InuYasha Fan Fiction ❯ Un principe enamorado ❯ Sokoe ( Chapter 18 )
Hola, ya se que parezco un disco rayado pero son tan buenos y amables por leer cada uno de mis capítulos que me parece que no les agradezco suficiente ^^
Parece que debo apurarme con el lemon o por lo menos algo jugoso ~.-, pero….no pensaran que después de dejarla solita y abandonada por dos mesesotes Rin se va a dejar así nada mas….no señor que le cueste al youkai cabeza dura por baboso ¬¬* jajaja
A Seikadragon gracias por tu mail que me dio un par de ideas para incluir y terminar con este capítulo que personalmente es uno de mis favoritos hasta el momento.
A Kari, que le encanta Van y quiere uno para ella jajaja, el enano ese es muy tierno e irresistible.
A Kumine….tranquila amiga ya pronto tendrás tics pero de emoción…~.-
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Capítulo 18
Sokoe & Sesshoumaru
Sesshoumaru se encontraba en la ventana perdido en sus pensamientos, tenía el torso desnudo y sus dedos frotaban un lugar en el centro de su pecho de forma distraída. Se volvió y vió a Sokoe dormida de espaldas a él completamente desnuda, dejando la luz del amanecer le acariciaran la piel.
Sokoe había llegado tan solo 2 días después que Rin se marchara. Era hermosa. Su cabello negro contrastaba atractivamente con sus rasgos youkai. Su cuerpo era una invitación a nunca abandonar la tibieza de las sábanas.
Aquella youkai era todo lo que él había buscado en una compañera. La había escogido por su fuerza y la poderosa sangre pura que corría por sus venas; sin embargo él no se sentía como había imaginado. Algo en su interior había muerto en el instante que una mujer común y corriente se separó de él, pero el demonio se negaba a aceptarlo, al menos no de forma consciente.
Tontamente se consolaba pensando que Sokoe pronto le daría los hijos que tanto añoraba, pero no sentía la emoción que se suponía era natural de la paternidad. Su pareja se mostraba complaciente y amorosa en todo momento, entregada totalmente a él.
Habían hecho el amor la noche anterior y había sido placentero, satisfactorio, y aún así él estaba de pie junto a la ventana sufriendo una lucha interna. Creyó que iba a ser inmensamente feliz una vez que tuviera a su pareja y ahora no pasaba un día que no la recordara.
Las memorias de Rin lo atormentaban. Todos y cada uno de los momentos que habían pasado juntos inundaban sus pensamientos a todas horas del día. Su imagen lo perseguía robándole la tranquilidad, su capacidad de ser feliz y el dominio de sí mismo.
Se maldijo por no poder sacarla de su mente, por pensar en ella aún cuando se iba a dormir con Sokoe a su lado. Sus agudos sentidos que tanta ayuda le habían dado por años, ahora lo traicionaban, porque recordaba el aroma de su pequeña aún cuando abrazaba y besaba a Sokoe.
Irremediablemente extrañaba su sonrisa y su ridícula obsesión con las flores. Evocaba el sonido de su voz y la forma como decía su nombre. No ayudaba en nada que sus fieles sirvientes extrañaran a Rin. Muchas veces los había escuchado hablar de ella cuando creían que nadie los oía.
**Es injusto ya han pasado meses y aún no puedo dejar de pensar en ella, porque me sucede esto? Rin está bien con Inuyasha y los demás, el mismo Jaken me lo dijo. Debo olvidarme de ella, ya no es parte de mi vida, yo fui quien lo decidió. Una vida youkai sin ningún humano a mi alrededor, los humanos son débiles...eso fue lo que ella me dijo. En algunos años ella dejará este mundo y yo seguiré aquí…**
Dejó caer la cabeza abatido, la muerte de Rin era un hecho inevitable aún cuando sucediera en muchos años. Siguió de pie, apartando los recuerdos que creaban una gruesa niebla sobre sus ojos hasta que la voz de Sokoe lo hizo reaccionar.
"Sesshoumaru que haces ahí?"
"No podía dormir…"
"Ven conmigo, en que piensas?"
