InuYasha Fan Fiction ❯ Dr. Mounstro ❯ Reencuentro ( Chapter 23 )
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Capítulo 23
Reencuentro
……………………… 8230;……
3 años después, Tokio…
Jaken se limpió las boronas de las manos y se aclaró la voz para hablar. A su lado, Sesshoumaru masticaba ensimismado días como ese, recordaba sin querer detalles de Rin y eso lo enfurecía porque estaba convencido que la había olvidado y su vida con ella debía quedarse en el pasado.
“Ahem!”
“Que quieres?”
“Contarte algo!”
“Que?”
“Sé de buena fuente que la gatita volverá a Tokio en dos semanas. Ya aprendió francés y quiere estar de las personas que quiere”
Al escucharlo, Sesshoumaru se puso tenso y dejó de comer. Jaken se rió calladamente y con voz pausada, sutilmente le recordó que cuando terminaron tres años antes no fue por falta de amor, sino por culpa de los horarios. Reflexionando sobre aquellas palabras, Sesshoumaru tuvo que admitir que la decisión de Rin había sido la correcta porque ninguna relación, por más amor habría sobrevivido.
Sin embargo, el guardaba el resentimiento de haberse quedado solo y no se creía capaz de perdonarla. Eso era solo parte del problema, su noviazgo con Sayo era parte de su realidad y aunque no era ni la sombra de su relación con Rin, se había acostumbrado a estar con ella.
“Pues me parece bien que regrese, su familia estará feliz!”
Jaken lo miró con una mueca de burla y lástima. Sabía muy bien que Sayo creía que ser la esposa de Sesshoumaru era solo cuestión de tiempo. Pero él estaba convencido, por más que el grandulón lo negara, que seguía enamorado de la gatita. Una cosa era cierta, para Rin no había mejor hombre que el doctor, eso lo sabía por Kira.
“Que frío eres, pensé que tu estarías feliz de volver a verla. Bueno ya cumplí con decirte, tengo que ir a trabajar!”
Pocas veces Jaken dejaba aflorar amargura en su tono de voz y Sesshoumaru se sintió avergonzado de haber pronunciado aquellas palabras, como si en verdad Rin fuera una persona cualquiera. Iba a decir algo, pero su amigo ya no estaba, solo él y el recordatorio de su frialdad.
No lo sabía pero con Sayo era el hombre frío y sin emoción en su mirada de antes. Sayo era una buena mujer y parecía realmente interesada en él, además que le había logrado mitigar el dolor de haber perdido a Rin. Juntando las cejas en un gesto grave, se dijo a si mismo que la gatita era alguien de su pasado y su nueva novia se había ganado su cariño.
……………………… 8230;…
Dos semanas después…
Rin respiró profundo por tercera vez frente al espejo, había llegado dos días antes y lo que mas quería era ver a Sesshoumaru. Aunque no tenía demasiadas ilusiones, no podía evitar sentir mariposas. Era como si el tiempo no hubiera pasado y sus sentimientos por el doctor permanecieran intactos, en una burbuja de amor eterno.
Hablando para sí misma se tranquilizó ante la idea de un reencuentro con el hombre que más quería después de su padre y hermano. Luego se acomodó la blusa por última vez y salió de su cuarto para desayunar con su padre, Deborah y Koro.
Una vez en la mesa, Rin casi no probó bocado. Viendo a su hija prácticamente inmóvil, Folken sonrió y siguió con su desayuno, intercambiando miradas con Deborah y Koro. Tomando la servilleta para limpiarse, el Doctor Ikegami anunció que estaba listo para irse al hospital.
Como un resorte, Rin se levantó de la mesa y dándole un beso a Deborah y Koro salió al frente de la casa dominada por los nervios y la emoción. Con una risita de felicidad, su padre se apresuró a despedirse de su esposa y llevarla para que finalmente pudiera ver al Grandulón.
“Tienes muchas ganas de verlo verdad?”
“Claro, hace meses que no veo a Kai!”
