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Capítulo 19

De regreso al castillo

Los dos estaban a la sombra de un árbol descansando. Abrazada a Van se podía olvidar de que su dolor físico y emocional pero eso era solo un escape temporal, sabía que tenía que ir al castillo, aunque presentía que eso le iba arrebatar su existencia.

**Si él está en peligro probablemente yo no pueda salvarme de esa presencia maligna…me duele mucho y eso que estamos a 3 días de distancia cuando llegue al castillo…bueno no importa con tal de que él esté sano y salvo, además estoy segura que para Inuyasha no será problema…**

Junto a ella, Van la sacudía con suavidad tratando de descifrar los pensamientos de su amiga.

"En que piensas Rin?"

"…en que haría yo sin ti, como logro tener esta suerte?"

"Ay Rin mi papá tiene razón eres muy tonta!"

"Hey!!....ja ja ja siiii soy una humana tonta!"

Rin abrazo al pequeño riendo a carcajadas y consciente que a más tardar mañana tendría que regresar al castillo. Disfrutaron del resto del día como si nada malo pasara y para Rin se sintió como su último día de paz y tranquilidad.

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Era de noche y el hanyou estaba sentado contra la pared de la cabaña observando a Rin dormir, sobre su hombro reposaba Colmillo de Acero, en caso de que la energía púrpura decidiera visitarla nuevamente.

Inuyasha repasaba las palabras de Miroku sobre Rin. No podía ser coincidencia que su hermano la hubiera salvado. Probablemente aquella sensibilidad excesiva y la manera como conocía a Sesshoumaru no era casualidad.

Con todas sus ideas sobre Rin dando espirales en su mente, Inuyasha se preguntó si su hermano sería capaz de ver más allá de su ridícula obsesión de sangre pura pero comprendió con amargura que probablemente ya era demasiado tarde para eso y suspiró tratando de descansar.

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Estaba profundamente dormida, estaba consciente que lo que estaba sucediendo era un sueño, el mismo de siempre. Solo que está vez sentía con mayor lividez el peso de las imágenes formándose frente a ella. Ahora como nunca eran reflejos de claridad y el significado siempre era el mismo, Sesshoumaru estaba sufriendo y con mucho dolor.

Podía verlo como si fuera una imagen real, estaba acostado y la llamaba a gritos pidiendo su ayuda. Era una imagen contradictoria porque aunque su semblante reflejaba paz, su voz era desesperada. Como si una parte del príncipe quisiera liberarse y por eso repetía su nombre continuamente.

Como una corriente de aire vió el castillo rodeado por una gran sombra. Estaba de pie frente a Sesshoumaru y aunque estaba soñando otra vez sentía dolor y presión en su pecho; tan fuerte que la obligaba despertar, pero Rin se negaba, quería ver más de su sueño.

De pronto pudo sentir algo diferente, alguien estaba cerca y ella se escuchó fuerte y claro repetir las mismas palabras 'Déjalo tranquilo'. Como las noches anteriores, Rin no estaba sola el perro blanco enfurecido no la abandonaba, tampoco una sombra enorme que la protegía desde el cielo.

Dormida y con dolor Rin se rehusaba a abandonar su sueño en su afán por ver más allá, pero una voz que reconocía en su interior la obligaba a despertar y entonces se vio a sí misma correr hacia la seguridad de su perro guardián y la enorme sombra.

"Ahhhh!!!" - Rin estaba sentada en su futón con la yukata ligeramente húmeda por el sudor. Respiraba a empujones y se frotaba el pecho tratando de aliviar el molesto dolor que sentía. A su lado Van la miraba aturdido y con lágrimas en los ojos. El pequeño insistía en dormir con ella por si algo malo sucedía.

"Rin otra vez?"

"Si...lo siento Bebé te asusté!"

"No yo estoy bien!"

"Que alivio…Inuyasha puedes sentirlo no es así? Como si algo quisiera entrar en mi cuerpo y convertirme en un montón de huesos"

"Hai!"

