InuYasha Fan Fiction ❯ Agonia ❯ Soyomi ( Chapter 3 )

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Capítulo 3
 
Soyomi
………………………
 
Cuando Sesshoumaru descendió en el jardín del palacio había una figura de pie resguardada por las sombras del atardecer, Jaken se percató de la presencia cuando su amo se dirigió a ella con voz hueca y sin esconder su incomodidad por la interrupción.
 
“Que haces ahí, si tienes algo que decir dilo ya!”
 
La figura salió de entre las sombras revelando a un joven youkai de cabello negro y ojos muy rojos, Soyomi era una de las sirvientes del castillo, de personalidad agresiva y que odiaba a Rin desde hacia muchos años, que no estuviera bajo la protección de Sesshoumaru era su oportunidad de cobrar venganza.
 
Al ver a Soyomi Jaken palideció porque conocía a la perfección el odio por Rin y temía que fuera a decir algo que metiera en problemas a la pequeña. El sapo apretó el báculo de dos cabezas con ganas de usarlo contra aquella mujer a quien se le veía la mala intención en la mirada.
 
Aunque quería advertirle a su amo el youkai no fue capaz de decir nada esperando que tal como él Sesshoumaru detectara la malicia en la actitud de Soyomi.
 
“Amo Sesshoumaru yo solo quiero decirle que sus deseos no se han respetado en los últimos días!”
 
El rostro del príncipe no se inmutó pero algo dentro de él se revolvió un instante ante la idea de irrespeto de parte de los habitantes del castillo. Jaken ahogó un suspiro y miró desesperado a su amo y Soyomi que sonreía complacida.
 
“Explícate!”
 
“La mugrosa esa estuvo aquí en el castillo y además recibe a Yoro-sama en sus habitaciones…muy tarde en la noche!”
 
La quijada de Jaken se abrió a todo lo que daba y cuando trató de defender a su amiga Sesshoumaru lo silenció con la mirada, ignorando a Soyomi giró sobre sus talones y se encaminó a su habitación.
 
El youkai sapo lo siguió en silencio mientras le lanzaba miradas furiosas a Soyomi que parecía regodearse con su hazaña. Mientras recorrían el camino hasta su habitación Sesshoumaru repetía las palabras de Soyomi en su cabeza sintiendo rabia pero sobre todo curiosidad.
 
Al llegar a la habitación Sesshoumaru se encontró con que su baño estaba preparado y antes de entrar a refrescarse le habló a Jaken sin ninguna emoción en la voz.
 
“Jaken ni una sola palabra a nadie!”
 
“Si Amo pero…”
 
“Que?”
 
“Soyomi es un pesada y nunca la ha querido, siempre haciéndola llorar y hostigándola, era peor cuando eran niñas…es una grosera seguro esta inventando…además la llamó mugrosa y me disculpa Amo bonito pero la niña se baña todos los días, no le haga nada se lo suplico!”
 
Sesshoumaru dejó escapar un leve suspiro fastidiado por la retahíla de palabras de Jaken. Estaba asombrado por la genuina preocupación y ternura de su sirviente al referirse a Rin y sin que lo pudiera prever como un destello la imagen de una pequeña en kimono anaranjado y llevándole flores se coló por un segundo en su mente.
 
Exasperado por su traicionera mente el youkai no dudo un segundo y opacó de inmediato aquel furtivo recuerdo; luego parpadeo para concentrar su atención en Jaken que seguía mascullando. Sesshoumaru sabía de sobra que las palabras de Soyomi estaban llenas de resentimiento; pero enterarse que hacia llorar a Rin siendo pequeña era extraño porque no conseguía comprender porque una youkai se sentiría amenazada por alguien tan insignificante e inofensivo.
 
(La hostigaba haciéndola llorar? absurdo… que daño puede hacerle ella?)
 
Al notar la mirada insistente de Jaken Sesshoumaru lo miró secamente y sin alterarse le dijo que no iba a hacer nada por lo que Jaken se inclinó en una reverencia.
 
“Gracias Amo bonito!”
 
Sin decir nada Sesshoumaru dejó a Jaken solo en el corredor pensando en una forma de cobrarle aquella maldad a Soyomi. El pequeño youkai pensó que algo tenía que hacer porque le daba miedo sin la protección de su amo Rin fuera un blanco fácil para la conflictiva mujer. Decidido a proteger a la pequeña apretó sus dedos alrededor de su báculo y fue en busca de Yoro, no lo encontró sino hasta la hora de la cena.
 
………………………&# 8230;
 
A la hora de la cena…
 
Sesshoumaru entró al comedor sin hacer el mínimo ruido topándose con la figura de Yoro que sentado muy quieto en el suelo, parecía meditar. Tomando asiento en la cabecera los ojos ámbar se desviaron hacia su derecha, no había nada a su lado, no podía especificar que, pero al contemplar el espacio vacío le recordaba algo.
 
“Yoro que había antes aquí?”
 
El youkai a sus espaldas contestó sin levantar la voz demasiado porque mientras le servía los alimentos lo había observado fijar la mirada en el que fuera el puesto de Rin, se había concentrado en aquel lugar con una expresión extraña como de desconcierto pero solo duró un par de segundos.
 
“El puesto de la niña!”
 
“Ya veo…me puedes decir porque visitas el ala sur en las noches?”
 
