Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Simplemente... ¿amigos? ❯ Capítulo 21 ( Chapter 21 )
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Simplemente… ¿amigos?
Por Daulaci Serv
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
CAPITULO 21
-Todo va a estar bien -le había dicho ella aunque no estaba segura que eso fuera cierto.
Eriol la había abrazado con una fuerza tal que casi la había dejado sin aire en los pulmones pero lejos de desear alejarlo se apretó más a él deseando poder confortarlo. Antes de poder decirle cualquier otra cosa la puerta de la habitación de Anessa-sama se abrió atrayendo la atención de todos.
El equipo médico salió acompañando la cama donde Anessa-sama yacía inconsciente.
-Abuela -murmuró Eriol dando un par de pasos a su encuentro pero el médico a cargo se interpuso.
-¿Señor Hiraguizawa? -preguntó el galeno.
-Si -asintió Eriol sin perder de vista a la anciana mientras las enfermeras empujaban la cama siguiendo su camino a los elevadores.
-Señor Hiraguizawa, su abuela necesita cirugía urgente.
-¿Qué? -dijo Eriol saliendo del sopor que lo embargaba para fijar su atención en el médico.
-Ahora mismo la llevan a cirugía -continuó el hombre con calma-. Esto ha sido solo una advertencia, la señora Hiraguizawa necesita una intervención quirúrgica, su corazón la necesita.
-Su corazón -repitió Eriol pensando en el estado en que estuvo su abuela los últimos días y se reprendió internamente por no haberle dado la atención que merecía.
-Debe firmar los documentos necesarios y después podrá subir con su familia al área de espera -dijo el hombre mirando a los presentes que escuchaban atentos-. La cirugía será larga y el riesgo enorme pero creemos que hay grandes posibilidades de que todo salga bien. En cuanto termine la cirugía alguien saldrá a informarles.
-Está bien doctor, gracias -dijo Eriol estrechando la mano del hombre.
-La señorita lo llevará a firmar los papeles -dijo el médico señalando a una enfermera antes de irse.
-Esperen aquí -pidió Eriol tomando la mano de Tomoyo y juntos siguieron a la enfermera.
Tomoyo caminó a su lado sin decir palabra, lo miraba de reojo al tiempo que sentía la suave presión de sus dedos entrelazados, recordó lo que había dicho Anessa-sama: “Él te necesita, Eriol te ama”.
A pesar de la preocupación que la embargaba una pequeña lucecita de felicidad brilló dentro de ella.
Mientras los veían alejarse un sollozó rompió el silencio del pequeño grupo que se había quedado atrás.
-Que susto tan grande -se lamentó Seri sin poder evitar el llanto.
-Muy grande -murmuró el señor Tarisume pasando el brazo por los hombros de su esposa mientras sacaba un pañuelo de sus bolsillos.
Sakura observó a la pareja consolarse mutuamente y deseo poder acercarse a ellos. Con un puño apretado contra su pecho dejó escapar un suspiro trémulo.
-¿Estás bien? -preguntó Shaoran que permanecía de pie a su lado mientras se sostenía con las muletas.
Sakura se volvió hacia él y titubeo un momento antes de asentir con un dejo de sonrisa.
-La señora Seri tiene razón -aspiró esperando calmarse-. Fue un gran susto.
-Todo estará bien -afirmó Shaoran tomando su mano y acariciando el dorso de la misma con el pulgar.
Shaoran hubiese preferido abrazarla pero decidió que era mejor no arriesgarse y se conformó con tomarle la mano. Al ver que ella no lo rechazaba y que por el contrario aferraba su mano sonrió en su interior.
Sakura lo miró a los ojos un momento y bajo la vista levemente sonrojada lo que le produjo una satisfacción mayor.
-Tal vez debería conseguirte una silla de ruedas -dijo ella de repente-. No debe ser tan difícil estando en un hospital -dijo más para si mientras miraba a su alrededor y trató de soltarse.
-¡No! -exclamó Shaoran apretando su mano y agregó con rapidez-. Estoy bien así. “Más que bien” -pensó decidido a no dejarla ir.
-Pero no creo que sea muy recomendable que estés parado tanto tiempo y el esfuerzo… -sus ojos se abrieron al recordar-: Olvidé traer tus analgésicos.
-No lo olvidaste -corrigió Shaoran-. Yo no los traje, no quería estar drogado mientras hacia las negociaciones con Tessari. Además estoy perfectamente.
-¿Seguro? -preguntó mirándolo fijamente.
-Seguro -asintió-. No habrá problema, seguro en la sala de espera podré sentarme y por lo que oímos será una larga espera. Estaré bien, Sakura.
-Como tú digas.
Pasaron algunos minutos antes de que Tomoyo y Eriol regresaran y ya con las indicaciones precisas se dirigieron hacia el elevador en compañía del resto para subir a la sala de espera.
Apenas pasaron 15 minutos desde que llegaron pero ya parecía una eternidad. Todos habían permanecido en completo silencio desde el momento en que se acomodaron en los sillones de una sala de espera, amplia, fresca, impersonal y con el típico olor aséptico de los hospitales.
-No se donde deje mi móvil -dijo Eriol de repente atrayendo la atención de todos.
-Tal vez esta con el resto de tus cosas en el auto -respondió Sakura.
-Espero no haberlo perdido -comentó recordando la forma desordenada en que guardara todas sus cosas antes de salir del hotel.
-¿Quieres llamar a alguien? -preguntó Tomoyo.
-No, bueno si, tal vez a mi secretaria.
-Ten el mío -ofreció Shaoran tendiéndole el aparato.
-Gracias -dijo Eriol al tomarlo y se puso de pie marcando el número a la vez que se alejaba un poco.
-Yo también debería llamar a casa -dijo Sakura.
-Puedes usar mi móvil en cuanto Eriol termine.
-Gracias pero creo que usaré los teléfonos del pasillo -y se alejó en dirección a los mismos.
-¿Tú también llamarás a tu casa Tomoyo? -preguntó Seri.
-No, no lo creo. Mi madre salió unos días fuera -explicó-, con William y… no creo que llame a casa; tampoco me interesa darle explicaciones a Toshime.
-Por supuesto -asintió Seri con el ceño fruncido al recordar a la odiosa mujer.
Al poco rato regresó Eriol y le devolvió el móvil a Shaoran.
-¿Todo bien? -preguntó este.
-Creo que si -suspiró Eriol pasándose una mano por le cabello al tiempo que se dejaba caer con cansancio en el sillón justo al lado de Tomoyo.
