Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Junto a ti ❯ Capítulo 17 ( Chapter 17 )
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JUNTO A TI
Por Daulaci Serv
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
Con una especial agradecimiento a Crystal23quien a sido toda una inspiración y un gran apoyo como beta en este fic.
CAPITULO 17
Sakura se encontraba en esos momentos trabajando. Todos estaban muy atareados organizando lo que sería la última salida de Sakura como Tomoyo. Shaoran había sido claro al informar que no quería que hubiera errores. Con todo y eso Sakura aún no se reponía de la sorpresa del día anterior y su mente le daba vueltas una y otra vez a lo sucedido.
- Flash Back -
- Buenas noches.
La fría voz los sobresalto a ambos y voltearon en dirección a esta. Sakura dejó salir una ligera exclamación y sintió como el calor subía desde su cuello a sus mejillas. Quiso apartarse de inmediato pero los brazos de Shaoran se lo impidieron, se volvió a mirarlo y estaba muy serio, se paro con lentitud de la mesa y aun con ella en los brazos devolvió el saludo.
- Buenas noches… Yue
Sakura se había quedado helada observando a Yue en un principio y luego, miraba el rostro de Shaoran. Parecía que se libraba una batalla entre ambas miradas, y no estaba segura de cual de las dos ganaría.
Shaoran encaraba con decisión la mirada de Yue, y es que no permitiría que este lo hiciera sentir como un niño al que atrapaban haciendo una travesura. Si de algo estaba seguro es que lo que sentía por Sakura era algo serio y no permitiría que nadie durara de ello.
Sakura mientras tanto se sentía tan aturdida y es que, ¿cómo en aquel momento, precisamente era Yue quien entraba y la veía así, tan en confianza con su jefe? ¡Estaban besándose y vaya que manera de besarse!
Sabía lo que podía estar pensando Yue en aquellos instantes: Mandarle en el primer tren de vuelta a la hacienda. ¡Los trenes eran muy lentos! Suponía que él mismo, le llevaría.
Entonces todo empeoraba pues Shaoran aun no le soltaba aferrándole por la cintura. Shaoran había conservado la calma (contrario a ella, pues sentía como las piernas le temblaban) ni tampoco retrocedía. Era como si estuviera muy seguro de lo que hacía. Le dio cierta seguridad para enfrentar todo lo que se le viniera arriba a ambos.
Porque tenía el presentimiento de que aunque Yue se la llevara, Shaoran se negaría en dejarla ir. ¿Acaso pedía mucho o deseaba con todas las ganas que lo de ellos fuera más de lo que ella deseaba y él le daba?
- Sakura...- dijo finalmente Yue atrayendo su mirada- Déjanos a solas...
- No... - dijo ella con firmeza y observándole con primera vez con desafío.
Yue no se movió ni tampoco se sorprendió ante su respuesta.
- Será mejor que nos dejes a solas... tenemos que hablar -insistió ahora mirando a Li (quien aun tenía a la chica aferrada por su cintura).
- Te conozco -dijo Sakura si soltándose un poco del agarre de Li y avanzando-. Eres como mi hermano. Como Touya. Es un poco más terco pero ambos son caras de una misma moneda. Creen que, soy demasiado frágil para que alguien pueda apreciarme...creen que, soy demasiado sensible y se aprovecharán de mi.
- Déjanos, ahora...
Esa tercera vez que Yue habló lo hizo con más intensidad y más firmeza. Ella suspiró resignada pero aun firme en su decisión y las consecuencias de aquello. Observó a Shaoran y este asintió en silencio.
Ella respondió en silencio y sin mirar a Yue, se detuvo por a lado diciendo-. Él es un buen hombre... puedo asegurártelo... -finalmente se retiró de la vista de ambos pero quedándose detrás de la puerta para ver que podía alcanzar a escuchar.
El silencio que prosiguió los siguientes minutos fue roto cuando Yue, sacó su arma que llevaba en la chaqueta, esperando tal vez, ver una respuesta en el rostro o la figura de Shaoran de sorpresa, incredulidad o tal vez, arrepentimiento. Pero solo se encontró con la figura de un hombre que no daría su brazo a torcer.
Ante nada ni nadie.
Mucho menos, él.
Puso el arma encima de un escritorio y declaró en un murmullo, alejándose dos pasos de ella.
- ¿Acaso sabes en lo que te estás metiendo? Acabas de romper una de las reglas...
- Se lo que estoy haciendo -declaró cruzándose de brazos y observando a su amigo y colaborador-. Aun no se como pasó, pero se lo que hago...
- Ella nunca ha tenido alguien serio. Una relación firme... -sorprendiendo a Li-. Madura. ¡Que rayos! -parafraseando-. No ha tenido nunca un novio -sorprendiéndole-. Su hermano se ha ocupado de dejar eso claro... y yo, lamento decirlo, algunas veces le ayudé. Por eso, cuando Sakura me solicitó que le buscara empleo en la ciudad y que le ayudara a convencer a su hermano Touya a que le dejara venir sola, fue mas la confianza de Touya hacía a mi, que le consiguió la victoria... porque sabía que jamás permitiría que algo como esto... como lo que he encontrado hoy, se diera. Pero creo que, pedía demasiado.
- Te puedo asegurar que no planeé nada de esto -dijo Shaoran suavizando el tono de su voz pero no dejando de ser firme y decidido-. Las cosas se han ido dando poco a poco... he tratado de evitarlo, te lo juro, pero al final... - tomando aire-. Al final...
- Te resultó imposible -declaró con decisión-. Lo se. Sakura tiene ese efecto en las personas. Pero de todos mis conocidos, fue contigo que la traje... confié en ti. Te expliqué que a Sakura, no la galantearas ni nada por el estilo... que era una mujer diferente... por eso te la presenté como asistente. Pensando que, no romperías el protocolo pues te conocía y sabía que, jamás te involucrarías sentimentalmente y profesionalmente.
- Y no ha sido así, hasta bueno, últimamente...
Yue le sostuvo la mirada.
- Te digo ahora mismo, que no será fácil. Que la hayas conquistado a ella, no te exime de lo que te espera con Touya. Para él, su familia y sus amigos lo son todo. Él no gusta que haya hombres detrás de su hermana y que sepa que tiene algo aquí en la ciudad, estando ella sola, es posible que te prepare para una inminente muerte...
- Lo tomaré como una exageración de tu parte...
- No lo tomes así -declaró Yue con simplicidad-, porque no estoy exagerando -clavando su mirada aun mas en el sujeto declaró-. Ustedes dos... se notan muy cercanos... solo espero que, no sean tan cercanos...
Por la forma en que Yue dijo aquello, Shaoran se vio forzado a responder con la verdad.
- No... -murmuró-. No estamos así de cercanos... -y agregó-. Pero si lo llegamos a estar no es un asunto que le incumba a nadie...
Yue tomó su arma del escritorio y declaró.
- Si, si me atañe... te digo ahora, que salgas de esto... que la dejes...
- Jamás la dejaré -declaró con firmeza-. No puedo. No lo haré -declaró sin dar más detalles de porque.
Ni Yue lo forzaría a una confesión de su parte. ¡Mas aun porque sabía que Sakura estaba del otro lado de la puerta escuchando!
Guardándose su arma Yue salió del sitio encontrándose cara a cara con Sakura en el pasillo y cerró la puerta tras de si.
- Confié en ti -dijo ahora a Sakura tratando de hacer que su conciencia le remordiera-. Te dije que Shaoran Li era un imposible. Te dije como eran sus relaciones de volátiles...
- Se lo que me dijiste Yue -declaró ella-. Se que, Shaoran no es de las personas mas fáciles del mundo. Siempre luchando con sus sentimientos. Siempre pretendiendo ser alguien que no es en verdad. Parece un tipo rudo y firme. Pero, es alguien muy apasionado y sensible. Y eso es lo que me ha llegado a querer y apreciar de él. Se que traicioné tu confianza cuando te prometí aquel día que me ayudaste a instalarme en mi departamento que siempre te lo contaría todo... se que esto te cayó de sorpresa...
