InuYasha Fan Fiction ❯ La Protegida ❯ Curiosidad ( Chapter 1 )

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Todos los personajes de Inuyasha son propiedad de Rumiko Takahashi.

Nota del Autor: Comencé a escribir este fic por culpa del aburrimiento y a pesar de que tengo mil ideas en mi cabeza decidí hacerlo corto tres capítulos a lo sumo, pero a la mitad del 'proceso creativo' me puse a pensar en que para el desenlace fuera celestial era mejor que el príncipe tuviera ambos brazos y pensé que Sesshoumaru podría ir en busca de uno...demasiado deshonroso para el youkai mas poderoso y bello del anime por lo que decidí otorgarle sus extremidades por el bien del amor. Espero que a pesar de sus dos brazos mi representación sea una fiel del maravilloso magnetismo del perro demonio de la luna. Mi constante obsesión por mantener la esencia de los personajes es culpa de la Diosa del Viento que siempre tiene mil interrogantes que me hacen ver las cosas desde otro ángulo.

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La protegida

Cap1

Curiosidad

Rin caminaba distraída por un sendero iluminado por el sol, a pocos metros de Sesshoumaru, muy cerca de ella Jaken avanzaba con su habitual lentitud.

Con una mirada de medio lado el pequeño demonio se fijó en Rin, ya no era ninguna niña, más bien se había convertido en toda una mujer de facciones delicadas, lustroso cabello y deslumbrante sonrisa, con los años sus ojos parecieron oscurecerse tanto que eran de un verde muy intenso, cuando Jaken hablaba con ella para regañarla ella lo miraba sin decir nada con una sonrisa bailando en sus pupilas.

Muchas veces pretendía que no la apreciaba pero Jaken no podía evitarlo, ella había sido su única compañía en el transcurso de muchos años, esperando pacientemente a que su amo regresara, acompañándolos a cualquier lugar y sin protestar, siempre fiel siempre feliz.

Rin se distrajo para recoger unas cuantas flores sin notar siquiera la manera furtiva en que su Amo la miraba, a decir verdad Sesshoumaru tenía varias semanas de observar a su protegida muy de cerca y aunque en esta ocasión ella no pudo ver la curiosidad dibujada en el impávido rostro Rin estaba consciente que se Amo se comportaba de manera extraña, pero guardaba la inquietud que eso le provocaba para sí misma.

Después de vivir tanto tiempo juntos estaba acostumbrada a ser una presencia silenciosa, alguien a quien se le permitía acompañarlo, una compañía sin demasiada trascendencia. Pero ella sentía que ahora era distinto porque su querido Sesshoumaru la miraba con insistencia y en el fondo de su alma eso la ponía inquieta, feliz y despertaba sensaciones extrañas y nuevas que hervían en su piel.

En el momento que Rin se alejó del sendero, Sesshoumaru se detuvo sobre sus pasos y le recordó con voz hueca que se mantuviera cerca, Rin le contestó arrodillada frente a las flores. El youkai se quedó viéndola hacer el ramillete de flores mientras tarareaba una suave melodía. Al arrodillarse el cabello negro llegaba al piso desordenado, eso era una de las cosas que más le gustaban de su protegida, aquella melena azabache brillante, abundante y que parecía tener vida propia.

Desde que la salvara nunca le molestó su presencia, pero jamás se detuvo a pensar en que ella se convertiría en mujer frente a sus ojos, y tampoco esperaba los sentimientos que Rin le provocaba y él con tanto ahínco trataba de reprimir, era muy difícil no sentirse intrigado, porque su cuerpo y actitudes eran las de una mujer y su protegida era dueña de unas curvas estimulantes. Sesshoumaru podía adivinar la curva de sus senos vírgenes y firmes, su suave piel, la tibieza entre sus piernas y la dulzura de sus labios, su aroma agradable, aroma que había madurado con ella volviéndose una placentera tortura para sus extraordinarios y delicados sentidos.

Observarla sin que ella lo supiera mientras dormía era una de las pocas cosas que le daban placer, siempre dormía junto a él acurrucada a sus pies recordando en sueños a su familia y a veces su propia muerte. Aquellas noches cuando se revolvía inquieta el youkai acariciaba su rostro con ternura logrando tranquilizarla lo suficiente para que pudiera dormir. En esos momentos Sesshoumaru demostraba su debilidad para con su protegida amparado en la soledad de la noche y el resguardo de las sombras que evitaban que ningún ser, fuera humano o youkai pudieran ver su debilidad y así comprobar que aquella mujer era más importante para él que cualquier otra cosa.

Sesshoumaru estaba cautivado por su ternura y vivacidad pero lo que le robaba el sueño y mantenía sus sentidos enfocados en ella con curiosidad era que juntos con los recuerdos tormentosos, su nombre aparecía muy seguido durante la noche. Rin pronunciaba su nombre con una voz ronca y como si una parte de su cuerpo le doliera mucho. No podía apartar la expresión del rostro femenino al musitar su nombre y de la misma forma internamente se negaba a reconocer que esperaba con ansías tenerla dormida para escucharla.

Después de una de esas noches, se sorprendía a sí mismo reviviendo el momento que podía escuchar de los delicados labios su nombre, susurrado con anhelo y devoción, eso no era todo su curiosidad le provocaba un sin fin de preguntas que no se atrevía a vocalizar. Quería saber porque no lo había abandonado, las aldeas visitadas eran numerosas, aldeas donde Rin siempre era bienvenida pero ni una sola vez había demostrado interés alguno por quedarse con seres humanos como ella.

Al llegar a la aldea, siempre era lo mismo, Rin iba sola, se procuraba algún alimento o abrigo y regresaba corriendo a su lado con una sonrisa y una flor. Quería que ella le explicara porque continuaba viajando con él siempre feliz y sin protestar.

Jaken estaba bajo un árbol descansando cuando abrió apenas los ojos para ver a su Amo totalmente concentrado en Rin que continuaba recolectando flores sin percatarse siquiera que era el objeto de la curiosidad youkai.

El demonio sapo guardó sus conjeturas del porque de la extraña mirada de su Amo para sí mismo convencido que si alguna vez se atrevía a externar lo que hasta para él era lo obvio su amo no sería tolerante, usaría a Tokiyin y lo dejaría para que fuera comida de pájaros.

*Porque mi amo observa a la chiquilla de esa forma tan extraña, nunca lo había visto así, y porque ella permanece aquí, bien podría irse a vivir con los de su especie…claro quien soy yo para juzgarla jamás me separare de mi amo bonito*

Jaken cerró nuevamente los ojos y se concentró en la tarea que los había alejado del castillo. Estaban en busca de un youkai que estaba creando problemas en los límites de las tierras de su amo, Jaken desechó los pensamientos extraños sobre Rin y se concentró en recobrar energías para no fallarle a su amo.

Lo último que vió antes de cerrar los ojos nuevamente fue a Rin frente al youkai con unas cuantas flores en la mano. Con un refunfuño mental desistió de comprender la ridícula e inagotable fascinación de Rin por las flores.