InuYasha Fan Fiction ❯ Dr. Mounstro ❯ Amor ( Chapter 22 )

[ Y - Young Adult: Not suitable for readers under 16 ]

 
 
Capítulo 22
 
Amor
………………………
 
Rin se estaba bañando cuando escuchó la puerta de la ducha abrirse y con una sonrisa le dio los buenos días a Sesshoumaru, que la abrazó por la cintura mientras dejaba que el agua empapara su cuerpo.
 
“Hola gatita, porque te estas bañando sola?!”
 
“Es que te veías tan lindo dormidito!”
 
Pegado a ella, le dio besitos en la nuca antes de pedirle el jabón para bañarse, mientras se enjabonaba, Rin se lo quedó viendo con una sonrisa torcida y luego se abrazó acurrucándose en su pecho.
 
“Que pasa?”
 
“Estoy tan feliz que seas mío!”
 
Cuando se separaron, Rin trató de dejar la ducha pero Sesshoumaru se lo impidió estrujándola entre sus brazos y besándola bajo el agua.
 
“Porque tan apurada gatita?”
 
“Doctor! Voy a llegar tarde!”
 
Sesshoumaru se rió apretando los labios, le gustaba que ella tratara de resistirse a sus deseos de juguetear en la mañana, porque adoptaba una pose consentida y traviesa. Al principio siempre alegaba que llegaría tarde pero rápidamente cedía y terminaban enredados en las sábanas.
 
Cuarenta y cinco minutos mas tarde, salieron tomados de la mano rumbo a la universidad. Sesshoumaru la acompañó hasta su edificio y la despidió con un beso de labios entreabiertos que hizo que la gatita suspirara profundamente y le dedicara una mirada intensa.
 
“Hasta más tarde gatita!”
 
“Si doctor que tengas un buen día…espera otro besito!”
 
Abrazándola firmemente la complació y luego se fue a sus clases de ese día.
 
………………………&# 8230;…………
 
Rin entró a la habitación y se detuvo en seco al ver a Sesshoumaru dormido. Estaba con el pecho descubierto y la sábana apenas le llegaba a la cintura. Olvidándose de lo cansada que estaba, dejó sus cosas en el suelo y se acurrucó junto al Grandulón.
 
En el momento que la sintió a su lado, la rodeó con un brazo diciendo su nombre en sueños. Aún con los ojos cerrados, Sesshoumaru empezó a desvestirla y besarla.
 
“Llegaste temprano doctor!”
 
“Ajá, que rico hueles!”
 
“No quieres que te haga algo de comer?”
 
“No gracias estoy bien así”
 
Rin se carcajeó al ver que estaba completamente desnuda y se dejó acariciar con los ojos cerrados. Después de disfrutar de aquella suaves caricias, Sesshoumaru se acomodó abriéndose paso dentro de ella poco a poco, la miraba a los ojos disfrutando la fragilidad de Rin bajo su cuerpo. Los movimientos se hicieron cada vez más fuertes, creando una deliciosa y estimulante fricción hasta que finalmente todo él se vio devorado por la cavidad húmeda y tibia de Rin.
 
Un sonoro suspiro fue la única respuesta al sentir que estaba dentro de ella. Con la picardía bailando en sus ojos Rin enroscó sus piernas alrededor de la cintura de Sesshoumaru y con un tono juguetón le habló sin dejar de acariciarle el pecho.
 
“Atrapado”
 
“Tonta!”
 
“Anda dime como no tengo que hacer o decir esas cosas!”
 
“Ya vas a empezar?!”
 
“Anda Dr. Dime!”
 
Rin se movía con lentitud procurando que todo él recibiera la presión de sus muslos mientras lo atraía hacía ella con suavidad. Sesshoumaru se quedó viéndola, era tan hermosa y amorosa que no podía negarle nada. Se aclaró la garganta para decir las palabras que siempre la hacían reír frunció el ceño y habló con una voz gruesa.
 
“Rin compórtate esto es serio!!”
 
“Jajajaja es que me encanta como frunces el ceño para regañarme!”
 
“Pequeña podemos concentrarnos en lo que estamos haciendo?!”
 
“Claro me encanta hacer el amor contigo…ahora ven con tu gatita!”
 
Sesshoumaru cerró la distancia entre ellos dándole un beso intenso. La boca de Rin era suave, tibia, juguetona y lo recibía con pasión. Besarla era tan maravilloso que a veces parecía consumir todas sus energías. Tomándose su tiempo para jugar con los labios de Rin entre los suyos, Sesshoumaru se movió de su boca hacia el cuello logrando que gimiera de placer.
 
“Sesshoumaru!”
 
Su voz cargada de deseo por él, era un sueño hecho realidad. Sentir como ella jugaba con los mechones de cabello rubio era una caricia tierna y sexy a la vez. Sin dejar de moverse dentro de ella sus manos buscaron el contacto con el pecho de Rin, recorriendo la cremosa piel con desesperación y transmitiéndole lo mucho que disfrutaba de sus curvas.
 
