InuYasha Fan Fiction ❯ Dr. Mounstro ❯ De brazos rotos y desmayos ( Chapter 19 )
[ Y - Young Adult: Not suitable for readers under 16 ]
Capítulo19
Tortura.
(De brazos rotos y desmayos…)
……………………… 8230;……
Dos semanas después…
Habían pasado dos semanas desde que regresaran, y aunque se repitiera que no, Sesshoumaru no podía olvidar las palabras de Rin. No solamente aquella confesión involuntaria, sino también todo lo feliz y querido que se había sentido al estar con ella y rodeado de sus nuevos amigos. Eso lo atormentaba, porque deseaba que su vida fuera así ahora y para siempre, pero sabía que Susan no encajaba en aquella deseada realidad.
Con aquellos pensamientos rondando en su cabeza, Sesshoumaru continúo preparándose. Tenía que asistir a un día de reuniones con Inuyasha y luego visitarían un nuevo y muy importante cliente, a dos horas de ahí. Al salir de su habitación, Rin estaba tomando el desayuno sentada en la mesa.
La gatita tenía la mañana libre y estaba desayunando todavía en pijamas. Al escuchar la puerta ella se volvió sin imaginar que Sesshoumaru vestía de traje y corbata. Al verlo, Rin entreabrió la boca como hipnotizada.
(Wow! Se ve tan guapo y es tan varonil…esa corbata la escogí yo y ese es el traje que compramos aquella vez, cuando me dijo que yo lo relajaba…ummm quisiera saber que fue lo que le dije en la cabaña, ni siquiera sé porque sigo pensando en eso…)
Dándole un ultimo vistazo de pies a cabeza, Rin se aclaró la garganta y le pregunto porque la elegancia.
“Hola Grandulón adonde vas tan guapo?”
Levantando una ceja, Sesshoumaru torció la comisura de su boca en una sonrisa. Sentándose junto a ella le dijo que tenía que acompañar a Inuyasha a varias reuniones. Mirando con el rabillo del ojo de reojo, para que no se diera cuenta que lo estaba admirando, Rin notó que tenía la corbata ligeramente torcida, inconscientemente se inclinó sobre él para arréglasela.
Sesshoumaru no dijo nada y aprovechó la oportunidad para detallar las facciones de Rin. Era tan distinta a Susan, en todo. No era ni remotamente lo que él había pensado como su mujer ideal, y sin embargo, estaba cautivado por ella. Lo que realmente lo desubicaba, era no saber a ciencia cierta que hacer al respecto.
En el momento que terminó de acomodar la corbata, Rin lo miró un segundo con una sonrisa.
“A que hora regresas?”
“Regresare hasta mañana pequeña. Después de las reuniones tenemos que visitar un cliente. Dormiremos allá!”
“Como que mañana?...emm quiero decir claro, por supuesto es tu trabajo!”
Molesta por aquella noticia, frunció los labios en una gran trompa. Mientras le preparaba una tostada a Sesshoumaru, murmuraba algo de que no le gustaba quedarse sola, pero que por suerte tenía al doctor youkai para hacerle compañía.
Cautivado por aquella pataleta entre dientes, Sesshoumaru pasó sus dedos por la corbata con suavidad y recibió el pedazo de pan que le había preparado. Tratando de suavizar `el golpe' le sugirió que fuera a dormir con Kagome esa noche.
“Creo que es mejor si pasas la noche donde Kagome ya que ella también se quedara sola!”
“Si que fácil decírmelo ahora, después que me lo lanzas como balde de agua fría…ahem, como dije antes el trabajo es el trabajo! Pero…segurísimo que ya mañana estarás aquí conmigo!”
“Seguro gatita, quieres que te traiga algo?”
“Siii, algo lindo!”
Una vez que Sesshoumaru terminó de desayunar, se lavó los dientes. Luego de hablar con Inuyasha por teléfono, le dijo adiós a su pequeña. Al sentirse abandonada, la gatita se guindo de su roommate en un abrazo más que cariñoso, obligando al doctor a soltar la maleta para estrecharla contra su pecho.
Rin no sabía porque, pero la idea de quedarse sola le era atroz. Aprovechando que estaban abrazados, pego la nariz al cuello masculino aspirando su varonil aroma. Con los ojos cerrados, Rin respiro una vez más sobre Sesshoumaru y luego le dio un besito demasiado fugaz, para el gusto tanto del doctor como su conciencia.
Separándose solo lo necesario para verlo, Rin le pidió que se cuidara mucho. Motivado por la ternura de la gatita, el doctor le dio un beso en la frente y otro en la mejilla. Ella no podía adivinar que el doctor se iba con el corazón en la mano por dejarla sola.
“Doctor?”
“Si dime?”
“Me llamas en la noche?”
“Claro!”
……………………… 8230;
En la noche…
Las dos amigas estaban en el sofá viendo una película romántica, cuando sonó el teléfono. Al segundo timbrazo Kagome tomó el aparato emocionada, segura que era Inuyasha para avisar que todo les había ido bien.
Distraída, Rin siguió viendo la película, pero al notar que su amiga bajaba el tono de voz, la gatita se volvió a verla.. Repentinamente el semblante de su amiga palideció y a Rin le bajo un frío por la espalda, estaba segura que algo andaba mal. Una vez que Kagome cortó la llamada, su amiga la interrogó con la respiración entrecortada por los nervios.
“Kagome? Sucedió algo malo, quien era?”
“Era…Rin primero que todo no fue nada grave así que no tienes porque alterarte…”
“De que hablas amiga?....no era mi papá verdad, todo esta bien en mi casa verdad?… - Rin se interrumpió a si misma y en el acto se le aguaron los ojos al comprender que algo malo le había sucedido a Sesshoumaru -…que le pasó? dime Kagome te lo suplico”
“Inuyasha y Sesshoumaru tuvieron un accidente en la carretera…- Kagome se sentó junto a su amiga y trato de consolarla, con el rostro lívido Rin le pidió una vez mas que le dijera que había pasado -…Sesshoumaru tiene el brazo izquierdo roto y un golpe en la cabeza, esta inconsciente pero me dijeron que está estable”
“Inuyasha esta bien?”
“Si un poco golpeado, el parabrisas se rompió y parece que tienen unos cuantos trozos de vidrio en el rostro…Rin estas bien? Rin?”
Rin no decía nada, tenía la mirada ausente y Kagome comprendió a la perfección que recordaba el accidente de su madre. Calladamente, las lágrimas le corrieron por las mejillas. Un minuto más tarde, la gatita se puso de pie como un resorte, sacando a su amiga del apartamento casi a empujones.
“Tenemos que ir a verlos Kagome. Tengo que verlo, no puede pasarle nada, porque me dio su palabra que iba quedarse conmigo hasta que fuera doctor. El me prometió que me iba a traer algo y tiene que cumplir su promesa, me dijo que iba a estar bien…tengo que a llamar a mi papá…”
……………………… 8230;…
Al llegar al hospital, Rin se encontró con su familia y pudo estar un poco mas tranquila. Al ver a su papá se lanzó a sus brazos y entre gemidos le dijo que necesitaba ver a Sesshoumaru.
“Tengo que verlo papi, necesito verlo!”
“Angel, pero está inconsciente!”
“Onegai!”
La expresión de Rin hablaba por si sola y su padre no tuvo mas remedio que complacerla. El médico que lo había atendido, era amigo de su padre y aunque les aseguró que estaba fuera de peligro, Rin no cedió ante su idea de ver a su roommate.
“Dr. Samara será un instante, por favor no lo voy a molestar en serio!”
“Pero Rin, porque no esperas que despierte? No se dará cuenta que estas ahí, está dormido!”
La gatita hizo la cara mas consentida de su repertorio, prometiéndole al doctor Samara que le haría el platillo que él quisiera como muestra de agradecimiento. Conocedor de las habilidades culinarias de Rin, y dado que realmente Sesshoumaru estaba fuera de peligro, finalmente el doctor Samara acepto.
“Te doy 15 minutos jovencita. Que persuasiva eres!”
“Muchas gracias!”
Antes de entrar a la habitación, Rin escuchó como una enfermera comentaba que estaba llamando a la prometida de Sesshoumaru y aminorando el paso, escuchó la conversación.
“…se llama Susan Thomas, en su trabajo me dijeron que casualmente esta en Tokio visitando a un cliente”
“Tienes el nombre del hotel?”
“Si”
“Entonces llámala y explícales que sucedió!”
“Hai!”
Con el corazón estrujado Rin siguió caminando hasta llegar a la habitación de su roommate, sintiéndose alterada y con las manos sudorosas por los nervios. Al saber que Sesshoumaru estaba herido, algo en su interior parecía haber encontrado su lugar.
Al empujar la puerta y ver a Sesshoumaru en la cama, el semblante de Rin se ensombreció. En ese momento comprendió que lo que sentía por el Grandulón era algo más que amistad.
Como un rayo deslumbrante, todos sus meses viviendo con el doctor, desfilaron frente a sus ojos, y ella supo que estaba enamorada de él como una quinceañera. Ahora recordaba con pasmosa claridad, todas y cada una de sus palabras estando en la cabaña.
Ella lo amaba con desesperación, y ahora tenía celos y rabia, mezclándose en su pecho al pensar que Susan y no ella, era la mujer elegida por Sesshoumaru para casarse.
Cerrando los ojos un instante, la gatita suspiro profundo y acercándose a la camilla, sus manos buscaron la de Sesshoumaru. Sabiéndose sola, Rin empezó a hablar muy quedo, tratando de aliviar las presión que oprimía su corazón.
