Captain Tsubasa Fan Fiction ❯ Ashita wa Motto (Mañana, yo seré...) ❯ ¿Puedes Festejar? ( Chapter 2 )
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"Ashita wa Motto (Mañana, yo seré...)".
Fanfic de Captain Tsubasa.
Advertencia: este fanfic tiene *shonen-ai*, o sea, se menciona el hecho de que hay una relación amorosa entre *dos chicos*. Léelo a tu propio riesgo.
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Parte 2: ¿Puedes Festejar?
Apenas estoy listo con mi corbata, miro a través de la ventana. Alguien está estacionando un auto azul frente al edificio, y me pregunto si...
La respuesta viene casi de inmediato, pues la puertas del auto se abren y veo salir a tres personas. ¿Tres? Sí, tres. La primera es una chica con un vestido azul; claro, es Sanae. También veo a un hombre con un traje gris claro; por su cabello negro y su estatura, es Tsubasa. Así me lo dice también un leve estremecimiento que me recorre el cuerpo, el cual reprimo casi de inmediato. Pero la tercera persona... no puedo realmente verle la cara. Bueno, es un hombre vestido entero de negro, y que lleva una boina en la cabeza... Por la boina, creo que es...
Entonces, él mira hacia arriba, y ahora le veo el rostro. Es Genzo Wakabayashi, debí haberlo pensado... Él me sonríe y hace un gesto con su mano, como diciéndome "¡Ven, Misaki, estamos esperándote!".
Yo también le sonrío, y voy al estudio de mi padre. Al oírme entrar, él se desentiende de su atril y sus pinturas y me mira. "¿Ya te vas?".
"Sí, papá. Ya vinieron por mí. Quizá esté fuera la noche entera, así que te llamo y te digo si es así".
"Ya no eres un chiquillo, Taro", me responde, casi riéndose. "Sabes que confío en ti completamente. Y en *todo* sentido".
Me doy cuenta de la indirecta, y seguramente me estoy sonrojando ya. Yo ya voy por los veintitantos años, pero aún así... "Bien", le digo, aún algo avergonzado, "Te demostraré que merezco esa confianza, papá".
"Hey, yo también fui joven. No hables como si no lo supieras. Y no tienes para qué probar nada... Ya lo hiciste en todos estos años, hijo".
Papá...
No puedo evitar sonreírle. Siempre me alegra comprobar el afecto tan grande que me tiene.
"Gracias, papá. En serio", le digo. "Ahora, debo irme. Nos vemos en la mañana, entonces...".
"Y espero verte sonreír así cuando vuelvas", es su frase de despedida. "Hasta entonces, Taro".
Le hago una pequeña seña con la mano y salgo del estudio. Pocos momentos después ya estoy en el ascensor, y por mientras me lleva al primer piso respiro profundamente para reforzar mi propósito. Ya tomé una decisión, y la mantendré como sea.
Las puertas del ascensor se abren y salgo de allí, yendo hacia el lugar donde mis amigos me esperan, y los saludo alegremente. "¡No los veía desde hace siglos, muchachos! ¡No saben cuánto los he extrañado!".
"Todos nos hemos sentido así, Misaki", Sanae me dice dulcemente. "¡Es maravilloso volverte a ver!".
Pese a que ella es la dueña del corazón de Tsubasa..., la verdad es que nunca he odiado a Sanae. Es una muchacha bonita, honesta, alegre pero no boba, responsable y madura cuando es necesario. En otras circunstancias hubiese odiado admitirlo, pero la mujer que me saluda con tanto afecto merece ser la esposa de Tsubasa.
Entonces yo le sonrío a Sanae, y noto un leve abultamiento en su vientre. Ella se da cuenta y responde a mi silenciosa pregunta. "Oh...", se pone un poco roja. "Son casi cuatro meses de embarazo. Si es un niño, le pondremos Daibu como mi padre. Y si es una niña, se llamará Natsuko como la madre de Tsubasa".
"Suena lindo", le digo, sin ningún rastro de sentimientos negativos.
Ella sonríe y me hace una pequeña caricia en la mejilla con la ternura de una madre. Yo le guiño un ojo y luego miro a Tsubasa y Wakabayashi. Se siente estupendo estar con ellos, que son mis mejores amigos, tal como en los años de infancia.
"Sí, eso fue muy dulce. Gracias, Misaki", me dice Tsubasa mientras extiende una mano para estrechar la mía. Él pone la otra sobre el hombro de su mujer y me sonríe. "¿Listo, Taro Misaki?"
"Más que listo, Tsubasa Ozora", le respondo alegremente. "Ahora, ¿nos vamos?".
"Realmente *deberíamos*", nos interrumpe Wakabayashi". "Sanae tiene que ayudar a la novia, y nosotros tendremos que mantener al novio quieto y tranquilito mientras lo hace, así que..."
"Quieto y tranquilito, dices...". Tsubasa mira a Wakabayashi y le cambia la cara por completo. Casi se le desorbitan los ojos al darse cuenta de lo que quiere decir. "¡No de ESA manera, Wakabayashi!".
"¿De QUÉ manera, eh?", le responde él, los ojos brillando de malicia.
"¡¡Wakabayashi!!"
"¡Lo sabremos al llegar, así que mejor nos vamos!", les interrumpo, no queriendo realmente oír con qué puede venir Wakabayashi (uno de los reyes del sarcasmo en el grupo), y todos nos reímos antes de entrar en el auto y partir hacia nuestro destino.
Mientras nos dirigimos hacia la iglesia, hablamos de todo un poco. De mi floreciente carrera en Francia, de Wakabayashi y su propia vida en Alemania, de Tsubasa y el Barcelona, del pequeño Hayate Oozora que ya camina por todas partes con la ayuda de su "tiíto" Daichi y pasa haciendo trastadas que enloquecen a sus padres y divierten a sus abuelos y a su joven tío Atsushi... pero no puedo evitar notar que, una o dos veces, he sentido la presencia de las invisibles cadenas que los unen a ellos dos. Aquellas que se construyeron lentamente, año tras año de amistad, compañerismo y ternura. Tan parecidas, y a la vez tan distintas a las que nos conecta a mí y a Tsubasa. O mejor dicho, lo que desearía que nos uniera.
"¿Misaki?".
"¿Cómo?!". Sacudo la cabeza y miro a Wakabayashi. Él me mira un poco preocupado.
"¿Te pasa algo malo, Misaki?".
Lo miro a los ojos y apenas puedo reprimir un suspiro. Aún así, trato de distraer su atención. No quiero que se preocupe por mí.
"Estoy cansado, Wakabayashi", le contesto. "He venidos desde el aeropuerto de Orly en París directamente al de Narita, luego a la casa de mi padre donde dormí un poco y me cambié de ropa, y ahora aquí. Casi sin poder descansar, amigo. Imagínate, estoy medio muerto, y terminaré de fallecer tras la fiesta".
"Me lo imagino", me dice, sonriendo. "Hace tres días yo estaba igual que tú. Aparte de que tuve que ensayar...".
Lo último es casi una palabra mágica para mí, capaz de distraerme de la melancolía que empezaba ya a invadirme. "¿¡En serio?! ¿Así que lo que me contó Matsuyama es cierto?", le interrumpo, en un tono un poco muy vivaz comparado con mi cansancio. "¿De veras te pidieron que cantases en la recepción"
Me es un poco extraño, pero sin duda divertido, ver un leve rubor en la cara bronceada de Wakabayashi. Él se rasca un poco la mejilla antes de responderme.
"Bueno..., sí, lo haré. ¿Y?".
"No seas tan modesto, Wakabayashi", interviene Tsubasa. "Te oímos cantar en el karaoke en la despedida de soltero. Así que no puedes negarte, ya que te oímos y vimos todos, desde los veteranos a los nuevos. ¡Y vaya que lo haces bien, si me preguntan a mí...!".
"Estábamos medio borrachos, Tsubasa".
"Pero aún así, y hasta Hyuga lo dijo..."
"¡¿Kojiro dijo eso?! ¡Y pensar que me lo perdí...!", y sacudo la cabeza, recordando las cosas que me contó Matsuyama en su último e-mail junto antes de que yo abordara el avión que me trajo a Japón. Muchas de esas cosas contienen detalles que me meterían en MUCHOS problemas si una sola palabra se escapaba...
"Vamos, no sigan o mejor me callo para siempre...", dice, poniéndose aún más rojo, como si aún fuera un colegial. Es algo inusualmente tímido por parte del Portero Estrella, y que nunca había visto hasta antes de este momento...
"¿Eh? Muchachos..."
Las palabras de Sanae fueron la salvación de Wakabayashi, juzgando por la cara de alivio que puso cuando ella habló. Entonces, Tsubasa estaciona el auto, y eso quiere decir que...
