Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Junto a ti ❯ Capítulo 5 ( Chapter 5 )
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JUNTO A TI
Por Daulaci Serv
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
CAPITULO 5
El plan de Shaoran resultó a la perfección. La idea era hacer que Sakura y Tomoyo intercambiarán lugares. Sakura le prestó la ropa que llevaba a su amiga y está utilizo la peluca castaña que Yamazaki utilizaba para su personaje de estrella de rock.
Mientras Sakura espero un tanto intranquila en la habitación de Tomoyo con la orden de no ser molestada, esta salió de la mansión acompañada por Shaoran. Únicamente ellos y el señor Daidouji sabían lo que estaba sucediendo. Shaoran deseaba comprobar así otra teoría.
No hubo ningún contratiempo y pudieron llegar al hospital sin ningún problema y mientras Tomoyo estaba con Sonomi que aún se encontraba inconsciente Shaoran tuvo una conversación con Yue.
-No se como puedo pasar esto -dijo Shaoran un poco alterado.
-Cálmate, no solucionarás nada en este momento -notando su inquietud. Yue se puso en su lugar un instante: después de todo, ambos eran conocidos por el éxito en sus investigaciones y como expertos en el tema; sus sospechas eran aun solo conjeturas y que el peligro asechaba a todos; incluso, los que estaban en el servicio directo a la familia.
-Lo sé -admitió el joven aspirando profundamente-. Es solo que he repasado los planes una y otra vez. Algo está mal. Siento que, esto no ha acabado aun. Algo está muy cerca...
-O, alguien -añadió Yue.
-O alguien -Shaoran estaba de acuerdo-. Por la forma en que actuaron, sabían lo que íbamos a hacer, la ruta, el número de agentes, todo...
-Los dos chóferes heridos... -continuó Yue-, tenemos un soplón -Shaoran asintió-. Ellos saben lo que están haciendo.
-Pudieron llevarse a la señora Daidouji sin problemas, y no lo hicieron.
-¿Qué quieren entonces?
-A la hija. Las amenazas contra ella son contundentes -dijo con firmeza-, cada vez son más decididas y violentas... Aun queda por concluir las investigaciones por el ataque a la señora Sonomi.
-¿Y el señor Daidouji?
-Preocupado. Lo dejé pensando en algún sospechoso, no imagina quien podría ser.
-¿Y que piensas hacer con la señorita?
-Sacarla del país, tal vez. Pero no sé, tengo la sensación de que eso es lo que esperan que haga. Ya lo han hecho antes.
-Lo sé.
-Quisiera esconderla en algún lugar seguro, no muy lejos. Un lugar donde no la conozcan.
-¿Eso es posible?
-Los señores Daidouji han hecho todo lo posible por mantenerla alejada de la vida pública. Tan buenos han sido que la chica no tiene amigas.
-Es muy hermosa, no será fácil que pase desapercibida -concluyó Yue serenamente.
-Si. Sakura y ella se han hecho muy amigas.
Los dos hombres guardaron silencio unos minutos, meditando cada uno en diferentes cuestiones.
-No deberías dejar que Sakura se involucre demasiado -se escuchó la voz serena de Yue rompiendo el silencio.
-Y me lo dices ahora, que traje a Tomoyo disfrazada como Sakura.
-Sabes a lo que me refiero -Yue se había dado cuenta del riesgo que esto conllevaba. Cuando supervisaba la vigilancia de la habitación de la señora, notó inmediatamente a aquella hermosa mujer que se aproximaba con Shaoran y si no conociera a Sakura desde que era una niña, era probable que la hubiera confundido con ella gracias a la peluca y su vestuario.
-Se a lo que te refieres -recalcó Shaoran-. Te dije que no dejaría que le pasará nada y eso voy a hacer -declaró con firmeza-. Te aseguro que primero me matan a mi antes de que le pueda ocurrir algo a ella.
Yue solo lo observo, sabía que Shaoran hablaba en serio, y sabía que podía confiar en él.