“Que bueno que nada te paso, me diste un susto horrible, eres un tonto! Sabes? Ya recordé lo que te dije en la cabaña…me gustaría que fueras mío y no de esa…perdón `esa' es tu prometida. Soy una tonta al no darme cuenta antes, por eso me afecto tanto cuando Susan vino y tuve que irme del apto…- hubo un silencio y los labios de Rin se formaron en una sonrisa triste, como si realizara algo que había ignorado hasta hacia un segundo -…por eso Kouji no te quería, él se dio cuenta. Que voy hacer ahora? Yo te amo…me encanta todo de ti, ese gesto que haces con la boca cuando hablo sin parar. Tu forma de ver televisión con el ceño fruncido, como te comes tu omellette repleto de queso y tocino, la manera como estudias en voz alta…jejeje se más de medicina viviendo contigo, que toda una vida con padres doctores. Me fascina tu cabello, más cuando esta largo como ahora. Tus ojos…oh por Dios me trastornan tus ojos, son tan cálidos. Eres un hombre tierno y considerado; además estas como para comerte a besos. Una vez me preguntaste como era mi tipo de hombre físicamente…- Rin no pudo evitar que sus mejillas se enrojecieran -…tu eres mi tipo, fuerte, alto y bello…rayos! Es que eres tan perfecto para mí que me da rabia, yo soy la mujer que tú te mereces, no esa rubia babosa que te deja solito para que yo me enamore perdidamente de ti. Quisiera besarte y perderme en tu piel, que sientas la mía. Sentirte dentro de mi, haciéndome el amor…todo esto es tu culpa, porque eres tan amable conmigo? Diciéndome pequeña y gatita…eso me encanta. Soy un grandísima tonta, enamorada de un hombre comprometido, bien hecho Rin!...Oye Grandulón porque no dejas a Susan y te casas conmigo ah?....jejejeje parece que la que se golpeó la cabeza fui yo…tu jamás romperías tu promesa para estar conmigo, no soy ni rubia ni despampanante, bueno según Kai si, pero él no cuenta porque es mi hermano…”
Las palabras se amontonaron en la garganta de Rin imposibilitando contener las lágrimas un minuto más.
Abatida, se levantó miró a su alrededor y luego en un impulso, se inclino sobre Sesshoumaru para besarlo en la boca con los labios entreabiertos. Fue un beso tibio y lleno del amor que recién descubría. Los labios masculinos no se movieron y el secreto de sus sentimientos permaneció intacto. Separándose de él, con los ojos ardiendo por las ganas de llorar, ella le habló una vez mas antes de dejarlo solo.
“Nos vemos doctor, no quiero estar aquí para cuando ella venga!”
Al salir, la habitación quedó en silencio, a excepción de la respiración tranquila de Sesshoumaru acompañado del ruido de los aparatos médicos. En el corredor no había nadie, dándole la oportunidad de escabullirse en dirección contraria a donde estaban todos.
La gatita caminó por los pasillos del hospital y cuando encontró una sala de espera desierta, se sentó en un rincón y empezó a llorar desconsoladamente.
……………………… 8230;
Kagome estaba junto a su prometido con una expresión que mezclaba felicidad y rabia a la vez. El accidente no había sido grave, solo unos cuantos golpes y a excepción del brazo de Sesshoumaru, tanto su novio como el doctor estaban bien.
Lo que preocupaba a Kagome era la presencia de Susan en Tokio, había llegado justo ese mismo día por negocios y con el choque todo parecía complicarse, aunque realmente desde que habían regresado del paseo no había nada diferente en la relación de Rin y Sesshoumaru.
Apartando sus preocupaciones, Kagome se concentró en Inuyasha y acariciando su cabeza le dio ánimos mientras terminaban de vendar su mano. Sesshoumaru estaba en una habitación en el mismo piso, y tenían al doctor Ikegami, ocupándose de que los hermanos recibieran la mejor atención posible.
“Que susto nos dieron…la mas afectada fue Rin; se puso pálida y los ojos se le llenaron de lagrimas, pensé que se iba a desmayar. Creo que recordó cuando su mama murió. Inuyasha no puedes dejarme sola!”
“Tonta!! No pienses en eso, sabes como está Sesshoumaru?”
“Bien, Susan está en Tokio y vendrá en cualquier momento!”
Inuyasha no escondió su descontento y miro a Kagome desesperanzado. Desde que habían regresad de la cabaña, no había nada diferente en el comportamiento de su hermano, y eso los desanimaba mucho. Saber que Susan estaba en Japón, era un trago amargo que ambos debían digerir con una sonrisa.
Quedaba claro, después de regresar de la cabaña, que Sesshoumaru no rompería su promesa y lo que sentía por Rin, aunque parecía algo más, realmente era solo amistad, o no era suficiente para hacerlo faltar a su palabra. Susan sería su cuñada y él perdería no solo a su hermano, sino a una gran amiga.
“Parece que tu plan no funcionó Kagome”
“Al menos lo intentamos. Rin probablemente se mude otra vez con la llegada de Susan? Puede quedarse con nosotros?”
“Claro!”
Inuyasha espero que terminaran de vendarle la mano para irse. Se había llevado un gran susto al chocar, lo único que pensaba era en Kagome y que si moría ella estaría sola. Salir con una mano golpeada y varios moretones, era un alivio. Sesshoumaru se había golpeado fuertemente la cabeza y tenia el brazo roto, aparte de eso, estaba ileso.
Después de cerciorarse que Folken se encargaría de Inuyasha y Sesshoumaru, Deborah se dio a la tarea de buscar a Rin. La había visto salir de la habitación de Sesshoumaru en una actitud extraña, y quería averiguar que sucedía. Después de varios minutos de búsqueda, finalmente encontró la salita donde estaba.
Deborah se sentó en silencio, Rin tenía la cabeza prácticamente entre las piernas, sollozando calladamente. Verla así le confirmaba lo que Deborah ya sabía desde hacia meses. Su hijastra estaba enamorada de Sesshoumaru, pero probablemente lo había descubierto hacía muy poco.
Modulando su voz con suavidad, Deborah la llamó por su nombre. Ella sabía, que si sus sospechas eran correctas, Rin necesitaría de su apoyo para sobrellevar aquel descubrimiento.
“Rin?”
“Estoy bien, solo me asusté un poco…”
“Te entiendo, pero él está bien, solo fue su brazo!”
“Si lo sé!”
Rin levantó el rostro y miró a su madrastra sin importarle que sus ojos estuvieran arrasados por las lágrimas. A Deborah se le atragantaron las palabras de aliento y siguiendo sus instintos, abrazó a Rin que no puso resistencia alguna.
“Deberías reclamarle por asustarte tanto, él es muy importante para ti verdad?”
La gatita se separó un poco y con expresión desolada, le dijo a su madrastra lo que la mujer ya sabía. La voz usualmente alegre y segura de su hijastra, salía entrecortada y sin fuerza.
“Yo lo amo Deborah…y soy una tonta porque él está comprometido!”
“Hace cuanto lo sabes?”
“En el instante que entre a su habitación y vi que nada malo le había pasado; fue horrible, como si me hubieran echado un baldazo de agua helada”
“Me imagino, alguien más lo sabe?”
“No, me guardas el secreto?”
“Claro…pero…le dirás a Kagome?”
“Si, a ella no le puedo ocultar nada!”
Deborah no encontró las palabras para consolarla y cuando Rin buscó el consuelo de su abrazo, no se le ocurrió nada más que dejarla llorar a sus anchas. A pesar del dolor de su hijastra, ella estaba feliz de poder ayudarla en aquel momento tan crucial para ella.
Acurrucada a su madrastra como una niña, la gatita cerró los ojos tratando de suprimir todos los recuerdos de Sesshoumaru que inundaban su mente. Estuvieron así, sin hablar un rato largo. Cuando Deborah le dijo que mejor fueran a buscar a los demás, Rin se negó y le dijo que iría al apartamento.
“Pero Rin…y si ya despertó? Estará preguntando por ti!”
“No Deborah, Susan está en Tokio y si voy…soy despistada pero no masoquista. Dile a mi papá que me fui a estudiar, a descansar lo que sea!”
“Pero…”
“Gracias Deborah!”
Rin se puso el abrigo y dejo a su madrastra con la palabra en la boca. Fuera del hospital, no tuvo problema para encontrar un taxi que la llevara al apartamento. Una vez ahí, pudo desahogarse a sus anchas abrazada a su peluche favorito.
……………………
Kagome estaba en la habitación de Sesshoumaru esperando que Susan apareciera. Todavía faltaban un par de horas para que les dieran de alta y a Inuyasha le estaban haciendo unas radiografías para tener seguridad de que no había ninguna lesión.
Estaba sentada en la butaca junto a la camilla con la cabeza baja, pensaba en Rin porque sabía que se había llevado un susto enorme con aquel accidente. La voz de Sesshoumaru la saco de sus pensamientos.
“Kagome sabes donde esta Rin?”
“No sé, estuvo aquí hace un rato. Se llevó un gran disgusto, supongo que fue porque recordó a su mamá, afortunadamente ambos están bien!”
“Si…”
Kagome notó que Sesshoumaru quería decir algo más, pero en ese momento entró Susan y lo que fuera que su cuñado quería decir, se quedo en el limbo. La rubia abogada lucía descansada y aunque se había llevado un susto, ahora estaba sonriente. Saludo a Kagome con un gran beso y como la más amorosa de las novias se sentó junto a Sesshoumaru, rodeándolo con el brazo.
“Fue una suerte que estuviera en Tokio justo cuando pasó este accidente, sino me hubiera desesperado en Boston!”
“Si tienes razón…Susan hiciste algo con tu cabello o algo? Luces distinta!”
“No Kagome nada, perdí un par de libras pero nada más!”