Al escuchar a su Amo Yoro sintió náuseas pero respiró profundo y con ecuanimidad le contestó mientras su mente trataba de pensar de qué forma el príncipe sabía de sus visitas al ala sur. No tuvo que especular mucho para saber que había sido Soyomi.
 
Le hubiera gustado levantarse en ese instante para ir a encarar a su sobrina pero primero tenía que salir airoso de aquel interrogatorio. Yoro valoraba mucho la honestidad por lo que sonrió sutilmente ya que de alguna forma su sobrina le había hecho un favor, si todo salía bien a partir de ese momento no volvería a sentirse mal por enseñarle a cocinar a la niña.
 
“Le enseño a cocinar Príncipe!”
 
Sesshoumaru se estaba llevando un sorbo de té a los labios pero se detuvo sorprendido por la contestación; cerrando los ojos con suavidad probó su té y sin que se lo pidiera el cocinero del castillo le explicó aún más el porque de sus visitas nocturnas.
 
“Ella vino al castillo para pedirme ayuda mientras el príncipe no estaba pero probablemente Soyomi también se lo dijo. Le enseño a cocinar después que termino con mis quehaceres!”
 
“De quien fue la idea de esas `clases nocturnas'?”
 
“Yuma señor, la pequeña no desea ser una carga además tiene un huerto. Le aseguro que después de esa vez no ha vuelto a poner un pie en el castillo. Amo, mi sobrina es un muchacha complicada en especial cuando se trata de Rin!”
 
“Eso me han dicho!”
 
Sin inmutarse el príncipe continuó con su comida; a los pocos minutos apareció Jaken y tomó su lugar viendo insistentemente a Yoro que le hizo ojos de tranquilidad y el sapo pudo disfrutar de su cena en paz. A pesar de que parecía que todo estaba bien, Yoro quería tener la seguridad de que podía seguir ayudando a Rin y tosió para llamar la atención.
 
“Ahem…Amo?”
 
“Dime”
 
“Sobre las visitas al ala sur?”
 
“Continua hasta que creas conveniente. Yoro no quiero ser molestado otra vez!”
 
“Si Amo, lo que usted diga. Me encargaré de eso mañana a primera hora!”
 
“Puedes retirarte!”
 
Yoro salió del comedor feliz porque podía seguir enseñándole a Rin y furioso por la actitud de su sobrina. Soyomi era hija de su difunta hermana y él sospechaba que no haberla conocido era gran parte del problema de la actitud hostil de la joven. Aunque Yuma y él la consideraban como una hija para Soyomi eso no parecía ser suficiente.
 
Siguió avanzando por los corredores tratando de entender la razón por la que su sobrina odiaba a Rin, Yoro suspiró porque supuso que se debía a la atención que tanto Yuma y él siempre le habían dado a la niña humana. Lo peor era que ninguno podía evitar querer a la pequeña porque Rin se lo había ganado con dulzura e inocencia.
 
Cuando llegó a la cocina solo encontró a su esposa, paseándose por la cocina disimuladamente buscó a Soyomi pero como era de esperarse la joven no estaba por ningún lado. Arrodillándose junto a su mujer le contó todo lo que había sucedido. Yuma solo dio un resoplido y le contestó con su característica ecuanimidad.
 
“Se había tardado!”
 
“Yuma!”
 
“Es la verdad, que piensas hacer?”
 
“No sé esperaba que tu me ayudaras con eso, si las enfrento probablemente Rin salga mal herida…no sé que hacer!”
 
“Yo no estaría tan segura!”
 
“Como dices?”
 
“La pequeña no es tan débil como todos creen, podría darles una sorpresa a ti y a Soyomi!”
 
Yoro abrió sus ojos a todo lo que daban y le preguntó a su mujer que si estaba mal de la cabeza. Sin inmutarse la youkai le dijo que estaba olvidando algo importante y eso eran las instrucciones del amo del castillo de no ser molestado y eso en términos de Sesshoumaru significaba terminar con las diferencias entre las dos jóvenes.
 
El cocinero se tragó las palabras que tenía para refutar la idea de enfrentar a las muchachas porque se daba cuenta que como siempre, su esposa tenía razón.
 
……………………
 
A la mañana siguiente…
 
Era una mañana luminosa y fresca, Rin estaba fuera de su habitación barriendo la entrada cuando vio una figura que se acercaba, al reconocer quien era apretó los dientes y aferró el mango de la escoba con fuerza.
 
(Lo que me faltaba…que habrá hecho esta vez? Rayos!)

Soyomi se acerco hasta estar a corta distancia y con una sonrisa llena de sarcasmo le dio los buenos días. Rin le dedico una mirada agria y sin saludarla le pregunto que hacia ahí.
 
“A que viniste?”
 
“Que grosera vine a saludarte…ahh y a decirte que tu secreto ya se sabe”
 
Rin entrecerró los ojos y trató de controlar la rabia, odiaba cuando Soyomi le hablaba con acertijos pero lo que mas le erizaba era aquel tono sarcástico y burlón que usaba para hostigarla.
 
Sus pensamientos se aceleraron tratando de descifrar lo que ella había hecho esta vez, lastimar a Sukime estaba fuera de toda posibilidad porque el odio de Soyomi era exclusivo para ella; dominada por los nervios la pequeña le exigió que hablara claro.
 
