Yu-Gi-Oh! Fan Fiction ❯ Not Gonna get Us ❯ Chappy 8 ( Chapter 8 )

[ Y - Young Adult: Not suitable for readers under 16 ]

Bakura y Ryo tomaron un auto para llegar hasta el aeropuerto, puesto que ya se encontraban cerca.

El conductor los identificó como a las personas que los oficiales buscaban.

Estaba por tomar su celular, cuando sintió cómo la lengua de la serpiente del más alto comenzaba a saborear su cuello.

-Intenta hacer algo tonto cómo eso, y te costará la vida.-advirtió Bakura.

En lugar de entrar en el aeropuerto, Bakura le indicó al hombre que fuera hasta un callejón. El tipo obedeció, y se detuvo, mientras veía por el espejo retrovisor, cómo Bakura reía maniáticamente, antes de darle la orden de atacar a su víbora. Esta mordió fuertemente el cuello del hombre, clavando sus colmillos bien a fondo de las venas yugulares del hombre, que inmediatamente transportaron el veneno al cerebro del tipo, matándolo de un infarto inmediatamente, sin darle tiempo a reaccionar siquiera.

Ambos chicos se dirigieron a una ventanilla para comprar los pasajes y dirigirse hacía el avión con destino a El Cairo.

Bakura entregó los pasajes, y los hicieron pasar por un detector de metales.

El aparato no sonó y los chicos se dirigieron a su vuelo.

Una azafata verificó sus boletos y los dejó subir.

-¡Bakura, Ryo! ¡Al fin llegan!-dijo Malik desde uno de los asientos de adelante.

-Hola tostado.

-¿Tostado?

-Por tu piel, Malik.-dijo Ryo riendo.

-Ya verás, Bakura, cuando bajemos del avión, te mataré.

-Sólo si puedes.-respondió mientras se sentaba en los correspondientes números de asiento que se les asignaron.

-Oye Ryo, ¿De dónde sacaste esa cobra que usas como bufanda?-dijo Marik, mientras se acercaba para observarla mejor, junto con Yami.

-Es una larga historia. Oh, casi lo olvido. Miren.-dijo mientras mostraba su oreja izquierda.-¿Les gustan?

-¡Te perforaste la oreja!-exclamó Yugi y Malik a la vez.

-Si. Y Bakura también, pero sufrió unos contratiempos.

-¿Te dio miedo, ladrón?-se burló Yami.

-No, sólo me moví y el hombre me perforó otra parte de la oreja, eso es todo.-gruñó Bakura, mientras les mostraba su piercing a los demás.

La azafata anunció que el avión despegará en los próximo 5 minutos.

El avión comenzó a elevarse de la pista, y remontó vuelo rápidamente.

-¡OH RAYOS!-maldijo un oficial.

-Era el único que nos faltaba por revisar. Estoy seguro que allí estaban esos dos.

-Tomemos el próximo. Sale dentro de 2 horas. Los alcanzaremos cuando lleguemos.

-Si.

En el transcurso del vuelo, Bakura y Ryo no dejaron que las víboras comenzaran a pelear, sólo por diversión, ya que estaban aburridas. (N/A: Jiji...Serpientes aburridas...)

Tuvieron que regresarlas a sus formas naturales de brazaletes, y de ves en cuando las dejaban libres para que observaran por la ventanilla de la máquina.

Fue cuando Bakura se quedó dormido, y Mehen se deslizó de su cuerpo dormido, hasta el suelo, comenzando a explorar su nuevo entorno. Se trepó a un respaldo de un asiento, dónde se encontraba una señora leyendo una novela, acercando su hocico hacía su hombro, y mirando las páginas del libro. La mujer sintió como un pequeño silbido, muy leve. Se dio vuelta hacía la izquierda y no vio nada. Lo hizo a la derecha y gritó:

-¡¡UNA VÍBORA!!