“Yo no me refería a tu hermano Ángel!”
Completamente sonrojada, Rin respiró profundo y torció la boca sabiéndose descubierta. Tan pronto llegaron al hospital y después de despedirse de su padre, Rin caminó por los pasillos con el estómago en un nudo, en menos de lo esperado, dio con Jaken y Kira.
Ambos la abrazaron sonrientes, bombardeándola de preguntas. Resistiendo a la tentación de preguntar por Sesshoumaru, aceptó gustosa acompañar a sus amigos hasta el comedor, donde le aseguraron que encontrarían a Kai.
Sesshoumaru iba entrando al comedor algo distraído cuando una figura familiar le quitó el aliento de un solo golpe. De espaldas a él, reconoció a su gatita hablando con Jaken y Kira. En un solo instante, todos los recuerdos de su vida juntos, llenaron su mente y experimentó una cálida sensación en todo el cuerpo.
Por un momento quiso acercarse y saludarla, pero al recordar sus tres años de soledad, decidió quedarse donde estaba. Un par de minutos después, el localizador en su cintura vibró y tuvo que irse. Sesshoumaru se alejó caminando rápido y maldiciendo entre dientes, Rin estaba mas linda que nunca y a él le picaban las manos por sentirla cerca, como si el tiempo no hubiera pasado entre ellos y en un segundo todo su resentimiento se derritiera ante la belleza de su ex novia.
Ajena al hecho que Sesshoumaru la había visto, Rin se despidió de Kira y Jaken cuando ambos anunciaron que su descanso había terminado. Resignada y sintiéndose ajena a la vida de sus amigos, la gatita se despidió con una sonrisa, para ir en busca de su hermano.
“Salgamos el fin de semana!”
“Eso sería genial, por favor saluden al doctor de mi parte!”
“Por supuesto!”
Completamente ausente, la gatita buscó a su hermano por el hospital. Lo encontró en el piso de pediatría, jugando con un niño que acababa de salir de recuperación. Al ver a su hermana mayor, Kai la levantó en brazos y la besó como si fuera una muñeca!”
“Hola mounstro! Que linda estás!”
“Gracias!”
Al ver la expresión decepcionada de su hermana, Kai adivinó que no había visto al doctor. Aunque Rin sabía que tenía novia, igual deseaba saludarlo y conversar con él.
“Y esa cara?”
“No es nada, solo que no pude ver al doctor!”
Kai sonrió y despidiéndose de su paciente, condujo a su hermana un lugar donde pudieran hablar. Una vez que se sentaron, la gatita se apoyó en el hombro de Kai y le dijo que estaba feliz de haber regresado porque lo extrañaba muchísimo.
“Ya era hora que volvieras!”
“Jejeje!”
“Rin? Tu todavía lo quieres verdad?”
“Pues si pero tiene novia y yo ya no soportaba estar alejada de mi familia. Aunque en algún momento tuve esperanzas de volver con él, mi principal motivación para regresar fueron ustedes!”
“De verdad?”
“Claro tonto…sobre el doctor, ya se me pasará. Si él encontró alguien mas a lo mejor yo pueda hacer lo mismo!”
Kai sintió tanta lástima por su hermana que lo único que se atrevió hacer fue sonreír y abrazarla para darle fuerzas. Después, le dijo que la acompañaría a buscar al doctor, pero Rin se negó.
“Mejor otro día, me voy a casa!”
“Como tu quieras, te acompaño hasta la salida!”
Tomados de la mano, recorrieron los pasillos mientras Kai le contaba que estaba muy emocionado con una colega pediatra que había conocido un par de meses atrás.
“Cuando la conozco?”
“Regresa la otra semana de casa de su tía en Hong Kong!”
“Me muero por conocerla!”
“Estoy seguro que se llevaran muy bien!”
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1 semana después…
Rin no había vuelto al hospital desanimada por el hecho que Sesshoumaru tenía una novia desde hacia un año. Después de interrogar a Kagome, su amiga le confesó que Sayo era bonita e inteligente y eso acabó con las esperanzas de la gatita de una reconciliación.