La joven al verlo tan estresado le tomó la mano y le miró preocupada. Eriol la vio y reparó en su mirada, también notó la de los demás a su alrededor.
-No es nada grave -explicó con una leve sonrisa-. Hironobu ya saben, lo mismo de siempre. Desde que Yue se fuera de luna de miel parece creer que me ha dejado indefenso, como si no supiera cuidarme a mi mismo.
El señor Tarisume y su esposa asintieron comprensivos pues estaban más al tanto de su situación.
-¿Por eso has estado viajando tanto últimamente? -quiso saber Shaoran.
-Si, Hironobu ha creado algunos problemas y me ha mandado a mí a resolverlos pensando que así podría desacreditarme.
-¿Cómo? -preguntó Tomoyo.
-Si no puedo solucionarlo se verá mal ante la junta directiva. Por supuesto pocos son los que sospechan que Hironobu es la principal causa de los problemas.
-Los mismos que te apoyan -concluyó Shaoran.
-Exacto.
-No me habías dicho nada -acusó Shaoran-. Podría haberte ayudado.
-No quise molestarte, no ahora que debías reposar.
-¡Por favor! -bufó Shaoran-, ¿cuándo me has visto en reposo?
-Parecías estar de vacaciones.
-Bueno tal vez -aceptó-. Pero igual he estado trabajando, sino pregúntale a Sakura…
Todos se volvieron a buscar a la joven notando que ya se había demorado mucho.
-¿Dónde esta? -preguntó Eriol.
-Fue a llamar a su casa -respondió Shaoran-, pero ya se tardo.
-Tal vez deba ir a buscarla -ofreció Tarisume.
-No, iré yo -replicó Shaoran levantándose con cierta dificultad y se acomodó las muletas.
-¿Está seguro joven?
-Claro, claro, son solo unos metros, no hay cuidado.
Eriol sonrió levemente al reconocer el interés que su amigo ponía en la joven. Después se volvió a mirar a Tomoyo que todavía le tomaba la mano y aún lo miraba preocupada.
-Eriol, lamento todos los problemas que has tenido -murmuró triste-. Y yo solo he complicado las cosas…
-No digas eso -pidió él tomando su barbilla y le acarició la mejilla-. ¿Cómo podías saber? Además tenías buenas razones para estar enojada.
-Las tenía ¿verdad? -intentó bromear ella pero no pudo sonreír.
-Si, pero nunca fue mi intención encontrarme con ella y lastimarte -dijo muy serio colocando un mechón de su cabello detrás de la oreja-. ¿Me crees?
-Te creo.
-¿Me perdonas?
-Sí.
Eriol se inclinó un poco hacia ella pero de repente su mirada se desvió hacia la pareja que aguardaba en silencio. La señora Seri incluso mantenía las palmas de las manos juntas como si fuera a ponerse a aplaudir en cualquier momento.
-¿Qué pasa? -preguntó la mujer.
-Nada -respondió Eriol volviendo a recostarse en el sillón, tomó la mano de Tomoyo y al mirarla agregó-. Todavía.
Tomoyo soltó una risita nerviosa y la señora Seri hizo un puchero.
-Si papá creo que me quedaré aquí hasta tener noticias de Anessa-sama -dijo Sakura un tanto nerviosa a través del teléfono-. No podría ir a casa, no estaría tranquila.
-No te preocupes -dijo Fujitaka tratando de animarla-. Todo saldrá bien, ¿no? El mismo doctor lo dijo.
-Si lo sé pero… ay papá fue un susto tan grande.
-Lo sé hija, lo comprendo pero debemos ser positivos.
-Eso intento -dijo con lágrimas en los ojos.
-¿Ya comiste? -preguntó Fujitaka.
-No, no creo que ninguno de nosotros lo haya hecho, tampoco creo que podamos. Debo irme, voy a regresar con los demás.
-Está bien, ánimo hija, todo estará bien.
-Gracias papá.
-Llámame en cuanto tengas noticias, no importa la hora.
-Lo haré -prometió antes de despedirse.
Las lágrimas empezaros a correr por sus mejillas en cuanto colgó el auricular. Esperaba que escuchar a su papá la tranquilizara pero sin embargo lo que ocurrió fue que quiso desahogarse con él pero se contuvo pues de inmediato supo que él intuía lo que sucedía y no quería preocuparlo.
-¿Sakura?
La voz de Shaoran la sorprendió y de inmediato intentó limpiar las lágrimas pero estas continuaban saliendo.
-¿Sí? -respondió con dificultas y sin volverse a mirarlo. Casi no notó el momento en que él se acercó y la tomó de los hombros para obligarla a volverse.
-Sakura -murmuró él con ternura y le abrazo. Ella entonces rompió en llanto sin control.
-Lo siento, lo siento -se disculpó ella sollozando-. Nunca me había asustado tanto… Anessa-sama es tan buena conmigo, ella me hace sentir bien, me hace sentir como si yo fuera su nieta…
-Te entiendo a mi me pasa lo mismo.
-Mamá murió hace tanto y a veces la extraño, pero desde que conocí a Anessa-sama ella… no quiero perderla tan pronto.
Shaoran no dijo nada pero la acunó en sus brazos de manera protectora, acariciando su cabello.
-Me asusté mucho -continuó Sakura excusando su conducta.
-Está bien, todos nos asustamos.
-Me siento tonta -murmuró avergonzada.
-No deberías.
Poco a poco ella se fue calmando, disfrutando de la tranquilidad que Shaoran le transmitía, hasta que por fin se apartó un poco permitiendo que él la mirara.
-¿Estás mejor? -preguntó él limpiando sus lágrimas con los dedos, ella asintió suspirando.
Shaoran continuó limpiando lágrimas imaginarias mientras la contemplaba, tan hermosa y vulnerable.
-Sakura -murmuró-. “Me gustas” -no se atrevió a decirlo todavía no, pasó saliva y continuó-. Quiero disculparme.
-¿Por qué? -preguntó ella hipando.
-Por la forma en que me comporté al conocernos. Yo… -“no quería que me gustaras…” -Fui un tonto. Discúlpame.
-No hay nada que disculpar, no importa.
-Si importa, porque yo… -contuvo el aliento y lo soltó con rapidez-, quiero que seamos amigos.
-A mi también me gustaría.
-¿De verdad?
-Si Shaoran -respondió sonriendo.
Al ver su sonrisa y sus ojos brillantes Shaoran sintió una emoción crecer dentro de su pecho como si todo se iluminara y no pudo evitar sonreír también.
