GetBackers Fan Fiction ❯ Mi placer culpable ❯ El amor puede ser doloroso ( Chapter 4 )
[ P - Pre-Teen ]
Mi Placer Culpable
DISCLAIMER: Ning&Atild e;ºn personaje de la siguiente historia me pertenece
(salvo algunas excepcione s), sólo los utilizo &nb sp;como modo de recreación,&n bsp;
entretenimiento, etc. Éstos&n bsp; le pertenecen a su cr eadora Yuya Aoki y Rando < br> Ayamine.
(*) Personaje original del Manga y que no fue presentado en el anime.
CapÃtulo IV: El amor puede ser doloroso
Daba vueltas en la habitación como un león enjau lado, a pesar de
las insistencias de Ginji para quedarse en su casa, las cuales Paul estaba de
acuerdo, prefirió negarlas todas&n bsp;y dormir en su casa. Las razones eran más q ue
obvias, conocÃa a su padre y estaba seguro que traerÃa a la chica de ojos grises
a su casa. No se equivocó… PodÃa escuchar desde su habitación los gemidos
de placer de ambos. Escucharlos lo enfurecÃa aún más, pero sabÃa que también
podrÃa ser una oportunidad para hablar con ella… ¿Masoquismo?... Tal vez.
Se habÃa vuelto loco, caer en el juego de Emishi era una locura, pero aceptó&ac irc;€¦
¿Qué era un egoÃsta?... Si… Pero su orgullo era más importante&n bsp;para él, no
volverÃa a perder contra su padre… Además tampoco sonaba tan descabellado
el pedido de Emishi si Ban perdÃa. De alguna forma alguien ganaba. Si ganaba
a su padre, ganaba a la chica, si perdÃa, ganaba de manera definitiva a
Himiko… De algo estaba seguro Ban, la relación entre la chica y su padre
ocultaba algo. No tenÃa pruebas de ello, pero su instinto rara v ez se
equivocaba. Dejó de escuch arlos, esperó un poco… Eran las cuatro de la
madrugada. Agradec ió en silencio que su habitación quedara antes que las&n bsp;
escaleras que daban al primer piso, ninguna amante de su padre se quedaba en
la mansión, y esperaba que esa regla no cambiara. Entreabrió la puer ta de su
habitación y esper&Atil de;³â€¦ Unos minutos después vio como la chica salÃa de la
habitación de su padre, era un vestido largo blanco pero muy casual,  ;sin
mangas, ni tiras, dejaba sus brazos y cuello al descubierto, usaba unos zapatos
negros y su cabello recogid o. La chica caminaba sin hacer ruido, tampoco
miraba a los lados, parecÃa demasiado concent rada en salir de ahÃ… Apenas
cruzà ;³ el lumbral de su puerta, la tom& Atilde;³ por la espalda, tapó su boca y la
introdujo en su habitación. Hubo un poco de forcejeo. La soltó.
-“Pero &Ac irc;¿qué demonios haces?â€- U n poco molesta
Ban sà ³lo la miró a los ojos, sintió como bajó la guardia… Él se puso
inexpresivo.
-“Midou, ¿Qué quieres de mi?â€- Su tono fue de angustia
-“Quiero oÃ&sh y;rlo de ti, eres la amante de mi padre ¿cierto?â€
&n bsp;
Era una pregunta tonta, lo sabÃa, pero&nbs p;luego de planear toda la
conversación una vez que la tuvo frente de él, todo se borró.
-“Lo soy,& nbsp;de ser asà no estuviera aquÃâ€
-“&Ac irc;¿Por qué mi padre?â€
-“No&nb sp;hagas preguntas dónde no te gustar á la respuestaâ€
-“Responde&a circ;€-
Se estaba cansando esta conversación no estaba llegar a ningún
lado.
-â&eu ro;œMidou deja de buscarme por favor… Ya sabes quién soy y que hago&ac irc;€
No se rendirÃa, además habÃa logrado que la chica le dijera “por
favor†y hablara con él.
-“Sab&Ati lde;as quien era desde la primera vez que te viâ€
-“SÃ&ac irc;€¦ Siempre supe que eras el hijo de Der Kaiserâ€
-“Y por eso me ignorabasâ€
-“Si&ac irc;€¦ ¿Ahora podré irme?, ¿terminaste con el interrogatorio?â€
Sintió como Ban la tomó por un brazo y como quedó acorralada  ;entre la
puerta y los brazos de él.
-â&eu ro;œTe quiero a tiâ€- Su tono fue serio
-“No quiero ser&nbs p;tu caprichoâ€- Su tono fue de molestia
-“Eres el capricho de mi padre, ¿por qué no podrÃas ser el mÃo?â€- Se tensó
-“No te compares con Der Kaiserâ€
Nunca s e compararÃa con su padre… Eso le molestaba
enormemente
-Ban& nbsp;dijo entre dientes - “No m e comparo con élâ€- Cambió ; el tono a uno más
sarc&A tilde;¡stico –“Si lo& nbsp;que quieres es dinero, te ofrezco el&nbs p;dobleâ€
-“Si no&n bsp;te comparas con él, no te comportes con él tampoco, Midouâ&eur o;
Eso lo desconcert&A tilde;³ un poco, en realidad se estaba comportando
como él, además& nbsp;la mirada de la chica se habÃa vuelto frÃa como el hielo. La
conversación iba a ponerse peor de seguir asÃ. Los dos se estaban poniendo a
la defensiva. Ban tenÃa que ser inteligente.