Sin embargo, decidida a no desanimarse había aceptado la invitación de Kira para ir almorzar. Ahora regresaban y Rin pensó en pasar a saludar a su padre, sin sospechar que ese sería el día de ver al doctor. Las dos amigas iban hablando por el pasillo hacia la oficina del Sensei, cuando se toparon con Sesshoumaru de frente.
Al verla, el doctor sintió un escalofrío pero no dejó que su rostro lo demostrara. Le había costado tanto recuperarse de su separación que lo que primero fue tristeza se había transformado en amargura y resentimiento. Sentimientos que esperaban por Rin para descargarse y reclamarle por dos años de soledad.
Rin se quedó de una sola pieza al tenerlo frente a frente y no pudo evitar sonreír y sentirse feliz, tanto que no vio que Sesshoumaru endurecía la mirada. Junto a la gatita, Kira no perdió de vista la dureza en los ojos masculinos y se sintió mal por Rin. Dejándose llevar, Rin se aproximó a Sesshoumaru y lo abrazó emocionada.
Sin embargo, su emoción se congeló al percibir que el abrazo no era recíproco y Sesshoumaru parecía una estatua. Sintiéndose mareada, se separó de él comprendiendo que todo había cambiado y no estaba feliz de verla. Tratando de no demostrar su turbación, Rin se animó a saludarlo, era mejor no darse por enterada, saludarlo y salir corriendo de ahí.
“Hola doctor!”
“Hola!”
“Cómo estás?”
“Bien gracias y tu?”
“Estoy bien, feliz porque regresé…pasé a saludarte varias veces pero…”
“He tenido mucho trabajo!”
Con ganas de romperle la cabeza a Sesshoumaru, Kira lo miró con furia, pero él ni se dio por enterado, algo en su interior parecía decidido a hacer sentir mal a Rin. Algo nerviosa, la gatita se pasó la mano por el cabello y le preguntó como había estado y si había recibido sus cartas.
“Si pero no las leí por respeto a mi novia!”
No muy segura que sus piernas podían soportar el peso de su cuerpo, Rin bajó la mirada y murmuró que sabía sobre su noviazgo. Usando el tono mas frió y grosero que pudo, Sesshoumaru la puso en evidencia.
“Que dijiste?”
“Que ya sabía de tu novia, felicidades! Me doy cuenta que no estas feliz de verme…jamás pensé que llegarías a odiarme…”
Pasándose la mano por la frente con desesperación, Rin se atrevió a mirarlo pero no encontró rastro del amor que ella aún sentía. En 3 años jamás había perdido la esperanza de volver con él. Ahora, se sentía como una tonta, porque jamás creyó que dejaría de quererla. En su mente, seguían siendo el doctor y la gatita, pero la realidad era otra.
Tragando saliva para no desmoronarse, buscó en algo en su bolso, cuando lo encontró; alargó la mano con recelo. Era una caja envuelta con papel de regalo. Viendo la caja de soslayo, Sesshoumaru le preguntó que era eso.
“Es algo que compré hace semanas sino lo quieres puedes tirarlo!”
Sesshoumaru no tuvo la fuerza para devolvérselo pero pensó que de igual forma lo iba tirar. Parada frente a él, Rin sintió la necesidad de decirle algunas cosas que tenía atragantadas en el pecho. Era obvio que Sesshoumaru la odiaba, pero ella necesitaba desahogarse.
“Pasé tres años concentrada en una sola cosa y ahora veo que fue en vano. Sabes algo? En mi apartamento en París tenía muchas fotos tuyas para no olvidarte, y sin embargo, había olvidado lo espectaculares que son tus ojos...”
El doctor vio con la garganta cerrada como la expresión de Rin se volvía de horror. Como si al estar ahí se diera cuenta de una horrible verdad. En un segundo, sus hermosos ojos se secaron de felicidad, dando paso a una mirada perdida, llena de tristeza y desilusión.
