Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Junto a ti ❯ Capítulo 20 ( Chapter 20 )

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JUNTO A TI
Por Daulaci Serv
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
Con una especial agradecimiento a Crystal23quien a sido toda una inspiración y un gran apoyo como beta en este fic.
 
CAPITULO 20
 
Sakura despertó lentamente, todavía no abría del todo los ojos pero empezaba a notar un fuerte dolor de cabeza, quiso llevarse una mano a la frente y se dio cuenta que no podía pues tenia las manos esposadas en la espalda, abrió los ojos al instante y recordó lo que sucedía.
 
Observó a su alrededor, se encontraba recostada en un sillón dentro de lo que parecía ser una oficina, los muebles eran viejos y estaban un tanto descuidados, en el techo había un ventilador y todo alrededor había ventanas que en ese momento estaban cubiertas por persianas.
 
Su corazón latía acelerado, cerró los ojos con fuerza y buscó calmarse. El dolor de cabeza le impedía pensar, los brazos los sentía entumecidos, también se encontraba amordazada.
 
Con dificultad se incorporó en el sillón, se tomó un par de minutos esperando que se alejara el mareo que la envolvió. Aguzó el oído preguntándose donde estaría Matsagi y si estaría solo. Se dedicó a revisar todo cuanto estaba en el lugar, no había nada que le indicara en donde se encontraba. Había un escritorio con una enorme silla a cuyas espaldas tenía unos archiveros, otro par de sillas estaban a un lado del escritorio. Junto a ella había una pequeña mesa de centro y otro sillón del mismo tamaño. También había un par de calendario colgados en la pared, los calendarios tenían fotos de chicas desnudas lo que le indicaba a Sakura que ese era un sitio frecuentado por hombres.
 
Sakura centró su atención en el teléfono sobre el escritorio, podía llegar hasta el, eso era seguro, pero después ¿como marcaría el numero? ¿Dónde estaba Matsagi? ¿Tendría tiempo para hacer una llamada?
 
Se puso de pie decidida a intentarlo, mantuvo el equilibrio y tomó aire. Su vista estaba centrada en su objetivo cuando repentinamente el teléfono comenzó a sonar sobresaltando a la joven que perdió el equilibrio y cayó otra vez en el sillón. Se oyeron las pisadas de alguien subiendo unas escaleras. Se recostó de nuevo y cerró los ojos esforzándose por mantener una respiración pausada.
 
De inmediato la puerta se abrió y enseguida escuchó la voz de Matsagi.
 
-…si, la tengo aquí conmigo -respondió la fría voz, el olor a cigarro llenó el lugar-. Tuve que ser un poco brusco, aun no despierta -explicó Matsagi mirando a la chica-. ¿Esta “él” ahí? Necesito hablar con “él”, es urgente, tenemos un problema… si, espero.
 
Matsagi esperó a que lo comunicaran, no iba a ser una conversación agradable. ¿Cómo no se había dado cuenta antes? Debía admitir que Sakura se había transformado increíblemente. La observó de arriba abajo recorriendo con la mirada las curvas de la chica, una sonrisa maliciosa apareció en su rostro. Al fin escuchó que alguien tomaba el teléfono.
 
-Matsagi -contestó la voz al otro lado de la línea-. ¿Cuál es el problema?
 
-No tengo a Tomoyo.
 
-¿Cómo? ¡Pero en la televisión…!
 
-No es ella, es la secretaria de Li -declaró rápidamente.
 
-Estúpido, te dejaste engañar -Matsagi se tensó de rabia-. Ahora no tendremos otra oportunidad.
 
-Todavía podemos hacer algo -aseguró Matsagi
 
-¿Qué?
 
-Estamos hablando de la secretaria de Li. Ella debe estar enterada de todos los planes que tienen. Además lo estuve pensando y no creo que después de todas las “molestias” que se tomaron, Tomoyo se encuentre en la mansión. Deben haberla llevado a algún otro lado.
 
-Sin que te dieras cuenta -acusó la voz furiosa.
 
-Si -admitió Matsagi molesto, no le gustaba que lo hicieran quedar mal.
 
-¿Qué vas a hacer? -exigió saber la otra persona.
 
-Sacarle toda la información que pueda -respondió arrastrando las palabras.
 
-Voy a mandarte a…
 
-¡No! Yo puedo hacerlo solo -apagó el cigarro con fuerza contra el escritorio.
 
-Está bien, pero más te vale que le saques algo…
 
-Lo haré -respondió con seguridad.
 
-Háblame en cuanto tengas algo y espero que no tardes mucho.
 
-No te preocupes.
 
-Y… Matsagi.
 
-¿Si?
 
-Solo porque eres la única familia que me queda sino ahora mismo estarías en un hospital… o siete pies bajo tierra, no vuelvas a fallar.
 
-Lo se… no te haré quedar mal… tío.
 
Ya no hubo respuesta, Matsagi colgó el teléfono y encendió otro cigarro, observo a Sakura una vez más.
 
Sakura luchaba por mantenerse serena, trataba de recordar todo lo que había aprendido en la academia de policía, los consejos que siempre le daba Yue… Shaoran. Escuchó que Matsagi se movía por el lugar, también que llenaba un vaso con agua.
 
Al momento siguiente sintió el frió liquido que se impactaba contra su cara. Aspiró sorprendida y parpadeó agitando la cabeza. Sintió como el líquido entro un instante por sus fosas nasales, trato de toser buscando oxígeno, pero la mordaza se lo impedía.
 
-Ya era hora de que te despertaras -dijo Matsagi dejando el vaso a un lado, se sentó en la mesa de centro frente a ella y aspiró el cigarro haciendo una mueca-. Me has causado algunos problemas ¿sabías?
 
Sakura lo miró sin saber que responder, se mantuvo alerta a cualquier movimiento que hiciera, el dolor de cabeza que sentía era un recordatorio constante de lo que él era capaz de hacer. Se movió incómoda en el sillón tratando de aliviar un poco la molestia que sentía en los brazos.
 
-¿Te molesta? Lo siento mucho -dijo él sin mucha convicción, y agregó con una sonrisa-, si te portas bien tal vez te quite las esposas -le paso el dedo índice por la cara recorriendo sus facciones. Después le bajó la mordaza para dejarla hablar.
 
-¿Qué vas hacer conmigo? -preguntó al fin Sakura mirándolo a los ojos.
 
Matsagi se puso de pie y se quitó el saco arrojándolo a un lado, la joven pudo escuchar el sonido de las llaves dentro del mismo, con el cigarro en los labios, se aflojó la corbata y volvió de nuevo junto a la joven.
 
-¿Qué te gustaría que hiciera contigo? -pregunto lascivo y entrecerró los ojos. Le apretó el rostro con una mano obligándola a abrir los labios y la besó con fuerza. Sakura forcejeó tratando de apartarse, pero Matsagi colocó la otra mano detrás de su cabeza.
 
-Hace mucho que quería hacer esto -dijo soltándola bruscamente-. Lastima que Li se hubiera atravesado en mi camino.
 
-¿Li?
 
-Ustedes dos tienen algo -afirmó seguro de lo que decía-. Y no trates de negarlo. Me había dado cuenta que el sentía algo por ti. Es muy celoso ¿no? -se burlo abiertamente-. Pero después de esa noche en el restaurante me di cuenta que ustedes estaban juntos.
 