-“En la vida hay cosas que se tienen que ganar, no todo puede comprarseâ€-
Sacando a Ban de sus& nbsp;pensamientos
- Sonrió jugu etón- “Tienes razón& acirc;€¦ Vamos, te llevo a casaâ€
-â€&oel ig;¿Qué?â€- Sumamente sorprendida.
Ban se alejó de ella aún con su sonrisa juguetona, le abrió la
puerta de su habitación y como todo un&nb sp;caballero espero que ella saliera
primero. Ella aún pensaba que se trataba de una broma. Al pie de las escaleras
se encontraron con una MarÃa Noches que los miraba de manera muy curiosa.
Se acercó a ellos, sólo iba con una bata de seda rosa pálido y sus cabellos
albo rotados. La chica de ojos grises se puso incómoda ante la mirada de MarÃa
Noches cosa que no pasó desapercibida por Ban.
-“¿Qu&A tilde;© haces despierto a esta hora Ban-kun?, ¿tampoco podÃas dormir?& acirc;€- A
pesar de dirigirse a Ban, miraba a la chica que estaba a su lado
-“No, no&n bsp;podÃa dormir… Asà que salÃa de mi habitación cuando me topé con
ellaâ€
-“E ntiendoâ€- En un tono serio- â&eu ro;œPor cierto Kasumi, ¿no hay un chofer&nbs p;que te
está esperando?â€
Â& iquest;Kasumi?, espera… ¿As&Ati lde; se llamaba la chica de ojos grises?...
-“Me ofrecà llevarla… Creo que mi padre se sentirá más seguro si la llevo yo
que alguno de los chóferesâ€- Tuvo que responder rápido, no era momento de
andar pensando, ya resolverÃa luego el asunto del nombre.
-Volte ando a ver a Ban- “No hay mejor chofer que el Señor Maguruma, de no
ser el mejor en su trabajo, no trabajarÃa para tu padreâ€- Los miró a los dos de
manera seria, conocÃa a Ban, era demasiado&nb sp;terco y era muy temprano para
discuti r por algo como eso- “Utiliza mi automóvil, le diré al Señor Maguruma
que la llevaréâ€- Comenzó a caminar- “Te veo en la oficina Ban-kunâ€
Todo e ra silencio. Kasumi sólo habÃa dicho la dirección de su
apartamento y gu ardó silencio. Ban le agradecÃa el gesto a MarÃa Noches, pero
no todo venÃa gratis ya que no estaba en sus planes ir a la empresa ese dÃa,
luego de escuchar decir a la morena “Te veo en la oficinaâ€, ése s erÃa su pago.
Miraba de reojo a su copiloto. Kasumi se veÃa un poco agotada, pensó&nb sp;que la
luz de la calle le sentaba bien al reflejar en su piel. Ella estaba muy entretenida
mirando por la ve ntana. Se sentÃa cómodo, incluso con el silencio reina nte en
el automóvil. Sintió la mirada de ella, quiso hacerse el desinteresado y no la
miró&nb sp;de vuelta. VivÃa en el centro de todo Shinjuku, la galerÃa no le quedaba
lejos de ahÃ, era una zona donde normalmente la gente adinerada residÃa, Ban
la miró de reojo nuevamente y no le pareció que fuera una chica muy
adinerada, era sencilla-“Bueno, con las sorpresas&nbs p;que me he llevado con ella
todo podrÃa pasa râ€- Pensó.
-â& euro;œDetenteâ€
La voz de alerta de la chica lo hizo frenar de golpe, la miró
confundido pero ella no lo miraba. HabÃa detenido el automóvil a mitad de la
esquina.
-“Tengo que bajarme aquÃâ€
El tono de Kasumi era de ¿miedo?, se sintió aún más confu ndido,
volteó hacÃa su ve ntana. Frente al edificio donde ella le habÃa indicado que
residÃa, estaba aparcada una camioneta blanca cuatro puertas, los vidrios eran
oscuros  ;y se le hizo extrañamente familiar.
-“No te dejaré sola, dije que te llevarÃaâ€
& nbsp;
Sintió las manos de ella en su brazo, no lo apretaba sólo se
apoyaban intentando comunicar se a través de ella. La energÃa le cambió por
com pleto, era de preocupación.
-“Midou, déjame aquÃ… Estaré bienâ€- Mirándolo-&n bsp;“Graciasâ€
Sin decir más nada Kasumi se bajó del automóvil.
///OOO///
Se levantó emocionado, quiso invitar a almorzar a Natsumi.
SentÃa que era un gran dÃa, estaba preocupado&nbs p;por Ban, ya intentarÃa más tarde
que dejará la loca apuesta de Emishi, iba a ser en vano pero tenÃa que
intentarlo al menos. Llevaba una franela blanca y unos pantalones verdes,
zapatos marrones,&n bsp;quiso ir casual, sabÃa cuánto le gustaba a Natsumi esos
pantalones. La chica vivÃa a las afueras de Shinjuku, a lo lejos pudo ver la
residencia, no conocÃa el automóvil rojo que estaba aparcado al lado del de su
novia pero no le importó. Una vez frente a la puerta buscó la pequeña maceta
que estaba cerca de ésta y sacó la llave de repuesto, la suya la habÃa dejado en
su casa. Al entrar a la casa, todo estaba muy callado, llamó por su nombre a la
chica pero no hubo respuesta, a lo mejor estarÃa en el estudio de fotografÃa.
