Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Junto a ti ❯ Capítulo 26 ( Chapter 26 )
[ A - All Readers ]
JUNTO A TI
Por Daulaci Serv
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
Con una especial agradecimiento a Crystal23quien a sido toda una inspiración y un gran apoyo como beta en este fic.
CAPITULO 26
Touya la había llevado entre los árboles rápido y en silencio. Tomoyo empezaba a sentirse cansada, el brazo herido le pesaba, ya no sabía si le dolía o no, parecía adormecido.
Pero en ningún momento se quejó, no quería detenerse. En lo único en lo que pensaba era en encontrar a Sakura y Shaoran y salir de ahí.
De repente tropezó, Touya la sostuvo impidiendo que cayera.
-Tomoyo -dijo él con cierta desesperación.
-¿Qué? -preguntó dándose cuenta que la sostenía con ambos brazos.
-¿Cómo te sientes?
-Bien -mintió ella pero eso él ya lo sabía, llevaba un buen rato vigilándola, casi la llevaba a rastras-. ¿Dónde estamos? -ella cambió el tema a propósito.
-Ya casi llegamos a la cabaña -respondió él y continuó caminando pero ahora la llevaba abrazada a él-. Tuve que dar un poco de vuelta, para evitar a Tsurigame.
-Keiju -recordó Tomoyo, ¿cómo podía haberlo olvidado?, parpadeó y trató de mantenerse alerta.
-Ya estamos cerca -la animó él, Tomoyo notó su tono preocupado-. Aguanta un poco más.
-Estoy bien Touya.
Él se detuvo de inmediato, un haz de luz pasó entre los árboles mostrando el rostro sudoroso de la joven. Touya le dio un beso en los labios y prosiguieron.
-Eso fue muy tierno -se escuchó una voz entre las sombras.
Touya se detuvo y miró hacia todas partes, Tomoyo se aferró a él sintiendo que el corazón le latía a mil por hora, la adrenalina corría ahora dándole un poco de lucidez.
-Muestra la cara maldito -ordenó Touya sin soltar a la chica.
Se escuchó una risa justo detrás de ellos, Touya se volvió en esa dirección guiando a Tomoyo hacia atrás de él para protegerla y entonces de entre los árboles salió Keiju.
-¿Hace cuanto que nos sigues? -preguntó Touya.
-No mucho -respondió Keiju encogiéndose de hombros, y mostró el arma con la que les apuntaba-. Fue una suerte que me perdiera, después pude escuchar los jadeos de Tomoyo, sabía que debía ser ella. ¿Te sientes mal Tomoyo?
-¡Cállate estúpido! -rugió Touya.
-Calma, calma. No querrás que te dispare. Además te necesito, no pienso cargar con ella. Ahora sigan caminando que yo los sigo, vamos a salir de aquí.
Touya tuvo ganas de gritarle toda clase de improperios, pero se mordió la lengua, sabía que tenía que ganar tiempo, decidió seguir en dirección a “la casa de los besos”, mientras tanto podría idear la manera de deshacerse del tipo.
-¿Touya, qué vamos a hacer? -preguntó Tomoyo en voz baja.
-No lo sé, de momento solo podemos ganar tiempo. Tal vez Sakura y Li aparezcan.
-Hey, no pueden hablar -ordenó Keiju empujando a Touya.
Al fin salieron de entre los árboles a unos metros frente a ellos se encontraba “la casa de los besos”.
-Hasta que al fin salimos de ese lugar, ya me había hartado de tantos árboles.
Keiju miró alrededor sin dejar de apuntarles. Touya y Tomoyo lo miraban expectantes.
-Pero mira nada más, “la casa de los besos”. ¿Cómo pueden pensar en “eso” en estas circunstancias -se burlo Keiju abiertamente-. Claro que no puedo culparte Kinomoto, Tomoyo es toda una mujer, pero eso tu ya debes saberlo.
-Maldito -gritó Touya abalanzándose sobre él.
-Tranquilo amigo -dijo Keiju levantando el arma a la altura de su cabeza.
-Touya -gritó Tomoyo jalándolo hacia ella para colocarse en medio de los dos hombres-. Keiju por favor…
-Vaya, hasta que habla la señorita Daidouji.
-Keiju no es necesario que hagas esto, solo me necesitas a mi, por favor déjalo ir.
-¿Qué lo deje ir? -Keiju empezó a reír con fuerza-. Tomoyo siempre tan ingenua.
Tomoyo sintió a Touya tenso moverse detrás de ella, pero le tomó la mano y la apretó haciéndole entender que debía calmarse. Tomoyo miró hacia arriba para mirarlo y comprendió que le estaba diciendo en silencio que escuchara… que ganara tiempo.
-¿Por qué haces esto Keiju?
-Por dinero mi querida Tomoyo, pensé que ya me conocerías mejor.
-Pero nosotros íbamos a dártelo…
-“Ellos” me darían más por la información -la interrumpió molesto-. Claro que tenía que participar activamente para ganármelo.
-La policía te investigó, Shaoran también lo hizo, investigaron a todos, ¿cómo…?
-¿Cómo logré burlar las investigaciones? “Ellos” no son tontos ¿sabes? Me contactaron poco después que terminaron de investigarme, “ellos” también hicieron lo suyo… sabían que necesito dinero… ¿por qué más andaría tras una rica heredera tan aburrida y patética como tú?
Touya estaba cada vez más furioso y luchaba por mantener su mente fría para actuar.
-Anda Kinomoto, dame un motivo para disparar -dijo Keiju notando la ansiedad del hombre.
-No, no Keiju por favor. Te daremos más dinero, lo que pidas, podemos irnos ahora y dártelo -insistió Tomoyo con rapidez.
-Eres muy amable Tomoyo, ojalá hubieras sido así de espléndida antes. Te hubieras ahorrado todo esto. Pero no, lo siento, ya estoy demasiado involucrado para dar marcha atrás.
-Todavía puedes hacerlo -insistió ella desesperada-. No le diremos nada a la policía, te daremos el dinero y podrás irte.
-Ya he dicho que no, ahora caminen, yo les diré por donde -al ver que ninguno se movía añadió molesto-: Obedece Tomoyo, o tal vez no quieres a tu novio vivo.
Tomoyo se mordió el labio y miró a Touya quien asintió.
-¿Hacia donde? -preguntó Touya, Keiju señaló la dirección.
Touya pasó a Tomoyo delante de él y empezaron a caminar. Era ahora o nunca.
Touya se detuvo de improviso y lo golpeó con la espalda. Keiju se tambaleó. Touya se dio la vuelta y lo agarró. Hundió los dedos en la muñeca de Keiju, sabiendo que el dolor le haría soltar la pistola.
Pero se disparó de todas formas, Touya supo que estaba herido. En la pierna. Solo quedaba rezar para que la bala no hubiese tocado la arteria.
Aún así, se abalanzó sobre Keiju. Oyó un crac. Un hueso roto, de Keiju afortunadamente.
Pero Keiju seguía forcejeando, tratando de recuperar la pistola.
No logró. Tomoyo se abalanzó por ella. De pronto el arma estaba en sus manos. Jamás había disparado una en su vida pero apuntaba hacia ellos, que seguían luchando. No podía disparar, tenía miedo de darle a Touya por error. Decidida tomó el arma con ambas manos, apuntó hacia el cielo y apretó el gatillo. El disparo se escuchó por todo el valle.
-¡Quédate quieto Keiju o te disparo, juro que lo haré! -dijo Tomoyo ya hablaba en serio.
Keiju dejó de forcejear, Touya lo soltó y caminó hacia Tomoyo dejándose caer a sus pies, sabía que estaba perdiendo mucha sangre, mucha sangre. También comenzó a sentir frío.
-Touya -gritó ella angustiada.
Intentaba mantenerse consciente. Estaba volviéndose loco. Escuchó a alguien corriendo y después la voz de Sakura.
-Touya, Touya ¿Qué te sucede? -decía Sakura junto a él.
-Ya me ocupo de él, Tomoyo -dijo Shaoran apuntando a Keiju y tomó el arma que llevaba la chica.
Keiju tenía un brazo fracturado, gemía y sudaba apretando los dientes a causa del dolor. Shaoran tomó las esposas que este llevaba y las colocó en sus muñecas a pesar de las quejas de este.
-Ve por el jeep Sakura -le ordenó a la chica-. ¡Corre!
Sakura asintió sin dejar de mirar a su hermano y corrió a “la casa de los besos”.
Shaoran mientras tanto se quitó el cinturón para hacer un torniquete con él en la pierna herida.
