Fan Fiction ❯ Metal Gear Solid 3: Dark Destiny ❯ Primera investigación ( Chapter 1 )
Algún lugar del centro de EEUU. Estamos a 6º bajo cero. Frente a la Pequeña Laguna del Pez, toda una masa de agua muy conocida por la zona, se alza un edificio de varias plantas, protegido por una valla electrificada con un mensaje corto aunque concreto en un panel rojo: NO PASAR.
Dos guardias vigilan la entrada. Están armados con ANs-94 y granadas de efecto prolongado. Una cámara atisba el horizonte en busca de un intruso. La entrada parece imposible.
Desde la oscuridad, una sombra se acerca poco a poco hacia el edificio. Parece impasible ante los guardias, que continúan su
vigilancia ajenos a lo que ocurre. No le importa el que sus pies estén mojados y dejar huellas, ni el carecer de protección, ni el estar únicamente armado con unos binoculares, unos cigarrillos y un sensor antipersonal. La sombra se acerca lentamente y rodea el lago.
Los soldados le vieron, a pesar de la oscuridad de la noche y la tormenta. Respondieron vaciando sus cargadores, olvidando por completo pedir refuerzos. Pero únicamente le habÃan dado al aire. El misterioso hombre se acercó a uno de ellos por la espalda, le quitó bruscamente el arma de las manos y le apuntó a la cabeza con ella. El otro centinela no estaba seguro de si disparar o no, pues podrÃa herir a su camarada. Su enemigo se aprovechó de aquella duda para quitarle allà mismo la vida y también a su compañero. Con las diez últimas balas que habÃan sobrado, disparó a la cámara de seguridad antes de que se volviera y le detectara. Y aprovechó sus últimas balas para disparar al panel rojo y hacer caer la primera palabra allà escrita y la última letra de la segunda.
Irónicamente, el panel habÃa pasado de poner NO PASAR a PASA. Al causante de ello le gustaban ese tipo de chistes, era su "marca personal".
El intruso traspasó la valla sin mayor dificultad.
-¿Otacon, puedes oÃrme? Aquà Snake. Estoy justo delante del edificio.
-¿Hoy has podido entrar por las buenas?
-Bueno, yo...
-¡Snake, recuerda que aún no tenemos realmente pruebas! Esa gente tiene mucha influencia judicial, si nos pillan estaremos acabados.
Era cierto que cada vez se extendÃa más aquel rumor de un nuevo Metal Gear en aquel lugar, pero no habÃa aún verdaderas pruebas. Aunque Otacon habÃa preparado unas cuantas coartadas por si se equivocaban, les convenÃa ser prudentes. Philantropy ya habÃa sido centro de malas miradas, cuando el problema del petrolero Discovery, y no le convenÃa volver a serlo.
-¿Estás armado?
-Tengo una AN-94 descargada que quité a esos soldados. Pero es extraño: no llevaba identificación personal. No me hizo falta cogerlo de una caja.
-Mmmm...¿inexperiencia?Bueno, mejor olvÃdalo, ahora lo importante es tu misión: tienes que conseguir pruebas de ese Metal Gear y volver de una sola pieza. Esta vez no he podido darte una cámara, asà que tendrás que apañártelas como puedas.
-Bien, cambio y corto.
¿Qué era exactamente aquel lugar? ¿Qué hacÃa un Metal Gear allÃ? ¿Era realmente sólo una "fábrica inocente de armas"? ¿Y por qué no habÃa repuesta "oficial" a aquellas preguntas?
Según las investigaciones de Otacon, tras la muerte de Kenneth Baker y el fracaso de Metal Gear REX, ArmsTech, la que habÃa sido la desarrolladora de armas y sistemas de defensa Nº 1 del paÃs, habÃa caÃdo en picado. El sucesor de Baker, un novato sin ningún tipo de experiencia en la gerencia de una compañÃa de tal calibre como ArmsTech, habÃa ayudado aún más a perderlo todo, gastando dinero y tiempo en proyectos que jamás salieron bien. "Vangteán", la que hasta entonces habÃa sido la tercera fábrica de armas a nivel mundial, se aprovechó de la situación económica de la empresa y la compró por un mÃsero capital al que el nuevo presidente no supo decir no. Con la absorción absoluta de la ex-compañÃa de Baker, "Vangteán" se hizo prácticamente con la supremacÃa en el mundillo del desarrollo de armas. Pero no tardó en salir a la luz un rumor que hundió su reputación: "pruebas" demostraban que habÃa vendido armas y sistemas de ataque a grupos terroristas. Vista la situación, y temiendo perder a la fabricante más rentable y efectiva de la que se habÃa aprovechado Estados Unidos, el gobierno se encargó de encubrir esas ventas. Aun asÃ, seguÃa estando de vez en cuando en el punto de mira de los grupos ultrapacifistas.