Kagome sonrió extrañada porque por primera vez sentía que Susan la estaba tratando bien de forma sincera. Más incómoda que nunca, Kagome se levantó y avisó que buscaría a Inuyasha, realmente quería averiguar sobre Rin.
En ese momento entraron a la habitación Deborah, Jaken, Kai y Folken. Al notar que Rin no estaba, Sesshoumaru sintió el estomago revuelto y con naturalidad, le pregunto a su Sensei por la gatita, pero fue Deborah la que contestó.
“Sensei, donde está Rin?”
“Se fue al apartamento, dijo que como estabas en buenas manos iría a descansar!”
A todos les pareció un poco extraño que ella se fuera dejando a su roommate solo, pero nadie dijo nada. Sesshoumaru apretó el puño bajo la sabana, mientras un sabor amargo se formaba en su paladar. Irse al apartamento `a descansar' no era el comportamiento que esperaba de Rin estando él en el hospital.
Al notar que su novio parecía desconectarse, Susan le estrechó la mano con cariño. Era cuestión de un rato para que les dieran de alta y así poder ir al apartamento.
“Me quedare contigo el tiempo que sea necesario darling. Mañana mismo llamare a la oficina!”
“Gracias Susan, pero no tienes que sacrificarte. Estoy bien en serio!”
“Hasta que te recuperes!”
“Bien, como tu quieras!”
Ninguno de los presentes dijo nada, pero el pensamiento era el mismo. Con Susan en Tokio, la gatita tendría que buscar un lugar donde vivir. Inclinándose sobre Folken, Kagome le dijo que ellos recibirían a Rin con gusto. Calladamente, el papá gato le agradeció el ofrecimiento y luego sugirió que dejaran a Sesshoumaru y Susan a solas.
“Como todo esta bien, te dejaremos en compañía de Susan. Si te sientes con ánimos, los invitamos a almorzar mañana!”
“Gracias Sr. Ikegami, es usted muy amable!”
Al dejar el hospital, Kagome llamó a Rin pero nadie contesto el celular o el número del apartamento. No queriendo incomodar a su amiga, que probablemente estaba dormida, Kagome no siguió insistiendo.
……………………… div>
Una vez que salieron de la habitación, Rin se encontró con que todos sus amigos estaban ahí para verla, y eso la animó mucho. Cuando Rin quiso levantarse de la silla de ruedas, Sesshoumaru le puso la mano en el hombro con firmeza, impidiéndoselo.
Cuando Susan y Sesshoumaru llegaron al apartamento, solo una lámpara estaba encendida, manteniendo la estancia en la penumbra. Poniendo las medicinas sobre el sofá, Susan ayudó a su novio a sentarse. Ambos tenían hambre por lo que Sesshoumaru sugirió pedir algo.
“No será necesario, Rin nos dejo comida!”
Sesshoumaru se concentró en Susan que ahora estaba frente a la refrigeradora sacando los recipientes de comida, que la gatita había preparado mientras se desahogaba de haber descubierto que amaba a su roommate.
Acostada en su cama, con el doctor youkai estrujado contra su pecho, Rin hacia inútiles intentos por conciliar el sueño. Podía escuchar la voz de Susan pero no la de Sesshoumaru. Sin hacer ruido, se levantó de la cama y avanzó hasta sentarse en el piso con la espalda pegada a la puerta.
Como no distinguía las palabras, cerró los ojos evocando los recuerdos de la cabaña y sintió las lágrimas vibrar en sus ojos. Dolida y cansada anímicamente, la pequeña abrazó a su peluche con fuerza rompiendo en llanto.
Sin moverse, hundió su cara en el suave material del doctor youkai. Ya tenía decido que mañana domingo, se levantaría temprano y saldría a buscar refugio en cualquier otro lado donde no tuviera que soportar ver a Susan y Sesshoumaru juntos, como la pareja que eran.
Viendo como Susan disponía todo para comer, Sesshoumaru se levantó del sofá aproximándose a la puerta de Rin. Al otro lado, la pequeña abrió los ojos cuando escuchó la voz masculina.
“Rin?...No vas a comer? Rin?”
Con los labios apretados, Rin luchó contra el deseo de abrir la puerta y permaneció inmóvil aferrándose a su peluche con olor a Sesshoumaru. El Grandulón la llamo una vez más, pero al no recibir respuesta alguna, se dio por vencido y se fue a cenar con su prometida.
Resignado, Sesshoumaru giró sobre sus talones y se sentó junto a Susan. Al verla se dio cuenta que ella tenía un semblante mas relajado, que irradiaba felicidad. Llevándose un bocado de la deliciosa comida de la gatita chef, Susan comento en lo exquisito de aquel manjar, sin sospechar que Rin la escuchaba con la oreja pegada a la puerta.
“Umm! Que delicioso cocina Rin, siempre comen así?”
Atento, Sesshoumaru observaba a su novia saborear el manjar al que él estaba acostumbrado. Con voz pausada, el doctor le confirmo a su novia que en efecto, todos los días que la gatita cocinaba, era solo manjares y exquisiteces.
“Si Susan, ella siempre cocina así”
“Exquisito, creo que no estaría mal tomar unos cursos para cuando sea mi turno”
Sesshoumaru soltó una risita ante aquel comentario y siguió comiendo. En el otro cuarto, la lágrimas volvían a atacar a Rin dejándola con una sensación de vacío y desolación. Arrastrando sus pies, se acostó en su cama tratando de dormir.
Mañana esperaba sentirse mejor, decidida a enfrentar su dolor en solitario, tomo la decisión de irse de compras sola. A parte de Deborah y Kagome, no le diría a nadie más, que había descubierto sus verdaderos sentimientos para con Sesshoumaru.
……………………… 8230;
Domingo…
Cuando Susan salió de la habitación en busca de un poco de jugo, se encontró con Rin tomando su desayuno. La gatita estaba lista para salir, vestía jeans, zapatos bajos de cuero, y una camisa color cielo que resaltaba sus ojos y delicadeza de facciones. Esa mañana, los ojos de Rin parecían haber perdido un poco su brillo, dándole a la pequeña, un aire melancólico.
Al ver a Susan, la sonrisa de Rin fue sincera, pero con un toque de resignación que la rubia ni siquiera noto. Estaba demasiado feliz de estar cerca de su prometido como para detenerse a contemplar la tristeza de los demás.
“Hola Rin, gracias por la comida de ayer!”
“Hola, fue un placer, te gustó?”
“Exquisito!”
“Como está?”
“Bien, aún esta dormido!”
Rin siguió mordisqueando su pan en silencio y Susan se sirvió un poco de jugo antes de volver a la habitación. Antes de hacerlo le pregunto a Rin si iría a almorzar a casa de sus padres.
“Almorzar? No creo, tengo que comprar varias cosas!”
“Tu papa fue muy amable en invitarnos…que tonta por supuesto que no quieres ir, es por como me comporte la ultima vez verdad? No seré grosera contigo te lo juro!”
Susan termino de hablar en un suspiro, avergonzada al recordar las cosas ofensivas que le había dicho a la mujer frente a ella. Rin la miraba al borde de las lágrimas, pero enmascaró su desesperaron con una gran y falsa sonrisa, que tranquilizo a la feliz prometida.
“No te preocupes por eso, ya pasó. En serio tengo cosas que hacer, además sospecho que la invitación era solo para ustedes. Nos vemos mas tarde!”
“Pero Rin...en serio no dejes de ir por mi culpa! Espera un segundo, te vas ya? Tan temprano? Son las 9 de la mañana”
“Sip, saluda a mis papás de mi parte, que disfrutes mucho, chao!”
Con algo de sorpresa, Susan vio como Rin tomaba su abrigo de cuero, su cartera y salía del apartamento en silencio. Caminó un par de cuadras limpiándose las lágrimas, se detuvo cuando encontró un parque desierto y lleno de árboles. Estaba bañado por los rayos del sol y con muchos lugares donde sentarse a pensar o llorar.
Una vez sentada, saco el pequeño celular de su cartera y lo apagó. No quería hablar con nadie, solo ansiaba que el tiempo pasara y llegara un momento en que no se sintiera tan desdichada. Sentada echa un puñito en la banca, pasaron las horas recordando sus meses de convivencia con el doctor.
Cuando Susan entro a la habitación, Sesshoumaru estaba despierto pero algo somnoliento. Al ver a su novia le sonrió recibiendo el vaso de jugo con gusto.
“Buenos días darling!”
“Buenos días, dormiste bien?”
“Si muchas gracias. Te sientes animado para ir a almorzar a la casa del doctor Ikegami?”
“Claro, los medicamentos me sentaron muy bien!”
Sin dificultad alguna, el Grandulón se levantó y anuncio que iba a darse un baño. Al entrar al baño, inmediatamente abrió la puerta que daba al cuarto de la gatita, esperando verla dormida. Sus ojos revisaron la estancia frenéticamente al ver que la cama estaba hecha y parecía que nadie hubiera dormido ahí.
(Pero…acaso no durmió aquí? Seguramente la veré en casa de sus padres)
……………………… 8230;
La cajera puso la ropa interior de seda en una bolsa de papel celeste, distintivo de la lujosa tienda donde Rin había pasado los últimos 45 minutos. Al recibir el paquete, la dependiente le sonrió y la gatita solo pudo esbozar una tímida mueca que distaba mucho de ser una sonrisa.
Salio de la tienda cabizbaja, ya eran las 4 de la tarde, pero para ella aquellas horas, habían sido las más lentas de toda su vida. Había llamado al apartamento de Kagome pero sin respuesta de su amiga, por lo que supuso que estaba de paseo con Inuyasha.