-Eso ayudara un poco -dijo Shaoran, ahora debemos sacarlo de aquí.
-Ella también esta herida -jadeó Touya adolorido.
-Yo estoy bien -dijo Tomoyo llorosa.
En cuestión de minutos Sakura llegaba con el jeep y entre todo subieron a Touya en él.
-¿Qué hay de mi? -preguntó Keiju.
-No te preocupes, ya vendrá alguien a recogerte -dijo Shaoran con desprecio.
Todo sucedió muy deprisa. Shaoran tenía un móvil en el jeep y desde ahí se comunicaron con Yue y Yamazaki. Este último consiguió una ambulancia que los encontró a medio camino. Después un helicóptero. Iban a llevarlo al centro de traumatología del hospital general de la ciudad.
Tomoyo se mantuvo a su lado todo el tiempo. Él sabía que iban a operarlo, que le estaban haciendo transfusiones.
Tomoyo no permitió que la atendieran y se mantuvo a su lado, hablándole en un susurro. Touya no entendía todo lo que le decía pero sabía que era ella quien le hablaba.
-No te mueras, Touya. Te quiero. Te necesito -susurraba entre lagrimas cuando le pusieron la mascarilla de oxigeno y las enfermeras se movían rápido-. Por favor no me dejes. Prometiste que estaríamos juntos ¿recuerdas?
Logró abrir los ojos, aunque la anestesia estaba llevándose los últimos retazos de conciencia.
-Estaremos juntos, siempre -prometió.
Se le cerraron los ojos y lo llevaron al quirófano.
********************
En cuanto Touya estuvo en el quirófano Tomoyo sufrió un ligero desvanecimiento, afortunadamente Shaoran y Sakura estaban con ella y él de inmediato la tomó en brazos.
-Ahora si dejarás que te atiendan ¿verdad Tomoyo? -dijo Shaoran mientras la llevaba a la unidad de urgencias del hospital.
Mientras esperaban a que atendieran a Tomoyo llegaron Fujitka, Yukito y Mina.
-¡Sakura! -gritó Fujitaka al ver a su hija y corrió a abrazarla-. ¿Dónde está Touya?
-Lo están operando papá. Pero el doctor dijo que había buenas probabilidades de que todo fuera un éxito.
-Bien -suspiró Fujitaka.
Después de atender a Tomoyo el doctor habló con Shaoran. Hubo necesidad de suturar la herida, había perdido mucha sangre pero no era nada que pudiera preocuparle aunque el doctor insistía en que Tomoyo fuera internada, pero ella se negaba.
Shaoran prometió al doctor hacerse cargo de la joven y todo se arregló. Sakura también fue examinada por insistencia de Shaoran; solo presentó algunas magulladuras y lesiones en el cuello, fuera de eso todo estaba perfecto.
Como Yukito había llevado el auto de Shaoran y en el iba la maleta de Tomoyo, tanto ella como Sakura pudieron cambiarse de ropa. El mismo Shaoran se había lavado en el baño del hospital y se cambió la ropa.
Mientras todos esperaban a que la cirugía de Touya terminara, Shaoran estuvo en contacto con Yue y Yamazaki.
Yue había encontrado al hombre que había dejado escapar Shaoran. Descubrieron que era el encargado de manejar el vehículo en el que escaparían. Al final habían encontrado a los demás. Matsagi y Keiju eran los únicos que habían necesitado tratamiento médico y permanecían en custodia en el hospital local donde eran atendidos.
Yamazaki y sus hombres permanecían en el rancho asegurándose que todo estuviera bajo control. Los medios de comunicación locales habían acudido y se les dijo que había sido un intento de robo, los bomberos controlaron el fuego, pero como temían era demasiado tarde, pues fue considerada una perdida total.
Shaoran tenía todo listo para salir del hospital lo antes posible, aunque por petición de Tomoyo esperarían hasta que Touya saliera de la cirugía. Shaoran llevaría a Tomoyo directo al aeropuerto a un hangar privado en donde se encontrarían con los padres de la joven.
Tomoyo había hablado con sus padres por teléfono, ellos hubieran querido ir al hospital por ella pero para mantener a la prensa alejada Shaoran aconsejó que se quedaran en la mansión. También dejó correr la noticia de que los Daidouji saldrían del país para distraer la atención.
Tomoyo ahora esperaba junto con los Kinomoto y los demás en la sala de espera. Sakura se mantenía al pendiente de ella quien de no ser por su extrema palidez y el cabestrillo que sostenía su brazo herido nadie imaginaría que ella estaba delicada.
Al doctor le había sorprendido la fortaleza de la chica, ya que dadas las situaciones extremas que vivió y la herida debía estar en shock. Pero Tomoyo se mantenía serena y callada.
La mañana llegó y todavía no terminaba la operación.
-Tal vez deberíamos buscar algo de beber para las chicas -sugirió Fujitaka después de observarlas un segundo-. Les hará bien, ¿me acompañas Yukito?
-Claro, señor Kinomoto -y se puso de pie al tiempo que se volvía a Mina-. ¿Quieres algo de beber?
-No gracias -dijo Mina con voz apagada pero trató de sonreír. Yukito iba a decirle algo pero se arrepintió al instante.
-No me tardo -le dijo a la chica con tono preocupado.
Las tres amigas se quedaron solas, pero algo raro a como había sido en el pasado, ninguna dijo palabra. Mina se acercó a ellas y se sentó al lado de Tomoyo y le tomó la mano. Tomoyo la miró y le apretó la mano agradeciendo en silencio su presencia.
Mina suspiró echándose hacia atrás, sentía un nudo en la garganta y una opresión en el pecho. Hasta ahora había tratado de ser fuerte para apoyar a Yukito, pero tanto sufrimiento y desolación le llegaban a lo más profundo, sobre todo cuando percibía esas sensaciones en personas a quienes apreciaba mucho.
Sabía que las que habían sufrido un verdadero calvario eran sus amigas, pero ella sufrió el propio desde el momento en que desde la ventana del salón de su casa vio llegar a Yukito en un carro que no era el suyo, lo más impactante fue ver que salía rápidamente del auto para ayudar a salir al señor Kinomoto quien parecía gravemente herido.
- Flash Back -
Apenas habían alcanzado a entrar cuando el señor Kinomoto volvió a desmayarse, afortunadamente su hermano Shonje estaba en casa y ayudó a Yukito para que lo subieran a una de las habitaciones. Mientras su padre llamaba al doctor su madre se ofrecía a atenderlo.
Jamás había visto a Yukito tan desesperado, sin decir más salió de la habitación y volvió al auto en el que había llegado, ella lo había seguido cuando lo alcanzó lo vio subirse al auto y buscar algo.
-¿Qué buscas?
-El móvil de Shaoran… -contestó desesperado.
-¿El móvil de Shaoran? -Mina no sabía que pensar, estaba preocupada por lo que pasaba.
¿Dónde estaban los demás? ¿Qué le había pasado al señor Kinomoto? ¿Por qué venía en un auto que no era el suyo? ¿Para que quería el móvil?
-Aquí esta -exclamó aliviado, y se sentó en el asiento del pasajero, con la puerta abierta mientras Mina parada a su lado lo observaba mientras marcaba un número y esperaba a que le contestarán.
-¡Yue! -exclamó Yukito agitado y trató de explicar a Yue en pocas palabras lo que había pasado.
Mina escuchaba sin poder creer lo que oía, en un momento de la conversación escuchó lo que Shaoran temía que había pasado con sus amigas, y se llevó una mano a la boca tratando de ahogar una exclamación, miró alrededor en dirección al rancho Kinomoto, pensó en las dos chicas y rezó en silencio porque pronto las encontraran.
Nuevamente miró a Yukito que ahora escuchaba lo que Yue le decía, ella apenas alcanzaba a oír la voz de quien en poco tiempo se convertiría en su cuñado.
-¿Y mientras tanto que hago? -preguntaba Yukito a su hermano.
-Quédate ahí y espera por el doctor…
- ¡Que! No, no puedo quedarme aquí sin hacer nada -Mina sintió un vuelco en el corazón al oír esto último.
-Yukito no puedes hacer nada más -trato de convencerlo-. Y no puedo seguir hablando contigo. Haz lo que te digo por favor, y habla con Mina y tus suegros, tienen que estar alerta por si algo sucede.
-¿Debo decirles a todos la verdad?
-No hay más remedio, solo pídeles discreción…
-No te preocupes por eso.
-Tengo que irme…
-Avísame de cualquier cosa que pase, por favor…
-Está bien -y colgó.