"Ya llegamos. Acá es la boda, en esta iglesia cristiana. Deberíamos estar ya bajando, muchachos...". (1)
Ella abre la puerta y tras sonreírnos, le da un beso a Tsubasa y sale del auto, cerrando la puerta imediatamente. Wakabayashi abre la puerta de atrás junto a la cual está sentado y también sale, y nosotros hacemos lo mismo. Sanae ya se había ido, seguramente para ver dónde estaba Yayoi...
Cierro la puerta del auto, luego voy hacia Wakabayashi quien acaba de cerrar la suya. Entonces noto algo extraño en él. Wakabayashi estaba mirando hacia arriba, contemplando el cielo estrellado con un aire melancólico muy poco común en él.
"Uh, Wakabayashi..."
"¿Sí?", me pregunta. Trato de pensar en algo que decirle, y me doy cuenta de que su boina negra está chueca, inclinada hacia el lado izquierdo de su cabeza. Me acerco algo más.
"Es tu boina", le explico, y levanto la mano. "Déjame arreglártela...".
Él me mira con cierta confusión, pero no dice nada y me deja que le arregle la boina. Y entonces...
"Aaaayyyy... ¡Eso fue tierno, Misaki!!"
Al oír esto me doy vuelta, y veo a mucha gente vestida elegantemente mirándonos. Están nuestros compañeros, la familia de Misugi, la gente del equipo del FC Tokyo... Algunos tenían cara de no creérsela, otros se ven algo incómodos, y otros parecían estar a punto de soltar la risa. Yo al principio no entendía mucho por qué, pero luego veo de que casi estoy cuerpo a cuerpo con Wakabayashi... y casi salto al retroceder, sintiendo el calor en mi rostro sonrojado y no atreviéndome siquiera a mirar a mi amigo. Miré a Tsubasa, pero él se encogió de hombros y se rió un poco.
"Vaya, vaya", e Ishizaki sonríe con malicia. "Nunca nos dijiste nada. ¿Así que conseguiste novio en Europa?".
De no ser porque pude apoyarme en el auto de Tsubasa habría caído al suelo. "¡Espera, Ishizaki! ¡No es lo que parece!".
"¡Capitán, no es justo!", gritaron Izawa, Taki, Takasugi y Kisugi al mismo tiempo, los cuatro ex-Shutetsu mirando fijo a Wakabayashi, su antiguo y eterno capitán.
"¿Qué...?!"
"¿Por qué no nos dijiste antes? ¿No confías en nosotros?", Izawa lo interrumpió tragicómicamente.
"¡¡USTEDES...!!".
En tonces lo miré, y vi que Wakabayashi estaba tan rojo y avergonzado como yo. Pero no tuve tiempo de arrepentirme de haberlo hecho.
"¡Vamos, no se enojen tanto!", y Shingo Aoi nos miró alegremente, moviendo la cabeza. "¿No somos todos amigos y compañeros, y no hemos pasado las mil y una juntos? Ustedes deberían hablar de eso, lo entenderíamos...".
"Sí, sí. Mira quién habla...", le replica Ishizaki, mirándolo fijo. "Recordando lo que una vez me comentó Akai... ¿Le anotaste a tu portero italiano?".
Al pobre Aoi casi se le 'desarma' la cara ante esto. "¡No te metas en lo que sólo nos incumbe a nosotros!".
"¿Así que *les* incumbe?!", le interrumpe Makoto Soda, el stopper del Azumaichi y del Gamba Osaka. "¿Cómo tan cercano, Aoi? ¿No me digas que...?".
Aoi Shingo, siempre tan alegre y libre de espíritu, seguramente ahora desea tener a mano un hoyo portátil para meterse en él y desaparecer. "¡Ya cállense!"
"Oye, Akai...", Ishizaki llama. Pero Tomeya Akai le interrumpe, la cara roja de vergüenza. "¡No pongas palabras tuyas en MI boca, Ishizaki! ¡Sólo dije que me sorprendía un poco lo cercanos que eran, pero nada más!".
Me distraje de la discusión y miré a Aoi. Pero por lo que vi, esto iba en serio. Tenía la cara ahora pálida, los ojos brillantes de molestia, y estaba empezando a apretar los puños. Entonces...
"Cállense... ya basta...", le oigo murmurar.
Yo iba a hablar, pero Ishizaki me interrumpe. Él es un excelente amigo y compañero y uno de los mejores defensas del Júbilo Iwata (no lo voy a saber yo que jugué allí con él hasta hace unos pocos meses), pero NUNCA ha tenido nada de tacto, y no parece notar la molestia de Aoi. Y como su novia y "Pepe Grillo" Yukari no se encuentra acá, sino que con Yayoi y las demás muchachas, ella no puede ayudarnos a cerrarle la boca.
"Ah, vamos", le dice a Aoi, dándole golpecitos con el codo, "no nos digas que en ese sentido te hiciste un autogol...".
De repente, estamos salvados. Y la solución viene de donde menos algunos lo esperan.
"¡Mírate a tí mismo!", dos voces interrumpen al unísono. "¡Tú eres el que más sabe de autogoles!".
Todos miramos a Ishizaki. Él se da vuelta y ve a los gemelos Tachibana parados detrás de él, muertos de la risa. Ja, ellos JAMÁS perderían ocasión de recordarle a Ishizaki sobre su papelón del partido Nankatsu/Hanawa en nuestor pimer campeonato infantil...
"¡Ya no molesten! ¡Eso pasó hace más de 10 años!".
"¿Y perder una oportunidad de reírnos con y de ti?", dijo Kazuo, el mayor de los gemelos. Él miró a su hermano Masao, y ambos sonrieron antes de responder de nuevo al mismo tiempo: "¡ESTÁS LOCO!".
"Ay, Diooooos...".
Aoi, ya más tranquilo, nos miró a mí, Tsubasa y Wakabayashi. Ya éramos todos adultos, casi todos mayores de 20 años (excepto Shingo, Nitta y Sawada, si mal no recuerdo), jugadores profesionales de fútbol soccer, pero...
"No me la creo. Simplemente no puedo", oigo una voz justo detrás mío. Es Kojiro, junto con Wakashimazu, Sorimachi y Sawada. Los Cuatro de Toho tienen la misma expresión de incredulidad en sus rostros.
"¿Quién pensaría que los más populares deportistas de este país pelearían como pendejos por eso?!", Wakashimazu termina la frase, levantando una ceja y moviendo la cabeza, lo cual hace que su largo pelo negro le cubra parte del rostro.
"Si es por mí, por mientras no se den de puñetazos o terminen rodando por el suelo, pues ni hablar", y Tsubasa se encogió de hombros con una sonrisa.
"Bueno, supongo que así como lo ves...", y miramos a nuestros amigos. En ese momento Aoi estaba siendo "torturado" por Soda y los gemelos seguían bromeando con Ishizaki, ahora apoyados por el infaltable Urabe, y hasta los jugadores del FC Tokyo estaban muertos de risa...
"¡Ssssh!! ¡Hey! ¡Acá viene la víctima..., em, el novio!", Mitsuru Sano nos avisó de repente. En efecto, un elegante auto negro estaba siendo estacionado junto al de Tsubasa, y pronto vimos a Misugi, a sus padres y al padre de Yayoi salir de él. Todos dejaron de pelearse, nos miramos unos a otros y sonreímos...
"¡Ah! Así que ya... ¡HEY!".
Jito y Soda, que están entre los más altos y fuertes de la Selección, repentinamente cogieron a Misugi por los brazos. Él intentó resistirse, pero no hubo caso: varios otros, entre ellos unos cuantos jugadores del FC Tokyo, se unieron para inmovilizar a Misugi y arrastrarlo a una habitación de la iglesia especialmente lista para que la novia se preparara para la ceremonia.
"Y aquí vamos...", dijo, casi riendo, antes de seguirlos junto con los demás. Cuando llegamos a la parte de atrás de la iglesia, donde la habitación se ubicaba, los encontramos tratando de meter al pobre Misugi adentro...
"¡Cerrada con llave!", dijo Shun Nitta en voz alta. Todos empezaron a quejarse.
"¡No por mucho tiempo!", dijo alguien de repente. Matsuyama habló con un chico que trabaja en la iglesia, y éste le entregó algo que le fue lanzado a Nitta. Claro, era la copia de la llave... En menos de 2 segundos los muchachos abrieron la puerta, prácticamente lanzaron al novio adentro y la cerraron. Por algunos segundos oímos protestas por parte de las chicas... luego un silencio casi completo...
Finalmente, se abrió la puerta, y un Misugi todo rojo y con la ropa y el cabello en desorden salió y nos miró con la cara que suelen poner los niños cuando han sido sorprendidos en una travesura.