-Gracias -dijo él sin saber si se lo decía a ella o a ese ser supremo que vigila todo-. ¿Regresamos con los demás?
-Si, pero primero iré al aseo a lavarme la cara, debo estar horrible.
-No tanto, pero te acompaño -ofreció acomodándose las muletas.
-En serio creo que deberíamos buscarte una silla de ruedas.
-En serio creo que no -dijo suavemente dándole fin al asunto.
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Paso algo más de una hora en la que los minutos parecían alargarse agónicamente. El grupo a pesar de todo mantuvo su buen ánimo aunque la conversación entre ellos fue muriendo poco a poco hasta que…
-Voy a buscar algo de comer para todos -dijo Tomoyo decidida mientras se ponía de pie.
-Gracias pero no creo poder comer nada -replicó la señora Seri.
-Creo que ninguno de nosotros se siente capaz de comer -concedió Shaoran -pero Tomoyo tiene razón, no es bueno que sigamos así, debemos al menos intentarlo.
-Me parece buena idea -secundó Sakura más animada y también se levantó del sillón-. Yo te acompañaré.
-Pero chicas yo… -comenzó a decir Eriol pero Tomoyo lo interrumpió.
-No digas nada, te comerás lo que te traiga aunque tenga que obligarte y usted también señora Seri -miró a la mujer y después a su esposo-. ¿Señor Tarisume, alguna objeción?
-Ninguna, yo si tengo hambre.
-¡Tarisume! -exclamó Seri dándole un codazo-. Eres imposible, no importa lo que pase, tu estómago siempre intacto.
-Yo lo consideró una cualidad -bromeó el hombre provocando la risa de todos.
-Muy bien -dijo Tomoyo satisfecha-. Veremos que podemos encontrar, no tardaremos.
-Apenas las chicas se dieron vuelta notaron la presencia de un hombre llegando al lugar.
-¡Papá! -exclamó Sakura corriendo a sus brazos-. ¿Qué haces aquí?
-Vinimos a cerciorarnos de que no causes problemas monstruo -respondió su hermano apareciendo justo detrás de Fujitaka.
-Trajimos algo de comida -se apresuró a decir Fujitaka para detener la furia de su hija-. Y también la silla de ruedas.
Justo entonces Touya se volvió hacia el pasillo para empujar la misma que traía encima una canasta con los alimentos.
-¿Pero como lograron meterla? -preguntó Sakura viendo el tamaño de la canasta.
-Touya usó su encanto -explicó Fujitaka con una sonrisa-. Por alguna razón las enfermeras nunca pueden resistírsele.
Touya gruñó por lo bajo ante este comentario. Sakura aprovechó el momento para acercar a su padre a los demás que ya esperaban de pie, incluso Shaoran que se notaba soportaba cierta incomodidad.
-Papá él es Eriol Hiraguizawa, Eriol mi papá.
-Señor Kinomoto es un placer conocerlo -dijo Eriol estrechando la mano del hombre.
-El placer es mío, aunque lamento las circunstancias. Confío en que la señora Hiraguizawa saldrá bien de esto.
-Gracias.
-Ellos son la señora Seri y el señor Tarisume -continuó Sakura.
-Señora Seri, señor Tarisume -dijo Fujitaka estrechando la mano de la pareja-. Es un placer conocerlos, Sakura habla mucho y muy bien de ustedes, les agradezco las atenciones que han tenido con mi hija.
-Ha sido un placer -respondió Tarisume.
-Además -continuó Seri-. Sakura es una chica encantadora y es muy agradable gozar de su compañía.
-Eso lo encuentro difícil de creer -añadió Touya con la intención de que solo Sakura lo escuchara.
-¡Touya! -gruño Sakura en el mismo tono conteniéndose-. Él es mi hermano Touya, “el encantador de enfermeras”.
Todos rieron mientras Touya estrechaba las manos de Eriol, Seri y Tarisume.
-Mi hermana dice que es una estupenda cocinera -comentó Touya-. Eso es todo un cumplido viniendo de alguien con el estómago de un monst… ¡auch! -se quejó al recibir una patada en la espinilla.
-Sakura dice lo mismo de usted -comentó Seri tratando de no reír-. Al parecer los Kinomoto son estupendos cocineros.
-Todos menos “uno” -dijo Touya alejándose un par de pasos de su hermana, que decidió ignorarlo para continuar.
-Papá este es el señor Li, el hermano de mi jefa, quien debería estar sentado y no de pie forzando su rodilla.
-Es un placer señor Kinomoto -dijo Shaoran ignorando lo último que dijo Sakura-. Y como supongo que la silla de ruedas es para mi, le agradezco la molestia.
-No es nada. El placer es mutuo, mi hija también habla mucho de usted.
-¿Ah si? -preguntó Shaoran complacido.
-¡Papá! -murmuró Sakura sonrojada apretando su brazo.
-Sakura me comentó que necesitaban la silla de ruedas, así que antes de venir pasamos por “Eventos Dragón”. El señor Mihara fue muy amable al proporcionárnosla y también me dio esto -y sacó un frasco de pastillas de su bolsillo.
-No era necesario -musitó Shaoran con cierta decepción.
-¡Claro que si! -replicó Sakura-. Ahora no tendrás pretexto para negarte, te tomarás una y no volverás a pararte. ¿Entendido Shaoran?
-Entendido -aceptó el joven y volvió a sentarse resignado.
-¿Shaoran? -dijo Touya y miró a Tomoyo interrogante, ella sonrió encogiéndose de hombros cosa que no lo tranquilizó y volvió a mirar al objeto de su molestia.
-Ah lo olvidaba -exclamó Sakura-. Shaoran este es mi hermano Touya.
-Ya nos conocemos -gruñó Touya sin acercarse.
Shaoran iba a negarlo, pero al ver la mirada en los ojos del hombre prefirió no decir nada.
Después de este pequeño episodio que solo paso inadvertido para Sakura todos se sintieron un poco más animados y con gusto probaron de la comida que les llevó Fujitaka, este mismo se encargó de animar la conversación con su amabilidad y alegres comentarios. De alguna manera logro hacerles olvidar algo de su preocupación. Sakura pudo notar esto y se sintió feliz y orgullosa.
Fujitaka por otro lado se dio cuenta de que su hija no estaba tan afectada como el temía y sospechó que eso se debía al joven Li, quien ya afectado por el sedante que le obligo a tomar se le veía más relajado y al mirar a Sakura un destello en sus ojos delataba sus emociones.