Con movimientos firmes Sesshoumaru deslizaba sus dedos sobre ella sensualmente para que la transición de sus dedos a su boca fuera aún más excitante para ambos. Al sentir sus caricias, Rin se dejaba llevar por la felicidad de hacer el amor con el hombre que amaba profundamente. En respuesta, arqueaba todo el cuerpo hacia él porque sentía la piel ardiendo y se escuchaba a sí misma jadear excitada.
 
Sesshoumaru recorrió la piel desde su cuello hasta su pecho con besos, concentrado en saborear la piel de sus jugosos senos sabiendo que a ella le fascinaba cuando él se dedicaba a literalmente `comerse' su pecho desnudo.
 
La manera de acariciarla con sus manos y labios, mostraba una dedicación que le arrebataba las palabras y no daba cabida para nada más que su pasión y el deseo ferviente de que la hiciera suya. Que derramara toda su esencia dentro de ella y sentir su interior inundado con el cremoso líquido.
 
Rin comenzó a moverse más enérgicamente y arañando sin darse cuenta, la fuerte y musculosa espalda de su amado doctor. Sesshoumaru cerraba los ojos abandonado al sabor de la piel en su boca, concentrándose en ella, luego se separó un poco, lo suficiente para verla y ese momento decidió hacer algo nuevo.
 
Repentinamente y aprovechando que Rin doblaba las piernas a cada lado de su cuerpo, salió de ella con un solo movimiento. En el instante que ella se sintió desligada de él, abrió los ojos y su boca se formó en un reproche, Sesshoumaru sonrió arrogante y antes de que su gatita pudiera decir algo, entró de nuevo en ella con suficiente fuerza para hacerla gritar de placer. Con una voz seductora, donde mezclaba su lado seductor y consentido a la vez, su gatita le pidió que lo volviera hacer.
 
“umm! hazlo otra vez, porfa!”
 
“Te gustó?”
 
“siiiiii…quiero más!!”
 
“Muy bien pero tienes que decirlo!”
 
Al escucharla decir su característico y adorable `siiii' Sesshoumaru se rió entre dientes, más al ver que ella tenía los ojos cerrados y disfrutaba de estar entre sus brazos. Se amaban tan profundamente que estar juntos, al calor de sus cuerpos desnudos, era como ir a un paraíso de placer, reservado solo para ellos dos.
 
Viendo que su novio no hacía nada más que besarle el cuello riéndose entre dientes, Rin abrió los ojos y se aferró al cuello de su Grandulón.
 
“Por favor…tu gatita quiere más!”
 
“Primero tienes que decirme!”
 
“Decirte que?”
 
“Tu sabes!”
 
Honestamente Rin no sabía a lo que él se refería y enfocar sus pensamientos cuando lo tenía sobre ella cubriéndola de besos, resultaba trabajoso. Quería que lo hiciera de nuevo pero Sesshoumaru se mantenía dentro de ella moviéndose tan lentamente que llegó al punto que se sintió furiosa.
 
En un intento por disfrutar nuevamente de aquella sexy `maniobra' Rin trató de liberarse ella misma pero él presionó todo su cuerpo inmovilizándola contra la cama y dejando de moverse por completo.
 
“Quiero que lo hagas otra vez!”
 
“Dime!”
 
“Queee?”
 
“Tu sabes, cuando me dices doctor!”
 
La mente de Rin empezó a buscar entre sus pliegues la respuesta de lo que Sesshoumaru le pedía, cerró los ojos y percibió como Sesshoumaru parecía salirse de ella, pero quedándose quieto justo cuando ella pensaba que lo volvería hacer.
 
Concentrándose un segundo, Rin supo que era lo que quería escuchar y sonrió pero las palabras no lograron salir de su garganta. Al verla con los ojos cerrados y completamente excitada la besó desesperado sin dejar un segundo de moverse dentro de ella pero sin complacerla, Rin tenía la boca abierta y recibía sus besos extasiada suplicándole que lo hiciera de nuevo.
 
“Por favor!!”
 
“Y lo que yo quiero oír gatita!”
 
Rin pareció derretirse entre sus brazos, la dejaba sin voluntad que le dijera gatita, con una mano atrajo a Sesshoumaru hasta su boca y luego mordisqueando su lóbulo le susurró las ansiadas palabras.
 
“Hazme tuya doctor!”
 
Sesshoumaru gimió y tan rápido como su cuerpo se lo permitió, salió completamente de ella y la penetró con energía mientras la sostenía con ambas manos en su espalda y sumergía la cabeza en su pecho. La piel de Rin estaba cubierta por una capa de fino y dulce sudor. Ambos moviéndose al unísono tan deliciosamente, que Rin perdió la noción de si misma al sentir como el clímax se apoderaba de todo su cuerpo.
 