"…"
Caminó hacia ella y se metió en la cama abrazándola, Sokoe lo recibió con los brazos abiertos y una sonrisa. Al abrazarlo abrió los ojos y había en ellos el brillo que asustaba a Jaken. El pequeño demonio no estaba ahí para verlo, de lo contrario hubiera adivinado que los problemas estaban muy cerca.
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Algunos días después…
Sesshoumaru se volvió a quedar dormido, se sentía cansado cada vez que estaba con ella, como si estuviera en una nube, totalmente aislado del resto de las cosas. Junto a ella todo a su alrededor se volvía borroso y sólo podía reconocer las manos de Sokoe sobre su pecho acariciándolo.
Sokoe estaba de rodillas a su lado y lo miraba sin ninguna expresión en su rostro, los ojos le brillaban y una sonrisa torcida empezó a formarse en la comisura de su boca.
**Ya falta poco...pronto serás sólo para mí, y cuando eso suceda pagarás con tu preciosa sangre. No te puedo perdonar!!**
Sokoe se cubrió el cuerpo desnudo con el kimono a sus pies y se acercó a la ventana hablando para sí misma.
"Cuanto más tendré que esperar?"
Las palabras se desvanecieron fuera de sus labios y en silencio empezó a llorar cerrando la mano sobre su pecho con fuerza. Las lágrimas de aquella mujer estaban llenas de desamor y odio, pero nadie sabía eso y no había nadie en este mundo capaz de aliviar su dolor.
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Era un día claro y con una refrescante brisa que felizmente se llevaba el letargo que parecía envolverlo últimamente. Por alguna razón ese día deseaba estar solo para poder pensar. Comprobando que no había nadie a su alrededor, su mente se fue abriendo a los recuerdos de Rin.
Necesitaba, aunque fuera internamente, admitir que la extrañaba, de lo contrario no tendría paz alguna. De pie, a pleno día y con sus sentidos en total control Sesshoumaru dejó que sus sentimientos brotaran. Habían pasado dos meses de agonía disfrazada de realización personal, si fingía un día más iba a marearse hasta la desfallecimiento.
El youkai cerró los ojos y se concentró en ella con los cinco sentidos y se sintió como si un embate de desolación lo derribara. No tener a Rin a su lado lo sumergía en el dolor, tanto, que el poderoso youkai no se percataba de lo que sucedía a su alrededor. En cambio, se contentaba con dejar que los días desfilaran añorando su pasado en compañía de Rin.
Los recuerdos de cuando era niña le dibujaban una sonrisa que no se molestaba en ocultar, pero cuando evocaba los últimos días junto a su hermosa y adulta protegida, la sensación de vacío en el estómago le arrebataba los deseos de disfrutar de su nueva vida.
No se sentía con la fuerza de mostrarse animado con nadie, especialmente con Sokoe. Esa mujer era reconocida por una parte de sí mismo, como la culpable de no tener a su pequeña junto a él. Estaba complacido con Sokoe pero eso significaba que Rin no estaba ahí para impregnar todos y cada uno de los rincones del castillo con su estimulante aroma.
Extrañaba tanto a Rin que había bajado la guardia, al punto de no usar sus espadas o armadura. No tenía caso porque ya no había nadie a quien proteger. Proteger a su pequeña era ahora responsabilidad de Inuyasha.
Mentalmente envidió a su hermano como nunca antes, si hubiera sido un hombre sentimental probablemente hubiera gritado a los cuatro vientos su desesperación por sentirse inútil, lo único que hizo fue apretar los puños.
Echaba de menos las ridículas discusiones entre Jaken y Rin, sabía de sobra que a su fiel sirviente lo estaba consumiendo el aburrimiento, eran demasiados años 'soportando a la chiquilla tonta' como para que ahora pudiera estar tranquilo sin ella.
Ahora comprendía cuanta razón tenía su hermano sobre el alto precio que pagaría dejando a Rin. Sesshoumaru suspiró, ya tenía una nueva vida sin ella, lo único que quedaba por hacer, era tratar de disfrutarla de la mejor manera posible.