Sakura lo escuchaba confundida, ¿Qué tenia que ver todo eso con el caso?
 
-Al principio pensaba enamorarte a ver que te sacaba -comento Matsagi caminando al escritorio.
 
Sakura se sorprendió al oír esto, ¡que ironía!, ella había pensado hacer lo mismo con él. Observó que Matsagi sacaba una botella de whisky y un par de vasos de uno de los cajones del escritorio.
 
-¿Gustas? -ofreció él con naturalidad levantando la botella, Sakura negó con la cabeza.
 
Matsagi se sirvió en un vaso y bebió el contenido del mismo de un solo trago.
 
-Lo necesitaba -explicó él con cinismo-. Me has complicado todo el numerito ¿sabías? Me tomó mucho tiempo organizar lo de este día para que tu me lo echaras a perder.
 
Sakura lo observaba sin saber que pensar. Ahora viéndolo tal como era en verdad tenia que admitir que era un excelente actor, pues había sabido ocultar muy bien su verdadera personalidad. Claro que los engaño a todos menos a Shaoran. “Shaoran” gimió Sakura en su interior. Volvió su atención a Matsagi quien se había servido otro vaso, aunque este lo bebía lentamente.
 
Sakura lo descubrió observándola y hubo un brillo en malicioso en sus ojos que le provocó escalofríos.
 
-Es un lastima que no hayamos podido entendernos -dijo el acercándose al sillón y volvió a sentarse frente a ella.
 
Tenía el vaso en una mano y en la otra un cigarro nuevo, el cual encendió con lentitud, aspiró y sacó el humo. Sakura se volvió a un lado para evitar el humo y tosió un poco.
 
-¿No te gusta? -preguntó el tomándole la barbilla con dos dedos, para que lo mirara-. Que lástima.
 
-¿Desde cuando estás metido en esto? -preguntó ella tomándolo por sorpresa.
 
-Desde siempre cariño, desde siempre -repitió con suavidad, dejó el vaso y el cigarro a un lado y se puso de pie para buscar algo en el bolsillo del pantalón-. Pero solo yo puedo hacer las preguntas.
 
Puso una rodilla en el suelo frente a la chica y el rodeo con los brazos.
 
-¿Qué… qué haces? -tartamudeo Sakura.
 
Matsagi no contestó y la abrazo un poco mas, acercó su rostro al cuello de la joven y aspiró su aroma. Sakura permaneció inmóvil y asqueada hasta que para su sorpresa se dio cuenta que una de sus muñecas era liberada de la presión de las esposas. De inmediato Matsagi atrapó su mano y la apretó con fuerza, provocando que un quejido saliera de los labios de la chica.
 
-No pienses en hacer nada estúpido -le advirtió fríamente susurrándole al oído. No quiero ser brusco pero si me obligas lo seré. ¿Entendido? -Sakura asintió con rapidez-. Buena chica -dijo y le dio un beso húmedo en la mejilla.
 
Matsagi volvió a sentarse en la mesa sin soltar su mano. Sakura paso los cansados brazos con lentitud hacia adelante recargando los antebrazos en sus piernas. Matsagi terminó de quitarle las esposas y las colocó a un lado. Después tomó las manos de la joven y acarició las maltratadas muñecas.
 
Sakura tuvo que reprimir el impulso de apartar sus manos, aun no sabía que hacer, al menos ya la había liberado de las esposas. Matsagi parecía pensativo y eso no le agradaba. De repente dejó de acariciar una de sus muñecas y subió la mano por el brazo, el hombro hasta posarse en el cuello. Sakura se retrajo un poco.
 
-Pudimos habernos divertido mucho ¿sabes? -dijo acariciando su cuello lentamente provocando un temblor en la chica-. Todavía podemos.
 
Matsagi acercaba su cara a la de Sakura pero ella no pudo más y volteó la cara antes de que fuera tarde. Escuchó a Matsagi reír contra su mejilla.
 
Cuando se separó de ella Sakura volteó a verlo y vio que éste terminaba lo que quedaba en el vaso.
 
-Bien, dejémonos de juegos -dijo más serio pero sin que sus ojos perdieran ese brillo lujurioso-. ¿Desde hace cuanto te has hecho pasar por Tomoyo?
 
Los dos se miraron fijamente en un duelo silencioso. Sakura sabia que no podía ceder tan pronto a sus preguntas. Aun podía ganar tiempo.
 
-No te diré nada.
 
Matsagi no dijo nada, solo levantó la mano y con fuerza abofeteó a la chica lanzándola contra el respaldo del sillón.
 
-No estoy jugando Sakura.
 
-Yo tampoco -respondió llevando una mano a la cara buscando aliviar el dolor de su mejilla.
 
Sin previo aviso Matsagi agarró a Sakura del saco de su traje y la jaló acercándola a él.
 
-Puedo ser realmente molesto cuando me lo propongo -amenazó con voz cortante.
 
-Cuando Shaoran te encuentre no dejara nada de ti -fue la valiente respuesta de la joven.
 
-Con que “Shaoran” -dijo soltándola-. Pues “Shaoran” no ha hecho nada hasta ahora. Ni siquiera fue capaz de averiguar quien estuvo en tu departamento.
 
-¡Fuiste tu! -exclamó sorprendida.
 
-Claro que no tonta -dijo agitado, caminó de un lado al otro tratando de calmarse-. Yo no podía ensuciarme las manos mientras estuviera con los Daidouji. Eso lo hacen otros. No estamos solos.
 
-¿Estamos?
 
-Matsagi ignoró su pregunta y volvió a sujetarla por los brazos.
 
-No querrás que sea brusco contigo ¿verdad Sakura?
 
-No.
 
-Entonces contéstame. ¿Desde cuando te haces pasar por Tomoyo?
 
-Desde hace mucho tiempo -contestó evasiva.
 
-Eso no me sirve -le gritó en la cara y luego la soltó.
 
Matsagi luchó contra su temperamento y lanzó un golpe al aire, aspiró con fuerza, se pasó las manos por el cabello y regresó de nuevo hasta Sakura.
 
-¿Desde cuando?
 
-Unas semanas -respondió Sakura al fin, después de ver algo peligroso en su mirada.
 
-Eso está mejor -dijo él un poco más tranquilo. Se tomo un tiempo para mirar las piernas de Sakura, tanto que ella no pudo evitar jalar un poco la falta para tratar de cubrirlas.
 
Después de un momento Matsagi desató las piernas de Sakura y notó el enrojecimiento en los tobillos producto de la soga alrededor de ellos. Comenzó a masajear los tobillos de la chica.
 
Sakura se sentía asqueada, hubiera querido golpearlo, pero de momento él tenía toda la ventaja y debía seguir con su plan hasta encontrar el momento oportuno para escapar.
 
Una de las manos de Matsagi subió por la pierna hasta llegar a la rodilla donde se detuvo un instante. Matsagi continuó con la intención de meter la mano debajo de la falda pero Sakura lo detuvo antes de que esto sucediera.
 
-No -dijo con firmeza.
 