Rin tenía la cabeza baja y las gotas de sangre caían sobre su yukata. Van dejó escapar un grito al ver las pequeñas gotas y alertó a su padre que inmediatamente se arrodilló frente a Rin obligándola a levantar el rostro, la sangre venía de su nariz. La joven mujer tenía la mirada vacía y estaba helada, al hablar su voz era suave para apaciguar la desesperación del pequeño.

"No es nada Bebé tienes que esperar aquí con tu madre y tu hermana"

"Pero...."

"Por mí, debo ir ya hablamos de eso!"

"Lo siento enano pero ella tiene razón, quédate aquí yo acompañaré a Rin para asegurarme que nada malo le pase"

"Otosan debes prometerlo, no quiero que nada le suceda"

"La cuidaré mucho hijo" - Inuyasha miraba a su hijo intensamente, aquella desesperación en su voz, el amor que sentía por Rin no dejaban de conmoverlo.

"Van…prometo regresar contigo" - la voz de Rin era tierna y llena de compasión. Miraba al pequeño hanyou con los ojos llenos de lágrimas mientras lo sujetaba con ternura.

"No…si logras salvar a mi tío quédate con él no soporto verte triste..!"

Rin no dijo nada solo dejó que sus lágrimas corrieran mejilla abajo para poder desahogar la angustia que sentía por tener que regresar al castillo.

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Después de despedirse y desearles buena suerte emprendieron el viaje al castillo, ni Miroku ni Kagome estaban demasiado convencidos de no acompañarlos pero cedieron a los deseos de Inuyasha. El quería acabar con todo aquel problema tan pronto como fuera posible y olvidar que Rin sufría por culpa del imbécil de su hermano.

Sobre Kirara, la aparentemente débil e indefensa humana deseaba ser como un relámpago para llegar al castillo y averiguar que era lo que pasaba con Sesshoumaru. Todos se quedaron viéndolos hasta que sólo eran un par de figuras que se alejaban de ellos rápidamente.

A medida que avanzaban por las alturas, Rin sentía el viento en la cara mientras Kirara se movía tan veloz como podía, parecía sentir la urgencia de su jinete por llegar a su destino. Rin la acariciaba distraída, con la mirada fija en el horizonte y una evidente angustia ensombreciéndole el semblante. Todos sus pensamientos y deseos enfocados en la persona más importante para ella, aquel príncipe ciego a sus emociones y que la llamaba a gritos en sueños.

Inuyasha la veía furtivamente, el ya de por sí blanquecino rostro estaba marcado por la preocupación y parecía más pálido a medida que se alejaban de la aldea acortando la distancia con el castillo. El rostro que usualmente era alegre y sonriente estaba serio y visiblemente consumido por la falta de sueño y paz mental. El hanyou adivinaba que Rin pretendía ser fuerte para no preocuparlos, pero él mejor que nadie sabía lo que significaba tratar de contener deseos y sentimientos reprimidos por demasiado tiempo.

La observó un instante antes de volver sus ojos al camino, a su lado viajaba una mujer con armadura al estilo de las antiguas guerras que cubría su pecho y brazos, bajo la armadura llevaba un atuendo que le recordaba mucho a Kykio y pensó que quizás Miroku estaba más acertado de lo que imaginaba. Aquella armadura y ropas la transformaban en alguien diferente y él no estaba seguro de cuan fuerte o débil era en realidad aquella delicada mujer.

Durante el trayecto solo se detuvieron una vez para tomar agua y descansar un rato. Inuyasha comprendía a la perfección que para Rin era imposible conciliar el sueño. Mientras descansaron ninguno de los dos habló, solo esperaban a la luz del día y así llegar al castillo de una vez por todas.

No pasó mucho tiempo para que el castillo fuera visible, Rin tragó saliva sonoramente, el sitio parecía abandonado hacía mucho tiempo y por la forma que Kirara se erizaba bajo sus piernas supo que del lugar emanaba energía maligna.

En el momento de descender y caminar hasta la entrada principal, no tuvieron ningún problema para pasar, puesto que las puertas estaban abiertas de par en par y sin ningún guardia o persona visible. Caminaron hasta el patio principal donde Inuyasha se movía inquieto y Kirara gruñía en desagrado.