Yukito apagó el móvil y se llevó las manos a la cabeza, todo era una pesadilla, todo. Con Yue dirigiéndose al rancho prácticamente toda su familia estaba allá, excepto…
-¿Es cierto todo lo que le dijiste? -preguntó Mina deseando que le dijera que no.
-Si -respondió Yukito poniéndose de pie, trató de serenarse y miró en dirección al rancho, ¿qué habría pasado? ¿Las habrían encontrado?-. ¿Quiero ir allá…?
-¡No, Yukito! -y lo abrazó con fuerza-. No por favor, no vayas.
-No lo haré -dijo al notar el temblor de su cuerpo y sus ojos asustados, la abrazó encontrando su calor reconfortante-. Yue me dijo que debía quedarme aquí -Mina jadeó aliviada-. Mina… -susurró su nombre angustiado.
-Todo estará bien Yukito, ellos estarán bien, ya lo verás.
Después de eso solo habían podido esperar la llegada del doctor. Afortunadamente el señor Kinomoto solo necesitó un par de puntadas en la herida y una inyección.
Cuando Yukito pudo contar lo sucedido a sus padres, de inmediato encendieron las luces de todo el derredor. El padre de Mina había sacado sus escopetas y cada hombre de la casa contaba con una.
Después de lo que parecieron horas interminables el teléfono sonó de nuevo con la noticia de que las chicas estaban a salvo, aunque Tomoyo y Touya estaban heridos, y este último de gravedad.
Mina no tuvo que insistir mucho para que le permitieran acompañarlos, hasta le dio la impresión que Yukito iba pedirle que fuera con ellos. Y así habían llegado al hospital, esperando encontrar buenas noticias.
- Fin Flash Back -
Mina suspiró y volvió a mirar a sus amigas, las dos pálidas Tomoyo con el cabestrillo y Sakura con esas horribles marcas en su cuello, ni siquiera podía imaginar el terror por el que habían pasado, y las admiraba por su fortaleza.
Shaoran apareció en ese momento había ido a realizar unas llamadas, se quedó junto a Sakura y esta le tendió una mano, misma que él tomó de inmediato. Pudo notar que Shaoran la observaba con amor, debió sufrir mucho pensando que ella estaba en peligro y por otro lado estaba Tomoyo quién mantenía un sepulcral silencio en espera de noticias de Touya.
Mina apartó la mirada, una idea la había martirizado todo ese tiempo, ¿qué hubiera hecho ella si algo le pasaba a Yukito? Siempre fue consciente del inmenso amor que sentía por él, pero ahora más que nunca, cuando por primera vez tuvo que enfrentarse a la idea de lo que ella haría sin la presencia del único hombre que había amado en su vida.
Nuevamente el nudo en la garganta volvió a amenazarla y se puso de pie de un saltó tratando de apartarlo; pero en su intento había atraído la atención de todos hacía ella.
-Lo siento -se disculpó con una sonrisa-. Acabo de acordarme que les prometí a mis padres que llamaría para avisarles que habíamos llegado bien.
-Los teléfonos están por ese pasillo -le informó Shaoran-, a unos pasos de la salida, ¿quieres que te acompañe?
-Gracias Shaoran, eres muy amable, pero no es necesario. En un momento regreso.
Mina caminó hacia el pasillo con todo el aplomo que le fue posible. Al llegar a los teléfonos maldijo en silencio mientras buscaba unas monedas, con la preocupación se le había olvidado su móvil, el mismo que no soltaba para nada pues lo había ocupado mucho para todos los detalles que debía atender, mientras se involucraba más en los preparativos de su boda.
-“La boda” -recordó Mina con pesar, dadas las circunstancias debían posponer todo, pero era algo que hablaría con Yukito llegado el momento. Encontró las monedas y marcó a casa, aspiró profundo, no quería angustiar a su familia con sus tontas preocupaciones.
En cuanto Yukito regresó acompañado por Fujitaka de inmediato notó la ausencia de Mina.
-¿Y Mina?
-Fue a los teléfonos, dijo que tenía que llamar a casa -informó Sakura.
Después de entregarle un vaso de té a cada chica Yukito se disculpó y avanzó en dirección al pasillo donde se encontraban los teléfonos, al dar vuelta notó que estaba vacío, buscó alrededor. Tal vez habría ido al tocador, pero no, de haberlo hecho así habría pasado por la sala de espera.
El corazón empezó a latir con rapidez, decidió asomarse afuera, solo por si acaso. Suspiró aliviado al distinguir a unos metros de la entrada la figura de la chica que se encontraba de espaldas a él. No había nadie más alrededor.
-¡Mina! -la llamó él.
-“Oh no” -gimió Mina en su interior y rápidamente trató de limpiar las lágrimas que manchaban su rostro.
-Mina -insistió Yukito quien extrañado se acercaba al ver que ella no se volvía y caminaba hacía él-. ¿Qué haces aquí? -preguntó al llegar junto a ella, se frotó las manos sintiendo el frío de la mañana.
-Nada -respondió Mina bajando la cabeza, tenía los brazos cruzados y evitaba mirarlo a la cara-. Solo quise salir a tomar un poco de aire, pero ya podemos regresar -y caminó unos pasos antes de que Yukito la detuviera.
-¿Qué pasa? -insistió una vez más-. ¿Por qué no me miras?
-No pasa nada -mintió y se animó a levantar la cara pero no lo miraba-. Vamos adentro…
-Mina… estás llorando -dijo al tiempo que la obligaba a mirarlo.
Ella quiso decir que no, pero las lágrimas traicioneras aparecieron en sus ojos delatándola.
-No es nada -gimió ella limpiando su cara con torpeza.
-No te creo -y la acercó más a él-. Anda dime que es lo que te molesta.
-Lo siento -se disculpó ella avergonzada-, es solo que… no sé… todo esto ha sido…
-¿Difícil? -sugirió Yukito con suavidad-. ¿Atemorizante?
-Si -aceptó ella-, he estado algo asustada, creo… pero no puedo estar allá adentro llorando cuando Sakura y Tomoyo han pasado por cosas terribles y conservan la calma. Soy una tonta.
-No, no lo eres -dijo Yukito y la acurrucó entre sus brazos.
-Si, si lo soy, de repente pensé en que yo no podría estar tan serena si en vez de Touya fueras tú…
-Mina…
-Estoy preocupada por Touya, pero… ¿y si hubieras sido tú? Después de que hablaste con Yue y dijiste que querías estar con ellos… sentí pánico -confesó temblorosa-. Nunca antes me había planteado que pasaría si un día ya no estuvieras conmigo, si te pasará algo y yo…
-Nada va a pasarme.
-Lo siento Yukito -dijo más tranquila-. Yo debería ser un apoyo para ti en estos momentos.
-Lo eres, estás aquí conmigo y me dejas sentir tu amor -la abrazó más fuerte y besó su frente-. Eres lo más hermoso que tengo, yo tampoco sabría que hacer si me faltaras.
Los dos permanecieron abrazados largo rato, hasta que Mina interrumpió su silencio.
-¿Yukito?
-Mmm
-Estaba pensando en todo lo que hemos compartido el tiempo que hemos estado juntos. Había querido preguntártelo hace tiempo, pero…
-¿Qué cosa?
-¿Por qué tu y yo nunca…? -se detuvo avergonzada-. ¿Por qué no hemos…? ¿Por qué tu nunca…? Olvídalo… nada.
-¿Por qué tu y yo nunca hemos hecho el amor? -preguntó Yukito divertido y volvió a besarle la frente antes de separarse un poco de ella para tomarle la cara entre las manos-. ¿Es eso?
-Si -asintió sonrojada.
-Porque no me pareció correcto -confesó encogiéndose de hombros-. Porque tus padres confían en mi y porque de haberlo hecho, hubiéramos tenido que mentir para tener unas horas juntos, tal vez habría sido a prisa, tal vez en un lugar inapropiado, o como algunos que han buscado esa intimidad en “la casa de los besos”.
-¿De verdad? -él asintió-. Pero… ¿tú no quisieras…? Es decir, ¿tu no me…? -se aclaró la garganta-. ¿…deseas?
-Si, mucho -Mina estaba sorprendida.
-Pero tu nunca…
-¿Te lo demuestro? -Yukito tenía una ligera sonrisa-. Pensé que lo hacía -bromeó un poco-. A veces sueño con eso -confesó muy serio con una mirada que le cortó el aliento a la joven.
-Yo también -confesó a su vez Mina con voz trémula.