-Dime donde está Tomoyo -dijo él al tiempo que movía la otra mano.
 
-No -repitió Sakura mas fuerte deteniendo ambas manos.
 
-Si -dijo el tratando de meter ambas manos debajo de la falda.
 
-¡No! -grito Sakura empujándolo.
 
-¿Dónde está Tomoyo? -exigió él.
 
-No te lo diré -dijo Sakura temblando de rabia.
 
-Me dirás donde esta o si no…
 
-O si no que -lo reto ella.
 
-Esto -respondió él y se lanzo sobre ella, la atrapó entre el sillón y su cuerpo-. Tú quieres esto ¿verdad Sakura? -preguntó malicioso.
 
-¡No! -gritó luchando por quitárselo de encima.
 
Matsagi la besó con una brutalidad tal que un par de lágrimas escaparon de sus ojos.
 
-Dime donde está Tomoyo -insistió el antes de besarle el cuello y recorriendo su cuerpo con las manos.
 
Sakura no respondió concentrada en liberarse, “Piensa lo que aprendiste”, se decía una y otra vez. De alguna manera logro apoyarse en el sillón con los codos para empujarlo y después ayudada por las piernas tirarlo al suelo. Se puso de pie de inmediato y se colocó del otro lado del sillón.
 
Matsagi sorprendido la miró desde el suelo, pero después empezó a reír a carcajadas y se puso de pie.
 
-Sabia que ibas ser como una gatita -dijo él mientras se movía alrededor del sillón-. Esto será divertido.
 
Sakura se movió, no sabía hacia donde ir, podía intentar la puerta pero no sabía que encontraría afuera. Podía intentar agarrar la botella y golpearlo con ella, pero no sabia si lograría llegar a ella. No había forma, solo seguir ganando tiempo.
 
Con valor se irguió cruzando los brazos, lo que de momento confundió a Matsagi, pero se recuperó y caminó hacía ella.
 
-Necesito ir al baño -dijo ella de repente provocando que el se detuviera tal como esperaba.
 
-No juegues Sakura -y dió dos pasos hacia ella, mismo que la chica retrocedió.
 
-Es enserio -insistió tratando de sonar inocente-. Necesito ir al baño… por favor.
 
Matsagi la tomó por los brazos con fuerza y la atrajo hacia él para escrutar su rostro. Después sin aviso la besó, este no fue un beso tan salvaje como el anterior pero no por eso dejó de ser desagradable. Sakura tensa mantuvo los labios apretados, hasta que el beso termino.
 
-Está bien gatita -dijo él sin aliento-. Te llevaré hasta el baño pero si lo único que quieres es ganar tiempo, no lograras nada, porque continuaremos donde nos quedamos.
 
Dicho esto la tomó por un brazo y la arrastró por el lugar hasta la puerta, al salir Sakura sorprendida miró a su alrededor, como sospechaba la oficina se encontraba en una parte alta en el centro de lo que parecía ser un bodega. Solo estaban encendidas algunas luces, lo que le daba un aspecto siniestro al lugar.
 
Matsagi la empujó para que bajara la escalera metálica y mientras lo hacia Sakura busco las salidas, solo alcanzo a ver una cortina metálica al fondo cerca de esta se encontraba el auto de Matsagi.
 
Ya abajo caminaron hacia el otro extremo del lugar, todo estaba lleno de enormes cajas, “tal vez contrabando” pensó Sakura. Un montacargas se observaba a lo lejos.
 
-Aquí está -anunció el abriendo la puerta-. Entra -le ordenó empujándola-. No te tardes, y no hagas estupideces que no estoy para juegos.
 
Ya dentro del diminuto y sucio baño Sakura dejo salir un poco del pánico que sentía.
 
-“¿Qué voy hacer?, ¿qué voy hacer? -se repetía, buscó dentro del lugar pero no había nada ahí que pudiera ayudarla. Al final se rindió y respiró profundo, la única forma de salir era quitándole el arma a Matsagi y salir en el auto. La mente de Sakura trabajo a su máximo ideando la manera de lograr sus objetivos.
 
-Tu puedes hacerlo -se animó mientras se miraba al espejo mohoso. Terminó de soltarse el cabello y trató de peinarlo con los dedos lo mejor que pudo. Se acomodó la ropa y de nuevo examinó su imagen en el espejo-. “Mucho mejor”.
 
-Se acabó tu tiempo -dijo Matsagi golpeando la puerta.
 
Sakura prefirió no hacerlo esperar demasiado y salió de inmediato.
 
-Vamos -ordenó tomándola otra vez por el brazo.
 
-¿De quien es este lugar? -preguntó ella con inocencia.
 
-Eso es algo que no te importa -respondió deteniéndose repentinamente.
 
Sakura tropezó y cayó contra el pecho del hombre quien de inmediato la abrazó atrapándola entre sus brazos. Ella levantó la cabeza para mirarlo a los ojos que la veían con intensidad. Nerviosa Sakura pasó la lengua por sus labios lo cual no pasó inadvertido para él.
 
-Te deseo -confesó Matsagi pegándola más a su cuerpo. Sakura abrió los ojos parpadeando sorprendida al notar lo excitado que estaba el hombre.
 
-Dime… ¿estuviste con Li?
 
-¿Qué?
 
-¿Qué si te metiste con Li? -preguntó con fiereza.
 
-No -susurró Sakura cerrando los ojos para ocultar su miedo y pesar.
 
-¿Te has entregado a algún hombre? -preguntó con voz entrecortada y su aliento mezclado con alcohol y tabaco le chocó en el rostro a la chica.
 
-No.
 
Matsagi no dijo más y empezó a acariciarla y besarla con urgencia. Con rapidez le quitó el saco y lo arrojó a un lado para después empujarla contra una pared cercana.
 
-“¡Quiere hacerlo aquí!” -pensó ella horrorizada, debía hacer algo pronto.
 
Matsagi aprovechando la sorpresa de la chica le besaba el cuello y empezó a desabrochar la blusa con ansiedad. Notó como Matsagi se había distraído a admirar su sostén y la curvatura de sus senos.
 
Sakura aspiró con fuerza decidida. Temblorosa tomó el rostro de Matsagi entre sus manos. Se miraron un momento y entonces lo besó…
 
Gimiendo satisfecho Matsagi respondió al beso. Sakura comenzó a acariciarlo con las manos. Él mientras tanto buscaba sus senos y los apretaba con impaciencia.
 
Sakura cerraba los ojos con fuerza concentrando su atención en buscar el arma de Matsagi, por fin la encontró en su espalda. Se movió contra él para distraerlo, se dio cuenta que lo había logrado cuando lo escuchó gemir y fue entonces cuando aprovecho para quitarle el arma y golpearlo con fuerza con una rodilla.
 
Matsagi se dobló enseguida llevándose las manos a la entrepierna, cayó al suelo.
 
Sakura agitada dio unos pasos atrás apuntándole con el arma mientras veía como se retorcía y quejaba en el suelo. No le dio importancia a que su blusa estaba en sus codos, se le veía el sostén y su torso descubierto.
 
-Maldita -gruño Matsagi-. ¡Maldita perra!
 
