Card Captor Sakura Fan Fiction ❯ Junto a ti ❯ Capítulo 23 ( Chapter 23 )

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JUNTO A TI
Por Daulaci Serv
Con los personajes de Card Captor Sakura, Por CLAMP.
Con una especial agradecimiento a Crystal23quien a sido toda una inspiración y un gran apoyo como beta en este fic.
 
CAPITULO 23
 
Sakura había pasado una mañana inolvidable mostrándole los alrededores a Shaoran. Aunque este ya había confesado sobre los planos de la propiedad que le había dado Yue y que prácticamente había memorizado haciendo gala de su profesionalismo.
 
-¿Pero, para qué estudiaste los planos? -preguntó Sakura sonriendo.
 
-Precaución -contestó Shaoran encogiéndose de hombros-. ¿Qué es eso de allá? -preguntó haciendo un movimiento con la cabeza en dirección a una vieja construcción.
 
-Ah, eso -dijo Sakura siguiendo la vista de Shaoran-. Es “la casa de los besos” -sonrió con un brillo en los ojos-. ¿Quieres verla?
 
-¿La casa de los besos?
 
Mientras cabalgaban hacia ella Sakura le contó la historia de “la casa de los besos”.
 
-¿Y nunca has venido aquí? -preguntó enarcando una ceja dudando de lo que escuchaba.
 
-De verdad -respondió Sakura al tiempo que desmontaban-. Mi hermano se portaba como un perro guardián en lo que se refería este lugar. De alguna manera siempre supo cuando yo tenía intenciones de venir aunque solo fuera por curiosidad -aclaró mientras se abrazaban por la cintura y caminaban hacia el interior de la casa.
 
Ya adentro Shaoran registró el lugar, era una casa vieja pero no estaba en tan mal estado. Dentro había algunos muebles viejos, una mesa, dos sillas un par de amplios sofás cubiertos con sábanas y una chimenea, cuyo aspecto revelaba que había sido usada recientemente.
 
-Se nota que la usan con frecuencia -apuntó Shaoran.
 
-Más o menos -dijo Sakura-. Cada vez que hay un baile es seguro que alguien vendrá aquí o en el verano. Ahora es temporada de exámenes, no creo que nadie venga -se quitó el sombrero y lo colocó sobre la mesa.
 
-Entonces, este es el lugar perfecto.
 
-¿Para que?
 
-Para ocultar una camioneta -Sakura lo miraba confundida y explicó-: Solo por si hay alguna emergencia, no quiero dejar nada al azar, solo tú y yo sabremos que esta aquí.
 
-¿Dónde la ocultarás?
 
-En la parte de atrás, hay una especie de terraza techada, puedo ponerla debajo. En esa parte, con los árboles atrás nadie podrá verla desde lejos, a menos que se acerquen.
 
-¿Y quien la traerá?
 
-Yue se encargará.
 
-¿Y cuando será eso?
 
-Dijo que en cuanto le avisara que había encontrado un lugar mandaría a alguien de su confianza para que la dejara aquí -respondió pensativo-. Solo serán unos días no habrá problema.
 
-¿Qué más han estado planeando sin decirme? -preguntó después de meditarlo un momento.
 
Shaoran simplemente la miró muy serio después de unos segundos su mirada se suavizó y le sonrió.
 
-No mucho -contestó y exhaló un suspiro.
 
-No te creo -dijo ella retándolo.
 
-No seas curiosa, ya te enterarás.
 
-¿Cuándo? -insistió mientras quitaba la sábana del sofá más amplio.
 
-Pronto.
 
-¿Por qué no ahora? -y se sentó en el sofá.
 
-Porque no es el mejor momento -respondió al sentarse a su lado.
 
Sakura se sentía intrigada y un poco molesta. No siempre se enteraba de lo que planeaban Yue y Shaoran en el trabajo, pero esta vez era diferente… lo sabía y le preocupaba que no quisieran comentárselo.
 
Shaoran la observaba mirando al vacío con los brazos cruzados y un gesto de preocupación en su rostro y supo lo que estaba pensando. Pero todavía no hallaba la forma de decirle lo que sucedía. ¿Cómo decirle que pronto se separarían? No quería verla triste o enojada, no ahora que parecía tan feliz.
 
Con un dedo él apartó los mechones que caían sobre su cara, y después recorrer el contorno de su cara, captando la atención de la chica que ahora sonreía.
 
-Podría obligarte a que me digas “todo” lo que sabes -amenazó ella con un brillo divertido en sus ojos.
 
-¿Ah si? ¿Y cómo harías eso? -quiso saber siguiendo su juego y se cruzó de brazos para adoptar una posición defensiva.
 
-¡No me crees! -exclamó divertida, él simplemente se encogió de hombros.
 
Sin aviso Sakura se sentó en su regazo colocando las rodillas a cada lado de las caderas masculinas y con coquetería le quitó el sombrero y lo lanzó junto al suyo.
 
-¿Por donde empezaré? -preguntó con coquetería acariciando su cabello, Shaoran empezaba a sentir mucho calor, pero mantenía los brazos cruzados y la sonrisa en los labios.
 
Sakura lo observó y aceptó el reto, bajo la vista apreciando con lentitud el torso masculino y empezó a juguetear con los botones de la camisa.
 
La sonrisa de Shaoran desapareció e inhaló aire profundamente, Sakura sonrió disfrutando su pequeño triunfo y empezó a desabotonar la camisa lentamente; uno, dos, tres botones.
 
-Sakura -advirtió él con voz suave.
 
-¿Qué? -ronroneó ella y metió una mano bajo la camisa para sentir el latido de su corazón-. Vas a confesar… ¿tan pronto?
 
Shaoran colocó las manos en las caderas de la chica y negó con la cabeza. Sakura enarcó una ceja y sonriendo soltó el último botón y comenzó a acariciar con lentitud el pecho de Shaoran.
 
Con los labios entreabiertos y fascinada por la sensación bajo las palmas de sus manos recorrió el musculoso torso.
 
-¿Te sientes bien? -susurró en su oído.
 
Sintiendo como aumentaba el ritmo de la respiración de Shaoran, Sakura disfrutó del poder que ejercía sobre él y con descaro movió sus caderas, aunque él la detuvo de inmediato.
 
Ni siquiera supo como sucedió pero de repente se encontraba acostada en el sofá con Shaoran encima de ella.
 
-Me estás volviendo loco -susurró él.
 
-Esa es la idea -replicó ella con voz ronca, Shaoran sonrió.
 
-Siempre me ha fascinado la capacidad que tienes para comportarte seductora y atrevida cuando quieres -dijo contra su oído acariciando con sus labios el lóbulo de su oreja-. Sobre todo porque sé que eres tierna e inocente.
 
-¿Cómo lo sabes? -musito mirándolo a los ojos.
 
-Por la forma en que tiemblas en mis brazos cuando te beso, por la forma en que respondes a mis besos.
 
Sakura lo miró sonrojada hasta la punta del cabello. Sentía el pulso acelerado y recordó aquella vez en el gimnasio en que hizo todo lo posible porque la besara y lo logró.
 
-Solo soy así contigo -confesó Sakura-. Sólo así podría hacer que te fijaras en mi.
 
-Lo sé -dijo Shaoran con una sonrisa seductora que se desvaneció mientras la observaba-. Lo sé y te lo agradezco.
 
Shaoran inclinó la cabeza. Ella se acomodó bajo el peso de él, rodeo su cuello con los brazos y le acarició el cabello. Sintió el roce cálido de sus labios y gimió.
 
A Shaoran le pareció cálida y dócil. Su boca se abrió y sus gemidos lo alentaron.
 
Sakura feliz respondía a sus besos. Jamás en sus locos sueños de adolescente creyó posible que alguna vez estaría en ese lugar con el hombre que amaba.
 
Sobre todo sin que le preocupara en lo más mínimo que su hermano apareciera a estropear el momento.
 
*******************
 
Tomoyo se encontraba en la colina bajo el árbol, se recargó en él cruzando los brazos asombrada por el comportamiento de Touya.
 
Ahora entendía la desesperación de Sakura por conseguirle una novia a su hermano o por lo menos una distracción.
 
Pero esta vez le había fallado. Miró hacia abajo para observar la ropa que Sakura le había dejado.
 
Los pantalones para montar se ajustaban a sus caderas como una segunda piel, la blusa de tirantes con encaje en el escote era bastante sugestiva, y el atuendo lo complementaban un par de botas de montar que cubrían sus pantorrillas.
 
