Yosólo quiero ser feliz
 
-Me alegra ver que te encuentras bien -le dijo, sonriente, pero ella no podía hablar por la sorpresa, y estaba pálida, aunque preciosa-. Shaoran le comentó a Sakura que habías sanado completamente -y ella abrió la boca pero luego decidió no hablar, y afirmó con la cabeza.
 
-No me has buscado -acusó él al ver que ella no contestaba-. Así que decidí contactarme con tu familia -Tomoyo se mostró sorprendida-. Si, hablé con tu padre, le pedí que no te dijera nada. Li me hizo “el favor” -arrastró estas últimas palabras-, de ponerme en contacto con él.
 
Quisiera salir de aquí huyendo
Y atraparte de una vez
 
Tomoyo no pudo evitar una ligera sonrisa pensando en lo difícil que debió ser para Touya pedirle algo a Shaoran.
 
Para ver si al fin del hoyo está la luz
Que me conduce a tu lado
Y me da la paz que tu me das siempre
 
-Supongo que te parece gracioso -comentó al notar la sonrisa que desapareció de inmediato-. Pues no lo es, llevó días esperando por tu llamada, recibiendo escasas noticias a través del “prometido” de mi hermana, y viendo tu imagen apenas unos segundos por la televisión -Tomoyo evitaba su mirada, pensando en una respuesta coherente, sencilla; pero no la había-. ¿Por qué no me has buscado, Tomoyo? Tú padre dice que no has sido feliz todo este tiempo.
 
Contigo estaré
Contigo estaré
No importa lo que haya que hacer
 
Tomoyo bajó la mirada mordiéndose el labio. Había tratado de ser fuerte, y aunque durante su estancia en China les contó a sus padres parte de lo sucedido en el rancho de los Kinomoto, no se atrevió a decir mucho sobre la relación que comenzaba entre Touya y ella. Y a pesar de que su padre no dijo nada, su madre si llegó a notar que había algo, pues quiso saber un poco más de él.
 
Contigo estaré
Contigo estaré
Moviendo el tiempo a tu merced
 
-¿No vas a decirme nada? -Touya estaba apunto de reventar, hasta ahora había tratado de no dejarse llevar por su carácter explosivo. De no castigarla por lo que le había hecho pasar; de no abrazarla y besarla hasta hacerla perder el sentido.
 
Tomoyo apretaba sus manos miró alrededor tratando de decirle algo, quiso mirarlo pero sus ojos se detuvieron en la pierna que alguna vez estuvo herida, delatando sus sentimientos al respecto.
Alunizaré
Alunizaré
En los planetas de tu piel
 
-Estoy bien -respondió Touya a su silenciosa pregunta-. El doctor dice que estoy recuperado casi un 100% -“casi” la palabra le dolió a Tomoyo en el alma-. No hay de que preocuparse, solo tengo que recuperar fuerza eso es todo, con la rehabilitación física estaré bien en poco tiempo.
 
Me devastaré
Y sólo quiero ser feliz
 
Contigo
Erick Rubin
 
-Has adelgazado -comentó con voz trémula por el esfuerzo.
 
A modo de respuesta Touya encogió los hombros.
 
-¿Si?
 
La preocupación de Tomoyo aumentó al notar que unas finas gotas de sudor perlaban su frente.
 
-¿Lo has pasado muy mal?
 
-Ha sido un infierno -respondió con fiereza sobresaltando a la joven-. Todo este tiempo sin saber de ti, y después sabiéndote en el país y que tu no quisieras hablar conmigo.
 
-Yo… -Tomoyo pasó saliva-. No… no… sé… que deci… -tartamudeó sin control
 
-Me dijiste que me amabas -la cortó él desesperado, ella se paralizó ante su afirmación-. Lo dijiste en el hospital, tardé mucho en recordarlo, pero se que fue cierto, lo hiciste. Tú me amas.
 
Ella no respondía aún sobrecogida por sus palabras. ¡Él recordaba!, recordaba lo que le dijo en el hospital.
 
-Por favor, Tomoyo no juegues conmigo porque no soy de piedra -dijo luchando por controlarse-. Recuerdo tu voz… no lo imaginé… no pude haber imaginado eso… ¡Respóndeme por todos los cielos!
 
Sacudida por sus palabras, Tomoyo se aclaró la garganta.
 
-Si, yo te amo -confesó al fin cerrando los ojos, sintiéndose incapaz de sostener su mirada.
 
Cuando al fin reunió el valor para mirarlo, sintió que el corazón se le estrujaba al ver la tierna expresión de triunfo en su rostro.
 
-Yo también te amo -confesó con suavidad mientras alargaba la mano para acariciarle la mejilla.
 
Tomoyo lo miró comprendiendo que lo que él decía era verdad, podía verlo claramente en sus ojos, y en el simple roce de su mano.
 
