InuYasha Fan Fiction ❯ Epílogo de un Amor ❯ "Los Pensamientos de Ella" ( Chapter 1 )
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Disclaimer: Inuyasha y compañía le pertenecen y siempre le pertenecerán a Rumiko Takahashi.
Capitulo 1. “Los Pensamientos de Ella”
Habían ocasiones en que Kagome se deprimía al sentir que Inuyasha no se percataba del sacrificio que ella hacia al permanecer a su lado la mayor parte del tiempo a pesar de que él amara a otra y esa verdad la destrozara por dentro. Ella sabia que era la culpable de que la perla se haya roto en quien sabe cuantos pedazos y ahora debía asumir la responsabilidad o mejor dicho la obligación de buscar los fragmentos faltantes y arrebatarle a Naraku los que se encontraban en su posesión. El problema de esta situación en la que se veí forzada a participar es que le ocasionaba serios conflictos con la escuela o mejor dicho con la vida que se suponía debía llevar en el otro lado del pozo, 500 años en el futuro aproximadamente. Había faltado tanto a clases que cada vez que regresaba estaba completamente perdida en las materias y le era muy difícil retomarlas. Aunque intentaba esforzarse estudiando por su cuenta, le era muy difícil tener que estudiar y viajar por todo el Japón antiguo buscando esos benditos fragmentos, luchar contra los demonios, lidiar con Inuyasha y regresar a su época para rendir los exámenes. También estaba el hecho de que extrañaba mucho a su familia. Esta situación estaba arruinando con su vida, sin contar con todas esas misteriosas enfermedades que su abuelo había inventado para justificar su ausencia.
Parecía una ironía del destino ser la reencarnación de la gran sacerdotisa Kikyou (lo cual le traía ya muchas responsabilidades, sin contar el odio, rencor y desprecio que aquella mujer sentía) y tener que sobrellevar un sentimiento de amor no correspondido. Ambas habían amado al joven hanyou en un tiempo, Kikyou hace 50 años y ella ahora y para siempre. La diferencia es que el amor de Kikyou por Inuyasha murió el día en que ella dejo de existir en el mundo de los vivos. Eso último era lo que ya no podía aguantar mas. Kagome no se explicaba como es que Inuyasha aun podía amar a Kikyou, como podía ser tan cruel y no tomar en cuenta sus sentimientos. Eran contadas las ocasiones en que Kikyou e Inuyasha se habían visto, pero todas las había presenciado sintiendo el dolor de su pobre corazón resquebrajándose una y otra vez, aniquilando toda esperanza de que él algún día corresponda su amor.
Su corazón ya estaba roto, él lo había hecho mil pedazos..... Irónicamente, otra vez el destino se estaba mofando de ella, y así como ella había quebrado la perla en pedazos su corazón también había sido quebrado.
“El gran amor de Inuyasha fue y siempre será Kikyou. Me duele admitirlo pero siempre ha sido así y siempre será así. Estar a su lado me lastima, pero no puedo vivir sin él ...... yo lo necesito.... y cuando llegue el tiempo de decir adiós para siempre..... no se que será de mí.” Esta frase la repetía constantemente Kagome tratando de disipar el dolor que constantemente oprimía su pecho. Tratando de convencerse así misma de una verdad que tarde o temprano sucederá. Una pesadilla que pronto se hará realidad.
Nadie podía entender la difícil situación en la que se hallaba Kagome. Enamorada del mismo hanyou al cual amó hace tanto tiempo atrás. Porque ella es la reencarnación de la sacerdotisa Kikyou y aunque son tan distintas, ambas están unidas por el mismo sentimiento de amor hacia Inuyasha. Pero ahora que parte de las almas de Kagome sirvieron para que Kikyou regresara de la muerte la joven sabia que había perdido todo derecho de luchar por el amor de Inuyasha. Después de todo, quien era ella para reclamar algo que nunca le perteneció en primer lugar, sin contar que el joven hanyou la consideraba una simple copia o como el suele decir, simplemente su detector de los fragmentos.
“Ya estoy harta de todo esto.... Quiero permanecer a su lado...... yo lo amo pero ...... Kikyou ha sufrido tanto...... Me siento tan fuera de lugar......... Sé que él jamás me corresponderá, pero también sería injusto para Kikyou si lo hiciera.”
Kagome suspiró resignada. Había estado pensando en todo esto mientras se hallaba sentada en el filo del pozo. Ya era de noche en el Sengoku y solo las estrellas iluminaban en el firmamento y al parecer ella las estaba utilizando como su consuelo, confesando sus sentimientos que durante tanto tiempo los había guardado en secreto.
“Otra vez me quedé dormida.......no tenia planeado regresar tan pronto.... pero ya han pasado 2 días desde que me fui a mi época... Le dije a Inuyasha que volvería dentro de una semana” mirando el oscuro firmamento “¡Que hermosa esta la noche!” exclamó sumergiéndose nuevamente en sus pensamientos.
Kagome por alguna extraña razón se sentía inquieta en su época y por eso decidió regresar antes de lo previsto. Tal vez era el hecho de que Inuyasha tranquilamente la dejara quedarse tanto tiempo en su época sin protestar, lo cual era muy extraño, siempre eran necesarios unos cuantos osuwaris para que acceda o mejor dicho para darle tiempo a llegar al pozo sin que él la detenga. Pero ahora que se encontraba en el Sengoku esa inquietud había desaparecido. Se sentía más tranquila.
“Tal vez sea porque lo extraño. Me siento mas tranquila aquí..... ¿será porque él se encuentra en esta época?” Kagome recitaba mientras miraba las estrellas, sin preocuparse de lo peligroso que podía ser estar a estas horas afuera en medio del bosque.
Unas luces extrañas en el cielo oscuro interrumpieron sus pensamientos. Reconociendo inmediatamente lo que significaba, Kagome sonrió melancólicamente, un dolor conocido resurgía nuevamente oprimiendo su pecho, asfixiándola.
“Ya veo.....” su voz quebrándose ante lo que parecía ser el motivo por el cual Inuyasha la había dejado ir sin protestar “Kikyou anda cerca.... Inuyasha se debe encontrar ahora con ella....”
Kagome no parecía sorprendida, tenía un semblante deprimido, una lagrima recorría su mejilla, pero ella seguía mirando el cielo estrellado, como si intentará no darle importancia o tal vez resignándose. Ya había perdido el interés en ir a la aldea y encontrarlo.
“Ya no tiene caso ir .... él no se encuentra ahí..... y tampoco quiero regresar a mi casa ... ahí me siento sola.” Las ganas de gritar y llorar desconsoladamente parecían una solución a su dolor. Salir corriendo y olvidar, huir dejando atrás todo. “Como quisiera tener el valor para dejar atrás todo....... pero si lo hiciera dirían que fui una cobarde y no enfrente mis miedos ...... ¿acaso tiene sentido?......mi vida no tiene sentido”
Kagome permaneció por horas en el mismo lugar, sin percatarse del transcurso de las horas. Ya era muy tarde y empezaba hacer mucho frió, pero todo esto no parecía importarle. La soledad y el silencio de la noche intentaba consolar su alma y aliviar su corazón.
“Inuyasha....... ¿por qué no puedes amarme?”
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Así es, he regresado nuevamente = )