Subió las escalera s, se detuvo en seco… ¿Un g emido?... Su corazón comenzó
a latir con rapidez, y la adrenalina se disparó como un cohete. Subió las
escaleras con más velocida d, los gemidos se intensificaban por más que se
a cercaba a la habitación de Natsumi. Abrió de golpe la puerta y su corazón se
detuvo. El cuerpo desnudo de otro hombre penetraba con desenfreno a la
chica, quien lo  ;disfrutaba por completo. Se besaban desesperados… Natsumi
besó el torso del hombre , cuando llegó al cuello del chi co abrió los ojos para
encontrar se con la mirada de horror de su novio.
-“Ginji†- Fue solo un susurro, empujó al chico  ;que la acompañaba y se puso
una sábana.
LÃ& iexcl;grimas, quedó inmóvil, s&Ati lde;³lo caÃan lágrimas de sus ojos. Ella, a
quien amaba con todo su ser, que nunca tocó a otra mujer que no fuera ella
estaba disfrutando del cuerpo de otro hombre. Sintió rabia, decepcià ³n,
repugnancia, dolor, tristezaâ€&brvb ar; Estaba confundido. Su cuerpo por instinto
retrocedi& Atilde;³ al sentir que Natsumi se acercaba, la miró… Sintió asco,& nbsp;su cuerpo
se habÃa ensuciado.
-“¡NO TE ACERQUES MÃS!â€
Su  ;propio grito lo asustó, nunca le habÃa alzado la voz a nadie,
pero ¿acaso eso ten&At ilde;a importancia ahora?. No la querÃa cerca. Ella sólo lloraba
y le daba excusas tontas, su cabeza estaba tan aturdida que sólo escuchabas
palabras, no entend&A tilde;a. Todo daba demasiadas vueltas. Lo&nbs p;miró, el chico sólo se  ;
vestÃa despreocupado, ajeno a lo que sucedÃa entre el rubio y Natsumi. Ginji
no soport&Atil de;³ más y se le abalanzó encima, le propinó un golpe en la mandÃbula,
el chico comenzó&nb sp;a caer al suelo pero Ginji lo detuvo y lo volvió a golpear, la
rabia lo cegó, sólo lo golpeaba pudo sentir el forcejeo de Natsumi para que se
detuviera, pero no&n bsp;querÃa parar. Sus nudillos le dolÃan, se detuvo al escuchar la
voz desesperada de Natsumi que hablaba con otra persona por el celular, el
chico ya estaba inconsciente, lo vio por últim a vez… Ella trancó al ver que
Ginji se detenÃa.
Sus&nb sp;ojos se encontraron.
-“Te amo Ginjiâ€- La voz de ella fue un susurro
-“CÃnic aâ€
No quedaba rastros del Ginji que conocÃa, el que estaba de pie
frente a ella era otro, frÃo, vació e irà ³nico. Intentó decir algo más pero el rubio
salió corriendo de ahà luego de mirarla con odio una última vez.
///OOO///
Desde el primer momento que Ban Midou cruzÃ& sup3; por su vida, no
ha podido sacarlo de su cabeza. Se regañaba a si misma , eso estaba mal…
Muy mal. Esos ojos a zules la llamaban, pero ella no era libre y meterse con el
hijo de quien le esta dando ¿una vida?, ¿podrÃa llamar a eso una vida?, esa
“vida †la mantenÃa viva. Su cuerpo estaba&nbs p;adolorido pero tenÃa que
acostumbrar se, tenÃa que soportar y ser fuerte. Ban volvió a su mente, l o
sucedido hace unas horas le daba vueltas en su cabeza. Primero verlo en el
Honky Tonk y c& Atilde;³mo estaba embelesado viéndola,&nbs p;tuvo admitir que la puso
nerviosa, recordó su mir ada, una muy profunda y penetrante una caracterÃstica
que compartÃa con Der Kaiser. El calor de su cuerpo cuando la& nbsp;tomó por a
espalda, luego ese interrogatorio â&e uro;“Demonios- pensó, esto podr&At ilde;a salirse de
control, pero la manera en que Ban la acorraló le pareció muy sexy, su aroma
y la cercanÃa la hacÃa sentir débil. Ella no querÃa dinero de él, si ya odiaba el
de Der Kaiser, ¿cómo iba a querer el de Ban?, eso la hizo molestar pero el
cambio de actitud del chico la sorprendió. La habÃa llevado hasta su casa, la
chica volvió a maldecir por dentro, ¿cómo habí ;a permitido eso?, se sentÃa
culpable pero habÃa disfrutado del silencio y&n bsp;la compañÃa de él.