Dió un vistazo a los jardines del palacio y sonrió resignado. Sacar a Rin de su corazón era imposible. Trataría de no recordarla demasiado durante el día, pero en la noche sabía que su angustia se entregaría de lleno a los sueños donde la veía regresar al castillo para quedarse con él.
En ese momento escuchó un ruido detrás de él, sin moverse esperó tener a la recién llegada frente a él. Cuando la pequeña youkai estuvo frente a él, Sesshoumaru se sintió agonizar; Kali sonreía ofreciéndole la flor que sostenía en su mano. Estudió a la youkai un segundo, no se parecía en nada a Rin, excepto por el color de cabello y delicada figura; pero al verla frente a él con una flor, la influencia de Rin era un espíritu del pasado que le atormentaba.
Kali no decía nada, solo sujetaba la flor esperando que su Amo la tomara. La niña lo había visto desde una ventana y quiso alegrarle el día. No sospechaba que aquel inocente gesto revolvía sentimientos profundos que el youkai trataba desesperadamente de evadir.
"Amo Sesshoumaru tome!"
"Gracias!" - El príncipe tomó la flor entre sus garras con delicadeza sin poder disfrazar su tristeza ante la inocencia de la niña.
"Amo...porque está triste?"
"..."
"...Papá dice que no debemos mencionarla para no alterar a la señora Sokoe pero...la extraño mucho, quisiera que estuviera aquí..." - Kali hizo una pausa y escudriñó los ojos del youkai que la escuchaba como sin respirar -"usted también la extraña?"
"...yo..."
La niña no dijo nada más, se sintió contagiada de la tristeza del youkai y sus instintos la alertaron de la presencia no muy lejos de ahí. Al levantar la vista, Sokoe la miraba con un expresión vacía y fingiendo una sonrisa. Lentamente Kali se apartó del príncipe y balbuceando 3 palabras salió corriendo en busca de la protección paterna.
Sesshoumaru no se molestó en darse la vuelta para ver a su esposa. Podía olerla y sentía el peso de su penetrante mirada. Observó un segundo a Kali correr escaleras abajo, guardó la flor en sus ropas y se volvió para saludarla. Sokoe se había ido, estaba en uno de los recodos del castillo con un sabor amargo atravesado en la garganta, los ojos llenos de lágrimas y una mirada de odio que hubiera derretido a cualquier mounstro.
Al ver que no estaba Sesshoumaru no se molestó en ir tras de ella, prefirió quedarse en la terraza y recordar todo lo que pudiera de Rin hasta que fuera imperativo hacerle compañía a Sokoe y apartar a su pequeña hasta las profundidades de su mente.
Ese fue el día que reconoció para sí mismo que extrañaba a Rin con cada fibra de su ser. Pero aquel día había llegado demasiado tarde porque el daño ya estaba hecho.
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Sesshoumaru estaba en el comedor con la cabeza baja y sin hacer ningún ruido, tanto que parecía dormido. Sokoe aún no se presentaba y Jaken dudaba que su amo le fuera a contestar, de todas formas lo hizo.
"Amo?, Amo bonito?"
"Que?"
"Está usted bien Amo Sesshoumaru?"
"Por que no habría de estarlo?"
"Amo perdóneme pero se comporta muy extraño!"
"Pero que dices?" - Sesshoumaru miraba a Jaken con una expresión desconcertada en el rostro, parecía más pálido que de costumbre los ojos sin brillo y arrastrando las palabras.
"Amo no sé como explicarlo, usted ya no es el mismo!"
"Mmm!" - la cara del pequeño demonio se iluminó, por un momento su Amo era el de antes, su acostumbrada frialdad y control de sí mismo latentes en el tono de su voz.
"Entonces ya es feliz Amo?"
"…que piensas de Sokoe Jaken? Siempre tienes algún comentario ridículo para todo"
"Ah...eh…yo? Amo bueno...Sokoe-sama?..."
"Eres un sapo torpe!"
Al ver a su amo dudar, el demonio se sintió desfallecer, como era posible que en tan poco tiempo su Amo hubiera perdido su fortaleza e imponente presencia.