"¿Y cómo estuvo?", preguntó un muchacho del FC Tokyo. "¿Se ve bien?".
Misugi se arregló el cabello, luego enderezó su corbata... e hizo el signo de la victoria. Todo lo malo que estuvo a punto de pasar hace pocos momentos quedó olvidado, ya que todos empezamos a reírnos y a animarlo como si hubiera anotado un gol para la Selección. Y esto incluía incluso a los Cuatro de Toho...
Sí, me digo a mí mismo, definitivamente valió la pena venir...
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"Ahora, Jun Misugi, ¿aceptas a Yayoi Aoba como tu esposa...?".
La voz del sacerdote se oye en toda la iglesia. La atención de todos estaba fija en la pareja que estaba al frente del altar, listos para tomar una pequeña gran decisión.
"Acepto".
Me doy cuenta de que le tiembla la voz, pero no lo culpo.
"Y tú, Yayoi Aoba, ¿aceptas a Jun Misugi como tu esposo...?".
Ishizaki, que está en la fila anterior a la mía, parece estar "luchando" con sus zapatos.
"Acepto".
Su voz apenas se oye en el silencio. Entonces, Matsuyama (el padrino del novio) y su propia prometida Yoshiko se acercaron y les dieron los anillos.
"Te entrego este anillo...", Misugi repetía lentamente las palabras del sacerdote mientras colocaba el anillo en el dedo de Yayoi, con una mano considerablemente más segura y firme que su voz.
"Y yo te entrego este anillo...", continuó Yayoi cuando Misugi terminó de repetir su "parte", sonriendo mientras ella también hacía la misma promesa de amor a su casi-esposo.
Disimuladamente observo a mis amigos. Kojiro estaba cruzado de brazos, moviendo levemente su cabeza, y tanto su mejor amiga (¿sólo eso?) Maki Akamine como Wakashimazu lo miraban sonriendo. La madre de Misugi estaba llorando, y su marido la consolaba. Ishizaki seguía incómodo con sus zapatos y Yukari se reía un poco con esto. Yoshiko estaba apoyada en Matsuyama. Tsubasa y Sanae estaban tomados de las manos...
"Lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe", dijo el sacerdote, con voz fuerte y clara. "Y con el poder conferido a mí por el Padre que está en los Cielos...", se detuvo un poco y miró fijo a los novios, luego alrededor suyo, y sonrió. Muchos estaban por patearlo por esa pausa, eso sí, juzgando por sus expresiones. Entonces, se aclara la garganta y continúa.
"Y con el poder conferido a mí por el Padre que está en los Cielos... los declaro marido y mujer...".
Después de esto, él le asintió a Misugi y Yayoi, y ellos se besaron. Olvidándonos de la etiqueta y los modales, espontáneamente empezamos a aplaudir, animarlos, y a reírnos, tanto los de la selección como la gente del FC Tokyo...
Yo me uní a la celebración también, alaudiendo y riéndome. Estoy contento por los que han decidido tomar esta decisión, y también me siento bien por estar con los que han sido mis amigos desde mis años de fútbol y viajes. Pero aún así, con todo este ambiente de cuento de hadas moderno y de dorama (2) rodeándome, unos restos de tristeza oscurecían todavía un poco el color de mi corazón.
Aún así...
A pesar de lo de hoy, no suelo ser el tipo de persona que se deja llevar por la autocompasión o nada por el estilo. No tengo derecho a quejarme, aparte. Todo fue mi propia decisión.
Así que, aún sonriendo, miro a Misugi y a Yayoi saliendo de la iglesia. Entonces, alguien me habla.
"¿Vienes o no, Misaki?", me pregunta Wakabayashi en voz baja, y me hace seguirlo hacia la salida. Una vez fuera, él se pone la boina que se había quitado al entrar a la iglesia (es una falta de respeto llevar la cabeza cubierta dentro de un templo cristiano) y rápidamente corrige cualquier mala postura en que podría estar. No pude evitar un pequeño mohín de desilusión ante ello, sin saber por qué...
"¿Uh? ¡Hey! ¡Señor Misaki! ¿Le importaría venir unos minutos?".
Un repentino flash de luz casi me ciega, y cuando me recupero de la impresión veo a un fotógrafo al frente mío. Una joven periodista con todo aspecto de ser una de las típicas "niñitas bobas de la farándula" se me acerca, pero antes de que pueda decirme nada más, alguien empieza a tirarme algo en plena cara...
"¿Qué es...?".
Es arroz crudo. Las chicas y algunos muchachos estaban tirando arroz a los recién casados, que ya estaban saliendo; y como estaba demasiado cerca de ellos, parte de los granos me salpicaban a mí y a los periodistas. Wakabayashi me sacó de ahí, como si estuviera sacando a su hermano pequeño del camino de un auto. Antes de que pudiera decirme nada, eso sí, Tsubasa y Sanae se nos unieron.
"La recepción es en el Hotel Príncipe Shinagawa (3). Yayoi y Misugi están casi en camino, y los periodistas están más concentrados en ellos que en nosotros ahora. Aparte, habrán menos de ellos en la fiesta por un acuerdo que hicieron con la familia Misugi y los del FC Tokyo. ¡Vamos!".
Yo le sonrío. "Cuenta conmigo".
Logro abrirme paso entre la gente, y sigo a Tsubasa junto con Wakabayashi y Sanae. Wakabayashi se ha vuelto a sacar la boina y está limpiando los granos de arroz que quedaron en ella. Cuando entró al auto y se sentó a mi lado, él volvió a colocarse la boina, se apoyó contra la ventana y no dijo casi nada en el trayecto al hotel.
*************
Cuando llegamos al Hotel Príncipe Shinagawa, Tsubasa y Wakabayashi se quedaron atrás para hablar con los periodistas que ya estaban en la entrada, y así yo y Sanae entramos casi sin problemas. Los dos vimos a Matsuyama y a Yoshiko esperándonos en la entrada del salón que estaba ya reservado para la fiesta.
"Wakabayashi", dice Matsuyama, "quieren que cantes ahora".
"¿Ahora?".
"Sip, ahora", y le guiña un ojo. "¿Tienes miedo?".
"¿Quién dijo eso?", es la respuesta.
"Hey, era broma. Pero vamos, ¡apresúrate!".
Wakabayashi suspira y cruza los brazos, luego nos mira como diciendo 'ah, ya, bueno...', y entra rápidamente. Quise seguirlo, pero preferí no hacerlo y me quedé con Matsuyama y el resto. Tras hablar un poco más, Yoshiko miró hacia adentro y nos sonrió.
"Está por empezar. ¡Vamos!".
Y así lo hacemos. Wakabayashi ya está con la banda, y los demás ya están sentados junto a las mesas, o (en el caso de los Cuatro de Toho y de Maki) parados junto a las paredes. Wakabayashi está un poco pálido, como si estuviera en una ronda de penales. Nervioso, pero listo para lo que viniera.
Entonces, justo cuando nos estramos sentando, empieza a sonar la música...
//Mou futari wa otaga ino kakoni modorenai
Kimi ga tsubuyaite aruita kaeri michi
Nee kono mama sekai no hatemade yukeru kana?
Fui ni kizutsuketa hitotachi wo omotta
("Ninguno de nosotros puede volver al pasado"
Me lo dijiste cuando íbamos a casa
¿Podremos llegar al fin del mundo si seguimos en este camino?
Recordé de pronto a todos a quienes he herido)
Él empieza a cantar con un poco inseguro, pero adapta rápidamente a la situación...
//Haruni mebaeta koigokoro keikaku wo nerunatsu no gogo
Owaranai aki wo sugi teburadatta futari ni wa
Yuzurenai ai ga aru
(Un amor que floreció en la primavera
En las tardes de verano yo hacía mis planes
Pasando el otoño sin fin
Nosotros tenemos un amor tan grande ahora
después de tener las manos vacías)
"Te dije que todo iba a salir bien, Wakabayashi", oigo a Tsubasa murmurar, sonriendo. "Sabía que lo harías".
Sanae sonríe también, contemplando al muchacho que canta en el escenario.
//Darenimo misenai negai goto wo konya toki hanatou
Itsuka wa kieyuku mahou demo iiyo
Tomoni ima wo ikiteru
(Y esta noche voy a pedirte algo que nunca le diré a nadie...
Aunque esto sea un hechizo que desaparecerá algún día,
quiero quedarme contigo)
Ahora que la duda e inseguridad se han ido, Wakabayashi está dando una presentación muy, pero muy buena. Y su energía se está empezando a contagiar, ya que observando a los presentes veo que muchos de los invitados están tarareando la canción.
