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Capítulo 20
Enfrentando a Sokoe
Jaken usaba toda su fuerza para abrir la puerta, mientras Kirara hacia guardia. Varios de los habitantes del castillo habían tratado de detenerlos en su búsqueda por Folken y Kali pero eran derribados por Kirara sin demasiado esfuerzo. Jaken sospechaba que Kali y su padre estarían en la bodega donde almacenaban víveres.
Efectivamente padre e hija eran prisioneros dentro de la oscura bodega. Sokoe los había encerrado ahí utilizando a la pequeña como carnada para atrapar a Folken. Aquella youkai tenía un fuerte poder mental que le permitía controlar a todos a su alrededor, pero no a Folken que gracias a sus maravillosos poderes había logrado permanecer inmune.
Sokoe pertenecía a una raza de lobos youkai expertos en veneno y con el poder para controlar mentalmente a las personas. Ese veneno era el que mantenía inmóvil e inconsciente a Sesshoumaru, matándolo con lentitud.
"Kali tienes que ser fuerte ya vienen a ayudarnos!"
"En serio?"
"Sí te dije que ella vendría y ya llegó…ahora fortaleza pequeña!"
A la pequeña se le iluminó el rostro en el acto al saber que Rin estaba en el castillo y pronto estarían juntas de nuevo. Fuera de la bodega Jaken continuaba su desesperado intento por liberarlos, usó su báculo pero no tuvo éxito porque la puerta parecía sellada a prueba de todo.
"No puedo liberarlos soy un sapo tonto…"
"No desesperes pequeña bestia, quizás lo que necesitas sea un poco de magia. Si me permites yo puedo ayudarte!"
La voz venía detrás de él y Jaken reconoció de inmediato a Miroku.
"Miroku que bueno que está aquí yo no puedo abrir esta puerta…Kagome-sama!"
"Hola Jaken, pensamos que necesitaban ayuda, nos preocupamos cuando A-UN se presentó en la aldea cubierto de arañazos, ahora está bien pero supusimos que algo malo pasaba. Me puedes decir que sucede, donde están Inuyasha y Rin?"
Jaken suspiró profundamente, Sokoe había intentado matar a A-UN y así evitar que escapara. Ahora estaba tan feliz de ver a sus antiguos enemigos que aquella realidad parecía un sueño. Agotado se hizo a un lado para que Miroku pudiera abrir la puerta mientras le decía a Kagome que Inuyasha y Rin habían ido en busca de Sesshoumaru.
"Bueno ahora saquemos a Folken y a Kali…mmm es magia muy poderosa pero no tanto, creo que fue buena idea haber venido!"
Sonriendo Miroku sacó de sus ropas un par de pergaminos y los colocó sobre la puerta murmurando un conjuro. Casi de inmediato la puerta crujió abriéndose de golpe. Folken y su hija salieron despacio cubriendo sus ojos de la claridad del día.
Kagome se apresuró a recibir a la niña para revisar que estuviera bien, al verla, Kali le sonrió y le dio un abrazo.
"Hola pequeña! Estás bien no tienes ninguna herida?"
"Estoy bien gracias Kagome-sama!"
"Cómo supiste quien soy?"
La youkai le tocó el arco con una mano
"Ja ja ja sooka!"
Acercándose Miroku se arrodilló hasta la niña dominado por la curiosidad.
"Hola, por casualidad sabes quien soy yo?"
"Claro eres el monje Miroku, el esposo de Sango, la exterminadora!"
La pequeña buscó con la mirada a Sango y al no verla se desanimó visiblemente. Miroku y Kagome sonrieron entre sí, era obvio que los relatos de Rin habían causado una gran impresión en la niña.
"Mi esposa se quedó en la aldea, ella está embarazada, pero te prometo que pronto la conocerás!"
"Ah que bueno, gracias por liberarnos estábamos con mucho frío!"
Kagome sacó de su mochila un pedazo de tela para cubrir a Kali y luego la llevó a una esquina, mientras Miroku hablaba con Folken. El youkai les contó que Sokoe había estado envenenando a Sesshoumaru por semanas y sobre su poder mental.