*******************
Los siguientes días estuvieron cargados de tensión en la mansión Daidouji. Una vez más Tomoyo visitó a su madre por la noche en el hospital y una vez más lo hizo disfrazada como Sakura. Nadie, ni siquiera la servidumbre se había dado cuenta del cambio. Gracias al parecido físico, la peluca y anteojos oscuros. Para evitar sospechas esta vez fue Yamazaki quien la acompaño y no hubo ningún contratiempo.
La familia estaba muy preocupada por el estado de salud de Sonomi, quien a pesar de estar estable aún no había recuperado el conocimiento. Los doctores se mantenían optimistas respecto a su recuperación.
Esta vez Tomoyo no pudo sobrellevar la tensión, se veía cada vez más pálida y una ligera ojeras enmarcaban sus ojos, unos ojos que reflejaban una enorme tristeza, su piel había perdido un poco del brillo natural y su carácter antes optimista se veía apagado.
Sakura no sabía que podía hacer por ella. De momento solo podía ser el paño de lágrimas en el que se desahogaba la chica y la confidente de sus temores. Cuando Shaoran no requería de sus servicios directamente, ella se movía a las habitaciones de la jovencita y pasaba horas con ella. A pesar de todo Tomoyo trataba de parecer optimista ante su padre, quien también mostraba ciertos síntomas de abatimiento.
Después de pasar unos momentos con Tomoyo ese día, Sakura se dirigió a la oficina a través del jardín. No podía evitar sentirse contagiada por el estado de ánimo de su amiga. Al entrar en la oficina se dejó caer en el sillón pensativa.
Shaoran que la había visto llegar no pudo evitar pensar que tal vez fue un error permitir la amistad entre las dos chicas. Debió imaginar que Sakura le tomaría gran estimación a Tomoyo y ahora estas eran las consecuencias: alguien como Sakura que se preocupaba por el bienestar de los demás, estaba siendo contagiada por el abatimiento y la tristeza de los demás miembros de la prominente y poderosa familia y eso le inquietaba. Ya no sonreía, que era lo primero que iluminaba sus días tan atareados. Trató de pensar en algo para animarla pero el sonido del teléfono interrumpió sus pensamientos.
-Aquí Li -contestó automáticamente tomando la bocina-. ¿Quién? -preguntó con cierta molestia la escuchar la voz masculina que le hablaba con autoritarismo.
-Sakura -dijo la voz con molestia-. Necesito hablar con Sakura Kinomoto.
-¿De parte de quien? -preguntó más molesto por la familiaridad con la que preguntaba por ella.
-Que le importa, limitese a comunicarme con ella.
-No voy a comunicarlo hasta que me diga quien habla -dijo Shaoran levantando la voz, cosa que llamó la atención de Sakura, quien aun continuaba en el sofá.
-Grrrr -se oyó gruñir a la voz del otro lado-. Soy su hermano.
-¿Y como puedo estar seguro de que usted es realmente su hermano?
Al oír la pregunta Sakura se puso de pie de un salto ¿su hermano? ¿Qué hacia Touya llamándola ahí? Seguramente era él, por la batalla verbal que tenía en ese momento con Shaoran. “Típico de él”
-Shaoran ¿es para mí? -pregunto la chica dulcemente.
-Un tipo que “dice” que es tu hermano -casi gritó Shaoran por el auricular y después se lo tendió a Sakura.
-Gracias Shaoran -ella sonreía tratando de aliviar la tensión-. ¡Hola Touya! -saludo cortésmente para después volverse y hablar en voz baja-. ¿Por qué me hablas aquí?
-Porque nunca estás en tu casa -contestó una voz profunda del otro lado-. Ese es el famoso Li Shaoran -gritó tan fuerte Touya que Sakura tuvo que separarse un poco del aparato. Shaoran pudo oírlo todo, cosa que lo puso rojo del coraje.
-¡Hermano! -lo regaño Sakura-. El es mi jefe -dijo entre dientes.