Con los ojos cerrados y con Sesshoumaru dentro de ella, lo único que ocupaba su mente era disfrutar de la voz jadeante de su doctor y el olor tan varonil que siempre le quedaba impregnado en la piel. Sesshoumaru se movió tratando de prolongar el placer lo mas posible, pero era difícil porque Rin lo motivaba y pronto vio destellos de luz frente a sus ojos, dejando que su cremosa esencia corriera dentro de ella.
 
Una vez que los dos llegaron a su punto máximo, Sesshoumaru se acostó junto a ella jugando con su cabello distraído. Con una gran sonrisa, Rin le preguntó porque le había pedido que dijera aquellas palabras.
 
“Me encanta como lo dices, tu voz suena tan apasionada. Es tu culpa, todos esos meses imaginándome cosas, viéndote con esas pijamitas!”
 
“Ah? Que tienen de malo mis pijamas?”
 
“Son diminutas, perfectas para ver esas curvas deliciosas, especialmente estas!”
 
Mientras hablaba, Sesshoumaru le delineó los senos con la punta del dedo índice haciéndola reír. Como si no hubiera tenido suficiente, se acomodó sobre ella y mientras se carcajeaba, se puso a besarle uno de los senos, mordisqueando el pezón, que no tardó en reaccionar al contacto. Rin se retorció y cerró los ojos, dejando que Sesshoumaru la colmara de besos.
 
………………………&# 8230;………
 
Semanas después…
 
Sesshoumaru estaba sentado en el sillón esperando por Rin, era viernes y saldrían a cenar con Inuyasha y Kagome. Una vez que la gatita estuvo lista, se sentó en las piernas del doctor, que en cuanto la tuvo cerca, la besó explorando el interior de su boca con la lengua. Abrazada a él, la gatita parecía ronronear extasiada, haciendo las delicias de Sesshoumaru. Separándose de él, Rin le pidió que jugaran un juego.
 
“Juguemos a que yo soy la enferma y tu el guapo doctor!”
 
“Ajá y que más?”
 
“Bueno podemos fingir que tengo una enfermedad súper grave y solo se cura con respiración boca a boca!”
 
“No me digas y si eso no funciona?”
 
Carcajeándose despreocupadamente, Rin torció la boca mientras pensaba que decir. En un instante, sus ojos se iluminaron y dando un respiro le dijo la otra parte del `tratamiento'
 
“Bueno mira, primero tienes que darme la respiración boca a boca y luego me das una inyección grandota!”
 
Sesshoumaru frunció el ceño levemente confundido, Rin lo miraba con una brillo seductor en sus ojos. Perdido por no comprender, no se dio cuenta que ella movía una mano hacia abajo. Lo acarició sobre el pantalón, y en un susurro le dijo que la inyección se la tenía que aplicar entre las piernas. Abriendo los ojos, Sesshoumaru soltó una risita al comprender lo que ella quería decir con inyección y como si fuera una niña la reprendió.
 
“Rin! No digas esas cosas!”
 
“Quee? Es como una inyección o no?”
 
“Algo así, pórtate bien pequeña! Ya casi llegan Inuyasha y Kagome”
 
Rin torció los ojos mientras sus dedos se aferraban al zipper. Sesshoumaru soltó la risa y detuvo la mano con cariño.
 
“Que voy hacer contigo? No puedes evitar ser una gatita sexy verdad?”
 
“Soy lo que tu quieras Grandulón! Y bien, cuando me toca mi inyección?”
 
Rin sonreía feliz mientras lo acariciaba en la nuca con suaves movimientos. Sin darse cuenta, el vestido se le subió hasta la cintura dejando su ropa interior al descubierto, al ver que la mirada ámbar se desviaba de su cara, Rin miró hacia abajo e inmediatamente abrió ambas piernas sugestivamente. Sesshoumaru solo tragó en seco y la asió por la cintura. Con sus rostros separados únicamente por centímetros, le habló con voz suave y sensual.
 
“Eres una gatita muy traviesa, por eso cuando regresemos me aseguraré de que recibas tu `inyección', respiración boca a boca y un examen físico exhaustivo. Ahora, pórtate bien!”
 
“Jejeje!”
 
El mismo acomodó el vestido sobre ella y le sonrió complacido de ver que Rin no decía nada y se acurrucaba en su pecho. Minutos mas tarde, sonó el timbre. Salieron tomados de la mano y disfrutaron de una velada amena, aunque Rin no paró de pensar en la noche de pasión y amor que le esperaba. Mas tarde, se quedó dormida abrazada a Sesshoumaru mientras él acariciaba su cabello y cuerpo desnudo.
 
………………………&# 8230;………………
 
Era domingo y estaban almorzando en la mansión Asakura con varios amigos de Izayoi e Inutaisho. Sentados en lugares opuestos, Sesshoumaru disfrutaba viendo a su gatita conversar con Kagome luciendo radiante, de vez en cuando sus miradas se cruzaban y Rin le picaba el ojo coquetamente.
 