"Controla la mente de sus presas?"
"Exacto como lo supo excelencia?"
"Pues no estaba seguro… pero supuse que así era por los sueños de Rin, era muy extraño la forma como parecía perder el control sobre sí misma. Además el cambio en su aura. Aquel resplandor dorado era tus energías protegiendo a Rin"
"…Muy bien Excelencia no estaba seguro si mis poderes la protegerían!"
"Fue lo que la salvó de los ataques de Sokoe, nunca había visto algo como eso!"
"Miroku-sama soy un youkai muy viejo, he visto y conocido muchas cosas maravillosas. Hace tiempo proteger a un ser humano no era tan extraño. Ahora lo importante es salvar a la princesa y al amo Sesshoumaru. Hay que neutralizar la magia de Sokoe!"
"Y cuando dices neutralizar te refieres a que la magia debe dejar de existir!"
"Exacto, el poder de esa loba es la causa de su odio por la princesa!"
"Ah? Que exactamente quieres decir Folken?"
Folken se volvió a ver a Kagome con una sonrisa, estaba seguro que la miko comprendía a la perfección pero adivinaba que deseaba algún tipo de confirmación.
"Mi estimada Kagome por mas que él diga que no mi amo no puede disfrazar sus verdaderos sentimientos. Estoy convencido que la loba vió demasiados recuerdos de una sola mujer como para sentirse feliz y por eso la odia. Es muy peligrosa!"
Justo en ese momento llegaba Shippou, les dijo que no había encontrado a nadie más y todos los habitantes del castillo estaban reunidos en la cocina. Lo más importante era que había percibido el aroma de Inuyasha y Rin en la parte alta del Castillo.
"Entonces debemos ir a buscarla!" - Al hablar Folken hacía sonar sus nudillos y gruñía enfurecido - "No le voy a perdonar haber utilizado a mi Kali para dominarme, tampoco que quiera hacerle daño a la princesa"
Todos se quedaron en silencio sin atreverse a contradecirlo, Folken estaba furioso y era claro que no estaba dispuesto a permitir que la youkai ganara aquella batalla.
"Jaken!"
"Si?"
"Por favor asegúrate que nada malo le pase a Kali!"
"Lo que tu digas honorable Folken!"
"Pero Papá…!"
"Kali no quiero lágrimas ni discusiones, te quedarás con Jaken mientras acabamos con la peste que ensucia el castillo te quedó claro?"
"Si..!"
Se despidieron con un fuerte abrazo y un beso, luego se encaminaron hacía el otro extremo del castillo. Kali y Jaken se quedaron muy junto uno del otro decididos a cumplir la promesa de no estorbar y salir hasta que los fueran a buscar. Tan pronto como los demás se perdieron por el corredor corrieron a buscar refugio en la parte alta del castillo.
Iban caminando en silencio, Kagome estaba a punto de decir algo cuando los gritos su esposo y el olor a veneno la obligaron a concentrarse.
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Rin estaba de pie dentro de la habitación, cuando la energía se cerró detrás de ella ahogando los gritos de Inuyasha, su corazón empezó a latir presa del miedo.
Dentro del cuarto el aire era pesado y el aroma a veneno impregnaba todo. Podía sentir la presencia de alguien detrás suyo, pero sus ojos estaban fijos en la figura de Sesshoumaru frente a ella. Su Amo estaba pálido y parecía que no hubiera comido en semanas.
Se acercó hasta él arrodillándose a su lado, en su pecho tenía 2 heridas poco profundas y estaba cubierto de un resplandor púrpura. Enfurecida por ver a su Amo herido y completamente inconsciente Rin se volvió para buscar a Sokoe y exigirle una explicación.
"MALDITA!! Que le has hecho sal de donde estés!!!"
"Ha! No tienes ningún derecho `YO' soy su mujer tu no eres más que una humana débil y repulsiva!!"
Sokoe caminaba despacio hacia Rin, al verla un escalofrío le subió por la espalda pero sentía la sangre arder en sus venas con el recordatorio de que una youkai y no ella era la mujer de Sesshoumaru.