- En cierta forma si. Pero en otra... -dudando decirle. Pensó ante su mirada interrogante “Todo el tiempo, ustedes dos, juntos laborando, han encajado mas de lo que todos creen o se imaginan”-. Espero a ver que hará Touya cuando se entere...
- Por lo que diga Touya o deje de decir no dejaré de estar con él. Tienes que comprenderlo y él también. Y por favor, déjame decírselo en su momento.
- Pero... ¿él te quiere, te lo ha dicho Sakura?
- No... -dudo un momento-, no tiene que decírmelo, pero me lo demuestra y eso, basta y sobra para mi, por ahora.
Yue no encontraba que mas decir. Se lo imaginaba. Más aun desde aquella noche de la requisición del apartamento de la muchacha. Y después todo lo demás. Simplemente pasó una mano por los cabellos de ella, quedándose unos instantes con unos mechones en sus manos y sin decir mas nada, se separó, marchándose con espalda firme por el pasillo ante la mirada de la muchacha.
Tomó el pomo de la puerta y exhaló con firmeza. Entró encontrándose con Shaoran de espaldas. Para sorpresa del sujeto, le rodeó con sus delgados brazos y colocó su rostro en su espalda, sintiendo su respirar.
- Todo estará bien... Ya lo verás... -dijo sonriendo.
Shaoran se volteó a ella rodeándole en su cintura y ante la sonrisa de ella y su sonrojo se percató que en efecto, ella tenía razón, todo si podría estar bien.
- ¿Lo crees?
Ella asintió en silencio enfocando su mirada en sus labios y sin la mínima vergüenza, acercó su rostro al suyo y besó sus labios con aquella ternura e inocencia que ella siempre estaba dispuesta a entregarle. Shaoran solo se sentía que había ganado una de las batallas más difíciles de su vida.
Separando sus labios el acariciaba sus cabellos y se quedaron así abrazándose uno y otro en silencio por largo rato.
-Fin Flash Back-
Sakura suspiró al recordar esto último, en ese momento entraba Shaoran a la habitación, se encontraba muy concentrado revisando los horarios de trabajo y las fechas para los siguientes días, no dejaba ni un cabo suelto.
Como sea Sakura se sentía muy orgullosa de la actitud de Shaoran frente a Yue, no se dejo intimidar en ningún momento, eso era un alivio porque ahora más que nunca estaba segura que él podría con lo que sería la última prueba para su relación y esa era: su hermano Touya.
En ese momento Shaoran levantó la vista de los papeles y se encontró con la soñadora mirada de Sakura, él no pudo evitarlo y sonrió, sonrojando a la chica.
*******************
Después de un par de días Tomoyo ya no sabía cuanto tiempo más podría soportar esa situación, y es que desde hace unos días que la presencia de Nakuru en el rancho era constante. No sabía con exactitud que era lo que sucedía pero suponía que Nakuru se encontraba organizando algún evento social porque pasaba el día haciendo llamadas desde la casa y por lo que veía Touya era el que se había ofrecido a ayudarla. ¿Por qué no lo hacia en su casa?, se preguntaba Tomoyo. Ya no la soportaba con sus aires de grandeza, actuando como si fuera la señora de la casa, y como si el evento que organizara fuera muy importante y se tratara de un gran secreto.
Para colmo la mayor parte del tiempo se encontraba a solar con ella. El señor Kinomoto había aceptado la invitación de Nagissa de visitar el campamento de investigación y pasaba la mayor parte del tiempo ahí, regresando para la cena sumamente emocionado con el proyecto de la joven. Mina había ido a visitarla coincidiendo con el primer día que pasara Nakuru ahí y no había vuelto desde entonces, Tomoyo no podía culparla pues era evidente el antagonismo entre las dos mujeres. A Touya casi no lo había visto, Nakuru lo esperaba para irse con él por las noches, nadie sabía lo que podrían estar haciendo pero tampoco lo comentaban.
Nakuru aprovechaba cualquier oportunidad para interrumpirla de sus labores con peticiones absurdas. Tomoyo seguía inmersa en sus pensamientos, cada vez más molesta por la situación y desquitaba su enfado con las verduras que rebanaba con fuerza.
- ¡Que bueno que no soy zanahoria! -exclamó una voz con burla desde la puerta de la cocina.
- ¡Eriol!
- Hola Tomoyo, espero no molestarte.
- No, claro que no. ¿Qué te trae por aquí? -preguntó al tiempo que se lavaba las manos.
- Solo venía a saludarte. Hace mucho que no te veo.
- Ya me había dado cuenta. ¿Dónde había estado?
- Tuve que salir fuera para arreglar algunos pendientes, pero ya estoy de vuelta.
- Que bien.
- Quería invitarte a salir. ¿Estarás libre mañana por la noche?
- Si, creo que si -respondió con alegría, la idea de salir con Eriol la animaba-. ¿A dónde iremos?
- Iremos a cenar a un lugar elegante cerca de aquí.
- ¿Un sitio elegante? ¿Y a que se debe la ocasión?
- ¿Sabes? Pasado mañana es mi cumpleaños.
- ¿De verdad?
- Si. Casi siempre ceno en casa, un pastel; ya sabes, todo en familia. Pero esta vez quiero hacer algo diferente. Cenar y tal vez ir a bailar después.
- ¿Y porque yo? No es que me queje -aclaro en seguida-. Pero, estoy segura que hay otras chicas en el pueblo ansiosas por salir contigo.
- Tal vez -admitió encogiéndose de hombros-. Pero esta vez quiero salir con una amiga -y guiño el ojo.
- Está bien -dijo Tomoyo sonriendo, pensó que tal vez en parte se debía al hecho de que esta vez Kaho no se encontraría con él para celebrar su cumpleaños-. Será un placer ser tu acompañante.
- Gracias, te llamaré después para confirmar la hora, primero quiero hacer la reservación.
Eriol se despidió feliz y estaba por marcharse cuando se volvió hacia Tomoyo.
- Hace un momento que entré, parecías molesta. ¿Hay algo que te preocupe?
- ¡Ah!, no… no es nada -respondió la chica sonrojada.
- Si hay algo en lo que te pueda ayudar…
- De verdad Eriol no pasa nada es solo que…
Tomoyo se detuvo al ver a Nakuru quien entraba a la cocina como siempre mirando analíticamente su alrededor como si pensara encontrar alguna falta.
- Tomoyo vine a decirte… -se calló de inmediato al notar la presencia de su primo-. ¡Eriol! ¿Qué… qué haces aquí?
- Lo mismo digo yo -respondió Eriol lanzando una mirada de comprensión a Tomoyo-. ¿Qué haces aquí Nakuru?
- Eh… eh… -tartamudeó la chica para sorpresa de los presentes-. Bueno… yo… estoy ayudando a Touya con algo que me pidió.
- ¿Touya te pidió ayuda? ¿A ti? -exclamó con ironía.
- Si -respondió altanera-. ¿Por qué te es tan difícil de creer? ¿No crees que yo pueda ayudar a Touya con algo?
- Bueno pues… -dijo Eriol haciendo unos gestos que daban a entender su incredulidad. Tomoyo tuvo que hacer uso de toda su voluntad para no estallar en carcajadas.
- ¡Que más da! -exclamó Nakuru fastidiada-. Tu no me has respondido todavía ¿qué haces aquí?
- Solo vine a invitar a Tomoyo a salir -respondió con naturalidad-, pero ya me iba. Nos vemos más tarde Nakuru -y se volvió a Tomoyo para hablarle al oído, con toda la intención de molestar a su prima-. Te hablo después, suerte, ya me contarás todos los detalles -le guiñó el ojo otra vez y salió tarateando.
Las dos mujeres lo observaron partir. Tomoyo volteó a ver a Nakuru quien estaba visiblemente molesta.