-¿Quieres que te demuestre ahora, cuanto te deseo?
Mina abrió los ojos con sorpresa, pero poco después sonrió y asintió aceptando su propuesta.
Yukito bajó lentamente la cabeza, ella cerró los ojos en espera de su beso pero en vez de besar sus labios, Yukito besó su frente, ella abrió los ojos con sorpresa. Yukito bajo las manos a su cintura y la abrazó por debajo de su largo abrigo pegándola más a él.
Besó su frente, su nariz, sus ojos… acercó lentamente su boca a la suya torturándola. Mina mientras tanto subía las manos hasta su cuello para después hundirlas en su cabello.
Una curiosa sensación la atravesó y su cuerpo fue invadido por una súbita debilidad, obligándola a buscar el apoyo del cuerpo masculino, que la recibió con gentiliza protectora.
Aspiró el aroma fresco que de él emanaba y entreabrió los labios temblorosos cuando Yukito le pasó el pulgar por el labio inferior.
Se conmovió ante la bondad de su prometido por intentar darle algo de serenidad y trató de protestar que no era necesario, además recordó que no era el momento adecuado para esa clase de demostraciones, pero las palabras no salieron de sus labios, ya que estos fueron sellados por los firmes labios masculinos.
-Yo también necesito esto -susurró Yukito contra sus labios-. Yo también te necesito -y volvió a besarla.
Ella emitió una suave protesta que lo hizo estrecharla con más fuerza contra él.
La mano que le había acariciado los labios le tomó la mandíbula y luego se hundió en sus cabellos, acariciando la suave piel debajo de la oreja y haciéndola estremecer y apretarse contra él.
Desde lo profundo de la garganta, Yukito emitió un sonido suave, ronco de satisfacción que le puso a la joven la carne de gallina, y los labios de su prometido, que hasta entonces sólo habían sido gentilmente persuasivos, se tornaron más exigentes, de tal manera que Mina pareció hundirse en un torbellino de exquisitas y violentas sensaciones.
Y ella que pensó que conocía a Yukito a profundidad, que su relación era tan estable que ya nada podría sorprenderla. Todo lo que él le había dado hasta ese momento era maravilloso pero nunca antes había sido como esto. Nunca la había sometido a tan delicioso tormento; nunca la había tocado como si fuera infinitamente deseable.
Percibió el acelerado ritmo del corazón masculino y el suyo latió al unísono.
Sintió la mano de Yukito sobre su garganta y entreabrió los labios en obediencia a sus demandas. Mina tembló, demasiado aturdida para hacer otra cosa que apretarse contra él, y casi sin aliento se dio cuenta de la evidencia de su excitación.
-Yukito -exclamó con voz débil y trémula.
-Te deseo, ¿te das cuenta, cuánto te deseo? -Mina asintió mirándolo a los ojos-. Te amo Mina y quiero que la primera vez sea especial -Yukito jadeaba-. En una cama grande con sábanas de seda, en una habitación iluminada solo con velas, amarte lentamente y sin prisas, perderme en tus brazos y hacerte temblar.
-Yukito, yo también te amo -musitó emocionada, pues sentía el corazón a punto de estallar de alegría.
Así permanecieron algún tiempo abrazados, sin decir otra palabra. Lo más importante era que estaban juntos y que así permanecerían por siempre.
********************
Después de varias horas de espera el doctor salió por fin a hablar con la familia. Todos se pusieron de pie de un salto al verlo acercarse.
Fujitaka, Shaoran y Yukito corrieron a su encuentro. Tomoyo se contuvo y permaneció unos pasos atrás junto con Mina y Shaoran, pero al notar su ausencia el señor Kinomoto le pidió que se acercará cosa que alivio a la chica.
-La cirugía fue un éxito -decía el doctor-. Estará bien en un par de meses, tendrá que permanecer en repuso algún tiempo, no podrá caminar pronto pero se recuperará.
Todos asintieron aliviados.
-¿Se recuperará totalmente doctor? -preguntó Tomoyo.
-Tomara tiempo, pero si, se recuperará al 100%.
-Muchas gracias -dijo Fujitaka apretando la mano del galeno-. ¿Doctor, cuando podremos ver a mi hijo?
-Ahora esta en recuperación, aún no sale de la anestesia -informó seriamente-. Pero en cuanto lo pasen a un cuarto podrán verlo.
El docto al ver a la familia tan tensa y conociendo las circunstancias por las que pasaron se apiadó de ellos.
-Puedo permitir que uno de ustedes pase a verlo -todos sonrieron-. Pero solo unos minutos.
-Gracias doctor -dijo Sakura.
-¿Quién pasara? -preguntó el doctor. Todos miraron a Fujitaka.
-Tomoyo, doctor -respondió el hombre pasando el brazo por los hombros de la chica con sumo cuidado. Tomoyo estaba sorprendida-. Vamos -la animó-. Tal vez no puedas esperar a que él este en su habitación.
-Muchas gracias señor Kinomoto -dijo la chica conmovida y siguió al doctor, esté se detuvo para volverse a ver a la familia.
-Más tarde vendrá la enfermera a informarles en que cuarto estará su hijo -después acompañó a Tomoyo por un pasillo hasta que los dos se perdieron de vista.
********************
Casi todos regresaron hasta el sillón que habían ocupado las últimas horas.
Fujitaka que aún sufría algunos dolores de cabeza se permitió cerrar los ojos para descansar.
Yukita y Mina estaban sentados a su lado y se abrazaban. Mina sabía lo preocupado que él había estado y trataba de confortarlo.
Shaoran se llevó a Sakura aparte a un sitio más privado.
-Ahora… vas a irte -dijo Sakura tratando de ser fuerte.
-Si -asintió Shaoran y la abrazó con fuerza.
-¿Qué pasará ahora? ¿Cuándo volveré a verte?
-No lo sé -respondió con sinceridad-. No lo sé, hay muchas cosas a considerar. Tal vez ahora que tenemos a Matsagi las cosas se solucionen con rapidez… pero no hay nada seguro.
-Entiendo.
-Sakura… -dudo un momento-, no sé si podré mantenerme en contacto contigo.
-¿Qué? -exclamó confundida levantando la cara para mirarlo-. Ni siquiera por teléfono.
-No lo creo -admitió con tristeza-. No creo que sea posible, no sería seguro para ustedes o los Daidouji.
-Pero… ¿cómo sabré de ti? -preguntó con los ojos llenos de lágrimas.
-Encontraré la manera -prometió él antes de besarla.
Fue un beso desesperado, que mostraba la angustia que ambos sentían. Pero poco a poco se fue suavizando haciendo promesas silenciosas.
********************
Tomoyo entró en una amplia habitación, en la que una de las paredes era reemplazada por enormes ventanas. En ella había otros dos pacientes a parte de Touya, que también habían sido operados según le explicó la enfermera que la acompañó hasta la cama de Touya.
A Tomoyo le habían dado una bata azul muy parecida a la que traían las enfermeras.
-¿Cómo esta él? -preguntó Tomoyo a la enfermera al llegar al lado de Touya.
-Bien -aseguró sonriendo-. Aquí tenemos a los pacientes hasta que despiertan de la anestesia y así poder llevarlos a sus habitaciones.
-Entiendo, gracias -dijo Tomoyo a la enfermera que ya se alejaba.
Touya estaba acostado sobre la cama con algunos aparatos que monitoreaban sus signos vitales. Una mascarilla para el oxígeno cubría su pálido rostro.
Tomoyo se acercó más a él y comenzó a acariciarle el cabello de la manera en que a él le gustaba. Sentía un nudo en la garganta pero se controló para poder hablarle con serenidad.
-Touya, se que dijiste que no debía disculparme más pero… -suspiró-, no podrás evitar que lo haga ahora. Siento mucho lo que pasó… golpearon a tu papá y no lo sabes todavía pero casi matan a Sakura, tú mismo corriste un gran peligro -trató de controlar sus lagrimas-. Y todo por mi... por mi culpa.
Tomoyo miró a su alrededor, la enfermera seguía atendiendo al paciente del extremo opuesto y no le prestaba atención.
-También destruyeron parte de tu propiedad -continuó serena-, tú no mencionaste nada, pero yo sabía que el establo que se quemaba era en el que se encontraba “Sultán”. Y todo fue por mi culpa… jamás debí aceptar ocultarme en tu casa, nunca me puse a pensar que pondría en peligro a tu familia. Lo siento -hizo una pausa-. Ahora tengo que despedirme, me voy con mis padres, saldremos del país, no se a donde y no sé cuando volveré ó si…
-Señorita -la interrumpió la enfermera-. Me temo que debe irse ya, podrá verlo cuando esté en su habitación.