-Bueno, eso es algo que se puedo solucionar.
-Ya hemos hablado de eso Touya. Sabes que no dejaré mi trabajo -otro gruñido departe del hermano mayor logró que ella frunciera su rostro.- No me haz dicho por que llamaste aquí.
-Porque necesito que estés en casa pronto.
-¿Qué quieres decir con eso?
-La señora Kaede ha sufrido un accidente y me he quedado sin ama de llaves. Te necesito aquí mientras ella regresa.
-¿Qué haga qué cosa? -los ojos de Sakura se abrieron desmesurados y oprimió el auricular mientras escuchaba la voz del otro lado de la línea-. ¡Touya, no puedo! -casi gimió-. No hay forma de que abandone la ciudad ahora.
Shaoran que no había podido dejar de escuchar la conversación ahora prestaba atención sin la menor discreción.
-Necesito ayuda aquí, tú lo sabes. Pide unos días -insitió.
-No, no puedo -su voz sonaba decidida-. Tendrás que agregártelas solo -Sakura cerró los ojos esperando un estallido de parte de su hermano, pero no lo hubo, solo un largo silencio.
-Por lo menos ayúdame a conseguir a alguien.
-Pero...
-Si papá estuviera aquí se lo pediría a él y no quiero molestarlo.
-De acuerdo, te conseguiré a alguien -su voz sonó como si hubiera perdido una batalla, Touya sabía muy bien cuando usar a su papá para hacer cambiar a su hermana de idea. Estaba consciente de ello. Sonreía del otro lado pues había conseguido un si de su hermana.
-Debe ser pronto... Yukito y yo no podemos hacerlo todo y...
-Si, sí te llamaré en cuanto encuentre a la persona adecuada -y miró alrededor con preocupación para detenerse en el cuadro estropeado de Tomoyo, sus ojos brillaron y se volvió con rapidez a Shaoran quien trato de hacerse el disimulado-. Creo que ya tengo a alguien en mente, Touya...
-Tiene que ser buena...
-Ella resultará perfecta...
-Y tiene que saber cocinar...
-Es maravillosa cocinera...
-Más te vale que sea buena monstruo sino...
-Adiós -lo cortó Sakura-. En cuanto pueda te llamaré -y sin esperar más colgó el auricular.
Shaoran no había entendido nada de la última parte de la conversación y la miraba confundido.
-Tengo una idea -anunció Sakura.
Afuera en la tranquilidad del jardín se escucho una voz sorprendida.
-¡Qué!
*******************
Más tarde Sakura estaba en la habitación de Tomoyo tratando de convencerla de lo maravilloso de su plan con la misma vehemencia que lo hizo con Shaoran.
-Pero Sakura ¿encargarse de una casa? -la interrumpió Tomoyo perpleja-. No se cómo llevar una casa, ¡menos un rancho!
-Eso no importa -repuso Sakura con suavidad-. Touya estará satisfecho mientras haya un miembro del sexo femenino en la casa.
-Sakura, no hay forma de que yo… -musitó para ser interrumpida por la otra chica.
-Sabes que tenemos que sacarte de aquí y llevarte a un lugar seguro -dijo muy seria la chica-. Nadie sospecharía ni por un momento que te hemos escondido en un rancho lleno de caballos y vacas, y que no tendría mucho atractivo para una chica de tu condición y menos si esta debe ser el ama de llaves.
Tomoyo se tomó un tiempo para pensarlo. Cuando se enteró que querían alejarla de su casa de nuevo, se opuso rotundamente. Tanto así que Shaoran creyó necesario mostrarle las pruebas que tenían sobre el peligro que corría la chica, muy a pesar del mismo Daidouji que tuvo que estar de acuerdo.
La chica prácticamente se dejó caer en el sillón cuando vio la violencia con la que fue tratado su hermoso cuadro, apenas y pudo leer la carta que habían dejado con él. No se dijo más, la decisión estaba tomada, en cuanto supieran que hacer y como hacerlo para no llamar la atención, Tomoyo sería sacada de la ciudad para llevarla a un lugar seguro.
