Yu-Gi-Oh! Fan Fiction ❯ Not Gonna get Us ❯ Chappy 1 ( Chapter 1 )

[ Y - Young Adult: Not suitable for readers under 16 ]

Not Gonna Get Us

-¡Pásamela!- gritó un niño de unos 5 años de edad.

-¡Toma!-gritó su amigo, arrojando la pelota hacía el niño.

El más chico de los dos, no la atrapó. Siguió su camino y golpeó un roble con una cuerda a su alrededor.

-¡Ten más cuidado!-gritó el más chico.-¡Tiene más de mil años ese árbol!

¡Hay que cuidarlo!

-¡La pelota no lo hubiera golpeado si tan sólo la hubieras atrapado!

Así comenzaron a pelear, sin notar que el árbol comenzaba a brillar de un tono azulado muy oscuro. Sólo se dieron cuenta cuando la planta brilló intensamente. Ambos niños dejaron de pelear y corrieron lejos del árbol.

La planta dejó de brillar bruscamente.

Ryo salió del árbol mirando a su alrededor. Sentía dolor de cabeza y unos mareos horribles. Se sorprendió mucho al ver muy cambiado el cementerio. Era de noche pero fácilmente podía ver que estaba irreconocible. Miró a su alrededor y se topó con una pelota de cuero. La arrojó a un lado y esperó a que Bakura saliera del árbol.

El espíritu salió tomándose la cabeza debido a los mareos y el dolor que tenía. Besó a su Ryo en los labios tiernamente, saboreando todo su sabor. Hacía mil años que no probaba su sabor. Se separó y lo miró a los ojos.

-¿Y? ¿Cómo me veo?

-Espléndido. Ya no tienes esos agujeros en tu cuerpo.

-Ya puedo hablar y tu ya puedes verme. Eso me agrada. Puedo ver tus

hermosos ojos café...

Lo volvió a besar intensamente, rodeándolo con sus brazos, mientras que su pequeño le correspondía. La Muerte apareció de repente, haciendo que los chicos se separan a regañadientes.

-Veo que han descansado muy bien.

-Si. Muuy bien. Sólo que tenemos dolor de cabeza y mareos.

-No se preocupen. Es natural después de haber dormido mucho tiempo.

-¿Qué quieres?-preguntó no muy animado Bakura.

-Sólo a advertirles de muchas cosas. Como saben, esta es una nueva vida para ustedes. Ha asumido un presidente, que prohíbe estrictamente la homosexualidad.

Ambos chicos quedaron en silencio. Se miraron uno al otro, y Bakura abrazó fuertemente a Ryo, contra su pecho.

-Ahora, Dreigon se encuentra en Egipto. Deben llegar al aeropuerto sin que los atrapen. La ley dice que si se encuentra a un acusado sentenciado culpable por homosexualidad, puede variar la condena. Desde 20 años en prisión, hasta la pena de muerte.

-Que exagerado.-dijo Bakura amargamente.

-Lo sé. Traten de no hacer mucho escándalo para evitar que los atrapen.

-Yo les daré su merecido.

-`Kura...Deja que termine.

-Que tal algo nuevo a su apariencia. No llamarán tanto la atención vestidos de esta manera. Es la `nueva moda', cómo lo llaman los humanos.

-Yo soy un humano.-dijo Ryo, sintiéndose ofendido.

-No, ya no lo eres. Recuerda que recibiste la inmortalidad del árbol.-dijo la Muerte.

El esqueleto chasqueó sus `dedos', y unos tapados y sombreros de ala aparecieron para darle un nuevo mirar (N/A: O si quieren, `Nuevo look'), para

Bakura y Ryo.

El espíritu vestía un tapado negro, con su sombrero de ala, con una pequeña cinta blanca a su alrededor, mientras que Ryo era lo contrario. Vistiendo un tapado blanco y sombrero con una cinta negra, era el negativo de Bakura.

-Mmmm...Te ves muy bien en ellas, pequeño.-susurró sensualmente el espíritu.

-Tu también.-respondió Ryo, un poco sonrojado, mientras lo besaba.

-Ahora, intenten llegar hasta el aeropuerto, y tomen el primer vuelo a Egipto. Bakura, recuerda que tu magia se ha incrementado gracias a la esencia del roble. Ahora tienes la capacidad de crear cualquier cosa que se te antoje.

-¿Dinero?-preguntó sorprendido Ryo.

-Si. Les será indispensable. Ahora si me permiten, sus amigos están a punto de despertar, si quieren ir a recibirlos, sólo vayan hasta los brillos de diferente color.-dicho esto, el esqueleto desapareció.

-¡Ryo! ¡Bakura! ¡Que bueno volver a verlos!-gritó Malik emocionado desde el árbol.

-Los he extrañado.-dijo Ryo, al ver a Malik y Yugi vestidos igual que él.

-Hola, ladrón.-dijeron Marik y Yami, vestidos igual que Bakura.

-Mmm...Hola Fanfarraón...-respondió gruñendo el albino.