- ¿Se le ofrecía algo señorita? -preguntó disimulando su alegría.
- ¿Qué? -dijo Nakuru con el ceño fruncido-. Lo he olvidado -dio un par de pasos pero se detuvo como si hubiera cambiado de opinión y se dio vuelta lentamente con un gesto de maldad en la cara que hizo que Tomoyo suspirara resignada.
- ¿Se puede saber cuando es que vas a salir con mi primo?
- Mañana.
- ¿Ah si? -dijo interesada, un brillo de malicia se podía apreciar en sus ojos-. Que bien.
- Dime una cosa Tomoyo -dijo Nakuru arrastrando la última palabra-. Además de mi primo, ¿ya ha encontrado a algún “amigo” por estos lugares?
- ¿Amigo?
- Oh, vamos -prosiguió la mujer con falsa modestia-, estoy segura de que una muchacha bonita como tú ha hecho varios amigos, aún en el corto tiempo que llevas aquí.
- Sólo Touya, Yukito, Eriol, Mina y Nagissa -repuso Tomoyo desconcertada.
- Oh, bueno -Nakuru sonrió despreciativamente-, creo que no entran en la clasificación de “amigos”, ¿o si? -hizo una pausa antes de proseguir-. Si yo estuviera en tu lugar, no le daría importancia al hecho de que Touya te llevó a montar el otro día. Su corazón blando a veces lo lleva un poco lejos.
- Imagino que así es -respondió Tomoyo en tono inocente, cosa que molestó a Nakuru.
- No creas que no he notado lo que hay entre Touya y tú -estalló Nakuru.
- No entiendo -mintió Tomoyo.
- Bueno, es sexy, arrebatador y guapo -dijo venenosa-. ¿No te das cuenta que puedes ser simplemente un entretenimiento para él?
- Y supongo que eso a ti no te preocupa.
- Claro que no, él siempre permanece junto a mi. Además cuando estemos casados será muy diferente.
- Entonces no debería importarte -contestó Tomoyo con calma.
- Pero me preocupas -dijo Nakuru con sorna-. Eres una chica muy agradable y no me gustaría que salieras lastimada.
- Soy una mujer de 24 años y cometeré mis propios errores. Olvidemos esta conversación.
- Como tu quieras “querida”. Pero no digas que no te lo advertí. Espero que te diviertas mañana -dijo Nakuru al tiempo que salía de la cocina.
Tomoyo exhaló con fuerza molesta y concluyó que no tenía caso pensar en lo sucedido y volvió a sus tareas, y a desquitarse con las verduras.
*******************
Al día siguiente por la noche Tomoyo estaba casi lista para salir. El señor Kinomoto no se encontraba pues había salido con unos amigos y Yukito también se había disculpado diciendo que saldría con Mina. Según pudo notar Tomoyo debía ser una noche especial pues Yukito se había arreglado con esmero.
Solo Touya estaba en casa pero había subido a arreglarse para salir con Nakuru. Al llegar le había preguntado que haría esa noche y ella simplemente le respondió que saldría. Tal como habían acordado, él no preguntó con quien y tampoco hizo alguno de sus acostumbrados comentarios.
Antes de salir de su habitación dio una última mirada a su apariencia. Esa noche estaba decidida a pasarla bien y quería que Eriol se sintiera orgulloso de llevarla del brazo. Ella también se había esmerado en su arreglo. Se recogió el pelo en un moño en la nuca, lo cual le daba una apariencia más madura que era lo que ella deseaba. El maquillaje lo centró en sus ojos, agrandándolos con un toque dramático. Al final se había animado a llevar el otro vestido que había puesto Sakura en su equipaje. Era un vestido corto con tirantes, ceñido hasta la cintura, de un color que resaltaba el de sus ojos, el escote en la espalda era en “V” y dejaba ver gran parte de esta.
Cuando llegó al recibidor Tomoyo miró su reloj y se dio cuenta que aún era temprano, en su afán por estar lista a tiempo no se percató que era muy pronto para la cita. Iba regresar a su habitación cuando vio salir a Touya del estudio. Tomoyo fue conciente de la mirada apreciativa que le lanzó Touya, cosa que ella disfrutó. También ella pudo notar que Touya vestía un traje oscuro de buen corta, se vía impresionante.
Touya por su parte al ver a la joven le pareció un sueño andante. Estaba radiante y tan hermosa.
- Te ves… muy bien -dijo Touya con una suavidad que hizo que Tomoyo sintiera un escalofrío recorrerle el cuerpo.
- Gracias, tu… tú también -Touya sonrió.
- ¿A qué hora vendrán por ti? -preguntó él haciendo un gran esfuerzo por no dejar ver su molestia.
- En una media hora.
- Te arreglaste temprano. “No quiere hacerlo esperar” -pensó Touya sintiendo que el calor se le subía a la cabeza.
- Si, lo sé. No me di cuenta de la hora.
- ¿Puedo acompañarte mientras esperas?
- Si, claro -respondió Tomoyo sorprendida.
- ¿Esperamos en la sala? -Tomoyo asintió y pasó por delante de él en dirección a la habitación que señalaba.
Touya la siguió, admirando con más confianza la apariencia de la chica. El vestido le favorecía enormemente. De repente sintió la necesidad de encerrarse en la casa con ella. Se imaginó abrazándola, acariciando la parte de la espalda que dejaba al descubierto el vestido al mismo tiempo que soltaba su cabello, besándola hasta dejarla sin aliento. De repente se dio cuenta que ella le hablaba.
- Perdón, ¿qué dijiste?
- ¿Qué si no se te hace tarde a ti para tu cita? -preguntó al tiempo que se sentaba en uno de los sillones.
- No, todavía tengo tiempo -respondió él imitando a la chica, sentándose frente a ella-. ¿Puedo preguntar con quien saldrás?
- Con Eriol.
- ¡Con Eriol! -exclamó sorprendido.
- Si -dijo ella un tanto molesta.
- No se me ocurrió… -dijo confundido.
- ¿Con quien creías que saldría? No conozco a nadie más por aquí.
- Es solo que yo… -maldijo para sus adentros. No pensó que a Eriol se le ocurriría invitarla. Había estado tan ocupado esos días…-. ¿Cuándo te invitó?
- Ayer.
- No sabía que había regresado.
- No entiendo porque te sorprende tanto.
- No vas a poder salir con él esta noche -declaró sorprendiendo a la chica.
- ¿Por qué no? -preguntó ella exaltada-. Ya habíamos quedado que no interferirías…
- No es eso -la interrumpió-. Nakuru ha estado organizando una fiesta sorpresa para Eriol y es hoy.
El teléfono sonó en ese momento impidiendo que Tomoyo dijera algo. Touya se levantó y caminó hacia el aparato. Tomoyo comprendió entonces la actitud de Nakuru y la malicia en sus ojos al decirle que saldría con su primo esa noche. Casi podría imaginársela en ese momento regodeándose de la alegría al imaginarla plantada.
- Es para ti -dijo Touya detrás de ella-. Es Eriol -y le dio el teléfono.
- ¿Eriol? -contestó la chica.
- ¡Tomoyo! No se como decirte esto pero… unos amigos están aquí y no dejan de insistir en que los acompañe a salir… creo saber lo que está pasando… pero no puedo explicarte en este momento. Voy a tardar un poco más de lo previsto… pero iré por ti en cuanto me dejen…
- No te preocupes Eriol -dijo la chica lanzando una mirada a Touya-. Yo… yo te espero.
- ¿De verdad? -dijo aliviado-. Gracias, puedo explicarlo. Solo que tardaré un poco más en pasar por ti.
- Está bien -dijo Tomoyo y escucho un alboroto al otro lado de la línea.
- Tengo que irme, nos vemos más tarde.
- Si… -Tomoyo colgó y lanzó un suspiro.