Sakura entonces corrió hacia donde estaba el auto, subió la blusa por los hombros mientras daba vueltas entre las cajas apiladas y entonces encontró el auto. Abrió la puerta del conductor, pero entonces recordó “Las llaves”, miró hacia arriba en dirección a la oficina que ahora parecía lejana. Le dio la vuelta al auto y observó la cortina frente a ella, tenía unos candados. Las llaves también estarían arriba en el saco de Matsagi.
 
Este mientras tanto se ponía de pie aun adolorido sorprendido por la fuerza que tenía la chica y sintiéndose el más grande idiota por dejarse engañar por ella.
 
-¡Sakura! -gritó furioso-. No puedes ir a ningún sitio. No podrás salir de aquí -le amenazó-. ¡Pensaba llevar las cosas por las buenas dado tu poca experiencia con los hombres...! -gritando de tal manera que su voz se escuchara en cada rincón-. ¡Ahora será por las malas!
 
Sakura no contestó poniendo atención a la dirección en que venían los gritos. La mercancía apilada formaba pasillos, algunos más anchos que otros.
 
Matsagi seguía gritando maldiciones e insultos. Cada vez se oía más cerca de ella. Sakura avanzó con lentitud tratando de acocarse a la oficina. Miles de cosas pasaban por su mente: ¿Cómo subiría sin que la viera? ¿Cómo bajaría después? Primero, lo primero; pensó Sakura empuñando el arma y pegándose a una pila de cajas, miró hacia un lado y vio de reojo que Matsagi se acercaba por la derecha, ella dio la vuelta hacia el lado contrario.
 
Sakura lo oyó acercarse y miro el arma, ¿podría hacerlo? ¿Podría dispararle? No los sabía, lo escucho justo detrás de ella, miro hacia arriba y vio las cajas apiladas. Se volvió y con todas sus fuerzas empujó.
 
Matsagi no tuvo tiempo de nada, las cajas más livianas en la cima le cayeron dándole de lleno en la cabeza. Haciendo que cayera contra el suelo con fuerza.
 
Sakura no espero más y corrió lo más rápido que pudo hacia las escaleras, mientras subía miro en dirección a Matsagi y solo vio las cajas esparcidas por el suelo. Entró en la oficina y de inmediato se dirigió al saco buscando las llaves, encontró las llaves del auto y también un manojo de llaves aparte, se mordió el labio pensando lo difícil que sería encontrar la correcta. Levantó la vista y vio el teléfono. Corrió a cerrar la puerta y le puso el seguro y después levantó la bocina pensando en el único número al que podía llamar.
 
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En la mansión Daidouji, Shaoran se encontraba en la habitación de Matsagi, el lugar estaba de cabeza. Yamazaki y otro agente revisaban el lugar sin pasar por alto un solo sitio.
 
Shaoran caminaba de un lado a otro empezando a desesperarse. Habían pasado horas ya, y las posibilidades de encontrar a Sakura disminuían. Hasta ahora nadie se había comunicado a la mansión.
 
En cuanto se le dieron los primeros auxilios a Daidouji este insistió en hablar con Shaoran de inmediato. No fue sino hasta que regresaron a la mansión que Daidouji relato todo lo ocurrido con Matsagi.
 
Cada minuto Shaoran odiaba más al tipo. Y se odiaba a si mismo por no haber seguido su instinto desde un principio.
 
En ese momento se abrió la puerta, Shaoran se volvió en esa dirección para encontrarse con Yue.
 
-¿Has encontrado algo? -preguntó el detective sin preámbulos.
 
-No, todavía no -respondió desesperado-. ¿Averiguaste algo sobre el edificio?
 
-Nada fuera de lo normal -contestó Yue molesto-. Como sea tengo a Nagasaki revisando los registros algo encontrará.
 
-¡Li! -exclamó Yamazaki caminando hacia él-. Encontré esto -dijo levantando unos papeles en lo alto.
 
Shaoran tomó lo papeles y los ojeó, algunos tenían un par de direcciones y otros números telefónicos.
 
Sabía que ese idiota se equivocaría en algo -dijo Shaoran tendiéndole los papeles a Yue.
 
Salieron del lugar y se encaminaron a la oficina. Antes de llegar Shaoran vio que uno de sus hombres salía por la puerta apresurado y al verlo le hizo señas para que se acercara, Shaoran se apresuró a llegar temiendo lo peor a unos pasos de la oficina el hombre habló:
 
-Kinomoto está al teléfono.
 
Shaoran y Yue no dijeron nada y entraron en la oficina. Shaoran se dirigió al escritorio donde otro hombre hablaba con la joven.
 
-¿Pero, donde estás?
 
-No lo sé -dijo ella temblorosa-. No hay ventanas aquí, solo se que es una bodega, tienen…
 
-¡Sakura! -exclamó Shaoran arrebatándole el teléfono al agente.
 
-Shaoran -jadeó Sakura sintiendo lágrimas en sus ojos.
 
Cuando Shaoran escuchó la voz de Sakura, sintió como un enorme peso le era quitado de sus hombros. Pero aun no estaba fuera de todo peligro.
 
-¿Estás bien?
 
-Si
 
Yue tomaba otro teléfono y también escuchaba.
 
-¿Está alguien contigo? -preguntó el detective.
 
-¡Yue! -exclamó la chica y se apresuró a contestar-. Solo Matsagi.
 
-¿Y donde está él ahora? -preguntó Shaoran.
 
Como si hubiera respondido a la pregunta, el sonido de unos pasos subiendo por las escaleras anunció la llegada de Matsagi.
 
-Está subiendo -respondió Sakura sin aliento.
 
-¿Subiendo? ¿A dónde? -quiso saber Shaoran.
 
-¿Sakura, donde estás? -preguntó Yue pero no obtuvo respuesta.
 
-Shaoran, Yue yo… -Sakura ya no pudo decir más, Matsagi golpeaba la puerta con fuerza.
 
A través de la línea se escuchó el ruido de unos vidrios al romperse.
 
-¡Sakura! ¡Sakura! -gritaba Shaoran pero la chica no le respondería pues había dejado el teléfono de lado para tomar el arma y apuntar hacia la puerta.
 
Matsagi había roto uno de los vidrios y ahora estaba quitando el seguro a la puerta para entrar con el rostro encendido y furioso.
 
-No des un paso más o disparo -advirtió la chica apuntando a Matsagi y le quito el seguro al arma.
 
Matsagi se detuvo un momento pero para sorpresa de Sakura se limitó a sonreír, la observaba satisfecho. Ella temblaba visiblemente y una gota de sudor resbalaba por su frente.
 
-¿Vas a dispararme? -preguntó burlón-. No lo creo gatita.
 
Shaoran y Yue escuchaban la voz a la lejos. El tono de su voz hizo que los dos hombres al otro lado de la línea se observaran unos instantes. ¿Le había llamado “gatita”? Yue no comprendía pero con una mirada al rostro de Shaoran comprendió; Matsagi se sentía atraído por Sakura. Shaoran bajó su mirada.
 
-¡Créelo! Voy a disparar si no retrocedes. ¡Ahora! -gritó tratando de parecer mas segura.
 
-Dispara, dispara -murmuraba Shaoran, levantó la vista para encontrarse con los ojos de Yue. Los dos conocían a la chica y ellos sabían…
 
-No te acerques -gritó Sakura.
 