Aquella youkai lobo era hermosa y soberbia y eso encolerizó más a Rin porque la hacía sentir insignificante. No pudo ignorar el gran dolor reflejado en su rostro.
"Grr! No voy a permitir que lo lastimes más, porque demonios haces esto. Que te ha hecho?"
Sokoe torció la boca y con una amarga sonrisa pronunció palabras que Rin jamás hubiera imaginado.
"Ja ja ja Que me ha hecho??...traición, mentiras y desamor. No lo perdonaré tiene que pagar con su preciada sangre pura, es un estúpido pensando que me engañaría…!"
"De que demonios hablas? Estás loca o que? El te escogió acaso no lo amas?"
"Que despreciable, me das asco como puedo amar a este youkai que esconde sus verdaderos sentimientos es un maldito cobarde!"
"BASTA!! No lo insultes miserable, no sé que rayos te pasa, estás hablando puras tonterías. Tendrás que matarnos a todos antes de volver a herirlo"
"Ha! no hay problema!!"
Dio un vistazo a la puerta de la habitación apenas si se veía un punto rojo a través de la barrera de energía y Rin supuso que en cualquier momento iba a ceder bajo el poder de Inuyasha.
Sokoe se lanzó sobre Rin pero el filo de la espada contra su cuello la detuvo en seco. La loba apenas podía creer que una humana se atreviera a desafiarla.
"Cómo te atreves maldita?"
"Sino quieres que rebane tu apestoso cuello aléjate de nosotros!"
"Tienes agallas, eres muy fuerte para ser humana pero igual voy a acabar contigo!"
En ese momento Rin pudo escuchar claramente la voz de Inuyasha mientras vociferaba su viento cortante. La energía que las cubría se desvaneció y la puerta de la habitación salió volando por los aires. Sin saber que hacer Sokoe se apartó de Rin dando tres pasos hacia atrás, mientras gruñía furiosa por no haber podido herirla.
De pie en el umbral de la habitación estaba Inuyasha espada en mano, buscando desesperadamente a Rin con la mirada.
"Rin estás bien?"
"Hai! Pero debemos sacar a tu hermano de aquí..!"
"Few! No es necesario que me lo digas…y tu maldita loba MORIRAS EN ESTE LUGAR!"
Al ver a Inuyasha Sokoe se sorprendió porque no esperaba encontrarse con un adversario como el hanyou, pero a pesar de su asombro estaba decidida a cumplir con su deseo de ver a Sesshoumaru y Rin muertos. Adoptando una actitud arrogante y despreocupada la loba fijo su atención en Inuyasha.
"Si me matas tu hermano no sobrevivirá…por mí está bien solo apártate para que pueda despedazar a la basura humana con mis garras…!"
"Few mira quien habla de basura, hablas demasiado demonio, que no se te ocurra tocar a Rin o te juro que lo pagaras muy caro!"
Aprovechando la distracción que Inuyasha le daba, Rin se inclinó sobre Sesshoumaru tratando de reanimarlo sin ningún éxito, resignada Rin cerró el kimono sobre el pecho de Sesshoumaru bajando su vista hasta su cintura.
Dejó escapar un suspiro al ver que Sesshoumaru no tenía sus espadas cerca. Dudó un segundo y luego caminó hasta una esquina de la habitación, se arrodilló, aflojó una de las tablas del piso y con mucho cuidado saco las espadas de su amo.
Regresó corriendo y estaba a punto de atar las espadas a la cintura del youkai cuando la loba se lanzó hacia ella en un feroz ataque, lo unico que pudo hacer fue cubrir a su Amo con su cuerpo, en ese momento Inuyasha se atravesó entre Sokoe y Rin blandiendo a Colmillo de Acero.
"No te acerques bestia inmunda!!" - Inuyasha no estaba seguro si al destruir a Sokoe su hermano también moriría por lo no se precipitó en atacar, se contentaba con solo mantener aquella peligrosa mujer apartada de Rin.
"GRRR!! MALDITO HANYOU!!"
