Saint Seiya Fan Fiction ❯ Un coctel para su eminencia ❯ La decisión final. No hay marcha atrás... ( Chapter 4 )

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¡¡¡¡Uuuuuuuuuuuuf!!!!! ¡¡Esto si que me ha agotado!! Aquí esta, finalmente, la última parte de “Un cóctel para su eminencia”. Bueno, finalmente esta pequeña novelita ¡ha llegado a su fin! ¡Espero que la hayan disfrutado de veras, y gracias a todos aquellos que han leído los capítulos anteriores! ¡Gracias de veras!
 
1- Todo el elenco de este fanfic pertenece a Saint Seiya, de Masami Kurumada. ¡Solo los tomé prestaditos! ^.~
 
2- Esta es una historia Yaoi. Si, Yaoi, léase dos chicos guapos de animé “Danzando” juntitos en la cama. Si no les gustan... ¡Pues no lean! ¡Así de sencillo!
 
3- Críticas: Hechas de buena manera, y constructivas. Críticas hechas de mala manera (Llámese con groserías) así como con pequeños dejos de “superioridad”, serán desechadas, por muy certeras que hayan sido. No tengo paciencia con los sabelotodos que vienen a criticar a los demás con aires de superioridad y condescendencia, como si lo supieran todo. Es muy desagradable. Así mismo, ahora acoto que cualquier critica cuyo blanco sea atacar de alguna manera a la autora, ya sea juzgando por mentalidad, orientación o lo que sea, TAMPOCO serán tomadas en cuenta.
 
4- Letras de la canción * White Flag, por Dido
 
¡Disfruten!
 
Selene18
 
Un cóctel para su eminencia
 
(La decisión final. No hay marcha atrás)
 
 
El día estaba nublado y muy silencioso... Shion se despertó a duras penas. No había podido dormir bien, debido a la preocupación que lo carcomía. Tampoco Dohcko, quien también se había despertado trabajosamente.
 
-Tenemos mucho trabajo hoy Dohcko...- Murmuró el patriarca.
 
-Lo sé.-
 
-¿Qué quisiste decir con eso de que me seguirías?-
 
-Shion, sin ti no iré a ningún lado. Pero como no puedo obligarte a quedarte, si ya no te sientes bien...-
 
-Dohcko, no es tanto yo... Es el santuario entero. No me desean aquí. Y quien sabe por cuanto tiempo han estado albergando este rencor contra mi persona- Bajó la mirada tristemente -No soy quien para obligarles a estar bajo mi mando. Así que por eso he tomado esta decisión.-
 
-Te entiendo...- dijo Dohcko en voz baja -Y por eso no voy a irrespetar tu decisión. Así que yo también haré mis maletas ahorita. Por que renunciaré a mi puesto de caballero dorado-
 
-¿Y que hay de tu sucesor?-
 
-Shiryu, mi discípulo, será un digno sucesor de mi armadura Shion.-
 
El patriarca sonrió. El conocía a Shiryu por la batalla de Hades. Sabía que el chico tenía buen corazón, y que al mismo tiempo era alguien fuerte y justo.
 
-Muy buena elección... Pero, Dohcko, ¿Estas seguro de lo que decides? Quiero decir, no quiero hacerte tomar un mal camino y que luego te arrepientas y no puedas regresar. Recuerda que luego de esto, no podremos regresar. Nunca más-
 
-Nunca en mi vida estuve mas seguro, Shion. Así que no tengas rollo. A donde quieras que vayas yo... Iré- Tomó la mano de Shion y las pasó por sus mejillas. Luego las besó, y se encaminó a besar los labios de su amado. Fue un beso dulce, tierno y alentador.
 
-Te necesitaré. Y mucho-
 
-Allí estaré Shion. No es necesario que te vayas solo-
 
*******
 
Para cuando Mu fue citado, Dohcko ya había hecho sus maletas, y subió con el a la habitación. Durante el trayecto, Mu no cesaba de preguntar que sucedía, pero Dohcko no se atrevía a decírselo. No aún.
 
Ambos llegaron a la habitación de Shion, quien se hallaba empacando las maletas. Mu, sorprendido, preguntó:
 
-Y esto ¿¿Qué significa??-
 
-Mu, Dohcko y yo nos retiramos del santuario-
 
-¡¡¡QUEEEEEEE!!!- Gritó Mu.
 
-Así es Mu- Corroboró Dohcko -Tu maestro y yo nos autoexiliaremos-
 
-Pero maestro- Mu estaba al borde de las lágrimas -¡¡Sabe que no soy nada sin ud!!-
 
Shion acomodó una pila de ropa en la maleta y la cerró con un golpe seco. Luego dijo:
 
-Mu, eres un hombre ya crecido y el mejor de mis alumnos. Serás alguien altamente capacitado. Además... No puedo obligar al santuario a estar bajo mi mando. No tengo sangre de dictador-
 
-Maestro, no me importa, por favor ¡¡No se vaya!!- Decía Mu, llorando.
 