-No te engañes Sakura -dijo la fría voz-. Tú y yo sabemos que no vas a disparar, no puedes hacerlo, por eso saliste de la academia.
 
Shaoran y Yue sintieron que la sangre se les helaba.
 
Matsagi aprovechó la sorpresa de Sakura para lanzarse contra ella. Trató de quitarle el arma de las manos y los dos forcejearon.
 
A través del teléfono se escuchaba el ruido de la pelea, golpes y luego de un minuto eterno el sonido de un disparo… después nada.
 
-¿Sakura? ¡Sakura! -gritó Shaoran-. Maldición.
 
-La línea se cortó -dijo Yue más pálido que nunca.
 
-Dime que conseguiste rastrearla -exigió Shaoran a otro hombre que estaba frente a unos aparatos sofisticados.
 
-¡Si!, la tengo -exclamó aliviado el sudoroso hombre y repitió la dirección.
 
Shaoran anotó la misma y junto con Yue y otros tres hombres salieron del lugar a toda prisa.
 
********************
 
Sakura respiraba agitada. Había luchado con todas sus fuerzas. Si Matsagi le quitaba el arma todo estaba perdido. En el forcejeo el arma se había disparado hacia el techo derribando el ventilador, el cual cayó entre los dos.
 
Mientras Sakura caía en el piso Matsagi dio contra el escritorio derribando el teléfono y provocando que este se desconectara.
 
Sakura se había quedado con el arma pero incapaz de pensar en algo más corrió a la puerta. Matsgi la alcanzó derribándola, el arma se escapó de las manos de la chica y cayó escaleras abajo.
 
Sakura luchó para quitarse el peso de encima, apenas se hubo librado y se puso de pie pero Matsagi la agarró por la espalda con fuerza colocando el antebrazo bajo el cuello de la chica.
 
-¿A quien llamaste?
 
-A nadie -respondió ella con dificultad.
 
-¿A quien llamaste? -preguntó de nuevo apretándola con fuerza para mostrarle que si quería podía sofocarla.
 
Sakura dejó de luchar y Matsagi aflojó un poco el brazo cosa que Sakura aprovechó para tomar aire. Después lo piso con toda la fuerza que pudo enterrándole el tacón en el pie, Matsagi gritó y Sakura lo golpeo con el codo en un costado logrando así que la soltara, se volvió hacia él y lo golpeó directo en la nariz.
 
Matsagi cayó de espaldas mientras Sakura agitaba la mano adolorida. Matsagi ya se levantaba otra vez cuando Sakura vio la botella de whisky en el suelo, la tomó levantándola en el aire y cerró los ojos antes de golpearlo con fuerza en la cabeza. El hombre cayó al suelo con un golpe seco inconsciente.
 
Sakura dio dos pasos atrás y soltó lo que quedaba de la botella. Miró en todas direcciones, no podía perder más tiempo, buscó las llaves del auto en el suelo hasta encontrarlas, miró a Matsagi todavía respiraba. Salió corriendo. Al bajar lo primero que vio fue el arma en el piso junto a un montón de vidrios.
 
Corrió hacia el auto, por momentos volteaba a la oficina rezando porque Matsagi siguiera inconsciente un buen rato. Al llegar al auto recordó las otras llaves, aún tenía que abrir la cortina. “No puedo regresar”, pensó mirando otra vez a la oficina, después vio el arma en sus manos y decidida caminó a la cortina. Apuntó y disparó. Dio justo en el blanco se volvió al otro candado y repitió la hazaña. Retiró los restos de los candados y después con todas sus fuerzas jaló la pesada cortina y la levantó.
 
Descubrió que ya era de noche, observó alrededor, todo estaba en silencio. El lugar estaba lleno de bodegas, a lo lejos se observaba una calle más alumbrada y más adelante una avenida y un semáforo. Se dirigió al auto y lo encendió dio una ultima mirada a la oficina. Alcanzó a ver que algo se movía, no lo pensó dos veces, metió la velocidad y salió en reversa del lugar para encaminarse en dirección a la avenida.
 
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Shaoran iba en el auto luchando contra los sentimientos que hervían dentro de él y amenazaban su buen juicio.
 
Ya había pasado media hora desde la llamada, la dirección a la que se dirigían estaba muy alejada de todo, en una zona de fábricas y bodegas. “El lugar perfecto”, pensó Shaoran apretando los puños.
 
Miró a su alrededor, Yamazaki iba al volante con otros dos hombres en la parte de atrás. Yue iba en otro auto con un oficial y otro de los agentes de Shaoran.
 
Hasta ahora Yue no había dicho palabra, ni una acusación contra Shaoran. “No es necesario” pensó él con pesar, ya se sentía bastante responsable por lo sucedido.
 
Miró hacia el frente concentrándose en el camino, cerró los ojos al recordar la voz de Sakura. Se había esforzado pro parecer tranquila, él lo sabía, pero no lo había logrado. La imagen que tenía Shoaran en su mente guiándose por los sonidos no era alentadora, el disparo… Shaoran apretó los dientes y se pasó los dedos por el cabello, no quería pensar en lo peor.
 
-Ella estará bien jefe -dijo Yamazaki rompiendo el silencio dentro del auto. Nadie se había atrevido a hablar durante el trayecto hasta aquel momento-. Kinomoto es una chica lista, ella estará bien.
 
-Lo sé -susurró Shaoran asintiendo y rogando porque así fuera.
 
Al fin llegaron, no les fue difícil encontrar la bodega que buscaban, era la única con las luces encendidas. Yue señaló la entrada abierta. Shaoran dio ordenes para que dos hombres rodearan el lugar buscando alguna entrada.
 
Shaoran y Yue notaron de inmediato las marcas de llanta en el piso mostrando la salida apresurada de un auto.
 
Los hombres avanzaron con cuidado por el lugar. Shaoran observó alrededor preocupado, las cajas esparcidas por el suelo y el silencio que reinaba no era alentador.
 
Observaron la elevada oficina y comprendieron lo que Sakura había dicho sobre “viene subiendo”. Ella estuvo ahí arriba, Yue y Shaoran se miraron antes de empezar a subir. Shaoran iba adelante, vio la puerta abierta y el vidrio roto. Los sonidos que tenía en su mente cobraban sentido. Con el arma en la mano entró a la oficina sintiendo una opresión en el pecho.
 
Para su sorpresa y alivio, al entrar no encontraron a nadie. Más vidrios rotos, el ventilador estrellado contra el suelo, el teléfono desconectado y algunos muebles derrumbados.
 
Todos bajaron sus armas y recorrieron el lugar. Shaoran guardó su arma y ordenó a Yamazaki y a los otros que revisaran el lugar por si encontraban a alguien.
 
Una vez solo Shaoran no pudo más y pateo el teléfono con fuerza. La impotencia y la angustia que lo embargaba, era algo que, por primera vez en su vida, experimentaba de manera personal y no podía manejar.
 
-Cálmate -le ordenó Yue-. No solucionarás nada así.
 
-¿Cómo puedes? -preguntó Shaoran airado-. ¿Cómo puedes mantenerte así?
 
-No solucionaras nada con esa actitud -dijo fría y calculadoramente.
 
