InuYasha Fan Fiction ❯ Epílogo de un Amor ❯ “Me Fascina Atormentarte” ( Chapter 9 )
[ T - Teen: Not suitable for readers under 13 ]
Disclaimer: “Tengo que declarar aunque no se por qué si ya todo el mundo lo sabe que no soy dueña de los personajes de Inuyasha, ellos le pertenecen a Rumiko Takahashi”
“....” hablando
-….- pensando
Capitulo 9. “Me Fascina Atormentarte”
Inuyasha se alejo a gran velocidad de la joven, necesitaba huir, alejarse lo mas pronto posible de ella, necesitaba pensar, estar solo, meditar, poner en claro todos esos sentimientos que lo abrumaban y atormentaban. Pronto se encontró en medio de la nada rodeado solo de árboles, se quedo parado ahí tratando de calmar sus emociones y sosegar su mente. Sentía cólera, ira, furia, rabia, frustración. Que injusta era la vida con él. Hace 50 años había conocido a Kikyou, creyendo al fin ser aceptado, encontrando un lugar al cual pertenecer y cuando pensó que podría ser feliz al lado de aquella mujer, esa felicidad que creyó por fin alcanzar se le fue arrebatado de las manos de la peor forma posible, sintiéndose traicionado y atrapado en un sueño profundo por la propia mano de la mujer que una vez pensó amar.
Ahora que todo parecía ser distinto y que por fin encontró alguien en quien confiar plenamente, alguien que lo salvo de aquel sueño eterno devolviéndolo a la vida, alguien que fue capaz de curar todas su heridas, capaz de darle paz a su alma, capaz de develar la verdad detrás de aquel engaño tan retorcido, capaz de amarlo y aceptarlo por quien era, capaz de sacrificarlo todo con tal de verlo feliz. Ahora que por fin había encontrado la verdadera felicidad, el verdadero amor, este le era arrebatado por segunda vez, arrebatando nuevamente sus ilusiones y deseos, destruyendo por completo sus sueños, haciendo añicos toda esperanza.
-¡Maldición!!!!- se repetía así mismo. Porque demonios no podía ser feliz junto a la mujer que él amaba, junto a esa niña que le había robado el corazón, que le había devuelto la vida y las ganas de luchar, esa joven que lo amaba por sobre todas las cosas. Quería corresponderle, quería decirle lo que su interior gritaba por dentro. La amaba más que a su vida, pero esta no le pertenecía, su vida le pertenecía a otra, pero su corazón siempre seria de Kagome.
Inuyasha se quedo pensativo y afligido por largo tiempo, recostado en el tronco de un árbol, tratando de aliviar el peso de la carga que llevaba en su alma. Se podía ver claramente la tristeza en sus ojos, los cuales habían perdido ese brillo tan especial que lo caracterizaban. Tan apesadumbrado y abatido se hallaba el joven hanyou que no se había percatado de una presencia maligna que se haya cerca, oculta entre las sombras y la espesura del bosque, simplemente observando sigilosamente, como un depredador esperando atacar a su presa, esperando el momento oportuno para hacer notar su presencia.
“Inuyasha.... ¿por qué tan pensativo? ¿qué es lo que tanto te preocupa?”
Como una serpiente deslizando su veneno mortal se hizo presente la sacerdotisa Kikyou, tomando por sorpresa al joven, quien obviamente no había notado su presencia hasta ahora. Las cosas no podían ponerse peor, antes pasaban semanas, incluso meses antes de volver a ver a la sacerdotisa, y en ese entonces era él quien la buscaba. ¿Qué se traía Kikyou entre mano?, no habían pasado mas de 3 días desde la ultima vez que la vio y lo que mas le inquietaba a Inuyasha era que ella misma se hacia presente.
“Kikyou”
Kikyou simplemente rió maliciosamente, disfrutando al ver la expresión incrédula de Inuyasha, quien obviamente no esperaba una visita de ella tan pronto y en tan corto tiempo y es que tiempo es lo que se le estaba acabando.
“Inuyasha…. ¿te preguntaras que hago aquí?”
Inuyasha simplemente no respondió, esperando a que la sacerdotisa explicara el motivo de su visita tan súbita y que indiscutiblemente no era por pura casualidad, sino que existían segundas intenciones en todo este asunto.
“Vine para decirte ..... mejor dicho para informarte que vendré por ti cuando la perla este completa” Kikyou no pudo evitar dibujar una sonrisa de satisfacción ante estas palabras, sabiendo que el pobre hanyou seria incapaz de contradecirla en sus deseos.
Inuyasha siguió callado, aceptando su sentencia, después de todo era su deber para con Kikyou.
Kikyou lo observo por largo tiempo, viendo como su expresión mostraba angustia y pena, por unos segundos sintió lastima, lastima que pronto se disipo, siendo reemplazada rápidamente por satisfacción.
“¿qué pasa Inuyasha, no te da gusto?, muy pronto podremos estar juntos para siempre ...... “ una mirada llena de malicia apareció en sus ojos mientras seguía atormentándolo disfrutando cada instante del mismo. “¿Acaso ya no quieres venir conmigo?”