Y para colmo, aquel Metal Gear...ocurrÃan demasiadas cosas extrañas.
Aquella sucursal, llamada comúnmente como "la del pez" por la Pequeña Laguna del Pez que tenÃa justo delante, no tenÃa una ubicación dada públicamente a conocer: solo se habÃa encontrado por satélite, gracias a unas explÃcitas fotos que Otacon habÃa "cogido prestadas" y luego habÃa borrado. ¿Y por qué tanto misterio en la ubicación de la fábrica? Otra posible razón que más tarde podrÃa servir.
Lo primero de lo que se dió cuenta Snake nada más entrar en la instalación era que aquella fábrica era demasiado pequeña como para almacenar alguno de los Metal Gears que conocÃa, ni siquiera el RAY. Lo segundo, que incluso a tan altas horas de la noche y con la maquinaria parada, habÃa varios dirigentes reunidos en el despacho del 4º piso, ya que era el único sitio donde, mirando desde fuera, se veÃa luz y, escuchando desde dentro, se oÃa ruido.
El ascensor estaba bloqueado, y las escaleras tenÃan un sensor de alta seguridad inventado por la propia Vangteán, una mezcla de un Cypher con una cámara de seguridad fija y unos sensores infrarrojos, con Semtex incluido. En otras palabras, quien se atreviese sólo a acercarse harÃa volar toda la planta, quedando intactas las demás.
Pero no habÃa vigilancia en las ventanas ni en las paredes exteriores.
Ya bien armado, Snake se subió al alféizar de la ventana de su piso y de un salto se agarró a una especie de "balcón" que habÃa en el segundo piso. Desde allà no le fue fácil llegar al ascensor, ya que el piso sólo estaba vigilado por una cámara mal colocada.
El ascensor se quedó colgado cerca del tercer piso. ParecÃa que le esperaban, con tantos "fallos". Snake, extrañado, forzó la puerta y saltó al último piso que le quedaba antes de llegar al cuarto.
Desde fuera, Snake observó cómo un cable tenso de acero atravesó la habitación horizontalmente hasta caer, a la altura del cuello de una persona. Instintivamente, el Filántropo se llevó una mano al cuello: definitivamente Sà le esperaban.
-¿Snake, estás bien?
-SÃ...parece que me esperaban...
-¡Extrema las precauciones! Según mi información, tienes por ahà en el techo una trampilla por la que podás subir al cuarto piso. ¡Date prisa, me parece que están llegando soldados!
En efecto, soldados enfurecidos subÃan las escaleras que Snake no habÃa utilizado y le alcanzaron en poco tiempo. Pero habÃa una trampilla en el techo desde la que se podÃa escalar por una escala de mano hasta el objetivo del agente. Lo difÃcil era subir hasta el techo y poder abrir la trampilla, a partir de ahÃ, el resto era fácil.
Antes de subir, Snake se dió cuenta de una cosa: el uniforme de aquellos soldados era blanco y con manchas de camuflaje. El pasamontañas era gris. Sólo un ejército llevaba este tipo de uniforme (la principal razón era que no camuflaba tan bien como deberÃa), y era el de la familia Gurlukovich. Pero si Olga y Sergei llevaban muertos varios años, ¿quién estaba dirigiendo a aquel ejército? ¿O serÃa Solid quién se equivocó?
Pero aquello no importaba, ahora Snake tenÃa que concentrarse en su objetivo. HabÃa un micrófono direccional en la primera planta, que habÃa cogido para espiar. Y sin salir ni siquiera de aquel "conducto de ventilación vertical", lo usó para enterarse de la conversación.
-...Y bien, amigos, he mejorado el Metal Gear REX de Shadow Moses y, sin tener que variar el tamaño ni la capacidad, le he añadido la versatilidad del RAY de los Marines.