- Nakuru arreglo que algunos amigos fueran por él -explicó Touya-. La idea era sacarlo como fuera de su casa, le darán una vuelta y después lo llevarán al lugar de la fiesta.
- Ya veo -dijo Tomoyo un tanto desilusionada. Estaba segura que Eriol haría lo posible por ir por ella, pero también estaba segura que Nakuru se encargaría de lo contrario. Se miró el vestido y pensó que debía olvidarse de la “elegante cena”.
- Vamos -dijo Touya tomándola del brazo.
- ¿Qué?
- Si, te llevaré conmigo a la fiesta -respondió mientras la conducía a la puerta.
- Pero…
- Ibas a salir con él ¿no? Y ya estás lista. Supongo que Eriol no se divertiría pensando que estás aquí.
- Él dijo que vendría por mi -repuso descendiendo las escaleras de la salida y siendo dirigida al auto.
- Con mayor razón -dijo ayudándola a subir al auto para después hacer lo mismo-. Así evitaremos que el festejado salga de la fiesta.
Tomoyo no dijo nada más, como sea ya iban camino a la fiesta. Volteo a ver el camino y sonrió satisfecha pensando en la alegría de Eriol al verla llegar y sobre todo en la expresión de Nakuru Akizuki cuando la viera llegar con Touya.
*******************
Tal como imaginó, Nakuru no estaba feliz con su presencia, Tomoyo simplemente le sonrió con inocencia mientras Touya le explicaba lo sucedido. Nunca se enteraría de lo que Nakuru pudo decir al respecto pues en ese momento llegó el festejado y todos gritaron y aplaudieron. Tal como imaginaba, Eriol era una persona muy querida. Todos allí esperaron su turno para felicitarlo hasta que llegó el turno de Tomoyo y Eriol expresó su felicidad al respecto.
- Felicidades ERiol -dijo la chica mientras lo abrazaba y le daba un beso en la mejilla.
- ¡Tú también lo sabías! ¡No puedo creerlo! ¡Y yo preocupado pues creía que te dejaba plantada…! -exclamó abrazándola de nuevo, Tomoyo iba a explicarle cuando una voz a sus espaldas la detuvo.
- ¡Claro que lo sabía! -dijo Touya y también felicitó a Eriol.
- Pues, muchas gracias. Nunca antes me habían sorprendido tanto.
- Fue idea mia -dijo Nakuru atrayendo la atención de el grupo mientras se abría paso entre la multitud.
- Así que esta era la ayuda que le dabas a Touya -concluyó su primo.
Nakuru solo sonrió y abrazó a su primo. Después se alejó llevándose a Touya con ella y la fiesta comenzó.
Poco después Tomoyo se dio cuenta que Nagissa también estaba en la fiesta y gustosas se hicieron compañía pues Nagissa no llevaba acompañante y Tomoyo sabía que no podía acaparar al festejado.
- ¿Cómo te enteraste? -preguntó Tomoyo a Nagissa, quien también se veía espectacular con su vestido rojo y su cabello peinado con elegancia.
- Nakuru me invitó -explicó la chica con una sonrisa pícara-. Aunque claro que casi fue a la fuerza. Me encontré con ella y Touya en el pueblo estaban comprando algunas cosas para la fiesta y Touya hizo que me invitara.
- Ya me imagino -dijo Tomoyo riendo abiertamente.
- Si, en otras circunstancias no hubiera venido… pero tratándose de Eriol…
- Te viste convencida… -argumentó Tomoyo. Nagissa asintió mientras tomaba un trago de su bebida-. Eriol es alguien especial…
- Así es. También puedes notar que es muy popular -señalando al festejado que era felicitado por todos-. Recuerdo a Eriol cuando llegué aquí con mi padre años atrás. Era muy afable y no ha cambiado nada desde entonces. Aunque en aquel momento, estaba con Kaho Mitzuki y yo era… era… -entristeciendo su voz.
- ¿Solo una estudiante? -viéndole asentir Tomoyo colocó su mano en su hombro y dijo-. Pero ya no eres una estudiante y él ya no está con Kaho… -la muchacha asintió apenada.
- Ha estado muy al pendiente de mi estadía aquí. Y cortésmente ha pasado por el campamento dos o tres veces en estos días. Agradezco su ayuda.
- ¿Y no crees que tal vez su cortesía se deba a que le agradas?
- Eriol es un misterio. Estuvo enamorado de Kaho por mucho tiempo…
- Pero como su amiga te digo que al final descubrió que solo le tenía cariño. Entiende que es hora de rehacer su vida -Nagissa le observaba con atención-. Si te gusta, ¿Por qué no te acercas ahora y hablas un rato con él? -sonriéndole para darle confianza.
- ¡No! No… es decir, está muy ocupado con sus amigos… -señalándole a la distancia-. No me gustaría interrumpirle.
- Si, pero no estará con ellos toda la noche… -Tomoyo sonrió dándole ánimo-. Es más, creo que agradecerá que te acerques.
Después de eso no tuvieron mucho tiempo para conversar. La noche no pudo resultar mejor para Tomoyo. Desde el primer momento no le faltaron compañeros, tanto para la cena como para bailar después y hasta se disputaban amistosamente el turno de bailar con tan hermosa dama. Eriol de vez en cuando hacia su aparición y según sus propias palabras la salvaba de las “garras” de sus amigos y baila con ella. El mismo era muy popular y Tomoyo se ofreció a salvarlo si era necesario. Eriol aceptó la broma acordando cual sería la seña para pedirle que fuera en su rescate.
En el otro extremo del salón Touya pensaba que nadie era tan bueno como Nakuru preparando fiestas. Todo parecía memorable, la gente, la música, las flores…
Vio a muchos de sus amigos al echar un vistazo al enorme salón, muy iluminado. El lugar bullía con risas, conversaciones, y la música.
Miró entre la gente hasta encontrar lo que buscaba. Ella bailaba en los brazos de un fornido muchacho. Touya volvió a sentir la punzada de los celos, no era difícil imaginarse cruzando el salón para apartarla de esos brazos y sacarla de ahí para llevársela a un lugar donde pudieran estar solos. Observando hasta el más mínimo detalle de la chica se sentía totalmente hechizado, como un pobre tonto indefenso. No podía dejar de mirarla.
- ¡Touya! -lo llamó una voz a su lado, era Nakuru-. No has bailado conmigo -dijo mientras lo jalaba del brazo, pensó que lo que menos deseaba era bailar, pero en cuanto empezó la pieza se encontró llevando a Nakuru hacia donde se encontraba bailando Tomoyo.
Tomoyo disfrutaba de la agradable pareja de ese momento, cuando se dio cuenta que cerca de ella se encontraba Touya y Nakuru. Era la primera vez en toda la noche que los veía bailando. La joven puedo ver la clara excitación en la cara de Nakuru y la adoración en sus ojos. Para sorpresa suya, tuvo que mirar hacia otro lado, consumida por los celos.
En la siguiente pieza se encontró de nuevo bailando con Eriol y para alivio de Tomoyo ahora era Nagissa la que bailaba con Touya.
- Debo de decir ángel, que has encontrado todo un club de admiradores entre mis amigos -le dijo al oído-. He escuchado nada mas que maravillas de ti, y como quieren invitarte a salir me preguntan cosas de ti… aunque no se que decirles…
- Yo siempre estoy abierta a pasar un buen rato en buena compañía -declaró con una sonrisa-. Ha sido una velada estupenda y todos se divierten…
- Y ya has bailado con casi todos… tengo envidia -declaró con drama-. Una de las mujeres más hermosas aquí presentes, mi amiga de confianza y tengo que amenazar a mis conocidos para que me den la oportunidad de que bailes conmigo - dijo haciendo un mohín provocando una sonrisa en Tomoyo-. ¡Y soy el invitado de honor!
- Hay mujeres aquí que son más apropiadas para bailar contigo y hermosas también, con las cuales no has bailado… -Eriol ahí la observó intrigado.
- ¿Por ejemplo?