Tomoyo había tenido pesadillas desde entonces y sentía un estremecimiento cada vez que pensaba en el cuadro y todo lo que hicieron para poder llegar a él. Pero a pesar de eso todavía le quedaba una preocupación más.
-Pero... ¿mi madre?
-Tomoyo -gimió Sakura arrodillándose a su lado-. Te prometo mantenerte al tanto de una forma u otra solo Shaoran y yo sabremos donde estas.
-¿Mi padre...?
-Tampoco se lo diremos a él -negó con la cabeza-. Es por precaución. Solo esperamos que aceptes para comunicárselo a él.
Supongamos que acepto -comenzó a decir con cautela-. ¿Qué cosa implicaría el trabajo?
-No mucho en realidad -contesto Sakura, como si le hubieran quitado un peso de encima-. Los hombres están fuera casi todo el día, por lo tanto, es solo cuestión de pasar un plumero cuando te parezca mejor, y de servir la cena. Es muy rara la ocasión en que ellos van a comer al medio día y en muchas ocasiones ni siquiera habrá eso... mí padre sale largas temporadas y cuando este ahí seguro será más una ayuda para ti que un estorbo... Yukito cuando no esta trabajando pasa la mayor parte del tiempo en casa de Mina su novia.
-¿Y... Touya? -pregunto intrigada.
-Es el que pasa mayor tiempo en casa -repuso Sakura encogiendo los hombros-. Pero ni siquiera eso significa mucho, porque Nakuru se asegura de ello -esto último lo dijo con cierta amargura.
-¿Nakuru? -preguntó sin evitar sonar con cierta desilusión.
-Una chica con la que sale frecuentemente mi hermano, pero solo por insistencia de ella -contestó torciendo la boca -se aparecerá de vez en cuando por la casa, para convencerlo que salgan a pasear, pero sus visitas no son muy frecuentes.
-Ta... tal vez ella podría ayudarlo.
-¿Nakuru? -rió un instante ante la idea-. Dudo si alguna vez en su vida ha cocinado algo, en cuanto a hacer las camas y limpiar -la manera como miró fue elocuente.
-No tengo más remedio ¿verdad?
-No. Hay una cosa más -dijo vacilante-. Por supuesto, nadie debe sospechar siquiera quien eres. Touya en particular. No le agradaría mucho pensar que la hija de Takedo Daidouji le sirve.
-¿Insinúas que debo cambiar mi nombre? -preguntó Tomoyo perpleja.
-No del todo... que te parecería convertirte en Tomoyo Matsube. Es mejor que conserves tu primer nombre para evitar que te equivoques y puedes pasar por una joven pobre, pero trabajadora y honesta, con una familia en aprietos económicos que ella lucha por resolver.
-¿De donde sacaste ese apellido? -sonrió un instante ante la idea de ser otra persona-. ¿Dices Matsube?
Sakura sonrió un poco apenada declarando-. Matsube... es el apellido de un personaje de una novela que leí hace años...
Tomoyo estaba sorprendida con la capacidad de inventiva de Sakura. Lo meditó un momento; dejando de lado sus reservas respecto a su madre, la idea de alejarse de todo aquello le daba cierta tranquilidad. Y por otro lado podría conocer el lugar que tanto ha llamado su atención (en parte gracias a los relatos de Sakura) y también podría conocer a...
-Una cosa más -escuchó la voz de su amiga hablando seriamente-. Deberás asegurarte que Touya nunca averigüe que es engañado. Será un amor si cree en lo que dices ser, pero cuidado si descubre lo contrario. Mi hermano odia las mentiras.
*******************
El autobús iba a una velocidad moderada, lo que le permitía disfrutar del paisaje que se presentaba ante ella. Todo era verde y podía ver algunas montañas a lo lejos adornadas por algunas nubes blancas que se posaban alrededor de ellas. Los árboles a lo largo del camino proyectaban una imagen tranquila y segura, sus hojas ligeramente movidas por el viento parecían saludar.