//Ah kono yo wa marude ishino aru ikimono no you ni
Mitasarenu unmei wo norou yo
Ah jidai ga bokura no senaka wo oshita koto sae mo
Sinario no ichibu dato waratta
(Ah, este mundo maldice un destino incumplido
Tal como a una cosa viva con voluntad
Ah, esta edad nos empuja hacia atrás
Me reí, como si fuera parte de una mascarada).
Cuando me doy cuenta, ya estoy golpeando levemente el piso con mi pie derecho. También noto que Tsubasa está siguiendo el ritmo de un modo parecido, sus dedos tamborileando sobre la mesa. Y Wakabayashi sigue cantando, cada vez más inspirado...
//Kaidan wo noboru tokimo oriru sono higa kita toshitemo
Kawaranai yasashisa wo muneni himete muneni himete
Kono ashide aruketa nara
(Si el día viene cuando suba las escaleras y se acerca hacia acá,
yo ocultaré este tierno amor en mi corazón, en mi alma...)
Entonces, Wakabayashi mira a Misugi y a Yayoi, y se prepara para cantar la última parte de la canción. Y cuando lo hace, de nuevo nos "sincronizamos" y espontáneamente empezamos a cantar juntos, no importando cuán afinados o desabridos somos.
//Muchuude no bashita yubino sakini fureru mono wa nani?
Doko mademo sunda kimi no hitomi furi sosogu yukiga mau
Oh...
Darenimo misenai negai goto wo konya toki hanatou
Itsuka wa kieyuku mahou demo iiyo
Tomoni ima wo ikiteru
(Si con estas piernas puedo caminar,
¿qué podría tocar con el dedo que extiendo en mis sueños?
La nieve que cae danza, oh...
Y esta noche voy a pedirte algo que nunca le diré a nadie...
Aunque esto sea un hechizo que desaparecerá algún día,
quiero quedarme contigo... ).
Y al final, todos cantamos a voz en cuello, en un coro desorganizado pero lleno de sentimiento...
//I CAN'T FEEL LOVE... WITHOUT YOU
(No puedo sentir amor... Sin tí...)
Cuando la canción termina, vuelvo a mirar alrededor mío para apreciar los efectos de lo que acaba de suceder. Misugi y Yayoi estaban visiblemente emocionados, y Wakabayashi estaba siendo prácticamente ovacionado por los presentes. Su cara estaba roja y los ojos le brillaban de orgullo y alegría...
"Oye, oye".
Me doy vuelta y veo que Matsuyama se me acerca. "¿Sí?".
Él se para a mi lado y se inclina para hablarme en secreto. "Si quieres que te dejen solo, Misaki", me dice en voz baja, "sé más discreto. Por momentos mirabas a Wakabayashi casi como si estuvieses enamorado de él..."
"¿Qué...?", murmuro, sintiendo que casi se me hiela la sangre.
"Eso es, amigo. Tienes suerte de que Ishizaki no se haya dado cuenta esta vez ya que ahora no puede despegarse de Yukari, pero...".
Yo alcanzo a reaccionar y a recoger los trozos de mi dignidad esparcidos por el suelo. "Bien, Matsuyama. Lo haré. Pero tampoco digas nada, ni siquiera a Yoshiko".
Él sonríe y vuelve a su puesto. Por suerte, Tsubasa y Sanae estaban felicitando a Wakabayashi, así que ninguno notó lo que pasó conmigo. Gracias a Dios.
***************************
Tras la pequeña charla con Matsuyama, me mantengo algo alejado de los demás por el resto de la fiesta. No puedo irme o si no atraería la atención de los demás, pero a la vez necesito pensar un poco. Las palabras de mi amigo me han dejado... cómo podría decirlo... hechizado, molesto, y al mismo tiempo aturdido.
Estoy "hechizado", pues nunca me imaginé que me fijaría en alguien más que Tsubasa; "molesto", porque no creí que lo manejaría TAN mal, y estaría al borde de hacer el ridículo; y "aturdido", poruqe... ¡diablos, era peor que una paliza! ¿Realmente soy tan voluble?
"Es ridículo", pienso. "He oído de química instantánea, ¡pero esto es estúpido!".
Genzo Wakabayashi es mi amigo. Uno de los más cercanos a mí en la Selección. El hecho de haber sido compañeros en el Nankatsu y luego ser los dos que vivíamos fuera de Japón nos hizo ser más cercanos entre nosotros (y Tsubasa) que con el resto. Periódicamente yo me dejaba caer en Alemania, y él solía devolverme el favor yendo a Francia cuando podía; eso nos acercó aún más el uno al otro, pues teníamos experiencias de las que los demás carecían, y eso me hacía identificarme más con él. Aparte, a mí siempre me gustó su madurez, su honestidad, el hecho de que tratase de ser el "hermano mayor" para nosotros (tal como Takeshi, Aoi y Nitta eran nuestros "hermanos chicos"), y cómo podía mantenerse calmado incluso en las más difíciles situaciones, como las lesiones en las manos que sufrió en la final del campeonato sub-15 o en el mismo campeonato sub-19...
Pero verle de modo diferente... justo ahora... ¡No, no podía ser!
"Sólo pienso así ya que estoy con una persona que no me permití amar", me digo a mí mismo. "Supongo que cuando me vaya, esto desaparecerá. No te preocupes, Taro, todo va a estar bien...".
"¡Misaki!", me llama alguien. "¡Misugi va a tirar la liga, justo antes de que Yayoi tire el ramo! ¿Vienes?".
Miro al que me llama, y veo que es Aoi. Me alivia ver que está bien, ya que su voz suena alegre y clara.
"¡Hay muy pocos periodistas!", añade Urabe. "¡No te hagas el santo, Misaki!"
"¡Ni que lo fuera!".
La broma de Ishizaki me hace sonrojarme hasta la raíz del pelo. "¡Ya no me molesten! ¡Voy!".
****************************
Ya son como las cuatro de la mañana. Casi todos se han marchado, y en este momento yo y los que quedamos nos estamos despidiendo de los recién casados, de Matsuyama y Yoshiko; ya que ella cogió el ramo de flores y él atrapó la liga de la novia, casi toda la despedida se centró en bromear sobre el hecho de que ellos dos podrían ser los próximos en casarse.
Ahora, nosotros cuatro estamos parados en la entrada del hotel. Recién ahora tomo conciencia de lo realmente fatigado que estoy, y bostezo. Tsubasa se da cuenta de ello.
"¿Te llevamos a casa, Misaki?".
"Hum, quizás... Pero ¿qué hay de Wakabayashi?".
Él nos mira con una pequeña sonrisa. "Me desvío hacia Yokohama, ya que esta noche me quedaré en el departamento de Izawa junto con Taki, Takasugi y Kisugi.".
"¡Capitán!".
Taki está justo frente a nosotros junto con Izawa, Takasugi y Kisugi. Los tres están sonriendo.
"¿Por qué no traemos a Misaki con nosotros? ¿Qué les parece?".
Yo miro a Taki como si le hubiesen crecido aún más sus dientes de conejo. "No me digas...".
"Qué, Misaki, ¿crees que te seguiremos molestando?", y me guiña un ojo. "Hablamos en serio. Realmente nos gustaría que vinieras".
Al principio dudo un poco. Bueno, podría perfectamente negarme, pero veo que Taki es honesto en su petición. Aparte, ya le había dicho a papá que no volvería a casa hasta la mañana; pasar el resto de la jornada con mis amigos no sonaba nada de mal. Incluso con Wakabayashi... Lo miro a la cara, y él se encoge de hombros.
"Si tú quieres...".
No puedo ver ninguna emoción especial en su rostro. Eso me alivia un poco.
"Bueno, ya", digo alegremente. "Aparte", y levanto un poco mi pie derecho, "¡necesito sacarme estos zapatos! ¡Mientras más pronto, mejor!".
Casi no puedo despedirme de Tsubasa y Sanae, ya que apenas digo lo último los ex-miembros del Shutetsu prácticamente nos arrastraron a Wakabayashi y a mí hacia su lugar de reunión. Al darme vuelta, los veo aún parados en la entrada, riendo ante nuestras chiquilladas.
"Adiós, Tsubasa", me digo a mí mismo. "Adiós... amigo mío".
--- continuará
Notas:
(1) Matrimonios en Japón :: Actualmente allá casi no se llevan a cabo matrimonios siguiendo la tradición shinto (la religión principal y autóctona de Japón), pues la gente más joven celebra la ocasión según el rito cristiano. Aparte de ello a veces en vez de cantantes/bandas contratados especialmente y/o pistas grabadas, los amigos de los novios suelen cantar en el matrimonio.
(2) Dorama: el equivalente japonés a las telenovelas.
(3) Hotel Príncipe Shinagawa :: Unos de los más lujosos y caros hoteles de Tokyo, situado en el área de Minato-Ku.