-Solo déme un minuto por favor -pidió Tomoyo y la enfermera asintió para después salir de la habitación- Ojalá que todos ustedes puedan olvidar lo que pasó -continuó Tomoyo-. Recupérate pronto por favor -se acercó para hablarle al oído-. Te amo Touya y siempre lo haré.
Antes de irse Tomoyo le retiró la mascarilla para darle un suave beso en los labios y volvió a colocársela con cuidado. Lo contempló por última vez antes de alejarse con rapidez y abrió la puerta con cuidado.
En ese momento Touya abrió los ojos lentamente y alcanzó a ver que la puerta se cerraba.
-¿Tomoyo? -dijo con dificultad pues sentía la garganta seca, vio que alguien entraba por la puerta -¿Tomoyo? -insistió parpadeando.
-Señor Kinomoto -dijo la enfermera-. Que bueno que despertó ¿cómo se siente?
-Bien -acertó a contestar él sin estar seguro de que eso fuera cierto. Se sentía confundido y una extraña sensación lo invadía, como si tuviera que hacer algo importante combinado con la certeza de que Tomoyo había estado junto a él todo el tiempo.
********************
Más tarde Touya se encontraba en una habitación privada, el doctor había pasado a verlo para examinarlo y hacerle algunas preguntas, cuando se marchó le dijo que su familia estaba ansiosa por verlo. Él también estaba ansioso, quería saber como estaba Tomoyo.
Al poco rato, todos entraron en la habitación, se veían felices de verlo bien, a él también le dio gusto ver que Sakura y su padre estaban a salvo. Yukito y Mina fueron los últimos en entrar.
-¿Y Tomoyo? -preguntó al ver que nadie más entraba-. ¿Dónde está Tomoyo? -insistió alarmado-. ¿Le ha pasado algo?
-Cálmate hijo -pidió Fujitaka-. Ella está bien, la atendieron después que tu entraras a la cirugía, él doctor dijo que estaría bien.
-Pero… ¿dónde está? ¿Por qué no vino con ustedes?
-Cálmate Touya -insistió Fujitaka-. El doctor nos dejo pasar a todos porque prometimos no inquietarte.
-¿Dónde esta Li? -preguntó a su hermana ignorando las palabras de su padre al notar la ausencia del hombre.
-Ellos se fueron -contestó Sakura con tristeza y habló despacio-. Tuvieron que hacerlo, Shaoran no quería que la prensa se enterara que ella estaba aquí.
-Pero, Tomoyo insistió en quedarse hasta que salieras de la cirugía -añadió Yukito-. El doctor permitió que pasara a verte aunque tú seguías inconsciente.
-Entonces si estuvo allí -comprendió Touya dejándose caer contra la almohada.
-Lo siento mucho hijo -dijo mientras colocaba la mano en su hombro para mostrarle su apoyo.
Ya nadie más comentó algo sobre el asunto. La conversación se centró en lo que había sucedido en casa. Yue se había mantenido en contacto en todo momento e informaba a Yukito cada media hora de todo lo que hacían. A Touya no le agradó la idea de que había extraños cuidando la casa.
Sakura le explicó que de momento era necesaria la presencia de los agentes de la empresa en el rancho. Ella los conocía a todos y sabía que eran buenas personas, aunque esto no tranquilizó a Touya del todo por lo que Yukito se ofreció a regresar ese mismo día al rancho, pretextando que debía regresar a Mina a su casa.
********************
Por la noche todas las cadenas de televisión informaban sobre la sorpresiva salida de los Daidouji del país, una en particular mostró “en exclusiva” un video donde se mostraba a la familia abordando el avión particular en compañía de su servicio de seguridad.
En el momento de ver el video por televisión Sakura y Touya se encontraban solos en la habitación de este observando en silencio.
Las imágenes mostraban perfectamente el momento en que los Daidouji llegaban al lugar. Un auto negro muy lujoso llegaba directamente a la pista de aterrizaje donde el avión privado aguardaba por ellos. El coche se detuvo y el chofer bajó para abrir la puerta a los señores Daidouji quienes subieron al avión con rapidez, detrás de ellos llegó otro auto y enseguida bajó del auto Shaoran y se acercó a la puerta trasera para ayudar a bajar a otra persona.
Tomoyo bajó del auto vestida con la misma ropa con la que salió del hospital. Llevaba unos enormes lentes oscuros como era su costumbre, además era notorio el cabestrillo que usaba en el brazo herido.
Se veía que Shaoran y ella hablaban antes de subir al avión y está negaba con la cabeza, al final Shaoran la tomó en brazos y la subió al aparato. Las siguientes imágenes eran del despegue del mismo.
-No se veía muy bien -dijo Touya más para si mismo. Sakura bajó el sonido del televisor.
-El doctor indicó mucho reposo -contestó Sakura y añadió en voz baja-, dijo que estaría débil por la perdida de sangre.
-Debieron dejar que se quedara internada -objetó molesto.
-Ella se negó rotundamente, además si se quedaba aquí la prensa se enteraría de lo sucedido.
-¡Eso es lo de menos!
-Lo hicieron por nosotros Touya -Sakura se acercó a él y le tomó la mano, ella comprendía su pesar pues sentía lo mismo que él.
-¿Por nosotros? -preguntó incrédulo, Sakura asintió.
-He trabajado lo suficiente con Shaoran para saber lo que el acoso de la prensa puede hacer a las personas. Por otro lado lo que Shaoran y Yue no quieren es que se preste mucha atención a lo sucedido en el rancho, para proteger por igual nuestra privacidad y la de nuestros amigos. Por eso es que Shaoran permitió que la salida del país fuera conocida antes de tiempo, se supone que todo se haría con discreción…
-¡Discreción!, ¡discreción! A eso llama Li discreción…
-No citaron la fuente que les dio el video -explicó Sakura con una sonrisa comprensiva-. Pero estoy segura que el video fue tomado por alguien de la agencia, ¿te diste cuenta que nunca hicieron acercamientos a la cara de los Daidouji o a Shaoran? Así trabaja él -añadió con orgullo-. Además mencionaron que Tomoyo se había lastimado en un accidente en la mansión y que el vuelo se dirigía a los Estados Unidos, la información es errónea.
Touya ya no pudo agregar nada pues en ese momento entraba Fujitaka a la habitación interrumpiendo la conversación entre sus hijos.
-Te tardaste mucho -dijo Sakura-. ¿Dónde estabas?
-Después de despedir a Yukito y Mina -explicó Fujitaka un poco nervioso-. Un hombre se presentó frente a mi como el abogado de los Daidouji.
-¿Ah si? ¿Y que quería? -preguntó Touya intrigado.
-Al parecer el señor Daidouji fue informado de todo lo que sucedió e insiste en pagar todos los gastos del hospital…
-Pero no aceptaste ¿verdad? -interrumpió Touya.
-No iba a hacerlo pero… -habló con cautela-, bueno, ya todo esta arreglado y pagado.
-¡Qué! -exclamó Touya agitado, iba a moverse pero el dolor en la pierna se lo impidió haciéndolo gemir de dolor.
-Por favor hijo cálmate -pidió Fujitaka sujetándolo por los hombros-. Se cual es tu sentir, pero no pude hacer nada para evitarlo, los Daidouji estuvieron al pendiente de todos desde el momento en que llegaste al hospital con su hija -Touya se mostró más tranquilo pero seguía molesto-. Dice que están muy agradecidos por lo que hicimos por Tomoyo y también muy afligidos por lo sucedido, así que todos los gastos han sido cubiertos con la mayor discreción.
Touya estaba muy irritado, no quería el dinero de los Daidouji… quería… Observó a su alrededor, ahora entendía el porque de la habitación privada y lujosa, aunque su posición económica le permitía iguales atenciones médicas jamás habría accedido a tal habitación.
-¿Cuánto tiempo estaré aquí? -preguntó entre dientes.
-Serán unos días, el doctor no especificó cuantos, debes estar en observación para ver tu evolución. Fujitaka miró a sus hijos-. Será mejor que te dejemos descansar, Sakura también debe hacerlo, nos quedaremos en un hotel cercano.
Touya observo a Sakura y asintió.
-Hasta mañana Touya -se despidió Sakura dándole un beso en la mejilla.
-Te veremos mañana -dijo Fujitaka-. Descansa hijo por favor.
-Lo haré, buenas noches -se despidió Touya.
