InuYasha Fan Fiction ❯ Un principe enamorado ❯ Recuperandose ( Chapter 21 )

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Capitulo 21

Recuperándose

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Tres días después....

Con un semblante opacado por la duda y temor por la salud de Rin Miroku se acercó junto a Folken.

"Folken-sama estas seguro que se va a poner bien?"

"Confiemos en las habilidades de Kagome. Sin embargo la princesa debe recuperar sus fuerzas...esa maldita la hizo perder mucha sangre!" - al ver la desolación de Miroku, Folken trató de hacerlo sentir mejor diciéndole que había utilizado una vieja técnica de curación youkai para que Rin recuperara fuerzas.

"Y como es esa técnica?"

"Se mezclan las hierbas con sangre fuerte...en este caso utilicé sangre pura, eso le ayudara a sanar mas rápido!"

"Sangre pura...utilizaste la sangre de Sesshoumaru?"

"Así es!"

Miroku se permitió una leve sonrisa, y supuso que la sangre pura de demonio sería de gran ayuda para su amiga, que ahora yacía en el piso mas grave de lo parecía. Rin se encontraba librando una batalla interna con una presencia que amenazaba con acabar con su vida.

"Folken-sama como piensa que vaya a reaccionar Sesshoumaru cuando despierte? Digo al saber que su pareja está muerta?"

El youkai lo miro con expresión grave, él también había pensado en eso y no tenía esperanzas de que su amo reaccionara de forma favorable. Sin embargo, no dejó que sus dudas se reflejaran en su rostro.

"mmm! Miroku no tengo idea, lo mejor es esperar. Por el momento no vale la pena preocuparse ya que ninguno de los dos ha despertado. Tranquilo Excelencia!"

"Tiene razón Honorable Folken!"

Folken se levantó y salió del recinto dejando a Miroku a solas con sus pensamientos. El monje reflexionaba sobre todo lo que había sucedido recostado contra la pared. Abrió los ojos al percibir que Kagome entraba a la habitación.

A pesar de la palidez de Rin los conocimientos de Kagome parecían estar dando resultados y eso animó a la afligida sacerdotisa.

"Miroku puedes ayudarme a voltearla, quiero revisar su espalda?"

"Por supuesto!"

Con mucha delicadeza pusieron a Rin boca abajo, las marcas del encuentro con Sesshoumaru cubrían su espalda como una evidencia viva de la agresividad del ataque. Para Miroku ver aquellas marcas le recordaba la cicatriz de Sango, produciéndole un sentimiento de impotencia.

Al verla así Miroku recordaba como Rin le había dicho que la espalda solo le ardía un poco. Solo pudo imaginar el dolor que pudo haber sentido y su manera de restarle importancia con tal de salvar a Sesshoumaru.

Miroku se concentró en Kagome para poder apartar aquellos dolorosos recuerdos. La sacerdotisa deslizaba los dedos con suavidad por la espalda marcada de Rin. Al hablar su voz era queda y esperanzada aunque en sus ojos parecían que en cualquier momento iban a ceder al impulso de llorar.

"Que bueno parece que están cicatrizando bastante bien!"

"Kagome estas bien?"

"Eso creo, es que me da mucho pesar. Llevará estas marcas toda su vida!"

Miroku no dijo nada, simplemente ayudó a su amiga a poner a Rin de espaldas. Recorrió a Rin con la mirada y se dio cuenta que las heridas de su cuello habían tomado un color verdoso como el veneno de Sesshoumaru. Eso reafirmaba su idea de que aquella 'frágil' mujer era alguien especial. Era después de Inuyasha, el único ser viviente que había sobrevivido a un ataque del poderoso youkai.

Frente a él Kagome se quedó en silencio alisando el cabello de su amiga, como reconfortándola y luego le habló suavemente.

"Apresúrate en despertar porque nos haces mucha falta!"

Miroku sonrió y se puso a rezar en silencio, añorando la tibieza del cuerpo de su esposa.

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Inuyasha estaba en uno de los árboles del patio principal con los ojos cerrados, aunque se percató de la presencia de Folken y Kagome no abrió los ojos hasta que su esposa lo llamó.

"Inuyasha podrías bajar por favor, Folken-sama dice que tiene algo que mostrarte!"

"Algo que mostrarme, que es?"

"Es en el ala sur Amo!"