-No puedo, no puedo -dijo Shaoran caminando de un lado a otro-. Si algo le pasa a Sakura yo…
 
ya no pudo seguir pues Yue lo había tomado por las solapas del saco y lo miraba directo a los ojos furioso.
 
-No vuelvas a decir eso. ¡Nada le pasara a ella! Cálmate y empieza a utilizar tu cabeza -lo soltó con brusquedad y se alejó de él. Por primera vez en todo aquel tiempo, Shaoran veía a Yue de una manera muy diferente, incluso mas humano. Yue, por su parte, respiró profundo y trató de analizarlo todo-. Lo siento -se disculpó-. No quiero pensar en “esa posibilidad”. Sakura es muy importante para mi.
 
-También lo es para mi -dijo Shaoran más calmado.
 
-¿Ah si? ¿Qué tal importante? -quiso saber Yue.
 
-Ella es lo más importante, lo único…
 
El celular de Yue empezó a sonar interrumpiendo la conversación.
 
-Diga -Yue escuchó atentamente y después lanzó un suspiró-. Gracias Nagasaki. No te separes de ella, vamos para allá.
 
Shaoran lo observaba intrigado, esperando a que terminara la llamada.
 
-Era Nagasaki mi compañera, Sakura apareció -Yue se sentó un momento, dejó escapar un suspiró y se llevó las manos a la cara. Por primera vez durante todo ese tiempo Yue dejaba ver sus sentimientos al respecto.
 
-¿Dónde esta? -preguntó Shaoran.
 
-Esta con Nagasaki en la comisaría, Sakura llegó allá, en este momento Nagasaki va llevarla a la mansión.
 
-¿Está bien?
 
-Si parece que si -Yue se puso de pie y recobró el control de si mismo-. Con algunos moretones, y rasguños, pero está bien. No necesita hospital. Vamos las alcanzaremos allá.
 
Mientras bajaban oyeron el sonido de las sirenas anunciando la llegada de los refuerzos que Yue había pedido. El detective dejo instrucciones para que cerraran el área y empezara la investigación del lugar.
 
Pero para ambos, la hasta ahora interminable pesadilla en esas largas horas, había finalmente terminado.
 
 
********************
 
Sakura se encontraba recostada sentada en su cama en el apartamento de la oficina dentro de la mansión Daidouji.
 
Subió las piernas y recargo su espalda contra las almohadas, ahora que podía pensar todo con calme parecía como si recién acabara de despertar de una terrible pesadilla.
 
- Flash Back -
 
Después de avanzar por la avenida Sakura buscó una señal que le indicara en donde se encontraba, nunca había estado en esa parte de la ciudad. Cuando por fin puedo ver un señalamiento, respiró aliviada y tomó en la dirección correcta.
 
Aún podía sentir la adrenalina corriendo por su cuerpo, manejaba a gran velocidad temerosa de que la hubieran seguido, fue cuando decidió que lo más sensato era llegar al lugar seguro más cercano cuanto antes y ese era la estación de policía. Mientras conducía se dio cuenta que aún tenía la blusa desabrochada y con una sola mano abrocho uno a uno los botones.
 
Cuando llegó se dio cuenta de lo improbable que era que Yue estuviera ahí, si hacia menos de una hora que habían estado al teléfono. Pero para su fortuna encontró a un oficial que la conocía y que de inmediato la pasó a la oficina de Yue. Ya ahí no pasaron más de cinco minutos cuando apareció Tsugame quien feliz de verla la abrazo y le preguntó si se encontraba bien.
 
-Estoy bien, gracias -respondió Sakura con lágrimas en los ojos-. Lo siento -se disculpó apenada, limpiándose las lágrimas que fluían sin cesar.
 
-No te disculpes -dijo Tsugame volviendo a abrazarla y le ofreció un pañuelo-. Acabas de pasar por una experiencia terrible, dijo la oficial examinándola cuidadosamente, pudo notar los moretones aquí y allá que se dejaban ver, el cabello revuelto y la ropa sucia y arrugada.
 
-Gracias -dijo Sakura llorosa.
 
-Te traeré algo para beber. No tardare -y salió con rapidez.
 
Cuando regresó Sakura se encontraba un poco mejor aunque temblorosa. Tsugume le ofreció un vaso.
 
-Es brandy -dijo Tsugume-. Eso te ayudara un poco.
 
Sakura bebió obediente, dejando que el líquido calentara su cuerpo.
 
-Acabo de hablar con Yue -le informó-. Me ha pedido que te lleve a la mansión Daidouji. Ya hice los arreglos una patrulla nos llevara.
 
-Está bien -respondió Sakura aturdida.
 
-Vamos -dijo Tsugume pasándole un brazo por los hombros.
 
-El trayecto fue corto y silencioso. Al llegar a la mansión ya los esperaban y las dejaron pasar de inmediato. La felicidad con la que la recibieron conmovió a Sakura quien permitió que uno de los agentes la llevara en brazos hasta su habitación cuando sintió que las piernas le flaqueaban por el cansancio.
 
Ya en la habitación Tsugume les informó que antes de salir había pedido un médico para que revisara a Sakura, “sólo para estar seguros”, dijo la mujer sonriendo a la joven.
 
Antes de que llegara el médico, Sakura se dio un baño rápido ayudada por Tsugume. Cuando regresó a la cama vestida con un camisón el doctor ya había llegado y la examino. Al terminar el médico hablo con Tsugume y después de despedirlo la mujer regresó al lado de Sakura.
 
- Fin Flash Back -
 
-Yue me pidió que no me separara de ti -le confió Tsugume a Sakura.
 
-Ustedes parecen llevarse muy bien -dijo Sakura con cansancio-. ¿Son muy amigos?
 
-Si, algo así -contestó sonrojándose.
 
-El doctor me dio unos calmantes para que descansaras ¿quieres tomarlos ahora?
 
-No, prefiero esperar a que lleguen Yue y… Shaoran -Sakura no pudo contenerse y comenzó a llorar.
 
-Tranquila -la consoló Tsugume y se sentó al lado de ella en la cama para abrazarla-. ¿Quieres hablar de lo que paso? Eso te hará bien, además entre chicas podemos contarnos todo.
 
Entre sollozos Sakura comenzó su relato, cuando al fin termino se dio cuenta que se sentía mejor. Tsugume era una mujer maravillosa y amable y le permitió desahogarse sin interrumpirla.
 
-¿Ya te sientes mejor? -preguntó Tsugume ofreciéndole otro pañuelo.
 
-Si, gracias -dijo Sakura hipando-. Ahora veo porque te llevas tan bien con Yue -la oficial sonrió agradecida por el comentario.
 
Continuaron platicando tranquilamente. Tsugume se ofreció a secarle el cabello a la chica y poco a poco Sakura se fue calmando cada vez más.
 
********************
 
En ese momento Yue y Shaoran llegaba a la mansión. Desde que pusieron un pie dentro de la misma notaron el cambio en el ambiente y en los rostros de los agentes dentro del lugar.
 
-¿Dónde está? -preguntaron al mismo tiempo.
 
-Arriba, está con la oficial Nagasaki -respondió uno de los agentes.
 