-“Aqu&Atil de; tieneâ€
La chica estaba trabajando en la cafeterÃa de la galerÃa, echó una
hojeada al lugar. La cantidad de clientes era la usual, algunos rostros comunes
y otros n uevos, dos rostros llamaron su atenció ;n ya que ambos no dejaban de
verla. El primero&nb sp;estaba ubicado en una esquina del local, la miraba como un
depredador, como un animal que vigila a su presa, sintió su piel se erizó por
completo, no le a gradaba, además la energÃa alrededor del sujeto era pesada.
VestÃa de negro algo que contrastaba con su pálida piel. El sujeto l e sonrió con
complicidad. Por instinto desvió la mirada… Prefirió enfocarse en el otro
sujeto quien era todo lo opuesto, además estaba ubicado cerca de la entrada, a
diferencia del otro éste la miraba con curiosidad y estudio, de vez en cuando
volvÃa su vista al libro que tenÃa abierto a su izquierda, era una persona
elegante y sofisticada pero no a falta de carácter. El cabello era grisáceo, lo
llevaba un poco al borotado además en la parte trasera del éste tenÃa dos
mechones más o menos largos agarrados por cintas blancas, sus ojos eran
castaÃ&p lusmn;os claros los cuales se veÃan&nb sp;perfectamente tras las gafas que llevaba.
VestÃa una camisa de cuello alto blanca, de mangas largas.  ;Escuchó la voz de
su compañero, dio vuelt a y éste le decÃa que llevara el té al señor que
momentos antes es tudiaba. Se acercó y con delicadeza puso el té en la mesa.
-“Gracias†< br>
La voz fue suave y galante. Volvió a mirarla a los ojos.
-“Disculpe señoritaâ€
-â€&oe lig;¿Si?, ¿En qué p uedo servirle?
-“Â&iques t;Es usted modelo?â€
-â&eur o;œNo señorâ€- No es la primera vez que le preguntaban eso.
-â€& oelig;Ya veoâ€- El sujeto tomó un s orbo de su té- “¿Y no& nbsp;ha considerado
convertirse en una?â€
 ;¿Ella?¿Modelo?... No… Nunca habÃa considerado eso, era un
mundo muy difere nte al que estaba acostumbrado, además cómo& nbsp;convertirse
en modelo cuando ahora es la meretriz de uno de los hombres más poderosos
de todo Japón, no es un gran ejempl o a dar. Ella no podÃa decidir su vida, tal
vez en un pasado pero ahora no… Era una esclava… Semejante libertad no
estaba permitida. El sujeto ante el silencio de Kasumi, sacó una pequeña tarjeta de su bolsillo y se la dio.
-“Soy Saizou To ufuuin (*)… Trabajo en una agencia de modelaje, por favor
reconsidera la ofertaâ€
Le regaló la sonrisa más amable que habÃa visto es su vida, tomó
su tÃ&co py;… Y con una elegante reverencia salió del local.
///OOO///
Estir& Atilde;³ su cuerpo, se sentÃa un& nbsp;poco entumecido, desde que llegó  ;a
la oficina no se habÃa levantado del asiento, parecÃa el asistente de Maria
Noches más que la misma Himiko. La morena de largos cabellos sonreÃa
triunfal ya que habÃan adelantado muchÃsimas cosas, por otro lado Himiko
estaba feliz ya que habÃa estado todo el dí ;a junto a Ban. La oficina de Maria
Noches era muy parecida a la de Himiko, sólo que un poco mÃ&ie xcl;s grande y más
decorada. A pesar de  ;mantenerse realmente entretenido todo el dÃa su mente y
sus instintos no paraban de sentirse alertados, sentÃa que algo no estaba bien,
su pecho constantem ente se trancaba, este tipo de sensaciones las&nbs p;tuvo el dÃa
que su madre murió y eso no lo hacÃa sentir más tranquilo. R evisó
constantemente su celular duran te toda la tarde, cómo si éste le fuera a revelar
el motivo de su angustia.
-“Fuiste de gran ayuda Ban-kunâ€- Maria Noches sonreÃa a más no poder-
“ DeberÃas ayudarnos más seguido&aci rc;€- Miró a Himiko guiÃ&plusm n;ándole el ojo
Si prestar mucha atención le sonrió por inercia a Himiko.
-“Hicimos un&nb sp;gran trabajo pero es hora de irnos, merecemos descansarâ€-
observ ando su reloj
Maria Noches se levantó y comenzó a cerrar algunas carpetas que
estaban frente a ella, Himiko comenzó a ordenar algunos papeles… Ban sólo
las imitó.
-“¿Te encuentras bien? Estás un poco ausen te hoyâ€- En un susurro
-â ;€œSi Himikoâ€- Fue lo único que logró responder& nbsp;
Su pecho se agitó cuando su celular empezó a vibrar, un timbre
conoc ido se escuchó. La pantalla decÃa “Makubexâ€
-Extraà ;±ado- “Makubex ¿qu&Atild e;© sucede?