Cuando Tomoyo había terminado de vestirse y observó el resultado final frente al espejo, se sonrojó al notar lo favorecedor que era el atuendo para su figura, delineando cada curva y resaltando lo mejor de ella.
 
No pudo reprimir el impulso de ponerse una blusa de manga larga encima, la dejó suelta para ocultar un poco el efecto de los pantalones, aunque prefirió no abotonarla para aguantar el calor.
 
Cuando se encontró a Touya en la cocina, sintió que las mejillas le ardían, pero se controló a tiempo y observó su reacción, pudo notar que contenía el aliento antes de entrecerrar los ojos.
 
-¿Te lo prestó Sakura? -fue más una afirmación que una pregunta.
 
-Si, ¿no te gusta?
 
-Si, claro -fue la respuesta fría de él y la tomó de la mano para salir.
 
Touya también conocía muy bien a su hermana y se dio cuenta de todo el numerito. Tomoyo no tenía la culpa, pero todavía no sabía si sentirse molesto con ella por prestarse a las tretas de su hermana.
 
Como siempre preparó únicamente a “Sultán” para el paseo. Ayudó a Tomoyo a subir al caballo tratando de no notar lo bien que le quedaban los pantalones.
 
Tenía que concentrarse en averiguar donde estaba Sakura y si ella los encontraba primero tendría el pretexto de que estaba paseando con Tomoyo, aunque por el atuendo de Tomoyo era obvio que su hermana esperaba algo así.
 
Habían llegado a la colina de siempre y después de bajar a Tomoyo del animal y amarrarlo sacó unos binoculares que llevaba ocultos en la silla de montar.
Ignorando la exclamación de sorpresa de Tomoyo se dispuso a buscar en los alrededores, desde ahí podía ver todo el valle con claridad, aunque con la chica a un lado le fue difícil poner atención a su tarea, pero poco después agradeció con cierto alivio que ella se alejara unos pasos atrás.
 
Tomoyo mientras tanto se sentía un poco molesta por se ignorada de esa manera, acalorada se quitó la blusa de manga larga y se la anudó en la cintura.
 
-“De todos modos a él le da lo mismo” -pensó herida en su orgullo mientras se acomodaba otra vez contra el árbol-. “Con suerte regresaremos a la casa pronto y podré quitarme todo esto antes de que alguien más me vea”.
 
-¡Ahí están! -exclamó Touya victorioso pero solo por un momento.
 
A lo lejos pudo distinguir las dos figuras que salían de “la casa de los besos” para montar los caballos.
 
-Sakura -gruño Touya bajando los binoculares-. Le dije que NUNCA debía ir a ese lugar.
 
-¿Me los prestas? -preguntó Tomoyo que ya se encontraba junto a él y señalaba los binoculares.
 
Touya le lanzó una mirada rápida para volver a mirarla otra vez, atónito al ver que se había quitado la blusa de manga larga y el efecto de la pequeña blusa de tirantes que llevaba en ese momento. Tragó saliva y le dio los binoculares para después caminar hacia “Sultán” con la intención de montarlo.
 
Tomoyo suspiró resignada y levantó los binoculares para ver que Sakura y Shaoran cabalgaban en dirección a la casa. Se les veía muy contentos. Lástima que no podía decir lo mismo de ella.
 
Se volvió para buscar a Touya y descubrió con sorpresa que se había montado en “Sultán” y se acercaba a ella.
 
-Vamos -ordenó estirando la mano hacia ella-. Todavía podemos alcanzarlos, pienso darle a Sakura el sermón de su vida…
 
-¿Qué? -exclamó Tomoyo boquiabierta.
 
-Date prisa -dijo él ignorando su expresión.
 
-No gracias -respondió ella y le puso en la mano los binoculares para después darle la espalda y empezar a caminar cuesta abajo-. Yo me voy a la casa.
 
-Tomoyo -la llamó él autoritario pero la chica ni siquiera se detuvo.
 
-No te preocupes por mi -le gritó y levantó la mano a modo de despedida.
 
Tomoyo escuchó como desmontaba y corría hacia ella.
 
-Tomoyo sube al caballo -dijo él tomándola del brazo.
 
-No -negó ella soltándose-. ¿A que vamos a ir allá? -renegó y continuó su camino-. ¿Para esto me trajiste? -preguntó molesta-. ¿Para ignorarme y usarme como pretexto para molestar a Sakura?
 
-Ya que tu te prestaste a los juegos de mi hermana, vistiéndote así, pensé que no te molestaría prestarte a los míos también -dijo él también molesto mientras la seguía, observando los ajustados pantalones.
 
-¿Ah si? -dijo ella deteniéndose para voltear atrás tan repentinamente que casi choca con él y dio un paso atrás-. Pues… pues a partir de hoy Sakura y tú pueden dejar de utilizarme para molestarse el uno al otro. Y la próxima vez, si es que hay una, yo traeré mi propio caballo.
 
Iba a seguir su camino cuando Touya la sujetó y la levantó en el aire para cargarla sobre su hombro como si fuera un bulto, provocando que Tomoyo gritara.
 
-¿Qué haces? ¡Bájame! -le gritaba ella golpeando su espalda-. No voy a ir a ninguna parte contigo.
 
Touya subía otra vez por la colina en dirección a “su árbol” y no se detuvo hasta llegar a él. Con cuidado la bajó para recostarla en el pasto.
 
Tomoyo se veía furiosa y confundida, respiraba agitada, sus pechos subían y bajaban seductoramente y sus ojos resplandecían enojados. Ella trató de incorporarse pero Touya se lo impidió colocándose sobre ella. Tomoyo colocó ambas manos sobre su pecho para impedir que se acercara más.
 
-Te vez preciosa cuando te enojas -dijo él admirándola pero esto no pareció surtir efecto en ella quien trató de empujarlo-. Está bien -aceptó él serio-. No volveré a utilizarte para molestar a Sakura. Pero tampoco puedes prestarte a sus artimañas para distraerme.
 
-Me parece justo -respondió ella más tranquila-. ¿Podemos irnos ya? -preguntó molesta todavía por la forma en que la había ignorado.
 
-¿Quieres irte? ¿Tan pronto? -preguntó con cierta burla y quiso acercarse para besarla pero ella volteó la cara a un lado.
 
-Quiero ir a casa.
 
-Es una lástima -dijo Touya y pensó que debía estar molesta todavía por la forma en que la trató-. Es una lástima -repitió depositando suaves besos en su cuello-. Podríamos pasarla muy bien.
 
Tomoyo contuvo el aliento cosa que motivó a Touya y siguió besándola desde la barbilla hasta la base del cuello, sintiendo que se relajaba siguió por la clavícula y bajo uno de los tirantes de la blusa para morder y besar el hombro desnudo.
 
-¡Touya! -suspiró Tomoyo pasando los brazos por su cuello.
 
-¿Sabes lo que me haces vistiéndote así? -preguntó bajando las manos por sus costados hasta sus caderas.
 
Acarició la curva de sus senos con los labios. Ella se arqueó animándolo a ir más lejos. Temblando acarició su escote. Se pasó la lengua por los labios, sin aliento.
 
-¡Touya! -exclamó y una lengua invadió su boca, moviéndose eróticamente.
 
-Quiero hacerte el amor -dijo él sin aliento contra sus labios antes de volver a besarla-. Quiero tocarte, besar cada centímetro de tu piel.
 
-Si -gimió ella débilmente cuando sus ojos se encontraron.
 
-Pero no aquí -dijo él entre besos-. En una cama, en mi cama -la miró fijamente con los ojos oscurecidos por el deseo-, por la noche, toda la noche, hasta que amanezca.
 
-Si -asintió Tomoyo estremecida por las imágenes que venían a su mente. Acarició su cara con las manos mientras se humedecía los labios-. Despertar en tus brazos.
 
-Si -gruño Touya y volvió a besarla.
 
Siguieron besándose largo rato, pero esta vez eran besos largos y suaves que fueron apagando el fuego que había cobrado vida entre ellos.
 
Al final Touya se incorporó y ayudo a Tomoyo a ponerse de pie. En silencio montaron a “Sultán” y avanzaron lentamente hacia la casa.
 
-Ahora hay mucha gente en la casa -le dijo Touya de repente al oído besando su cuello-. Esperaremos a que Sakura y Li regresen a la ciudad.
 
Tomoyo sintió que el corazón se le encogía al escucharlo, y agradeció que él no podía ver su rostro.
 
-Papá planea salir pronto a una conferencia en la ciudad -continuó él susurrándole al oído y besó su hombro-. Puedo pedirle a Yukito que nos deje una noche solos en casa-. ¿Qué te parece?
 