Shion lo abrazó.
 
-Es duro Mu, pero recuerda. Hay 10 caballeros que conspiraron contra mí. Y no sabemos si volverán a hacerlo. No me voy por cobardía, sino por que la verdad, creo que eso es un síntoma de disconformidad con mi persona. Créeme, que a la larga, será lo mejor para todos.-
 
-Maestro... ¿Y usted volverá?-
 
Shion suspiró.
 
-No lo sé Mu. Mi último deseo, antes de abandonar este lugar, es que tú des lo mejor de ti para gobernar. Se que lo harás, y tendrás no solo mano firme, sino mas humanidad que yo. Quizás fue eso lo que me faltó, y ahora estoy pagando el precio muy alto-
 
-No diga eso maestro- Sollozó Mu -¡Ud es la mejor persona, el mejor maestro! ¡No me venga con esos cuentos!-
 
-Por favor Mu- Le acarició el cabello y le habló con una voz suave y paciente -Yo estaré bien. Dohcko va a acompañarme. Además, te escribiré para que solo tu sepas donde estamos- Shion era ahora quien tenía los ojos llenos de lágrimas -Mi niño, nunca olvides quien eres, y siempre que puedas, tiéndele la mano a quien lo necesite, y dale una palabra de aliento al caído... Que el verdadero gobernador es quien puede guiar con paciencia, amor y mano firme a un pueblo-
 
Mu se quedó silencioso unos instantes, llorando en su pecho. Shion lo sostuvo con paciencia, y con amor.
 
-Maestro, esta bien. Voy a respetar y a apoyar vuestra decisión, así jamás la consienta. Entiendo vuestras razones, y su corazón debe estar aun lleno de dolor por lo que pasó.- Una pausa, y se secó el rostro -Voy a gobernar este santuario, y al mismo tiempo limpiaré vuestro nombre-
 
Shion sonrió, mientras acariciaba los cabellos lilas.
 
-Muchas gracias Mu. Sé de corazón que lo harás de maravilla, así que me voy tranquilo- Luego tras pensar un poco, añadió -Mu... Esos caballeros de bronce... Los que lucharon contra Hades... Ellos pueden ser dignos sucesores de las armaduras de Géminis y Escorpio-
 
-Puede ser maestro. Voy a ver quienes podrán ocuparlas. Ud váyase tranquilo, que yo me ocuparé de eso-
 
-¡Ese es mi niño!- Exclamó Shion, volviéndolo a abrazar.
 
De repente, un sirviente llegó anunciando con voz neutra:
 
-Señor, el carruaje esta listo para llevarlo a la ciudad más cercana-
 
Los dos dorados y el patriarca se miraron entre si. Ya el momento de la despedida se acercaba.
 
*******
 
El trayecto desde el templo del patriarca hasta donde estaba estacionado el carruaje fue tortuoso. Los caballeros de oro lo miraban raro.
 
Cuando pasaron por Virgo, Shaka los vio pasar, e inquirió:
 
-¿Se va, maestro?-
 
-Si- Dijo, con voz neutra
 
-¿Pero por que?-
 
Shion suspiró.
 
-Tú sabes las razones Shaka de Virgo. Y no voy a discutir.-
 
Shaka abrió los ojos desmesuradamente.
 
-Patriarca...-
 
-No digas nada- Cortó Shion -Quizás fue mi culpa el que todo haya terminado así. Sin embargo, tengo un mensaje que quiero que se lo transmitas a todos los dorados-
 
-Diga, señor-
 
-No me llames señor, primero que nada. Hace mucho que dejé de serlo. A Quien deberás rendirle honor y respeto será a el- Se hizo aun lado y develó a Mu de Aries.
 
-El será el nuevo gobernador en mi lugar. Quiero que transmitas este mensaje. A todos los dorados, ¿Has entendido?-
 
Shaka asintió.
 
-Si-
 
-Muy bien. Hasta nunca... Shaka de Virgo- Dijo, no con ira, sino ya con cansancio y algo de tristeza.
 
Shaka les vio irse. Dohcko lo miró por encima del hombro, pero no dijo nada.
 
Shaka pensó:
 
<<Maestro... La culpa tal vez no fue del todo suya... Hubo algo de ella también, en todos nosotros.>>
 
Sin embargo, concluyó que ya era muy tarde para arrepentimientos. Lo mejor era cumplir la última orden del patriarca.
 
*******
 
Finalmente llegaron a donde el carruaje estaba estacionado. El chofer les cargó las maletas a ambos y las ató al techo del carruaje.
 
Shion abrazó a Mu, y luego lo hizo Dohcko.
 
-Hasta luego mi niño... Luego te escribiremos para decirte sobre nuestro paradero- Dijo el patriarca.
 
-Cierto. ¡Para que puedas visitarnos!-
 
Mu sonrió.
 