-Hay que resaltar el cómo hemos mejorado el cañón vulcano, que ahora dispara dos misiles a la vez con un nivel termonuclear muy superior al de los mÃseros STINGER que lanzaba el RAY, y un rail gun de triple disparo, a diferencia de el del REX.
-Y tanto el blindaje como el desarrollo de las armas es gracias a nuestro colega ruso, Shalashaska.
-Jeff, -dijo una voz conocida para Snake- prefiero que me llames simplemente Ocelot.
-¿Por qué siempre que hay un Metal Gear tendrá que estar este hombre de por medio?-pensó Snake.
-...En resumen, que después de la verificación de los planos y la construcción, comenzaremos a construir el robot en...
-Shh!! -Ocelot pidió silencio.- ¿No notáis nada...extraño, por aqu�
El hombre que habÃa hablado justo antes que Ocelot se levantó de su silla y echó un vistazo por el exterior. No vio nada.
-Bah, imaginaciones mÃas, continúa Dalcott.
-Bien, después de haber verificado hoy mismo los planos, comenzaremos el desarrollo en...
Unos disparos sordos dejaron atónito a Snake. Cuando logró conseguir una buena vista, se dió cuenta de que Ocelot habÃa asesinado a todos los ejecutivos allà presentes. A todos menos a uno, el tal Dalcott, quien parecÃa estar en tregua con el pistolero.
-Ineptos...
-No conocÃan a Iván el Terrible, y la ignorancia se paga caro.-rió.
-¿LLevas los planos del RIT?
-Aquà mismo...y también los apuntes de Jeff del proyecto PREC.
-¿Y el intruso?
Ocelot se detuvo unos instantes.
-Si es cierto que la trampa del ascensor no acabó con él, los centinelas ya deben de haberlo hecho. Sellé todas las entradas a este piso, incluido el conducto de ventilación vertical. Y también incluà otra medida de seguridad...espero que no te importe que está fábrica explote, amigo Dalcott...veinte kilos de dinamita estratégicamente colocados, con los que de paso quitamos de en medio pistas.
-Bien...
El extraño dúo bajó las escaleras tranquilamente. Snake abrió la trampilla y echó un vistazo al piso. Conocidos y no tan conocidos dirigentes de Vangteán yacÃan muertos a su lado. Trató de recordar de aquel momento todo lo que le fuera posible, desde las caras de los dirigentes hasta las venas hinchadas de uno de ellos. ¿Venas hinchadas? SÃ, en la cara de uno de ellos, unas marcas rojas delineaban los lugares de sus venas. Era un espctáculo realmente horrible. Un pitido agudo distrajo a Snake.
-¡Otacon, Shalashaska estaba aquÃ!
-¿Shalashaska?¿Te refieres a...Revólver Ocelot?
-¡SÃ, en persona! Y se ha cargado a por lo menos diez dirigentes de Vangteán: todos los que estaban aquà reunidos.
-¿Todos?
-Bueno, espera...uno de ellos parecÃa estar aliado con él. ¿Te suena de algo el nombre de Dalcott?
-¿Dalcott?No...jamás lo habÃa oÃdo. Pero Snake, no te llamo para eso, te llamo para avisarte de que, en la habitación en la que estás, ¡hay una gran fuente de calor! Seguamente se trata de...
-Trinitolotueno...Ocelot estaba hablando con Dalcott de eso, y dijo que habÃa cargas por todo el edificio para hacerlo volar.
-¡Sal de ahà de inmediato!
Sin pensar para nada en lo que hacÃa, Snake saltó por la ventana. A su espalda el techo caÃa y sepultaba rápidamente a los cuerpos de los dirigentes. El fuego se extendÃa, y las máquinas digitales explotaban en mil pedazos. Ahora que ya estaba a salvo, una pregunta asaltó a nuestro hombre: ¿cómo iba a salvarse de la caÃda?
***
-No puedo creer que aún conserves este coche...-dijo Snake, cuando estaban ya a pocos kilómetros de Manhattan, mientras devoraba una ración.
-Este jeep me da buena suerte, y me trae recuerdos de nuestra aventura en Shadow Moses.
-Oh, Dios...han pasado ya seis años y te da igual que esté abollado, roto y que el depósito de gasolina gaste el doble de lo que deberÃa.
-¡Lo llevaré a arreglar cuando pueda!