Inuyasha se crispó de pies a cabeza como si le hubieran hecho una descarga eléctrica. De golpe recordó las palabras de Rin e inmediatamente se le hizo un nudo en la garganta, con un ágil salto el hanyou estaba frente a su mujer y el youkai con una expresión mitad furia mitad desesperación.

"Yo le prometí que lo vería cuando todo esto acabara..."

Kagome se asombró de la emoción en la voz de su esposo y sintió una gran compasión por él. Era claro que a pesar de su fachada de seguridad y fortaleza. Inuyasha también sufría mucho por Rin.

Folken comprendió a la perfección la lógica del hanyou, Inuyasha quería que fuera Rin quien le enseñara el ala sur, pero el mayordomo había preparado todo tratando de buscar algo mas que hacer buscando aliviar el desconcierto de no saber que iba a suceder con su hija humana.

"Estoy seguro que pasaran los días antes que ella despierte. Su deseo era que usted disfrutara de eso lo mas pronto posible, tengo todo listo síganme por favor!"

Inuyasha tomó la mano de Kagome y siguieron al youkai, asaltados por la curiosidad. Después de doblar por un pasillo, llegaron a una parte del castillo que se encontraba separada por un gran jardín y un pequeño estanque. Sobre el agua un hermoso puente de madera tallada servía de acceso.

Aquel lugar era parte del castillo, pero era como un lugar privado y maravilloso escondido y protegido por el resto del palacio. Inuyasha continuó detrás de Folken y se detuvo a medio cruzar el puente. Por un instante al contemplar el paisaje frente a sus ojos, el cerezo que dominaba el jardín le pareció una versión más pequeña del árbol sagrado y eso lo lleno de tranquilidad.

El edificio después del puente era de igual construcción que el resto del palacio y se apreciaba que era un lugar amplio y tranquilo. Abrumado por una sensación extraña Inuyasha no decía nada, sujetaba la mano de su mujer con fuerza. Kagome fue la primera en decir algo, era obvio que su esposo estaba emocionado y ella deseaba saber donde estaban.

"Folken-sama donde estamos?"

"El ala sur, fue construida para la madre y el padre de Inuyasha como una especie de sitio de descanso!"

Kagome se volvió a mirar a Inuyasha, tenía una extraña expresión, una mezcla de asombro y nostalgia y recorría el lugar con los ojos muy abiertos. A empujones le dijo a Kagome que ahí había pasado mucho tiempo en compañía de su madre que amaba la sombra de los árboles y la quietud del agua.

Emocionado como un niño Inuyasha atravesó el jardín a pasos agigantados, arrastrando a Kagome con él y diciéndole que se apurara. Al llegar a la casa, un emocionado hanyou abrió la puerta de golpe. Dentro todo estaba impecable, totalmente dispuesto, como esperando llenarse de vida otra vez.

El lugar estaba adornado con abundantes flores. Las paredes estaban adornadas con exquisitos dibujos de paisajes y jardines. Eran dibujos con colores vivos y de un trazo fino y delicado. En una de las paredes había un retrato de una hermosa mujer con un majestuoso perro blanco a su lado.

Al verlo Inuyasha se detuvo sobre sus pasos y su mirada tomó un extraño brillo al tiempo que las lagrimas se acumulaban en sus ojos. Kagome no tuvo que preguntar quien era aquella mujer. El rostro del hanyou mostraba tal nostalgia y felicidad que lo único que pudo hacer, fue acercarse a él para estrechar su mano con mucho amor.

Desde la puerta, Folken los observaba en silencio totalmente complacido. Meses atrás Rin y él habían abierto aquel lugar con la esperanza de que Inuyasha visitara el castillo y pudiera disfrutar de la casa de su infancia.

"Que bella era, ya veo porque eres tan hermoso!"

"..."

Volviéndose hacia Folken Kagome se inclinó con una reverencia para agradecer aquel gesto tan maravilloso. Estar en ese lugar parecía despertar una faceta de Inuyasha que ella nunca había visto.

"Kagome-sama esta parte de la casa le pertenece al Amo y a su familia, esos eran los deseos de la señora!"

"En serio? Tu crees que podamos dormir aquí?"

"Claro. Ahora dígame si les apetece un baño y enviaré a alguien para que se los prepare. Ustedes también necesitan descansar!"

"Un baño...aahh eso suena maravilloso, muchas gracias!"

"Es un placer, ahora me retiro iré a ver a la princesa. Kagome-sama en el dormitorio encontrará algunos kimonos para usted en caso de que desee cambiarse!"