Su acompañante se despertó bruscamente y se levantó rápidamente, más bien decir fue empujado por la mujer para apartarse de la víbora. Ryo se levantó, y la abejita salió de entre sus cabellos, observando también. La azafata se acercó a la mujer y esta le señaló a la serpiente que miraba por la ventanilla, cómo diciendo "Yo no hice nada. Soy inocente."

-Disculpe las molestias, señora, pero la serpiente es mía. Debió---

-¡Deberías haberla puesto en su caja para evitar este tipo de accidentes! (N/A: Si como no...¬¬)

-Lo siento. Prometo que no volverá a molestarla.

-Si señora, así lo hará.-la abejita añadió, antes de ser apartada por Ryo, antes de que la mujer se diera cuenta.

-Ven, Mehen...-dijo Ryo, tomando con cuidado a la serpiente, que comenzó a silbar fuertemente, un poco molesta.

-No la hagas enojar. No quiero resultar lastimada.

-Entonces, quédese quieta. No hable, no haga nada y no resultará herida.-dijo Bakura mientras tomaba a su mascota entre sus manos y dejaba que se enrollara en su cuello.

Ambos chicos regresaron a sus respectivos asientos, y tuvieron que permanecer alerta por si sus resbaladizas amigas se escapaban.

El avión aterrizó en el aeropuerto, y los pasajeros comenzaron a bajar.

Los dos albinos esperaron de pie hasta que sus amigos salieran.

-¡Que escándalo, amigo!-dijo Marik, mientras palpaba amistosamente el hombro de Bakura.-¿Por qué tu amiga no la mordió?

-Porque si lo hacía, estaríamos en graves problemas y ella no quiere tener problemas. ¿Verdad, amiguita?-dijo mientras se dirigía a la serpiente, que se

refregó contra la mandíbula de Bakura, cariñosamente.

-Que no se le haga costumbre eh...-advirtió Ryo.

-Ooohooo...Mi pequeño celoso...-dijo el espíritu de la sortija mientras besaba a su amante.

-¡¡YAMISITO!!

-¡Hermana!-Dreigon y Yami se abrazaron afectuosamente y luego se separaron.-Te extrañé.

-Yo igual. Me alegra que todos hayan arribado aquí sanos y salvos.

-Lo único que extrañaremos de Japón es la nieve.-dijo Malik.

-No lo creo. Debido a un cambio climático, que sucedió hace 500 años, ahora en Egipto, en invierno, ¡También nieva!

-¡QUE BIEN!-exclamaron todos a la vez.

-¡Ahí están!-gritó un oficial.

-Oh no...-dijo Ryo.

-No te preocupes, pequeño. No nos atraparán...

-¡Ustedes seis quedan bajo arresto por homosexualidad!

-Un momento, un momento. Estamos en Egipto, y aquí, cómo en todos los demás países, excepto Japón, no prohíben la homosexualidad. Así que, pueden tomar el vuelo de regreso a Japón, y decirle a sus altos que es caso

cerrado.

Los oficiales gruñeron, al ver cómo el grupo se alejaba lentamente del aeropuerto.

Se encontraron con una enorme limosina, que se les hacía demasiado familiar.

-Dreigon, no me digas qué---

-¡¡¡YUGI!!! ¡¡¡AMIGO!!!-Joey salió del enorme auto y abrazó a los chicos más chicos de los siete.-¡¿Cómo se encuentran!? ¡¡Fueron muy malos en no despedirse de nosotros!!

-¡¡JO-JOEY!!-dijo Yugi asombrado.-¡¿Pero cómo?!

-Olvidé decírselos. Recuerden que Seto es la reencarnación del sacerdote, que poseía poderes mágicos, así que, ellos también pasaron la prueba.

-¡¡OH NOOOOOOOO!!-gritaron Bakura y Marik a la vez.

-¿"Oh no" qué?-dijo Seto desde la puerta abierta.-O suben o se quedan.