Rin estaba muda, agudizando sus sentidos y sosteniendo la empuñadura de su espada con tanta fuerza que los nudillos empezaron a ponerse blancos por el esfuerzo. Estaba asustada y confundida, sus sentimientos por Sesshoumaru eran una extraña mezcla de lealtad, admiración, celos y desesperación. Odiaba admitirlo pero el hecho de saber que él estuviera con alguien más le producía náuseas y rabia.

Sin poder controlarlo recordó que Kagome le había preguntado cuales eras sus sentimientos por su Amo y ella no fue capaz de responderle sin evasivas y sintiéndose incómoda. Consciente de su incapacidad para vocalizar lo que su corazón sentía, Kagome le dijo que probablemente sentía algo muy especial por su salvador.

Guardaba esas palabras en las profundidades de su ser como si quisiera olvidarlas, pero ahora de vuelta en el castillo, aquellos sentimientos se escurrían hasta su espina dorsal haciendo de los latidos de su corazón una molesta distracción. Cerró los ojos para poder concentrarse, confiaba en sus habilidades y ahora más que nunca necesitaba creer en las palabras de Folken, que le decía que ella era especial y muy fuerte.

Con aquella confianza depositada en ella apretó su espada y reafirmó sus pies en el piso al tiempo como para darse valor. Luego desvió la mirada hasta Inuyasha que junto a ella escudriñaba el castillo, el hanyou advirtió sus ojos y adivinando sus pensamientos le sonrió.

"No te preocupes Rin ya verás que todo sale bien, matamos a la mujercita esa y rescatamos al miserable!"

"Ja ja por favor no le digas así, él solo quiere una familia tan hermosa como la tuya!"

"Ya lo sé, pero es un demonio cabeza dura porque lo está haciendo con la mujer equivocada...Maldición!"

Sin dejar de ver el castillo y a Rin Inuyasha esbozó una sonrisa no demasiado satisfecha al ver que ella se sonrojaba completamente al tiempo que fijaba su atención en un punto del piso y jugaba con sus manos nerviosa.

"...ahem! Inuyasha tu crees que él pueda algún día...este… yo estaba pensando..."

"Si dime"

"...no mejor olvídalo si salgo de vida con esto recuérdame mostrarte el ala sur!"

"Ala sur lo recordaré!" - Inuyasha hizo caso omiso de las palabras de salir con vida, él no iba a permitir que a ella le pasara nada.

"Es una promesa, ahora…quisiera saber donde están todos, especialmente Folken, Kali y Jaken?" - Rin estaba distraída viendo en dirección contraria y no vio lo que a Inuyasha lo obligó a tomar la empuñadura de su espada. Volvió inmediatamente la mirada cuando escuchó la irritación en la voz de su amigo.

"Grr!...eso lo averiguaremos pronto ahora dime si reconoces al comité de bienvenida?"

Rin no pudo creer lo que sus ojos veían, frente a ellos cerrándoles el paso estaba un pájaro youkai. Sus plumas rojas reflejaban la luz del medio día. El animal tenía los ojos lívidos como si se los hubieran vaciado, sin embargo, parecía mirarlos fijamente. Tenía las alas extendidas en actitud amenazadora y hacía sonar sus garras contra el suelo.

Al verlo Rin se quedó inmóvil, detrás de ella percibió como Inuyasha sacaba a colmillo de acero dispuesto a matar a su amigo.

"Matte Inuyasha!!!"

"Que dices? No tenemos tiempo para juegos, míralo si no te quitas te atacará!"

"Moru? Me escuchas Moru-san? Soy yo Rin"

"Vete déjanos tranquilos no eres mas que una intrusa!"

Rin fruncía el ceño, ese no era su amigo Moru, el que la llamaba florecita y sabía que estaba enamorada de su amo. Sin quitarle los ojos de encima a su transformado amigo, Rin se llevó la mano al cinturón bajo su armadura en busca de algo.

"Inuyasha no puedes matar a Moru porque está poseído o algo parecido!"