(4) La canción que canta Wakabayashi es "Miyako Wasure (Olvida la Ciudad), del grupo GLAY.
Fanfic de Captain Tsubasa.
Advertencia: este fanfic tiene *shonen-ai*, o sea, se menciona el hecho de que hay una relación amorosa entre *dos chicos*. Léelo a tu propio riesgo.
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Parte 2: ¿Puedes Festejar?
Apenas estoy listo con mi corbata, miro a través de la ventana. Alguien está estacionando un auto azul frente al edificio, y me pregunto si...
La respuesta viene casi de inmediato, pues la puertas del auto se abren y veo salir a tres personas. ¿Tres? Sí, tres. La primera es una chica con un vestido azul; claro, es Sanae. También veo a un hombre con un traje gris claro; por su cabello negro y su estatura, es Tsubasa. Así me lo dice también un leve estremecimiento que me recorre el cuerpo, el cual reprimo casi de inmediato. Pero la tercera persona... no puedo realmente verle la cara. Bueno, es un hombre vestido entero de negro, y que lleva una boina en la cabeza... Por la boina, creo que es...
Entonces, él mira hacia arriba, y ahora le veo el rostro. Es Genzo Wakabayashi, debí haberlo pensado... Él me sonríe y hace un gesto con su mano, como diciéndome "¡Ven, Misaki, estamos esperándote!".
Yo también le sonrío, y voy al estudio de mi padre. Al oírme entrar, él se desentiende de su atril y sus pinturas y me mira. "¿Ya te vas?".
"Sí, papá. Ya vinieron por mí. Quizá esté fuera la noche entera, así que te llamo y te digo si es así".
"Ya no eres un chiquillo, Taro", me responde, casi riéndose. "Sabes que confío en ti completamente. Y en *todo* sentido".
Me doy cuenta de la indirecta, y seguramente me estoy sonrojando ya. Yo ya voy por los veintitantos años, pero aún así... "Bien", le digo, aún algo avergonzado, "Te demostraré que merezco esa confianza, papá".
"Hey, yo también fui joven. No hables como si no lo supieras. Y no tienes para qué probar nada... Ya lo hiciste en todos estos años, hijo".
Papá...
No puedo evitar sonreírle. Siempre me alegra comprobar el afecto tan grande que me tiene.
"Gracias, papá. En serio", le digo. "Ahora, debo irme. Nos vemos en la mañana, entonces...".
"Y espero verte sonreír así cuando vuelvas", es su frase de despedida. "Hasta entonces, Taro".
Le hago una pequeña seña con la mano y salgo del estudio. Pocos momentos después ya estoy en el ascensor, y por mientras me lleva al primer piso respiro profundamente para reforzar mi propósito. Ya tomé una decisión, y la mantendré como sea.
Las puertas del ascensor se abren y salgo de allí, yendo hacia el lugar donde mis amigos me esperan, y los saludo alegremente. "¡No los veía desde hace siglos, muchachos! ¡No saben cuánto los he extrañado!".
"Todos nos hemos sentido así, Misaki", Sanae me dice dulcemente. "¡Es maravilloso volverte a ver!".
Pese a que ella es la dueña del corazón de Tsubasa..., la verdad es que nunca he odiado a Sanae. Es una muchacha bonita, honesta, alegre pero no boba, responsable y madura cuando es necesario. En otras circunstancias hubiese odiado admitirlo, pero la mujer que me saluda con tanto afecto merece ser la esposa de Tsubasa.
Entonces yo le sonrío a Sanae, y noto un leve abultamiento en su vientre. Ella se da cuenta y responde a mi silenciosa pregunta. "Oh...", se pone un poco roja. "Son casi cuatro meses de embarazo. Si es un niño, le pondremos Daibu como mi padre. Y si es una niña, se llamará Natsuko como la madre de Tsubasa".
"Suena lindo", le digo, sin ningún rastro de sentimientos negativos.
Ella sonríe y me hace una pequeña caricia en la mejilla con la ternura de una madre. Yo le guiño un ojo y luego miro a Tsubasa y Wakabayashi. Se siente estupendo estar con ellos, que son mis mejores amigos, tal como en los años de infancia.
"Sí, eso fue muy dulce. Gracias, Misaki", me dice Tsubasa mientras extiende una mano para estrechar la mía. Él pone la otra sobre el hombro de su mujer y me sonríe. "¿Listo, Taro Misaki?"
"Más que listo, Tsubasa Ozora", le respondo alegremente. "Ahora, ¿nos vamos?".
"Realmente *deberíamos*", nos interrumpe Wakabayashi". "Sanae tiene que ayudar a la novia, y nosotros tendremos que mantener al novio quieto y tranquilito mientras lo hace, así que..."
"Quieto y tranquilito, dices...". Tsubasa mira a Wakabayashi y le cambia la cara por completo. Casi se le desorbitan los ojos al darse cuenta de lo que quiere decir. "¡No de ESA manera, Wakabayashi!".
"¿De QUÉ manera, eh?", le responde él, los ojos brillando de malicia.
"¡¡Wakabayashi!!"
"¡Lo sabremos al llegar, así que mejor nos vamos!", les interrumpo, no queriendo realmente oír con qué puede venir Wakabayashi (uno de los reyes del sarcasmo en el grupo), y todos nos reímos antes de entrar en el auto y partir hacia nuestro destino.
Mientras nos dirigimos hacia la iglesia, hablamos de todo un poco. De mi floreciente carrera en Francia, de Wakabayashi y su propia vida en Alemania, de Tsubasa y el Barcelona, del pequeño Hayate Oozora que ya camina por todas partes con la ayuda de su "tiíto" Daichi y pasa haciendo trastadas que enloquecen a sus padres y divierten a sus abuelos y a su joven tío Atsushi... pero no puedo evitar notar que, una o dos veces, he sentido la presencia de las invisibles cadenas que los unen a ellos dos. Aquellas que se construyeron lentamente, año tras año de amistad, compañerismo y ternura. Tan parecidas, y a la vez tan distintas a las que nos conecta a mí y a Tsubasa. O mejor dicho, lo que desearía que nos uniera.
"¿Misaki?".
"¿Cómo?!". Sacudo la cabeza y miro a Wakabayashi. Él me mira un poco preocupado.
"¿Te pasa algo malo, Misaki?".
Lo miro a los ojos y apenas puedo reprimir un suspiro. Aún así, trato de distraer su atención. No quiero que se preocupe por mí.
"Estoy cansado, Wakabayashi", le contesto. "He venidos desde el aeropuerto de Orly en París directamente al de Narita, luego a la casa de mi padre donde dormí un poco y me cambié de ropa, y ahora aquí. Casi sin poder descansar, amigo. Imagínate, estoy medio muerto, y terminaré de fallecer tras la fiesta".
"Me lo imagino", me dice, sonriendo. "Hace tres días yo estaba igual que tú. Aparte de que tuve que ensayar...".
Lo último es casi una palabra mágica para mí, capaz de distraerme de la melancolía que empezaba ya a invadirme. "¿¡En serio?! ¿Así que lo que me contó Matsuyama es cierto?", le interrumpo, en un tono un poco muy vivaz comparado con mi cansancio. "¿De veras te pidieron que cantases en la recepción"
Me es un poco extraño, pero sin duda divertido, ver un leve rubor en la cara bronceada de Wakabayashi. Él se rasca un poco la mejilla antes de responderme.
"Bueno..., sí, lo haré. ¿Y?".
"No seas tan modesto, Wakabayashi", interviene Tsubasa. "Te oímos cantar en el karaoke en la despedida de soltero. Así que no puedes negarte, ya que te oímos y vimos todos, desde los veteranos a los nuevos. ¡Y vaya que lo haces bien, si me preguntan a mí...!".
"Estábamos medio borrachos, Tsubasa".
"Pero aún así, y hasta Hyuga lo dijo..."
"¡¿Kojiro dijo eso?! ¡Y pensar que me lo perdí...!", y sacudo la cabeza, recordando las cosas que me contó Matsuyama en su último e-mail junto antes de que yo abordara el avión que me trajo a Japón. Muchas de esas cosas contienen detalles que me meterían en MUCHOS problemas si una sola palabra se escapaba...
"Vamos, no sigan o mejor me callo para siempre...", dice, poniéndose aún más rojo, como si aún fuera un colegial. Es algo inusualmente tímido por parte del Portero Estrella, y que nunca había visto hasta antes de este momento...
"¿Eh? Muchachos..."
Las palabras de Sanae fueron la salvación de Wakabayashi, juzgando por la cara de alivio que puso cuando ella habló. Entonces, Tsubasa estaciona el auto, y eso quiere decir que...