Aferrando la bolsa entre sus dedos, avanzó con paso lento y anémico por los pasillos del centro comercial en busca de algo que la distrajera. Ni siquiera podía buscar consuelo en casa de su padre porque Sesshoumaru seguramente estaba ahí.
(Creo que voy a comer algo…)
Metiendo la mano en el bolsillo de su chaqueta, sacó el celular iba a encenderlo pero se detuvo y lo volvió a guardar. Después de unos metros, se encontró con un lugar donde vendían postres y café. Para satisfacer su apetito, pidió un capuchino con un pastelito de crema.
Quería romper a llorar ahí mismo, ni un solo minuto había dejado de recordar a Sesshoumaru y aquel volumen de recuerdos le estaba robando la energía de a pocos. Una vez que termino de comer, se puso de pie y sin prisa, se encamino a su apartamento desechando la idea de ir a donde su mejor amiga.
……………………… 8230;…………………
La mesa de la terraza estaba bellamente dispuesta para disfrutar de un ameno almuerzo, sin embargo Deborah se sentía intranquila porque no había podido hablar con Rin en la mañana, y al escuchar el relato de Susan su incomodidad se hizo aun mayor.
Cuando Kagome llegó con Inuyasha, Deborah espero a que saludara a todos para tomarla de un brazo y hablar con ella aparte. Ante la actitud extraña de la mujer, Kagome pensó que algo malo estaba pasando.
“Que pasa Deb, porque el misterio?”
“Kagome, has hablado con Rin?”
“No, es que me desperté muy tarde, no esta aquí?”
A Kagome se le borró la sonrisa de golpe, la mirada sombría de Deborah le dio a entender que algo estaba sucediendo con Rin. Llevándose la mano a la frente Deborah cerro los ojos y alejándose un poco mas, le contó a Kagome la gran noticia. La joven mujer abrió los ojos a todo lo que daban, su plan desgraciadamente había funcionado con consecuencias negativas para su querida amiga.
“Deborah estás segura?”
“Segurísima, me dijo que te lo iba a contar porque no podía esconderte nada. Pero ya ves, no esta por ningún lado, la he llamado no se cuantas veces y tiene el celular apagado. Susan me dijo que ella salio a las 9 de la mañana hacia el centro comercial. Tu la conoces bien, alguna idea?”
“Debe estar en el mall dando vueltas sintiéndose miserable. Cuando tiene un sufrimiento generalmente ella se transforma en algo parecido a un muerto viviente, no ríe, no come, no habla…todo esto es mi culpa sino la hubiera arrastrado a la cabaña…ay no! Y para rematar Susan esta aquí!”
Viendo que Kagome entraba en una etapa de desesperación, Deborah le aseguro que enviaría a Koro a buscarla para traerla discretamente a la casa para vigilarla. Aquella idea era, según Kagome, el mejor remedio porque Koro tenía una cualidad especial para mimar a Rin, y eso probablemente la ayudaría a sentirse mejor.
Cuando Kagome y Deborah regresaron a la terraza, Folken les salio al encuentro preguntando si alguna sabia donde estaba la gatita. Disimulando a la perfección, según ellas, dijeron que estaban enteradas del viaje de compras de Rin y que había quedado en hablarse mas tarde. Bastante desanimado, el papa gato lamentó que su `angel' no estuviera con ellos para disfrutar aquel almuerzo y fue a servirse un cóctel.
A unos cuantos pasos de ahí, ni Sesshoumaru ni Kai se había tragado el relato de compras dominicales de la gatita. El más incómodo era el doctor, que empezaba a inquietarse por la falta de contacto con su pequeña. Sin embargo, no podía ir en su busca porque Susan estaba a su lado disfrutando de aquel domingo.
(Donde rayos estas pequeña?...que estúpido soy, ella no vendrá mientras Susan este aquí…)
En un instante recordó las palabras de Rin estando borracha en la habitación y aquel recuerdo le puso la piel de gallina. El la hacia sentir rara y pensaba que Susan era una tonta por dejarlo solo tanto tiempo. Contrariado, por haber recordado aquel episodio de su descanso inolvidable, el doctor cerró los ojos y se concentro en otra cosa. Desde que regresaran de la cabaña su conciencia parecía haber muerto y por raro que fuera, comenzaba a extrañar esa voz altanera y violenta.
Sabiendo que no podía levantarse e irse, Kai busco a su madrastra y le pidió que le dijera la verdad sobre su hermana. Al principio Deborah trató de hacerse la desentendida, pero Kai era muy persistente y finalmente, y omitiendo lo más importante, logró averiguar que nadie sabía donde estaba.
“Ya veo…no importa sé que el grandote la encontrará!”
“De quien hablas Kai?”
“Yo iré a buscarla…”
Koro estaba junto a ellos con expresión grave. Sin esperar nada más, se despidió y le dijo a Kai que llamaría en cuanto encontrara a la gatita perdida. Una hora después Koro encontró a Rin sentada fuera del apartamento de Kagome. Tenía la cabeza baja y parecía estar dormida.
“Niña?”
Rin levantó el rostro con lentitud, por lo rojo de sus ojos Koro supo que se la había pasado llorando y eso le estrujo el corazón. Sin decir nada, se aproximó y tomo asiento junto a ella, esperando oírla decir algo. Los minutos pasaron y la gatita no dijo nada, veía a Koro con la mirada apagada, luego sin decir nada se acerco a él y dejo que la abrazara como cuando era niña.
“Estoy triste Koro…”
“Siempre lo he dicho, ese jovencito es un tonto…no ver lo maravillosa que eres pequeña!”
La gatita junto los labios para decir algo pero no pudo. Era obvio que Koro la conocía demasiado bien y seria inútil tratar de negarlo. Reconfortada con las palabras del robusto hombre, Rin se acurruco más a él y le pidió que no la dejara sola.
“No le digas nada a mi papá…Deborah si sabe y supongo que Kai también…acaso soy tan obvia?”
“Es que te conocemos pequeña. Rin tu papá estaba preguntando por ti, no quieres ir a verlo?!”
“No, él y Susan están ahí. Aunque…podría quedarme viendo televisión en el cuarto…no, nada que ver…crees que Kagome le importe si me quedo hoy con ella?”
“Porque no la llamas? Después podemos ir a buscar tus cosas al apartamento”
Rin se echo a reír, definitivamente Koro la conocía a la perfección y estar con él le aliviaba un poco su tristeza. Encendiendo su teléfono celular, marco el número de su casa y al primer timbrazo Deborah contestó como exaltada. En el fondo se escuchaba la conversación de todos, incluida la voz de Sesshoumaru; sintiéndose tonta, la gatita cerró los ojos un instante y le aseguró a su madrastra que estaba bien.
“Disculpa si te preocupé, me fui de compras. Koro me hará compañía. Gracias Deb! Oye me pasas a Kagome? Quisiera quedarme con ellos esta noche”
“Claro, pero si necesitas aquí también puedes quedarte!”
“Lo tomaré en cuenta…él está ahí verdad? Pregunto por mi?... - del otro lado del teléfono se hizo un incómodo silencio, y Rin comprendió que su roommate no se había molestado en averiguar sobre ella -...ya veo, entonces me pasas a Kagome?”
“Por supuesto!”
Cuando Deborah le entrego el aparato a Kagome, sin disimular ella se levantó de la mesa para poder hablar con privacidad. A pesar de que estaba hablando con su Sensei, Sesshoumaru sabía que la gatita estaba al teléfono y aunque deseaba hablar con ella, no hizo o dijo nada.
“Donde estabas Rin, porque no viniste almorzar con nosotros?”
“Porque no, no finjas se muy bien que Deborah te dijo lo que me sucede…soy una tonta, enamorarme sin darme cuenta, digo, a quien le ocurren estas cosas? Yo estoy que me quiero morir y él con su `prometida' la perfecta y exitosa Susan Thomas…- Rin suspiró como resignada y siguió hablando -…quería saber si…”
“Te puedes quedar todos los días que quieras!”
“Gracias amiga, estaré aquí para cuando regreses!”
Antes de que Rin pudiera despedirse, Kai tomó el teléfono impaciente por hablar con su querido mounstro. La voz de su `baby brother', logró animarla bastante.
“Hola Kai!”
“Mounstro amado donde estas?”
“Jejejeje estoy con Koro iremos de paseo, me quedaré a dormir con Kagome esta noche!”
“Estas bien mounstrito? Sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa!”
“Lo sé. Gracias hermanito!”
Rin sintió su fortaleza resquebrajarse con las palabras de su hermano, pero se mantuvo firme y pidió hablar con su papá si era posible. Dando un vistazo Kai le dijo que estaba hablando con Sesshoumaru y Susan, e inmediatamente Rin le dijo que le diera un beso de su parte y cortó la llamada.
Con el teléfono en la mano, Kai le sonrió a Kagome y le pidió una explicación de aquel extraño comportamiento del mounstro. Quería comprobar que estaba en lo cierto, y su despistada hermana se había percatado que estaba enamorada de Sesshoumaru.
“Ahora dime! Que le pasa?”
“Pasar, a quien?”
“Jejeje podemos hacerlo fácil o difícil!”
Kagome tragó grueso porque recordaba la forma difícil de Kai, agarrarla a cosquillas hasta que confesara. Resignada, le dijo a su amigo la verdad. El hermano gato suspiro y le dijo que tenían que cuidarla mucho hasta que se recuperara de aquella desilusión.
“Ay Kagome, recuerda como se pone, no come, no ríe, no nada! Es una lástima yo sinceramente pensé que él sentía algo mas por ella, en cambio se ve tan relajado con su prometida, pobre mounstro!”
“Verdad que si?”