Después de verlos salir Touya recargó su cabeza en la almohada. Cerró los ojos evocando el rostro de Tomoyo, todo lo que habían pasado el día anterior. Era su voz la que había escuchado todo el tiempo, antes y después de la operación, ¿qué le había dicho?
Touya hizo un gran esfuerzo por recordar, solo venían a su mente palabras sueltas, así permaneció largo rato mientras lo vencía el cansancio y se quedaba dormido.
Mientras tanto afuera de su habitación Sakura y Fujitaka esperaban frente al elevador.
Fujitaka abrazaba a Sakura y esperaba ansioso la llegada del aparato, pero al abrirse la puerta este no avanzó permitiendo que las puertas se cerraran.
-¿Qué pasa papá? ¿Por qué no nos vamos?
-No quise decírselo a Touya porque se hubiera molestado mucho más y no es conveniente en su estado.
-¿Qué, qué fue lo que no le dijiste?
-El abogado me dijo que también habían arreglado nuestra estancia, el hotel esta pagado y no es cualquier hotel.
-¿De verdad?
-Si, además hay un señor Sagara allá abajo.
-¡El señor Sagara! Es el jefe de Shaoran.
-Lo sé, él me lo dijo cuando se presentó. Según parece Shaoran arregló todo para que tengamos vigilancia aquí y en el hotel. Yukito y Mina iban a ser acompañados por dos agentes hasta el rancho.
-Típico de Shaoran -sonrió Sakura-. No deja nada al azar.
-Me doy cuenta… además eso también lo pagaran los Daidouji. Parece que los señores te aprecian mucho, hija -Sakura sonrió evocando tiempo que desinteresadamente pasaba con Sonomi mientras estuvo convaleciente y siempre le hablaba del sitio donde se encontraba su hija, cosa que le subía los ánimos pese a las circunstancias.- En un principio los gastos iban a ser cubiertos por la agencia pues eres su empleada, pero el señor Daidouji insistió.
-¿Y qué estamos esperando?
-El señor Sagara subirá por nosotros, la habitación de Touya quedará vigilada y nos acompañarán al hotel.
-Creo que hiciste muy bien al no decirle a Touya.
-Fue lo mejor -suspiró Fujitaka-. Ya se enterará después -dicho esto beso a su hija en la frente y la abrazó con fuerza.
********************
Un par de semanas después Touya y Fujitaka regresaban al rancho.
Sakura se había adelantado a ellos unos días para preparar todo para la llegada de Touya.
Los dos hombres ingresaron en la casa y fueron recibidos con alegría. Touya iba sentado en una silla de ruedas.
-Touya al fin en casa -saludo Yukito con su acostumbrada alegría.
-Gracias Yukito -dijo él observando alrededor. Se dio cuenta cuanto extrañaba su casa.
-¿Quieres subir a tu habitación? -preguntó Fujitaka.
-Creo que si, prefiero descansar antes de la cena. Además debemos aprovechar la presencia de nuestro “chofer” para que me ayude a subir -agregó Touya con ligereza.
-Muy gracioso -dijo Yue al ingresar a la casa llevando las maletas.
-¡Yue! -gritó Sakura y corrió a su encuentro.
-Hola Sakura -saludó el detective al recibir el abrazo de la chica-. Yukito -extendiendo la mano para saludar a su hermano.
-¡Que sorpresa! -exclamó Yukito-. No te esperábamos.
-Es una larga historia -respondió Yue evasivo mientras veía a Touya que lo miraba molesto.
Después de los saludos Yue y Yukito subieron a Touya por las escaleras. Fujitaka lo ayudo a acomodarse en la cama poniéndole almohadas bajo la pierna lastimada.
-¿Se te ofrece algo más? -preguntó Fujitaka a su hijo.
-Nada gracias. No, espera. Tal vez un poco de agua, por favor.
-En un momento te la traigo -dijo Fujitaka antes de salir.
Al quedarse solo en la silenciosa habitación Touya miró a su alrededor, cerró los ojos sintiendo una punzada en el pecho. Era el mismo dolor que lo acompañaba desde hace semanas. Aquí en la casa, donde todo le recordaba a ella sería más difícil, mucho más difícil…
********************
Mientras tanto abajo los hermanos platicaban sobre los últimos acontecimientos en presencia de una Sakura que escuchaba sin intervenir.
-¿Cómo vas con los preparativos de la boda?
-Bueno… pues Mina y yo decidimos retrasar la fecha n poco, así que los preparativos están detenidos.
-No lo sabía -respondió Yue sorprendido.
-Lo sé, no lo habíamos comentado con nadie. Después de lo ocurrido no estábamos de humor para pensar en la boda. Además con Touya en el hospital el trabajo se cargó un poco y si a eso le añades que hemos estado ocupados limpiando los escombros del incendio… además Mina no estaba de ánimos para celebrar la boda. Y debo admitir que tampoco yo.
-Ya veo…
-Pero no hay nada de que preocuparse -aseguró Yukito alegre-. Todos han ayudado un poco, Eriol, los hermanos de Mina ¡todos! Creo que ahora que Touya está en casa podremos pensar otra vez en la boda y poner los planes nuevamente en marcha.
-Me da gusto verte tan animado como siempre.
-Mina es un gran apoyo para mi, sobre todo en estos momentos, ella fue la que insistió en posponerlo todo -dijo Yukito feliz-. Pero… no me habías dicho que vendrías.
Yue agitó la cabeza con cierta desesperación.
-Fue por Touya -dijo al fin.
-Quisiste traerlo tu mismo -adivinó Yukito.
-Si, en parte. Para empezar, como saben él insistió en salir antes de tiempo del hospital. La idea de que los Daidouji estuvieran pagando… lo mataba. Ya se imaginaran cuando supo de la vigilancia que tenía en su cuarto y la que tenía también Fujitaka.
-Explotó como siempre -dijo Sakura riendo.
-No es divertido -la reprendió Yue, pero Sakura sonreía-. Se negó rotundamente a pasar la noche en el hotel y mucho menos a ser escoltados hasta aquí por los agentes de Sagara. Nunca antes lo había escuchado decir tantos improperios.
Todos rieron imaginando la escena.
-Yue… -dijo Sakura dudosa-. ¿Tú…? ¿Él…? ¿Sabes algo de Shaoran? -preguntó al fin.
-Nada aparte de lo que te he dicho -dijo Yue muy serio-. Que llegaron bien, qué están en un lugar seguro y que Tomoyo esta sanando favorablemente Sakura suspiró pesarosa.
Fujitaka apareció en ese momento.
-Te quedarás a cenar con nosotros ¿verdad Yue?
-Si, claro que si -aceptó Yue de buena gana-. Aunque debo regresar hoy mismo y me espera mucho trabajo, pero disfrutaré de este pequeño descanso que me estoy dando.
-Sakura, querrías llevar una jarra de agua a tu hermano por favor.
-Si papá -dijo la chica y corrió a hacer el encargo.
Fujitaka esperó a ver a su hija subir las escaleras con la encomienda antes de preguntar a Yue.
-Dime ¿Cómo va todo? ¿Cuándo crees que regresen los Daidouji?
-Todo va bien aunque un poco lento -respondió Yue esquivo-. No puedo darle detalles pero estamos sobre algo seguro.
-Entonces… ¿todavía no regresaran los Daidouji?
-No, todavía no, ¿por qué lo pregunta?
-Touya -respondió Fujitaka preocupado-. No dice nada pero se que está muy deprimido, hasta el doctor pudo notarlo. Si se ha recuperado favorablemente es porque quería salir del hospital lo antes posible, pero ya aquí en la casa… no sé…
-Habrá que esperar -dijo Yue pensativo-. Pronto habrá una gran movilización para encontrar al tío de Matsagi. Todo depende del éxito de lo que estamos planeando.
-¿Cuándo será eso? -preguntó Yukito.
-Pronto -respondió Yue y sonrió satisfecho-. Ya lo verán si todo sale según lo previsto todos los medios de comunicación estarán hablando de ello.
********************
Sakura entró a la habitación de su hermano después de anunciarse, con una sonrisa colocó la jarra de agua y un vaso en la mesita de noche.
-Aquí está tu agua ¿necesitas algo más?
-Pues… ya que estás aquí, alcánzame mi medicina.
Sakura así lo hizo y esperó hasta que Touya tomara sus pastillas.
-¿Cómo te sientes hermano? -preguntó sentándose con mucho cuidado en la cama junto a la pierna lastimada.
-Cansado, pero bien.
-¿Y tu pierna?