No en tendÃa, la voz del chico se entrecortaba de la desesperación,
sollozos…
-“Calma Makubex, no entiendoâ€
-â&e uro;œBan… ¡Ayúdame por favor!.. ¡Tienes que venir!â€
Su cora zón bombeó con fuerza. Makube x rara vez lo llamaba por
su nombre de pila
-“Makubex  ¿qué sucede?â€- Se estaba desesperando
-“Es Ginjiâ €¦ Creo… Creo que está muertoâ€
Fin del CapÃtulo
DISCLAIMER: Ning&Atild e;ºn personaje de la siguiente historia me pertenece
(salvo algunas excepcione s), sólo los utilizo &nb sp;como modo de recreación,&n bsp;
entretenimiento, etc. Éstos&n bsp; le pertenecen a su cr eadora Yuya Aoki y Rando < br> Ayamine.
(*) Personaje original del Manga y que no fue presentado en el anime.
CapÃtulo IV: El amor puede ser doloroso
Daba vueltas en la habitación como un león enjau lado, a pesar de
las insistencias de Ginji para quedarse en su casa, las cuales Paul estaba de
acuerdo, prefirió negarlas todas&n bsp;y dormir en su casa. Las razones eran más q ue
obvias, conocÃa a su padre y estaba seguro que traerÃa a la chica de ojos grises
a su casa. No se equivocó… PodÃa escuchar desde su habitación los gemidos
de placer de ambos. Escucharlos lo enfurecÃa aún más, pero sabÃa que también
podrÃa ser una oportunidad para hablar con ella… ¿Masoquismo?... Tal vez.
Se habÃa vuelto loco, caer en el juego de Emishi era una locura, pero aceptó&ac irc;€¦
¿Qué era un egoÃsta?... Si… Pero su orgullo era más importante&n bsp;para él, no
volverÃa a perder contra su padre… Además tampoco sonaba tan descabellado
el pedido de Emishi si Ban perdÃa. De alguna forma alguien ganaba. Si ganaba
a su padre, ganaba a la chica, si perdÃa, ganaba de manera definitiva a
Himiko… De algo estaba seguro Ban, la relación entre la chica y su padre
ocultaba algo. No tenÃa pruebas de ello, pero su instinto rara v ez se
equivocaba. Dejó de escuch arlos, esperó un poco… Eran las cuatro de la
madrugada. Agradec ió en silencio que su habitación quedara antes que las&n bsp;
escaleras que daban al primer piso, ninguna amante de su padre se quedaba en
la mansión, y esperaba que esa regla no cambiara. Entreabrió la puer ta de su
habitación y esper&Atil de;³â€¦ Unos minutos después vio como la chica salÃa de la
habitación de su padre, era un vestido largo blanco pero muy casual,  ;sin
mangas, ni tiras, dejaba sus brazos y cuello al descubierto, usaba unos zapatos
negros y su cabello recogid o. La chica caminaba sin hacer ruido, tampoco
miraba a los lados, parecÃa demasiado concent rada en salir de ahÃ… Apenas
cruzà ;³ el lumbral de su puerta, la tom& Atilde;³ por la espalda, tapó su boca y la
introdujo en su habitación. Hubo un poco de forcejeo. La soltó.
-“Pero &Ac irc;¿qué demonios haces?â€- U n poco molesta
Ban sà ³lo la miró a los ojos, sintió como bajó la guardia… Él se puso
inexpresivo.
-“Midou, ¿Qué quieres de mi?â€- Su tono fue de angustia
-“Quiero oÃ&sh y;rlo de ti, eres la amante de mi padre ¿cierto?â€
&n bsp;
Era una pregunta tonta, lo sabÃa, pero&nbs p;luego de planear toda la
conversación una vez que la tuvo frente de él, todo se borró.
-“Lo soy,& nbsp;de ser asà no estuviera aquÃâ€
-“&Ac irc;¿Por qué mi padre?â€
-“No&nb sp;hagas preguntas dónde no te gustar á la respuestaâ€
-“Responde&a circ;€-
Se estaba cansando esta conversación no estaba llegar a ningún
lado.
-â&eu ro;œMidou deja de buscarme por favor… Ya sabes quién soy y que hago&ac irc;€
No se rendirÃa, además habÃa logrado que la chica le dijera “por
favor†y hablara con él.
-“Sab&Ati lde;as quien era desde la primera vez que te viâ€
-“SÃ&ac irc;€¦ Siempre supe que eras el hijo de Der Kaiserâ€
-“Y por eso me ignorabasâ€
-“Si&ac irc;€¦ ¿Ahora podré irme?, ¿terminaste con el interrogatorio?â€
Sintió como Ban la tomó por un brazo y como quedó acorralada  ;entre la
puerta y los brazos de él.
-â&eu ro;œTe quiero a tiâ€- Su tono fue serio
-“No quiero ser&nbs p;tu caprichoâ€- Su tono fue de molestia
-“Eres el capricho de mi padre, ¿por qué no podrÃas ser el mÃo?â€- Se tensó
-“No te compares con Der Kaiserâ€
Nunca s e compararÃa con su padre… Eso le molestaba
enormemente
-Ban& nbsp;dijo entre dientes - “No m e comparo con élâ€- Cambió ; el tono a uno más
sarc&A tilde;¡stico –“Si lo& nbsp;que quieres es dinero, te ofrezco el&nbs p;dobleâ€
-“Si no&n bsp;te comparas con él, no te comportes con él tampoco, Midouâ&eur o;
Eso lo desconcert&A tilde;³ un poco, en realidad se estaba comportando
como él, además& nbsp;la mirada de la chica se habÃa vuelto frÃa como el hielo. La
conversación iba a ponerse peor de seguir asÃ. Los dos se estaban poniendo a
la defensiva. Ban tenÃa que ser inteligente.