“Jajaja estas nerviosa verdad? Pues deberías…por cierto que estúpida fuiste al declararle amor al Amo de verdad pensaste que…”
 
“CALLATE! Ese no es tu problema dime que hiciste?”
 
“Acaso no lo adivinas? Le dije al Amo que recibes a Yoro en tu habitación en la noche y que habías estado en el palacio!”
 
“Que??...hablaste con él?”
 
El rostro de Rin se ensombreció de repente y su corazón empezó a bombear sangre por su torrente con más rapidez que de costumbre presa de los nervios y la angustia. Fijando su mirada en la youkai que ahora se reía burlonamente, Rin sintió como una furia abrasadora se apoderaba de ella y sin pensar se lanzó sobre Soyomi como un animal rabioso.
 
La youkai no tuvo tiempo de reaccionar y solo sintió el peso de Rin sobre ella haciéndola caer de espaldas. Una vez que Soyomi salio de su asombro empezaron a forcejear y la youkai comenzó a llamarla desde debilucha hasta tonta enamorada; oír aquellos sobrenombres que había soportado durante años le hicieron hervir la sangre y Rin sintió que su furia le daba energías.
 
Era como si todo se juntara en su pecho haciéndola perder la razón y compostura. En un segundo todos sus recuerdos amargos incluidos la muerte de su familia y la suya propia se amontonaron dentro de ella y frente a sus ojos vio pasar la película de los sinsabores de su existencia.
 
En aquella película imaginaria había de todo, soledad, rechazo, desesperación, amor, la primera vez que Soyomi la hizo llorar, sus interminables noches cuando pensaba en Sesshoumaru, su ilusión de una vida junto a él pero lo que la terminó de tirar al pozo del enojo y desilusión fue el recuerdo aún fresco del rechazo de su amor.
 
(Toda mi vida…toda mi vida he tenido que tolerar amarguras y ahora he perdido toda esperanza de amor y eso se siente terrible como si mi alma estuviera perforada; él me humilló sin importarle mis sentimientos y lo soporte pero no esta vez…hoy no permitiré que Soyomi me humille aún si quedo medio muerta hoy me voy a defender…)
 
Siempre había soportado las maldades de Soyomi porque se consideraba una persona feliz y sin problemas pero ahora no tenía nada que perder. En su mente todo estaba perdido y solo le quedaba acumular un número indefinido de días hasta que su existencia se apagara.
 
“Maldita…porque hiciste eso, que te he hecho?”
 
“Déjame! Como te atreves a ponerme un dedo encima mugrosa mal oliente?”
 
“Arrgggghhhh!”
 
Rin gritó a todo lo que daban sus pulmones ante el recordatorio de su olor y cegada por la furia le clavo la rodilla a Soyomi en el costado con ferozmente. Enfurecida por aquel brutal golpe la youkai se saco a Rin de encima de un violento empujón que la lanzó unos cuantos pasos más allá.
 
Adolorida en cuerpo y alma se quedó tirada en el piso con los ojos cerrados esperando tener a su atacante frente a ella, en el momento que Soyomi la sujeto por el cabello Rin abrió los ojos y con el puño cerrado lanzo un golpe que alcanzo a la youkai en su ojo izquierdo.
 
Quejándose Soyomi dio tres pasos hacia atrás y Rin aprovechó eso para volver a lanzarse contra ella. Ambas empezaron a rodar por el suelo jalándose el cabello y dándose arañazos. A pesar de que Soyomi era más fuerte la pequeña humana parecía un cúmulo inagotable de energías.
 
Furiosa por sentirse derrotada Soyomi logró sacársela de encima una vez más. Después de rodar por el piso Rin se levantó sintiendo pulsaciones por todo su cuerpo y el sabor de sangre empapando su boca, estaba dispuesta a seguir peleando pero se detuvo al reconocer la figura de Yoro acercándose a toda velocidad.
 
“Soyomi detente!”
 
Rin respiró profundo escupió un poco de su sangre y se dejó caer en el piso; luego sus ojos observaron como Yoro sujetaba a su sobrina y en ese momento se dio cuenta que aquella pelea había liberado gran parte de la rabia que tenia dentro de ella por haber sido rechazada.
 
Sin mucho esfuerzo Yoro logró que Soyomi se calmara y finalmente la youkai dejo de forcejear. Rin la observó sentarse en el piso frotándose la quijada.
 
“Soyomi por favor quieres calmarte?”
 
“No! Tío porque la defiendes? Ella empezó!”
 
Rin movió la cabeza como hastiada y le pregunto a Soyomi porque la odiaba tanto, cuando le respondió que siempre le había robado el amor de su familia a Rin le bajaron las lágrimas que hasta ahora había logrado contener. Intentó defenderse pero las palabras no se formaron en sus labios y siguió llorando calladamente.
 
Asombrado por la actitud de Soyomi el youkai le dijo que la amaba como a una hija; la voz de Yoro era clara y llena de ternura. Al comprender que su tío decía la verdad los ojos de Soyomi se llenaron de lágrimas y lo abrazó con todas sus fuerzas.
 
Contemplando aquella escena los tentáculos de la soledad se aferraron alrededor de Rin tan fuerte que sintió nauseas. Respirando profundo se limpió las lágrimas y moviendo todo su cuerpo lentamente se puso de pie para entrar a su habitación, una vez ahí se quedo inmóvil tratando de ahogar con llanto su dolor físico y emocional.
 