-Nunca le olvidaré maestro, ni a usted, Dohcko. Por favor, que Atenea los bendiga y los guíe en esta nueva etapa de vuestras vidas-
 
-Lo mismo te deseamos Mu- dijeron Shion y Dohcko antes de abordar el carruaje. El chofer azuzó los caballos y estos partieron.
 
<<Hasta luego... Mu.... Cuida bien de este hermoso santuario... Por que pese a todo lo extrañaré...>> Pensó ahora el ex-patriarca del santuario, con lagrimas en sus ojos. Dohcko las notó, y tomó su mano, envolviéndola en la suya.
 
-¿A donde iremos?-
 
-No lo se, Dohcko... Sugiéreme-
 
-Puedes ir a vivir conmigo en los Siete Picos. Es muy tranquilo, y hay una aldea cerquita donde podremos comprar la comida que haga falta...-
 
-Es cierto... Allí iremos Dohcko... Definitivamente...-
 
Shion se recostó de su hombro, y entrelazó sus manos en las de Dohcko, atornillándolas... Suspirando, cerró los ojos. Muy pronto, Dohcko también lo imitó.
 
-No te preocupes, ovejita hermosa... Hallaremos paz... Todo ha terminado... El dolor se acabará pronto, como te prometí. No volverás a sufrir...-
 
Una nueva vida les esperaba. Y anhelaban ellos que finalmente hallaran paz...
 
********
 
Pasaron los meses, y Mu no tuvo noticias ni de Shion, ni de Dohcko. Se recostó en su trono, preocupado. Repentinamente, una voz de un guardia quebró el silencio reinante en el gran Templo.
 
-¡Su señoría!-
 
-¿Qué sucede, por que tanto escándalo? ¿Hay intrusos, acaso?-
 
-Mil perdones, mi señor. Es que tengo una carta. Y parece que es para usted-
 
-¿¿Una carta??- A Mu se le agrandaron los ojos -¿Y quien la manda?-
 
El guardia negó con la cabeza.
 
-No hay remitentes-
 
Y acto seguido, le entregó el sobre. Luego le hizo una reverencia.
 
-Mi señor, me retiro-
 
Mu asintió y se sentó en el trono. El sobre estaba sellado, y solo rezaba “Para Mu, antiguo caballero de Aries, actual patriarca del santuario”.
 
El patriarca lo abrió. El corazón le saltó en el pecho. ¡¡Era carta de Shion!! Conocería esa caligrafía en cualquier parte.
 
Mi querido Mu,
 
Estoy viviendo en los siete picos con Dohcko. Realmente estamos pasándola bien aquí, ya que es muy tranquilo y hermoso. Nunca pensé después de todo, todo este asunto terminara tan bien. Supongo que por aquel dicho “No hay mal que por bien no venga”.
 
Sabes que aun te recordamos, y nos estamos preguntando acerca de cómo te va en el santuario. Espero que bien. Ojalá pudiera verte con tu túnica. Estoy seguro que debes lucir maravilloso.
 
Oh, por cierto... Olvidé entregarte esto. Es una joya que ha pasado de generación en generación. Ya que tu eres el nuevo patriarca, quiero que la conserves.
 
Por ahora me despido, pero con la esperanza de saber de ti pronto.
 
Te quieren,
 
Shion y Dohcko.
 
A Mu se le aguaron los ojos... Sus lágrimas mancharon el papel. Pero sabía que nadie debía verlo así, con que se secó los ojos rápidamente. Revisó el sobre y vio que al fondo estaba una hermosa cadena brillante, de oro puro, de la cual colgaba un dije brillante, pero pequeño.
 
Mu contempló la joya, y se la puso cuidadosamente. El oro brillaba en contraste con su delicada piel... Luego de eso, salió del salón y se internó en su habitación. Había mucho trabajo que hacer. Y un pueblo que guiar....
 
********
 
Era un día soleado en los sietes picos. Shion y Dohcko jugaban cerca de la gran cascada, salpicándose agua y riendo. Estaban en pantalones, y descalzos.
 
-¡¡Hacía tiempo que no reía tanto, Dohcko!!-
 
-¡Yo tampoco, Shion, la verdad!- Decía Dohcko, riéndose.
 
Se metieron al agua y allí estuvieron, abrazados, un rato, besándose, y riendo aun entre besos. Luego jugaron a quien ahoga a quien.
 
-¡A que te gano Dohck!-
 
-¡No no, ni lo sueñes!- Rió Dohcko
 
Iba a ahogar a Shion cuando una silueta familiar apareció frente a ellos. Los dos hombres, aún en el agua, parecieron reconocerla, por que anunciaron:
 
-¡Bienvenido Mu! ¡Qué bueno verte de nuevo!-
 
* Well I will go down with this ship
And I won't put my hands up and surrender
There will be no white flag above my door
I'm in love and always will be...
 
 
 
Fin