-Bien, pronto volveré a caminar. No te ibas a deshacer de mi tan fácil monstruo -trató de sonreír pero no pudo.
-No bromees con eso Touya -pidió Sakura-. Nos diste un buen susto, el trayecto al hospital fue eterno -confesó ella, era la primera vez que hablaban de eso-. Si Tomoyo no hubiese estado ahí, creo que me habría puesto histérica, ella te hablaba con tanta serenidad… -se detuvo al darse cuenta de que había hablado de su amiga-. Lo siento, tal vez no debí…
-No te disculpes, me agrada oír hablar de ella.
-Como no la mencionas… -se excusó-, pensábamos… que tal vez no querías hablar sobre ella, hasta tal vez que quisieras…
-¿Olvidarla? -Sakura asintió-. No, nunca podría hacer eso -suspiró pensativo.
-Hermano… ¿por qué has rechazado la ayuda de los Daidouji? Ni siquiera quisiste que aceptáramos el cheque que mandaron para la reconstrucción del establo.
-No es el dinero de los Daidouji lo que quiero Sakura…. quiero algo más valioso -contestó con serenidad desviando la mirada, pocas veces era tan honesto con sus sentimientos.
Sakura comprendió lo que sucedía y sonrió sintiéndose orgullosa de su hermano aunque también comprendía su tristeza.
-¿Ya leíste la carta que te dejó Tomoyo? -preguntó animándose al fin a pronunciar el nombre de la chica.
-No -mintió Touya pensando en las dos páginas que arrugadas por el constante uso permanecían guardadas en el bolsillo de su camisa, cerca de su corazón.
No se sentía con ánimo para hablar con alguien sobre las líneas que había escrito la chica, mismas que había releído tantas veces que ya las sabía de memoria pero que él insistía en leerlas para perderse en los trazos perfectos que había dejado en la misma.
-La leeré después cuando esté mejor -agregó después de notar la cara triste de su hermana.
-Hay algo más que ella dejó -se animó a decir Sakura en un intento de animarlo.
-¿Qué? -preguntó él con el corazón acelerado.
-Vuelvo en un minuto -y salió rápidamente, no tardó mucho en regresar y Touya reconoció de inmediato lo que su hermana llevaba en las manos-. No creo que haya olvidado empacarlo, seguramente también pensaba dejártelo.
Y se lo entregó a Touya quien lo tomó y con sumo cuidado fue pasando las hojas del cuaderno de dibujo de Tomoyo. Lo cerró muy despacio pensando que más tarde cuando estuviera solo podría disfrutar del el con más calma.
-Gracias Sakura -dijo él con voz ronca.
-¿Te gusta? -Touya asintió-. Sabía que estarías contento -ella daba saltos pequeños y aplaudía.
-Calma monstruo, no ves que hay alguien convaleciente aquí.
-¡Hermano! Deja de llamarme así.
-Lo seguiré haciendo mientras te comportes como un monstruo.
-Soy una mujer comprometida, no un monstruo -declaró en tono solemne, agitando su mando izquierda en la cara de Touya esperando que este se molestara.
-Eres un monstruo comprometido… -corrigió él-. Un monstruo comprometido con otro.
Sakura jadeó ofendida llevándose la mano al pecho en un gesto muy dramático. Los dos se miraron a los ojos retándose en silencio pero después de unos segundos los dos empezaron a reír a carcajadas.
-Sabía que te haría reír -dijo Sakura sentándose de nuevo a su lado.
Touya le tomó la mano y acarició el dedo anular observando el anillo de compromiso muy serio.
-¿Tú lo amas? -fue una pregunta directa que sonrojó a Sakura.
-Si -respondió suspirando.
-¿Y él a ti?
-Si -asintió con firmeza
Touya simplemente acercó la mano de su hermana a sus labios y le dio un ligero beso. Evitó su mirada pero sonreía.
Sakura se mordió el labio conteniendo el llanto, ese gesto significaba mucho para ella. Touya le dijo muy a su manera que aprobaba su decisión.
Touya soltó la mano de su hermana y carraspeó un poco antes de preguntar.
-¿Has sabido algo más de ellos?
-No -suspiró ella mirando su anillo-. Solo lo que ya te he dicho. Acabo de preguntarle a Yue lo mismo y me dio la misma respuesta. Al menos Tomoyo esta mejor de su herida.
-Tomoyo -gimió Touya sin poder contenerse, echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos.
-Estás cansado -dijo Sakura-. Será mejor que te deje para que puedas…
-No espera -la detuvo él impidiendo que se fuera-. Háblame de ella.
-¿Qué?
-Si, cuéntame sobre ella, todo lo que sabes. ¿Cómo la conociste? ¿Cuándo? Qué hacía antes de que todo empezara…
-¿Estás seguro? Podemos dejar esta conversación para después.
-Estoy seguro, por favor Sakura -insistió al verla dudar-. Háblame de Tomoyo.
Sakura asintió, se acomodó con cuidado en la cama y comenzó su relato. Touya la escuchaba con suma atención, a veces hacia alguna pregunta. Después de un rato cerró los ojos imaginando cada escena que Sakura narraba. Él insistió en que no omitiera nada, así que lo supo todo.
-¿Touya? -lo llamó al notarlo tan callado que parecía dormido.
-Si -respondió él sin abrir los ojos.
-Eso es todo, fue así que Yue la llevó a la estación de autobuses…
-Gracias Sakura -una lágrima resbaló por su cien hasta ocultarse en el nacimiento de su cabello-. Muchas gracias.
********************
Tomoyo estaba en el pequeño estudio sentada como siempre junto a la ventana. Suspiró, afuera estaba lloviendo. Tenía un libro en la mano pero ni siquiera lo había abierto, su mente estaba en otra parte, en otro país, con otra mano.
El espejo estaba empeñado y antes de que pudiera evitarlo su dedo viajo por la fría superficie dándole forma aun perfil masculino.
Suspiró de nuevo observando su obra y recordó la última vez que lo vio, cuando le dijo que lo amaba y se fue sin esperar su respuesta.
Apenas había tenido tiempo de despedirse de los demás, un auto con otros dos agentes ya esperaba por ellos.
Entre lágrimas se despidió del señor Kinomoto, Yukito, Sakura y Mina. Esta última le recordó que la estaría esperando para su boda. Tomoyo fue incapaz de decir cualquier cosa.
Ya en el auto se sintió invadida por un cansancio tal que le fue imposible pensar o sentir. Apenas tuvo fuerzas para bajar del auto, Shaoran se ofreció a subirla en brazos, ella no quería pero al final fue necesario.
Dentro del avión se había dado la ansiada reunión con su familia. Sus padres la abrazaron y besaron sin cesar, cosa que ella encontró reconfortante. Después de eso apenas fue consciente de las horas de vuelo, pues durmió durante todo el viaje. Ni siquiera al llegar a su destino fue capaz de despertarse, entre sueños se dio cuenta que alguien la sacaba del avión y después fue llevada hasta el lugar en que residirían.
Ya más tarde supo que había dormido durante dos días completos, un doctor la visitó y una enfermera la cuidaba el tiempo que no lo hacía su madre; ella y su padre apenas se separaban de ella.
Cuando repuso fuerzas y pudo hacerlo, recorrió la casa y supo que se encontraban en China. En una casa usada especialmente para ocultar personas en casos similares al de ellos.
Dos de los cuñados de Shaoran seguían trabajando en la agencia de seguridad que fundara el padre de este. Así que las medidas que se tomaron para su llegada eran extremas.
La casa era amplia y acogedora. Se encontraba en un lugar apartado en medio del bosque, por lo que era común que lloviera con frecuencia.
Tomoyo se había refugiado la mayor parte del tiempo en ese estudio tratando de distraer su mente, leyendo cuanto libro se encontraba en ese lugar.
Pero ese día había sido imposible de lograr.
-¿Tomoyo? -la llamó Shaoran desde la puerta sobresaltándola-. Lo siento, no quería asustarte pero llamé varias veces y no contestaste.
-Estaba distraída -se disculpó borrando la imagen en el vidrio.
-¿Puedo pasar?
-Si, adelante.
Tomoyo lo vio entrar y acomodarse en un sillón cercano a donde ella se encontraba. Shaoran y ella habían establecido una amistad muy fuerte gracias a las largas conversaciones que compartían en las que el tema principal eran los hermanos Kinomoto. Había una en particular que se repetía con frecuencia.