"Ya llegamos. Acá es la boda, en esta iglesia cristiana. Deberíamos estar ya bajando, muchachos...". (1)
Ella abre la puerta y tras sonreírnos, le da un beso a Tsubasa y sale del auto, cerrando la puerta imediatamente. Wakabayashi abre la puerta de atrás junto a la cual está sentado y también sale, y nosotros hacemos lo mismo. Sanae ya se había ido, seguramente para ver dónde estaba Yayoi...
Cierro la puerta del auto, luego voy hacia Wakabayashi quien acaba de cerrar la suya. Entonces noto algo extraño en él. Wakabayashi estaba mirando hacia arriba, contemplando el cielo estrellado con un aire melancólico muy poco común en él.
"Uh, Wakabayashi..."
"¿Sí?", me pregunta. Trato de pensar en algo que decirle, y me doy cuenta de que su boina negra está chueca, inclinada hacia el lado izquierdo de su cabeza. Me acerco algo más.
"Es tu boina", le explico, y levanto la mano. "Déjame arreglártela...".
Él me mira con cierta confusión, pero no dice nada y me deja que le arregle la boina. Y entonces...
"Aaaayyyy... ¡Eso fue tierno, Misaki!!"
Al oír esto me doy vuelta, y veo a mucha gente vestida elegantemente mirándonos. Están nuestros compañeros, la familia de Misugi, la gente del equipo del FC Tokyo... Algunos tenían cara de no creérsela, otros se ven algo incómodos, y otros parecían estar a punto de soltar la risa. Yo al principio no entendía mucho por qué, pero luego veo de que casi estoy cuerpo a cuerpo con Wakabayashi... y casi salto al retroceder, sintiendo el calor en mi rostro sonrojado y no atreviéndome siquiera a mirar a mi amigo. Miré a Tsubasa, pero él se encogió de hombros y se rió un poco.
"Vaya, vaya", e Ishizaki sonríe con malicia. "Nunca nos dijiste nada. ¿Así que conseguiste novio en Europa?".
De no ser porque pude apoyarme en el auto de Tsubasa habría caído al suelo. "¡Espera, Ishizaki! ¡No es lo que parece!".
"¡Capitán, no es justo!", gritaron Izawa, Taki, Takasugi y Kisugi al mismo tiempo, los cuatro ex-Shutetsu mirando fijo a Wakabayashi, su antiguo y eterno capitán.
"¿Qué...?!"
"¿Por qué no nos dijiste antes? ¿No confías en nosotros?", Izawa lo interrumpió tragicómicamente.
"¡¡USTEDES...!!".
En tonces lo miré, y vi que Wakabayashi estaba tan rojo y avergonzado como yo. Pero no tuve tiempo de arrepentirme de haberlo hecho.
"¡Vamos, no se enojen tanto!", y Shingo Aoi nos miró alegremente, moviendo la cabeza. "¿No somos todos amigos y compañeros, y no hemos pasado las mil y una juntos? Ustedes deberían hablar de eso, lo entenderíamos...".
"Sí, sí. Mira quién habla...", le replica Ishizaki, mirándolo fijo. "Recordando lo que una vez me comentó Akai... ¿Le anotaste a tu portero italiano?".
Al pobre Aoi casi se le 'desarma' la cara ante esto. "¡No te metas en lo que sólo nos incumbe a nosotros!".
"¿Así que *les* incumbe?!", le interrumpe Makoto Soda, el stopper del Azumaichi y del Gamba Osaka. "¿Cómo tan cercano, Aoi? ¿No me digas que...?".
Aoi Shingo, siempre tan alegre y libre de espíritu, seguramente ahora desea tener a mano un hoyo portátil para meterse en él y desaparecer. "¡Ya cállense!"
"Oye, Akai...", Ishizaki llama. Pero Tomeya Akai le interrumpe, la cara roja de vergüenza. "¡No pongas palabras tuyas en MI boca, Ishizaki! ¡Sólo dije que me sorprendía un poco lo cercanos que eran, pero nada más!".
Me distraje de la discusión y miré a Aoi. Pero por lo que vi, esto iba en serio. Tenía la cara ahora pálida, los ojos brillantes de molestia, y estaba empezando a apretar los puños. Entonces...
"Cállense... ya basta...", le oigo murmurar.
Yo iba a hablar, pero Ishizaki me interrumpe. Él es un excelente amigo y compañero y uno de los mejores defensas del Júbilo Iwata (no lo voy a saber yo que jugué allí con él hasta hace unos pocos meses), pero NUNCA ha tenido nada de tacto, y no parece notar la molestia de Aoi. Y como su novia y "Pepe Grillo" Yukari no se encuentra acá, sino que con Yayoi y las demás muchachas, ella no puede ayudarnos a cerrarle la boca.
"Ah, vamos", le dice a Aoi, dándole golpecitos con el codo, "no nos digas que en ese sentido te hiciste un autogol...".
De repente, estamos salvados. Y la solución viene de donde menos algunos lo esperan.
"¡Mírate a tí mismo!", dos voces interrumpen al unísono. "¡Tú eres el que más sabe de autogoles!".
Todos miramos a Ishizaki. Él se da vuelta y ve a los gemelos Tachibana parados detrás de él, muertos de la risa. Ja, ellos JAMÁS perderían ocasión de recordarle a Ishizaki sobre su papelón del partido Nankatsu/Hanawa en nuestor pimer campeonato infantil...
"¡Ya no molesten! ¡Eso pasó hace más de 10 años!".
"¿Y perder una oportunidad de reírnos con y de ti?", dijo Kazuo, el mayor de los gemelos. Él miró a su hermano Masao, y ambos sonrieron antes de responder de nuevo al mismo tiempo: "¡ESTÁS LOCO!".
"Ay, Diooooos...".
Aoi, ya más tranquilo, nos miró a mí, Tsubasa y Wakabayashi. Ya éramos todos adultos, casi todos mayores de 20 años (excepto Shingo, Nitta y Sawada, si mal no recuerdo), jugadores profesionales de fútbol soccer, pero...
"No me la creo. Simplemente no puedo", oigo una voz justo detrás mío. Es Kojiro, junto con Wakashimazu, Sorimachi y Sawada. Los Cuatro de Toho tienen la misma expresión de incredulidad en sus rostros.
"¿Quién pensaría que los más populares deportistas de este país pelearían como pendejos por eso?!", Wakashimazu termina la frase, levantando una ceja y moviendo la cabeza, lo cual hace que su largo pelo negro le cubra parte del rostro.
"Si es por mí, por mientras no se den de puñetazos o terminen rodando por el suelo, pues ni hablar", y Tsubasa se encogió de hombros con una sonrisa.
"Bueno, supongo que así como lo ves...", y miramos a nuestros amigos. En ese momento Aoi estaba siendo "torturado" por Soda y los gemelos seguían bromeando con Ishizaki, ahora apoyados por el infaltable Urabe, y hasta los jugadores del FC Tokyo estaban muertos de risa...
"¡Ssssh!! ¡Hey! ¡Acá viene la víctima..., em, el novio!", Mitsuru Sano nos avisó de repente. En efecto, un elegante auto negro estaba siendo estacionado junto al de Tsubasa, y pronto vimos a Misugi, a sus padres y al padre de Yayoi salir de él. Todos dejaron de pelearse, nos miramos unos a otros y sonreímos...
"¡Ah! Así que ya... ¡HEY!".
Jito y Soda, que están entre los más altos y fuertes de la Selección, repentinamente cogieron a Misugi por los brazos. Él intentó resistirse, pero no hubo caso: varios otros, entre ellos unos cuantos jugadores del FC Tokyo, se unieron para inmovilizar a Misugi y arrastrarlo a una habitación de la iglesia especialmente lista para que la novia se preparara para la ceremonia.
"Y aquí vamos...", dijo, casi riendo, antes de seguirlos junto con los demás. Cuando llegamos a la parte de atrás de la iglesia, donde la habitación se ubicaba, los encontramos tratando de meter al pobre Misugi adentro...
"¡Cerrada con llave!", dijo Shun Nitta en voz alta. Todos empezaron a quejarse.
"¡No por mucho tiempo!", dijo alguien de repente. Matsuyama habló con un chico que trabaja en la iglesia, y éste le entregó algo que le fue lanzado a Nitta. Claro, era la copia de la llave... En menos de 2 segundos los muchachos abrieron la puerta, prácticamente lanzaron al novio adentro y la cerraron. Por algunos segundos oímos protestas por parte de las chicas... luego un silencio casi completo...
Finalmente, se abrió la puerta, y un Misugi todo rojo y con la ropa y el cabello en desorden salió y nos miró con la cara que suelen poner los niños cuando han sido sorprendidos en una travesura.
"¿Y cómo estuvo?", preguntó un muchacho del FC Tokyo. "¿Se ve bien?".