Snake se rió de las ortodoxas frases de su amigo. Tras unos segundos de silencio, el cientÃfico rompió el hielo y preguntó:
-Estee...¿entonces el Metal Gear no se estaba desarrollando en esa base?
-No. El tal Dalcott dijo bien claro que únicamente estaban verificando los planos.
-Qué misterio el de ese hombre...ya he mirado en cuatro bases de datos y ni rastro de él.
-¿Quizá sea sólo algún tipo de alias?
-Es muy probable.
"Manhattan, 10 km", rezaba un cartel al lado de la carretera.
-¡Otacon, párate aquÃ! Tengo ganas de volver a ver una vez más Manhattan. Los edificios, las calles, y...
-¿Meryl?-rió Otacon.
Tras los incidentes en Shadow Moses, Meryl y su tÃo Campbell vivÃan retirados en una humilde casa de Manhattan. Snake les habÃa prometido ir a verlos al menos una vez cada dos meses, porque trataba a Roy como un padre y a Meryl como...lo que sus sentimientos veÃan en ella.
El cientÃfico condujo el vehÃculo hasta la casa, y Snake fue el primero en bajar y llamar a la puerta.
-¡Snake!
Meryl abrió la puerta a la carrera y abrazó a Solid. Tras un rato, se despegó y preguntó:
-¿Otra vez haciendo de filántropos?
-SÃ, -respondió Otacon mientras cerraba el coche.- nos toca salvar el mundo de nuevo.
-¡Pasad, pasad!
Una vez sentados, un hombre muy conocido para Snake salÃa de la cocina con algo de comer y saludó:
-Buenos dÃas, amigos.
-Buenos dÃas...Roy. -sonrió Solid.
-¿Que estáis investigando hoy?
Snake y Hal les explicaron la historia en la sucursal Vangteán del Pez, la reaparición de Revólver Ocelot y su tregua con el tal Dalcott.
-Muy interesante... -respondió su ex-coronel.
-Un momento...¿cómo decÃas que se llamaba el nuevo aliado de Ocelot?
-Dalcott o algo asÃ.
-Creo que eso lo he oÃdo en algún otro lado...¿no era el nombre del proyecto de Vangteán para extender su alcance a nivel mundial llevado a cabo Ãntegramente por uno de los peces gordos?
-SÃ, -demostró también sus conocimientos Campbell- y que empezó en la sucursal de Vangteán cerca de ParÃs. A partir de ahà se fue expandiendo por todo el mundo.
-¿Entonces tenemos que irnos a ParÃs?
-Sà creéis que estáis siguiendo la pista correcta, deberÃais intentarlo.
-Okey. Adiós Roy. Adiós Meryl.-y al oÃdo, le aclaró a la sobrina de Campbell:- Cuando acabe esto, me quedaré un mes por aquÃ, contigo.
***
Lejos de allà un hombre, Johnny Sasaki, conducÃa un camión hacÃa un hangar cerca de ParÃs. Dentro de él habÃa nada más y nada menos que 400 diversas armas con munición incluida. Y no era su primera experiencia en misiones de ese tipo. Hace dos años, en el Big Shell, cuando se quedó atrapado en el lavabo de la habitación de los rehenes a causa de un ataque a traición de su diarrea. Y más tarde, en la valla de crudo, cuando encontró a aquella señorita frente a la que quedó fatal por culpa de un nuevo ataque de su "sucia" enfermedad. E incluso antes todavÃa, hace seis años, en la isla Shadow Moses, cuando una tal Meryl Silverbugh le quitó su uniforme y más tarde le tocó vigilar a un tal Solid Snake, quién se le escapó de las manos y encima le rompió la nariz. La profesión de soldado mercenario no era precisamente cómoda ni mucho menos tranquila. Pero el jefe era quién mandaba, y él no podÃa hacer nada contra eso. Con lo cómodo que él estarÃa en su casa, en Rusia, viendo su programa preferido en la televisión. Pero, ¡no!, le tocaba fregar los platos sucios y llevar todas esas armas hasta la capital francesa, donde según le habÃan dicho iba a comenzar un proyecto tan importante que necesitaba la presencia de Shalashaska y el ejército al que Sasaki pertenecÃa.
El desgraciado soldado no sabÃa que, sin darse cuenta, iba a cambiar él solo toda aquella historia...
CONTINUARÃ...