Tomoyo pasó saliva y tomó aire antes de animarse a hablar haciendo un esfuerzo por sonar alegre.
 
-Parece que lo haz pensado mucho -dijo recargándose en su pecho.
 
-Solo un poco -admitió él abrazándola con más fuerza por la cintura y le dio un beso en la mejilla-. ¿Te parece mal?
 
-No -respondió ella y volvió la cara para besarlo. Después de eso se dirigieron a la casa sin decir una palabra.
 
*******************
 
La noche de la fiesta llegó, Sakura y Tomoyo se arreglaban en el cuarto de la primera por insistencia de la misma.
 
Tomoyo estaba prácticamente lista, se había maquillado con sencillez, el cabello lo llevaba suelto pues sabía que así le gustaría a Touya. En ese momento se ponía el vestido.
 
-¿Sabes que se me haces extraño? -preguntó Sakura mientras le ayudaba con el cierre.
 
-¿Qué?
 
-Que hasta ahora Touya no ha mencionado nada sobre “la casa de los besos”.
 
-¿Ah no? -dijo Tomoyo sonrojada fingiendo estar ocupada colocándose las sandalias de tacón alto.
 
-No, ni una palabra, ¿me ayudas? -y se volvió para que ahora Tomoyo le ayudara con su vestido-. ¿Crees que esté tramando algo?
 
-No lo creo -respondió sincera-. “Al menos no lo que tu crees” -pensó temblorosa.
 
-Tal vez tengas razón, estos días se le ve muy pensativo. Y cuando te ve… ¡tiene una mirada! ¡Lo tienes anonadado!
 
Tomoyo no respondió y terminó de arreglarle el cabello a Sakura que había optado por llevarlo recogido en un elegante y sencillo moño.
 
Las dos se encontraban emocionadas y nerviosas, en especial Tomoyo pues aquella noche se definiría su relación con Touya.
 
-Estoy nerviosa -confesó poco después Tomoyo sentada frente al espejo al tiempo que trataba de abrocharse el collar de perlas-. Esta noche le diré la verdad a Touya.
 
-Déjame ayudarte -ofreció Sakura acercándose por detrás-. No te preocupes, todo saldrá bien -las dos se miraron a través del espejo y sonrieron.
 
-Gracias Sakura -y se volvió hacia ella-. Creo que ya estamos listas, ¡te ves divina! -Sakura sonrió-. Voy a bajar, no quiero hacer esperar a Touya mucho tiempo.
 
-Yo esperaré aquí, Shaoran dijo que pasaría por mi para bajar juntos.
 
Tomoyo se colocó un chal sobre los antebrazos y tomó el bolso que hacia juego con las sandalias que complementaban el atuendo.
 
Touya ya la esperaba al pie de las escaleras y escuchó cuando se habría la puerta. Supo que se trataba de Tomoyo gracias a su escandalosa hermana.
 
-¡Tomoyo, espera! -gritó Sakura antes de que esta cerrara la puerta-. No encuentro uno de mis zapatos.
 
Tomoyo regresó y pronto encontraron el zapato extraviado, nuevamente salió por la puerta.
 
-Te veo abajo -dijo Tomoyo.
 
-¡Si!
 
Tomoyo todavía sonreía cuando llegó a las escaleras, sus ojos brillaron al descubrir al apuesto hombre que la esperaba abajo.
 
Lentamente bajó las escaleras disfrutando de la mirada apreciativa que la recorría de arriba abajo.
 
-Hola extraño -saludó sonriente deteniéndose en el último escalón para quedar a la misma altura que él.
 
-Hola, te ves muy bien -respondió Touya dando un paso atrás para seguir apreciando la grácil figura frente a él.
 
-El vestido… -dijo Tomoyo nerviosa y se miró-, era de…
 
-De mi madre -terminó el acercándose para abrazarla por la cintura-. Lo sé, las perlas también.
 
-¿Te molesta? -preguntó ella colocando los brazos sobre sus hombros-. Sakura me lo prestó.
 
-No, no me molesta, me encanta -y se inclinó para besarla.
 
-¿Tomoyo? -gritó una voz desde arriba.
 
-Esta ocupada -se apresuró a responder Touya.
 
-¿Quién te habló a ti? -replicó Sakura en un tono infantil-. Tomoyo, ¿estás ocupada?
 
-¡Si! -respondió Touya otra vez y tomó a la chica de la mano-, y no te puede atender -y dicho esto se llevó a Tomoyo hacia el estudio.
 
Sakura se encogió de hombros y volvió a cerrar la puerta.
 
Touya y Tomoyo entraban al estudio.
 
-Ya no hay privacidad en esta casa -se quejó Touya cerrando la puerta-. Con Sakura corriendo por todas partes y “ese” Li detrás de ella.
 
-Y tú detrás de “ese” Li -agregó Tomoyo imitando su voz y su gesto molesto.
 
Touya chasqueó la lengua y la abrazó por la cintura.
 
-¿Dónde nos quedamos? -preguntó antes de besarla-. Tenía que hacerlo antes de salir -dijo besándola de nuevo-. Cuando te vi bajar sentí el impulso de llevarte a algún lugar apartado donde pudiéramos estar tú y yo solos.
 
-¿De verdad? -preguntó con voz soñadora.
 
-Si -y volvió a besarla.
 
*******************
 
Shaoran había escuchado toda la gritadera y sonreía pensando que Sakura era increíble y que esos dos se esforzaban mucho para molestarse mutuamente. Le dio unos minutos más a Sakura antes de salir de su habitación.
 
Ya en el pasillo se encontró al señor Kinomoto.
 
-¿Ya estás listo Shaoran?
 
-Si señor.
 
-En cuanto bajen partiremos -dijo Fujitaka antes de descender por las escaleras.
 
-Está bien -dijo Shaoran y tocó a la puerta. Sakura abrió de inmediato-. WOW -exclamó al ver a la chica.
 
-¿Te gusta? -sonrió Sakura y dio una vuelta.
 
-Te ves fabulosa.
 
-Gracias -y dicho esto se asomó por la puerta y miró a todos lados para después jalar a Shaoran adentro, cerró la puerta y lo abrazó provocativa.
 
-Eres una niña traviesa -dijo Shaoran acariciando su cuello.
 
-¿Así te gusto, no? -replicó encogiéndose de hombros.
 
-Así me gustas -asintió él antes de besarla.
 
Se besaron durante un rato antes de que Sakura interrumpiera el beso suspirando.
 
-Tenemos que irnos -gimió con pereza.
 
-Si, sobre todo antes de que tu hermano venga a buscarnos.
 
-Tienes razón -se irguió Sakura separándose de él, tomó un pañuelo desechable y se lo tendió a Shaoran-. Quítate la prueba del delito.
 
-A la orden -bromeó Shaoran limpiándose mientras la observaba pintarse los labios y charlar con alegría.
 
Shaoran pensó en lo cotidiana que parecía la escena y le sintió que sería lo más natural del mundo compartir con ella esos momentos. Viéndola todos los días mientras se arreglaba para después salir a trabajar juntos.
 
-Ya estoy lista -anunció Sakura volviéndose hacia él-. ¿Nos vamos?
 
-Si -respondió Shaoran antes de besarle la frente y tomarle la mano para salir.
 
-Nosotros iremos con papá en un auto y Touya con Tomoyo en otro -le decía Sakura al bajar por las escaleras-. Podríamos ir en un auto… pero es mejor que Touya vaya aparte -Shaoran estuvo de acuerdo.
 
-¿Y Yukito?
 
-Ya hace rato que salió para la casa de Mina.
 
Se reunieron con los otros en la sala y después de eso salieron juntos en dirección a la casa de la familia Asurasaiko.
 
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Fueron los primeros en llegar. Las felicitaciones y abrazos no se hicieron esperar. Tomoyo por fin pudo conocer a la familia de Mina, todos eran personas muy agradables, era una familia sencilla y amorosa.
 
A Sakura la recibieron con especial algarabía pues tenía mucho tiempo que no la veían y saludaron con visible curiosidad y asombro a Shaoran. Siguieron las risas y los cuchicheos pues era notorio que Touya no estaba muy feliz con la situación.
 
-Les tengo una sorpresa -dijo Yukito mientras avanzaban al salón-. Adivinen quien vino.
 
En ese momento un par de figuras aparecieron frente al grupo.
 
-¡Yue! -exclamaron los Kinomoto al unísono.
 
El detective también estaba vestido para la ocasión y no estaba solo Tsugume lo acompañaba luciendo un vestido negro ceñido muy favorecedor.
 