……………………
 
Abrazada firmemente al que consideraba su padre Soyomi le hablo con los ojos llenos de lágrimas y la voz quebrada por la agitación.
 
“Tío en serio soy como una hija para ti?”
 
“Claro para mi y para Yuma!”
 
“Pero…con ella eres diferente…”
 
“Diferente? Soyomi ella no tiene a nadie. Toda su vida ha estado marcada por el dolor; vio a su familia morir, fue atacada por una manada de lobos los seres humanos la repudian y el hombre que ama bueno tu sabes…como fuiste capaz de hablar con él que pretendías hacer?”
 
Soyomi sintió como el corazón se aplacaba ante aquella verdad tan desgarradora. Comparada con Rin ella tenía todo inclusive el amor de un hombre; justo en ese momento se escuchó la voz de Rua llamándola. Desde su habitación Rin entreabrió la puerta y observó mientras el novio de Soyomi se inclinaba sobre ella con ternura.
 
“Yoro-sama que sucedió?”
 
“Se pelearon…ella esta convencida que Rin le roba el amor de su familia; no me extrañaría que ahora diga que tu quieres mas a la pequeña que a ella…Soyomi querer a Rin no me hace quererte menos…”
 
Acercándose a su sobrina le reviso el ojo que ya empezaba a hincharse por el puñetazo, le dio un beso en la mejilla y luego habló claramente asegurándose que sus palabras llegaran a oídos de la pequeña Rin.
 
“Dime una cosa Soyomi querida acaso no recuerdas la época cuando te preocupabas por ella?...” - los ojos de Soyomi se abrieron como dos platos y su rostro se opacó por el desconcierto - “…no me mires con esa cara jovencita, tu te preocupabas por Rin. Cada vez que esa niña se caía tu la curabas y la consolabas…sinceramente no se que te paso después pero ella no es mala persona…sabes preciosa te pareces mucho a tu madre, Rua te la encargo iré a ver a Rin!”
 
Con cariño Rua ayudó a su novia a levantarse sin decir nada, no era necesario que le recriminara porque podía ver la confusión en su mirada por las palabras de su tío.
 
Rua amaba a Soyomi sin reservas pero no entendía muy bien el porque del resentimiento contra Rin; para él la humana no era peligrosa o mal intencionada como decía su novia.
 
“Estas bien mi amor?”
 
“Si Rua…se me lanzó encima como un animal rabioso, no es tan débil como yo creía!”
 
“Me imagino lo que habrás dicho, fuiste a hablar con el príncipe?”
 
“Pues yo…”
 
“No vuelvas a hacerlo o nos meteremos en serios problemas…ahora dime en serio la curabas?”
 
“Humph no me acuerdo!”
 
“Claro!”
 
Rua tenía una mueca graciosa en su rostro y la miraba con ternura, al verse reflejada en aquellos ojos amorosos y tiernos Soyomi resopló y mascullando se encogió de hombros. En su mente los recuerdos de Rin dándole las gracias por curarla florecían con demasiada claridad y eso la incomodaba.
 
Cuando Soyomi y Rua estuvieron de pie se dieron cuenta que ella los observaba escondida detrás de la puerta de su habitación, la youkai apretó los dientes y movió su cuerpo en un intento por alejarse de ahí pero Rua permaneció firme.
 
“Soyomi!”
 
“Que??”
 
“Mi amor…”
 
“Yo me acuerdo!”
 
Ahora Rin estaba fuera del cuarto manteniéndose muy erguida a pesar de su deplorable condición. El kimono estaba rasgado, sucio y con sangre gracias al salvaje arañazo que le había dado Soyomi en el costado derecho. El labio partido tenía un hilo de sangre; su cara estaba llena de tierra y curtida por los arañazos y para rematar tenía la ceja partida y un ojo tan inflamado que no lo podía abrir.
 
Tanto a Rua como Soyomi les impresionó verla porque a pesar de estar tan maltratada mantenía una actitud de fuerza y voluntad de acero. De pie en el corredor Rin miraba a Soyomi con su ojo sano lleno de lágrimas esperando que su agresora dijera algo pero la youkai se hizo la desentendida, aun cuando Rua le estrechaba la mano como para animarla a que dejara su orgullo.
 
A unos cuantos pasos Yoro observaba en silencio convencido que su sobrina no daría el brazo a torcer y no estaba equivocado. Al comprender que Soyomi no iba a ceder Rin se encogió de hombros y empezó a caminar hacia su huerto en busca de hierbas para curarse.
 
“Quien te enseño a pelear así enana?”
 
Rin se detuvo ante la inesperada pregunta y con brusquedad le dijo que eso no era su problema, tanto Yoro como Rua torcieron los ojos porque Soyomi era terca hasta el cansancio y esa era su extraña forma de cederle terreno a Rin; solo esperaban que la pequeña pudiera darse cuenta de eso.
 
“Que te importa, no soy tan debilucha como todos creen…y para que sepas yo me acuerdo perfectamente de cómo me curabas no importa cuanto lo niegues…”
 
“Estas delirando!”
 
“No Omi tu lo recuerdas solo que eres tan terca que no te da la gana admitirlo, por cierto no me vuelvas a decir apestosa no me gusta!”
 
“Vete al cuerno!”
 
“Igualmente Omi!”
 
