Fan Fiction ❯ Metal Gear Solid 3: Dark Destiny ❯ Águila, ¿otro Ninja? ( Chapter 3 )

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Al igual que le había entrevisto hace unas horas, Snake alcanzaba a divisar al misterioso Dalcott...sí, no cabía duda, seguían la pista correcta. Después de unos minutos, tras comprobar que nadie les oía, Snake y Otacon quedaron en verse en la primera planta, la zona residencial, dentro de veinte minutos, para poder buscar cada uno por su lado datos sobre el nuevo Metal Gear. El edificio era mucho más grande de lo que se imaginaban, y estaba sobreprotegido, así que seguramente tendrían un viaje movidito.

Otacon bajó por el ascensor hasta el (único) sótano, la sala de control. Como se había traído un camuflaje óptico, seguramente no tendría demasiados problemas. Pero inmediatamente recordó lo que su amigo Alborch le había explicado sobre las tarjetas XZ de seguridad: no podía hacer demasiado. Decidió quedarse e investigar sobre los soldados que entraban y salían...

Solid iba por otro camino. Subió hasta la tercera planta a ver de qué podía enterarse. Recordó que estaba dedicada al desarrollo de armas y no le fue difícil encontrar una Walther P99 con la que armarse. Echó un vistazo desde una posición segura: máquinas enormes, soldados vigilando hasta lo último que se movía...¿por qué tanta protección y precisamente ahora? Aunque sabía las respuestas a esas preguntas, prefirió no pensar en ellas. Cuando asomó la cabeza por segunda vez, vio a una cara muy conocida a lo lejos, hablando sin parar...

-Ocelot...

El sádico ruso empuñaba su Colt Single Action Army y jugueteaba con él entre sus dedos. Frente a él, Dalcott, dirigiendo a varios soldados sin darse la vuelta siquiera mientras que hablaba con su nuevo socio.

-...Y ya han empezado a preparar el proyecto PREC en Moscú, Dalcott. Todo marcha sobre ruedas.

-¿Qué han opinado los yanquis de la fábrica que hemos destruido?

-No lo sabemos. De momento no han hecho pública la explosión.

-¿Y...el RIT?

-Los resultados de las pruebas han demostrado que sus prestaciones son muy superiores a las de los antiguos Metal Gears.

"Muy superiores a las de los antiguos Metal Gears"...esa frase hizo que se encendiera una luz en el cerebro de Snake, se referían a ese tal RIT como el nuevo Metal Gear.

-Okey, Ocelot, me voy arriba a comprobarlo todo. Tú vete al centro de mando, a controlar a tus gorilas.

"Controlar a tus gorilas"...¿se podía estar refiriendo al ejército?¿Y no dijo Jean que el ejército era ruso?¿Podría ser...que aquel ejército fuese el de Gurlukovich?¿Y qué hacía Ocelot dirigiéndolo? Todas aquellas preguntas tendrían respuestas muy pronto...

-Otacon, tengo noticias.

-Soy todo oídos.

-Acabo de encontrarme con Dalcott y Ocelot, hablaban de un tal Metal Gear RIT.

-¿Qué sabes?

-Nada realmente...pero Ocelot ha comentado que "los resultados de las pruebas demuestran que sus prestaciones son superiores a las de los antiguos Metal Gears". Me parece que vamos a tener problemas.

-Yo por aquí debajo no puedo hacer nada...llevo puesto el camuflaje óptico y estoy viendo los soldados que entran y salen del centro de control.

-Mejor que salgas de ahí, Ocelot dijo que estaba a punto de bajar.

Hal informó a su amigo Alborch de las noticias, y este le aconsejó lo mismo que Snake: que saliera de ahí en cuanto antes y se fuera ya para la primera planta, donde se vería con Snake según lo que acordaron. Pero de repente, escuchó por los altavoces una frase que le hizo perder la calma:

-¡INTRUSO, HAY UN INTRUSO O MÃS EN EL EDIFICIO! ¡ENCONTRADLO! ¡MANDAD UNA PATRULLA EXTRA AL SEGUNDO PISO!