A continuación siguieron los saludos y presentaciones, todos estaban encantados con la presencia de Tsugume a quien Yue presentó como una amiga muy especial.
 
-¿Pero… cuándo llegaron? -preguntó Fujitaka.
 
-Hace unas horas -respondió Yue-. Nos estamos quedando en un hotel.
 
-¿Por qué no fueron a la casa? -fue el turno de Touya-. Los hubiéramos recibido con mucho gusto.
 
-Lo se -agradeció Yue-. Pero en este momento hay mucha gente en casa y preferimos llegar al hotel -y se apresuró a agregar antes de que los Kinomoto replicaran-. Prometo que la próxima vez si aceptaremos su hospitalidad. Además, solo nos quedaremos esta noche.
 
-Tenemos mucho trabajo pendiente -explicó Tsugume-, pero a pesar de eso Yue no quiso dejar pasar la oportunidad de celebrar con Yukito y su prometida.
 
-Gracias Yue y Tsugume -dijo Yukito muy contento.
 
Yukito y Mina se separaron del grupo cuando empezaron a llegar los demás invitados para poder recibirlos. Entre las personas que llegaban estaban Eriol y Nagissa acompañados de los padres del primero.
 
Los jóvenes se unieron al grupo y todos se animaron, siguieron los saludos y la alegría, disfrutando de la decoración. Había globos plateados y blancos por todo el lugar, dispuestos en diferentes formar. Las mesas estaban cubiertas con manteles blancos y centros de meses con flores que llenaban el lugar con su olor. También había cientos de velas blancas dispersas por todo el lugar.
 
Una vez que la mayoría de los invitados llegaron se iniciaron los brindis. Empezando por los padres de la novia, después Fujitaka quien dijo sentir que uno de sus hijos se casaba y por último Yukito quien agradeció la presencia de todos y confesó estar profundamente enamorado de la mujer que estaba a su lado y que en unas semanas más se convertiría en su esposa.
 
Después de esto Yukito besó a su prometida y todos aplaudieron felices y conmovidos por las lágrimas que Mina no pudo contener y que Yukito secaba con ternura.
 
Todos disfrutaron de una cena exquisita y al termina esta dio inicio el baile.
 
La pista fue abierta por Yukito y Mina y poco después se les unieron las demás parejas ahí reunidas. El ambiente era romántico y alegre.
 
Shaoran y Sakura bailaban lo más alejado posible de Touya, a pesar de que era obvio que la atención de este estaba centrada en la mujer con quien bailaba.
 
-Es mejor no tentar a la buena suerte -dijo Shaoran al tiempo que se alejaban un poco más de la otra pareja y escuchó suspirar a Sakura-. ¿Qué pasa?
 
-Nada -respondió con otro suspiró-. Es solo que me siento tan feliz.
 
-Yo también -dijo Shaoran y le dio un suave beso en la frente.
 
-Es como un sueño -musitó Sakura recargando la cabeza en su hombro-. Es la primera vez que vamos a una fiesta juntos.
 
-Y es la primera vez que bailamos juntos -añadió Shaoran.
 
Continuaron así durante unas piezas más hasta que Shaoran notó que Yue le hacía señas a lo lejos.
 
-Vamos a tomar algo -sugirió Shaoran, Sakura asintió.
 
Se acercaron al sitio de las bebidas y ahí se encontraron con Yue y Tsugume. Comentaron los pormenores de la fiesta.
 
-Sakura, ¿podrías indicarme donde esta el baño? -pidió Tsugume después de un momento.
 
-¡Claro! Te acompañaré -y las dos chicas se alejaron.
 
-Me sorprendió encontrarte aquí -dijo Shaoran una vez que se movieron a un sitio más privado.
 
-Lo decidí de último momento -explicó el detective-. Por un lado no quise perderme la celebración, después de todo Yukito es mi hermano; y por el otro -y sacó un juego de llaves de su bolsillo-. Preferí traerte esto yo mismo.
 
-Ya me estaba preguntando porque tardabas tanto -dijo aceptando las llaves para guardarlas.
 
-Como dije preferí hacerlo yo mismo -y dio un trago a su bebida-. Tsugume trajo un auto y yo el jeep, fuimos directo a “la casa de los besos” y de ahí al hotel, de esta manera en el pueblo nos vieron llegar en un solo auto. Dejé la otra llave dentro del jeep, debajo del asiento del copiloto, solo por si acaso.
 
-Perfecto -asintió Shaoran bebiendo a su vez.
 
-En realidad llegamos ayer en la noche -continuó Yue-. De esta manera era más seguro que nadie nos viera dejar el jeep, también me ha dado tiempo de platicar con algunos amigos. Ya he hablado con las personas que quería y he dejado todo arreglado.
 
-Yo estaba pensando dejar a Yamazaki y otros dos hombres por aquí, tal vez en el rancho.
 
-¿En el rancho? Pero… ¿cómo?
 
-Tomoyo piensa contarle la verdad a Touya esta misma noche -explicó Shaoran observando a la pareja-. Así será más fácil dejar a Yamazaki en el rancho.
 
-Yo estaba pensando dejar a Tsugume -confesó Yue y suspiró-. Bueno, me evitaré el problema de explicar su presencia, pero…
 
-¿Qué?
 
Yue no contestó de inmediato, meditó unos momentos mientras observaba a Touya, hacía mucho tiempo que no lo veía así, tal vez nunca antes lo había visto así, negó con la cabeza y tomó de su bebida.
 
-No va ser tan sencillo -dijo al fin.
 
-¿Por qué lo dices?
 
-Por Touya, no va ser fácil. ¿Sabes que es exactamente lo que pasa entre ellos?
 
-Tomoyo lo ama -respondió Shaoran-. Ella misma me lo dijo. En cuanto a él, no lo sé, pero se ve muy entusiasmado… aunque Sakura asegura que está enamorado.
 
Tal vez -dijo Yue observando una vez más a su amigo-. Pero… no va reaccionar muy bien.
 
-Le dije a Tomoyo que nos iríamos en un par de días, para darle más tiempo para hablar con él.
 
-Esperemos que todo resulte bien. Fujitaka es un gran hombre a veces no se como es que tiene ese par de hijos tan cabezotas.
 
-Se a lo que te refieres.
 
-No se lo has dicho todavía ¿verdad?
 
-No, no he podido -dijo Shaoran y vio que las chicas se acercaban a ellos.
 
-¿Qué hacen aquí tan apartados de la gente? -preguntó Sakura.
 
-No estamos “tan” apartados -replicó Yue-. ¿Me concedes esta pieza Sakura?
 
Sakura aceptó encantada y avanzó del brazo de Yue a la pista. Shaoran y Tsugume los imitaron llamando la atención de Eriol que bailaba con Nagissa.
 
-Tengo una idea -dijo Eriol a su pareja y se acercó a Touya y Tomoyo-. ¡Hola chicos! -saludó al llegar junto a la pareja-. Ya que otros lo han hecho porque no cambiamos pareja solo por esta canción -sugirió señalando al otro grupo.
 
Touya levantó la vista y vio a Sakura con Yue.
 
-con tal de que “ese” le quite las manos de encima a mi hermana aunque sea por un rato -gruño Touya.
 
-¡Touya! -exclamó Nagissa-. ¡Es cierto, eres un celoso de lo peor!
 
-Creélo querida -dijo Eriol-. Puede serlo todavía más, ¿entonces? ¿Cambiamos de parejas?
 
Touya miró a Tomoyo quien sonreía y asintió en silencio.
 
-Está bien -aceptó a regañadientes-. Pero solo una canción -advirtió cambiando las parejas-. No es nada contra ti Nagissa.
 
-No te preocupes, yo entiendo perfectamente -aseguró Nagissa al ver que Eriol se alejaba con la otra chica.
 
-Quise aprovechar la oportunidad para platicar -se excusó Eriol-. Hace mucho que no hablamos.
 
-Tienes razón, pero tengo entendido que has estado muy ocupado -dijo Tomoyo señalando a Nagissa.
 
-Un poco -aceptó Eriol con una enorme sonrisa.
 
-¡Estás feliz! Me da mucho gusto por ti.
 
-Gracias. Y veo que no soy el único -Tomoyo sonrió.
 
-Me da gusto que Touya se haya dado la oportunidad de ser feliz.
 
-¿Cómo sabes que es feliz? -preguntó curiosa, mirando a Touya.
 
-Porque se le nota, es evidente que lo traes loco.
 
-No te burles Eriol.
 
-No me burlo, es la verdad, nunca lo había visto así.
 
-¿Ni siquiera con tu prima?
 