-“En la vida hay cosas que se tienen que ganar, no todo puede comprarseâ€-
Sacando a Ban de sus& nbsp;pensamientos
- Sonrió jugu etón- “Tienes razón& acirc;€¦ Vamos, te llevo a casaâ€
-â€&oel ig;¿Qué?â€- Sumamente sorprendida.
Ban se alejó de ella aún con su sonrisa juguetona, le abrió la
puerta de su habitación y como todo un&nb sp;caballero espero que ella saliera
primero. Ella aún pensaba que se trataba de una broma. Al pie de las escaleras
se encontraron con una MarÃa Noches que los miraba de manera muy curiosa.
Se acercó a ellos, sólo iba con una bata de seda rosa pálido y sus cabellos
albo rotados. La chica de ojos grises se puso incómoda ante la mirada de MarÃa
Noches cosa que no pasó desapercibida por Ban.
-“¿Qu&A tilde;© haces despierto a esta hora Ban-kun?, ¿tampoco podÃas dormir?& acirc;€- A
pesar de dirigirse a Ban, miraba a la chica que estaba a su lado
-“No, no&n bsp;podÃa dormir… Asà que salÃa de mi habitación cuando me topé con
ellaâ€
-“E ntiendoâ€- En un tono serio- â&eu ro;œPor cierto Kasumi, ¿no hay un chofer&nbs p;que te
está esperando?â€
Â& iquest;Kasumi?, espera… ¿As&Ati lde; se llamaba la chica de ojos grises?...
-“Me ofrecà llevarla… Creo que mi padre se sentirá más seguro si la llevo yo
que alguno de los chóferesâ€- Tuvo que responder rápido, no era momento de
andar pensando, ya resolverÃa luego el asunto del nombre.
-Volte ando a ver a Ban- “No hay mejor chofer que el Señor Maguruma, de no
ser el mejor en su trabajo, no trabajarÃa para tu padreâ€- Los miró a los dos de
manera seria, conocÃa a Ban, era demasiado&nb sp;terco y era muy temprano para
discuti r por algo como eso- “Utiliza mi automóvil, le diré al Señor Maguruma
que la llevaréâ€- Comenzó a caminar- “Te veo en la oficina Ban-kunâ€
Todo e ra silencio. Kasumi sólo habÃa dicho la dirección de su
apartamento y gu ardó silencio. Ban le agradecÃa el gesto a MarÃa Noches, pero
no todo venÃa gratis ya que no estaba en sus planes ir a la empresa ese dÃa,
luego de escuchar decir a la morena “Te veo en la oficinaâ€, ése s erÃa su pago.
Miraba de reojo a su copiloto. Kasumi se veÃa un poco agotada, pensó&nb sp;que la
luz de la calle le sentaba bien al reflejar en su piel. Ella estaba muy entretenida
mirando por la ve ntana. Se sentÃa cómodo, incluso con el silencio reina nte en
el automóvil. Sintió la mirada de ella, quiso hacerse el desinteresado y no la
miró&nb sp;de vuelta. VivÃa en el centro de todo Shinjuku, la galerÃa no le quedaba
lejos de ahÃ, era una zona donde normalmente la gente adinerada residÃa, Ban
la miró de reojo nuevamente y no le pareció que fuera una chica muy
adinerada, era sencilla-“Bueno, con las sorpresas&nbs p;que me he llevado con ella
todo podrÃa pasa râ€- Pensó.
-â& euro;œDetenteâ€
La voz de alerta de la chica lo hizo frenar de golpe, la miró
confundido pero ella no lo miraba. HabÃa detenido el automóvil a mitad de la
esquina.
-“Tengo que bajarme aquÃâ€
El tono de Kasumi era de ¿miedo?, se sintió aún más confu ndido,
volteó hacÃa su ve ntana. Frente al edificio donde ella le habÃa indicado que
residÃa, estaba aparcada una camioneta blanca cuatro puertas, los vidrios eran
oscuros  ;y se le hizo extrañamente familiar.
-“No te dejaré sola, dije que te llevarÃaâ€
& nbsp;
Sintió las manos de ella en su brazo, no lo apretaba sólo se
apoyaban intentando comunicar se a través de ella. La energÃa le cambió por
com pleto, era de preocupación.
-“Midou, déjame aquÃ… Estaré bienâ€- Mirándolo-&n bsp;“Graciasâ€
Sin decir más nada Kasumi se bajó del automóvil.
///OOO///
Se levantó emocionado, quiso invitar a almorzar a Natsumi.
SentÃa que era un gran dÃa, estaba preocupado&nbs p;por Ban, ya intentarÃa más tarde
que dejará la loca apuesta de Emishi, iba a ser en vano pero tenÃa que
intentarlo al menos. Llevaba una franela blanca y unos pantalones verdes,
zapatos marrones,&n bsp;quiso ir casual, sabÃa cuánto le gustaba a Natsumi esos
pantalones. La chica vivÃa a las afueras de Shinjuku, a lo lejos pudo ver la
residencia, no conocÃa el automóvil rojo que estaba aparcado al lado del de su
novia pero no le importó. Una vez frente a la puerta buscó la pequeña maceta
que estaba cerca de ésta y sacó la llave de repuesto, la suya la habÃa dejado en
su casa. Al entrar a la casa, todo estaba muy callado, llamó por su nombre a la
chica pero no hubo respuesta, a lo mejor estarÃa en el estudio de fotografÃa.