-Lamentablemente el carácter de Seto no ha cambiado en mil años.-les

susurró Dreigon a los demás, antes de subir a la limosina.

En el viaje, Joey, Yugi, Malik y Ryo, no pararon de hablar.

-Nos decepcionaron---¡¿Te perforaste la oreja!?-dijo Joey, acabando de notar los aretes de su amigo albino.

-Hum...Si. ¿Te agradan?

-SI. Yo también. No se nota mucho, porque es chiquito.-dijo mientras les

mostraba uno que simulaba ser un diamante.-¿Qué dicen?

-¡Bonito!-dijeron los tres.

-Le he dicho que le queda espantoso.-añadió Seto.

-No le hagan caso. El no estuvo de acuerdo con esto, pero aún así lo hice.

-Pero si te queda estupendo.-exclamó Dreigon, en medio de todo el grupo.

-Lo sé, pero Seto no lo quiere decir en público.

-¿A no?-desafió ojos azules.

-Entonces, dilo hombre.-añadió enfrentándolo.

-Te queda más que hermoso, perfecto.-mientras lo besaba.

-Que romántico...-dijeron los espíritus, con sarcasmo, y sus otras partes rieron.

La limosina los dejó en la entrada de la casa de Dreigon, dónde los recibió alegremente un Ojos Azules Caricatura, que se abalanzó a los brazos de su ama. Dreigon le dio unas cuantas caricias antes de soltarlo y guiar a los demás dentro de su casa, para hablar de su viaje.

-Bien, ahora quiero saber cuantas personas acabaron.-dijo entusiasmado Marik, una vez que todos terminaron. Sacó su dispositivo y se fijó.-Yo he acabado con la vida de 250 personas.-dijo orgulloso de si mismo.

-Veinte.-dijo Yami. Bakura dio un suspiro antes de contestar.

-Cinco mil.

-¡¿Qué?!-dijo horrorizado Ryo.-¡¡No puede ser!!

-Escucha, Ryo. Lo hice porque la Muerte me lo pidió.

~ FlashBack ~

Yo había despertado antes que tú, y decidí dar un vistazo antes de que

ambos saliéramos.

Caminé unos cuantos pasos, antes de encontrarme con ese esqueleto.

-Hola, Bakura. Se te ve bien.

-¿Qué quieres ahora?

-Como sabes, Ryo quedó ciego por tratar de devolverte la vida. Si quieres que recupere su vista, quiero que consigas unas cuantas almas para mí.

-¿Cuánto es unas cuantas?

-Cinco mil almas quiero.

-Menos. Mil.

-Cinco mil o no hay trato.

-Eres una perra...De acuerdo.

~ Fin del FlashBack ~

-Es por eso que he acabado con tantas personas.

-¡¿CÓMO PUDISTE!?-le gritó Ryo a Bakura, comenzando a llorar, tirandose de rodillas.

-Ryo, ¿Cómo te encuentras?-preguntó Dreigon, percatándose de que los dos albinos entraron en la sala, luego de dos horas ausentes.

-Mejor.

-¡NO! ¡Me comiste el único caballo que me quedaba!

-Soy mejor en el ajedrez que tu.

-Yo soy mejor que ustedes dos.-se dirigió Bakura a Yugi y Malik que se encontraban jugando.

-Si cómo no.-dijeron a la vez, mientras Ryo se acercaba a ellos para ver como jugaban.

-Al menos, ya no tenemos que escapar de nadie aquí.-dijo Marik, tomando unos sorbos de su té.

-¡OYE! ¡SE SUPONE QUE YO ESTOY JUGANDO!-gritó Malik, al ver cómo Ryo movía sus piezas.

-Jaque....Mate....-dijo el albino, mientras extendía sus manos.

Todos sonrieron, ya que sabían que no sólo le habían hecho jaque mate al juego, sino también a la vida.