Kagome le sonrío dulcemente, se sentía tan a gusto en aquel lugar a pesar de las circunstancias. Internamente deseaba poder quedarse ahí por una larga temporada, lo suficiente para poder traer a los pequeños y disfrutarlo con ellos.

Folken los miraba con una expresión que le iluminaba el rostro. Al ver a Inuyasha y Kagome juntos suspiraba deseando ver de la misma forma a Sesshoumaru y Rin, por el momento se conformó con disfrutar de aquel romántico y emotivo momento que lograba iluminar aquellos días de incertidumbre y espera.

Abrazando a Kagome por la cintura, Inuyasha le dió un tierno beso en la mejilla antes de dirigirse al youkai.

"Folken-sama te lo agradezco mucho"

"No Amo, al contrario gracias a usted por ayudarla. Ella no se equivoca al decir que además de poderoso tiene un gran corazón!"

Inuyasha no dijo nada, se sentía abrumado y deseaba quedarse ahí para disfrutar de los recuerdos que estar ahí despertaba en su interior. Complacido el youkai giró sobre sus talones y abandonó la habitación sin hacer ruido.

///////

Era un día soleado y afuera se oían los ruidos de los habitantes del castillo en plena actividad. Miroku e Inuyasha terminaban con el suculento almuerzo sentados de espaldas a Rin. Kagome estaba concentrada cambiando las vendas de su amiga vistiendo un kimono color rosa pálido adornado con hojas verdes. El semblante de Rin continuaba sin cambio alguno, seguía igual de pálida.

Al otro lado del cuarto se hallaba Jaken, arrodillado junto a su amo. El pequeño youkai estaba desolado, ya habían pasado seis días desde aquel horrible día de la muerte de Sokoe, y su Amo bonito aún no despertaba.

Incapaz de controlar su desesperación e incertidumbre el demonio comenzó a hablarle a su amo para desahogarse.

"Amo Sesshoumaru, por favor despierte. Acaso piensa dejarme solo? Amo se lo suplico tiene que despertar, esa mujer no puede haber ganado no puede, usted es muy fuerte" - Jaken hablaba con la voz quebrada, aferrándose a las ropas de príncipe. Inútilmente esperó ver alguna reacción del youkai pero al contemplar el impávido rostro dejo caer la cabeza para esconder sus incipientes lágrimas.

De pronto rompiendo el silencio de la habitación la voz grave y serena de Sesshoumaru se escuchó claramente.

"Pero que haces sapo tonto? Acaso estás llorando?"

Todos se quedaron muy quietos, como dudando si lo que acaban de escuchar era real. A Jaken se le llenaron los ojos de lágrimas al instante, pero se contuvo restregándose los ojos y sonriendo.

Inuyasha, Miroku y Kagome miraban a Sesshoumaru con los ojos muy abiertos, completamente a la expectativa. Era difícil de predecir que iba a decir o hacer una vez que averiguara que su pareja de sangre pura estaba en compañía de los muertos.

Sesshoumaru estaba sentado sobre le futon y su rostro no mostraba ninguna señal de enfermedad, cansancio o descontrol alguno. El hanyou lo miraba incrédulo, su hermano se frotaba las heridas de su rostro como si no les diera importancia alguna. Consciente de la insistente mirada de su fiel sirviente, Sesshoumaru volvió a ver a Jaken. Su voz tan seca como siempre.

"Estoy bien, ya quita esa ridícula expresión!"

"...lo que usted diga Amo bonito. Que felicidad que haya despertado!"

El youkai resopló levemente con el despliegue de fidelidad y cariño del demonio para luego concentrarse en su hermano y los demás, pero la expresión de Sesshoumaru era sombría y se frotaba las heridas del pecho distraído.

Inuyasha, Miroku y Kagome lo miraban ansiosos. El hanyou lo observaba con una mano en la empuñadura de su espada intranquilo por la actitud de Sesshoumaru. El youkai se movió hasta estar frente a ellos, su cara estaba ensombrecida por la confusión y no decía nada, solo estaba de pie viéndolos. Instintivamente Miroku, Inuyasha y Kagome se interpusieron entre Rin y el youkai.

"Oy! que demonios les pasa, que esconden?"

Ninguno de los 3 dijo nada, el tono en la voz del youkai dejaba ver que la pregunta era sincera. Sin parpadear Inuyasha apretó aún más a Colmillo de Acero.

"Y bien contéstame infeliz!"