Para Kai y Kagome el almuerzo terminó con un amargo sabor de boca. Un par de veces en la conversación, Susan mencionó la boda y ellos solo podían pensar en Rin y todo lo que tendría que hacer para sacarse a Sesshoumaru del corazón, y eso probablemente incluiría buscar un apartamento sola.
Al despedirse, Sesshoumaru no encontró la oportunidad de preguntar por Rin. Por un lado no deseaba incomodar a Susan y por el otro no estaba seguro de querer escuchar la respuesta. Presentía que algo no andaba bien con la pequeña. Felizmente, fue la propia Susan que le preguntó a Kagome por Rin.
“Kagome pudiste hablar con Rin? Es que yo sé que no fue almorzar por mi culpa, tiene toda la razón fui tan grosera con ella…por cierto! Inuyasha Kagome, lamento mucho haberme comportado de esa forma, insultando a Rin, yo sé que es muy amiga de ustedes y la quieren mucho!”
Al escucharla, Kagome casi perdió el control del volante y choca, Susan parecía otra persona, y no era común que mostrara aquella sensibilidad hacia ellos, en especial hacia ellos. En ese momento, Kagome pensó que el cambio que había visto en Susan, era más que haber perdido un par de libras.
Junto a ella, Sesshoumaru estaba impresionada con el cambio de actitud de su prometida y de pronto sintió que a lo mejor, ella lograría llevarse bien con Inuyasha y Kagome. Como un chispazo, recordó la cara de Rin y se dio cuenta que, una vez que se casara con Susan, perdería todo contacto con la gatita.
(Yo viviré en Boston con Susan y ella se quedara aquí y seguro encontrara alguien de quien enamorarse y que le proponga matrimonio, con quien tener una familia de gatitos de ojos bellos y sonrisa linda…y mis hijos? como dijo ella, rayitos de sol…)
Después de aquella disculpa, el tema de Rin pareció quedar en el olvido y Sesshoumaru se inquietó porque aunque su prometida le había dado una agradable sorpresa, aun no sabía nada de la pequeña.
“Ahem…no te preocupes por Rin, es que tenía unas compras que hacer. Por cierto, ella se quedara con nosotros!”
Sesshoumaru cerró los ojos, le molestaba que cada vez que Susan estuviera en Japón, Rin tuviera que reacomodarse en otro lugar como una refugiada que no tiene casa. A su lado, Susan trago grueso porque le incomodaba ser la causante de desplazar a Rin del apartamento, pero para no resaltar lo obvio, no dijo nada.
Al llegar al apartamento, Sesshoumaru le agradeció a Susan haberse disculpado con Inuyasha y Kagome. Luego disimuladamente entró al baño para asomarse a la habitación de la gatita. Al abrir las puertas del closet, vio con horror que casi toda su ropa no estaba, igual con los zapatos. Al regresar al baño, comprobó estupefacto que se había llevado hasta el último perfume, eliminando cualquier rastro de si misma.
Ver el gabinete que compartían, prácticamente vacío, le produjo un frío en la espalda desagradable. El mal presentimiento que había tenido en la casa de Rin, volvió con más fuerza y el Grandulón se rasco el pecho como si tuviera algún tipo de comezón interna.
Adolorido salio del baño y sin importarle lo que Susan pensara, marco el teléfono de Kagome. En ese momento Rin le estaba diciendo entre sollozos a su amiga que estaba enamorada como una idiota de Sesshoumaru y que quería morirse.
“Me iré del apartamento definitivamente”
“No te lo permitirá. Tendrás que darle una buena explicación!”
Las dos amigas volvieron a ver a Inuyasha que hablaba con un tono inusualmente calmado. Estaba, a su manera, dolido de ver a Rin sufriendo por culpa de su hermano. Sesshoumaru se comportaba con la gatita como con ninguna otra mujer, y sin embargo en el hospital lo había visto cambiado con Susan.
“Pero Inuyasha…tienes razón es un mandón…no me importa, no volveré ya buscaré una forma!”
En ese momento sonó el teléfono y fue Inuyasha el que contesto. Al escuchar a su hermano del otro lado, no se inmutó para no delatarse y sin más le paso el aparato a Rin. Al ver la expresión vacía de su amigo, Rin aceptó la llamada sin dudar.
“Aló?”
“Donde has estado todo el día?”
Al escuchar la voz de su roommate exigiéndole una explicación, la gatita sintió el estomago hacerse un nudo. Al mismo tiempo miró a Inuyasha con una mezcla de furia y felicidad. Aferrando el auricular contra su oído, lucho por hablar claramente, y que Sesshoumaru no supiera que estaba gimoteando como una magdalena.
“Me fui de compras, que no puedo?...como te sientes Sesshoumaru?”
“Bien, porque no fuiste a almorzar?”
“Que mas da? Tienes a tu novia contigo!”
Del otro lado del teléfono, Sesshoumaru se le termino de agriar el día y un dolor de cabeza que había logrado mantener a raya, se esparció por toda su cabeza. No podía decirle nada más a la gatita porque sabía que ella tenía razón y además Susan estaba cerca.
“Ya veo, bueno que descanses!”
Sin darle tiempo que le dijera nada, el doctor puso el teléfono dejando a Rin con la palabra en la boca. Haciéndola sentir peor que antes, asombrada por la actitud de su roommate, la gatita se refugio en los brazos de su mejor amiga. Lloró tanto que finalmente se quedo dormida y fue Inuyasha quien la cargó hasta la habitación.
……………………… 8230;…………………
Sesshoumaru pasó todo el día lunes bajo los cuidados de su novia. Susan se preocupaba porque estuviera cómodo en todo momento. El doctor estaba de mal humor por la conversación que había tenido con la gatita anoche, y lo único que deseaba hacer era ir a buscarla para verla. Le hacia sentir despreciado que ella no se preocupara por él.
(Que grosera, ni siquiera se quedó a esperar que yo despertara...)
Susan estaba junto a él, conocía aquella expresión de inconformidad de su novio y aunque se estaba esmerando en sus cuidados, presentía que Sesshoumaru necesitaba algo más.
“Darling? Estas bien? Te noto incómodo!”
“Ah? Gracias Susan, me estas cuidando muy bien!”
Al notar la expresión de tragedia de Susan, el doctor le hizo un ademán para que se sentara junto a él y con el brazo sano la abrazó para darle un beso en los labios. Luego le hablo viéndola a los ojos y con voz suave.
“Me gustó mucho que te disculparas con Inuyasha y Kagome!”
Susan miro a Sesshoumaru con los ojos muy abiertos y se acurrucó a él. Su disculpa había sido sincera y que se lo agradeciera, era un reconocimiento valioso, que la emocionaba porque parecía que las cosas entre ellos mejoraban desde la última vez que habían estado juntos.
……………… …………………………̷ 0;
Biblioteca…
Rin estaba acomodando unos libros distraída. Había pasado todo el lunes sintiéndose como una tonta y a cada momento con ganas de romper en llanto. No había querido ir a buscar apartamento para no afrontar le idea que debía dejar al doctor definitivamente. Poniendo el último en el estante, se sentó en el piso respirando profundo.
Así la encontró Sesshoumaru, había pasado todo el lunes pensando en ella, y si no lograba verla ahora, el carácter se le iba agriar de por vida. El Grandulón tenía la cara llena de cortadas y una venda cubría en golpe en su cabeza. El yeso de su brazo estaba inmaculado, como esperando por su primera firma.
Al verla sentada en el piso con la cabeza baja, Sesshoumaru sospechó que algo le pasaba y se dispuso a averiguarlo. Estaba arrepentido por haberla tratado mal cuando hablaron por teléfono y quería enmendar su error. Arrodillándose junto a ella, llamó su atención tocándola en el hombro.
“Rin? Hola!”
La gatita no pudo creer que tuviera a su amado Grandulón junto a ella, y sin poder contener la sonrisa, lo saludo conteniendo las lágrimas. Al ver su rostro maltratado, la pequeña inconscientemente llevo sus dedos hasta tocar las cicatrices y cediendo a sus sentimientos hizo más pequeña la distancia entre los dos.
Sujetando el rostro masculino con ambas manos y prácticamente acurrucada a él, Rin inspeccionó los raspones y cortadas que cubrían las facciones del doctor. Tratándolo con su acostumbrada ternura le pregunto si le dolía mucho. Sesshoumaru no se movió un centímetro, justamente por eso estaba ahí, había llegado en busca de los mimos de su gatita preferida.
“Doctor mira tu cara, te duele mucho? Que golpe mas terrible te diste, tu brazo, te duele?”
“Estoy bien gatita, como estas tu?”
Deslizando sus manos fuera del rostro de Sesshoumaru, Rin le dijo con un puchero que tenía dolor de cabeza. Deseaba tanto que le abrazara que no se movió de donde estaba, esperando que el pudiera leer su mente. La voz de la gatita daba la impresión que estaba a punto de llorar, por lo que Sesshoumaru alargo la mano sana para atraerla más hacia él.
“Eres un tonto me asuste mucho! Me prometiste cuidarte!”
“Lo sé, lo siento, en serio estas bien?”
“Sip…Sesshoumaru yo…”
“Tu que?”
“Me alegra que estés bien!”
Motivada por la actitud protectora de Sesshoumaru, la gatita se abrazó a él, hundiendo su rostro en el cuello y conteniendo ferozmente las ganas de llorar. Pegada así a él, Rin le susurró al oído que no volviera a tener accidentes y sin poder controlarse, rompió en llanto. Boquiabierto por aquella reacción, el doctor la sujeto con más fuerza estrujándola con desesperación contra su pecho.