Detrás de él Rin se separó de su amo sin advertir que Sokoe hablaba entre dientes. Arrodillada junto a él amarró la espada Tokiyin a la cintura de su amo, estaba a punto de hacer lo mismo con Colmillo Sagrado pero una gran presión en su cuello se lo impedía. Sin que Inuyasha notara lo que sucedía Rin giró buscando la razón por la cual sentía que no podía respirar, con horror descubrió que era Sesshoumaru quien la estrangulaba.
Inuyasha miró a Sokoe que sonreía maliciosamente y en el acto enfocó su atención en Rin. Sus ojos no podía creer la escena frente a él. Su hermano parecía dominado por una extraña fuerza y ahora era claro que los poderes de Sokoe eran más fuertes de lo que habían imaginado.
"Maldita mujer que haces?"
"Acabaré con los dos aunque sea lo último que haga!"
Inuyasha vio como Sesshoumaru se erguía en toda su estatura sin soltar a Rin y cerrando cada vez mas sus garras sobre el débil cuello. La mirada del príncipe era vacía y sin emoción. Bajo el peso de su poderosa garra Rin forcejeaba por liberarse pero el veneno emanaba libremente hasta su rostro, ahogando sus súplicas.
"S-sess-hou-ma-ru…p-por ffa-vor reac-ciona..cough cough!!"
"No te escucha maldita, no escuchará tus patéticas suplicas mientras este bajo mi poder…pero si te resistes tendrás una muerte lenta y eso será maravilloso!"
"Cállate….Sesshoumaru suéltala!!"
Con las palabras de Sokoe dando vueltas en su cabeza y el veneno metiéndosele por los ojos y boca, Rin estaba a punto de perder el conocimiento. Cerró los ojos y como pudo se guardó a Colmillo Sagrado en la cintura y tomó su propia espada. Con grane dificultad y motivada por una enorme furia golpeó a Sesshoumaru con la empuñadura de su espada.
El golpe fue certero, tal y como Folken le había enseñado tanto tiempo atrás, con el impacto los dos cayeron pesadamente en el piso. Tosiendo sobre el pecho del youkai, Rin retiró la garra de su cuello y tambaleándose un poco buscó la compañía y protección de Inuyasha.
"Rin?"
"Cough…estoy bien!!"
Frente a ellos y completamente anonadada de ver a Rin de pie y consciente, Sokoe empezó a murmurar otra vez. Rin e Inuyasha se volvieron a ver al príncipe, estaba de pie y lo que era peor, el destello en sus garras se incrementaba con cada minuto que pasaba.
"Acaba con ellos `esposo mío'!"
Rin le dio una mirada de fuego a Sokoe que hablaba sin quitarle la mirada y provocándola abiertamente. Luego sintió el empujón de Inuyasha al caer el primer latigazo. Rin aún tosía por el veneno pero estaba de pie con el cuello ensangrentado. El látigo luminoso arremetió por segunda vez en su contra, sin tiempo de moverse Rin se protegió el rostro con el brazo. Al hacerlo, su antebrazo quedó atrapado bajo el poderoso ataque.
"RIN!!"
"Estoy bien maldición…no vayas a lastimarlo!"
La fuerza del youkai obligó a Rin a caer de rodillas despidiendo un desagradable olor a piel quemada. Sin pensarlo dos veces y temiendo que si duraba más Sesshoumaru le arrancara el brazo, Inuyasha se lanzó espada en mano desvaneciendo el látigo.
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Al oír el estruendo y percibir el fuerte olor, todos corrieron hacia el cuarto principal. Cuando llegaron a la puerta vieron a Rin de rodillas sosteniéndose el brazo, con Inuyasha a su lado. En el extremo opuesto de la habitación estaba Sokoe y Sesshoumaru. La luz del día iluminaba la habitación por completo y la falta de conciencia del príncipe era visible, haciéndolo parecer un muerto viviente.
Inuyasha gruñó al ver a su esposa en la puerta y ella solo le devolvió una mirada de `ahora no' Sin perder un segundo mas Kagome sacó una flecha y se dispuso a disparar, la flecha no llego a su objetivo porque Inuyasha se movía para escapar del ataque de su hermano.
"CUIDADO!!"