"Amo...??"

"Que quieres Jaken?"

"Acaso no recuerda nada?"

"...recordar?"

El pequeño demonio y los demás palidecieron al escuchar el genuino desconcierto del youkai. Al contemplar el semblante de todos a su alrededor, Sesshoumaru comprendió que algo sucedía.

"Jaken que debo recordar?"

"Amo..."

En ese instante Sesshoumaru pareció reaccionar y buscó la presencia de Sokoe pero el aire lo inundaba un olor a sangre y hierbas medicinales. Se volvió a ver a su hermano y los demás y trató de comprender que era lo que no recordaba.

"Donde está Sokoe y que hacen ustedes aquí?"

Con un tono despreocupado e irritante Inuyasha fue el vocero de los demás.

"Few! Esa tal Sokoe tu supuesta esposa trató de matarte...pero yo me encargue de ella!"

"QUE DIJISTE INFELIZ GRRRR CON QUE DERECHO MALNACIDO?"

El único que no se inmuto con los gritos de su hermano fue Inuyasha, era obvio que la noticia lo había afectado pero el sabía que a su hermano lo que realmente lo tenía molesto era no recordar nada. Se quedó de pie observando a su hermano mientras el youkai luchaba contra la amnesia.

Pasaron los minutos y Kagome se movía nerviosa al ver el ambiente cargado que se estaba formando entre los hermanos. Alargó la mano en busca de su arco y flechas en el instante que percibió que la energía de Sesshoumaru formaba un resplandor rojo a su alrededor.

"Inuyasha!"

"Maldito infeliz que planeas hacer, no voy a permitir que...!"

"CALLATE MALDITO HIBRIDO, ACABARE CONTIGO AHORA MISMO!!!"

Inuyasha estaba a un segundo de desenfundar a colmillo de acero pero la voz de Folken los detuvo, el viejo youkai estaba de pie en el umbral de la puerta con los ojos como dos calderos y de él emanaba un resplandor dorado.

Asustada Kagome cubrió a Rin con su cuerpo mientras que Miroku buscaba sus pergaminos dispuesto a pelear.

"BASTA LOS DOS! No permitiré que hagan semejante estupidez cuando su vida pende de un hilo!"

Con una mueca arrogante Sesshoumaru concentró su atención en su sirviente, que era la personificación de la autoridad. Estando de pie trataba de recordar algo, cualquier cosa, pero lo único que recordaba era estar dormido soñando que Rin lo llamaba a gritos para que la ayudara.

"Pende de un hilo? Que no ves que estoy bien!"

"No me refería a usted Príncipe!" - haciendo caso omiso de la mirada escudriñadora de su sirviente Sesshoumaru desvió sus ojos a Kagome que se inclinaba atemorizada sobre un bulto en el suelo.

"Entonces a quien, habla de un maldita vez...que es ese desagradable olor a sangre?"

Al escucharlo Folken se dio cuenta que el príncipe aun sufría los efectos del veneno de Sokoe en su cuerpo y probablemente eso le impedía recordar todo con claridad.

Junto a él Jaken le extrañó que su amo no reconociera el aroma de Rin, pero armándose de valor le dijo con tono pausado que el aroma era de la sangre de su protegida. Sesshoumaru no pudo disfrazar su sorpresa y se llevó la mano a la cabeza como si le doliera. Luego se aproximó hasta Kagome, exasperado por la extraña actitud en su hermano, Inuyasha se interpuso para obstaculizarle el paso.

"Quítate animal!!"

"Porque no reconoces su aroma? Few! No intentes nada infeliz!"

"Que te muevas!"

Inuyasha se movió solo lo suficiente para que pasara. Al estar frente a Rin Sesshoumaru se impresiono, su protegida tenía el brazo derecho, cuello y todo el torso vendado. Su rostro estaba excesivamente pálido y sin expresión. La que una vez fuera una mujer de facciones impecables ahora estaba llena de cortadas, rasguños y desagradables moretones.

El olor de Rin se mezclaba con el de las hierbas y la piel quemada. De pie frente a ella su mente se veía inundada por imágenes fugaces y borrosas que lo confundían, porque no entendía nada de lo que estaba pasando o porque tenía la imagen de Rin con armadura y espada repitiéndose sin cesar en su memoria.

Ver a su protegida de esa forma le dio el sentimiento de desolación más crudo y profundo de toda su vida. Sesshoumaru se llevó la mano a su pecho y cerró los ojos en un intento por apartar la confusión que sentía. Podía percibir la mirada de su hermano y la de Folken como dos ráfagas de hielo.