“En verdad quería verte, para mi fue un placer!”
Rin se echó una risita sin alegría y aferrando su bolso, se acercó, le dio un beso en la mejilla y se fue. Sesshoumaru se sintió asqueado consigo mismo porque sabía que estaba destrozada por su frialdad. Todo lo que había balbuceado, era una prueba clara de que ella no había dejado de quererlo, al menos para él que la conocía mejor que nadie.
Rin estaba a punto de irse cuando de la nada apareció Sayo, ella estaba convencida que en cualquier momento Sesshoumaru le iba pedir matrimonio por lo que se sentía segura de su amor. La doctora era prácticamente perfecta, excepto por sufrir de celos crónicos y pensar que todas las mujeres querían arrebatarle su novio. Sesshoumaru estaba acostumbrado a los celos de Sayo pero no estaba preparado para que ella se transformara en una sicotica al saber que la ex novia había regresado.
Con un sudor frío bajándole por la espalda, Rin no se movió, de pronto era mejor recibir todo de un solo golpe y así tratar de retomar su vida a partir de ahí. Aferrándose al brazo de Sesshoumaru en una demostración abierta de su posesividad, Sayo esbozó una sonrisa asesina, mientras fulminaba Rin con la mirada.
“Hola mi amor, con quien hablas?”
“Mucho gusto señorita soy Rin Ikegami!”
Sayo estaba a punto de estrecharle la mano pero se detuvo en seco transformándose en una fiera dominada por los celos. Sin medirse, sostuvo a Sesshoumaru con fuerza y le habló a Rin de forma grosera.
“Así que tu eres Rin! Ha! Me imaginaba algo mejor pero debo decirte que no eres una rival digna!”
“Encantada de conocerte!”
“Mira estúpida, para que no haya mal entendidos él ahora es mío y yo me voy a casar con él. No pienso dejarlo jamás, así que si tenías alguna idea genial de volver con él, ni lo sueñes porque ya te olvidó, yo me encargué de llenar el espacio en su cama. Y no me importa que seas hija del Sensei si te acercas a él te sacó los ojos!”
Rin parpadeó un instante y tragó saliva, no tenía pensado caer al nivel de aquella mujer y realmente se sintió desilusionada que Sesshoumaru estuviera con alguien tan grosero y ordinario como ella. Hubiera podido decirle muchas cosas para defenderse pero se contuvo, lo que en verdad quería hacer era estallar en llanto. Estaba por desmoronarse cuando Kira salió en su ayuda. Tomándola del brazo le dijo que se fueran.
“Vámonos Rin, como puedes ver algunos por aquí han caído muy bajo!”
Sesshoumaru las vio alejarse, y escuchaba las palabras de Kira y Sayo en su mente como una espiral. La agresividad de Kira lo había paralizado permitiendo que humillara a Rin. Cuando Kira y Rin entraron al elevador, Sayo se volvió para interrogarlo.
“De que estabas hablando con ella ah? Y esa caja es un regalo de esa? Te exijo que lo tires!”
En el momento que Sayo estiró la mano para arrebatarle el paquete, Sesshoumaru pareció recuperar la conciencia y aferró su regalo con fuerza, le lanzó una mirada furiosa a su novia y le dijo que se había pasado de la raya.
“Pero mi amor…”
Sesshoumaru la miró una vez más y le dijo que estaba retrasado y se verían en la casa. Al verlo alejarse visiblemente molesto, Sayo apretó los dientes y tuvo ganas de ir tras de Rin para cumplir su promesa de sacarle los ojos.
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Kira sentía la mano de Rin aferrarse a su brazo pero la gatita no decía nada. Le parecía estar en una pesadilla en la que tenía respetar la nueva vida del doctor, lo que significaba renunciar a todo lo que había soñado durante los últimos tres años. En el fondo de su mente, no podía creer que hubiera dejado de amarla, pero eso parecía ser la realidad porque jamás la había tratado con tanto desprecio o frialdad.