- Por ejemplo Nagissa -Eriol no comprendió y ella agregó-. Noto que la evades… podría decirse que es con quien mas te interesa bailar aquí, y dejas que otros bailen con ella… ¿esperarás a que se termine la fiesta?
Eriol acercó más a Tomoyo para que nadie los escuchara.
- ¿Ahora trabajas de celestina? -preguntó con una mirada seria.
- Solo digo lo que veo. Creo que Nagissa ha esperado toda la noche para bailar contigo y no la has sacado a bailar ni una pieza. ¿Qué estás esperando?
Eriol respiró profundo y Tomoyo notó que en verdad Eriol estaba interesado en la muchacha que bailaba con Touya.
- ¿Crees que querrá bailar conmigo? -preguntó sorprendiendo a Tomoyo y ahí no tuvo dudas que la atracción de Nagissa por él podría ser correspondida.
- Solo hay una manera de averiguarlo -dijo Tomoyo sonriendo-. Pero tendremos que esperar a que la pieza termine…
- A eso si que no -guiándole para alcanzar a Touya y Nagissa y sorprendiendo a Tomoyo-. Si tú me ayudas, yo te ayudo
- Eriol… ¿Qué haces? -preguntó mientras terminaban de alcanzar a Touya y la muchacha.
- Oye Kinomoto… -sonrió Eriol mientras bailaba con Tomoyo-. ¿Cambiamos? -sin esperar respuesta, puso a Tomoyo hábilmente como pareja de Touya y una sorprendida Nagissa fue robada de los brazos de Kinomoto.
Cuando cambiaron pareja Tomoyo alcanzó a ver a Nakuru a un par de metros y notó la mirada de odio que le lanzó.
Cuando Touya la abrazó lo sintió tenso. Tomoyo elevó los ojos pensativa hacia el firme mentón y la boca silenciosa sobre su cabeza, mientras comenzaban a moverse con el suave ritmo de la música. Era la primera vez que bailaban. Empezó a disfrutar de la sensación de encontrarse entre sus brazos, la postura rígida de Touya se suavizó de pronto, y el brazo que la rodeaba le oprimió la cintura para atraerla hacia sí. Cuando sintió el mentón de el sobre su cabeza, sonrió porque en ese momento su mirada se encontró con la fría de Nakruru.
Cierta malicia la llevó a deslizar la mano del hombro de Touya hacia su nuca, donde empezó a acariciarle el corto cabello con gran lentitud; hasta que él irguió la cabeza y lanzó un suspiró profundo, para mirar después con frialdad la expresión inocente de la joven.
- Ahora me doy cuenta porqué has sido tan popular esta noche -declaró él con dureza, mientras pasaban entre dos parejas y se perdían en la penumbra de la pista.
- No comprendo tu insinuación -musitó ella, débilmente.
- ¿No comprendes? -la ridiculizó con tono suave-. O eres una mentirosa o mucho más ingenua de lo que yo podría creer.
- ¡No esfuerces tu cerebro por mi culpa! -repuso ella con sarcasmo-. Por lo que a mi respecta…
Pero la pieza termino y ya no hubo oportunidad de que continuara la conversación. Tomoyo agradeció la pieza y se dirigió al grupo donde estaba Eriol y Nagissa.
Touya la vio alejarse molesto, no sabía que le había llevado a hablarle así. Estaba consciente de que conforme pasaba la noche se sentía cada vez más celoso. Y al bailar con ella se desató una sensación de posecividad que no podía calmar. Sabía en lo más profundo de su mente, que Tomoyo no había bailado como él le acusó. Pero en verdad lo que le molestaba es que después que la fiesta andaba tan avanzada solo había tenido aquella oportunidad de tenerla en sus brazos. No le quitó la vista de encima mientras la veía llegar al grupo de Eriol y Nagissa en el había otros tres hombres que se veían encantados con la llegada de Tomoyo.
Tomoyo alejó la sensación de malestar que le había producido la conversación de Touya y se concentró en la plática del grupo en el que se encontraba. Ya había bailado por lo menos una pieza con cada uno de los jóvenes que se encontraban con ella y la conversación era ligera y animada. Tomoyo no pudo evitar reír con el grupo ante las ocurrencias de Eriol. A quien notó en una actitud más relajada junto a Nagissa a quien le había pasado un brazo por la cintura. Celestina o no, como Eriol le dijo, era notable que los dos se gustaban.
Touya seguía observando todo sintiéndose como un intruso. Ella se veía tan animada y no dejaba de sonreír a los hombres que la acompañaban y que al parecer peleaban por tener su atención. Sintió que la sangre le hervía.
De repente Tomoyo volteó en su dirección y lo sorprendió desprevenido. Los ojos preciosos y luminosos de la joven estaban mirando directamente a los suyos. También abrió la boca en un suspiró, como si hubiera leído la reprobación en los pensamientos de él. Se sonrojó. La leve sonrisa que antes iluminaba su cara había desaparecido. Touya no intentó retirar la mirada, incapaz en aquel momento de suavizar la hostilidad que era consciente de estar emanando. Parecía que la atmósfera creada entre la chica y él hubiera absorbido todo el ruido del lugar. Pero no había nada desafiante en la expresión de la joven. Más bien parecía tan vulnerable que era como si su mirada estuviera haciéndole daño.
Entonces ella apartó la vista y rompió el contacto visual, como si el impacto fuera demasiado fuerte.
Nadie alrededor de Tomoyo pareció darse cuenta pues en ese momento aparecieron dos meseros por un extremo del lugar con el pastel de cumpleaños, se oyeron ovaciones y gritos y todos se aproximaron al centro del lugar donde Eriol apagó las velas ante los aplausos de todos.
Tomoyo aplaudía y trataba de mostrarse alegre pero después de unos segundos se sintió cansada y aturdida. Eriol iba a hablar en ese momento y aprovechó la oportunidad para acercarse a Nagissa.
- Me siento un poco acalorada -explicó a la chica al oído.
- ¿Te sientes mal? -preguntó la chica preocupada.
- No, para nada -aseguró Tomoyo sonriendo-. Solo necesito salir un momento, estaré en la terraza.
- Está bien, en unos minutos te alcanzo. Yo también necesito un poco de aire fresco.
Tomoyo se fue hacia la terraza. Todos estaban muy atentos a lo que Eriol decía. Cuando salió respiró aliviada al notar que era la única en el lugar. Alcanzó a oír más aplausos y risas y después el sonido de la música llegó hasta ella, supuso que el baile se había reanudado.
Oyó pasos por las baldosas de la terraza que iban hacia ella, se volvió al tiempo que se le desdibujaba la sonrisa.
- ¡Oh, pensé que eras Nagissa! -dijo algo tensa.
- Nagissa esta bailando con Eriol en este momento -le informó Touya con sequedad-. Ella me dijo que estaba aquí afuera y me pidió que te trajera esto -y le extendió una de las dos copas que llevaba en la mano.
- Gracias -dijo ella tomando la copa con manos temblorosas.
- Estas muy nerviosa -le dijo notando su temblor.
- No es nada -respondió ella tomando un sorbo de la bebida. Touya seguía molesto y Tomoyo era consciente de lo terrible que podía ser él cuando se hallaba en ese estado.
Touya mientras tanto libraba una batalla interna por retomar el control de sus sentimientos. Desesperado tomo todo el contenido de su copa.
- No te parece que lo bebiste demasiado rápido -dijo la chica observándolo con preocupación-. ¿Cuánto… cuánto has bebido esta noche?
- Mucho menos que tú, y mucho menos de lo que se considera peligroso -a continuación la miró fugazmente-. ¡No se puede decir lo mismo de tu comportamiento esta noche! -y dejo su copa a un lado.
- No sé a qué te refieres -repuso ella dejando su copa junto a la de él. Se sentía insegura ante la actitud de Touya y la implacable frialdad que mostraba en ese momento la estremecía.