"Lo que usted diga Amo bonito…discúlpeme por favor!"
"Jaken!"
"Si Amo?"
"Ella estaba?...olvídalo ya no tiene importancia"
"…"
Jaken salió cerrando la puerta tras de sí, iba con el corazón oprimido. Estaba seguro que su amo quería preguntarle por Rin pero se detuvo. Era claro que desde que llegara aquella mujer el comportamiento de su amo había cambiado drásticamente, el pequeño demonio empezó a caminar en busca de Folken.
Al bajar las escaleras se dio cuenta que Sokoe lo miraba desde el otro lado del pasillo, le sonreía de una forma tan extraña que a Jaken le llegó un escalofrío por toda su fría piel.
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Al entrar a la cocina vió a Folken sentado contra la pared, tenía los ojos cerrados y la respiración entrecortada. Jaken dudó un instante Folken estaba más callado de lo normal y desde hacía días se mostraba inquieto. Apartando sus propios miedos se dispuso a hablar.
"Folken estoy preocupado por el Amo"
"Que sucede?
"Es que esa mujer...me da miedo creo que está haciéndole algo al Amo!"
"Shh! escúchame bien sino hacemos algo pronto será demasiado tarde!"
"Demasiado tarde?"
"BAKA! no logras entender que el Amo está en peligro eres un sapo tonto!"
"Pero que es exactamente lo que está haciendo y porque?"
"No tengo idea, pero presiento que no falta mucho para averiguarlo y lo que es peor creo que ella esconde algo!"
Folken se llevó la mano a la frente, Jaken pudo darse cuenta que había algo más que molestaba al viejo youkai.
"Jaken cuando fuiste a verla, estaba bien?"
"Te refieres a...pues ahora que lo mencionas estaba muy pálida!"
"….pálida? Demonios a veces odio tener razón!!"
"Que pasa Folken, acaso te preocupa la chiquilla!"
"Tengo un mal presentimiento. No te parece extraño que esa mujer no diga nada del aroma que aún se percibe en el castillo?!"
"Pero es muy leve el Amo hizo un buen trabajo!"
"Quizás, pero esa loba es muy poderosa, debemos tener cuidado!"
"Pero que podremos hacer nosotros contra ella?"
"Todo lo que se pueda además no estamos solos, recuerda que hay un hombre mitad bestia sumamente poderoso en esta región!"
"Hombre mitad bestia...hai!" - las palabras de Jaken fueron un murmullo inaudible. A pesar de lo sombrío de la situación se sentía algo aliviado de no ser el único que notara el cambio en el Príncipe. Jaken conocía a Folken desde siempre pero no sabía con certeza que poderes poseía en realidad.
"Mantén los ojos abiertos renacuajo y avísame si ves algo extraño"
"Así lo haré Folken-sama!"
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Sesshoumaru estaba de pie en la puerta y se llevaba la mano al pecho sin siquiera darse cuenta.
"Me retiro Sokoe!"
"Te acompaño…um que afortunada soy quiero decirte que deseo mucho poder cumplir tu deseo de una familia"
"Me alegra escuchar eso!"
"Pero ahora lo mejor será descansar!"
"Hai"
Si alguien los hubiera visto no habría podido reconocer a Sesshoumaru en aquella actitud. Decaído y sin energía iba prácticamente apoyado en Sokoe que era la viva imagen de la preocupación y la dedicación marital.
Una vez que Sesshoumaru se durmió Sokoe descubrió el pecho de su esposo y con la mano empezó a formar círculos que dejaban una estela de energía púrpura. A los pocos minutos Sesshoumaru comenzó a retorcerse en sueños llamando el nombre de Rin.
De pie Sokoe lo miraba con una mezcla de amargura y odio, no decía nada simplemente lo miraba. Lentamente una sonrisa se le dibujó en todo el semblante, en sus ojos bailaba un brillo escalofriante de muerte.
**Maldita mujer, te odio!!!! También acabaré contigo, no me importa que seas fuerte yo te voy a aniquilar aunque sea lo último que haga!**
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