“Gracias por sacarme de ahí, es muy agresiva!”
“Es una pesada, tienes que cuidarte!”
“No te preocupes no pienso acercarme a Sesshoumaru otra vez!”
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Una vez que estuvo solo, Sesshoumaru miró su regalo y tuvo el valor de abrirlo. Al ver el contenido, hizo una mueca de desesperación. Era un reloj finísimo, que reflejaba lo bien que Rin conocía su gusto. Al voltearlo, tenía sus iniciales grabadas y se leía `con amor, R'. Amargado y con una jaqueca que le vino de golpe, guardó cuidadosamente el reloj de nuevo en su caja y decidió regresar al trabajo. Al salir del baño, se topó con Kira que lo miraba como si quisiera despedazarlo.
“Linda actuación la de tu novia y tu no te quedaste atrás, fuiste un patán”
“Ahora estoy con Sayo y la amo!”
“La amas? Ay por favor, mira si quieres engañarte allá tu, pero eso no te da derecho a comportarte con Rin de la forma que lo hiciste. Ella sabe de tu noviazgo, solo quería verte después de tres años”
“Ella me dejó”
“Porque era necesario, se fue con el corazón destrozado, pasaron meses antes de que…sabes que? Olvídalo, no te la mereces, quédate con la loca celosa de tu novia y sé muy feliz!”
El sintió un escalofrío por el tono despectivo e irónico de Kira, tampoco podía evitar sentirse intrigado por lo que ella no había dicho, meses antes de que? Pasándose la mano por la cabeza, sintió la apacible y monótona rutina que era su vida, venirse abajo con el regreso de Rin. Con ella de nuevo en Tokio, su corazón parecía latir a un ritmo diferente y ya no estaba tan seguro de lo que quería o quien realmente amaba.
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1 semana después…
Cuando Sesshoumaru entró al comedor con Sayo, le pareció extraño ver como la gente hacia fila para comer. Usualmente lo que servían no era incomible, pero si podía mejorar y por aquella multitud a mitad del día, era obvio que habían contratado nuevo personal de cocina.
Viendo de reojo a Sayo, que desde el encuentro con Rin había mutado en un rara combinación de novia con sabueso, le propuso almorzar ahí. Ella casualmente le dijo que alguien le había dicho que tenían nueva administración del comedor y la comida era muy buena.
“Esta bien!”
Aprovechando que Jaken le hacia señas desde la fila, el doctor se separó de su novia. Mientras se acercaba a su amigo, sintió el frío de la mirada de Kira, que aún no le perdonaba ser grosero con Rin. Al llegar donde Jaken, ella no dudó en darle la espalda, después de escupirle un saludo.
“Tienes que probar estos postres, toda la comida es nueva y deliciosa!”
“Eso me dijo Sayo!”
Sesshoumaru iba a formarse en la fila pero Jaken le dijo que pediría algo por él. Agradeciéndole el gesto, se fue a sentar junto a Sayo. En las mesas contiguas, se escuchaban los comentarios sobre la comida, tanto que Sesshoumaru sintió genuina curiosidad por probarla.
Cuando Jaken le entregó el plato con sushi y un postre, Sesshoumaru creyó ver algo familiar en los rollitos de pescado, pero inmediatamente descartó aquel pensamiento como producto de su imaginación. Como Jaken no quería a Sayo ni un poco, le dio el plato y fue a sentarse con Kira en otra mesa.
“Eso se ve muy bien mi amor!”
“Ajá!”
Tomando un rollito con los dedos, Sesshoumaru probó la nueva comida y sintió un escalofrío que lo obligó a cerrar los ojos. Podría reconocer la magia culinaria de su gatita aún si pasaran mil años. A su lado, Sayo se quedó intrigada porque su ex novio parecía estar en trance. Con curiosidad, Sayo tomó uno de los rollos y se lo metió a la boca, era sin duda una exquisitez por lo que no sospechó nada malo.
“Umm esta riquísimo, probemos el postre!”