- No te creo -lo escuchó reír sin humor-, pero seré más explícito -su tono volvió a ser grave-. Acaparaste a todos los hombres sin compromiso -y agregó con sarcasmo-. En este lugar no estamos acostumbrados a que las sensuales mujeres de la ciudad se dignen a fijarse en nosotros, unos simples rancheros.
- ¡No soy eso! -gimió indignada-. Nunca besé en forma provocativa hasta que vine acá y tú… -calló de pronto, y se mordió el labio inferior ¡Cómo debió disfrutar Touya de que hubiera confesado que sus besos significaban algo para ella! Cuánto deseaba no haber acariciado su nuca.
- ¿Hasta que te besé? ¡Por favor, no esperaras que te crea eso!
- Pensé que todo había quedado aclarado el otro día. Pero te comportas de una manera posesiva. Estoy en una fiesta. Eriol es mi amigo y me ha presentado a sus conocidos ¿Qué quieres que haga? ¿Qué rechace a todos los que me inviten a bailar? Como sea, crees muy poco respecto a mi, ¿verdad? -preguntó con amargura.
- Si -repuso él con tal firmeza que la joven lo miró suplicante. Desesperada, reflexionó que él tenía motivos para desconfiar. Sin embargo, ella se había justificado antes; la mayor parte de lo que le dijo era una serie de mentirillas o de verdades a medias. Pero a Touya no se le engañaba con facilidad. Su siguiente comentario lo confirmo:
- Eres un misterio Tomoyo Matsube; uno que estoy decidido a resolver antes que transcurra mucho tiempo.
Una sensación de infelicidad se apoderó de ella. Nunca fue deshonesta como lo era ahora con Touya; el hombre que detestaba la mentira según le comentó Sakura. Y resultaba irónico, que era la última persona en el mundo a quien deseaba engañar. Estaba enamorada de él, aún pasando por alto que se casaría muy pronto. Tal vez debería decirle la verdad… aquí… ahora. Dio un paso hacia él decidida cuando.
- ¡Touya! -gritó una voz desde dentro. Era Nakuru que se acercaba a ellos-. Touya. ¿Qué haces aquí? -preguntó ignorando a Tomoyo.
- Solo estaba conversando un poco con Tomoyo -respondió decepcionado. Pudo darse cuenta segundos antes, que Tomoyo estaba dispuesta a contarle algo. Algo importante y algo que tal vez lo explicaría todo. Pero la interrupción de Nakuru le molestó en verdad.
- Ya veo -dijo Nakuru lanzando una fría mirada a la chica-. Vamos, prometiste bailar conmigo la última pieza -y dicho esto lo tomó de la mano y lo llevó hacia adentro.
Tomoyo los vio alejarse con los ojos llenos de lágrimas tomo su copa e imitando a Touya debió todo su contenido. Tosió un poco y dejó que las lágrimas resbalaran por sus mejillas. Cuando estuvo más tranquila regresó al salón para ver cuando terminaba la última pieza y se iniciaran las despedidas.
En un momento alcanzó a ver a Eriol y Touya intercambiar un par de palabras. Touya volteó en dirección a ella y asintió a lo que le decía Eriol. Ya no pudo ver nada más pues Nagissa se acercó a ella para despedirse.
- Tomoyo tengo rato buscándote -exclamó la chica con alegría-. Solo quería despedirme, espero que nos veamos pronto.
- ¿Cómo te irás? Me dijiste que no traías auto.
- Ah si, Eriol me ha dicho que él me llevará -dijo Nagissa con un brillo especial en los ojos.
- ¿Ah si? ¡Qué bueno! -dijo Tomoyo esforzándose por sonar alegre. Se sentía feliz por ellos dos, pero hubiera querido pedirle a Eriol que la llevara a ella.
Las chicas se despidieron y Nagissa prometió contarle todo lo ocurrido esa noche. Tomoyo se acercó a Eriol para despedirse.
- Muchas gracias por todo -dijo Eriol muy contento-. Esta ha sido una noche llena de sorpresas.
- Me da gusto saber que te la has pasado bien -dijo Tomoyo.
- Si, así ha sido. Espero que no te moleste pero llevare a Nagissa al campamento.
- No, para nada. Veo que ustedes dos se han entendido muy bien.
- Si creo que si -contestó Eriol feliz-. ya he hablado con Touya y él te llevara a casa, dijo que no había problema, que él ya había pensado que te fueras con ellos.
- ¿Con ellos?
- Si, lo siento por esto pero Touya llevará a Nakuru a casa.
- Ah -dijo Tomoyo desilusionada-. No te preocupes, creo que puedo soportar a tu prima un rato más.
- Gracias Tomoyo, eres un ángel. Pasaré a visitarte un día de estos para que hablemos.
- Está bien.
Después de despedirse de varias personas más Tomoyo se encontró con Touya que simplemente le dijo que él la llevaría a casa.
Las mesuradas explicaciones que Touya dio a Nakuru cuando él y Tomoyo llegaron a donde ella, no lograron cambiar la dura expresión de la primera. Y cuando poco después salieron los tres, Nakuru seguía actuando con frialdad.
Cuando llegaron, Touya sugirió a Tomoyo que se pasara al asiento delantero mientras él acompañaba a la rígida Nakuru a la puerta de la entrada, donde pasó largos minutos hablándole en forma convincente. Tomoyo vio cómo Nakuru lo abrazaba en una actitud casi suplicante, y de inmediato desvió la mirada de la pareja. Touya apareció de repente y se subió al auto con brusquedad para después acelerar, se escucho el rechinido de las llantas cuanto tomó la carretera. Parecía muy molesto como si hubiera discutido con Nakuru.
- ¿Tienes que conducir tan aprisa? -preguntó tensa.
- ¿Asustada?
- No -confesó ella con sinceridad, a sabiendas de que con gusto confiaría su vida a este hombre.
Touya redujo la velocidad, pero aún apretaba el volante con fuerza.
- Creo que ahora si podemos hablar de nuestro asunto.
- ¿Q… qué asunto? -tartamudeó la joven.
- El asunto que empezaste mientras bailábamos… -respondió con impaciencia-. ¿En verdad desconoces lo que le ocurre a un hombre cuando recorres el cabello de su nuca con tus preciosos deditos, y te le acercas como gatita mimosa?
- ¡No lo hice!
- Claro que si -la corrigió deprisa-. Y no sólo me pasa a mi. Conozco muy bien las reacciones de un hombre para reconocer cuando una mujer lo excita.
- ¡Ya basta! Yo… yo no excité a nadie, sí sucedió fue por que ellos lo provocaron. Y… y no recorrí el cabello de ninguno, con excepción del… del tuyo.
- ¿Oh? supongamos que es verdad, ¿por qué fui señalado con tu preferencia?
- No lo sé -desesperada encogió los hombros-. Fue una de esas cosas que se hacen… por impulso.
- Ya veo. ¿Entonces me equivoco al pensar que tenía que ver con Nakuru?
- ¿Nakuru?
- Mi… futura esposa.
- ¿Por qué debía interesarme… Na… Nakuru? -preguntó ella con un hilo de voz.
- Por la misma razón que le interesa a Sakura mi hermana -repuso él con sequedad.
- No se de que estás hablando -respondió molesta y se percató de que tomaban el camino de entrada al rancho-. Está bien, se que estuve mal -aceptó con tristeza-, pero ¿por qué estás siendo tan duro conmigo? ¿Soy solo yo o no confías en ninguna mujer?
- Lo hacía hasta que te conocí -mintió él.
No sabía porque estaba siendo tan duro con ella. En cierto modo era una reacción irracional.
- Me encantaría que fueras más amable.
- ¿Por qué? ¿Tendrías una aventura conmigo?
- Me temo que yo no tengo aventuras -repuso ella con la presión sanguínea acelerada.
- Seguro que estás hecha para una. No un lío tonto sino una gran pasión.