Sesshoumaru no supo cuanto tiempo estuvieron así, abrazados como si fuera el fin del mundo. Lo único que si sabía era que Rin era alguien de quien no deseaba separarse. Una vez que ella logro controlar las lagrimas, se separó de su roommate para poder verlo. Los ojos verdes arrasados por las lágrimas, dejaron una marca en Sesshoumaru. Ahogado por un sentimiento de desesperación, solapado en su pecho, la insto a que se levantaran.
Rin quería salir corriendo pero al mismo tiempo deseaba quedarse y así disfrutar de aquella grata visita. Visita que en su mente, era porque ella era alguien de importancia en la vida del doctor, eso logró animarla lo suficiente para sonreír.
Al ver su reloj, el doctor se dio cuenta que eran las 7:20 p.m. por lo que sugirió ir a comer algo, para así disfrutar de su pequeña mas tiempo. Con algo de recelo latente en su voz, Rin le pregunto que si a Susan no le importaba, Sesshoumaru le dijo que estaba en el apartamento en una conferencia con la oficina.
“Pero puedes andar por ahí comiendo afuera? No necesitas reposo?!”
“Me quebré el brazo nada más, quieres ir al restaurante aquí cerca?”
“En donde volvimos a ser amigos después que me trataste feo?”
Sesshoumaru la miró con un reproche rondando en su garganta, reproche que se desvaneció cuando ella lo silenció poniendo sus dedos sobre los labios, anticipando el sermón.
“No me tuerzas los ojos doctor, la verdad duele!”
“Rin!”
“Mejor vámonos antes de que llame tu novia y me tengas que dejar sola!”
La gatita se separó completamente de Sesshoumaru y tomando su cartera empezó a caminar como si la persiguiera un perro rabioso. Con una sonrisa solapada, Sesshoumaru le pregunto quien la perseguía y sin pensarlo siquiera, ella le contesto que el fantasma de Susan.
Al escucharla, Sesshoumaru se quedó de una pieza pero no dijo nada. Sin atreverse a mirarlo, Rin espero que la interrogara por haber dicho eso, pero en cambio, la tomo de la mano y siguió hacia el restaurante. Mientras salían de la biblioteca, le dijo a la gatita que se pusiera el abrigo porque estaba haciendo algo de frío.
Entregándole su bolso, Rin tomó el abrigo y se lo puso bajo la mirada atenta de su roommate. Una que estuvo abrigada y él le acomodó el cuello torcido del sweater, le devolvió el bolso y empezaron a caminar hacia el restaurante. En el trayecto, bombardeo a Sesshoumaru con toda clase de preguntas de cómo había sido el accidente; un choque múltiple que Inuyasha no pudo esquivar a tiempo.
Una vez en el restaurante, se sentaron uno junto al otro, como de costumbre. Tenerlo tan cerca ahora que sabía que estaba enamorada de él, era para Rin, la más dulce de las torturas. Quería abrazarlo y sentirlo cerca, de pronto recordó sus noches junto a él en la cabaña y en un instante sus mejillas se tiñeron de rojo.
Rin estaba tan abrumada por sus pensamientos que ni siquiera noto que Sesshoumaru la miraba de reojo, notando que en un abrir y cerrar de ojos se había puesto como un tomate. Saboreando aquellas noches en su mente una vez más, la gatita se toco la mejilla con la punta de los dedos y siguió masticando muy lentamente.
(Que tonta soy…jejeje en realidad no, porque dormimos juntitos, abrazados…que rico…será por eso que ahora me cuesta tanto quedarme dormida…tres días con él y el resto de la vida con problemas para conciliar el sueño, que fácil soy…suerte que tengo el doctor youkai, claro que no es lo mismo pero huele igual…cuanto tiempo mas se va quedar Susan? Que me importa ahora estoy con él…)
La pequeña se atraganto mentalmente, recordando que aunque estuvieran en esos momentos juntos, él era prohibido. Aquella dura realidad, la lanzaron de cabeza a un pozo oscuro y de tristeza que parecía tragársela de un solo bocado.
A su lado, Sesshoumaru no perdió ni un solo de los matices de la gatita y eso lo preocupo, pero no dijo nada. En un afán por averiguar que le pasaba, llamó su atención tomándola de la mano con ternura, cuando ella se volvió a verlo, el doctor le sonrió preguntándole si estaba bien.
“Que sucede pequeña, estas bien?”
“Si tonto, contigo siempre estoy bien…porque me proteges tanto?”
“Por que si!”
Rin esbozo una sonrisita al borde de las lágrimas, Sesshoumaru la protegía sin razón específica, lo hacía como algo tan natural como respirar. Saber eso, solo la hacía sentirse mas desesperada en cuanto a sus sentimientos. Se había enamorado sin esperanzas de ser correspondida, ahora tenía que buscar una manera de `desenamorarse' y evitarse lágrimas y sufrimientos innecesarios.
(Ay tengo que buscar una forma de que estar con él no me afecte tanto, pero Inuyasha tiene razón, no puedo decirle que me voy y ya…volveré al apartamento cuando Susan se vaya y luego inventare algún viaje de vacaciones…creo que podría regresar a San Francisco por un par de meses…hey no es mala idea!)
Mientras consideraba el viaje a San Francisco, tomo un trozo de pan y se lo llevo a la boca. En ese momento, escucho su voz interior que le pedía irse, porque no soportaba estar ahí con él y no poder decirle lo que había descubierto.
“Rin termina de comer y vámonos, en cualquier momento llama esa...”
“P-pero…no quiero irme!”
“Vámonos ya!”
La voz de su conciencia fue categórica y la gatita tuvo que reconocer que era lo mejor. Suspirando abatida, le dijo a su roommate que ya tenía que irse. Al escucharla, Sesshoumaru palideció porque la notaba rara y ahora de repente deseaba dejarlo solo.
“Rin aún es temprano!”
“Lo sé pero estoy con Inu y Kagome…además en cualquier momento llamara Susan. No quiero ocasionarte problemas…me acompañas?”
Resignado y algo molesto por no saber que le pasaba, el doctor pagó la cuenta y ambos salieron del restaurante. Cuando empezaron a caminar en dirección al apartamento de Kagome, la gatita deslizo su mano por el brazo sano de Sesshoumaru, pegándose a él. Ya había tomado la decisión que a partir de esa noche, haría todo lo posible por olvidarse de Sesshoumaru y suprimir sus sentimientos.
(Disfrutaré esta noche y ya…no puedo seguir viéndolo o viviendo con él, es masoquismo puro…me pregunto si me invitara a su boda? Si no encuentro apartamento aceptare vivir en casa de mi papá, no, lo mejor es irme de Japón…)
Rin sintió un ardor en el pecho al comprender que irse era la única solución realmente efectiva. Quería llorar y decirle todo a Sesshoumaru, pero se contuvo aferrándose al brazo masculino con desesperación. Sintiendo como la gatita se aferraba a él, el doctor no estaba seguro si era por el disgusto que se había llevado o simplemente algo le estaba pasando y él no estaba enterado.
Minutos antes de llegar al edificio donde vivía Kagome, el celular de Sesshoumaru sonó. Rin aprovechó aquella interrupción para despedirse de su roommate, mientras le decía que se apurara porque Susan ya lo estaba extrañando.
“No se te ocurra decirle que estabas conmigo, cuídate mucho Sesshoumaru…”
El doctor la vio tragar grueso y mirarlo con tanta desesperación, que la piel se le puso de gallina. Había algo en el tono de voz de su voz y la forma de llamarlo por su nombre, que sonaba definitivo, como si estuviera despidiéndose de él. Sin darle tiempo a nada, Rin entró al edificio y Sesshoumaru tuvo que responder la llamada.
“Darling? Donde estás? Acabo de terminar!”
“Iré en seguida estaba caminando por ahí!”
“Solo?”
“Si, quieres algo del supermercado?!”
“Nada, solo a mi apuesto prometido!”
“Llegaré en unos minutos!”
Sesshoumaru se apresuró en llegar y cuando lo hizo se emociono al ver que Susan había preparado la cena. No era de la calidad gourmet de Rin, pero el esfuerzo era admirable. El Doctor comió halagando el gesto y se dio cuenta que la persona que tenía frente a él, era una Susan muy diferente, una prometida que le inspiraba sentimientos placenteros.
Al irse a dormir, Sesshoumaru no podía apartar sus pensamientos de la gatita, y la forma extraña en que se había despedido, como si fuera para siempre. Susan estuvo con los ojos abiertos un rato antes de quedarse dormida, satisfecha consigo misma por haber cocinado la cena.
(No es la comida de Rin, pero al menos se la comió toda. Que suerte tengo de tenerlo. Me incomoda que ella tenga que irse pero ni modo!)
Aquella noche Rin lloró nuevamente hasta la inconsciencia. A pesar de sentirse derrotada, sabía que lo correcto era buscar una forma de suprimir aquellos sentimientos aunque fuera poco a poco. Si había aprendido a vivir sin su madre, estaba convencida que podría hacerlo sin Sesshoumaru.
A partir de ese día, las noches de Rin fueron incómodas y dominadas por el insomnio. Mas de una vez, Inuyasha la encontró lista para la universidad muy temprano en la mañana y con el rostro ensombrecido por la falta de sueño. A pesar de que ella trataba de aparecer animada, Inuyasha sabía que estaba deprimida.
Era obvio por la forma de quedarse frente a la televisión, la mirada ausente y tan sumergida en sus pensamientos, que no escuchaba cuando él o Kagome le hablaban. Preocupado por su amiga, Inuyasha le dijo a su novia que no la dejara sola o la perdiera de vista. Resignada, Kagome le dijo que eso era mas fácil decirlo que hacerlo.