Subió las escalera s, se detuvo en seco… ¿Un g emido?... Su corazón comenzó
a latir con rapidez, y la adrenalina se disparó como un cohete. Subió las
escaleras con más velocida d, los gemidos se intensificaban por más que se
a cercaba a la habitación de Natsumi. Abrió de golpe la puerta y su corazón se
detuvo. El cuerpo desnudo de otro hombre penetraba con desenfreno a la
chica, quien lo  ;disfrutaba por completo. Se besaban desesperados… Natsumi
besó el torso del hombre , cuando llegó al cuello del chi co abrió los ojos para
encontrar se con la mirada de horror de su novio.
-“Ginji†- Fue solo un susurro, empujó al chico  ;que la acompañaba y se puso
una sábana.
LÃ& iexcl;grimas, quedó inmóvil, s&Ati lde;³lo caÃan lágrimas de sus ojos. Ella, a
quien amaba con todo su ser, que nunca tocó a otra mujer que no fuera ella
estaba disfrutando del cuerpo de otro hombre. Sintió rabia, decepcià ³n,
repugnancia, dolor, tristezaâ€&brvb ar; Estaba confundido. Su cuerpo por instinto
retrocedi& Atilde;³ al sentir que Natsumi se acercaba, la miró… Sintió asco,& nbsp;su cuerpo
se habÃa ensuciado.
-“¡NO TE ACERQUES MÃS!â€
Su  ;propio grito lo asustó, nunca le habÃa alzado la voz a nadie,
pero ¿acaso eso ten&At ilde;a importancia ahora?. No la querÃa cerca. Ella sólo lloraba
y le daba excusas tontas, su cabeza estaba tan aturdida que sólo escuchabas
palabras, no entend&A tilde;a. Todo daba demasiadas vueltas. Lo&nbs p;miró, el chico sólo se  ;
vestÃa despreocupado, ajeno a lo que sucedÃa entre el rubio y Natsumi. Ginji
no soport&Atil de;³ más y se le abalanzó encima, le propinó un golpe en la mandÃbula,
el chico comenzó&nb sp;a caer al suelo pero Ginji lo detuvo y lo volvió a golpear, la
rabia lo cegó, sólo lo golpeaba pudo sentir el forcejeo de Natsumi para que se
detuviera, pero no&n bsp;querÃa parar. Sus nudillos le dolÃan, se detuvo al escuchar la
voz desesperada de Natsumi que hablaba con otra persona por el celular, el
chico ya estaba inconsciente, lo vio por últim a vez… Ella trancó al ver que
Ginji se detenÃa.
Sus&nb sp;ojos se encontraron.
-“Te amo Ginjiâ€- La voz de ella fue un susurro
-“CÃnic aâ€
No quedaba rastros del Ginji que conocÃa, el que estaba de pie
frente a ella era otro, frÃo, vació e irà ³nico. Intentó decir algo más pero el rubio
salió corriendo de ahà luego de mirarla con odio una última vez.
///OOO///
Desde el primer momento que Ban Midou cruzÃ& sup3; por su vida, no
ha podido sacarlo de su cabeza. Se regañaba a si misma , eso estaba mal…
Muy mal. Esos ojos a zules la llamaban, pero ella no era libre y meterse con el
hijo de quien le esta dando ¿una vida?, ¿podrÃa llamar a eso una vida?, esa
“vida †la mantenÃa viva. Su cuerpo estaba&nbs p;adolorido pero tenÃa que
acostumbrar se, tenÃa que soportar y ser fuerte. Ban volvió a su mente, l o
sucedido hace unas horas le daba vueltas en su cabeza. Primero verlo en el
Honky Tonk y c& Atilde;³mo estaba embelesado viéndola,&nbs p;tuvo admitir que la puso
nerviosa, recordó su mir ada, una muy profunda y penetrante una caracterÃstica
que compartÃa con Der Kaiser. El calor de su cuerpo cuando la& nbsp;tomó por a
espalda, luego ese interrogatorio â&e uro;“Demonios- pensó, esto podr&At ilde;a salirse de
control, pero la manera en que Ban la acorraló le pareció muy sexy, su aroma
y la cercanÃa la hacÃa sentir débil. Ella no querÃa dinero de él, si ya odiaba el
de Der Kaiser, ¿cómo iba a querer el de Ban?, eso la hizo molestar pero el
cambio de actitud del chico la sorprendió. La habÃa llevado hasta su casa, la
chica volvió a maldecir por dentro, ¿cómo habí ;a permitido eso?, se sentÃa
culpable pero habÃa disfrutado del silencio y&n bsp;la compañÃa de él.