Los dos caminaron hacia las escaleras pero Yue detuvo a Shaoran al llegar a ellas.
 
-¿Me permites subir primero? Quiero hablar con ella a solas.
 
-Está bien -aceptó Shaoran al cabo de un minuto después de pensarlo mucho, después de todo Yue era parte de la familia de la joven y después el podría estar a con Sakura a solas.
 
-Gracias -dijo Yue y subió las escaleras corriendo.
 
Yue ni siquiera tocó a la puerta, entró a la habitación como un torbellino sorprendiendo a las chicas que platicaban tranquilamente. Después pareció contenerse un poco antes de hablar.
 
-¿Cómo estás? -preguntó el detective apretando los puños.
 
-Ella está bien -respondió Tsugume levantándose de la cama, y caminó hacia él-. Los dejo para que platiquen a gusto -y le dio unas palmadas en el hombro-. Te espero abajo. Buenas noches Sakura, te veré pronto.
 
-Gracias por todo Tsugume -dijo la chica viendo salir a la mujer por la puerta quien solo le guiño el ojo.
 
En cuanto la puerta se cerró Yue caminó hacia la cama y abrazo a Sakura con fuerza. La chica pudo sentir el temblor en el cuerpo masculino y dejó escapar un par de lágrimas.
 
-Estaba tan preocupado -confesó Yue acunándola en sus brazos como a la hermana menor que era.
 
-Lo sé -dijo Sakura aliviada de haber podido desahogarse con Tsugume, ahora estaba más tranquila y podría hablar con calma con Yue sin preocuparlo más.
 
-Jamás me había sentido tan preocupado en toda mi vida -Sakura no dijo nada disfrutando la sensación de seguridad que le daba Yue-. ¿Estás bien? -preguntó alejándola un poco para mirarla-. Te han hecho daño -Sakura negó con la cabeza.
 
-Estoy bien -aseguró Sakura limpiándose las lágrimas-. El doctor me revisó y estoy bien, puedes preguntarle a Tsugume.
 
-Bien -dijo Yue tomándole las manos y ahí noto el enrojecimiento en las muñecas.
 
-No es nada -dijo Sakura antes de que él dijera algo-. Estoy bien, de verdad -Yue asintió no muy convencido-. ¡Yue! -exclamó al recordar algo-. ¡Mi papá! ¡Tomoyo! ¿Ellos…?
 
-Si, lo saben -contestó el detective-. La noticia salió por televisión y me vi obligado a hablar con ellos para informarles lo que sucedía-. Hablaré al rancho por la mañana a una hora prudente para avisarles que estás bien.
 
-¿A una hora prudente? -preguntó confundida.
 
-Si cuando no estén Touya y Yukito, ellos todavía no saben nada -explicó Yue-. Le dije al señor Kinomoto que era mejor no preocuparlos, hasta que no… tu sabes.
 
-Si, gracias Yue.
 
Continuaron platicando largo rato mientras Sakura volvía a relatar su historia. La chica fue consciente de los destellos de furia en la mirada de Yue a pesar de sus esfuerzos por aligerar el relato. Yue al notar esto le ordenó que le dijera todo sin omitir nada, y a Sakura no le quedó más remedio que obedecer.
 
Al terminar Yue volvió a abrazarla y la beso en la frente antes de separarse.
 
-Te veré más tarde -dijo Yue poniéndose de pie-. Te tomaremos declaración, pero podemos hacerlo después de que hayas descansado. Me voy, tengo algunas cosas que hacer, además Shaoran ya debe estar impaciente, él también quiere subir a verte.
 
Sakura sonrió y se despidió con la mano. Ella también ansiaba poder verlo.
 
Shaoran caminaba de un lado al otro desesperado, no se sentiría bien hasta comprobar con sus propios ojos que Sakura estaba bien.
 
Cuando bajó Nagasaki le pidió que le relatara lo ocurrido y le agradeció a la oficial que se hiciera cargo de Sakura. A grandes rasgos Tsugume le contó lo que había sucedido y parte del relato de Sakura, así como el diagnóstico del doctor y sus recomendaciones.
 
Yue bajaba en esos momentos las escaleras. Volvía a ser el mismo Yue de siempre. Tsugume sonrió al notar esto.
 
-Ya puedes subir -dijo Yue fríamente-. Me marcho, voy a regresar ala bodega a ver que encontraron, empezaré la investigación sobre ese lugar.
 
-Está bien, mantenme informado -pidió Shaoran.
 
-Lo haré ¿Nos vamos? -preguntó dirigiéndose a la mujer. Ella asintió.
 
Se despidieron, Shaoran esperó a verlos salir para subir por las escaleras.
 
********************
 
Ya afuera de la oficina Yue se despidió de los demás agentes. Se encaminó por el jardín a la parte posterior de la propiedad donde había dejado el auto.
 
Cuando estuvieron fuera de la vista de los agentes y en un sitio sin cámaras se detuvo.
 
-Voy a encontrar a ese maldito -dijo Yue con rabia.
 
Tsugume comprensiva escuchó pacientemente.
 
-De verdad irás a la bodega en este momento -preguntó después de un rato.
 
-Si, ¿por qué? -preguntó sin mirarla, todavía furioso con las manos en la cintura.
 
-Creo que es mejor que descanses un poco antes de empezar a investigar -dijo Tsugume tomándole el rostro con las manos-. No has descansado nada, ni siquiera estoy segura de que hayas comido algo.
 
-Es mejor empezar esto cuanto antes -replicó Yue negando con la cabeza.
 
-Ahora mismo no lograras nada. Tienes al equipo trabajando, yo misma te ayudare con esto. Déjalos trabajar y mañana podrán darte un informe completo.
 
Yue no respondió la miró a los ojos como solo él podía hacerlo. Tsugume sabía que Yue podía ser muy frío pero también había un candor en el que pocos conocían, al igual que un corazón enorme que protegía con esa frialdad que lo caracterizaba.
 
Tsugume sonrió tratando de confortarlo, sabía que él se sentía culpable por lo sucedido. Yue agradeció ese consuelo abrazándola con fuerza.
 
-Tenía miedo -confesó Yue conmoviendo a Tsugume.
 
-Ella está bien. Sakura esta a salvo ahora -las palabras de Tsugume eran un bálsamo para Yue, podía sentir la suavidad de sus manos acariciando su cabello. Yue suspiró escondiendo el rostro en el cuello de la mujer.
 
Tsugume confundida y excitada lo sentía temblar en sus brazos. Yue nunca mostraba esa vulnerabilidad, siempre era controlado… en todo, incluso cuando hacían el amor. Ella siempre se entregaba totalmente mientras él permanecía en control de la situación. Ahora parecía estar luchando contra si mismo, abrazándola con fuerza
 
Tsugume notaba como su respiración iba cada vez más rápido. No había forma de ignorar el poder que escondían los brazos de Yue. Levantó la cabeza y ella pudo notar las intenciones que se filtraban por su mirada.
 
Entonces la besó. Primero fue solo un roce de los labios, pero poco a poco fue cobrando cada vez más fuerza y finalmente a Tsugume se le escapó un gemido de placer cuando él introdujo la lengua en su boca, explorándola con habilidad.
 