Bakura y Ryo entraron a un bar que encontraron al entrar a la ciudad, muy cambiada para ellos, pero no tanto. Se sentaron en la barra, y pidieron la carta. Leyeron cada uno de los platos y se decidieron, acompañando a la comida con un baso de cerveza cada uno. El hombre les sirvió su pedido y Bakura pagó por adelantado. Empezaron comiendo en silencio pero después comenzaron a hablar de cosas sin importancia.

Al terminar de cenar, salieron del bar, tomados de la mano. Nadie lo notó, ya que todos estaban pendientes de sus asuntos. Pasearon un poco para ir conociendo poco a poco la ciudad, y encontraron motel, dónde se alojaron por una noche.

La dueña les mostró su cuarto y les entregó la llave. Bakura dejó pasar primero a Ryo, para luego entrar y cerrar la puerta tras de si con llave. El menor se sacó el tapado y el sombrero dejándolos sobre la cama, y sentándose en ella. Luego se acostó dando una exclamación de felicidad.

-¿Qué?

-Sabes hace cuanto no me he acostado en una cama blanda. Esto es reconfortante. Dormir mil años dentro de un árbol me ha acalambrado algunos músculos.

Bakura se sacó sus ropas y entró al baño, dónde terminó de desvestirse. Ryo entró preguntando divertidamente si quería que lo acompañara, mientras se desnudaba lentamente.

El menor gemía suavemente, intentando de no hacerlo muy fuerte a la vez

Bakura entraba en él, mientras se movían rápidamente. Ryo abrazó a su espíritu por el cuello, mientras trataba de que sus gemidos excitaran más a su compañero para que lo hiciera más fuerte y profundo.

Al final, y cómo siempre, Bakura terminó cediendo a los pedidos de su pequeño, y con un beso, ahogó un grito de Ryo.

Se separó de su amante, y se acostó a un lado de su cuerpo, ambos jadeando rápidamente. Bakura acarició una de las mejillas totalmente rojas de Ryo, mientras este se acurrucaba en su pecho.

-Que lindo se sintió eso, `Kura.-dijo el menor, casi sin aliento.

-Lo sé. Me dio un gusto volver a tomarte. Hace mucho tiempo que no lo hacía. Me dan ganas de hacerlo otra, y otra, y otra vez.

-Pues hazlo. Yo no tengo ningún problema.-dijo divertidamente el menor, mientras recorría con su mano el pecho de Bakura, hasta llegar a su entrepierna, para acariciarla dulcemente, haciendo que un gemido de placer se escuchara de su espíritu.-O tal vez, podríamos cambiar.

Dicho esto, el menor colocó boca arriba a su compañero, para ir besando el cuello y pecho de este. Bakura gimió nuevamente en son de placer, mientras que su pequeño lamía su estomago lentamente.

-Anda...Me estoy desesperando...-dijo Bakura frustrado.

Ryo lamía y besaba su sexo.

-Como digas...-respondió él, con un toque se sensualidad, antes de colocar el miembro de su espíritu dentro de su boca.

Su lengua subía y bajaba lentamente en él. Bakura comenzó a respirar pesadamente y a murmurar algo en egipcio. Empezó a hacerlo más rápido cuando Ryo comenzó a succionar, su boca oh tan caliente y húmeda. Inconscientemente, Bakura comenzó a curvar sus caderas, tratando de ir más a fondo de lo caliente.

Ryo continuó lavando el miembro de él con su lengua. Con una última succión, y la última palabra en egipcio, Bakura se liberó en la boca de su hikari, y este tragó cada gota de ese líquido agridulce. Ryo arqueó su cuello y mordió suavemente, dejando una marca rosada a roja.

Tomó las fuertes piernas de Bakura y las colocó alrededor de su cintura. Comenzó a penetrar muy despacio a su espíritu, quien soltó un suspiro y

gemido al mismo tiempo.

Ahora iban a un ritmo más rápido. A Bakura le estaba gustando sentir como su amado entraba en él muy suavemente. Pronto tuvieron su clímax. Ambos se sonrieron, se besaron y se acurrucaron juntos.

El sol entraba por la ventana iluminando el pequeño nido de amor. Bakura despertó al sentir cómo el sol golpeaba en sus ojos. Se dio media vuelta, sólo para encontrarse con el suelo.

-¿Qué te ocurrió?-preguntó Ryo desde arriba.

-Me caí. ¿Qué te parece que sucedió?

-Lo siento taaaaaanto....-dijo burlonamente.

-¿Qué hora es?-dijo mientras se levanta del suelo, aún desnudo.

-La hora de tu cuerpo...-dijo el menor mientras recorría el cuerpo de su Yami con la mirada.

-¿QUÉ-HO-RA-ES?

-Las ocho. Vamos a tomar un baño y a desayunar.

-Bien.

Los dos chicos se sentaron en una mesa solitaria que se encontraba al fondo. Pidieron un té cada uno con algunas tostadas. Al terminar, se quedaron sentados charlando un poco.

-¿Qué quieres hacer hoy?-preguntó Bakura.