“Ay mi amor! Estoy tan preocupada por ella, nunca la había visto tan desanimada…”
Viendo que su novia se entristecía, Inuyasha la atrajo en un abrazo firme y cariñoso, tratando de darle ánimo. Cuando Rin entro de la universidad, los dos la recibieron con una gran sonrisa. Lacónicamente, ella los saludo y entró a su habitación diciendo que no tenía apetito porque ya había comido algo temprano.
……………………… 8230;…………………
Una madrugada cualquiera…
Sesshoumaru estaba sentado en su cama, limpiándose el sudor que tenía en la frente. A su lado, Susan no se había percatado de su mal sueño, y dormía placidamente. Acomodando las almohadas en su espalda, el doctor cerró los ojos para revivir su sueño. Veía el choque y evocaba el dolor de su brazo quebrado, luego escuchaba la voz de Rin diciéndole Grandulón.
(Ya han pasado 10 días, porque rayos sigo soñando con este estúpido accidente. Lo bueno es que oigo la voz de la gatita. Hace días que no la veo, me gustaría llamarla pero estoy tan ocupado con la universidad. Y Susan? Está tan cambiada, eso me ha dejado impresionado…)
El doctor cerró los ojos y dejo escapar una bocanada de aire, su prometida estaba tan complaciente y jovial que era prácticamente otra persona. Casi podía ver a su conciencia, como un niño arrinconado en una esquina, confundido y resignado a estar con Susan para siempre. El cambio de actitud de Susan era refrescante y eso lo inquietaba, porque tenía que hacerse a la idea de sacar a Rin definitivamente de su vida para hacer feliz a Susan.
Hostigado por los recuerdos de su gatita, Sesshoumaru se quedo dormido un rato mas tarde. Antes de ceder al llamado de Morfeo, el doctor llego a la conclusión que sacarse a Rin del pecho iba a ser lo más difícil que hubiera intentado en su vida.
(No puedo desecharla así nada mas, ella se merece más que eso. Aunque sea lo mínimo, seguiremos siendo amigos…)
……………………… 8230;……………
Y en clases de historia…
Era viernes y habían pasado casi dos semanas desde que Sesshoumaru y ella fueran a comer juntos. Rin estaba desesperanzada, lo único que hacia era recordar a su roommate y eso lejos de ayudarla, la sumergía más en sus sentimientos amorosos por el Grandulón. Cuando la clase terminó, la gatita tomó sus cosas y se encaminó a la salida.
Por un instante, sintió como si el piso se aflojara bajo sus pies, pero no le dio importancia y siguió caminando. Lo último que Rin vio antes de perder el conocimiento, fue la expresión de horror de uno de sus compañeros que le preguntaba si estaba bien, mientras ella parecía sumergirse en un pozo sin fondo.
Kagome corrió por los pasillos del hospital hasta dar con la habitación 1426. Pensaba que todo aquello era su culpa por no haber cuidado a su amiga más de cerca. Al dar con el cuarto, empujo la puerta para abrirla y vio que solo estaba una enfermera que iba de salida. Acostada en la cama, Rin tenía la cabeza vendada, y parecía descansar plácidamente.
Deteniendo a la enfermera, Kagome le pregunto como estaba su amiga. Con una sonrisa alentadora y hablando en voz baja, la mujer le aseguro que todo estaba en orden y su amiga podría irse ese mismo día.
“En serio todo esta bien?”
“Si señorita, la venda es porque se golpeó la cabeza al desmayar. Estaba muy débil, pero se podrá ir en un par de horas”
Al ver que la enfermera titubeaba como queriendo decirle algo, Kagome se apartó de la camilla lo mas que pudo, dándole a la enfermera la oportunidad de hablar libremente. Viendo la confianza, reflejada en los ojos de Kagome, la mujer le preguntó si Rin tenía algún problema emocional.
“Porque me pregunta eso?”
“Es que mientras la estaba curando, ella se veía tan triste, como abrumada por algo. No parecía consciente de lo que pasaba, hace un momento bajo los efectos del sedante, llamaba a un doctor”
Kagome se sintió con el corazón oprimido, al escuchar a la enfermera. Luego le pregunto si la familia estaba en el hospital. La mujer le dijo que si, los había escuchado decir que irían a buscar un café y algo de comer.
“Muy bien, entonces me quedare aquí con ella!”
“Lo que usted diga, estaré afuera!”
……………………… 8230;…………
La clase se anatomía acaba de terminar y Sesshoumaru le estaba comentando que Susan había viajado a Boston muy temprano para seguir con un caso muy importante. Jaken no supo que, pero al escucharlo hablar, notó que había algo distinto en su amigo, como si estuviera muy relajado.
“Oye S te noto distinto!”
“Ya me quitaron el yeso torpe!”
“Si ya sé, no, es algo diferente…mejor no me hagas caso!”
“Mejor!”
Iban caminando por el pasillo cuando el celular de Jaken sonó. Al contestar, la expresión de su amigo cambio y le contestaba a la persona del otro lado, con serios monosílabos.
“Ajá. Entiendo se lo diré, pero todo esta bien, ella está bien?”
Dejando que el aire llenara sus pulmones, Jaken miró a su amigo y dudo antes de hablar. Al verlo titubear, Sesshoumaru le preguntó quien lo había llamado con el ceño fruncido.
“Quien era?”
“Era el hospital!”
“Hospital? Y eso, paso algo…?”
“Si, parece que Rin tuvo un desmayo y…espera Sesshoumaru! Yo también quiero ir...si me esperas, jejeje”
Sesshoumaru vio borroso por un segundo y luego empezó a caminar entre los estudiantes, abriéndose paso prácticamente a codazos. Jaken sonrió y en seguida llamó a Kira para avisarle lo que había sucedido.
“Se desmayó, pero porque?”
“No sé mi amor! Nos vemos en el hospital?”
“Si claro, y Sesshoumaru como tomo la noticia?”
“Tu que crees?”
“Apuesto que salio corriendo como un demonio! Hasta cuando esos dos estarán separados?”
“No sé muñeca, él esta comprometido. Esperemos a ver que pasa!”
Jaken se despidió de Kira y calmadamente se encaminó al hospital. Al llegar, se encontró con todos incluida Kira. En una esquina de la sala de espera, estaban Folken y Sesshoumaru hablando como en secreto. Jaken continuo atento aquella conversación, cuando vio que Folken abrazaba a Sesshoumaru efusivamente, logró tranquilizarse y disipar cualquier idea de que Rin sufriera de algo más que un desmayo.
Después de un rato de espera, el doctor que atendió a Rin, les avisó que todo estaba bajo control. No pudieron visitarla porque debido a un sedante, dormiría un par de horas.
“Ella podrá irse en unas horas, a eso de las 5 p.m. tiene que descansar. Por lo que no creo necesario que permanezcan aquí”
Ninguno pareció con ganas de irse, pero fue Folken quien instó a los amigos de su hija a que regresaran a sus labores.
“Muchas gracias a todos por venir. Si quieren nos vemos aquí a las 5 p.m. pero por ahora dejemos que descanse”
……………………… 8230;…………
Horas mas tarde…
Rin tenía la mirada perdida, el peso de estar enamorada de Sesshoumaru era una fuerza aplastante y que la dejaba sin ánimos de nada. Se había desmayado en plena clase y no recordaba quien la había ayudado. Ahora sabía, gracias a la enfermera, que había sido su profesor. Estaba tan abrumada por lo que sentía, que no se había dado cuenta de lo poco que estaba comiendo.
Había despertado a eso de las 4.30 p.m., al abrir los ojos, se encontró que toda su familia y Kagome estaban ahí junto a ella. Después de los abrazos y besos de su padre, hermano, mejor amiga, madrastra y Koro; solo el robusto hombre le había reclamado ser tan inconsciente como para desmayarse por debilidad.
Luego de comprobar que estaba bien, todos salieron dejando a Rin solo con Deborah y Kagome. Aún un poco adormecida por los sedantes, Rin se acomodó en la camilla y miro a las dos mujeres en espera de que alguna de las dos dijera algo.
“Y bien? No me van a decir nada?”
“Rin que bueno que estas bien pero por favor trata de cuidarte un poco mas!”
“Es un estupidez, deje de comer un poco no es la gran cosa!”
Kagome y Deborah intercambiaron miradas y no siguieron enfrentando a Rin. Ambas sabían, que aquel comportamiento tosco era solo una pantalla para esconder su desesperación. Con una gran sonrisa, Kagome le anunció que de ahora en adelante la dejarían en buenas manos.
“Buenas manos? De que hablas?”
Rin estaba a punto de estallar en una pataleta cuando por la puerta, apareció Sesshoumaru. En cuanto la vio sentada y evidentemente recuperada, el Grandulón sonrió complacido. Con una gran sonrisa, Kagome y Deborah salieron de la habitación para darles privacidad. El doctor observo un instante a su pequeña, y luego con voz gruesa la saludó cariñosamente, al escucharlo Rin se erizó pero contuvo su felicidad para no delatarse.
“Hola pequeña!”
“Hola!”
Sesshoumaru se acercó a la cama y dejando sus cosas aparte, se sentó frente a ella. Alargando la mano, estiro los dedos hasta tocar una de sus mejillas con ternura, diciéndole que estaba feliz de verla bien. Al sentir que la acariciaba Rin no pudo aguantar por más tiempo y las lágrimas afloraron en sus ojos sin control. Comprendiendo que estaba sensible, el doctor la estrechó entre sus brazos besándola en la cabeza. Luego se separó un poco y le habló con voz pausada.
“Porque lloras?”
“No es nada, estoy sentimental es todo!”
“Te golpeaste mucho al desmayar?”
“No mucho…bueno tengo un chichón aquí…!”