Misugi se arregló el cabello, luego enderezó su corbata... e hizo el signo de la victoria. Todo lo malo que estuvo a punto de pasar hace pocos momentos quedó olvidado, ya que todos empezamos a reírnos y a animarlo como si hubiera anotado un gol para la Selección. Y esto incluía incluso a los Cuatro de Toho...
Sí, me digo a mí mismo, definitivamente valió la pena venir...
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"Ahora, Jun Misugi, ¿aceptas a Yayoi Aoba como tu esposa...?".
La voz del sacerdote se oye en toda la iglesia. La atención de todos estaba fija en la pareja que estaba al frente del altar, listos para tomar una pequeña gran decisión.
"Acepto".
Me doy cuenta de que le tiembla la voz, pero no lo culpo.
"Y tú, Yayoi Aoba, ¿aceptas a Jun Misugi como tu esposo...?".
Ishizaki, que está en la fila anterior a la mía, parece estar "luchando" con sus zapatos.
"Acepto".
Su voz apenas se oye en el silencio. Entonces, Matsuyama (el padrino del novio) y su propia prometida Yoshiko se acercaron y les dieron los anillos.
"Te entrego este anillo...", Misugi repetía lentamente las palabras del sacerdote mientras colocaba el anillo en el dedo de Yayoi, con una mano considerablemente más segura y firme que su voz.
"Y yo te entrego este anillo...", continuó Yayoi cuando Misugi terminó de repetir su "parte", sonriendo mientras ella también hacía la misma promesa de amor a su casi-esposo.
Disimuladamente observo a mis amigos. Kojiro estaba cruzado de brazos, moviendo levemente su cabeza, y tanto su mejor amiga (¿sólo eso?) Maki Akamine como Wakashimazu lo miraban sonriendo. La madre de Misugi estaba llorando, y su marido la consolaba. Ishizaki seguía incómodo con sus zapatos y Yukari se reía un poco con esto. Yoshiko estaba apoyada en Matsuyama. Tsubasa y Sanae estaban tomados de las manos...
"Lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe", dijo el sacerdote, con voz fuerte y clara. "Y con el poder conferido a mí por el Padre que está en los Cielos...", se detuvo un poco y miró fijo a los novios, luego alrededor suyo, y sonrió. Muchos estaban por patearlo por esa pausa, eso sí, juzgando por sus expresiones. Entonces, se aclara la garganta y continúa.
"Y con el poder conferido a mí por el Padre que está en los Cielos... los declaro marido y mujer...".
Después de esto, él le asintió a Misugi y Yayoi, y ellos se besaron. Olvidándonos de la etiqueta y los modales, espontáneamente empezamos a aplaudir, animarlos, y a reírnos, tanto los de la selección como la gente del FC Tokyo...
Yo me uní a la celebración también, alaudiendo y riéndome. Estoy contento por los que han decidido tomar esta decisión, y también me siento bien por estar con los que han sido mis amigos desde mis años de fútbol y viajes. Pero aún así, con todo este ambiente de cuento de hadas moderno y de dorama (2) rodeándome, unos restos de tristeza oscurecían todavía un poco el color de mi corazón.
Aún así...
A pesar de lo de hoy, no suelo ser el tipo de persona que se deja llevar por la autocompasión o nada por el estilo. No tengo derecho a quejarme, aparte. Todo fue mi propia decisión.
Así que, aún sonriendo, miro a Misugi y a Yayoi saliendo de la iglesia. Entonces, alguien me habla.
"¿Vienes o no, Misaki?", me pregunta Wakabayashi en voz baja, y me hace seguirlo hacia la salida. Una vez fuera, él se pone la boina que se había quitado al entrar a la iglesia (es una falta de respeto llevar la cabeza cubierta dentro de un templo cristiano) y rápidamente corrige cualquier mala postura en que podría estar. No pude evitar un pequeño mohín de desilusión ante ello, sin saber por qué...
"¿Uh? ¡Hey! ¡Señor Misaki! ¿Le importaría venir unos minutos?".
Un repentino flash de luz casi me ciega, y cuando me recupero de la impresión veo a un fotógrafo al frente mío. Una joven periodista con todo aspecto de ser una de las típicas "niñitas bobas de la farándula" se me acerca, pero antes de que pueda decirme nada más, alguien empieza a tirarme algo en plena cara...
"¿Qué es...?".
Es arroz crudo. Las chicas y algunos muchachos estaban tirando arroz a los recién casados, que ya estaban saliendo; y como estaba demasiado cerca de ellos, parte de los granos me salpicaban a mí y a los periodistas. Wakabayashi me sacó de ahí, como si estuviera sacando a su hermano pequeño del camino de un auto. Antes de que pudiera decirme nada, eso sí, Tsubasa y Sanae se nos unieron.
"La recepción es en el Hotel Príncipe Shinagawa (3). Yayoi y Misugi están casi en camino, y los periodistas están más concentrados en ellos que en nosotros ahora. Aparte, habrán menos de ellos en la fiesta por un acuerdo que hicieron con la familia Misugi y los del FC Tokyo. ¡Vamos!".
Yo le sonrío. "Cuenta conmigo".
Logro abrirme paso entre la gente, y sigo a Tsubasa junto con Wakabayashi y Sanae. Wakabayashi se ha vuelto a sacar la boina y está limpiando los granos de arroz que quedaron en ella. Cuando entró al auto y se sentó a mi lado, él volvió a colocarse la boina, se apoyó contra la ventana y no dijo casi nada en el trayecto al hotel.
*************
Cuando llegamos al Hotel Príncipe Shinagawa, Tsubasa y Wakabayashi se quedaron atrás para hablar con los periodistas que ya estaban en la entrada, y así yo y Sanae entramos casi sin problemas. Los dos vimos a Matsuyama y a Yoshiko esperándonos en la entrada del salón que estaba ya reservado para la fiesta.
"Wakabayashi", dice Matsuyama, "quieren que cantes ahora".
"¿Ahora?".
"Sip, ahora", y le guiña un ojo. "¿Tienes miedo?".
"¿Quién dijo eso?", es la respuesta.
"Hey, era broma. Pero vamos, ¡apresúrate!".
Wakabayashi suspira y cruza los brazos, luego nos mira como diciendo 'ah, ya, bueno...', y entra rápidamente. Quise seguirlo, pero preferí no hacerlo y me quedé con Matsuyama y el resto. Tras hablar un poco más, Yoshiko miró hacia adentro y nos sonrió.
"Está por empezar. ¡Vamos!".
Y así lo hacemos. Wakabayashi ya está con la banda, y los demás ya están sentados junto a las mesas, o (en el caso de los Cuatro de Toho y de Maki) parados junto a las paredes. Wakabayashi está un poco pálido, como si estuviera en una ronda de penales. Nervioso, pero listo para lo que viniera.
Entonces, justo cuando nos estramos sentando, empieza a sonar la música...
//Mou futari wa otaga ino kakoni modorenai
Kimi ga tsubuyaite aruita kaeri michi
Nee kono mama sekai no hatemade yukeru kana?
Fui ni kizutsuketa hitotachi wo omotta
("Ninguno de nosotros puede volver al pasado"
Me lo dijiste cuando íbamos a casa
¿Podremos llegar al fin del mundo si seguimos en este camino?
Recordé de pronto a todos a quienes he herido)
Él empieza a cantar con un poco inseguro, pero adapta rápidamente a la situación...
//Haruni mebaeta koigokoro keikaku wo nerunatsu no gogo
Owaranai aki wo sugi teburadatta futari ni wa
Yuzurenai ai ga aru
(Un amor que floreció en la primavera
En las tardes de verano yo hacía mis planes
Pasando el otoño sin fin
Nosotros tenemos un amor tan grande ahora
después de tener las manos vacías)
"Te dije que todo iba a salir bien, Wakabayashi", oigo a Tsubasa murmurar, sonriendo. "Sabía que lo harías".
Sanae sonríe también, contemplando al muchacho que canta en el escenario.
//Darenimo misenai negai goto wo konya toki hanatou
Itsuka wa kieyuku mahou demo iiyo
Tomoni ima wo ikiteru
(Y esta noche voy a pedirte algo que nunca le diré a nadie...
Aunque esto sea un hechizo que desaparecerá algún día,
quiero quedarme contigo)
Ahora que la duda e inseguridad se han ido, Wakabayashi está dando una presentación muy, pero muy buena. Y su energía se está empezando a contagiar, ya que observando a los presentes veo que muchos de los invitados están tarareando la canción.
//Ah kono yo wa marude ishino aru ikimono no you ni
Mitasarenu unmei wo norou yo
Ah jidai ga bokura no senaka wo oshita koto sae mo
Sinario no ichibu dato waratta
(Ah, este mundo maldice un destino incumplido
Tal como a una cosa viva con voluntad
Ah, esta edad nos empuja hacia atrás
Me reí, como si fuera parte de una mascarada).