Una vez que sirvieron el postre y café, Rin se levantó y en un susurro le dijo que lo esperaba en la casa mas allá de la cocina.
 
 
Estaba llamándola entre dientes cuando la puerta detrás de él se abrió y de un tirón lo obligó a entrar en un closet lleno de sábanas, donde apenas cabían uno junto al otro. Sujetándola por la cintura se emocionó al ver la sonrisita de mala, porque supuso que era alguno de sus sensuales juegos.
 
“Que haces?”
 
“Me preguntaba si el bebé quería salir a jugar conmigo!”
 
“Jajaja el bebé siempre quiere jugar contigo pero…estas loca, aquí, ahora?”
 
“Si, te prometo que no vamos a tardar!”
 
Mientras lo besaba para que no le dijera nada más, Rin movió sus manos y le bajó los pantalones lo suficiente para tomarlo entre sus dedos, luego se separó de él y se arrodilló para estar al nivel del bebé. Sesshoumaru cerró los ojos y no dijo nada, podía adivinar la sonrisa de pura satisfacción de la gatita al comprobar que estaba completamente erecto.
 
Un minuto después, sintió el aliento tibio sobre su piel y los labios rozando y besándolo con pasión. Trató de quedarse en silencio pero la manera de Rin de besarlo y los movimientos de su lengua, eran tan deliciosos que tuvo que apretar la boca para no dar gritos.
 
Con una risa ahogada, la escuchó hablarle al bebé, diciéndole que era hermoso y lo mucho que le gustaba besarlo y jugar juntos. Ella era tan original para todo, hasta para hacerlo llegar al clímax con su boca. No conocía de ninguna otra mujer que hablara con la anatomía masculina como su gatita.
 
No pasó mucho tiempo para que Sesshoumaru viera estrellitas desfilando frente a sus ojos, pudo sentir como Rin lo limpiaba con una de las toallas del closet. Tirando de ella por los hombros le pidió que se pusiera de pie, con una mirada pícara, Rin deslizaba su dedo índice por la comisura de su boca, terminando de saborear un poco de la varonil esencia de su amado doctor.
 
Sesshoumaru la miró un segundo pensando que se veía tan hermosa y seguro que nada de lo que hiciera por ella, le demostraría que la amaba con desesperación. No podía pasar un solo día separado de ella, y la razón por la que dormía en total paz y tranquilidad todas las noches, era porque ahora más que nunca, su gatita se aferraba a él como una espora.
 
“Me encanta jugar con el bebé!”
 
“Estas loca lo sabías?”
 
“Si pero es que no lo puedo evitar me encantas!”
 
………………………&# 8230;…
 
Rin estaba dormida, o eso creía ella, algo que la hacía sentir feliz parecía exigirle que abriera los ojos, se llevó una mano a la cabeza para rascarse la sien e inmediatamente su mente reconoció el frío por la falta de abrigo o pijamas. Con una sonrisa movió su mano hasta tocarse el pecho, estaba completamente desnuda.
 
Al ganar mas conciencia su cuerpo reconoció que lo que la obligaba a abrir los ojos era la excitación y se escuchó a sí misma jadear por la deliciosa sensación que los labios masculinos le estaban dando. Con seguridad alargó la mano y pasó los dedos por la rubia y abundante cabellera de su amado Grandulón y suspiró.
 
Sesshoumaru sonrió al escucharla mientras la impulsaba a flexionar las piernas con ambas manos para poder besarla a sus anchas. El movía su lengua dentro de ella tan hábilmente que Rin sintió como el color se le subía al rostro, deseando que la despertara muchas veces de esa forma.
 
Con la mano izquierda su novio comenzó a acariciar uno de sus senos alternando sus caricias sin dejar un minuto de devorar la esencia entre sus piernas. La sangre se le fue calentando con demasiada velocidad y Rin no podía pensar, su cuerpo entero estaba sobrecogido por el deseo y el éxtasis que alcanzaba con demasiada rapidez.
 
En el instante que lo pensó, su clímax había llegado y se escuchó jadear, bajo su cintura y con un tono desesperantemente arrogante escuchó la voz de Sesshoumaru que se burlaba de ella.
 
“No aguantas nada!”
 
Rin no se dignó a contestar, todavía envuelta en una nube de placer, si hizo una nota mental de despertarlo de la misma forma y decirle algo parecido. Distraída, cerró los ojos y revolvió el cabello bajo sus manos. Sesshoumaru se abrió paso hasta su boca con besos por todo el cuerpo, la piel estaba tan sensible que con cada beso Rin parecía erizarse. Cuando estuvo frente a ella le sonrió y sus únicas palabras fueron un suave susurro
 
“Hola!”
 
“…hola, no podías dormir?”
 
“no!”
 
“Jamás pensé que el serio doctor sería así de apasionado!”
 