En sus labios se podía ver una ligera sonrisa que se desvaneció en el momento en que volvió su vista hacia adentro, el aire acondicionado estaba encendido para refrescar el interior pero para ella estaba helando, abrazo su bolso como para darse calor. Había algunas personas dentro dispersas por todo el autobús, en el asiento que había junto a ella y en los otros dos cruzando el pasillo no había nadie, cosa que ella agradecía.
Las demás personas parecías felices por el aire acondicionado, se oían voces platicando, un par de niños jugando. Nunca antes se había sentido tan alejada de lo que la rodeaba, como si hubiera una barrera que se lo impidiera. Aunque esa barrera ella misma la había formado. En otro tiempo, ella se encontraría platicando con alguien o incluso jugando con los niños, pero no podía llamar la atención, no debía hacerlo, una vez más recordó su situación y abrazo con más fuerza su bolso.
Volvió su vista hacia afuera esperando sentir nuevamente esa tranquilidad, pero no pudo hacerlo, el clima había empezado a cambiar como si imitara su estado de ánimo, nubes negras aparecían en el horizonte anunciando la proximidad de una tormenta. De pronto se vio en el reflejo del vidrio, quien le hubiera dicho unas semanas atrás que ahora se encontraría en esa situación. Podía ver los cambios operados en ella, estaba más delgada y un poco ojerosa, pero el cambio más grande era en sus ojos antes provistos de un brillo y alegría natural, ahora proyectaba miedo y soledad. Los eventos de unas horas antes acudieron a ella.
- Flash Back -
Todo había salido según lo planeado. Tomoyo hizo una última visita a su madre antes de irse, a plena luz del día. Ataviada con un largo abrigo, una mascada y unos lentes oscuros, se dirigió a la entrada principal del hospital acompañada por guardaespaldas que la protegía de la prensa.
Alguien había dado aviso a la prensa de la situación de los Daidouji, y ahora eran noticia de primera plana; aunque las circunstancias del “accidente” de Sonomi no eran claras aún. Shaoran quien había hecho lo posible hasta ahora por evitar que esto sucediera, ahora estaba más furioso que nunca, esta gente estaba jugando sucio.
Sakura también fue al hospital esa tarde, pero ella lo hizo un poco antes y por otra entrada al hospital, como una empleada más del lugar. Nadie de los medios reparo en ella.
Después de que Tomoyo se despidiera de su madre aún inconsciente (había hecho lo mismo con su padre en casa), Sakura entró a la habitación y las chicas nuevamente intercambiaron sitios.
Sakura salió de la habitación como si fuera Tomoyo, en esta ocasión ella también utilizó una peluca. Nuevamente atravesaron la barrera de periodistas pero esta vez no pudieron evitar que tomaran algunas fotografías de la chica.
Mientras tanto Tomoyo salía por otro lado del hospital y llegaba hasta un auto donde Yue la estaba esperando.
-¿Todo bien? -pregunto Yue al entrar Tomoyo al carro.
-Cre… creo que si -tartamudeó la chica un tanto intranquila.
-No te preocupes. Pronto estarás alejada de esto.
-Si -en cuanto el auto avanzó Tomoyo se volvió hacia el hospital-. “Hasta pronto mamá”
- Fin Flash Back -
La lluvia caía intensamente en el momento que Tomoyo descendió del autobús en el cruce de caminos que conducía al rancho.
El chofer le había dicho mostrando paternalismo y preocupación al sacar su equipaje del compartimiento exterior:
-¿Está segura de que aquí es donde desea quedarse? -hablando por encima de la lluvia que caía. Incluso Tomoyo vio a ambos lados la soledad que se sentía en aquel páramo.
-Si, aquí me recogerán -le respondió confiada, pero ahora, una hora después, esa confianza se había esfumado.