Cuando el beso terminó él aún la sostenía en sus brazos, Tsugume lo veía extasiada, se paso la lengua por los labios que aun le cosquilleaban.
 
-Nunca… -suspiró-, nunca me habías besado así.
 
-¿No? -dijo él levantando una ceja.
 
-Bueno… -ella bajó la cabeza-, nunca en un lugar donde alguien pudiera vernos.
 
-¿Y te gustó que lo hiciera? -preguntó levantándole la cara por la barbilla con un dedo.
 
-Si -susurró feliz.
 
Yue volvió a besarla de la misma manera, Tsugume se sentía feliz y mareada. Por primera vez se sentía como una amante en igual de condiciones.
 
-Vámonos -pidió Yue al levantar la cabeza.
 
-¿A dónde?
 
-A tu casa -respondió Yue tomándole la mano.
 
-¿A descansar? -preguntó coqueta.
 
-Tal vez -respondió Yue muy serio y comenzó a caminar.
 
Tsugume avanzó en silencio con una enorme sonrisa en sus labios, tampoco nunca antes Yue la había llevado de la mano por un sitio donde cualquiera podía verlos.
 
********************
 
Sakura esperaba ansiosa la llegada de Shaoran, sentada en la cama se abrazaba las piernas y escondía el rostro en las rodillas.
 
La habitación estaba prácticamente a oscuras la única luz provenía de la lámpara sobre la mesita de noche.
 
-Has sido muy valiente -oyó decir a Shaoran.
 
Levantó la cabeza y lo vio apoyado en el quicio de la puerta. Trató de contestar, pero no le salían las palabras.
 
Cuando él se acercó y la tomó entre sus brazos no se echó a llorar. Sencillamente sintió un gran relax y se dejó consolar por él. En sus brazos se sentía a salvo.
 
Shaoran respiraba aliviado ahora que la tenía entre sus brazos, ahora entendía la importancia de Sakura en su vida. Hasta que Yue se lo había preguntado él no había sido consciente de esto.
 
Sakura se sentía tranquila, pero poco después un nuevo sentimiento se fue despertando en ella. Necesitaba que la besara.
 
Echando la cabeza hacia atrás, lo miró a los ojos mientras se humedecía los labios, y él pareció adivinar sus pensamientos, porque, inclinándose sobre ella, la besó delicadamente y pausadamente, como si se tratara de dos inexpertos en el arte de besar. Solo buscando consuelo.
 
Sakura se dejó caer suavemente hacia atrás sobre las almohadas, arrastrándolo con ella, le echó los brazos al cuello para acercarlo más. Shaoran enterró los dedos en su cabello, acariciando su nuca.
 
Sin embargo aquel beso no fue suficiente. Y poco después se besaban apasionadamente.
 
Sus labios era suaves y su sabor dulce. Sakura se había acercado a él de un modo que ninguna otra mujer lo había hecho. Sus ojos, sus labios, y la forma de temblarle la barbilla, ante todos los problemas que tenía.
 
-“¿Desde cuándo querías que sucediera esto?” -se preguntó Shaoran-. “¿Desde cuando estás enamorado de ella?”
 
Con dificultad Shaoran interrumpió el beso acompañado por un sonido de negación cuando ella le pidió que siguiera.
 
-Te amo -dijo Shaoran con voz ronca.
 
-¿Qué? -susurró sorprendida parpadeando.
 
-Te amo -repitió Shaoran aclarándose la garganta con solo unos centímetros separándolos-. Estoy enamorado de ti -dijo acariciando su cabello-. Admiro tu lealtad, tu valor y tu sinceridad. Me gusta todo en ti. Te adoro... amo tus ojos, amo tus cabellos, amo tu voz, amo tus labios. Amo todo de ti.
 
-Shaoran -musitó Sakura con lágrimas en los ojos-. Yo también te amo -sollozó.
 
-Perdóname -pidió Shaoran limpiando las lágrimas que caían-. Perdóname por no darme cuanta antes -Sakura pudo notar que los ojos de él se humedecían-. Porque tuve que sentir que te perdía para siempre para darme cuenta que siempre te he amado.
 
-Shaoran -suspiró Sakura conmovida al sentir que una lágrima caía de sus ojos para golpear su mejilla, lo abrazó tan fuerte como le fue posible.
 
-Te metiste dentro de mi desde la primera vez que te vi. Te amo Sakura Kinomoto. Te amo -declaró con un suspiro.
 
Y entonces la besó. Fue un beso profundo, cálido. Sakura pegada a su cuerpo podía sentir los latidos de su corazón y suspiró feliz.
 
-Tienes que descansar -dijo Shaoran separándose de ella.
 
Sakura no podía negar aquello pues a pesar de la felicidad que la embargaba su cuerpo comenzaba a ceder al cansancio.
 
-No te vayas hasta que me duerma -pidió ella.
 
Shaoran asintió y le dio un beso suave para después arroparla y abrazarla. Sakura acomodó su cabeza en el hombro de él y casi de inmediato se quedó dormida.
 
Shaoran disfrutó de la sensación de sentirla en sus brazos, aliviado por tenerla a su lado, a salvo.
 
En seguida pensó en lo que podrían estar pensando todos sus subordinados abajo. Ya no tenía caso seguir ocultando la relación que tenían. Una de las cualidades de todos ellos era su inteligencia entre muchas otras. Él mismo los había elegido por sus cualidades, era obvio que ellos debieron notar la actitud de su jefe al desaparecer la chica.
 
-“Que más da” -pensó Shaoran observando a la mujer que amaba. Colocó un rizo de cabello detrás de la oreja y entonces notó un moretón en la cien que había sido hábilmente oculto por el cabello.
 
La examinó con cuidado y encontró otro moretón en el cuello. Sakura tenía las palmas de las manos contra su torso y entonces notó las muñecas lastimadas. Shaoran las besó con adoración, se acomodó de manera que Sakura quedó recostada contra él y así puedo recargar el mentón en su cabeza. Alargó el brazo y apagó la lámpara de la mesita.
 
-“Te encontraré Matsagi, y te haré pagar por cada golpe y por cada herida, juro que así será” -pensó Shaoran antes de cerrar los ojos y abrazar a Sakura.
 
Continuara…
 
Nota de la autora: Espero que esta vez estén satisfechos. En este capítulo me di el gusto de poner a una Sakura como a mi me gusta verla, una chica dulce, tierna, inocente pero aguerrida que puede defenderse y que sabe luchar por lo que quiere. Una cosa que me ha encantado de este capítulo es Yue, espero que lo hayan disfrutado mucho, porque fue algo que no tenía planeado, simplemente sucedió. La escena con Tsugume fue maravillosa porque fue espontánea totalmente, mi muso inspirador me susurró al oído y ahí tienen el resultado. Un Yue más real, más sensible, más humano y espectacular, ¿cuántas ya se están apuntando para el papel de Tsugume? Otra cosa más fue la declaración de Shaoran, el sabía que Sakura era especial pero no quería tomarse el tiempo para explorar la relación hasta terminar el caso de los Daidouji, pero las cosas se presentaron de otra manera y tuvo que darse cuenta, aunque fuera de una mala manera que amaba a Sakura y que ella es lo más importante para él. Espero que les haya gustado.