“Eso es tu culpa tu me provocas ser así…”
 
Sesshoumaru sonrió al sentir que Rin se derretía entre sus brazos, se acomodó junto a ella y con ternura comenzó a apartar los mechones de su rostro. Se quedo viéndola como si quisiera grabar todas y cada una de sus facciones en la memoria, dudó un momento pero dejó que los pensamientos de tener hijos con Rin inundaran su mente. En silencio, sonrió al tratar de imaginar que clase de personalidad tendría un hijo de los dos, cuando ella percibió el extraño brillo en sus ojos no dudo en preguntarle.
 
“Que tienes?”
 
“Nada pequeña…eres preciosa lo sabías?”
 
“Jejeje gracias Sesshoumaru”
 
“Mmm! Me encanta como dices mi nombre!”
 
“Entonces en que piensas?”
 
“Nada en especial!”
 
Rin se volvió a acomodar en su pecho y Sesshoumaru se quedo viendo al techo pero al ver que en esa visión se interponía la cara de Rin sonrió.
 
“Entonces no tienes sueño doctor?”
 
“No mucho…”
 
Rin no lo dejó terminar lo besaba recorriendo su rostro y subiendo por sus orejas, la respuesta de Sesshoumaru fue un escalofrió por todo el cuerpo, y la preocupación por sus deberes de universidad se esfumaron bajo las caricias de Rin.
 
“Ay…que….mmm! Rin!”
 
Ella dejó escapar una risita de satisfacción, porque disfrutaba poder darle tanto placer. Sabía muy bien como complacerlo para escucharlo gruñir. Ella amaba eso, porque era una faceta privada de Sesshoumaru, él que era tan controlado caía rendido a sus caricias, le correspondía su amor tanto o más intensamente de lo que jamás hubiera imaginado posible.
 
……………………
 
2 semanas después…
 
Sesshoumaru miraba insistentemente a la puerta de entrada esperando ver a Rin, que tenía mas de 40 minutos de retraso, no le preocupaba el atraso sino que ella tenía días de estar actuando extraña, retraída y el sabía que eso significaba que algo la preocupaba.
 
Deseaba poder disfrutar aquella velada con ella, dedicarle su atención abrazarla besarla y si tenía suerte hacerle el amor cuando regresaran de la fiesta.
 
Se fijó una vez mas antes de encaminarse al bar, los otros estudiantes reunidos comenzaron a agotar su paciencia dudando que Rin llegara después de 40 minutos, Sesshoumaru pretendía no escuchar y menos ceder al impulso de creer que ella no se iba a presentar.
 
Mientras pedía un whisky sintió un leve golpe en su espalda, uno de sus compañeros le dijo que Rin estaba ahí. Se volvió para verla, estaba de pie en la puerta, hacia tanto que no la veía tan arreglada que sintió una leve debilidad en todo su cuerpo. No se movió de donde estaba para poder admirarla mientras caminaba entre la gente buscándolo.
 
Dejó el vaso en el bar y caminó para alcanzarla, la vio saludar a Jaken y Kira para luego alejarse hasta quedar de pie con la mirada perdida, al verla se le hizo un nudo en el corazón porque era evidente que algo le molestaba.
 
Se le acercó por detrás y la tomó por la cintura, al verla de frente Rin le sonreía con un semblante apagado y una sonrisa a medias.
 
“Hola!”
 
“Llegas tarde!”
 
“Perdóname”
 
La voz de Rin era apenas un balbuceo y se negaba a mirarlo a los ojos. Nervioso, la atrajo aún más hacia él al tiempo que se movía buscando un poco de privacidad. La tomó de la mano y la condujo a un sitio cerca de una ventana con vista de la ciudad. Una vez allí, la rodeó con ambos brazos por la cintura y se dispuso a averiguar que le sucedía. Rin lo miraba con los ojos muy abiertos y vidriosos, como si estuviera al borde del llanto.
 
“Que te pasa?”
 
“…no iba a venir…Sesshoumaru es que yo…!”
 
“Tu que Rin? Como es eso que no ibas a venir…?”
 
“Es que estaba pensando que yo soy una distracción para ti, tu quieres ser doctor mas que nada en este mundo y bueno yo…no quisiera que estudiaras tanto para que estuvieras conmigo, eso es egoísta pero es que yo te amo y hace días que no nos vemos, solo cuando llegas al apartamento y yo ya estoy dormida…perdóname!”
 
Sesshoumaru se quedó viéndola un segundo antes de contestarle, ella apretaba los labios visiblemente afectada por sus propios sentimientos. Era obvio que se sentía abandonada y para él ser doctor era importante pero no tenía ningún significado si no la tenía en su vida.
 
“Rin…que tratas de decirme, ya no quieres estar conmigo?”
 
“Claro que no, lo que pasa es que últimamente estas tan ocupado, yo no quiero ser una carga!”
 
“Y no lo eres, que rayos te pasa?”
 