Cuando me doy cuenta, ya estoy golpeando levemente el piso con mi pie derecho. También noto que Tsubasa está siguiendo el ritmo de un modo parecido, sus dedos tamborileando sobre la mesa. Y Wakabayashi sigue cantando, cada vez más inspirado...
//Kaidan wo noboru tokimo oriru sono higa kita toshitemo
Kawaranai yasashisa wo muneni himete muneni himete
Kono ashide aruketa nara
(Si el día viene cuando suba las escaleras y se acerca hacia acá,
yo ocultaré este tierno amor en mi corazón, en mi alma...)
Entonces, Wakabayashi mira a Misugi y a Yayoi, y se prepara para cantar la última parte de la canción. Y cuando lo hace, de nuevo nos "sincronizamos" y espontáneamente empezamos a cantar juntos, no importando cuán afinados o desabridos somos.
//Muchuude no bashita yubino sakini fureru mono wa nani?
Doko mademo sunda kimi no hitomi furi sosogu yukiga mau
Oh...
Darenimo misenai negai goto wo konya toki hanatou
Itsuka wa kieyuku mahou demo iiyo
Tomoni ima wo ikiteru
(Si con estas piernas puedo caminar,
¿qué podría tocar con el dedo que extiendo en mis sueños?
La nieve que cae danza, oh...
Y esta noche voy a pedirte algo que nunca le diré a nadie...
Aunque esto sea un hechizo que desaparecerá algún día,
quiero quedarme contigo... ).
Y al final, todos cantamos a voz en cuello, en un coro desorganizado pero lleno de sentimiento...
//I CAN'T FEEL LOVE... WITHOUT YOU
(No puedo sentir amor... Sin tí...)
Cuando la canción termina, vuelvo a mirar alrededor mío para apreciar los efectos de lo que acaba de suceder. Misugi y Yayoi estaban visiblemente emocionados, y Wakabayashi estaba siendo prácticamente ovacionado por los presentes. Su cara estaba roja y los ojos le brillaban de orgullo y alegría...
"Oye, oye".
Me doy vuelta y veo que Matsuyama se me acerca. "¿Sí?".
Él se para a mi lado y se inclina para hablarme en secreto. "Si quieres que te dejen solo, Misaki", me dice en voz baja, "sé más discreto. Por momentos mirabas a Wakabayashi casi como si estuvieses enamorado de él..."
"¿Qué...?", murmuro, sintiendo que casi se me hiela la sangre.
"Eso es, amigo. Tienes suerte de que Ishizaki no se haya dado cuenta esta vez ya que ahora no puede despegarse de Yukari, pero...".
Yo alcanzo a reaccionar y a recoger los trozos de mi dignidad esparcidos por el suelo. "Bien, Matsuyama. Lo haré. Pero tampoco digas nada, ni siquiera a Yoshiko".
Él sonríe y vuelve a su puesto. Por suerte, Tsubasa y Sanae estaban felicitando a Wakabayashi, así que ninguno notó lo que pasó conmigo. Gracias a Dios.
***************************
Tras la pequeña charla con Matsuyama, me mantengo algo alejado de los demás por el resto de la fiesta. No puedo irme o si no atraería la atención de los demás, pero a la vez necesito pensar un poco. Las palabras de mi amigo me han dejado... cómo podría decirlo... hechizado, molesto, y al mismo tiempo aturdido.
Estoy "hechizado", pues nunca me imaginé que me fijaría en alguien más que Tsubasa; "molesto", porque no creí que lo manejaría TAN mal, y estaría al borde de hacer el ridículo; y "aturdido", poruqe... ¡diablos, era peor que una paliza! ¿Realmente soy tan voluble?
"Es ridículo", pienso. "He oído de química instantánea, ¡pero esto es estúpido!".
Genzo Wakabayashi es mi amigo. Uno de los más cercanos a mí en la Selección. El hecho de haber sido compañeros en el Nankatsu y luego ser los dos que vivíamos fuera de Japón nos hizo ser más cercanos entre nosotros (y Tsubasa) que con el resto. Periódicamente yo me dejaba caer en Alemania, y él solía devolverme el favor yendo a Francia cuando podía; eso nos acercó aún más el uno al otro, pues teníamos experiencias de las que los demás carecían, y eso me hacía identificarme más con él. Aparte, a mí siempre me gustó su madurez, su honestidad, el hecho de que tratase de ser el "hermano mayor" para nosotros (tal como Takeshi, Aoi y Nitta eran nuestros "hermanos chicos"), y cómo podía mantenerse calmado incluso en las más difíciles situaciones, como las lesiones en las manos que sufrió en la final del campeonato sub-15 o en el mismo campeonato sub-19...
Pero verle de modo diferente... justo ahora... ¡No, no podía ser!
"Sólo pienso así ya que estoy con una persona que no me permití amar", me digo a mí mismo. "Supongo que cuando me vaya, esto desaparecerá. No te preocupes, Taro, todo va a estar bien...".
"¡Misaki!", me llama alguien. "¡Misugi va a tirar la liga, justo antes de que Yayoi tire el ramo! ¿Vienes?".
Miro al que me llama, y veo que es Aoi. Me alivia ver que está bien, ya que su voz suena alegre y clara.
"¡Hay muy pocos periodistas!", añade Urabe. "¡No te hagas el santo, Misaki!"
"¡Ni que lo fuera!".
La broma de Ishizaki me hace sonrojarme hasta la raíz del pelo. "¡Ya no me molesten! ¡Voy!".
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Ya son como las cuatro de la mañana. Casi todos se han marchado, y en este momento yo y los que quedamos nos estamos despidiendo de los recién casados, de Matsuyama y Yoshiko; ya que ella cogió el ramo de flores y él atrapó la liga de la novia, casi toda la despedida se centró en bromear sobre el hecho de que ellos dos podrían ser los próximos en casarse.
Ahora, nosotros cuatro estamos parados en la entrada del hotel. Recién ahora tomo conciencia de lo realmente fatigado que estoy, y bostezo. Tsubasa se da cuenta de ello.
"¿Te llevamos a casa, Misaki?".
"Hum, quizás... Pero ¿qué hay de Wakabayashi?".
Él nos mira con una pequeña sonrisa. "Me desvío hacia Yokohama, ya que esta noche me quedaré en el departamento de Izawa junto con Taki, Takasugi y Kisugi.".
"¡Capitán!".
Taki está justo frente a nosotros junto con Izawa, Takasugi y Kisugi. Los tres están sonriendo.
"¿Por qué no traemos a Misaki con nosotros? ¿Qué les parece?".
Yo miro a Taki como si le hubiesen crecido aún más sus dientes de conejo. "No me digas...".
"Qué, Misaki, ¿crees que te seguiremos molestando?", y me guiña un ojo. "Hablamos en serio. Realmente nos gustaría que vinieras".
Al principio dudo un poco. Bueno, podría perfectamente negarme, pero veo que Taki es honesto en su petición. Aparte, ya le había dicho a papá que no volvería a casa hasta la mañana; pasar el resto de la jornada con mis amigos no sonaba nada de mal. Incluso con Wakabayashi... Lo miro a la cara, y él se encoge de hombros.
"Si tú quieres...".
No puedo ver ninguna emoción especial en su rostro. Eso me alivia un poco.
"Bueno, ya", digo alegremente. "Aparte", y levanto un poco mi pie derecho, "¡necesito sacarme estos zapatos! ¡Mientras más pronto, mejor!".
Casi no puedo despedirme de Tsubasa y Sanae, ya que apenas digo lo último los ex-miembros del Shutetsu prácticamente nos arrastraron a Wakabayashi y a mí hacia su lugar de reunión. Al darme vuelta, los veo aún parados en la entrada, riendo ante nuestras chiquilladas.
"Adiós, Tsubasa", me digo a mí mismo. "Adiós... amigo mío".
--- continuará
Notas:
(1) Matrimonios en Japón :: Actualmente allá casi no se llevan a cabo matrimonios siguiendo la tradición shinto (la religión principal y autóctona de Japón), pues la gente más joven celebra la ocasión según el rito cristiano. Aparte de ello a veces en vez de cantantes/bandas contratados especialmente y/o pistas grabadas, los amigos de los novios suelen cantar en el matrimonio.
(2) Dorama: el equivalente japonés a las telenovelas.
(3) Hotel Príncipe Shinagawa :: Unos de los más lujosos y caros hoteles de Tokyo, situado en el área de Minato-Ku.
(4) La canción que canta Wakabayashi es "Miyako Wasure (Olvida la Ciudad), del grupo GLAY.