En ese momento Sesshoumaru se abalanzó sobre ellos, Inuyasha tomó a Rin por el brazo y salieron en dirección al patio, ya casi estaban en el otro lado del castillo cuando el látigo de Sesshoumaru alcanzó a Rin por la espalda haciéndola rodar por el suelo.
Debilitada por el golpe, Rin luchaba por incorporarse mientras Inuyasha y los demás observaban paralizados. El látigo caía una y otra vez sobre ella, tanto que la armadura se estaba resquebrajando. Sokoe permanecía de pie junto a Sesshoumaru, en el mismo lugar donde había estado la puerta de la habitación, la youkai sonreía complacida.
Boca abajo Rin luchaba por alcanzar su espada que había quedado a tan solo unos pocos pasos de ella. Por los costados de la armadura asomaban las primeras gotas de sangre. A pesar de la feroz arremetida Rin se movía lentamente hasta que finalmente y alargando los dedos con desesperación logró sujetar su espada.
Como saliendo del trance en que estaban Kagome sacudió la cabeza y dio un grito de impotencia, sacó una flecha y la lanzó. En ese instante Rin lograba incorporarse apoyándose en su espada. El resplandor de la flecha de Kagome pasó silbando muy cerca hasta clavarse en el hombro izquierdo de Sokoe. Inmediatamente la youkai cayó de espaldas gritando de dolor.
Una vez más el látigo cayo sobre Rin, solo que esta vez ella estaba preparada, apoyada en una rodilla y sosteniendo su espada de forma horizontal pudo protegerse del embate. Folken la miraba maravillado porque su hija humana demostraba una fortaleza inagotable y voluntad de hierro.
"RAYOS!!! Sesshoumaru reacciona por favor!!!!"
El youkai no la escuchaba, estaba subyugado al poder de la loba, sin poder distinguir lo que estaba haciendo, Sesshoumaru continuaba haciendo presión tratando de liberar su arma y en el proceso derribar a su `atacante'.
Kagome lanzó una flecha más y a pesar de que Sokoe se retorcía de dolor en el piso, su poder sobre Sesshoumaru no parecía disminuir. Obedeciendo a su instinto de supervivencia la princesa reunió todas sus fuerzas y se movió hacia atrás arrastrando su espada con ella. Al tirar del látigo hizo que Sesshoumaru perdiera el equilibrio lo suficiente como para caer de bruces, el látigo desapareció cuando Sesshoumaru estuvo boca abajo.
Inuyasha se paró entre Sesshoumaru y Sokoe mientras Kirara ayudaba a Rin, que sin perder tiempo corrió hasta él se deshizo de Colmillo Sagrado y la sujetó fuertemente a la cintura del youkai.
"Listo…ya no podrá controlarte!"
Rin no se dio cuenta que Miroku estaba a su lado para ayudarla.
"Estas bien Rin?"
"Miroku-sama que bueno que viniste!"
Shippou se acercó corriendo revisó a Rin y trató de levantar a Sesshoumaru para llevarlo a un lugar seguro, pero se detuvo al sentir el cambio de energía en el ambiente.
Todos se volvieron a ver a Sokoe que había dejado de quejarse provocando un silencio de tumba. Lo que vieron les heló la sangre, aquella mujer llena de dolor y furia estaba transformada a su verdadera forma. Donde minutos antes estuvo retorciéndose de dolor estaba un enorme lobo. Sus ojos eran color violeta intenso, su pelaje gris con negro era largo y sus colmillos goteando espuma le daban una apariencia aterradora.
En aquel momento donde todos la miraba entre aterrados y admirados, el ambiente se silenció por completo, interrumpido solo por el aullido de Sokoe. La youkai buscaba frenéticamente el cuerpo de su esposo. Al verlo se movió en dirección a Shippou, mientras se acercaba al joven youkai, 3 flechas seguidas se clavaron en el costado del mounstro. La bestia ignoró las flechas y continuó hacia su presa, pero el kitsune no se movió de donde estaba.
"Miroku llévate a Rin y a Sesshoumaru de aquí!"