Al verlo al borde de la histeria, Rin se inclinó para besarlo suavemente en los labios mientras le decía que solo estaba hablando tonterías porque lo extrañaba mucho. Sesshoumaru se relajó al escucharla, realmente no se había percatado de lo mucho que su carrera lo estaba consumiendo y no fue capaz de ver que la gatita estaba tratando de tapar el sol con un dedo. Aliviado, la besó en la boca con ternura, diciéndole entre besos que la amaba.
 
Rin sonrió dejándose abrazar mientras se relajaba completamente. Antes de salir de nuevo a la fiesta, Sesshoumaru la besó con desesperación deslizando las manos sobre su pecho en un arrebato sensual y provocador. Rin gimió ante la caricia y se carcajeó juguetonamente cuando le habló al oído mordisqueando suavemente su oreja.
 
“Tienes razón en una cosa, hace días no nos vemos…y hoy luces simplemente espectacular. Que te parece si nos quedamos un rato y luego jugamos al doctor en el apartamento?”
 
“Siiiiiiiiii!!!”
 
Sesshoumaru soltó la risa contra el cuello de Rin acariciando sus senos sobre la tela y deslizando ambas manos por debajo del vestido en una caricia seductora, haciéndola suspirar con la anticipación de una noche de amor y pasión.
 
………………………&# 8230;……
 
6 meses después…
 
Mas rápido de lo que Rin había anticipado los días de Sesshoumaru se hicieron interminables, dejándola a ella con un gran vacío y la sensación de haber sido abandonada en una isla desierta. La gatita sabia que eso iba suceder porque su madre se lo había dicho muchas veces, `la carrera de medicina es una amante exigente y egoísta'
 
Aún con las sábanas hasta el pecho, Rin resopló y decidió irse a casa de su padre para no estar sola otro día más. El doctor ya no tenía tiempo de ir al apartamento a dormir. Deborah la recibió con una gran sonrisa y aunque supo que algo extraño pasaba, prefirió no decir nada. Sabía por su esposo que los estudiantes de medicina habían empezado sus prácticas y no tenían tiempo para nada más.
 
“Gracias por recibirme, me hubiera ido con Kagome pero se fue de fin de semana romántico con Inuyasha”
 
“No te preocupes, yo feliz que estés con nosotros!”
 
La gatita pasó el fin de semana tranquila sin dejar de pensar en Sesshoumaru o que estaría haciendo. Por momentos sentía como las lágrimas se amontonaban en sus ojos pero esperaba para estar sola en su cuarto y así dar rienda suelta a su ansiedad. Ella estaba a punto de terminar sus estudios pero Sesshoumaru aún tenía un par de años por delante.
 
Dos semanas pasaron sin ver al doctor y Rin comprendió con amargura que era el principio del fin. Se sentía en una encrucijada, porque lo amaba con todas sus fuerzas y a la vez ella mejor que nadie, sabía lo que significaba para él ser doctor. Lo triste de su posición era saber que por más que la quisiera, llegaría un momento en que Sesshoumaru no iba tener tiempo para nada más que su carrera.
 
La gatita se debatió por días sobre lo que debía hacer, hasta que finalmente llegó a una dolorosa conclusión. Ya no podía seguir formando parte de la vida de Sesshoumaru y tenía que forjarse una nueva realidad, si era lejos de Tokio mejor.
 
………………………&# 8230;………
 
Kagome venía con Inuyasha cargando varias bolsas del supermercado. Rin los esperaba cabizbaja, sentada en la banca que estaba junto a la puerta. Inmediatamente Inuyasha supo que algo pasaba y que indudablemente era a causa de su hermano. A Kagome le bajó un frío por la espalda, se conocían lo suficiente para saber que su mejor amiga estaba mal.
 
Una vez en el apartamento y habiendo guardado todas la compras, Kagome y Rin se acomodaron en el sillón de la sala para conversar. En cuanto la gatita le explicó que tenía varias semanas sin compartir con el doctor, Kagome supo que su amiga estaba al borde de su resistencia, a pesar que su amor era latente.
 
Finalmente después de tratar de convencerla que se quedara en Tokio, Rin le dijo que necesitaba alejarse o de lo contrario, su relación con Sesshoumaru iba quedar hecha pedazos y eso era lo último que quería.
 
“Si me voy ahora quizás tengamos una oportunidad mas adelante…”
 
“Y cuando es mas adelante?”
 
“No sé un par de años!”
 
“Rin! Y adonde vas a ir?”
 
“Paris, aprenderé francés y tomaré mas cursos de chef!”
 
“Eso es solo una excusa para alejarte de él!”
 
“Claro tonta si yo lo amo, pero no me perdonaría ser un estorbo en su carrera, aunque ahora me duela es lo mejor!”
 
Kagome no tuvo más remedio que reconocer que tenía razón y le ofreció consuelo en un estrecho abrazo. Resguardado tras una puerta, Inuyasha había escuchado toda la conversación y tuvo que reconocer que la gatita tenía razón.
 