Tomoyo y Eriol que también se habían percatado de las miradas que Shaoran le dirigía a la ojiverde trataron en lo posible de dirigir la atención de Touya en otra dirección pero fracasaron pues a pesar de que el hombre no perdía el hilo de la conversación tampoco perdía de vista a su hermana.
-Shaoran es un buen hombre -dijo al fin Eriol.
-Lo dices porque es tu amigo -replicó Touya que ocultó bien su sorpresa ante esa súbita afirmación.
-Desde hace muchos años, así es -aceptó Eriol-. Por eso lo conozco mejor que nadie incluyendo a su familia. Pero no debes preocuparte por Sakura, él no la lastimará.
-No puedes estar tan seguro -objetó receloso.
-Lo estoy.
-Defiendes a tu amigo.
-Ella también es mi amiga. La aprecio demasiado y no permitiría que alguien la lastimara ni siquiera si ese alguien es Li.
Touya miró fijamente a Eriol, tratando de averiguar si mentía, finalmente a miro a Tomoyo que había permanecido silenciosa durante la conversación. La joven comprendiendo lo que pasaba por la mente del hombre simplemente asintió diciéndole así que podía confiar en Eriol.
-Como sea -bufó Touya dando por terminada esa conversación.
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Una hora después Fujitaka, la señora Seri y su esposo fueron a la cafetería por un poco de café y para estirar las piernas dejando al resto del grupo esperando.
Touya no perdía de vista a Shaoran quien hacia tema de conversación a los demás pero en especial a Sakura. Aunque el joven Li no era de su agrado lo cual era más que obvio en las miradas poco amigables que le dirigía, tampoco intervenía en su anécdota porque notó inmediatamente que su intención era distraerlos de la difícil situación por la que pasaban, en especial Hiragizawa. Aun así eso no le impide mirar con hastío al joven Li. Ya habían pasado unos minutos así hasta que Eriol empieza a mirar su reloj con cierta frecuencia.
-No ha pasado mucho tiempo -opina Tomoyo-. Y nos vendrán a avisar inmediatamente tengan noticias.
-No es eso -asegura Eriol ante su comentario-. No me malinterpretes y quiero tener pronto noticias -el rostro inquieto de Tomoyo se intensifico y él añade-. Es que debería de haber llegado.
Ante semejante afirmación todos lo miran un tanto confundidos por lo tanto no notan el momento en que una persona aparece al final del pasillo. Touya sintiendo la presencia se vuelve para encontrarse con una mujer muy atractiva y curvilínea. Llevaba gafas oscuras y el cabello recogido en un moño formal que acentuaba sus finos rasgos. Vestía de manera formal con una falda solo un poco por arriba de las rodillas y una chaqueta ajustada, con unos zapatos de tacón muy fino. El maquillaje era impecable.
La joven de inmediato se dio cuenta del análisis al que era sujeta, bajó lentamente los lentes por el puente de su nariz para devolverle el favor al hombre que la miraba tan intensamente. Tuvo que contener la respiración ante semejante espécimen, moreno, delgado pero de hombros anchos y brazos fuertes. Sentado en el sillón con un tobillo sobre la pierna su postura parecía relajada pero a ella no la engañaba sabía que estaba preparado para todo. Cuando levantó la mirada hasta sus ojos, la intensidad que percibió en ellos la sorprendió (tenía que admitir) gratamente. Su boca delineó una ligera sonrisa como si supiera lo que pasaba por su mente provocando que ella se sonrojara. No sabía si reír o enojarse consigo misma, ella nunca se sonrojaba, al menos no hasta ahora.
-¿A quién estas esperando Eriol? -preguntó entonces Tomoyo.
Eriol va a responder su pregunta pero se da cuenta de la presencia de la mujer que ya se esta aproximando al grupo, entonces se pone de pie para dar unos pasos y recibirla.
-Señor Hiragizawa… - saluda llegando hasta Eriol que le sonríe y ella responde a de la misma manera mientras saca unos papeles de su portafolios y se los tiende. Dirige una mirada rápida a los demás allí presentes antes de decir-. Aquí están los documentos que necesitan su firma.
-¿Todo bien Nakuru? -pregunta ojeando los papeles en sus manos.
-Si señor. Aunque Hironobu... hablo con algunos de la Junta Directiva para tratar de ganar su voto a favor; pero no ha logrado mucha simpatía y la reunión al final no se ha llevado a cabo el día de hoy.
-Tienes muchas personas fieles a tu lado Eriol. No puedo creer que Hironobu aun no entienda que no todos te quieren ver fuera de la empresa -opina Shaoran murmurando.
-No nos podemos descuidar -insiste Nakuru como si no hubiera nadie alrededor y con un rostro enmarcado por la seriedad-. Aun así el señor Tamizawi cree conveniente que estudie los documentos antes de ser aprobados. También le he traído estos que necesitan su firma -dijo buscando los mismos en su portafolios-. Sabemos que es un mal momento pero debe de echarles un vistazo.
-Excelente. Gracias Nakuru. Me has salvado la vida una vez más.
- Recuérdelo cuando firme mi cheque de Navidad -bromeó sonriendo tímidamente-. ¿Cómo esta Anessa?
-Aún seguimos esperando por noticias -Nakuru no entiende a lo que él agrega-. No tuve tiempo de explicártelo, la están operando ahora mismo.
-¡Oh cuanto lo siento! Espero que todo salga bien. En realidad me agrada mucho Anessa-sama. Es una gran mujer ¿Y la señora Seri? -preguntó mirando a su alrededor-. Es extraño no verle por aquí.
-Esta con… ¡Ah perdón! -Exclama Eriol dándose cuenta de su falta de tacto-. No te he presentado aquí… -alrededor de ellos las miradas curiosas de los hermanos Kinomoto y Tomoyo eran evidentes. Ya incluso permanecían de pie junto a Eriol esperando ser presentados-. Nakuru Akizuki es mi secretaria. Ha trabajado conmigo desde Londres. Nakuru esta es Tomoyo Daidouji.
-¿Tomoyo Daidouji? ¿Alguna relación con la “Tiburón” Daidouji? -pregunta de manera burlona.
-Sí. En realidad es mi madre.
-¡Oh discúlpeme usted!
-No se preocupe. No ha dicho nada que sea mentira- asegura Tomoyo sonriendo tenuemente a la joven-. Mi madre es conocida de esa manera por su forma de hacer negocios incluso está muy orgullosa de ellos, puede estar tranquila -agrega al notar su inquietud ante su indiscreción-. Es un gusto conocerle.