“Grrr! Rayos no me digas así…oye esto no cambia nada”
 
Rin siguió caminando con una sonrisa en la comisura de sus labios porque la rabia de Soyomi era prueba irrefutable de que si recordaba la época cuando no la odiaba. Omi era la forma que ella acostumbraba llamarla por no ser capaz de pronunciar bien su nombre; que rabiara era mas que suficiente para hacer sentir a Rin que había ganado.
 
Camino por el corredor tratando de disimular el dolor en su costado, con una gran sonrisa Yoro se despidió de Rua y Soyomi para seguir a Rin, la encontró apoyada contra un árbol llorando calladamente. Una vez que estuvieron a solas Rua busco los ojos de su novia y soltando la risa la tomo en brazos mientras se encaminaban al castillo para curar sus heridas.
 
“Se puede saber de que te ríes mi amor?”
 
“Ella tiene razón eres muy terca, volverás a hostigarla?”
 
“Ya veremos, que la haya curado un par de veces no significa que me cae bien!”
 
“Lo que tu digas Omi!”
 
“Rua!!”
 
“Jajaja!”
 
………………………&# 8230;…
 
Yoro aparto a Rin del árbol para abrazarla con cariño mientras recordaba las palabras de su esposa, sin duda alguna Rin le había dado una lección de cuan férreos podían ser los humanos.
 
“Ya no llores pequeña!”
 
“No me arrepiento de haberla golpeado!”
 
“Estas en lo cierto no debes arrepentirte…Yuma tenía razón!”
 
“Como dices?”
 
El youkai le ofreció un brazo como apoyo y le repitió las palabras de su esposa, Rin sonrió e inmediatamente se llevó los dedos a la boca encogiéndose de dolor. Pronto llegaron al huerto tomaron lo que necesitaban y muy despacio regresaron a la habitación.
 
Cuando abrieron la puerta vieron que en el piso había vendas y un recipiente grande con agua caliente; detrás de ellos Sukime entro y al ver a Rin ahogo un suspiro porque le parecía revivir la primera vez que sus ojos habían visto a la pequeña.
 
“Pequeña…pero que niñas estas, claro que era inevitable, ojalá que esa necia no te moleste mas o se las vera conmigo!”
 
“Nana…no me vas a regañar por pelearme con Omi?”
 
“No. Rua ya la curo y ahora solo Omi le dice lo cual te imaginaras la tiene rabiando jejejeje ese muchacho es magnífico; te mando las vendas y dijo que estas hierbas te ayudaran con la herida del costado!”
 
Con la ayuda de Yoro Rin se acostó en el futón el youkai le dio un beso en la frente y salio de la habitación para darles privacidad; el hombre ya estaba en la puerta cuando Rin lo detuvo dominada por la curiosidad.
 
“Yoro espera, que te dijo él, puedes seguir enseñándome? Tengo que abandonar el castillo?”
 
“Nada de eso vendré pasado mañana para seguir con tus lecciones!”
 
“Gracias sensei!”
 
“Un placer ahora descansa pequeña…tu recordabas bien no es así?!”
 
“Claro, un tiempo ella fue muy buena conmigo!”
 
Yoro abandonó el ala sur con una visión diferente de Rin; realmente ella era fuerte de espíritu y aunque su cuerpo era frágil aquella determinación que había dentro de ella era sumamente impresionante.
 
(Yuma tenía razón fue una sorpresa ver como agredía a Soyomi, quien le habrá enseñado a pelear de esa forma?)
 
Cuando el cocinero entro a sus aposentos se encontró preparando té sentándose junto a ella le dio un beso en la mejilla dándole las gracias.
 
“Gracias? Porque?”
 
“Por ser mi compañera incondicional además tenías razón sobre Rin, la pequeña si sabe defenderse!”
 
“Es buena estudiante!”
 
Yoro se atraganto con el trago de te en su boca al comprender que había sido su mujer la que le había enseñado a Rin a defenderse. Cuando la interrogó Yuma le confesó que le había mostrado algunos movimientos heredados de su padre quien había sido un gran guerrero. Asombrado el youkai abrazo a su mujer y le dijo que era maravillosa.
 
“Yo sé mi amor además Soyomi se lo merecía. Esperemos que de ahora en adelante deje de hostigarla!”
 
“Lo hará estoy seguro de eso!”
 
………………………&# 8230;………………
 
Sesshoumaru estaba en su habitación meditando cuando un tenue y distante aroma llamó su atención. Era un olor conocido y hasta familiar pero el recuerdo de lo que representaba parecía adormecido en su pecho; trató de seguir con sus meditaciones pero el aroma se hizo más fuerte y el youkai perdió su concentración.
 
(Y ahora que rayos sucede? Este olor…porque me es tan familiar y distante al mismo tiempo…)
 
Movido por aquel rompecabezas mental se levantó del piso y caminó hasta el balcón de su habitación en un afán por identificar aquel aroma y así poder continuar con lo que estaba haciendo. En el momento que puso un pie fuera y la fuerza del viento lo envolvió reconoció el olor de sangre humana.
 
Hastiado por el recordatorio de Rin cerró los ojos y dio media vuelta para volver a entrar a su habitación, mientras lo hacía el sonido de un grito lleno de rabia llegó hasta sus oídos clavando en su mente una espina invisible de curiosidad; sin embargo aquella espina era tan minúscula que Sesshoumaru no se dio cuenta que la tenía y volvió a sentarse en el piso no dándole mayor importancia a aquel grito y el olor a sangre de Rin.
 