El monje no esperó que Shippou terminara para poner a Sesshoumaru en el lomo de Kirara que lo apartó de la pelea. Rin y Miroku regresaron al lado de Shippou para ayudarlo. Al ver que se llevaban a su esposo Sokoe dudó un momento, pero una bola de fuero la obligó a enfrentarse a Shippou.
"Zorro insignificante como te atreves a desafiarme?!!"
"Humph…mounstro repugnante!"
"Miserable vas a morir!"
"Ha! eso está por verse!"
Shippou se levantó, todo ese tiempo había estado de rodillas como esperando el ataque. De pie se veía hermoso, su abundante cabello naranja ondeaba libremente con el viento. Sus ropas lo hacían verse elegante y en sus ojos había determinación. Su rostro era aún joven y fresco pero al mismo tiempo tenía una expresión de fuerza y experiencia notables.
Cuando Kagome lo vió sin pensarlo se movió
Al verlo Kagome se quedó inmóvil, inmediatamente hizo un intento por correr a su lado, pero Inuyasha la detuvo.
"Matte! Shippou ya no es un niño míralo!!"
Shippou extendió los brazos sobre su cabeza y junto ambas manos, cuando las separó una pared de fuego se formó iluminando todo el lugar. Sokoe retrocedió aullando de dolor, se podían ver sus patas y partes de su cara en llamas, el kitsune había liberado su fuego en el preciso momento que la loba trato de devorarlo.
Aun en llamas la youkai trato de atacar sin resultados, frustrada buscó a Rin con la mirada. La vió de cuclillas en el techo del palacio, ella y Miroku habían saltado hasta ahí para protegerse del fuego. Al ver a Sokoe Rin sonrió.
"Tsk! creo que ella y yo vamos a bailar pero no puedo permitir que trates de ayudarme, menos ahora!"
Sin que Miroku pudiera decir nada Rin le dió un empujón, lanzándolo fuera del techo y lejos de ella. Miroku dio una vuelta antes de caer de pie, desde el piso la miraba conmovido.
"Ten cuidado!"
"Hai!"
Con Kirara detrás Rin tomó su espada y se irguió en toda su estatura. Era un mujer esbelta y elegante. La armadura resquebrajada aun se sostenía sobre su pecho y estaba manchada con la sangre de su cuello marcado por las garras de Sesshoumaru.
El cabello suelto parecía mecerse con la suave brisa del mediodía, dándole una apariencia casi irreal, tenía las mangas hechas jirones y el rostro curtido por la sangre, el polvo y las lagrimas.
En un inesperado cambio de actitud Sokoe se detuvo sobre sus pasos buscando a su esposo, adivinando lo que la loba quería Rin levanto la espada sobre su cabeza y grito a todo lo que daban sus pulmones Todos se quedaron inmóviles al escuchar a Rin vociferar transformada en una completa fiera por la rabia y los celos.
"DEJALO TRANQUILO MALDITA!!!"
La respuesta de Sokoe fue un aullido e inmediatamente se lanzo sobre ella. Muy cerca de ahí Kagome apresuraba a Inuyasha para que fuera a ayudarla.
"En un momento Kagome, ella es muy fuerte!"
Kagome se dio cuenta que su esposo que miraba a Rin con evidente admiración y podía comprenderlo a la perfección, la que en otra época fuera una niña débil e indefensa ahora era la imagen de la determinación y el valor. En comparación a Sokoe no era mas que una humana con una espada y Kagome elevó una plegaria porque comprendía que aquel enfrentamiento seria la prueba máxima de las habilidades y fortaleza de su amiga.
Dando un paso Kirara mostró los colmillos y se lanzó al cuello de la loba protegiendo a Rin. Sokoe se movía desesperada tratando de liberarse de la mordida, finalmente lo consiguió enviando a Kirara lejos de ahí
Rin logró esquivar las embestidas de la loba con agilidad hasta saltar sobre el lomo de la bestia. Con destreza tomó su espada y la clavó con todas sus fuerzas. Al sentir el filo en su cuerpo, la youkai se sacudió violentamente lanzándola por los aires. Con el lomo ensangrentado la youkai trato de acercarse a Rin que yacía en el piso respirando con dificultad.