"Folken...que le pasó?"

"Fue atacada por dos youkais…"

"...dos…youkais…no recuerdo nada!"

"Estaba envenado príncipe. Ahora como se siente bien le pido que me disculpe tengo que ocuparme de ella...Inuyasha guarde su espada por favor!"

Inuyasha guardó a Colmillo de acero a su funda sin quitarle la mirada a su hermano, Sesshoumaru parecía debatirse internamente tratando de recordar por lo que el hanyou salio de la habitación dando un resoplido, convencido que la amnesia de su hermano era real.

Fue Miroku quien le explicó a Sesshoumaru lo que había sucedido.

"Sesshoumaru, tu hermano te dijo la verdad esa mujer quería acabar contigo. Rin lo sabía y por eso ella vino a salvarte. No contamos con que tu esposa te controlaría para que la atacaras...ves la herida de su antebrazo y tiene la espalda…bueno es que la atacaste con tu látigo de luz...la herida del hombro se la hizo la loba...en serio no recuerdas nada?"

Con cada palabra que salía de la boca de Miroku, los fragmentos de una pelea entre Rin y Sokoe brillaban como estrellas en una noche despejada. Sesshoumaru sentía un deseo incontrolable de vomitar por lo que sin decir nada salio de la habitación seguido por Jaken, dejando a todos con un amargo sabor de boca.

Miroku se quedó viendo como el príncipe se alejaba con la preocupación dibujada en el rostro que ahora lucía tan saludable como siempre. El monje solo podía intentar adivinar que pensamientos tendría aquel inconmovible ser en ese momento. En el instante que no lo vio más Miroku se volvió para hablar con Folken.

"Folken-sama porque no recuerda nada?!"

"Miroku esa mujer estuvo envenenándolo durante días, es probable que eso sea lo que le impide recordar con claridad. Démosle tiempo para que asimile todo lo que usted le acaba de contar!"

Sin poder contener su ansiedad y enojo hacia Sesshoumaru, Kagome interrumpió su labor de cambiar las vendas.

"Pero Folken...su actitud hacia Rin me pareció muy hostil es un…arrggg!!"

"Kagome te entiendo pero no lo culpe, el príncipe esta por primera vez en su vida confundido. Solo por precaución la niña no debe quedarse sola hasta estar seguros que él comprende todo como debe ser!"

Entrando por la puerta Inuyasha exteriorizó su aprobación a aquella idea con su acostumbrada ácida forma de hablar. Con la ayuda de Kagome, el mayordomo terminó de reemplazar las vendas, era una desalentadora porque no soportaba ver a su niña en ese estado.

Tomando la cabeza de Rin entre sus manos Folken la hizo tragar la medicina preparada por Kagome. Estaba preocupado por la actitud de su amo y la lenta recuperación de Rin.

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Sesshoumaru caminaba por los pasillos pensativo. Desde ayer no había dejado de pensar en Sokoe y la imagen de Rin inconsciente. Trataba sin mucho éxito de recordar lo que había sucedido pero solo lograba ver destellos de cosas. Junto a él, Jaken guardaba silencio.

"Jaken!"

"Si amo bonito?!"

"Es verdad... todo lo que el monje dijo?"

"Si amo, Sokoe-sama era mala quería lastimarlo pero vino la chiquilla con Inuyasha y los demás para salvarnos. Nunca pude imaginar que ella fuera tan fuerte y ágil!"

"Ya veo…me cuesta tanto recordar!"

"Amo la señora Sokoe lo engañó, ella siempre me dio miedo, era muy extraña. Folken trató de proteger a Rin pero ella se dio cuenta y lo encerró en la bodega con Kali"

"Proteger a Rin porque?"

"Eso fue lo que dijo Folken-sama…Amo adonde va? No se vaya!"

Pero Sesshoumaru no lo hizo caso, continuó caminando hacia la parte mas alejada del castillo donde había escogido una nueva habitación después de los escombros a los que quedó reducido el cuarto que había compartido con Sokoe.

Jaken no lo siguió, comprendía que su amo necesitaba soledad para poder aclarar sus recuerdos. Se quedó de pie observándolo mientras se alejaba. No le dijo nada pero mientras hablaba con él, su amo se había frotado la cabeza con insistencia y el pequeño demonio suponía que era el reflejo de su temporal amnesia.