- Flash Back -
-No es posible que te sigas sintiendo culpable Tomoyo -insistió Shaoran una vez más-. Nada de lo que sucedió fue culpa tuya. En todo caso cúlpame a mi, cometí muchos errores…
-No Shaoran no digas eso -lo interrumpió Tomoyo angustiada-. Tú hiciste lo mejor que pudiste, es solo que no puedo evitar…
-Las cosas se dieron así por una razón, en todo caso, culpa a Hideyoshi por querer vengarse, a Magatsi y a Keiju -no hubo respuesta por lo que Shaoran continuó-. ¿Has pensado que si las cosas no hubieran sucedido de esta manera tal vez nunca nos habríamos conocido?
-No -admitió ella pensando en lo que le estaba diciendo.
-Si Hideyoshi no hubiera amenazado a tu familia no me habrían asignado el caso, Sakura y tu no se habrían conocido. Si el atentado contra tu madre no hubiese funcionado y las amenazas contra tu persona no hubieran sido tan claras no te habríamos estado tan desesperados por ocultarte y a Sakura no se le hubiera ocurrido mandarte a su casa… el caso es que no habrías conocido a Kinomoto…
-¡No! Eso no… conocerlo es lo mejor que ha podido pasarme.
-¿Te das cuenta?
- Fin Flash Back -
-¿Cómo estás? -preguntó Shaoran con cautela.
-Más o menos -respondió ella incapaz de mentir.
-Entonces ¿ya te enteraste?
-¿Qué Touya salió del hospital?
-Los Kinomoto ya están de regreso en el rancho -asintió Shaoran.
-Si, mi papá me lo dijo -volvió a suspirar y pasó saliva antes de animarse a preguntar-. ¿Es cierto que Touya rechazó la protección?
-Si, lo siento. Aunque no creo que sea tan necesario. Las investigaciones indican que ellos están fuera de peligro.
-¿Pero, seguirán vigilando el rancho, verdad? -preguntó con ansiedad.
-Claro que si -afirmó serio-. Yue se a encargado de eso personalmente y Yamazaki sigue con esa asignación, Nagissa permite que él y su equipo permanezcan en el campamento.
-Me alivia saberlo -confesó ella.
-Yo no podría dormir si no fuera así -aseguró Shaoran.
-¿Sabes que Touya rechazó el cheque para reconstruir el establo? -preguntó ella con pesar.
-Si.
El abogado de los Daidouji mandó un informe detallado al señor Daidouji una vez que Touya abandonara el hospital. La información fue enviada por las vías correctas para que llegara con seguridad y sin intermediarios a su destino.
-Él es orgulloso -dijo Shaoran tratando de explicar la conducta de su futuro cuñado.
-Lo sé, pero…
-Seguramente pensó que con cubrir los gastos del hospital era suficiente.
-Tal vez -Tomoyo le había dado muchas vueltas al asunto, y no había dado con una respuesta que la tranquilizara-. ¿Cuánto tiempo más estaremos aquí Shaoran?
-No sabría decirte con exactitud.
-¿Crees que sea necesario estar aquí hasta que encuentren a Hideyoshi?
-Si, ¿por qué?
-¿Qué pasaría si nunca lo encuentran?
-Eso es imposible -aseguró Shaoran.
-¿Cómo es que estás tan seguro?
-Porque hasta donde tengo entendido las investigaciones van muy avanzadas y Yue esta muy optimista al respecto.
-¿Qué es lo que han averiguado?
-Bueno -dudó un momento-, no creo que haya alguna diferencia si te lo digo -se decidió Shaoran al ver la ansiedad en el rostro de la chica-. Solo que preferiría que no comentes nada con tus padres, hasta que yo hable con ellos.
-Lo prometo -aseguró ella agradecida.
-Cuando secuestraron a Sakura encontramos unas direcciones y teléfonos en la habitación de Matsagi -explicó pausadamente-. Fue un gran descuido de su parte. Desde entonces hemos vigilado esos lugares y Yue intervino los teléfonos. Al principio no había nada sospechoso pero estas últimas semanas ha habido un gran movimiento. Hideyoshi también esta metido en esto, solo han mencionado su nombre un par de veces y se ha identificado su voz en esas llamadas.
-¿De verdad? -preguntó ella exaltada.
-Parece que ahora está metido en el tráfico de drogas y pronto llegará un cargamento importante -comentó inclinándose hacia ella como si compartieran un secreto-. Yue esta preparando todo para una redada y confía que él se encuentre en el lugar de la entrega y así poder atraparlo.
-Entiendo, si lo atrapan podremos regresar ¿verdad?
-Si.
-¿Y si no?
-Tomoyo -la animó tomándole la mano-, hay que se optimistas -la chica asintió.
-¿Qué pasó con Keiju y los hombres que fueron al rancho con él? -preguntó Tomoyo con curiosidad pues era la primera vez que hablaban del tema.
-No hemos conseguido nada de ellos -dijo con tono frustrado-. Matsagi y los otros saben muy bien con quienes están metidos, no hablarán para nada.
-¿Y Keiju?
-Tsurigame empezaba a cooperar pero poco después recibió una paliza en la cárcel -Tomoyo lanzó una exclamación de sorpresa-. Creo que el pobre diablo no sabía con quien se había metido hasta ahora. Como sea no esperamos que siga cooperando, el mensaje fue muy claro, casi lo matan.
-¿Cómo está?
-Algunas costillas rotas, múltiples fracturas en el rostro, contusiones. Le fue muy mal.
-Pobre -se condolió Tomoyo recordaba al Keiju que conoció alguna vez-. A pesar de todo no le deseo ningún mal.
-Eres una buena persona Tomoyo.
-Gracias -sonrió-. Entonces, solo nos queda esperar.
-Así es -asintió Shaoran en tono frustrado, solo por momentos dejaba ver una desesperación muy parecida a la de ella.
-La extrañas mucho ¿verdad?
-De una manera que no creí posible -admitió él.
-¿Cuando crees que puedan casarse?
-No lo sé, yo lo haría de inmediato -suspiró pensativo-. Pero ella merece una boda como es debido. Por otro lado mi madre no me lo perdonaría y le prometí a Sakura que la traería a conocer a mi familia… aún así no se cuando será posible.
-¿Por qué?
-Cuando atrapen a Hideyoshi, él y todos los demás irán a juicio. Tú papá quiere que se les aplique todo el peso de la ley. Quiere hacer de todos ellos un ejemplo para que nadie más se atreva a amenazarlos otra vez.
-Es cierto, he estado presente cuando mis padres han hablado sobre el asunto.
-Así que todavía necesitarán de mis servicios mientras el juicio se lleve a cabo. Y no sabemos que tiempo se tome todo eso.
-Pero… eso es muy tardado… ¿podrías darle el caso a otro equipo?
-Si, es posible, pero no me gusta dejar los trabajos sin terminar.
-Pero… ni siquiera por Sakura -insistió tratando de convencerlo.
-Es por ella precisamente por quien lo hago. Cuando termine con este trabajo podré tomarme unas largas vacaciones. Y no pienso regresar a trabajar hasta que haya terminado “nuestra” larga la luna de miel -confesó sonriendo un tanto avergonzado.
-Has hecho muchos planes -comentó ella compartiendo su momentánea alegría.
-Muchos -admitió él pensativo.
Tomoyo lo contempló respetando su silencio absorto en los pensamientos que tenía, solo había una cosa en la que podría estar pensando o mejor dicho en “quien”.
Volvió su mirada hacia fuera, había dejado de llover. Ojalá ella también pudiera hacer planes para el futuro, pero todo era incierto en el. Ojalá pudiera hacer planes para un futuro con él, pero no estaba segura si eso era posible. Tal vez lo mejor que podía hacer era mantenerse alejada.
-“Touya” -suspiró con pesar.
Continuara…
Nota de autora: Bueno, no se que decir, solo que estoy muy emocionada. Me disculpo de antemano con aquellos que esperaban algo de Eriol para este capítulo, pero no quedaba espacio para más, jajaja, en realidad nunca contemple a Eriol para esta parte de la historia así que me fue muy difícil buscarle algún sitio, como sea les aseguro que los compensaré por su ausencia en el siguiente capítulo, Crystal preparo algo muy especial. Para los que pidieron desde hace tiempo una escena de Yukito y Mina pues ahí esta y creo que ya aclaré algunas dudas al respecto. Qué más puedo decir, no lo sé, solo que el siguiente será el final, si como leen, llegaremos al final. Y es curioso porque parece que actualizaré justo a un año de haber empezado, así que cerraré un ciclo, estoy muy feliz. Sin más, solo puedo decir muchas gracias por leer. Bye.