-El placer es mío -responde aliviada y miró un a Eriol de reojo notando un sutil sonrojo lo que delata la importancia de la joven para él, por lo que Nakuru sonríe ampliamente antes de añadir-. A pesar de las circunstancias es un gusto conocerle señorita Daidouji.
-Tomoyo por favor -insiste la joven.
-Conoces a mi amigo Shaoran Li -Nakuru asiente y le saluda con cortesía-. Ella es Sakura Kinomoto: Amiga de Tomoyo. Y ese es su hermano, Touya.
Nakuru saluda a ambos hermanos, fue una gran prueba de fortaleza para ella no sonrojarse al momento de estrechar la mano del hombre, sobre todo al sentir el ligero cosquilleo en su mano en el momento del contacto. Levantó la vista para advertir que no solo ella lo había percibido y al tratar de retirar la mano él la sujeto solo por una fracción de segundo más de lo necesario.
-Eriol es muy afortunado al haber conseguido un grupo de amigos tan especiales -comentó con cierto esfuerzo-. Claro que me había hablado de algunos de ustedes, cosas muy buenas -aseguró-. De algunos en especial -y miró a Tomoyo, la cual entendió el comentario sintiendo su rostro arder.
-Es un placer conocerle -asegura Sakura con una sonrisa-. ¿Desde cuando es asistente de Eriol?
-¡Oh! Empecé en Londres cuando termine la Universidad. Al menos los cursos preparatorios. De ahí supe que los negocios de Hiragizawa y su familia era lo mejor para inclinarme a una carrera de inversiones y finanzas.
-¿Estudias Finanzas?
-Así es -responde con cortesía.
Mientras Sakura comenzaba a preguntarle más cosas a la joven era notable lo interesante que es para ellos: Nunca habían escuchado hablar de ella. Sin embargo ella garantiza que había escuchado hablar de ellos. Mientras Eriol le da una rápida mirada a lo que tenia que firmar finalmente dice-: ¿Alguien tiene un bolígrafo? Creo que deje el mío en el hotel.
-Oh debía haberlo dejado en mi bolso -dice Nakuru con cierta turbación-. Vine en un coche de la empresa. Espere aquí y...
-Aquí tiene -dice la voz de Touya a su lado quien le extiende el bolígrafo a su persona y por un segundo ambos hacen contacto visual.
-Gracias… Kinomoto -agradece con un murmullo observándole una vez más antes de extenderlo a Eriol ante las miradas asombradas de éste y Tomoyo.
Los demás esperan a que termine de firmar las varias páginas hasta que le devuelve los documentos a Nakuru.
-Cerciórate que llegue a manos de Tamizawi antes de que se marche a casa por el día.
-Muy bien señor -asiente Nakuru y procura devolver el bolígrafo a Touya no sin antes lanzarle una tímida sonrisa acompañada de una rápida mirada-. Es un placer haberles conocido a todos… - se despidió dando una última mirada al alto Kinomoto antes de volver a colocarse las gafas.
-Y nosotros a usted señorita Akizuki -dice Tomoyo cortésmente a lo que los demás asienten excepto Touya.
-Por favor, manténgame al tanto de la señora Hiraguizawa.
Eriol asiente y la muchacha da media vuelta y toma el camino de regreso a los ascensores siendo observada por todos los presentes.
-Que mujer tan misteriosa.
-Si pero es muy agradable -afirma Tomoyo sentándose al lado de Eriol.
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El tiempo seguía avanzando dando paso a la noche sin que ninguno de los presentes en la sala de espera del hospital hiciera mucho caso de ello.
Sakura miró alrededor, su padre ya se había ido pero Touya se negó a acompañarlo. Ahora mismo no hacia más que regañarla pues no prestaba atención a la partida de cartas que jugaban.
Tiró su carta sin fijarse bien en lo que hacia y volvió su mirada hacia la señora Seri y el señor Tarisume: el matrimonio dormitaba en un sillón, ella reclinada contra el hombro de su marido mientras este dejaba caer su cabeza en la de ella. Era una imagen muy tierna considerando el tiempo que llevaban juntos.
Después miró hacia Eriol y Tomoyo una pareja más joven que estaba en una postura similar aunque ellos no dormían. Su amiga estaba reclinada con el hombro de Eriol, se cubría con la chaqueta que éste le había ofrecido una hora antes. Eriol apoyaba la mejilla en el cabello de ella. Los dos miraban sus manos entrelazadas mientras hablaban en voz baja. Sakura también sonrió ante esta imagen, le daba gusto ver que sus amigos habían hecho las pases.
Por último, y de forma disimulada, volvió su mirada a Shoaran que por fin había sido vencido por el cansancio y los medicamentos. Ocupaba el largo del sillón con una pierna cuidadosamente acomodada bajo una almohada que ella misma había conseguido. Se veía tan diferente así relajado, con un brazo sobre los ojos apenas alcanzaba a ver la punta de la nariz y sus finos labios entreabiertos en una respiración tranquila, tenía el cabello un poco despeinado pero ese aspecto le sentaba muy bien.
-Es tu turno monstruo -dijo Touya llamando su atención-. Voy a hacerme viejo antes de que tires tu carta.
-¿Por qué no te fuiste con papá? -refunfuñó la joven-. Estarías en casa haciéndote viejo de todos modos -e hizo su jugada sin apenas fijarse en lo que hacía.
-Porque será muy tarde cuando regreses a casa y los monstruos no deben andar solos a esas horas.
-No soy un monstruo -replicó con un puchero-. Y no regresaré sola, Shaoran irá conmigo.
-Precisamente -siseó Touya, ahora fue él quien tiró una carta distraído.
-¡Por favor! -resopló Sakura con los ojos en blanco-. ¡Míralo! Está exhausto, ¿qué podría hacer?-. Entonces recordó lo que había sucedido en su auto y se ocultó detrás de sus cartas.
-Es mejor no arriesgarse -murmuró Touya entrecerrando los ojos.
-Deberías confiar en mí.
-“Si confió” -dijo él para si y miró a Li-. “En quien no confió es en él”.
Tomoyo suspiró pesadamente contra su cuello lo cual le erizó la piel. Eriol cerró los ojos un instante reconfortado por su cálida presencia. Ésta espera habría sido aun peor sin ella. La sintió contener un bostezo y abrió los ojos. Hacía rato que quería proponerle que se fuera a casa a descansar pero sabía que ella no lo aceptaría.