-“Aqu&Atil de; tieneâ€
La chica estaba trabajando en la cafeterÃa de la galerÃa, echó una
hojeada al lugar. La cantidad de clientes era la usual, algunos rostros comunes
y otros n uevos, dos rostros llamaron su atenció ;n ya que ambos no dejaban de
verla. El primero&nb sp;estaba ubicado en una esquina del local, la miraba como un
depredador, como un animal que vigila a su presa, sintió su piel se erizó por
completo, no le a gradaba, además la energÃa alrededor del sujeto era pesada.
VestÃa de negro algo que contrastaba con su pálida piel. El sujeto l e sonrió con
complicidad. Por instinto desvió la mirada… Prefirió enfocarse en el otro
sujeto quien era todo lo opuesto, además estaba ubicado cerca de la entrada, a
diferencia del otro éste la miraba con curiosidad y estudio, de vez en cuando
volvÃa su vista al libro que tenÃa abierto a su izquierda, era una persona
elegante y sofisticada pero no a falta de carácter. El cabello era grisáceo, lo
llevaba un poco al borotado además en la parte trasera del éste tenÃa dos
mechones más o menos largos agarrados por cintas blancas, sus ojos eran
castaÃ&p lusmn;os claros los cuales se veÃan&nb sp;perfectamente tras las gafas que llevaba.
VestÃa una camisa de cuello alto blanca, de mangas largas.  ;Escuchó la voz de
su compañero, dio vuelt a y éste le decÃa que llevara el té al señor que
momentos antes es tudiaba. Se acercó y con delicadeza puso el té en la mesa.
-“Gracias†< br>
La voz fue suave y galante. Volvió a mirarla a los ojos.
-“Disculpe señoritaâ€
-â€&oe lig;¿Si?, ¿En qué p uedo servirle?
-“Â&iques t;Es usted modelo?â€
-â&eur o;œNo señorâ€- No es la primera vez que le preguntaban eso.
-â€& oelig;Ya veoâ€- El sujeto tomó un s orbo de su té- “¿Y no& nbsp;ha considerado
convertirse en una?â€
 ;¿Ella?¿Modelo?... No… Nunca habÃa considerado eso, era un
mundo muy difere nte al que estaba acostumbrado, además cómo& nbsp;convertirse
en modelo cuando ahora es la meretriz de uno de los hombres más poderosos
de todo Japón, no es un gran ejempl o a dar. Ella no podÃa decidir su vida, tal
vez en un pasado pero ahora no… Era una esclava… Semejante libertad no
estaba permitida. El sujeto ante el silencio de Kasumi, sacó una pequeña tarjeta de su bolsillo y se la dio.
-“Soy Saizou To ufuuin (*)… Trabajo en una agencia de modelaje, por favor
reconsidera la ofertaâ€
Le regaló la sonrisa más amable que habÃa visto es su vida, tomó
su tÃ&co py;… Y con una elegante reverencia salió del local.
///OOO///
Estir& Atilde;³ su cuerpo, se sentÃa un& nbsp;poco entumecido, desde que llegó  ;a
la oficina no se habÃa levantado del asiento, parecÃa el asistente de Maria
Noches más que la misma Himiko. La morena de largos cabellos sonreÃa
triunfal ya que habÃan adelantado muchÃsimas cosas, por otro lado Himiko
estaba feliz ya que habÃa estado todo el dí ;a junto a Ban. La oficina de Maria
Noches era muy parecida a la de Himiko, sólo que un poco mÃ&ie xcl;s grande y más
decorada. A pesar de  ;mantenerse realmente entretenido todo el dÃa su mente y
sus instintos no paraban de sentirse alertados, sentÃa que algo no estaba bien,
su pecho constantem ente se trancaba, este tipo de sensaciones las&nbs p;tuvo el dÃa
que su madre murió y eso no lo hacÃa sentir más tranquilo. R evisó
constantemente su celular duran te toda la tarde, cómo si éste le fuera a revelar
el motivo de su angustia.
-“Fuiste de gran ayuda Ban-kunâ€- Maria Noches sonreÃa a más no poder-
“ DeberÃas ayudarnos más seguido&aci rc;€- Miró a Himiko guiÃ&plusm n;ándole el ojo
Si prestar mucha atención le sonrió por inercia a Himiko.
-“Hicimos un&nb sp;gran trabajo pero es hora de irnos, merecemos descansarâ€-
observ ando su reloj
Maria Noches se levantó y comenzó a cerrar algunas carpetas que
estaban frente a ella, Himiko comenzó a ordenar algunos papeles… Ban sólo
las imitó.
-“¿Te encuentras bien? Estás un poco ausen te hoyâ€- En un susurro
-â ;€œSi Himikoâ€- Fue lo único que logró responder& nbsp;
Su pecho se agitó cuando su celular empezó a vibrar, un timbre
conoc ido se escuchó. La pantalla decÃa “Makubexâ€
-Extraà ;±ado- “Makubex ¿qu&Atild e;© sucede?
No en tendÃa, la voz del chico se entrecortaba de la desesperación,
sollozos…
-“Calma Makubex, no entiendoâ€
-â&e uro;œBan… ¡Ayúdame por favor!.. ¡Tienes que venir!â€
Su cora zón bombeó con fuerza. Makube x rara vez lo llamaba por
su nombre de pila
-“Makubex  ¿qué sucede?â€- Se estaba desesperando
-“Es Ginjiâ €¦ Creo… Creo que está muertoâ€
Fin del CapÃtulo