"Pero Rin..!!"

"Yo me encargaré de él no te preocupes!"

"Hai!"

Inuyasha guardó la espada y se hizo a un lado esperando la maniobra de Rin, secretamente deseaba ver exactamente de que era capaz. Al exigirle que la dejara pasar el pájaro batió sus alas con furia tratando de derribarla.

"Largo humana insignificante!!"

"Muy bien no me dejas otra opción amigo!"

Moru volvió a batir las alas pero ella se mantuvo firme y en un abrir y cerrar de ojos se lanzó sobre él como un animal. Ambos rodaron por el suelo mientras Rin forcejeaba tratando de clavar lo que había sacado de sus ropas, aunque él youkai era más grande la habilidad de Rin era evidente, finalmente y luego de usar toda su fuerza contra su amigo logró clavarle la espina en el cuerpo.

En el momento que la espina penetró la piel del animal, se escuchó un agudo grito de dolor. Con sus fuertes patas el youkai empujó a Rin lejos de él, ella rodó por el piso pero se arrodilló y observó con expresión serena. Viendo la escena, Inuyasha se sentía fascinado por la tranquilidad de Rin, irremediablemente le recordaba la manera de pelear de su hermano mayor.

No habían pasado dos minutos y el animal empezó a tambalearse hasta caer de bruces en el suelo. Rin se apresuró a voltearlo para asegurarse que nada le había pasado. Al hacerlo Inuyasha pudo verlo en su forma humana; era tan solo un muchacho un poco mayor que Rin. La escuchó decirle un `gomen nasai!' mientras lo acostaba con cariño en el piso. El joven youkai abrió los ojos fugazmente hablándole a Rin con voz apagada.

"Rin ten cuidado ella esta furiosa!"

"Ssh! No hables!"

Inuyasha se acercó por detrás en silencio viendo como Rin ataba ambas manos y pies de su amigo.

"Rin está bien, que le hiciste, porque lo atas?"

"No quiero que despierte y decida atacarnos otra vez, es solo por si acaso. Dormirá hasta un buen rato, le di una espina de sueño…bueno al menos así les dice Van!"

Al escuchar la explicación de Rin, Inuyasha hizo una cara de asombro pero después hizo una mueca furiosa.

"Few!!...no me digas…esas espinas tienen veneno de cierto cachorrito?"

"Exacto, mezclado con hierbas somníferas no son letales!"

"Humph! Después te voy a preguntar por eso!"

"Hai!"

No era muy difícil saber quien le había facilitado las hierbas somníferas, y en su mente el hanyou hizo una nota mental de armarles un gran alboroto a su mujer y a su pequeño hijo por no decirle nada.

"Que fue lo que te dijo?"

"Que `ella' estaba furiosa!"

"Few! Lobos youkai no sirven para otra cosa que estorbar y adueñarse de lo que es de uno…grrr!"

Rin se quedó viendo a su amigo totalmente sorprendida, Inuyasha hablaba con tal rabia que la hizo reír suavemente, porque comprendió que a Inuyasha los lobos tampoco le traían buenos recuerdos.

"Claro! Inuyasha busquemos a Sesshoumaru este lugar me da escalofríos!"

"Hai!"

Empezaron a caminar recorriendo el castillo hasta subir a la parte más alta, no había nadie. Una atmósfera de muerte dominaba el castillo y un olor extraño plagaba el aire a su alrededor, todo los muebles, adornos y demás lucían descuidados y a Rin eso le puso la carne de gallina, porque temía por la seguridad de todos los habitantes del castillo.

Caminaban en silencio por el corredor, de pronto Inuyasha se paralizó moviendo las orejas, como detectando algo o a alguien. Se volvió hacia Rin pidiendo silencio con un dedo sobre sus labios. Ella se arrodilló para esperar que Inuyasha descubriera que era lo que había alertado al hanyou. A medida que se acercaba la expresión de Inuyasha se suavizó, dando paso a una mueca aburrida.