-Deberías dormir -sugirió.
-No, no podría.
-Tal vez si lo intentarás…
-No, no creo poder -negó conteniendo otro bostezo.
-Está bien -sonrió él-, como quieras. ¿Cómo va la escultura de Nagano? -preguntó él solo por hablar de algo.
-Bien -respondió ella con renuencia-. Ya va muy adelantada. Aunque alargaron el plazo de entrega.
-¿Por qué?
-No lo sé -se encogió de hombros-. Etsuya no me lo ha explicado.
Eriol se tensó ligeramente, no le gustaba que lo tratara con tanta familiaridad.
-Creo que los organizadores del concurso prefirieron dejar la premiación para el año que viene. No quería interferir con las festividades o algo así, no entendí bien.
-Es cierto -dijo Eriol pensativo-. Ya pronto será Navidad.
-Sí -susurró Tomoyo.
-Este año será diferente -dijo él con angustia.
-Lo sé -asintió ella que percibiendo sus temores se apretó más a él e intentó distraerlo-. Mamá me ha dicho que mi padre dejó un fideicomiso para mí, para cuando cumpliera 18 años.
-¿Ah si? ¿Cuándo fue eso?
-Hace unos días. Me confesó que había tenido sus dudas para entregármelo, no me cree suficiente madura. No pensaba decirme nada y dejarlo pasar hasta que tuviera 21.
-¿Y porque cambió de opinión?
-Al parecer -suspiró-, William tiene algo que ver, me dio a entender que él la convenció de lo contrario y que debería estar agradecida por eso. Y si a eso le añades que haciendo los preparativos para su fiesta de este año, está muy emocionada.
-¿Si?
-Ya sabes, todo es por William. Esperaba que todos ustedes fueran a la fiesta aunque sea un momento pero…
-No será posible -terminó él.
-Sí… no me gusta William -confesó sin más.
-Algo más ha pasado ¿verdad? -quiso saber Eriol.
-¿Qué? -preguntó Tomoyo confusa levantando la mirada hacia él.
-Te ha molestado de alguna manera.
-No -mintió Tomoyo.
Antes de que Eriol pudiera replicar un doctor vestido con el pijama quirúrgico apareció en la sala. La pareja se puso de pie de inmediato alertando así a los presentes, incluso los que dormían despertaron alertados por la tensión que se percibía en el ambiente.
-¿Señor Hiraguizawa?
Eriol asintió incapaz de decir palabra, el doctor le estrecho la mano presentándose.
-Soy el doctor Hosokawa: he operado a su abuela, ella estará bien. La cirugía fue un éxito.
Todos alrededor dejaron escapar el aire que contenían. Tomoyo sonrió a Eriol que la miró aliviado aunque con cierta palidez. La señora Seri dejó escapar algunas lágrimas de alivio y su esposo se apresuró a sacar un pañuelo. Touya había abrazado a Sakura desde el momento en que apareciera el médico en un gesto protector que no pasó desapercibido a Shaoran; ahora ella le sonreía mordiéndose el labio inferior intentando contener la emoción. Touya apretó su hombro reconfortándola.
-Será una recuperación lenta -continuó el médico-, pero la señora Hiraguizawa estará bien, es una mujer fuerte.
-Sí lo es -asintió Eriol sonriendo-. ¿Cuándo podremos verla?
-En un rato más pasara a la sala de Cuidado intensivos, ahí pasara el resto de la noche. Cuando la hayan instalado una enfermera vendrá a buscarlo. Lo siento -dijo a los demás-, solo el señor Hiraguizawa podrá verla hoy y solo unos minutos. Mañana cuando la pasen a su habitación podrá recibir a los demás, pero igual solo será por períodos cortos y solo unas cuantas personas a la vez, hasta que yo diga lo contrario.
-Como usted diga doctor.
-Ya mañana hablaremos con más calma -sugirió el médico-. Les recomiendo que vayan a casa a descansar.
-Está bien, muchas gracias -dijo Eriol, los demás lo imitaron agradeciendo las noticias.
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-Ha sido un día terrible -bostezó Sakura al tiempo que abría la puerta de “Eventos Dragón”. Kahu les había dejado algunas luces encendidas-. Pero al menos tuvimos un final feliz -dijo con una sonrisa al par de hombres detrás de ella mientras les dejaba entrar.
Ninguno de los dos parecía muy contento. Uno sentado en la silla de ruedas y el otro detrás empujando la misma. Sakura ajena a esto buscó alrededor hasta encontrar una nota de Kahu.
-Que lindo, Kahu quería que lo despertáramos para ayudarnos. Claro que él no podía saber que Touya venía con nosotros así que no será necesario molestarlo. Los dos hombres la miraron con incredulidad-. Touya puede ayudarte a subir a tu habitación.
Shoran la miró horrorizado y Touya hizo una mueca. Los dos respondieron hablando a la vez.
-Él puede solo.
-Yo puedo solo.
-¡No señor! -negó Sakura con firmeza-. Touya lo ayudarás a subir y tú permitirás que él lo haga. No quiero ni imaginar que pasaría si te caes por las escaleras.
Los dos hombres continuaron negando con la cabeza.
-Muy bien, yo lo ayudaré.
Ahora Shaoran asintió pero Touya protestó de inmediato.
-¡No! Lo haré yo.
-Perfecto -dijo Sakura sonriendo-. Mientras lo ayudas a subir puedo prepararte algún bocadillo Shaoran.
-No gracias, repentinamente he perdido el apetito.
-Como prefieras, bueno escribiré una nota para Kahu.
En un tiempo record Touya subía a Shaoran en su habitación y lo dejaba caer en la cama con rudeza.
-¡Hey! Cuidado -protestó Shaoran llevándose ambas manos a la rodilla lastimada.
-Aléjate de mi hermana mocoso -ordenó Touya apuntando con un dedo.
Shaoran se quedó sin palabras, no esperaba algo semejante, ya había notado que no le caía bien al hermano de Sakura pero no imaginó que sería tan directo.
-No me gusta como la miras, así que aléjate de ella.
-No lo haré -respondió decidido-. Vete acostumbrando a mi presencia porque no me alejaré de ella.
-Te obligaré a hacerlo.
-No mientras ella me quiera a su lado y te aseguro que me querrá.
-Maldito mocoso testarudo como te atreves…
-¿Todo bien? -preguntó Sakura llegando a la puerta-. Subieron muy rápido.
Después de un intercambio de miradas desafiantes, Touya tomó a su hermana del brazo.