**Amo bonito, tiene que recordar, la chiquilla vino a salvarlo, ella lo quiere mas que a su vida…Amo Sesshoumaru abra los ojos!!!**

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Al llegar a la habitación dio tres pasos y se quedó de pie como meditando y admirando su cuarto. Era una habitación amplia y todas sus cosas estaban arregladas como si ese hubiera sido su cuarto toda la vida.

Parecía como si Sokoe nunca hubiera estado con él, al recorrer el recinto con la mirada, reconoció en una esquina una caja de madera, un baúl grande tallado con flores, espadas y espinas. Torció la boca en una sonrisa porque en aquel baúl, que le había dejado su madre, él guardaba todos los `regalos' que Rin le había dado desde pequeña.

El baúl estaba lleno de pétalos de flores secas, dibujos y varios kimonos que Rin ya no usaba y eran según el youkai, con los que ella se veía mas linda. Todos esos kimonos guardaban su delicado aroma y la dulzura de su esencia.

No se atrevió a abrir el baúl pero secretamente estaba feliz de que estuviera intacto. Luego se sentó en el piso y cerró los ojos, todas las palabras de su sirviente formaban un remolino de confusión en su cabeza. No había razón alguna para que Jaken o los demás, incluido su hermano, le mintieran.

Lo que lo atormentaba era que lo único que veía eran destellos e imágenes fugaces de Rin mezcladas con Sokoe. En un rincón de su mente le parecía recordar a alguien suplicar, pero era un recuerdo tan vago que le era imposible retenerlo suficiente para saber exactamente de quien era la voz.

**…maldita sea porque demonios no puedo recordar que pasó? Y quisiera saber que quería Sokoe con ella. Esas heridas…su cara la última vez que la vi en ese estado fue cuando…era tan pequeña y frágil. Pero…necesito saber como logró sobrevivir a `mis' ataques y los de Sokoe…tal vez si averiguo todo eso los recuerdos sean mas claros**

Ligeramente abatido se quedó donde estaba y decidió concentrarse en algo mas que su presente estado. Dispuesto a liberarse de aquella falta de memoria Sesshoumaru se acomodó mejor en el piso y cerró los ojos tratando de desenterrar los recuerdos de su difunta madre.

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Folken estaba arrodillado junto a Rin. La princesa mantenía los ojos cerrados y no paraba de temblar, al ver que ella movía la mano, tratando de levantarse, el youkai la sujetó con firmeza.

"Rin aquí estoy, resiste por favor mi niña..!"

"Folken ayúdame, te lo suplico!"

La voz de Rin apenas se escuchó y estaba oscurecida por el miedo, como Folken estaba inclinado sobre ella para poder escucharla, no vio que Rin tenía los ojos abiertos. El sobresalto de Kagome lo hizo reaccionar.

"Ahh! Folken…que le pasa que tienen sus ojos?"

Al verla Folken no supo que pensar, los ojos de Rin estaban completamente rojos, con horror vio como junto con ese cambio la herida del hombro de Rin comenzaba a teñirse con la sangre que parecía brotar con voluntad propia. Los vendajes se tiñeron tan rápido que pronto su ropa también estaba manchada y el cuerpo de Rin era violentamente azotado por un temblor que le cortaba las palabras.

"Fol-ken…ayu-d-da-me…So-soko-e!!"

"QUE??? Sokoe, que pasa Rin?"

Haciendo un esfuerzo enorme y ante la mirada estupefacta de todos Rin movió sus dedos, como tratando de alcanzar a Folken. Sin dudarlo el acongojado youkai acortó la distancia, en el momento que los dedos lo rozaron la presencia de Sokoe fue como una llamarada que le quemaba las entrañas.

"Demonio!!!" - aquel grito tomó a todos por sorpresa y al sonido de la voz cavernosa de Folken, Kagome gritó exaltada y se aferró a Inuyasha. Todo fue como un destello y tan rápido como sucedió, así mismo Rin pudo cerrar sus ojos verdes y dejar de temblar desmayándose en brazos de su padre youkai que la acostó con suavidad en el futón, acarició su frente y la besó con suavidad antes de hablar.

"Kagome-sama podrías cambiarle las vendas…!"

"Ah?...c-claro!" - sin atreverse a decir nada por la expresión de Folken, la miko se concentró en quitar las vendas manchadas de sangre. Detrás de ella Inuyasha simplemente explotó.