Unos metros más arriba, ya en el ascensor, Snake recibió una llamada por Codec anónima:

-¿Quién es?

-Llámame "Ãguila".

-¿Eres otro Ninja?-dijo Snake, tratando de entrever los rasgos faciales del informante entre las interferencias que él mismo provocaba.

-Más o menos...he seguido todas tus "aventuras", Solid. Me toca ayudarte por hoy...

-¿Para quién trabajas?

-Para tí, para mí y para la humanidad.-dijo el anónimo con marcado retintín.-Oye, te han pillado, han caído en la cuenta de que faltaba el conductor del vehículo en el que llegaste. Porque llegaste en ese camión de armas, ¿verdad?

-¿Cómo lo sabes?

-Te estuve viendo todo el tiempo...desde aquí tengo una vista excelente, sabes, me encuentro justo en el tejado.

-¿Y vas a tener que hacer más veces de héroe?

-Puede ser...pero escucha, si subes a la segunda planta, te van a hacer picadillo. Mejor ve con tu otro compañero.

-¿Cómo...?

La comunicación se cortó muy bruscamente. No tenía ganas de poner nervioso a Otacon, prefirió no comentárselo a menos que se lo preguntara, y en cuanto llegó a la primera planta salió a la carrera hacia Hal.

-¡Escóndete! -gritó Solid, y empujó a su compañero a una taquilla, mientras que el se metía en la de al lado. Los soldados de la planta subían en masa en dirección a la segunda planta, dejando la primera totalmente desierta. Una vez pasado el peligro, Solid le contó a Otacon que habían echado en falta al conductor del vehículo y que les estaban buscando. Pero en realidad él ya lo sabía, pues había visto a toda una patrulla salir del centro de mando. Cuando salieron, no se dieron cuenta de una sombra que avanzaba hacia ellos...

Dos tiros casi herían a Otacon.

-Buenos días, amigos...-se burló Ocelot.

-¡Maldito!-le distrajo Snake, mientras Otacon se escondía.-¡Ahí va, una bala toda para ti!-Solid hizo caer la radio de la misma mano del ruso.

-Hice bien viniendo hacia aquí...sabía que huiríais si se daba la noticia de que estaba en el sótano...-el pistolero mantuvo las distancias desde varias decenas de metros, empuñando su viejo revólver.-Si no vas a huir...tendrás que luchar.-El ruso, al mismo tiempo que le disparaba, continuaba demostrando su carácter burlón.

Snake saltó sobre las mesas evitando las balas de Ocelot, acercándose poco a poco hacia él. Comenzó un duelo feroz similar al que había tenido lugar hacía seis años, en Shadow Moses, pero esta vez Snake tenía las de perder. Ocelot estaba colocado en una posición óptima, desde la que le era fácil prevenir y evitar los disparos de Solid. Además, la Whalter que había cogido estaba prácticamente descargada. Snake no se lo pensó dos veces y decidió cambiar de plan.

Gracias a las mesas y los cristales, Snake evitaba los disparos, pero estaba comenzando a cansarse: prefirió pasar al ataque. Aprovechando cuatro segundos de recarga por parte de su enemigo, cogió una de las sillas y se la lanzó a Ocelot. Sorprendentemente, el ruso no pudo esquivarla, y aprovechando esto, Snake le lanzó a discrección todo el mobiliario que fue encontrando hasta noquearle. Pero alto, sólo estaba inconsciente, no muerto.

De repente, Snake recibió otra llamada de "Ãguila".

-Snake, corre al ascensor...

-¿Qué?

-¡¡¡CORRE!!!

Sin otro plan que seguir esta orden, Snake corrió instintivamente al ascensor, olvidándose por completo de Otacon y Ocelot. Cuando se subió en él, pulsó lo primero que le vino a la cabeza: la tercera planta.

Segundos después de que el ascensor comenzara a subir, una explosión sorda inundó el primer piso, quedando sólo fuego y destrucción. Sólo unos minutos después, ya a salvo, Snake se preguntó...

-¿Y Hal...?

CONTINUARÃ...