-Nos vamos -dijo arrastrándola afuera.
-Pero…
-Nada, es tarde.
-Buenas noches, Shaoran -gritó Sakura desde las escaleras.
-Buenas noches -respondió él con un suspiro.
-Hermano, ¿qué te pasa? -preguntó Sakura al llegar a la puerta mientras se soltaba de su agarre.
-Nada -respondió él sin dejar de caminar y abrió la puerta.
-No tienes que ser tan grosero. Yo trabajo para éstas personas, ¿recuerdas?
-Podrías buscarte otro trabajo.
-Me gusta el que tengo -protestó cerrando la puerta tras de si y se apresuró a seguir a su hermano que ya había llegado al auto y abría la puerta del pasajero para ella.
-¡Olvide algo! -dijo Sakura al llegar a su lado.
-¿Qué? -preguntó impaciente.
-Sus pastillas -sacó el frasco para mostrárselas y emprendió el camino de regreso-. Vuelvo enseguida.
-Que sea rápido -amenazó Touya-. Porque si no vuelves en cinco minutos…
-¿Qué? ¿Vas a dejarme aquí?
-¡No! Voy a ir por ti.
Sakura parpadeó sorprendida, no esperaba eso, siempre la amenazaba con dejarla.
-Cinco minutos -repitió Touya señalando su reloj de pulsera lo que la impulsó a sacar las llaves para abrir enseguida, de alguna manera supo que su hermano no bromeaba.
Se apresuró a entrar y subió las escaleras corriendo. Ni siquiera se detuvo a pensar y abrió la puerta de la habitación para encontrarse a Shaoran vestido únicamente con ropa interior.
Quien de los dos era el más sorprendido es muy difícil saberlo pero Sakura se llevó ambas manos a la boca para ahogar un grito dejando caer el frasco de pastillas y mientras su rostro se volvía de un intenso carmín, se dio la vuelta.
-Lo-lo siento, debí haber llamado -balbuceó mientras la sangre corría mas intensamente hasta sus orejas.
Shaoran no respondió pero Sakura pudo escuchar que se movía.
-No esperaba que regresaras tan pronto -dijo al fin el hombre-. Pensé que tu hermano ya te estaría llevando a casa.
-Se me olvidó darte tus pastillas -y miró sus manos vacías, bajo la vista buscando el frasco hasta encontrarlas-. Aquí las tienes -dijo extendiendo el brazo hacia atrás sin volverse a mirarlo.
Shaoran alcanzó su mano y le dio un tirón suave pero firme para obligarla a volverse. Sakura contuvo el aliento cerrando los ojos.
-Ya puedes mirar -le dijo él sonriendo.
Sakura abrió primero un ojo y después el otro: él estaba sentado en la cama vestido tan solo con el pantalón del pijama, sus manos aún la sujetaban. La mirada de Sakura subió lentamente por el esplendido torso masculino, Shaoran era delgado pero cualquiera podía notar que hacía ejercicio, sabía que la familia Li tenía afición por las artes marciales y sabía también por Fuutie que Shaoran era un experto aunque pocas veces hablaba sobre esto.
Su mirada siguió subiendo apreciando los trazos de cada músculo hasta llegar a su cara y descubrir que sus ojos la miraban interrogantes, como si esperara su aprobación. Ella se sonrojó aún más si es que eso fuera posible. Shaoran sonrió y se inclinó para besar el dorso de su mano, después sujeto el frasco de medicinas y soltó con cierta dificultad la mano femenina.
-Gracias Sakura.
-De-de nada -susurró sin aliento-. Tengo que irme -pero siguió sin moverse.
Permanecieron así, solo mirándose durante unos segundos.
-¿Y tu hermano? -preguntó Shaoran.
-¡Mi hermano! -exclamó retrocediendo-. Tengo que irme, dijo que vendría si me tardaba, y si él… -miró su torso desnudo-, bueno mejor me voy. Hasta mañana.
-Hasta mañana Sakura.
-Adiós -se despidió desapareciendo por la puerta.
Shaoran se dejó caer en la cama suspirando.
-Sakura, Sakura, ¿qué voy a hacer contigo? -sonrió un segundo recordando su rostro. Y momentos después recuerda los ojos oscuros de Touya y su amenaza que le hace abrir los ojos de repente y gemir - ¿Y qué voy a hacer con tu hermano?
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En la Casa de las Rosas…
-¿Estarás cómoda aquí? -preguntó la señora Seri a Tomoyo mientras le mostraba el cuarto de invitados que ocupaba cada vez que se quedaba.
-Como siempre. Estaré bien aquí, gracias señora Seri.
-Bien -asintió Seri-. Iré a preparar ese chocolate caliente que les prometí.
-No deberías molestarte.
-No es molestia, además creo que todos lo necesitamos. Han sido demasiadas emociones por un día y una agradable taza de chocolate caliente nos caerá bien a todos.
-Gracias.
-¿Por qué no vas a buscar a Eriol mientras yo bajo? Los estaremos esperando en la cocina.
-Está bien, enseguida bajamos a ayudarte.
La señora Seri salió de la habitación haciendo un gesto amable descartando la ayuda que le ofrecía.
-No tarden.
-No -prometió la joven saliendo también y se dirigió a la habitación de Eriol, al llegar ahí tocó a la puerta levemente y esta se abrió sin que obtuviera respuesta-. ¿Eriol? -lo llamó volviendo a tocar pero nada, la habitación estaba a oscuras, levemente iluminada por la luz que entraba por la ventana, se adelantó unos pasos acostumbrándose a la oscuridad.
Miró a alrededor hasta distinguir la silueta de Eriol. Estaba sentado en la cama inclinado hacia delante con los codos apoyados en las piernas y la cabeza entre las manos.
-Eriol -exclamó preocupada mientras caminaba hacia él.
-Estoy bien -dijo él con voz rota, mientras se incorporaba.
-Eriol -susurró al llegar a su lado y tomo una de sus frías manos.
-Ha sido un día difícil -explicó él.
-Lo sé.
-No estoy preparado para perderla Tomoyo, todavía no -confesó con tristeza al tiempo que dejaba caer la cabeza.
Ella se acercó más tomando su cabeza entre las manos para acariciar su cabello. De pronto sintió que él la tomaba de la cintura para atraerla hacia él y terminó sentada en sus piernas. Eriol la abrazó apoyando la cabeza en su hombro. Tomoyo lo envolvió en sus brazos tratando de consolarlo.
-Tranquilo -murmuró ella.