-Ni con ella -aseguró Eriol-. Por cierto, quería advertirte que Nakuru llegará en cualquier momento.
 
-¿Ah si? -preguntó un poco tensa.
 
-No te preocupes, no creo que de problemas. No vendrá sola, un amigo suyo está de visita en la casa.
 
-¿Un amigo?
 
-Un snob insoportable de la ciudad -explicó haciendo una mueca de fastidio-. Ya lo había conocido una vez cuando anduve por allá, pero no pensé que fuera tan insoportable.
 
-¿Y solo es su amigo? -preguntó esperanzada.
 
-Parece que si. Pero no te apures, Nakuru esta planeando hacer un viaje pronto. Creo que se reunirá con Fiori en algún lugar -Eriol prefirió omitir el detalle de que Nakuru parecía andar con él al mismo tiempo que con Touya.
 
-¡Con Fiori!
 
-Si, ¿puedes creerlo? No se como alguien como él la aguanta. Aunque tal vez eso sirva para que ella madure un poco.
 
-¿Y porque te parece insoportable su amigo?
 
-¡Porque lo es! Todo el tiempo se esta quejando, además parece que alguien lo rechazó en la ciudad y vino a desahogar sus penas aquí. Yo no culparía a la chica.
 
-¿Cómo se llama?
 
-Se llama Tsur…
 
-Hey, Eriol -lo interrumpió Touya-. Ya terminó la canción.
 
Eriol rió a carcajadas y de inmediato intercambiaron parejas.
 
-¿Qué te contaba Eriol que parecía tan interesante? -preguntó Touya quien no había perdido detalle de la chica.
 
-Nada en particular -mintió encogiéndose de hombros y bajando la mirada.
 
-¿Qué te dijo? -insistió él con suavidad.
 
-Nakuru vendrá -suspiró ella levantando la mirada-, estará aquí en cualquier momento.
 
-Mmm, típico de Nakuru, siempre llega tarde a las fiestas, le gusta hacer su entrada triunfal -la observó un momento-. ¿Y eso te preocupa? ¿O te molesta?
 
-No lo sé -encogiéndose de hombros-, ninguna de las dos… creo. Es solo que será la primera vez que la veamos desde que terminaste con ella y tal vez sea…
 
-¿Incómodo?
 
-Si, aunque Eriol dice que vendrá con un amigo de la ciudad.
 
-¿Con un amigo? Entonces no habrá problemas -aseguró Touya-. Es posible que lo haga para mostrarles a todos que no está sola.
 
-¿Tu crees?
 
-Si. Ven. -dijo tomándola de la mano-. Vamos afuera creo que necesito aire fresco.
 
-¿Aire fresco? -preguntó sonriendo.
 
-Y algo más.
 
Los dos se alejaban para salir por una de las puertas que daban a la parte trasera de la casa cuando alguien los observó a los lejos.
 
-¡No puede ser! -exclamó el hombre sorprendido.
 
-¿Qué no puede ser? -preguntó la voz femenina a su lado.
 
-¿Quiénes son los que van saliendo por aquella puerta?
 
-¿Ellos? -preguntó con una mueca-. Es mi ex del que te había hablado y ella… ella es “su ama de llaves”.
 
-No lo puedo creer -dijo todavía más sorprendido, miró alrededor y de pronto notó un grupo intercambiando parejas, de inmediato reconoció a…-. ¡Li!
 
Nakuru se volvió en la dirección en que él veía asombrado, confundida pues no entendía lo que pasaba.
 
-¿También conoces a esos dos? -preguntó él señalando a la pareja.
 
-Solo a ella, es la hermana de Touya, Sakura. No entiendo, ¿los conoces?
 
-Algo así -respondió, su cabeza daba vueltas y de repente se detuvo, las piezas empezaron a encajar-. ¿Cómo dices que se llama “el ama de llaves” de tu ex?
 
-Matsube, Tomoyo Matsube.
 
-Con que Matsube.
 
-¡Si! -exclamó Nakuru exasperada por tanto misterio-. ¿Keiju me vas a decir que demonios pasa?
 
-Vamos a buscar un sitio más privado y te lo diré. Esto te va a gustar -llevándosela del brazo.
 
*******************
 
Tomoyo y Touya habían caminado por los alrededores buscando un lugar para ellos dos. Varias parejas se encontraban en la parte trasera en puntos estratégicos buscando también un poco de privacidad.
 
Mientras caminaban en silencio, Tomoyo tuvo tiempo para pensar que había llegado el momento de decirle la verdad a Touya, claro que tendría que esperar a que la fiesta terminara, no sabía como reaccionaría él y no quería estropear la celebración. Temblaba de solo pensar que sus temores se harían realidad y Touya no la perdonara.
 
-¿Tienes frío? -preguntó Touya deteniéndose repentinamente en el pequeño jardín de la casa.
 
-No -respondió con suavidad.
 
-Has estado muy callada -y la atrajo suavemente hacia su pecho.
 
-Solo estaba pensando.
 
-¿En qué?
 
-En ti -susurró deslizando sus manos por el torso de él hasta entrelazarlas detrás de su cuello.
 
-Bien -musitó él un poco roncó antes de besarla.
 
Aquello no fue simplemente “bien”. Fue estupendo. Touya la besaba ávidamente, encendiendo un deseo en ella que parecía desbordarla por dentro.
 
De pronto sintió el deseo de demostrarle lo bien que le hacía sentir. Siguiendo su instinto se pegó más a él y empezó a devolverle el beso con la misma fiereza, metiendo los brazos bajo su saco y así sentir su calor y su fuerza.
 
Por un momento sintió que casi perdía el sentido, hasta que se dio cuenta que no solo ella gemía, él también lo hacía, podía sentirlo temblar contra su cuerpo.
 
Touya deslizó las manos por su espalda antes de enterrar los dedos en su pelo, y jalar su cabeza suavemente hacia atrás exponiendo su cuello.
 
-Tomoyo -pronunció mientras daba suaves besos por su cuello-, eres tan dulce, tan suave…
 
Y volvió a reclamar su boca con verdadera pasión. A Tomoyo se le doblaban las rodillas. Pero no había peligro de que cayera, debido a la fuerza con la que la estaba agarrando.
 
-No tienes idea de lo mucho que te deseo -suspirando profundamente, apoyó la frente contra la suya.
 
-Lo sé -musitó Tomoyo con la voz entrecortada.
 
-Podría tomarte aquí mismo, ahora… -Tomoyo contuvo la respiración sintiendo un calor líquido que la recorría por dentro-. Por eso mismo tengo que dejar de besarte en este momento.
 
-No quiero que dejes de besarme.
 
-No me mires así.
 
-No se de que otra forma mirarte -ella era incapaz de pensar con un mínimo de claridad-. Touya, yo nunca antes he estado con alguien así… yo nunca he hecho el amor con nadie -confesó casi sin aliento.
 
Touya alzó la cabeza para mirarla fijamente, acuñándole el rostro entre las manos. Tomoyo pudo ver un brillo especial cruzando por su mirada cortándole el aliento.
 
Sus miradas permanecieron enlazadas durante unos segundos antes de que volviera a besarla con exquisita ternura.
 
Sin decir más la abrazó y caminaron en dirección a la casa. Antes de entrar se toparon con Mina y Yukito.
 
-Hola -saludó Yukito quien llevaba a Mina de la mano-. Así que ustedes también salieron a por aire fresco ¿verdad? -guiñó el ojo Yukito.
 
Platicaron unos minutos y Mina aprovechó la oportunidad para hablar con Tomoyo aparte.
 
-Veo que las cosas entre ustedes están mejor que nunca -señaló Mina acomodándole un poco el cabello a la chica.
 
-Si, gracias -dijo Tomoyo sonrojada, percatándose por primera vez de su aspecto. Volteó un poco hacia un lado para ver que Yukito también ayudaba a Touya con su corbata.
 
-Te aviso que Nakuru llegó hace unos minutos -dijo Mina muy bajo-. Lo siento, pero cuando invitamos a los Hiraguizawa tuvimos que incluir a Nakuru…
 
-No te preocupes.
 
-Yo no creía que quisiera venir -se excusó Mina-. Nunca lo hace.
 
-No importa, de verdad -aseguró Tomoyo-. ¿Viene con alguien?
 
-Si, con un tipo insufrible, se le nota a leguas.
 
-No te preocupes Mina, todo está bien -dijo Tomoyo cuando se acercaron a los dos hombres y miró a Touya a los ojos.
 
Cuando la pareja entró al salón Tomoyo empezó a buscar a Nakuru aunque no la vio por ningún lado, pero si notó a alguien más.
 