De pie frente a la columna se sintió aliviado de reconocer aquel aroma. Con agilidad y rapidez alargó la mano y sólo se escuchó un chillido. Al ver quien estaba en manos de Inuyasha Rin sonrió feliz. Jaken temblaba de miedo suplicando por su vida.

"Inuyasha-sama por favor no me mate se lo suplico!"

"Sapo tonto no te vamos hacer nada!"

Una vez que Inuyasha lo puso en el piso el demonio se lanzó a los pies de Rin balbuceando que su amo estaba en peligro y no sabía que sucedía porque hacía dos días todos en el castillo cayeron presa de algún tipo de hechizo.

"Basta sapo…que le pasó a Sesshomaru?"

"Inuyasha-sama…tienen que tener cuidado ella está furiosa, encerró a Folken y a Kali…el Amo está…!"

Con cada palabra que Jaken decía Rin sentía que el corazón se le encogía un poco más. Por el rabillo del ojo Inuyasha advirtió la agitación de Rin que sin darse cuenta llevaba la mano hasta la empuñadura de su espada, cuando finalmente dijo algo había una calma inusual e inquietante en el tono de su voz que al hanyou le preocupó.

"Jaken porque esa mujer está furiosa?"

"No sé antes de esconderme la escuché hablando sola, decía que el amo la había engañado…Rin no deberías estar aquí Folken dice que si te ve te matará!"

"…eso es lo de menos, pero que quiera lastimarlo eso es otra cosa. Ahora dime donde está el Amo!"

"Rin…!"

"Jaken por favor ahora no…!"

"Esa mujer lo tiene en el cuarto principal, pero Rin el no está consciente!"

"Ya veo, supongo que usa veneno o algo parecido, eso explica ese olor tan horrible!"

Inuyasha y Jaken se quedaron viendo a Rin un segundo, porque la expresión en su rostro era impávida. Ninguno podía adivinar que un sentimiento de desolación se fortalecía dentro de ella por un instante cerró los ojos para poder concentrarse.

Inquieto Inuyasha le pidió a Jaken que fuera en busca de Folken y Kali con Kirara como compañía mientras ellos buscaban la forma de liberar a Sesshoumaru.

"Jaken no me vayas a fallar renacuajo, Rin será mejor que te quedes oculta!"

"No…si tanto empeño tiene esa mujer conmigo entonces no quiero hacerla esperar, mientras ella se distrae conmigo tu salvas al príncipe!"

"Pero Rin!"

Rin lo interrumpió con una mano en su hombro sonriendo suavemente.

"Inuyasha, recuerdas que te pregunté si podías sentir la energía tratando de convertirme en un montón de huesos...yo no soy tan débil como todos piensan, pero prométeme que no lastimaras a tu hermano!"

Inuyasha no encontró la fuerza para contradecirla, era claro que la prioridad de Rin era que Sesshoumaru estuviera sano y salvo y él comprendía el sentimiento a la perfección.

Derrotado para la tenacidad de Rin Inuyasha aceptó ir en busca de Sesshoumaru, pero le pidió que se mantuviera detrás de él. Ahora caminaban por los pasillos en dirección a donde el penetrante olor se percibía más fuerte, no pasó mucho tiempo hasta que encontraron un resplandor púrpura que salía de la habitación principal.

Estando ahí Rin se sintió atemorizada y presa de sus propias inseguridades, en ese instante recordó las innumerables veces que su amo la había salvado y la maravillosa oportunidad que le había brindado al revivirla a ella, una niña golpeada, inútil y que no hablaba. Aprovechando que Inuyasha miraba en dirección opuesta, como buscando algún otro peligro latente, ella se aproximó hasta la puerta y no se asombró cuando la energía se disipó, dejándola entrar.

Lo último que escuchó al entrar al cuarto sumido en la oscuridad fueron las palabras de Inuyasha.

"NOOOO! RIN QUE HACES…ESPERA!!"

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O-O Y? que les parece no me maten porque estoy trabajando en el otro y espero tenerlo listo para el fin de semana. Este capitulo se podría decir que `brotó' en cuestión de 3 horas, no podía dejar de escribir…jajaja parecía poseída ~.-