“No te preocupes Kikyou ..... yo iré contigo……iré contigo al infierno, espero estés contenta.”
Kikyou, quien se esperaba una respuesta así pero con ganas de seguir mortificándolo, porque después de todo, no existe diversión sin torturarlo un poquito más.
“Inuyasha, ¿crees que soy tonta?, crees que no se que amas a esa chiquilla. Crees que no sé que te sientes obligado conmigo….. ¿piensas sacrificar tu felicidad por mi?”
Inuyasha contesto afirmativamente, sintiéndose mortificado. Cual era el sentido de hablar sobre ello si al final Kikyou iba ha conseguir lo que deseaba.
“Pues no quiero tu lastima y mucho menos un sacrificio tuyo.”
Inuyasha quedo confundido ante esta respuesta, acaso Kikyou se iba a retractar, acaso existía esperanzas para él. Ansioso espero a que la sacerdotisa prosiguiera, esperando a que ocurriera un milagro y la vida se congraciara con él por primera vez en tanto tiempo.
Kikyou viendo el giro en el ánimo del hanyou prosiguió, no queriendo darle falsas esperanzas “No malentiendas mis palabras Inuyasha. Tú me perteneces, tu vida me pertenece y puedo hacer lo que yo quiera sin ningún remordimiento, así que quita esa cara que lo único que haces es fastidiarme, acepta tu destino como yo acepte él mío.”
“No puedo creer que alguna vez sentí algo por ti, te haz vuelto una mujer fría llena de odio y rencor.” Esta vez Inuyasha no pudo contener la rabia e ira que sentía, como es que alguna vez pudo amar a una mujer así. Pero claro, la mujer que el amo hace 50 años no era la misma mujer a la que estaba viendo enfrente. La mujer que el amó, murió asesinada por Naraku mucho tiempo atrás.
“Bien, muy bien ..... así me gusta Inuyasha, siente odio, siente rabia, siéntete como yo me sentí antes de morir. Que divertido es verte sufrir.”
“¿por qué haces todo esto Kikyou?.... ¿que sentido ya tiene?”
“¿por qué hago todo esto?.... Y todavía me lo preguntas tú, Inuyasha, tú que estas sintiendo todo lo que yo sentí. Todo lo que sentí al verme traicionada por la persona que ame, despertar y ver que lo perdí todo por un engaño, darme cuenta que otra ha ocupado mi lugar en tu corazón. Darme cuenta que mi espíritu no fue lo suficiente fuerte, que mi amor no fue lo suficientemente fuerte para percatarme que todo era una trampa.”
Kikyou no podía creer que Inuyasha le este preguntando eso, después de todo él sabia perfectamente por todo el sufrimiento que tuvo que pasar. Claro que ahora se sentía libre, ahora podía disfrutar de una libertad que no pudo gozar por cumplir su deber como sacerdotisa y proteger la perla. Ahora era todo distinto, ya no tenía que preocuparse por mantener pura la perla, ahora era otra la que estaba cumpliendo esa labor.
“yo... lo siento mucho Kikyou.”
“No, no lo sientas..... Esa chiquilla insolente te devolvió a la vida, te ama y seria capaz de hacer cualquier sacrificio por ti. Tú lo sabes más que nadie. Eres muy afortunado, pero aun así no eres digno de ese amor. Con tus dudas, con tu comportamiento, tu maltrato solo has deshonrado ese amor tan puro que ella te estaba ofreciendo. Solo la has hecho sufrir, solo has conseguido que esa niña derrame lagrimas por ti. ¿No crees que seria más feliz al lado de otro?”
“¡¡¡¡¡eso nunca!!!!!!!!” grito Inuyasha exasperadamente, el simple hecho de pensar en ello hacia que sus sangre hierva. Él sabía que no estaría para impedirlo, que tarde o temprano se la arrebatarían. -No, No, No, No- gritaba su mente - esto no puede estar pasando -
“Pobre Inuyasha, pero no estarás acá para impedirlo, ella será de otro y tú no podrás hacer nada mas que mirar.”
Inuyasha bajo la mirada, todas las palabras de Kikyou eran ciertas, él muy pronto se iría con ella y Kagome quedaría libre para rehacer su vida, posiblemente al lado de otro que no era él.
-No, No, No, No, No, No, No, No, No, No, No -
Kikyou se alejo, dejando al frustrado hanyou atrás. Sumergiéndose en su propio de pensamientos. Era tiempo de planear, de idear su estrategia y llevarla a cabo. Ya la piezas ya se encontraban en el tablero y muy pronto todo llegaría a su fin.
-Ya falta muy poco ..... muy pronto lograre mi objetivo .... Solo tengo que esperar .... esperar a que esa niña complete la perla. Una vez que la perla este completa todos mis deseos se cumplirán y por fin podré descansar en paz……… Inuyasha no puedo dejar que seas feliz .... al menos todavía no... pronto entenderás a que me refiero .... no todo están fácil en esta vida y tienes que aprender a valorar lo que tienes, sacrificar todo por lo que quieres-
------------------------------------------------------