-¿Touya? -lo llamó atrayendo su atención-. ¿Esa no es Kaho?
 
Touya sorprendido se volvió en la dirección que señalaba y de inmediato encontró a la mujer.
 
-Si, si es ella. ¿Qué hace aquí?
 
Tomoyo también se preguntó lo mismo y de inmediato pensó en Nagissa y deseó que todo saliera bien para su amiga.
 
*******************
 
Mina y Yukito también habían tenido problemas para encontrar un lugar para ellos, cosa que los divirtió mucho. Al fin encontraron un sitio detrás de un árbol. Yukito estaba muy callado.
 
-¿En que piensas? -quiso saber Mina.
 
-En que soy un hombre muy afortunado -respondió contemplándola.
 
-¿De verdad?
 
-Si -respondió Yukito tomándole las manos para besárselas y después colocarlas sobre sus propios hombros para que ella pudiera abrazarla y el hacer lo mismo tomándola por la cintura.
 
-Recuerdo aquel día que Sakura se enojó mucho conmigo -empezó a relatar Yukito-; porque no le hacía caso a cierta personita.
 
Mina sonreía complacida y nerviosa pues notaba cierta seriedad en su prometido y lo dejo continuar sin interrumpirlo.
 
-También recuerdo que un par de días después hubo un baile -y comenzó a moverse al ritmo de una melodía silenciosa-. Y ahí estaba yo conversando con unos amigos cuando vi entrar por la puerta a una chica rubia muy hermosa, con un vestido muy parecido a este -hizo una pausa observando el mismo-, del mismo color de hecho, con el cabello recogido -y levantó la vista.
 
-Yukito -gimió Mina conmovida-. ¿Recuerdas todo eso? -él simplemente asintió.
 
-Yo había estado esperando a que esa chica creciera -continuó suavemente-. Y me di cuenta que no podía seguir esperando pues en cualquier momento alguien más notaría lo que yo había visto mucho tiempo atrás -Mina lo escuchaba con los ojos nublados por las lágrimas-. Que esa niña con coletas y nariz pecosa que me miraba con adoración un día iba a ser una mujer hermosa y maravillosa, y que yo sería el hombre más feliz si me casaba con ella.
 
-Yukito -sollozó Mina-. ¿De verdad pensabas todo eso?
 
-Si -respondió él limpiándole las lágrimas.
 
-Pero… ¿por qué…? -estaba confundida, recordando todos esos años de adolescencia en que Yukito mantuvo las distancias entre ellos, haciéndole entender que no estaba interesado en ella.
 
-Porque quería esperar a que tuvieras edad suficiente -admitió Yukito-. Y lo hice ¿cierto?
 
Mina asintió recordando la primera vez que le pidió que salieran juntos, poco después de su cumpleaños número 18.
 
También recordó cuando en ese baile le pidió que bailara con él. Mina no dudó un momento en dejar al chico con el que había ido y lo feliz que se sintió cuando estuvo entre sus brazos por primera vez y como latió su corazón acelerado cuando él la acompañó de regreso a su mesa y le besó la mano agradeciéndole la pieza.
 
-Te amo -susurró Yukito regresándola al presente.
 
-Yo también te amo Yukito -respondió emocionada.
 
Y entonces la besó con una profundidad intoxicante que la dejó sin aliento, haciendo promesas silenciosas para un futuro juntos.
 
*******************
 
Nagissa y Eriol bailaban junto a otras parejas. Conversaban de Yukito y Mina y los felices que se veían ellos. Nagissa tenía en aquellos momentos un vestido color celeste de tirantes finos, peinada hacía atrás (más aun por sus cabellos cortos) y a ambos lados de en cabello, habían unos pequeños prendedores de pedrería color rosa y blanco que la hacía ver mas elegante, además de su impecable maquillaje. No era inusual entre la comidilla en toda la región, la clara relación que se notaba florecía entre ambos.
 
En esa reunión no eran la excepción. Eriol pudo distinguir a su llegada con la chica de su brazo, las miradas significativas lanzadas por el grupo de amigas de Kaho. No sabía con que propósito le observaban de esa manera. Había salido con Nagissa ya en varias ocasiones al pueblo y habían sido vistos por casi todos.
 
-¿Qué te pasa? -preguntó Nagissa notando su distracción mientras bailaban. Observó hacia donde Eriol miraba-. ¿Ocurre algo malo?
 
-No. Discúlpame -mirándole nuevamente y brindándole una de sus sonrisas. Ella sonrió sutilmente-. Es que... me distraje un poco.
 
-¿Aun no nos quitan los ojos de encima? -preguntó con una sonrisa sorprendiéndole-. Si, también me di cuenta -llevando sus manos al cuello de Eriol y acercándose mas a él-. No me importa.
 
Eriol sonrió por igual y se acercaron más y más en aquella pieza lenta que bailaban junto a otras parejas. Cuando la pieza terminó seguían abrazados y se dirigieron a un lado del salón donde ambos notaron la presencia de Kaho Mitzuki.
 
Algunos se acercaron a hablar con la recién llegada que los saludaba distraídamente como si buscara a alguien entre la multitud. Ambos por supuesto, se percataron de su presencia. Otra pieza comenzó a ser tocada.
 
Nagissa se percató inmediatamente (al igual que Eriol) que Kaho parecía buscarlo a él con la mirada. Sonrió sutilmente al verlo y Nagissa observaba a uno y otro. Eriol respondió el saludo pero fríamente.
 
Aun así no dejaba de darse cuenta que las mujeres que los observaron bailar, hablaban en aquellos momentos con Kaho y esta los miraba fugazmente a ambos. Notó que Eriol también lo notó.
 
-Está bien -declaró Eriol adivinando lo que podía cruzar por la cabeza de Nagissa ante aquello-. ¿Quieres algo de beber?
 
-Si -aceptó ella sintiendo su garganta seca en ese momento, gracias a las miradas de que ambos eran victimas. Notó que el bar predispuesto estaba al otro lado contrario a donde estaba Kaho con sus conocidos-. Quiero...
 
-Vino blanco... frío —declaró Eriol sonriéndole, quien había aprendido a conocer sus gustos en tan poco tiempo y dándole un beso en la mejilla agregó-. Vuelvo enseguida.
 
Eriol se acercó al bar. Había varias personas delante de él ordenando y observó que Yukito y Mina entraban al salón y se reunían con Nagissa. Cuando llegó su turno finalmente ordenó-. Vino blanco frío y un escocés con hielo y....
 
-Una rodaja de limón -agregó Kaho completando su frase. Eriol se sorprendió que en verdad se atreviera a acercarse-. Hola Eriol.
 
-Hola Kaho -saludó. El mesero preparaba su solicitud y saludó siendo cortés.- ¿Cómo te ha ido?
 
-Bien -observando a Eriol con interés-. La verdad es que, te ves bien. Mis amigas me contaban, que, también has estado ocupado.
 
-¿Acaso has estado fuera de la región?
 
-Solo unos días -dijo haciendo una larga pausa miró al mesero y ordenó-. Vino rojo... -sonriéndole a Eriol agregó-. El vino blanco es algo pasivo... me gusta el sabor intenso del rojo... ¿no lo crees así?
 
-¿Qué quieres Kaho? -preguntó Eriol con advertencia. Notaba aquella indirecta dirigida a Nagissa. Kaho recibió su copa y la extendió al vaso de Eriol y chocó ambas.
 
-Lo he estado pensando mucho -respondió con altanería. Eriol puso la copa de Nagissa y su vaso en la barra. Escuchaba a Kaho sin poder creer hacia donde se encaminaba la plática-. La verdad, es que, te he extrañado... mucho Eriol. Y si estás dispuesto, podremos volver nuevamente a estar juntos.
 
Eriol no creía aquello. Unas semanas atrás y no habría dudado un segundo en decirle que si. Después de todo, siempre pensó que Kaho era la mujer ideal para él. Pero ahora, que por fin se encontraba recuperado, que no veía en verdad futuro entre ambos, que en su vida había alguien más, ¿venía con esto? Debió de suponerlo. Ella siempre era muy indecisa en todo. Siempre pensaba las cosas después de actuar. Ella lo dejó a él. No al revés.
 
-Kaho, no pienso volver contigo... ¿cómo pudiste siquiera pensarlo? -preguntó borrándole la sonrisa del rostro y su mirada se volvió de brillante de incredulidad y decepción-. Tu rompiste conmigo. Dijiste que nos volvimos demasiado diferentes e independientes el uno del otro para estar juntos. Que nuestra relación no iba a ninguna parte ¿acaso se te ha olvidado?
 