………………………&# 8230;………
 
2 días después…
 
Rin esperó pacientemente por dos horas a que Sesshoumaru se desocupara para hablar, sin embargo, ese momento nunca llegó y tuvo que irse a casa de su padre. Debía romper con Sesshoumaru personalmente, contarle lo que pensaba hacer y como se sentía.
 
Dos horas sentada en una silla dura, le dio un vistazo claro de lo que seria su vida si permanecían juntos. Realmente prefería estar sola que con novio pero sintiéndose abandonada, compitiendo con la profesión de médico.
 
La gatita intentó hablar con Sesshoumaru dos veces más y a la tercera simplemente perdió las esperanzas. Con el corazón oprimido, Rin empezó a caminar hacia la puerta de salida, antes de llegar Jaken la llamó a gritos corriendo por el pasillo. Alguien le había dicho que la novia de Sesshoumaru tenía más de una hora esperando.
 
“Rin espera!”
 
“Jaken?”
 
Jaken le dio alcance con una gran sonrisa que alegró a la gatita. Después de estrecharla y darle un beso cariñoso en la mejilla, le preguntó que hacía ahí.
 
“Quería hablar con él…!”
 
“Es que estamos muy ocupados, los turnos son mortales. Que bueno verte Rin!”
 
“Igualmente, como está Kira?”
 
“Bien…Rin estás bien?”
 
Ella sonrió sin pretender que estaba feliz o tranquila, la suya era un sonrisa de resignación y quería terminar con aquella incómoda y dolorosa situación lo mas pronto posible. Ya había hablado con su padre y tenía todo listo para irse en cuanto hablara con Sesshoumaru.
 
Su padre no se sorprendió cuando su Angel le dijo que la relación con Sesshoumaru estaba en el limbo. Con el corazón estrujado la había apoyado en la decisión de alejarse por un tiempo, y así evitar ahogarse en la desesperación de no tener a su Grandulón con ella.
 
“Jaken hazme un favor, cuando lo veas dile que lo amo y le mando un beso!”
 
“C-claro!”
 
Jaken no supo porque las palabras de Rin le sonaron tan definitivas y sintió un escalofrío. Con una sonrisa, acompañó a Rin hasta la puerta y veinte minutos mas tarde le dio el mensaje a su amigo. Sin embargo, el doctor estaba demasiado ocupado para darse cuenta que su profesión le estaba costando a su más preciado tesoro.
 
………………………&# 8230;…
 
 
4 días después…
 
Cuando Sesshoumaru entró al apartamento, estaba tan agotado que no vio las maletas de Rin en el piso. Dejando sus cosas en el sillón, se arrastró hasta el cuarto donde la gatita leía una revista. La saludo con un beso y se dejó caer junto a ella, durmiéndose casi de inmediato. Esa noche, como las últimas y escasas que habían compartido, Sesshoumaru durmió plácidamente ajeno a la desesperación de su novia.
 
A la mañana siguiente, al despertar el olor de huevos y tocino animó al doctor, que no tenía idea del drástico giro que le esperaba. Después de un desayuno tranquilo, Rin esperó verlo descansado para acercarse. Sesshoumaru estaba en el sofá leyendo una revista de medicina ensimismado.
 
Antes de acercarse, trató de guardar aquella imagen en su mente para recordar lo bello que era y cuanto lo amaba, aún con su acostumbrada seriedad. Le sudaban las manos y había repetido en su mente mil veces lo que necesitaba decirle y aun así sentía que la cabeza le iba a estallar.
 
“Sesshoumaru?”
 
“Aja?”
 
“Necesito hablar contigo, puedes dejar la revista?”
 
Sesshoumaru se volvió a verla e inmediatamente se dio cuenta que era algo importante. Poniendo la revista a un lado, se dispuso a darle toda su atención.
 
“Que tienes gatita?”
 
Rin dio un gran suspiro y recordó el consejo de Kagome y Kira, tenía que soltarle la bomba de forma clara y sin muchos rodeos. Acomodando el cabello detrás de la oreja, se frotó las manos para secarse el sudor y se dispuso a decirle lo que la atormentaba y robaba el sueño desde hacia días. Al sentarse junto a él, Sesshoumaru la rodeó con ambos brazos y la tomó de la barbilla viéndola fijamente a los ojos. Teniéndola tan cerca, se dio cuenta que su gatita estaba llorosa.
 
“Que te pasa…estas llorando?”
 
Tragándose las lágrimas y con dificultad para hablar, Rin logró sonreír reconfortada por el abrazo fuerte y calido del doctor. Una vez mas saboreo la forma de llamarla gatita, jurando que jamás olvidaría lo bien que se sentía. Dando un respiro para no romper en llanto, encontró la fortaleza para hablar coherentemente.
 
“Doctor…recuerdas lo que te dije en la fiesta de la facultad?”
 
Sesshoumaru frunció el ceño y recordó muy bien lo que le había dicho, en ese instante sintió un escalofrío bajar por su espalda y supo que nada agradable iba salir de aquella conversación. Estrechándola aún mas entre sus brazos, le habló con un dejo de desesperación en la voz.
 