(La sangre humana es tan fétida…y es peor cuando son adultos!)
 
Ajeno al hecho de que justo en ese instante Rin rodaba por la tierra para defenderse de Soyomi, Sesshoumaru reanudó su meditación y olvidó aquel aroma familiar el instante que se volvió a sentar.
 
………………………&# 8230;……
 
Sukime estrujó el pedazo de tela entre sus manos dispuesta a limpiar las heridas de Rin pero se detuvo cuando ella le sujetó la mano con suavidad.
 
“Suki-nana estoy demasiado sucia es mejor que me meta al baño el agua caliente me hará bien y le podemos poner las hierbas que tengo aquí!”
 
Rin alargo el brazo y tomó las hierbas que había recogido con Yoro. Contemplándola Sukime no pudo evitar sentirse impresionada con la actitud tranquila y serena de Rin que de pronto parecía haber adquirido una cierta madurez que no tenía antes de declararle su amor a Sesshoumaru.
 
Al notar la mirada insistente y vivaz de su cuidadora como pudo Rin le sonrió al tiempo que le preguntaba que le pasaba. La sonrisa era torcida porque el dolor de su labio era intenso.
 
“Que sucede nana, porque me miras así?”
 
“Estas diferente ya no eres la misma de antes…algo en tus ojos!”
 
“…mmm ya no soy tan ingenua y supongo que he llorado tanto en estos últimos días que mis ojos han cambiado…te incomoda que ya no sea la misma?”
 
“No al contrario parece que estas semanas hubieras crecido…ya ni siquiera te pones los kimonos alegres ni te peinas igual”
 
“Me dieron ganas de usar los kimonos que me diste los otros me recuerdan mi amor por él, también mi peinado…la verdad es que me gusta mi cabello suelto!”
 
Sukime no le dijo nada simplemente le sonrió y le dio un beso en la frente transmitiéndole seguridad y cariño luego la ayudó a levantarse y entrar al baño; una vez que lavó toda la suciedad y sangre de su cuerpo la pequeña se envolvió en una manta y permitió que su nana curara todas sus heridas.
 
Una vez que la youkai finalizo con la curación le dio a Rin un plato de suculenta sopa que calentó su cuerpo relajándola. Aunque se sentía algo adolorida Rin estaba feliz de haber tenido aquella pelea con Soyomi porque de alguna forma la liberaba y la hacia sentir que de verdad no era una mujer débil.
 
Acurrucándose en su futón Rin giro para poder ver mejor a su nana junto a ella.
 
“Nana…verdad que…yo se que pelear esta mal pero…”
 
“En este caso era algo necesario!”
 
“Gracias Nana no tienes que quedarte conmigo es casi mediodía y seguramente tienes algo que hacer, yo dormiré un rato!”
 
Rin no dijo nada más y cubriéndose con la manta cerró los ojos para darle a su maltratado cuerpo las horas de descanso que merecía después de aquella mañana tan agitada. Acariciando su frente Sukime se incorporó y la dejo a solas para que pudiera descansar.
 
“Vendré en la noche pequeña!”
 
“Gracias!”
 
La anciana abandonó aquella parte del castillo en silencio y cuando llego al palacio todos los habitantes murmuraban sobre la pelea que había tenido lugar en el ala sur. La gran sorpresa de todos era saber que la pequeña humana había sobrevivido al enfrentamiento con una hembra youkai tan agresiva como Soyomi.
 
Sukime descubrió con agrado que Rin tenía más seguidores de los que imaginaba porque los escuchó decir que a pesar del reciente comportamiento del príncipe, ella debía ser algo especial para que Sesshoumaru decidiera salvarla tantos años antes.
 
Sin interrumpir ninguno de los murmullos que inundaban el castillo la youkai se dedicó a sus quehaceres y pronto estuvo tomando su almuerzo con Yoro y Yuma comentando lo necesario de aquel enfrentamiento para que tanto Soyomi como Rin pudieran darle desahogo a sus sentimientos.
 
“Ya era hora que Rin se defendiera de los abusos de Soyomi!”
 
“Tienes razón Yuma como no me di cuenta de eso antes?”
 
“No tiene nada de malo Yoro-sama tu querías proteger a las dos!”
 
“Si pero…Sukime-sama a pesar de que quedó muy golpeada no la noté desanimada al contrario era como si se hubiera liberado de un gran peso!”
 
“Si Yoro yo también lo noté. Por cierto Yuma que bien le enseñaste!”
 
“Jajaja Gracias!”
 
Yoro sacudió la cabeza con una sonrisa en sus labios al recordar que había sido su mujer la maestra de defensa de Rin. Sintiéndose aliviado el cocinero siguió disfrutando de su comida con tranquilidad.
 
………………………&# 8230;……
 
Jaken atravesó el patio del palacio lo más rápido que pudo en busca de Yoro, se había quedado dormido era casi medio día y tenía un mal presentimiento atragantado en su pecho. Mientras avanzaba hablaba para si mismo intentando darle una salida saludable a su preocupación.
 
“Tenia que quedarme dormido y si algo le paso a la pequeña? Ay no esa Soyomi tengo que hablar con Yoro o mejor voy al ala sur directamente…si eso haré!”
 