Un enorme camión se detuvo y el conductor gritó en forma sugestiva:
-¿Te llevo preciosa?
Le dio la espalda y deseó con todas sus fuerzas que Touya apareciera pronto.
Unas luces se aproximaban desde el camino secundario, logrando que el tipo y su camión se alejaran de ahí. Las luces altas de un jeep la cegaron mientras este giraba hacia la carretera principal. Se sentía demasiado entumecida para moverse por frío y la lluvia que aun continuaba cayendo, se levanto el cuello de la gabardina y escuchó.
-¿Tomoyo Matsube?
Debido a su desolada situación, la profunda voz masculina fue un alivio, pero no pudo evitar responder ásperamente:
-¿Acaso es probable que hubiera más de una mujer tonta, en un lugar así una noche como ésta?
Había vuelto la cabeza para mirar la vaga figura junto a ella, pero vio muy poco en la oscuridad, con excepción de una silueta grande cubierta por una capa para la lluvia. El rostro quedaba oculto bajo el ala ancha del sombrero que lo protegía bien.
-Lamento el retraso -se oyó la voz masculina entre dientes-, pero se lo explicaré en el camino. Será mejor que se proteja de la lluvia.
Una mano firme en su hombro la condujo al asiento delantero junto al conductor, y a continuación la alta figura se inclinó para recoger la maleta, un tanto deteriorada, que Sakura había conseguido para ella, ninguna ama de llaves utilizaría el equipaje caro de piel que Tomoyo acostumbraba usar.
Cerró la puerta del pasajero con estrépito y Tomoyo se percató del interior del vehículo: un vehículo para trabajo y campo nada más. No se atrevió a mirar más allá pues lo único que le interesaba era secarse lo más pronto posible o le daría un resfriado.
-Soy Touya Kinomoto -le informó él mientras se colocaba frente al volante; y ella pensó que no era necesaria la presentación. “¿Quién más podría tener ese aire arrogante?"
-¿Qué tan… lejos está el rancho? -preguntó Tomoyo.
-Solo a veinte kilómetros -repuso él, quien se mostraba preocupado por la lluvia lluvia y giró una perilla ubicada en el tablero del vehículo. A continuación sintió el aire caliente que salía de las ventanillas-. Desapareció el puente que estaba en el arroyo, por eso me retrasé, tuve que desviarme y pedir a otro par de rancheros que me ayudaran a adaptar un cruce.
-¡Oh! -fue lo único que ella logró decir, apenada por su enfado ante lo que le pareció una falta de consideración. Permaneció callada y se reclinó contra el acojinado asiento.
No se atrevió a observar a la joven ni siquiera un segundo. Era demasiado el apuro que se había tomado para pasarle a recoger a la parada y luego llevarla al rancho que estaba a una distancia considerable.
Se quito la pañoleta y estiro las piernas, sin poder controlar un suspiro profundo, por el efecto del calor en sus miembros. Antes de llevarla a la terminal de autobuses Yue la había llevado a casa de Sakura donde había dejado la peluca y recogido el equipaje que su amiga había preparado para ella. Ahora se dirigía hacia el aislamiento del rancho Kinomoto, cuyo paisaje la había cautivado desde el mismo momento que Sakura le había mostrado las fotos del lugar y el sujeto que manejaba silenciosamente era aquel que había llamado tanto su atención. Iba al lugar que tanto había escuchado de labios de su nueva amiga y al lado del mismo Touya Kinomoto, el tipo de hombre a quien una joven confiaría su seguridad…
*********Continuará…
Nota de la autora: A partir de este capítulo incluiré algunas situaciones (bastantes, si debo ser honesta) de una novela en la que me inspire para crear este fic. La autora es Elizabeth Graham y la novela se titula Farsa dolorosa. A que los he dejado intrigados ¿eh?
Muchas gracias a Crystal quien ha tenido una idea estupenda para este capítulo y el desarrollo de la historia, esto se ha puesto muy interesante.