- Debes pensar que estoy muy necesitada de afecto -respondió ya molesta por el rumbo que tomaba la conversación.
- Si lo estás, no se te nota -dijo él, a quien también se le había acelerado el corazón-. Lo que si se te nota es tu fastidioso aire virginal, “se mira pero no se toca”.
Pasó un rato largo y tensó en el que ninguno de los dos parecía dispuesto a continuar con la conversación. Tomoyo respiró aliviada cuando Touya detuvo el carro frente a la casa.
- Pareces decepcionada.
- No eres una persona muy agradable para tener cerca, Touya.
- Bueno -dijo él indiferente-, lo soy para la mayor parte de la gente. Admito que tenemos unos cuantos problemas.
- Me asombra que puedas admitir que tienes un problema, porque tú eres muy macho, ¿verdad? Muy autoritario y agresivo.
- Oye, cálmate -dijo él, poniéndole la mano en el hombro-. Lo siguiente que me vas a decir es que no te gusto en absoluto.
- No sería difícil -soltó ella, que en realidad pensaba que había sido muy fácil enamorarse de él-. Con esta actitud tuya como si te perteneciera. ¿Cuándo vas a entender esto? Tú estás con Nakuru. Te casarás con ella y no me viste esta noche armándote escándalos por eso.
Sabía que tenía razón. Más de la que quería admitir; no le pertenecía. Se sentía como un idiota. Guardó silencio unos instantes.
- No me gusta pelearme contigo -respondió él con un suspiro.
- A mi tampoco me gusta pelearme -dijo ella, como si no se pudieran soportar.
Dicho esto, Tomoyo abrió la portezuela y se aprestó a salir del coche, para dirigirse corriendo hacia la casa. Touya no supo como pero se encontró yendo tras ella, sin esfuerzo la alcanzó al llegar a la puerta, y la tomó del brazo, haciéndola volverse hacia si. Tomoyo se veía realmente alterada, sus ojos inundados en lágrimas, sus labios temblando ligeramente, con su respiración entrecortada y forcejeó un poco para soltarse. No se sentía con ganas de darle el gusto de consolarle. Pero Touya no desistiría.
Touya la tomó entre sus brazos para tranquilizarla. Estaba loco por besarla. Quizá había llegado el momento. Vio en sus ojos que ella lo había adivinado, ya no luchaba. Pensó que aquello tenía que pasar. La agarró y la atrajo con fuerza hacia si, de forma que ella estaba de pie temblando. Disfrutó el momento antes de besarla. No tuvo que buscarla. Ya estaba allí, aunque no sabía se la ofrecía porque sabía que era inútil resistirse o porque su deseo era tan fuerte como el de él. Toda la pasión reprimida salió a borbotones. Le sujetó la cara y la besó, un beso apasionado y furioso. Sabía que tenía que tomar las riendas de sus pensamientos, pero no podía contenerse. El leve gemido de Tomoyo solo sirvió para avivar las llamas. Touya movió las manos hasta los delicados hombros, los acarició con los pulgares.
- Tenía que pasar -dijo él al separar sus labios de los de la chica-. He querido besarte desde que te vi lista para salir esta noche.
A ella le costó trabajo recuperar la voz.
- ¿Es así como lo llamas, un beso?
- ¿Te ha parecido mucho más?
- Más bien una toma de poder -contestó, y se pasó la lengua por los labios-. No se que decir.
- A lo mejor ha sido una advertencia. Besos así pueden llevar a cualquier cosa.
“Directamente a la cama”, pensó.
Ella no contestó, sino que miró hacia otro lado, tratando de mantener la compostura.
- Será mejor que entremos -dijo Touya con voz ronca y tomó la mano de Tomoyo para conducirla al interior.
Tomoyo se sentía tan aturdida y confundida que permitió que Touya la guiara hasta la cocina y no hizo ningún intento por soltar su mano.
Antes de cruzar la puerta de la cocina se dieron cuenta que había alguien dentro. Tomoyo no pudo evitar sentir cierta desilusión, pues esperaba… ¿qué esperaba? ¿Qué la besara de nuevo? Si eso era exactamente lo que quería.
Touya se detuvo antes de entrar a la cocina, era un gran inconveniente que alguien estuviera ahí. Sintió ganas de darse la vuelta y llevarla a otro lado. Apretó su mano decidido a irse de ahí…
- ¿Quién esta ahí? -preguntó el señor Kinomoto desde la cocina.
Touya dejó escapar un suspiro exasperado y soltó la mano de Tomoyo para abrir la puerta y cederle el paso.
- ¡Ah, son ustedes! ¿Cómo les fue? ¿Cómo estuvo la fiesta?
- Bien, muy bien -contestaron al mismo tiempo, los dos se lanzaron una mirada incómoda y Tomoyo miró hacia otro lado sonrojada.
- Yo bajé a prepararme un té, no podía dormir creo que la cena me calló pesada -explicó Fujitaka desconcertado al notar la actitud de los jóvenes, dubitativo agrego-: ¿Alguno de los dos gusta una taza?
- No gracias -se apresuró a contestar Tomoyo nerviosa-. Estoy cansada, si me disculpan me iré a descansar. Buenas noches.
- Buenas noches -respondió Fujitaka mientras la veía salir por el pasillo-. ¿Pasa algo malo?
- No, nada -aseguró Touya sintiéndose frustrado-. Ha sido una larga noche, eso es todo -explicó pasando una mano por su cabello.
- Entonces, tal vez tú también debería irte a descansar -sugirió Fujitaka caminando hacia la puerta-. ¿Vienes?
- No, creo que me quedaré aquí un momento -dijo Touya nervioso mientras se frotaba la nuca.
- Está bien, como quieras. Buenas noches hijo.
- Buenas noches -respondió Touya y esperó a escuchar que Fujitaka llegara a las escaleras para después dirigirse al cuarto de Tomoyo.
Tomoyo había llegado a su habitación y cerró la puerta para recargarse en ella. No entendía que era lo que había pasado. Se pasó los dedos temblorosos por los labios y cerró los ojos recordando la sensación de los besos de Touya, no lo entendía, en un momento estaba enojado y al siguiente la besaba, ¿qué significaba todo ello?
No supo cuanto tiempo estuvo en la misma posición hasta que oyó unos golpes desesperados a su puerta, sobresaltada dio la vuelta y no lo pensó dos veces para abrir la puerta.
- ¿Qué? -preguntó nerviosa al ver a Touya ante su puerta, tenía los brazos extendidos a cada lado como si quisiera impedir que ella saliera corriendo y una mirada decidida se asomaba en sus ojos. Tomoyo sintió que se le secaba la garganta.
Te diré un secreto
- No me diste las buenas noches -dijo él mientras daba dos pasos adelante y cerraba la puerta. Tomoyo se humedeció los labios.
y que quede entre tu y yo
- Cla… claro que si… si lo hice -respondió ella sintiendo que un escalofrío la recorría cuando Touya se desabotonó el saco.
siento que te quiero
- No, no lo hiciste -dijo él alargando una mano para soltar el cabello de la chica. Luego sus dedos se deslizaron en forma provocativa sobre su mejilla, después en los párpados que ella cerraba en forma involuntaria, a lo largo de la suave línea de la quijada hasta el mentón, y por último delinear sus labios que temblaban. En ese punto lo oyó murmurar.
puede ser que si, puede que no.
- Tal vez en esta ocasión debo agradecérselo a Sakura. Nunca me envió alguien con un cabello que parece de seda, con el cutis de un pétalo de rosa y los ojos como violetas… y una boca que deseo besar cada vez que la veo, aún cuando me está mintiendo.