De pronto las energías de Folken se arremolinaron formando un resplandor dorado a su alrededor y todos pudieron ver como el youkai se transformaba en la gran sombra de los sueños de Rin. Kagome e Inuyasha se apartaron sorprendidos. En un abrir y cerrar de ojos el pájaro estaba protegiendo a Rin con todo su cuerpo.
Sokoe siguió avanzando pero al ver que Folken se elevaba, desvió la mirada hacia arriba solo para experimentar como las garras del ave se clavaban sin piedad en su carne. La imagen era maravillosa y aterradora y quedaría grabada en la mente de los presentes y en la historia, como uno de los encuentros entre youkais mas fieros y sangrientos jamás presenciados.
Folken se elevo otra vez para volver a atacar pero ahora Sokoe le mostraba los colmillos como si quisiera desafiarlo. Al caer sobre ella logro arañar con fuerza una de sus alas obligándolo a retirarse.
Irritada Sokoe dirigió su atención a Rin que sentía su conciencia desvanecerse y de pronto no pudo sostenerse por mas tiempo, dejándose caer pesadamente sobre le pasto. Obviamente con dolor pero negándose a menguar su ataque, Sokoe aprovecho el desmayo de Rin llegar hasta ella y morderla en el hombro.
Con horror Shippou y los demás observaban mientras Sokoe agitaba ferozmente el cuerpo entre sus colmillos, se podía ver la sangre brotar libremente por su cuerpo, que lucia diminuto atrapado en el hocico del animal.
Cuando la youkai sintió que Rin colapsaba bajo sus colmillos la sacudió una vez mas antes de lanzarla por los aires. Rin salio disparada deslizándose por el suelo hasta detenerse completamente inconsciente a gran distancia de la batalla.
Intentando ganar ventaja usando a Sesshoumaru la loba comenzó a recitar algún tipo de conjuro pero esta vez su esposo era inmune protegido por el poder de la espada de su padre. Miroku observo al youkai pero nada sucedió siguió como dormido protegido por el resplandor azul de su espada. Al ver que no lograría dominar a Sesshoumaru la ira de la loba fue aún mayor.
Sokoe trato de avanzar con la intención de rematar a Rin, pero Folken la detuvo, era tan poderoso que con una batida de alas Sokoe perdió ligeramente el equilibrio, sin dejar de mover sus alas y aprovechando el momentáneo descontrol Folken se lanzó sobre la enfurecida bestia, clavó sus garras en su lomo sujetándola, la elevó y luego la lanzó sobre los muros del castillo.
Sin perder de vista la maniobra de Folken, Inuyasha saltó sobre los muros del palacio como una ráfaga escarlata. Cuando la loba rodó por el suelo solo se escucho un 'viento cortante' lo último que aquellos ojos llenos de odio y desamor vieron fue el resplandor dorado que se acercaba para desvanecer su existencia de este mundo y así brindarle descanso eterno.
La youkai aulló de dolor mientras quedaba reducida a un resplandor púrpura que se disipaba en el viento.
Dentro de los muros del castillo y al reaccionar del aparente trauma todos contuvieron la respiración, en el suelo Rin no se movía y la sangre debajo de su cuerpo formaba una gran mancha dando la impresión que ella se ahogaba en un mar rojo.
Junto a ella Kirara trataba inútilmente de revivirla, el primero en llegar hasta ella fue Inuyasha, una vez ahí la tomo en brazos sosteniendo su cabeza con cuidado y hablando con desesperación.
"Oye no te puedes morir tu eres muy fuerte!"
Rin estaba bañada en sangre y el color había abandonado sus mejillas. Se sentía tan fría al tacto que Inuyasha experimento un vació en el estómago, si Rin moría todo iba ser en vano.
Con cuidado la levanto en brazos y camino hasta donde estaban todos los demás. Kagome tenia una expresión horrorizada en el rostro, Miroku tenia los ojos cerrados y Shippou sentía que no podía moverse; el único que se veía en control de sus emociones era el mayordomo del palacio.
"Inuyasha-sama no hay tiempo que perder sígame. Shippou-chan trae a Sesshoumaru, tenemos que curarlos a ambos!"