"Maldita sea Anciano! Habla de una maldita vez que le pasa a la tonta de Rin, esa mujer esta muerta porque la nombró?!!"

El viejo dudó un segundo tratando de buscar las palabras adecuadas para contestarle a Inuyasha.

"…parte de las almas de Sokoe están el cuerpo de Rin…pude sentir su presencia cuando ella me tocó, tenemos que…!"

"Few! Eso no lo tienes ni que decir anciano, no vinimos hasta aquí y soportó todo lo que el infeliz le hizo, para que ahora la muy tonta se vaya a morir!!"

Folken, Miroku y Kagome se quedaron viendo al hanyou con una sonrisa, la forma de expresar su preocupación y afecto era única y conmovedora. Una vez mas Rin tenía las vendas limpias y reposaba tranquila.

Kagome, Inuyasha y Miroku se despidieron de Folken cuando el les pidió que fueran a comer algo y de paso descansar. Ninguno se opuso, una sabrosa comida y quizás un baño sin duda les ayudaría a relajarse para poder ayudar a Rin a liberarse de las almas de Sokoe lo más pronto posible.

Fuera de la habitación y escondido por las sombras del atardecer que bañaba el castillo Jaken que había escuchado todo, tomó su báculo y empezó a caminar para hablar con su amo.

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Cuando Jaken asomó la cabeza por la puerta vio a Sesshoumaru con los ojos muy abiertos y visiblemente afectado y molesto; al verlo y por la expresión de su fiel sirviente, supuso que lo que había sentido era muy real.

Mientras recordaba a su madre la presencia de Sokoe lo hizo reaccionar, podía percibir la esencia de su esposa en algún lugar del castillo. Supo que era Sokoe pero no como él la conocía, sino llena de odio y rencor y con un solo propósito…acabar con Rin.

Concentrándose en Jaken le dijo que se acercara.

"Vienes a decirme algo, que quieres?"

"Amo…las almas de Sokoe están dentro de Rin, creo que puede morir!"

"…"

"Amo no va a hacer nada? Tiene que ayudarla!"

"Como te atreves a hablarme en ese tono Jaken acaso olvidas que soy tu amo?"

Jaken no le quitó la mirada a su amo y apretando el báculo entre sus manos tomo fuerzas para decirle las palabras que le se amontonaban en su pecho. Estaba preocupado por su amiga y en su desesperación no controlaba sus emociones frente a su amo.

"…Amo…siempre lo he seguido pero es que ella…ella esta muy mal y yo no quiero que le pase nada malo, discúlpeme la insolencia se lo ruego, yo solo quería que lo supiera…"

Sesshoumaru no apartó la mirada del pequeño demonio, que nunca acostumbraba comportarse de esa forma. Comprendió que la preocupación era sincera y cuando Jaken salió del cuarto abatido, supuso que era lo mejor.

**Tranquilo mi fiel Jaken no tengo pensado dejar que nadie, ni siquiera las almas de mi esposa, lastime a MI pequeña…**

Cerro los ojos y repasó una vez lo poco que recordaba de lo que había sucedido. No importaba que fueran destellos y no imágenes completas, era claro quien lo apreciaba y quien no. En su interior un sentimiento de abandono le oprimió el corazón.

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Después de haberla visto con los ojos rojos y temblando ninguno de los tres quería dejarla sola. Miroku dormitaba de espaldas a la pared. Kagome estaba en un futón junto a Rin mientras que Inuyasha reposaba vigilando a las dos.

Sesshoumaru entró al cuarto sin hacer ruido, estaba consciente que tanto Inuyasha como Miroku pretendían dormir esperando ver que se traía él entre manos.

Estuvo frente a ella la miró un instante y se arrodilló estirando la mano para tocarla, no había alargado su mano completamente cuando el gruñido de Inuyasha lo detuvo.

"Grrr! Que haces infeliz no la toques!"

"No pretendo lastimarla solo quiero comprobar un cosa!"

"…comprobar…que disparates estas diciendo…!"

La voz que se escuchó después sonaba a Rin pero no era ella.

"Maldito traidor!!!"

Los dos hermanos y Miroku se quedaron inmóviles, Rin estaba sentada en el futon con los ojos abiertos y el rojo era tan intenso que parecía brillar en la noche. Lentamente el vendaje que hasta hacía un momento era como un capullo de algodón estaba escarlata.