- Pero yo…
Te bese instintivamente
sin saber lo que hacia
Tomoyo abrió los labios para protestar, pero él no la dejó terminar y aprovechó el momento para posar sus labios sobre los de ella, que se sintió aturdida. Al mismo tiempo, las manos de él buscaban hambrientas la suave piel debajo del ligero material del vestido, la abrazó por la espalda y sus manos acariciaron la piel de la espalda que el vestido dejaba libre, para después meter sus dedos por debajo de la tela. Esto provocó en ella una vehemente respuesta, que su inexperiencia no podía controlar.
yo me lance
Corazonado
delante de tu cuerpo
La agitación de las manos de la chica disminuyó cuando las deslizó en el sedoso material de la camisa, y se asió a ella como un desesperado que busca salvación. Después, con gran lentitud se la desabotonó para palparle el pecho. Esto aceleró aún más los latidos de su corazón, y sin embargo parecía igual de agitado que el que percibía debajo de las palmas.
yo me rompía
sintiéndome bendecido por tu amor.
Poco a poco y sin separarse Touya la fue guiando hasta la cama donde se dejaron caer. Tomoyo se sintió mareada al sentir el peso de él sobre su cuerpo.
Corazonado
en brazos de tus brazos
- Touya -musitó en el momento que la boca de él abandonó la suya para descender ansiosa hacia la blancura de uno de sus hombros y la base del cuello, para perderse finalmente en la curva de sus senos-. Por favor…
se derretía
el iceberg de mi frío corazón.
Ni ella misma sabía que era lo que suplicaba, y como en un sueño, deslizó las manos por los hombros, después le acarició el espeso cabello y le delineó el rostro. Touya la miraba fijando su atención en la desordenada cascada de cabello negro y después en cada una de sus facciones.
Ahora tengo miedo
si te digo la verdad
- ¿Qué… que estamos haciendo? -preguntó Tomoyo casi sin aliento.
sufrirá mi ego
donde acabará mi vanidad.
- No lo sé -respondió Touya con sinceridad-. Pero no puedo detenerme, no quiero… -y volvió a besarla -apretándole contra su cuerpo con mayor fiereza y posesión.
Te toque inmediatamente
corazón de suicida
- “Yo tampoco quiero que te detengas” -pensó Tomoyo, pero algo dentro de ella le advirtió que debía parar todo eso, antes de que pudiera arrepentirse. Trató de empujarlo, pero se sentía tan débil y mareada entre sus brazos-. Touya -gimió ella contra sus labios-, no puedo.
me enamore.
- No puedes, ¿qué? -preguntó él todavía muy cerca con la voz entrecortada y la mirada nublada por la pasión.
Corazonado
delante de tu cuerpo
- No puedo hacer esto -dijo aprovechando la oportunidad que él le dio, lo empujó para liberarse y se puso de pie con rapidez necesitaba desesperadamente poner distancia entre los dos para poder pensar con claridad, después se arregló el vestido temblorosa-. No podemos hacer esto.
yo me rompía
sintiéndome bendecido por tu amor.
Touya la observaba sentado desde la cama, se llevó las manos a la cara, luchando él también por pensar con serenidad.
- Tal vez tienes razón -aceptó él aclarándose la garganta.
Corazonado
en brazos de tus brazos
- ¿Tal vez? -exclamó ella-. Deberías pensar en Nakuru, no puedes hacerle esto -Tomoyo habló más para convencerse a si misma, para alejar la necesidad de volver a abrazarlo y besarlo y olvidarse de todo.
Él enarcó una ceja y comenzó a abotonarse la camisa mientras la joven se ruborizaba turbada avocando la ansiosa búsqueda de sus manos.
se derretía
el iceberg de mi frío corazón
- Pues no pensaba en ella en particular -respondió lacónico poniéndose de pie y alisó su cabello con un movimientos rápido.
- ¡Pues deberías hacerlo! Por todos los cielos, estás comprometido con ella, ¡a pesar de que me he dado cuenta de que no le has dado el anillo que lo simboliza!
Yo te ame voluntariamente
- Nakuru y yo ya pasamos antes por todo eso -repuso Touya encogiendo los hombros, y dio dos pasos hacia ella.
- ¿Y por ello los anillos no son necesarios la segunda vez? -preguntó retrocediendo.
corazón de suicida
me enamore.
- No en este caso -dijo dando otro paso. Tomoyo también se había echado hacia atrás, pero ya se encontraba contra la pared.
- ¡Entonces Nakuru es bastante distinta a mi! -declaró desesperada-. ¡Si estuvieras comprometido conmigo, me aseguraría que todo el mundo lo supiera, y que no te inclinaras por la primera mujer que se cruzara en tu camino!
Tomoyo respiraba con dificultad, Touya ya estaba a su lado y seguía con la misma mirada decidida en sus ojos. Desesperada sintió que las lágrimas asomaban por sus ojos. Parpadeó y bajo la vista incapaz de seguir sosteniéndole la mirada a Touya, no quería que él notara el dolor y el amor que había en ellos.
Eres tú, mi secreto eres tú
Touya la observaba ella tenía la mejillas arreboladas y el cabello alborotado por las caricias que él mismo le había prodigado. Ella no podía saberlo pero tenía un atractivo singular… se veía fabulosa. Sabía que tenían que aclarar algunas cosas, pero él debía terminar con unos asuntos antes de seguir adelante con Tomoyo. Apoyó las palmas de las manos en la pared y estiró un poco los brazos para obligarse a si mismo a poner distancia entre ellos. Se inclino hacia ella y habló bajo.
Eres tú, mi secreto eres tú
- Lo que hay con Nakuru no es lo que tú piensas -explicó con tranquilidad.
- ¿Ah no? -preguntó con voz ahogada y lo miró a los ojos. No había cinismo, ni burla en su mirada, más bien parecía sinceridad. Tomoyo deseaba creerle. Cerró los puños con fuerza, luchando contra la necesidad de abrazarlo.
- No -murmuró él -. Pero ahora no puedo explicártelo, tenemos que hablar con calma, en otro momento -explicó él sintiendo que su corazón se aceleraba-. Ahora no puedo mirarte sin desear… -miró sus labios-. No podría… y no quiero que terminemos haciendo algo… -suspiró cerrando los ojos, era incapaz de terminar una frase sin sentirse tentado por sus propias palabras-. Mañana hablaremos.
Yo te ame, de veras que te ame
Touya pensaba que debía alejarse de ella pero no podía, mirándola a los ojos notó su confusión. Ella bajó la cabeza.
- Mírame Tomoyo -ordenó con suavidad, ella obedeció con lentitud-. Puedo explicarlo todo, lo prometo -Tomoyo asintió incapaz de decir nada.
Yo te ame, seguro que te ame
Corazonado
Ricky Martin
Vuelve
Touya bajó la cabeza lentamente hasta que sus labios se encontraron, fue un beso pausado, lento; sus labios se rozaban con suavidad. Cuando el mismo amenazó con volverse más apasionado y profundo, Touya cerró los puños y se separó de ella con brusquedad, exhaló con fuerza dejando ver que hacia uso de todo el autocontrol que le quedaba para alejarse de ella.
- Buenas noches -dijo y salió con rapidez cerrando la puerta a su vez antes de que pudiera arrepentirse y volver.
Continuara…
Nota de la autora: Este capítulo me encanta la verdad lo escribí con mucho entusiasmo, jajajaja se nota ¿no? La canción que utilicé al final es como ya habrán notado de Ricky Martin de su disco Vuelve, un disco que en particular me encanta y esta canción la he estado apartando para el mejor momento, pues desde que empecé con el primer capítulo ya había decidido que la pondría por ahí. Me disculpo pues en el capítulo anterior no los previne para que se consiguieran esta canción y así poderla escuchar al leer esta última parte, creo que dice mucho de los sentimientos de ambos personajes, aunque sobre todo de los de Touya. Espero les haya gustado, Touya a dado un paso enorme en lo que respecta a su relación con Tomoyo, pero como verán todavía deben arreglar algunos asuntos. ¡Ah! Otra cosa, ¿qué les pareció la conversación entre Shaoran y Yue? Yo se que lo del arma puede parecer muy dramático de parte de Yue pero es un toque especial, nada más, jajaja.