Folken desvió su atención hacia Miroku, aunque la situación era precaria no podía darse el lujo de prescindir de la ayuda del monje y Kagome.
"Excelencia...voy a necesitar toda la ayuda disponible!"
"Hai!" - Miroku contesto todavía aturdido pero las palabras del youkai lo hicieron reaccionar. Recobrando su acostumbrada compostura le habló a Kagome.
"Kagome-sama...Kagome, por favor ella nos necesita mas que nunca, debes buscar tus hierbas!"
"P-pero su sangre...!"
"Miko-sama Rin necesita de tu compasión pero mas de tus habilidades curativas!"
Al escuchar la forma que Miroku la llamaba, Kagome pareció salir de su trance, lo miro a los ojos con determinación y sin perder mas tiempo se encamino para ir en busca de sus hierbas.
"Tienes razón yo soy una sacerdotisa poderosa la reencarnación de la gran Kykio. No permitiré que ella muera!"
Kagome giro sobre si misma y entro corriendo al palacio con Miroku detrás de ella.
Inuyasha siguió a Folken hasta una de las habitaciones del castillo con el corazón en la mano, sentía nauseas de ver a su amiga en aquel estado donde su vida pendía de un hilo. El olor de la sangre se le metía por los poros aumentando su dolor.
"Inuyasha-sama acueste a la princesa aquí por favor, pondré a hervir agua para limpiar toda la sangre!"
En el piso junto a ella Shippou, ayudado por Kirara, acostaba a Sesshoumaru que parecía dormir placidamente.
Al ponerla sobre el futón Inuyasha pudo ver que la herida de su hombro era una desgarradora mezcla de sangre, piel y tela hecha jirones.
"Folken!!"
La voz de hanyou era una angustiosa súplica. En seguida el viejo mayordomo se apresuró a calmarlo para así poder curar a Rin sin interrupciones.
"Inuyasha ella estará bien, es mas fuerte de lo que aparenta!"
"Pero…?"
"Por favor revise a su hermano él estará bien en poco tiempo, preparé un remedio para contrarrestar el veneno de esa mujer!"
Kagome se encontraba junto a Folken, al ver a su amiga dejó escapar un sonoro suspiro. Rápidamente se volvió para interceptar a Kali que la seguía junto con Jaken, pero fue demasiado tarde porque la niña ya había visto a Rin.
"Aaaahhhh! RIN!!!"
Kagome la sujetó con cariño arrodillándose para estar a su nivel y verla a los ojos.
"Kali escúchame, no te pongas así. Curaremos a Rin pero por favor no llores. Hagamos un trato, que te parece si acompañas a Shippou a ver como están Van y Keiko, puedes quedarte unos días allá. Conocerás a Sango y después regresas. Cuando lo hagas estoy segura que verás a Rin mucho mejor!"
La pequeña se limpiaba las lágrimas gimoteando, pero el panorama que le ofrecía Kagome era tentador y con la idea de conocer finalmente a Van y a Keiko finalmente sonrió.
"Entonces cuando vuelva ya va a estar despierta?"
"Hai!"
Detrás de Kali Shippou se acercó y la condujo fuera de la habitación hablándole con suavidad.
"Hola!! Ven conmigo necesito tu ayuda para curar las heridas de Kirara y después cuando descanse un poco nos iremos a la aldea. Rin siempre nos habla mucho de ti y de lo linda que eres, ya veo que no estaba equivocada!"
A Kali se le iluminó el rostro con las palabras de Shippou y discretamente la había sacado por completo de la habitación. Dejando a su querida Rin a los cuidados de su padre y Kagome.
Inuyasha, Miroku se quedaron fuera de la habitación en silencio, viendo como Shippou se alejaba con Kali de la mano para distraerla. Junto a ellos y completamente abatido un demonio sapo reposaba en espera de noticias de su Amo bonito y la `chiquilla tonta'.
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Hey!! Lo termine…pensé que nunca lo iba a lograr es taannn largo que creo que me quemé algunas neuronas. Cuéntenme que les pareció ^.^