Con un rápido movimiento Inuyasha atrajo a su esposa con todo y futón hacia él para protegerla, con un ademán Sesshoumaru les pidió que se apartaran, Inuyasha iba a protestar pero Miroku lo detuvo con un `déjalo, él sabe lo que hace"

"Trataste de matarme…y te aprovechas de su debilidad por ser humana!"

"Debilidad? Ha! Esta mocosa es mas resistente que todos los mounstros que he devorado pero la mataré, acabare con ella a como de lugar!"

Miroku, Inuyasha y una somnolienta Kagome observaban la escena como petrificados sin saber que era lo que quería hacer Sesshoumaru. Lo vieron acercarse a Rin con un gruñido grave y amenazador entre dientes.

"Grrr!!! Nadie puede lastimarla porque ella es Mi protegida!"

Al instante la voz de su protegida se escuchó como una desgarradora súplica.

"Amo ayúdeme por favor!!"

En ese momento el cuerpo de Rin se movió para abalanzarse sobre Sesshoumaru pero se le adelantó sujetándola por la cintura y clavando dos de sus garras en el hombro de Rin, al instante su protegida colapsó en sus brazos. Sesshoumaru la observó un instante y con delicadeza y con un vacío en el estómago la acostó nuevamente.

"Dormirá hasta mañana…lo que le hice le dolió pero fue por su propio bien!"

Kagome se volvió a ver a su esposo, Inuyasha tenía la quijada abierta a todo lo que daba y Miroku respiraba aliviado. Un jadeante Folken estaba en el umbral contemplando la escena, junto a él Jaken asomaba su cabeza con ganas de llorar al ver que su Amo no lo había defraudado.

"Gracias Sesshoumaru…ahem tu sabías que las almas de Sokoe estaban dentro de Rin?"

"Algo así Kagome…y no me des las gracias, es mi deber ella es mi protegida!"

"Ah claro!"

El youkai se puso de pie con su acostumbrada gracia y salió de la habitación dejando a todos pasmados. Al atravesar la puerta vio de reojo a Jaken y el demonio le hizo una reverencia. Aquel gesto le reafirmó la noción de que jamás encontraría sirviente mas fiel que aquel ser verde y diminuto.

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Al salir de la habitación se sintió satisfecho, giró sobre sus talones en dirección a su cuarto, cuando Folken lo detuvo.

"Príncipe?"

"Dime Folken-sama?"

"Recordó todo?"

"No es necesario…las almas de esa mujer no la dejan sanar!"

"Que tiene pensado hacer Amo?"

"Solo confía en mí Anciano!"

"Hai!"

El viejo youkai lo observó caminar despacio con una actitud distinta y muy serena, tan relajado que más bien parecía flotar.

**Muy bien jovencito ahora si se comporta como el príncipe que es…ja ja va a necesitar de toda su calma y encantos para cuando ella despierte…tendrá que ganarse su confianza otra vez y eso será digno de verse! ***

El youkai soltó una risita porque estaba seguro que su Amo no había tomado en cuenta que cuando Rin despertara probablemente estaría molesta. La pequeña era una mujer enamorada que se sentía traicionada y Sesshoumaru no había sido capaz de darse cuenta de los sentimientos de Rin; ingenuamente todavía la consideraba como su protegida más que como a su pareja ideal.

/////

Listo que les pareció? Cuénteme si!

Diosa del Viento y su pandilla: Gracias por su amistad que es un preciado tesoro que deseo conservar hasta el fin de mis días.

Chispita: Espero que el dolor que ahora sientes con el pasar de los días sea menos. Tú eres fuerte y confío en que a pesar de todo lo que ahora te está pasando no pierdas esa maravillosa y contagiosa alegría de vivir.

Nelly: Que puedo decir? Ultra wow! Eres mi ángel del fanart y que leas mis fics es un honor **Diosito por favor consérvala intacta, en especial sus maravillosas manitas**

K: Gracias por todo el cariño y apoyo incondicional, ya sabes tengo que estar a la altura para no defraudar ~.-

Adri: Capitulo interminable como a ti te gustan ^^

SeikaDragon: Gracias por tus mails tan inspiradores y detallados =) me encantan.

Jorge: Eres único y un amigo maravilloso a pesar de la distancia Gracias por todos tus detalles uber fantastic!!!

A todos los que leen mis fics y son tan amables para mandarme review se los agradezco de todo corazón. Por ustedes me siento muy satisfecha de dedicarle tantas horas a este fic.

Pronto tendrán lemon es una promesa…sino me linchan ^^'