Tomando a Rin desprevenida, Sesshoumaru se inclino sobre ella y le dio un besito justo donde tenía la venda. Al sentir los labios de Sesshoumaru en su cabeza, la pequeña sintió que las fuerzas la abandonaban, pero se mantuvo firme para seguir disfrutando de aquella dulce tortura.
Después del beso, el doctor la rodeo con ambos brazos estrechándola con ternura. Acercando su cabeza le hablo al oído, interrogándola sobre su comportamiento.
“Que sucede pequeña? Tú no eres así, acaso hay algo que te preocupa? Sabes que puedes confiar en mí!”
A Rin se le hizo un nudo en la garganta, y por un instante quiso gritarle que lo amaba, que odiaba que no la amara, prefiriendo a Susan y no a ella. Quiso vociferar como si tuviera derechos sobre él, pero en cambio solo trago saliva y aparto la mirada un tanto avergonzada.
Sesshoumaru no dijo nada al ver la actitud esquiva y más bien se hizo el desentendido. Pegándose a ella, la volvió a abrazar con fuerza, acurrucándola contra su pecho. Rin quería poner resistencia, pero las ganas de sentirlo cerca eran demasiadas y simplemente se dejo abrazar.
“No me vas a contestar?”
“No tengo nada...que rayos haces aquí? Susan está en el apartamento y se va molestar! Además, Koro vendrá a buscarme en cualquier momento. Kagome esta conmigo y como comprenderás, mi papá esta histérico y quiere que pase la noche con ellos”
Sesshoumaru no se inmutó con el tono áspero de la gatita y sonrió entre dientes. Ella se estaba comportando como la pequeña consentida que era y eso significaba que estaba bien. Una vez más, cuando le habló, el doctor lo hizo de forma pausada y con cariño.
“Irás conmigo al apartamento!”
“No quiero!”
“Porque?”
“Porque no! No oíste lo que te dije? Estas sordo acaso?...uy que tonto!”
“No me hables golpeado gatita!”
“P-pero…no quiero estorbarte…ay que mandón eres!”
Sesshoumaru la estrujo contra él dándole un besito en la sien que dejaron a Rin sin ánimos de seguir peleando. Aquel beso era una descarga de felicidad que le recorría le cuerpo como una chispa. Disfrutando y aprovechando el silencio de Rin, el doctor le informó el cambio de planes.
“Susan se fue esta mañana, tenía que trabajar. Ahora, una vez que la gatita deje de pelear conmigo, recogemos tus cosas y nos vamos a la casa. Ya hable con tu padre…y no soy tonto ni sordo!”
“Pero si mandón!”
“Que te dije de hablarme golpeado gatita?”
Rin quiso decir algo, reprochar, saber porque Susan se había ido tan rápido, pero la verdad era que no le importaba. Lo único importante es que regresaría a casa con Sesshoumaru. Que la tratara tan amoroso era suficiente para dejarla sin argumentos.
Kagome los encontró en silencio, con Rin acurrucada en Sesshoumaru que tenía los ojos cerrados. Verlos así era simplemente idílico y maravilloso y la señorita Higurashi deseo que fuera una realidad, suspirando calladamente les dijo que ya todo estaba listo y podían irse.
Una vez que salieron de la habitación, Rin se encontró con que todos sus amigos estaban ahí para verla, y eso la animó mucho. Cuando Rin quiso levantarse de la silla de ruedas, Sesshoumaru le puso la mano en el hombro con firmeza, impidiéndoselo.
“Papi no puedo levantarme y abrazarte porque no me dejan!”
“Hazle caso en todo Angel!”
Rin torció la boca conteniendo la sonrisa y mariposas en su estómago. Acercándose a ella por detrás, Sesshoumaru le susurró que se apresurara a saludar a todos para poder irse al apartamento rápido. Ella parpadeó con un suspiro atragantado en la garganta, irse al apartamento para estar a solas con Sesshoumaru era lo que más deseaba.
Después de despedirse de su familia y amigos, Sesshoumaru y Rin tomaron un taxi en compañía de Kagome, que llevaba un maletín con parte de las cosas de Rin. Al llegar al apartamento y a pesar de las débiles súplicas de Rin, Sesshoumaru la llevo cargada hasta la cama, Kagome estaba feliz de poder presenciar la galantería y cuidados de su cuñado. Deseosa de irse para darles privacidad, Kagome anunció que pondría las cosas de su amiga en el armario y luego se iría a su casa.
“Yo acomodare las cosas aquí y si necesitan algo nos llaman!”
“Gracias Kagome!”
“De nada amiga!”
Kagome salio del cuarto después que le dio un beso a Rin en la mejilla y aprovechaba para susurrarle un `buena suerte'. La gatita le pelo los ojos, estaba consciente que todas sus resoluciones de abandonar al Grandulón, se habían evaporado el instante que lo había visto en el hospital.
(Soy una debilucha, me habla con esa voz gruesa y varonil y se me olvida todo…que hago? Como Susan no está, dejare que me atienda…)
Una vez que Sesshoumaru regresó de despedir a Kagome, se sentó junto a ella y como una niña, Rin se acurrucó a él. Con una sonrisa solapada, Sesshoumaru se acomodó junto a ella poniendo al doctor youkai en el medio. Sin decir una sola palabra, la gatita tomó su peluche preferido y lo puso a un lado, para que no hubiera nada entre ella y el verdadero doctor Youkai.
El Grandulón contuvo la risa al ver la actitud de la pequeña, una vez que él se acostó a su lado ella buscó la seguridad y calor del pecho masculino.
“Te quedas conmigo porfa!”
“Claro pequeña, lo que tu quieras…te importaría si me cambio?”
Rin hizo un puchero y frunció el ceño ante la idea de quedarse solo aunque fuera solo por unos minutos. Sesshoumaru la tranquilizó con una tenue sonrisa y acariciándole con el dedo índice la mejilla, mientras le decía que no tardaría nada.
“Vuelvo enseguida…mmm no prefieres que veamos un poco de televisión?”
“No, quiero dormir, pero no me dejes sola!”
“Por supuesto!”
Sesshoumaru entró al baño y luego a su cuarto para ponerse un boxer de cuadritos con una camiseta de algodón gris oscuro. En el instante que el doctor atravesó la puerta, Rin se levantó como un resorte en busca de una pijama. Se puso la primera que encontró, una pijama verde de algodón, camiseta de tirantes ajustada y short diminuto, el ejemplo de la tortura para el doctor.
Una vez que se cambio, saltó de nuevo a la cama y bajo las cobijas, a esperar por su salvador. Al regresar, el doctor vio la ropa de Rin tirada en el piso y sin darse por enterado se sentó junto a ella. Completamente consciente de lo que hacía, la gatita se descobijó y como lo mas natural del mundo, se acurrucó a Sesshoumaru.
El doctor sintió el aire en su garganta cortarse de golpe, podía sentir cada pliegue de Rin junto a su cuerpo y sin poder remediarlo, recordó el viaje a la cabaña. Aunque supuso que tenía que quitársela de encima, no lo hizo, era demasiado agradable tenerla solo para él, como para renunciar aquella deliciosa tortura por voluntad propia.
“Doctor gracias por cuidar de mí!”
“Es un placer Rin!”
La gatita se erizo por la forma como Sesshoumaru pronuncio su nombre. En su corazón no había duda que estaba total y completamente enamorada de él, pero por el momento disfrutaría de sus mimos y si tenía suerte lograría una noche de sueño sin interrupciones.
No pasó ni media hora cuando Rin se quedó dormida. Sintiéndose completamente débil ante ella, el doctor la acomodó para que siguiera durmiendo y cerrando los ojos se acostó junto a ella; inmediatamente la pequeña se aferró a él, deslizando las manos debajo de su camiseta y hasta su pecho.
Cuando Sesshoumaru se despertó a media noche, quiso dejarla sola pero ella se lo impidió aferrándose a él y murmurando algo parecido a un `no te vayas doctor, tengo frío', con una sonrisa traviesa adornando sus labios, Sesshoumaru cedió a la presión de Rin y siguió durmiendo hasta el día siguiente.
……………………… div>
A/N: Que bueno que ya lo termine porque se que muchas lo estaban esperando con ansias! Espero no defraudarlas ^^
Un millón de gracias a todas por su apoyo incondicional y reviews! Las quiero!
Gracias a: Sempai 1 y 2, Stefi, Umi, Crystal-Darling, Eva, Justary, Arline, FenixGirl, Ana, Mourisan, Dani, Adri, Las hermanitas Dibujantes, Saya, Alcione, Gaby, Giuliana, Hitomi, Padilla, Fabisa, Tariga, Ania-san, Tami,
Megumi, Bunny Saito, Star, Estrellita, Gracia, Paulina, Kari Asakura, G27, Agaue, Malkavian, Sesshoumaruchic, Chi2-chan, Cati, Naru Urashima, Reigan, Kumi, Aome, Lian Li, Legna, Joanna, Pandora, Fanart Angel, MGA FGA, Sakimi, Inukagoart, Kokoro, Nelly CC, Seika Dragon, Ibette, Syren, Lesly-Radclidfee,Varina-Saku, Miss Snape, Sakura Sugoi…
Como siempre si me olvide de alguna, sepan que leo todos y cada uno de sus maravillosos reviews, sin eso no me animaría a escribir, por lo que si olvide a alguna, reclamen mucho!!
Para Daulaci, disculpa que no te respondí tu review, he estado algo ocupadita pero muchas gracias por leer mis historias, gracias a Justary por las labores de mercadeo, jejeje
Una felicitación especial a un par de angelitos que pronto serán una mami y un papi amorosos! Besos y abrazos!...Me nombraron Madrina, que éxito! jejejeje
Besos y abrazos, Zetus