Cambiando de dirección abruptamente el youkai no perdió tiempo y camino tan rápido como pudo por el camino que conducía al ala sur. Al pasar por el umbral que recibía a los visitantes del ala sur Jaken notó que todo estaba en perfecto silencio pero no se inmutó porque supuso que Rin estaba trabajando en el huerto.
 
Siguió caminando y estaba a punto de seguir de largo frente a la habitación de Rin cuando percibió el tenue olor de sangre humana; estremecido por la implicación de aquel aroma avanzó con paso rápido hasta la entrada del cuarto y de un solo golpe abrió la puerta deseando no ver alguna imagen fatal.
 
Los grandes y amarillos ojos recorrieron la estancia rápidamente hasta toparse con la figura dormida y vendada de Rin. Jaken estaba a punto de gritar pero se contuvo para fijarse la respiración suave y pausada que evidenciaba que la pequeña estaba sumida en el más profundo de los sueños. Dejando escapar un suspiro Jaken se relajó y con cuidado se acercó hasta su amiga para comprobar que de hecho dormía.
 
Estando tan cerca el youkai pudo ver todos los arañazos y raspones en su cara y brazos. La ceja estaba cosida y el labio se hallaba cubierto por una mezcla de color rojizo. Al sapo se le llenaron los ojos de lágrimas al ver la clase de golpe que ennegrecía el ojo derecho manteniéndolo cerrado por la hinchazón. Abatido por saber que había llegado tarde Jaken comenzó a hablar muy quedo inclinado sobre Rin.
 
“Pero que te hizo esa mujer? Tenía que quedarme dormido…perdóname Rin no pude defenderte, perdóname amiga…”
 
Jaken se quedó junto a Rin en silencio recordando todos las aventuras que alguna vez habían compartido, con el desfilar de aquellos recuerdos el youkai se dio cuenta que aquella mujer era su tesoro de amistad y compañía incondicional.
 
(Quien lo iba a decir después de todo somos amigos…ella me quiere y yo a ella mas de lo que jamás me creí capaz, me he dado cuenta que no me importa si es humana, ella siempre ha estado a mi lado y se preocupa por mí. Amo bonito que tiene de malo amar a Rin?...)
 
Jaken estaba perdido en sus recuerdos cuando escuchó como golpeaban a la puerta suavemente, como si supieran que Rin estaba dormida. Levantándose sin hacer ruido el youkai tomo su báculo y salio para averiguar quien lo estaba buscando.
 
Al abrir la puerta Jaken se sorprendió de ver Toki el cuidador de A-UN, con el semblante oscurecido por la preocupación. Era un youkai de edad avanzada pero no lo suficiente para considerarse un anciano. Inquieto por la actitud trágica de Toki, Jaken lo instó a que le dijera que hacia ahí.
 
“Que sucede Toki porque tienes esa cara?”
 
“Jaken-sama tiene que ayudarme es A-UN…no se que le pasa, se rehúsa a comer y está muy agresivo mire…”
 
El pobre youkai extendió su brazo izquierdo para mostrar el zarpazo que le cubría el antebrazo; al ver la herida Jaken se quedo boquiabierto y comprendió lo que Toki quería.
 
“Desde hace cuanto está A-UN así?”
 
“Bueno al principio no le di importancia pero luego comprendí que es por la falta de contacto con la niña. He tratado por todos los medios de que coma pero ya tiene tres días y temo que si no hacemos algo morirá!”
 
“Y que propones Toki?”
 
“Bueno yo pensaba que tal vez usted señor Jaken…el príncipe lo escuchará y yo sé que si ella lo visita A-UN recuperara el apetito…”
 
A Jaken se le hizo un nudo en la garganta al ver la genuina preocupación de Toki y decidió armarse de valor para hablar con su amo. Tenía que hacerlo por A-UN y por Rin porque sabía lo importante que era el dragón para su amiga. Entrando un instante a la habitación para asegurarse que aún seguía dormida, ambos youkais abandonaron el ala sur para ir en busca de su amo.
 
………………………
 
Sesshoumaru estaba caminando por el jardín principal admirando la belleza de los árboles que había en su castillo cuando le llamó la atención parte del suelo que lucía descuidada. Al acercarse un poco más se dio cuenta que efectivamente en aquella parte del jardín hubo flores plantadas pero ahora estaban marchitas y secas.
 
En el momento que se agachó para ver más de cerca reconoció el aroma de Rin en aquel pedazo de tierra, nuevamente la imagen furtiva de una niña llevándole un ramillete y sonriéndole lo atacó sin piedad en los dobleces de su mente. El príncipe se dio cuenta que no tenía protección a la forma tan inesperada que aquellos recuerdos decidían invadir su mente y por eso maldecía la presencia de Rin en su vida.
 
Miró una vez más en dirección a las flores marchitas se puso de pie y siguió su paseo haciendo caso omiso de una oleada nueva de recuerdos que intentaban ferozmente salir a la superficie de su mente. Estaba a punto de regresar a su habitación cuando escuchó a Jaken que lo llamaba a gritos.
 
“Amo bonito, amo bonito donde está?”
 
“Que quieres Jaken?”
 
Sesshoumaru estaba de pie junto a un árbol que lo resguardaba de los rayos del sol, miraba a Jaken y Toki con expresión vacía e impacientándose por la interrupción de su solitario paseo. Recobrando el aliento con grandes bocanadas de aire Jaken junto la suficiente compostura para exponer el problema de A-UN a su amo.
 