“No empieces con eso otra vez, ya te dije que no eres una carga!”
 
“Lo sé y quiero que sepas que te amo como a ningún otro hombre en mi vida. Pero tu ya no tienes tiempo para mí, debes concentrar todas tus energías en tu carrera y no quiero quedarme a esperar por días y semanas a que tengas una hora para estar conmigo.”
 
El rostro masculino se ensombreció de golpe. Lo que le daba escalofríos era la expresión triste y resignada de Rin, porque eso solo significaba que ella había llegado al final de su camino y resistencia. Al ver la expresión sombría de Sesshoumaru, Rin no pudo contener más tiempo las lágrimas y bajó la cabeza derrotada.
 
Con la cabeza dándole vueltas, Sesshoumaru le aseguró que aquella situación sería pasajera y pronto tendría tiempo para ella, pero que por favor desistiera de aquella separación.
 
“Sesshoumaru yo…”
 
“Acaso no me amas?”
 
“No se trata de eso, te amo más que a mi vida!”
 
“Entonces? Sé que he estado ocupado pero ahora estamos juntos y podemos tener todo el día para nosotros dos, que quieres hacer?”
 
Mientras hablaba con el tono mas convencido de su repertorio, Sesshoumaru le limpió las lágrimas y le dio un par de besitos en la boca con ternura. Consciente que en verdad amaba aquel hombre más que a su vida, Rin se tranquilizó y se dejó envolver por la calidez y seguridad de su amado Grandulón.
 
En el fondo sabía que eventualmente tendría que irse tal y como lo había planeado, pero por el momento estaba feliz de tener al Sesshoumaru a que estaba acostumbrada.
 
………………………&# 8230;…………
 
Un par de semanas mas tarde…
 
Sesshoumaru comprendió que tenia descuidada a la gatita cuando al entrar al apartamento, la encontró dormida en el sofá vistiendo un hermoso y sexy vestido de noche. En ese momento, recordó la promesa que le había hecho días atrás, de llevarla a cenar y así poder disfrutar de una noche romántica.
 
Con el corazón estrujado por la culpa, se inclinó sobre ella para despertarla con un beso. Cuando abrió los ojos, inmediatamente Rin sonrió y le tiró los brazos.
 
“Hola doctor!”
 
“Hola…discúlpame gatita!”
 
“Tuviste mucho que hacer lo entiendo, vi un par de películas y no me di cuenta cuando me quedé dormida!”
 
“Arrugaste tu vestido, es nuevo?”
 
Rin apretó los labios y desvió la mirada para no tener que decirle estaba tan emocionada de tener una noche romántica, que había gastado una pequeña fortuna en aquel vestido que ahora parecía un trapo viejo. Sintiéndose aún más mal, Sesshoumaru se sentó en el sofá y la acomodó en su regazo besándola y jurándole que después de dormir un rato, podrían ir donde ella quisiera. Acurrucándose en él, le dijo que no se preocupara porque lo mas importante era estar juntos como en ese instante.
 
“Tienes hambre?”
 
“Algo, pero no te preocupes yo me sirvo!!”
 
Rin se iba poner de pie pero Sesshoumaru la retuvo a su lado. En el fondo de sus pensamientos, trataba de ignorar la voz de su conciencia, que le susurraba con amargura que la estaban perdiendo y seguramente iban a tener que sacrificarla para lograr ser doctor. Después de conversar mientras comía algo, Sesshoumaru se fue a dormir. Con esa rutina pasó un mes más, al termino del cual Rin retomó la decisión de irse.
 
Lo único diferente fue que Sesshoumaru ya lo veía venir y no trató de detenerla, porque sabía que a pesar de sentirse morir era lo mejor, además necesitaba tiempo para concentrarse en su carrera. El recuerdo de su despedida era agridulce, porque Rin se había encargado de darle una noche de amor y pasión inolvidable para luego decirle que se iba en un par de días.
 
“Me voy el jueves…así tendrás tiempo de concentrarte en ser Doctor!”
 
“Sigues queriéndome?”
 
Rin lo vio con los ojos llorosos y Sesshoumaru se arrepintió de haberle preguntado semejante ridiculez, por lo que la abrazó tan fuerte que la gatita gimoteó entre sus brazos. Deseando alargar la felicidad que estaba a punto de perder, se quedaron en la cama llenándose de caricias y amor por última vez.
 
Dos días mas tarde, fue el mismo Sesshoumaru quien la llevó al aeropuerto. Ya se había despedido de todos los demás, dándoles la oportunidad de tener hasta el ultimo momento para ellos. Fue una despedida difícil y emotiva, donde la gatita se refugió en el abrazo desesperado del doctor tanto como pudo y sin poder contener las lágrimas.
 
De pie abrazados frente a la sala de abordaje, finalmente Sesshoumaru tuvo la entereza para separarse y renunciar a ella para convertirse en el Doctor Youkai.
 
………………………