-Creo que sentí algo por ti desde el primer momento, solo que fui tan testarudo que no quise aceptarlo. Pero es la verdad, Te amo Tomoyo Daidouji y nada ni nadie podrá cambiar eso jamás. -mientras hablaba avanzó un pasó más hacia ella-. Te amo, te quiero y te deseo, como no imaginé que me ocurriría en esta vida. Y sin ti, mi vida es un infierno… no quiero volver a separarme de ti… no creo soportarlo nuevamente.
 
-No puedo creer que esto sea real -dijo ella y luego se mordió los labios para evitar las lágrimas. Si empezaba a llorar temía ser incapaz de detenerse-. He soñado tanto con este momento, pero nunca creí que se iba a convertir en realidad.
 
-Creo que sé cómo convencerte.
 
Touya la atrajo hacia él con cierta rudeza, pero en cuanto estuvo entre sus brazos estos se volvieron más gentiles. Tomoyo se abrazó a él con toda su fuerza y escondió la cabeza en su pecho aspirando su aroma. Touya pasó una mano por su cuello para levantar su rostro y hacer que lo mirara.
 
Tomoyo sintió que le faltaba el aire al ver esa mirada cargada de deseo, al sentir sus fuertes brazos y su cálido aliento. No estaba soñando, no lo estaba imaginando él estaba ahí y la amaba.
 
Touya acercó más sus labios, un simple roce y fue como una descarga que los sacudió por entero. Después de eso, ya no había ni tiempo ni espacio, solo un beso desesperado, profundo y anhelante. Tomoyo se colgó de su cuello y gimió de placer sintiendo las manos de Touya por todo su cuerpo. Tomoyo se entregó al beso de Touya en cuerpo y alma.
 
Y él lo sabía. En silencio y besando aquellos labios que había extrañado con locura, nada ni nadie le robaría el momento. Ni el pasado, ni el presente… nada.
 
-Touya -jadeó ella entre besos.
 
-¿Qué? -preguntó él sin aliento.
 
-Te amo, te amo, te amo tanto -dijo sonriendo, al fin podía decirlo con todo su corazón, con toda su alma.
 
-Lo sé mi amor -aun la abrazaba-. Por eso no pienso volver al rancho hasta llevarte de regreso conmigo.
 
-¿De regreso, contigo? -Tomoyo no cabía de la felicidad, aunque una nube ensombreció la misma-. Pero Touya, no se cuando podré, el juicio, mis padres…
 
-No importa lo que pase, vas a regresar conmigo y vas a regresar como mi esposa -replicó con vehemencia.
 
-¡Touya! -exclamó sin aliento.
 
-Cásate conmigo, Tomoyo.
 
-¡Touya! ¡Si!, si me casaré contigo -y ahora fue ella quien lo besó mostrándole lo feliz que le hacían sus palabras.
 
-Nos casaremos lo antes posible, no pienso separarme de ti ni un momento.
 
-¿Irías conmigo al juicio?
 
-Claro que si, esa es una de las razones por las que vine. Estaré ahí para apoyarte -todavía permanecían abrazados-. Siempre a tu lado. Tomoyo ¿crees que serás feliz en el rancho, alejada de todo a lo que estás acostumbrada?
 
-Seré feliz mientras permanezca al lado de mi ranchero favorito -respondió Tomoyo en voz baja y fue acercando lentamente el rostro hacia él para susurrar contra sus labios antes de volver a besarlo-. Seré feliz mientras esté Junto a ti.
 
FIN -
 
Notas de autora: Estoy llorando y no lo puedo creer, me siento muy emocionada, sinceramente no pensé que me afectaría tanto llegar a este momento y me siento muy feliz por el resultado final. Esta historia me ha dado tantas satisfacciones que de momento me es imposible enumerarlas. Respiro profundamente y solo me queda hacer algunos comentarios: espero que la parte Eriol&Nagissa les haya gustado, Crystal23 puso mucho empeño en ella y a mi parecer el resultado es muy bueno. Espero también que los reencuentros fueran de su agrado y sobre todo espero que les gustara el final. Si a alguien le interesa tener alguna de las dos canciones (o ambas), que fueron incluidas en este capítulo, háganmelo saber y se las mando al correo, por supuesto de preferencia debe ser una dirección de correo que pueda recibir archivos grandes. Por último solo me resta pedirles que me dejen un review para saber que tanto les gusto el final ó si no les gusto también, ¿le falto algo?, ¿le sobró algo? Quien sabe, igual y todavía hay tiempo de añadirlo al epilogo. Por cierto, el epilogo estará dividido en dos, me esta saliendo muy largo, al grado de que todavía no lo termino.
Nos vemos en dos semanas con el epílogo.
Les agradezco de todo corazón que me hayan seguido a lo largo de este año, un año muy especial.