“Amo bonito hay una situación con A-UN”
 
“Situación?...habla claro y no me hagas perder el tiempo!”
 
“S-si claro príncipe…A-UN esta enfermo…no come y está muy agresivo!”
 
“Revuélvelo Toki para eso viniste a molestarme?”
 
El youkai detrás de Jaken se estremeció al escuchar a Sesshoumaru y cerrando los ojos se adelantó para hablar pidiendo a todos los dioses que el príncipe no fuera a cortarle la cabeza. Toki encontró el valor que necesitaba al recordar la tristeza y desgano que embargaba al dragón.
 
“Mi señor traté de resolverlo pero yo solo no puedo, necesito ayuda!”
 
“Ayuda? Que clase de ayuda, de quien?”
 
Al hablar Sesshoumaru entrecerró los ojos como dos rendijas y apretó tanto la mandíbula que los músculos de su rostro palpitaron bajo su piel. A pesar del miedo Toki mantuvo una actitud firme y cuando Sesshoumaru le exigió en un siseo que le dijera de quien necesitaba ayuda, el youkai le contesto con voz serena.
 
“Necesito la ayuda de ella...A-UN la extraña mucho”
 
El momento que Toki termino de hablar el ambiente se hizo pesado y Jaken sintió un frió que le bajaba por la espalda, pasaron los minutos y Sesshoumaru permaneció en silencio lo que pareció una eternidad luego en un arrebato inesperado de fluidez verbal interrogó a Toki.
 
“Que te hace pensar que ella puede ayudar? Ese animal puede estar enfermo por muchas razones lo estas alimentando bien?”
 
“Mi Lord A-UN esta bien cuidado se lo juro. Le propongo algo si usted lo tolera, si ella lo visita y no mejora entonces su majestad puede destazarme por mi atrevimiento”
 
Sesshoumaru siseo con la lengua al borde de aullar toda clase de blasfemias pero ni un solo vocablo abandonó sus labios, miró a Toki con los ojos como dos calderos y diciendo `Acepto tu proposición' giró sobre sus talones dejándolos solos.
 
El instante que estuvieron a solas tanto Jaken como Toki respiraron profundamente y se alabaron mutuamente por su valentía para enfrentar la furia del príncipe youkai.
 
“Estuvo cerca señor Jaken por un instante pensé que nos iba a desintegrar con la mirada!”
 
“Eso es lo de menos Toki reza porque A-UN se mejore con la presencia de Rin sino es tu cuello!”
 
“A que hora podré ir a visitar a la pequeña? Me contaron que tuvo una pelea con Soyomi”
 
“Ya debe estar despierta…me acabo de acordar que tengo que reclamarle a Soyomi por dejarla mal herida”
 
Al escuchar a Jaken Toki miró al sapo con una expresión desconcertada y le dijo que Soyomi estaba toda arañada, moreteada y con un par de costillas rotas gracias a los ataques de Rin. El youkai abrió la boca a todo lo que daba y no escondió su gusto con aquel relato.
 
“En serio, costillas rotas? Estas seguro que estamos hablando de Rin?”
 
“Si señor Jaken bastante impresionante verdad? la señorita es tan delicada y parece tan frágil!”
 
Ambos youkais caminaron de regreso al ala sur y una vez allí esperaron pacientemente a que Rin despertara para explicarle que su dragón preferido estaba en problemas y la necesitaba.
 
………………………&# 8230;
 
N/A: Listo que les parece? Tengo que agradecerles por el apoyo, las amenazas, tomatazos y alguna que otra llamarada de odio que recibí.
 
A la patrocinadora de las llamaradas le tengo que decir que fue genial porque aunque me escupía en sus reviews me aseguraba que seguiría leyendo para ver si la cosa mejoraba. Eso es lo importante aunque estaba brava quería seguir leyendo.
 
Gracias a: Sempai 1, Sempai 2, Naoko, Eva, Adri, Nelly-cc, Crystal-Darling, Arline, Bunny Saito, Neko Valy, Paulina, Mourisan (a quien hace rato no veo ;-;) SBM-Angie, Guiliana, SCA, Yagami, Saya, Batzmaru04, Miry, Almashalom, Inu_Sessho, Fabisa, Siari, Anamaceta, Fanny, Megumi07, NobodyGirl, Tamy, Numat, Mayreni, Fenixgirl, Ashura, Syrenbattou, Alcione, Mizuho, Arsinoe Gothic, Pandora Youkai, Rin chan, Angel sin alas, Tigresita, Umi, Sussy y Agaue.
 
Todas son maravillosas y sus reviews simplemente me encantan y cada vez que escribo los espero con ansias porque son mi fuente de motivación. Leo todos sus comentarios y tomo un poco de cada uno para inspirarme y seguir escribiendo.
 
Una nota especial para desearle mucha suerte a mi querida Arline que pronto se tiene que operar. Go Ar Go!!
 
A Naoko desearle mucha felicidad porque uno de sus principales sueños finalmente se cumplió y pudo encontrar ese alguien especial que ve lo maravillosa que es ella.
 
Si hay alguna que no le he respondido su review personalmente me disculpa porque a veces no me alcanza el tiempo y literalmente me duermo frente a la pantalla. Un beso a todas y un abrazo enorme de su amiga Zetus.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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