InuYasha Fan Fiction ❯ Epílogo de un Amor ❯ “Confesiones de un Monje” ( Chapter 8 )

[ T - Teen: Not suitable for readers under 13 ]

Disclaimer: “Tengo que declarar aunque no se por qué si ya todo el mundo lo sabe que no soy dueña de los personajes de Inuyasha, ellos le pertenecen a Rumiko Takahashi”
 
“....” hablando
 
-….- pensando
 
Este capitulo va dedicado a la otra parejita, en vista que no les he dado muchas líneas en la historia decidí darles un capitulo completo para ellos. Espero lo disfruten.
 
Capitulo 8. “Confesiones de un Monje”
 
Sango siguió a Miroku, se adentraron en el bosque perdiéndose de la vista de sus amigos.
 
Luego de un rato de caminar ambos en silencio Sango pregunto tratando de romper el silencio y obtener respuestas ante la petición del monje de conversar a solas.
 
¿Pasa algo Miroku?
 
Miroku se detuvo y volteándose completamente quedando frente a sango respondió Querida Sango, no hay de que alarmarse, solo quiero conversar sobre nuestro futuro juntos.
 
¬¬ Ya te arrepentiste. replico Sango sin pensar en lo que estaba diciendo y como consecuencia sonrojándose
 
Miroku no pudo evitar sonreír ante el dilema en el que se encontraba su adoraba Sanguito y aunque debía admitir que esta faceta de ella, fuera de la fuerte y valiente guerrera que era, le encantaba, haciendo verla mucho mas atractiva de lo que ya era.
 
No al contrario Sango, ahora estoy más seguro que nunca. Quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, pero quiero estar seguro de que ese también sea tu deseo.
 
Sango emocionada por las palabras de su amado Miroku, se arrojó a sus brazos llorando de felicidad, no podía creer que él quisiera pasar el resto de su vida con ella. Aunque se lo hubiese pedido anteriormente, aun no lo podía creer, después de todo el monje seguía corriendo detrás de toda mujer que se encontrara.
 
Sango, mi amor, pero ¿por qué lloras? Aun no me has respondido, ¿quieres casarte conmigo y ser la madre de mis hijos? volvió a insistir Miroku temiendo que su amada se haya arrepentido de estar con él.
 
Sango respondió con un sí entre sollozos, estaba tan feliz, no podía creerlo, hace un tiempo había perdido a su hermano Kohaku, la única familia que le quedaba, y ahora su amado le proponía formar una familia juntos y tener sus propios hijos. No podía creer lo afortunada que era, lo dichosa que se sentía, lo inmensamente feliz que Miroku la hacia.
 
Sango, mi amor, ya no llores ... yo te amo y no me gusta verte llorar.
 
“Yo te amo” había dicho el monje y resonaban una y otra vez en la cabeza de la joven. Tanto tiempo deseándolas escuchar. Miroku la observaba con dulzura, con una mirada llena de ternura, realmente era hermosa, dándole un cálido beso en la frente tratando de tranquilizarla, tratando de apaciguar su llanto. Ella lo era todo para él y no podía imaginarse una vida sin ella. Se preguntaba que había hecho para merecer un ángel por esposa.
 
Miroku yo .... yo también te amo.
 
Ella había aceptado sus sentimientos tímidamente, aunque para él ya lo sabia, lo sabía desde hace mucho tiempo y aunque ella no lo admitía abiertamente, él podía leerlos claramente cada vez que lo veía con otra. Esa era una de las razones por lo cual siempre lo hacia, porque era la única forma de ver sus verdaderas emociones y sentimientos. Una sonrisa se dibujo en su rostro y un deseo de besarla se apoderó de él. Pues no lo pensó mucho porque pronto sus labios rozaron los de ella, dándose un beso, sellando de esa forma su promesa de amor eterno.
 
Sango no podía creer que pronto seria la esposa de Miroku, y que ambos formarían una familia juntos y que al fin podrían ser feliz y quizás quien sabe, vivir en la aldea de exterminadores que reconstruirían juntos.
 
“En cuanto lleguemos a la aldea de la anciana Kaede, empezare con los arreglos para nuestra boda”
 
“¿Tan pronto Miroku?.... No vas a esperar a que completemos la perla”
 
Miroku simplemente negó con la cabeza, mirándola con curiosidad “¿Acaso importa el cuando mi querida Sango?”
 
“Por supuesto que no” respondió Sango. Miroku simplemente acerco nuevamente sus labios a los de ella para robarle nuevamente un beso, un beso que resulto ser mas prolongado y apasionado que el anterior dejando a la joven sin aliento y con un temblor recorriendo su cuerpo haciéndola estremecer.
 
Sin embargo su felicidad no era completa, había algo que la inquietaba. Y es que en todo este tiempo, la joven miko se había convertido en su amiga, su confidente, tomando el lugar de una hermana para con ella. Lo mismo le pasaba a Miroku felicidad seria completa si no fuera porque su amigo era infeliz, y lo pero es que iba a dejar arrastrar por el egoísmo de su antiguo amor que murió hace 50 años atrás. Pero ¿qué podían hacer al respecto?
 
“Miroku .... ¿ahora qué pasara con ellos?”
 
“No lo sé Sango……. No lo se.”
 
“No es justo Miroku, ellos también tiene derecho de ser felices…. No podemos permitir que Inuyasha cometa el mas grande error de su vida” continuo Sango, temiendo por la vida de quien con el tiempo se había convertido en un amigo para ambos a pesar de su mal temperamento.
 
El destino de ellos ya estaba escrito desde mucho antes que nacieran y solo el tiempo nos revelará como acabara todo. Debemos confiar que será para bien”
 
Siento pena por ella. Admitió Sango
 
Yo siento pena por él. Asintió Miroku
 
Ambos no tienen la culpa.
 
No pensemos en cosas tristes mi querida Sango, no podemos hacer nada al respecto. Entiendo la decisión que ha tomado Inuyasha, una decisión que lo llevara a la desdicha, pero el pobre se siente obligado hacia esa mujer que murió por él.
 
¿Murió por él?. Cuando dices “murió por él”, te refieres a que ella murió por culpa de él, o que dio su vida por él. Pregunto Sango, sintiendo como el coraje se iba apoderando de ella
 
“¿eh? ... simplemente murió por él, sea que sea lo que signifique para ambos. Objeto Miroku, confundido por el rumbo que estaba tomando la conversación.
 
Sin embargo Sango prosiguió ignorando la disconformidad del joven monje Ves, si te pones a pensar fríamente, ella no murió por él, ella murió porque no quiso ensuciar la perla con el odio que sentía hacia Inuyasha en ese entonces, en todo momento pensó en su deber como sacerdotisa y nada mas.
 
La verdad es que todo esto es muy complejo y complicado, Inuyasha se siente culpable de la muerte de ella, porque no fue capaz de protegerla, se siente ligado a ella por ser el causante de todo el sufrimiento que le ocasiono, pero en fin, ya no podemos hacer nada suspiro Miroku, después de todo lo que habían pasado juntos, su joven amigo se iba ha dejar vencer por una mujer, he iba abandonar al verdadero amor de su vida. Una joven muchacha que seria capaz de hacer cualquier cosa con tal de verlo feliz. Fijándose en el cielo noto que estaba oscureciendo Se hace tarde, regresemos pronto antes de que oscurezca.
 
Si tienes razón Miroku, no hay que preocuparlos mas de lo que ya estan, ya tienen demasiado en que pensar.
 
Ambos se tomaron de las manos y se fueron rumbo a donde dejaron a sus problemáticos amigos.
 
-----------------------------------------
 
Espero les haya gustado.