-Pero tu me amas... ¡Lo dijiste aquella noche! ¡Que me amabas! Que lo pensara ¿acaso no lo recuerdas? ¿O que, acaso tu olvidaste lo que dijiste aquella noche?
 
-Tal vez lo hice pero juro que en aquel entonces, habría hecho hasta lo imposible por evitar que me dejaras. Pero cuando lo hiciste, vi las cosas de otra perspectiva. Al principio te extrañaba, pero después no. Después lo que sentí por ti fue cierto cariño. Supe distinguir las cosas al final. Me hiciste un favor al romper lo nuestro.
 
-Eso lo dices ahora- dijo dejando la copa en la barra al lado de la de Nagissa. A continuación y sorprendiéndole besó a Eriol en los labios y deslizó su mano a su cuello, siendo testigos de aquello, Mina, Yukito y Nagissa quienes se habían acercado al par), y cuya mirada mas que todas, fue en la que Eriol posó la suya.
 
Nagissa no esperó a que Eriol diera explicaciones o nada por el estilo. Negando con su cabeza y a pesar que Eriol trató de tomarle la mano, ella lo esquivó saliendo rápidamente entre los invitados.
 
-¡Olvídala Eriol! -insistió Kaho al ver que este planeaba perseguirle, tomándole por el brazo-. Olvídala...- sonrió.
 
-Olvida tu, Kaho -respondió Eriol decidido-. Ahora estoy con alguien. Soy feliz ahora con ella. Es especial. Y me doy cuenta ahora más que nunca. Adiós Kaho -y salió con prisa a perseguir a Nagissa.
 
Mina y Yukito se miraron suspicazmente. Ya se imaginaban que aquello pasaría en el momento que Kaho se apareciera en la fiesta. Pero se vieron obligados a invitarla. Además querían que viera que Eriol no se quedó llorando por su rompimiento.
 
-Te lo dije -dijo Mina a Kaho una vez se encontraban a solas-. Te dije que Eriol estaba bien sin ti. Ahora, tal vez le costaste su relación....
 
-Tal vez si, tal vez no -declaró Kaho altaneramente-. Pero si no dura como él piensa, siempre podrá regresar a mi -sorprendiéndole con aquello, se dirigió por el mismo camino tomado por Eriol hacía el exterior.
 
Mientras, Nagissa veía una y otra vez en su cabeza aquella imagen; ellos besándose. “¡Que gran ironía!” pensaba ella “Es justo que me pase a mi. Después de todo, estuve siendo solo un plato de espera”
 
-Tonta -se dijo a ella misma alejándose del sonido de la fiesta. Sentía su cabeza a punto de explotar y con ganas de golpear algo.
 
Sentía sus ojos humedecidos. La última vez que había llorado fue después de la muerte de su padre. ¿Por qué le afectaba tanto? ¿Por qué de aquella manera? Porque había aprendido a admirarlo y verle en el silencio, cuando era mas joven y a enamorarse de él, en el corto tiempo juntos.
 
-“Increíble. Estoy celosa. A pesar de...” -pensaba una y otra vez en la escena-. “Estoy celosa. Nunca pensé que... jamás sería una de esas. Entonces si estoy celosa... Oh santo Dios... estoy enamorada de Eriol ¿de que me sorprendo? Si desde, que vine con mi padre, lo miraba... lo veía tratar a Kaho -andaba con rapidez y de repente comenzó a alivianar su paso-. “Mándenme a matar. Me he enamorado...”
 
-Espera, espera, espera -por fin la alcanzó Eriol dándose a correr detrás de ella. Le aferró por el brazo y le volteó a él-. No es lo que crees -dijo cuando retomó el aliento.
 
-Se lo que vi... -replicó ella con decisión-. Se que ella te besó. No al revés -admitió cruzándose de brazos.
 
-Que bueno que lo ves así...
 
-Solo estaba haciéndote las cosas mas fáciles -confesó sorprendiéndole-. Te dije que no me interpondría entre tu y tus recuerdos. No voy tampoco a intervenir si quieres volver a ella...
 
-¿No te importa eso? -preguntó él en verdad sorprendido por su actitud. Pero notaba las lágrimas en sus ojos-. ¿Qué en algún momento volviera con ella?
 
-¡Claro que me importaría! Pero tampoco te voy a retener a mi lado por compromiso, contra de tu voluntad. Si es lo que quieres... -ni ella misma se creía aquello. ”Vamos. Si acaso él hiciera eso, te marcharías de aquí para no volver...”
 
Eriol se quedó en silencio observándole. Se veía hermosa a pesar de las lágrimas en sus ojos. Era hermosa y no se percataba que al lado de Kaho era superior.
 
-No soy de las que se pelean en lugares públicos por hombres, Eriol. Y sabía, aunque no quería admitirlo, que Kaho tarde o temprano se daría cuenta del gran error que cometió al romper contigo. Si ella ve lo mismo que yo veo en ti, era cuestión de tiempo. Así que si quieres volver con ella.... -pero no pudo decir mas nada pues Eriol la tomó en brazos y a continuación le dio un beso como jamás le había dado.
 
Era un beso que le robó la cordura por unos instantes. Ni recordaba en aquellos momentos porque era que lloraba o que era lo que decía segundos antes. Eriol con paciencia, y lentitud, logró que separara sus labios, exploró su boca haciendo que la pobre muchacha buscara como sostenerse pues sus pies comenzaron a fallar; con nerviosismo, se colgó de su cuello y cerró sus ojos, sintiendo sus mejillas encenderse y calor en cada centímetro de su cuerpo. Él deslizó sus manos de su rostro a su cuello y de ahí a su nuca sintiendo como la muchacha temblaba al sentir sus manos deslizarse. Ella le permitió todo, dejando que la tocara, sintió las manos de él entre su cabello y la base de su espalda.
 
Eriol besándole, sentía la pasión que Nagissa podía dar. Era atrevida, sensual y arrojada sin proponérselo. Su independencia e inteligencia le atraían y también sus labios. Se habían besado antes, pero no con la urgencia que en aquellos momentos expresaban. Todo lo que le había dicho, era algo sorprendente y sabía que si dejaba que ella se fuera de su lado, era muy posible, que no la recuperará. No se podía arriesgar cuando a su lado era feliz. Separándose poco a poco de ella notó sus mejillas encendidas y sus ojos, brillantes que le observaban sorprendida.
 
Ella no encontraba que decir. La voz no se recuperaba de aquel beso. Notó parte de su labial en los labios de Eriol.
 
-No me importa Kaho -dijo con voz decidida y ronca, apretándole más contra su cuerpo-. Me importas tú. No se que me pasaría... que haría si me dejaras... -sus senos se presionaban contra a la figura de Eriol.
 
-Yo, solo... pensaba que...
 
-Si amé a Kaho. Si, creía que era la mujer para mi. La indicada. Pero eso fue en aquel entonces. Maravillado, extasiado con una mujer que creía que era todo para mi... pero ahora, no es así. Te quiero a ti... te deseo a ti... quiero besarte a ti... - sonriéndole y diciéndole a su oído.- Quiero verte temblar en mis brazos... -besándole nuevamente.
 
-Pensé que nosotros... que era solo...
 
-Me estoy enamorando de ti -declaró sorprendiéndole-. Estoy enamorándome de ti, de la cabeza a los pies. Pero si quieres, que nos dejemos, que dejemos esto en seguida... te dejaré ir -separándose un instante de ella agregó-: Si es que aun piensas en dejarme -con su mano en su mejilla.
 
-No puedo dejar de estar celosa... cosa que no creí que era. Nunca he celado nada en mi vida... nunca.
 
-¿Acaso estas celosa de Kaho? -viéndole asentir abochornada. Eriol sonrió-. No tienes porque estar celosa... -besando sus manos-. Como yo trataré de nunca celarte a ti con tus compañeros de campamento... -sorprendiéndole agregó-: ¿Crees acaso que no lo hago cuando los veo trabajando tan cerca de ti?
 
-¿Acaso bromeas? -rió ella olvidándose de lo que pasó-. ¡No tienes porque... -pero él le interrumpió.
 
-Bueno ayer vi a uno de ellos viendo al escote de tu blusa y no es la primera vez que lo hacen -sonrojándole al bajar la mirada al escote de su vestido-. Tengo porque estarlo... miran lo que no es de ellos.
 
-¿Y tu que haces en estos instantes? -preguntó con cierta coquetería no común en ella y fascinada de que él le mirara de la manera que lo hacía.
 