-No lo sé. ¿Qué es lo que tu quieres?

-Tomarte todas las veces que pueda...

-`Kura...

-Lo sé, lo sé. ¿Qué tal si armamos un poco de escándalo?

-La Muerte nos dijo que no lo hiciéramos.

-Que la Muerte se vaya a la m---

-¡'Kura!-gritó Ryo haciendo que todos allí los miraran.

-Al menos es un buen comienzo para armar escándalo. ¿No lo crees?

Mientras caminaban por la calle hablando de cosas, algo comenzó a sonar dentro del bolsillo del tapado de Bakura. Este sacó de adentro un pequeño celular. Lo abrió y preguntó quién era.

-Hola ladrón...-dijo Marik.

-¿Qué quieres ahora, Marik?

-¿Acaso ya no puedo saludar a mi mejor amigo?-dijo burlonamente.

-¿A qué se debe tu llamada?

-Ahhhh....Dreigon me mandó la dirección del aeropuerto. Me dijo que te la mandara, así podrían llegar.

-Pues hazlo.-gruñó Bakura.

De la pequeña pantalla, que tenía el celular, apareció una dirección, que inmediatamente Bakura guardó en la memoria. Se despidió "cortésmente" de Marik, y siguieron su camino.

-Estaba de mal humor hoy Bakura.-dijo Marik mientras cerraba el celular de Malik.

-¿Ah si?-preguntó sensualmente Malik desde la cama.

-Mmmm...Háblame más a menudo con esa voz, hikari.

-Como quieras...-respondió sensualmente, mientras corría las sábanas de la cama para revelar su cuerpo desnudo.-¿Por qué no vienes a calentarte un poco, Yami?

Marik miró detenidamente el cuerpo desnudo de su compañero. Le sonrió sensualmente y se tiró con él en la cama.

Hacía la tarde, Bakura y Ryo consiguieron un mapa de la ciudad.

Encontraron un hotel dónde pasar los siguientes días para poder recorrer la nueva ciudad para ellos. Después de hospedarse, le preguntó a la chica qué mes era, de qué año, qué día y qué número de día.

-Hoy es Miércoles 13 de Febrero del 3003.

-Gracias.-le contestó Bakura, mientras recogía las llaves y una mucama los acompañaba hasta su habitación.

La mujer les señaló una puerta y luego se fue excusándose de que tenía mucho trabajo que hacer. Los dos albinos entraron y se acomodaron. Ryo se tiró bruscamente sobre la cama de dos plazas que había en el centro de la habitación. Acarició los suaves acolchados y miró al techo delicadamente decorado con motivos medievales. Bakura se recostó a su lado, observándolos con él.

-Hermosos, ¿Verdad?-dijo el espíritu.

-Seh...

-¿Te parece si me acompañas hoy a...? Tu sabes...

-¿Qué?

-Bueno...Ya sabes mi rutina...

-¿Qué demonios quieres hacer Bakura? Al grano, por favor.

-¿Qué te parece si hacemos un poco de escándalo esta noche para atraer algunos policías y matarlos?

Ryo lo miró detenidamente a los ojos, y asintió. Esa noche sería una muy buena, pensó Bakura.

La luz de la luna llena iluminaba toda la ciudad. Dos sombras saltaron de un edificio a otro, sin llamar la más mínima atención.

Un guardia con linterna circulaba los callejones mirando en dónde frecuentemente los homosexuales se juntaban. Frustrado, se alejó sólo unos pasos, para comenzar a escuchar unos gemidos. Se volvió y comenzó a seguir el sonido.

-Mmm...'Kura...¡AH! No tan fuerte…

El eco guió al hombre, hasta un escondrijo dónde halló a dos jóvenes. El primero se encontraba de pie, apoyado contra la pared, mientras que un segundo se encontraba en el medio de las piernas del primero, haciendo vaya que cosas.

-¡Ustedes dos! ¡Coloquen sus manos contra la pared ahora mismo!-rugió el hombre, apuntando a ambos con un arma.

Ryo entre abrió sus ojos sólo para soltar un fuerte gemido de placer y murmurar algo incomprensible. El hombre se enfureció al sentirse ignorado. Cargó su arma y, a través de una radio, llamó a la base diciendo "Código XXX 2". Con un "Fuera", el hombre apuntó y disparó.

Sólo para darse cuenta que los jóvenes habían desaparecido.

-¿Nos buscabas, humano?-dijo Bakura colocándose detrás del hombre amenazándolo con un cuchillo en el cuello, mientras hilos de color blanco salía de su boca.

-Son repugnantes...

-Igual que tú.

Dicho esto, con un rápido movimiento, cortó el cuello del hombre, haciendo que la sangre escapara con velocidad. Tiró el cuerpo al suelo, dónde empezó a juntarse un gran charco de sangre.

Bakura lamió el cuchillo.

Ryo lo abrazó por la cintura, recargando su cabeza dulcemente en su espalda. Las luces brillantes los sorprendieron.

Patrullas, y digo varias patrullas, se encontraba todo alrededor de los chicos.