Tomoyo notó su aliento en su cuello, sus grandes manos en su espalda, el aroma masculino de su colonia… y sintió un escalofrío. Lo sintió temblar y después, algo húmedo rozando su cuello. Las lágrimas de Eriol.
Se le encogió el corazón. Si ella había sentido una angustia enorme la de Eriol sería aún peor.
-Todo está bien -murmuró-. Ella está bien ahora.
Deseando ofrecerle el consuelo que necesitaba, lo apretó más contra si, susurrando palabras tranquilizadoras en su oído.
Eriol enterró la cara en su cuello. Su aliento le quemaba la piel y sintió un extraño cosquilleo en el abdomen. Nunca nadie la había abrazado así, con tanta necesidad.
Él se apartó un poco entonces y se quitó los lentes, para pasarse la mano por la cara.
-Se me pasará enseguida.
-Es normal -murmuró Tomoyo.
Aún sentada en sus piernas y viéndolo llorar sintió que el corazón se le encogía. Enternecida quiso darle un beso en la frente pero él levantó la cabeza de repente y… lo besó en los labios sin querer.
-Tomoyo -susurró en un tono angustiado.
-Está bien -dijo ella tomando su cara.
Estaban muy cerca. El dolor en los ojos de Eriol cambió a algo más… algo que la calentó por dentro y le aceleró el corazón. Tomoyo se pasó la lengua por los labios resecos, buscando algo que decir, la mirada intensa de Eriol se posó en ellos asimilando el gesto.
El corazón de Eriol se detuvo un momento y sin más buscó sus labios en un beso desesperado, hambriento. No hubo otro contacto más que ese, el tiempo se detuvo y el oxígeno a su alrededor pareció agotarse. De repente se apartó pero solo lo necesario para que sus miradas se encontraran por un momento. Levantó su mano para acariciar los labios femeninos con un dedo y se inclinó para besarla en la frente, en las mejillas.
En algún momento volvió a abrazarla pero solo para recostarla sobre la cama. Debería detener aquello pensaba ella. Pero las caricias de Eriol la aturdían, sus besos derretían cualquier pensamiento.
Los labios de Eriol rozaron los suyos, una vez, dos veces, como pidiéndole permiso, antes de tomar su boca ansiosamente. Tomoyo abrió la boca dejando que la explorase, disfrutando del roce de su lengua. De repente fue consciente de su peso y de su rodilla abriéndose paso entre sus piernas, pero no le importó.
-Debería irme -murmuró Tomoyo pero a pesar de eso lo abrazó deslizando las manos por su cuello y espalda, entrelazando al mismo tiempo las piernas con las de él.
El calor de su cuerpo la envolvía. El cuerpo del hombre se aplastaba contra el suyo. No podría apartarse aunque su vida dependiera de ello. Todo su cuerpo temblaba, Tomoyo echó la cabeza hacia atrás buscando aire. Sintió los labios de Eriol acariciando su cuello, su barbilla. Apenas tuvo tiempo de respirar antes de que Eriol devorase su boca con un ansia que debería haberla asustado. Pero no fue así, todo lo contrario. Tomoyo dejó escapar un gemido cuando sintió sus manos acariciándola ansiosamente.
-Tomoyo -gimió con voz ronca. Su mirada chocó con la suya. La pasión que había en sus ojos la hacia temblar. Por dentro, por fuera, por todas partes.
Eriol metió los dedos entre su cabello deleitándose con su suavidad, ella levantó la mano para tocar su cara y él aprovechó para volver a besarla apasionadamente.
-¡Eriol! ¡Tomoyo! -Gritó la señora Seri desde las escaleras-. ¡El chocolate se enfría!
-Ya… -quiso responder Eriol pero su voz salió estrangulada. No pudo apartar la mirada de ella, se aclaró la garganta antes de intentarlo de nuevo-. ¡Ya vamos!
-¡No tarden!
-No -susurró él, los dos respiraban agitados. Eriol acarició sus mejillas-. Salvados por la campana.
-Salvados por Seri -corrigió Tomoyo.
-Sí -sonrió Eriol.
Permanecieron inmóviles solo mirándose. Eriol sentía miles de emociones y la cabeza vacía. Contra toda prudencia volvió a besarla profunda pero suavemente y poco a poco fue apartándose de ella, trayéndola al mismo tiempo hasta que estuvieron de pie.
Dejó de besarla pero la abrazó colocando su cabeza contra su pecho para que sintiera el latido acelerado de su corazón, hasta que poco a poco fue recobrando su ritmo habitual.
-Será mejor que bajemos -dijo él con renuencia.
-Sí -suspiró ella.
Cuando recobraron la compostura y se sintieron capaces, bajaron las escaleras tomados de la mano.
Continuará…
Nota de autora: ¡Hola a todos! Antes que nada una enorme disculpa, este ha sido un capitulo tremendamente difícil de escribir y no por su contenido. He tenido toda clase de complicaciones, algunos problemillas personales que me han quitado concentración, en fin… miles de cosas. Creo que nunca me había sucedido antes, pero esta vez me esta costando mucho realmente escribir cada capítulo. Yo solo les pido que no desesperen y no se preocupes, continuaré escribiendo hasta llegar al final aunque me tarde y por mucho que me cueste seguiré escribiendo, no voy a dejar este fic sin acabar. Ya estoy pensando en el siguiente capítulo.
Espero que les haya gustado este, puse especial cuidado en las parejas, no tenía planeadas algunas cosas no todavía pero no podía hacer un capítulo sin romance además se los debía. Por fin salió Touya para quienes me lo pedían, espero que les guste la pareja que elegí para él aunque todavía no se si habrá mucho de ellos en esta historia. Cuando escribí las primeras escenas no me dí cuenta hasta que estuvieron listas que las dos parejas (E&T y S&S), hicieron las pases, ahora veremos si seguirán siendo Simplemente… ¿amigos? ¿No creen? Como dije en el capítulo anterior esta historia me iba ayudar a ahuyentar ciertos demonios, pero como verán no pude eliminar el personaje de Anessa-sama, no pude. Esta última escena estaba pensada en un principio para después del entierro de Anessa-sama, pero ya ven que no fue así, incluso la parte en la que Shaoran consuela a Sakura la había pensado también para este propósito, pero bueno igual las utilicé.
Espero les guste el capítulo. Les adelantó que en el próximo capítulo muy probablemente habrá un baile de Navidad, si otra vez, ya ha pasado un año.
Hasta pronto
Daulaci