-Eres mi novia -besándole nuevamente-. Eres mi novia, y veo lo que otros ven -sorprendiéndole ante aquella respuesta final. Nunca hasta ese momento lo había escuchado de sus labios-. No se si te lo he dicho esta noche, pero me encanta tu vestido -aquello le hizo sonreír.
 
-Ya me lo habías dicho -respondió besándole ahora ella sin importarle que estaban en medio del camino. Ceñida a su cuerpo, Eriol besó por un largo rato sus labios y deslizó su boca, hasta su cuello haciéndole temblar y suspirar, cuando le dio un beso suave en uno de sus hombros.
 
Separándose unos instantes, pues ya temía que, si comenzaba nuevamente a besarle y a tocarle no terminaría y estaban en un lugar público, miró atrás y agregó-. Debemos volver... -suspiró-. A menos que no quieras... -mirando el rostro sonrojado de la joven.
 
Nagissa miró atrás de Eriol, también. No quería volver y ser victima de miradas tan inescrupulosas por parte de Kaho toda la noche. Pero lo pensó mejor, los anfitriones habían sido tan considerados con ella desde un principio y se imaginaba la cara de Kaho, si volvía con Eriol del brazo-. Yukito y Mina no se merecen nuestro desplante... volvamos...
 
Eriol asintió y de la mano se dirigieron nuevamente a la fiesta. Pero no se dieron cuenta que detrás de uno de los árboles cerca al lugar, Kaho observó y escuchó a la perfección todo lo dicho y ocurrido entre Eriol y Nagissa. Eriol jamás, en todos sus años de relación juntos, le había besado con tal pasión como lo hizo con Nagissa. En los últimos meses previos a su rompimiento, todo se había vuelto monotonía en su relación. Eran besos de compromiso no de espontaneidad, y hasta en la última vez que estuvieron de manera intima, aunque él no lo quería ver, la llama que había existido se había extinguido. Y ella en parte era la responsable, se había cansado de Eriol.
 
Entonces concluyó que si, como Mina le había dicho, todo sentimiento que él pudo tener por ella, se habían desvanecido, no tenía caso esperar por él.
 
Por alguna extraña razón que ella, no comprendía en aquellos momentos, no deseaba volver a la fiesta para verlos a ellos juntos. Tomando una decisión, sacó las llaves de su vehículo de su pequeña cartera, y se dirigió a su vehículo.
 
*****************
 
-¡Tomoyo Daidouji! -exclamó la voz femenina-. ¡Ella! ¡Esa!
 
-¡Cálmate! -exigió Keiju-. Alguien pude escucharte.
 
-Y que me importa si alguien me escuchas -dijo caminando de un lado a otro.
 
-Escúchame -y la tomó por los hombros-. ¿Crees que alguien más de la familia Kinomoto sepa quién es ella en realidad?
 
-No lo sé -respondió pensando uno segundos-. ¡No!, no lo creo. Por lo que Touya me decía… ¡No! No lo saben.
 
-¿Estás segura?
 
-Si, claro que si. Touya no hubiera permitido que una Daidouji le sirviera. Es orgulloso. Jamás lo hubiera admitido... Sakura está metida en esto hasta los tobillos... -concluyó pensando en lo que siempre ocurría en la casa de los Kinomoto; la insistencia de la hermana de Touya por llevar mujeres a la casa por una u otra razón. Sabía que nunca la había aceptado como novia de su hermano.
 
-Perfecto. Quieres desquitarte ¿no?
 
-Si.
 
-Yo también -sus ojos brillaron con malicia-. Esto es lo que haremos…
 
*******************
 
Touya había ido a conseguir unas bebidas para ellos. Tomoyo miraba preocupada en la dirección en la que había salido Nagissa, pensó ir tras ella pero Eriol salió casi enseguida, cosa que la tranquilizó un poco. Solo esperaba que todo estuviera bien.
 
De repente los vio entrar juntos y sintió un gran alivio al observar que sonreían felices, en especial Nagissa, los siguió con la mirada, ella también sonreía contagiada por la felicidad de sus amigos.
 
Su mirada se detuvo en un punto, su sonrisa desapareció de pronto y sus ojos se abrieron con asombro, sintió que se congelaba, incapaz de moverse o hablar. Delante de ella a unos metros de distancia estaba Keiju Tsurigame quien sonriéndole con cinismo, levantó su copa a modo de saludo.
 
-¿Sucede algo malo? -preguntó Touya al llegar a su lado con las dos copas en las manos.
 
-¿Qué? -preguntó Tomoyo con voz estrangulada volviéndose lentamente hacia él.
 
-¿Qué si pasa algo malo? -repitió él tendiéndole la copa, notó la mano temblorosa que la recibió.
 
-No, nada -se obligó a sonreír. Parpadeó esperando que lo que vio solo fuera producto de su imaginación-. ¿Qué podría pasar? -y bebió un sorbo de su copa deseando por primera vez en su vida que fuera algo más fuerte.
 
Al fin se animó a ver en dirección a Keiju, esperaba no encontrarlo, pero seguía ahí con la misma mirada, la misma sonrisa.
 
Touya la observaba preocupado y confuso. Algo estaba mal pero ¿qué? Buscó a su alrededor tratando de encontrar la causa de su malestar, pero un rostro familiar se interpuso en su camino.
 
-¡Touya! -saludó Nakuru con voz estridente, muchos se volvieron a verla, Tomoyo apenas notó su presencia-. Buenas noches Tomoyo -saludó arrastrando las palabras.
 
Tomoyo apenas pudo balbucear una respuesta, su atención seguía en el otro hombre que la observaba desde lejos.
 
-¡Que gusto verlos a los dos! -exclamó Nakuru con exagerado entusiasmo-. Es una fiesta muy agradable, es una lástima que apenas vayamos llegando.
 
-¿Vayamos? -preguntó Touya.
 
-Si, un amigo y yo. Salimos un poco tarde de la casa. Por cierto Tomoyo -dijo tomándola del brazo para atraer su atención-, mi amigo dice que te conoce.
 
-¿Ah si? -tembló Tomoyo notando el brillo maliciosa en los ojos de Nakuru-. “Ella lo sabe”.
 
-Si, tal vez después puedan platicar, anda por ahí -y señaló en dirección a Keiju-. Seguramente tendrán mucho que platicar.
 
-Tal vez -aceptó Tomoyo tensa.
 
-¿Y quién es ese amigo? -preguntó Touya molesto.
 
-¡Ah!, se llama Keiju Tsurigame -respondió como sin darle importancia-. Verdad que si lo conoces Tomoyo.
 
-Ssi… si -tartamudeó la joven.
 
-Después te lo presentaremos Touya -dijo Nakuru disfrutando de la incomodidad de Tomoyo-. ¿Por qué no bailamos esta pieza? ¿No te molesta, verdad Tomoyo?
 
-No, claro que no -se esforzó por sonar natural y miró a Touya-. Adelante.
 
Y sin esperar más Nakuru le arrebató la copa a Touya para dársela a Tomoyo y se lo llevó consigo hacia el centro de la pista. Tomoyo los siguió con la mirada hasta que los vio desaparecer entre las parejas, solo entonces volvió a ver a Keiju quien le hizo una seña con la cabeza para que lo siguiera.
 
Mientras caminaba Tomoyo volteaba a todas partes. Con Touya no habría problema estaba segura que Nakuru se encargaría de que no viera hacia donde se dirigía. Buscaba ansiosa a Sakura y Shaoran pero no podía verlos por ningún lado. Yue estaba al otro lado del salón junto con Tsugume, platicando con unas personas de espaldas a ella.
 
Tomoyo llegó a donde momentos antes se encontraba Keiju y vio que a la derecha se encontraba un pasillo, se dirigió a el, al fondo distinguió a Keiju parado junto a una puerta que mantenía abierta esperando por ella. Dio una última mirada atrás antes de dirigirse a donde él se encontraba.
 
Continuara…
 
Nota de la autora: Por favor no me maten, ya saben que es para darle un “poquito” más de emoción a la historia, yo creo que si esta dando resultado pero ya me dirán. Como ven el principio estuvo un poco candente, espero les haya gustado, es solo una pruebita de lo que pueden encontrar en el epílogo. El amor flota en el aire de este capítulo, incluso Mina y Yukito tuvieron lo suyo y que decir de Eriol y Nagissa, mi buena amiga Crystal23 se esmeró muchísimo para este capítulo. La fiesta de compromiso llegó al fin y también algunos encuentros, el siguiente capítulo estará llenó de intriga, dolor, revelaciones y enfrentamientos, jajaja eso es todo lo que les puedo decir por el momento.