Completamente alterado, Sesshoumaru se llevó un trozo de pastel a la boca y sin quererlo, revivió todas las veces que había probado aquel postre en la cama con Rin, acariciando su piel desnuda, cubiertos solo por las sábanas. Sin darse cuenta, se perdió en los recuerdos de su vida con la gatita y su conciencia le gritó que aquellos habían sido los días mas felices de su vida.
“Mi amor te pasa algo?”
“Nada. Buen postre!”
“Si buenísimo, quieres llevar para mas tarde?”
“No gracias!”
“Como tu digas!”
Sayo insistió más, sin imaginar que su novio no quería comer aquel postre porque le recordaba a Rin. En un momento que Sayo se puso de pie para ir a conversar con un colega, Kira se acercó a él con una sonrisa irónica.
“Te gustó la comida Dr.?”
“Es ella verdad?”
“Claro, le ofrecieron el trabajo antes de llegar a Tokio por si acaso estabas pensando que lo aceptó por ti…oh por Kami que engreído eres! Deberías ver tu expresión, trató de rechazarlo pero ya estaba comprometida. Ojalá te atragantes con tu postre favorito!”
Sesshoumaru recibió aquellas palabras con ecuanimidad porque sabia que se lo merecía. Realmente había creído que ella trabajaba en el comedor del hospital por él, pero gracias a Kira, se daba cuenta que eso solo era un rasgo mezquino y engreído de si mismo.
Dejándolo solo, Sesshoumaru se terminó el postre con una sensación de vacío que le llenaba el pecho. Pasó todo el resto del día recordando instantes de su vida con Rin. Al final de su jornada y hostigado por las palabras de Kira, decidió ir a la cocina. El comedor estaba desierto a excepción de un par de personas que probaban un poco de té.
Tomando aire profundamente, Sesshoumaru llegó a la puerta que daba acceso a la cocina y entró. Al recorrer la cocina con la mirada, no vio a Rin, por lo que se acercó al hombre que acomodaba la vajilla en los estantes.
“Disculpe, Rin Ikegami está por aquí?”
“La señorita está en la bodega, por esa puerta Doctor!”
“Gracias!”
Rin estaba recostada contra la pared descansando un poco. Tenía el cabello arreglado con dos trenzas, un pañuelo amarrado a la cabeza, jeans y su atuendo de chef blanco.
“Rin?”
Ella se volvió con una mirada incrédula, reconocía la voz pero no entendía porque Sesshoumaru estaba ahí frente a ella.
“Que haces aquí?”
“Quería comprobar que estaba en lo correcto, tu pastel de queso es inconfundible!”
“Ahh, aquí trabajo ahora!”
“No sabía!”
Rin hizo un movimiento de cabeza como de hastío y volvió a darle la espalda, pretendiendo estar muy interesada en los víveres frente a ella. Había sido un día cansado y realmente no tenía humor para lo que fuera que Sesshoumaru quería. Consciente que debía decir algo, el doctor tosió para lograr la atención de Rin, que giró su cabeza cuando lo escuchó.
“No fui muy amable contigo el otro día…tampoco Sayo!”
“No tiene importancia, ella estaba defendiendo lo que es suyo y para ti yo no soy nadie, así que mas da?!!”
Sesshoumaru apretó los labios y parpadeó un instante reviviendo lo amargo y desagradable de su encuentro. Cerró los ojos una vez más y la felicitó por el nuevo trabajo.
“Gracias, mi papá me ayudó a conseguirlo…oye en serio, que haces aquí? Tu novia se va molestar y yo no quiero tener problemas con nadie!”
“Gracias por el reloj!”
“De nada, pero no lo conserves por lástima. Puedes regalárselo a alguien más si eso quieres!”
“Porque me lo compraste?”
“Porque si, ese reloj es un reflejo de ti, además Kira me dijo que el tuyo se descompuso hace semanas!”
“Lo conservaré, me gusta mucho!”
Rin se encogió de hombros y siguió sin mirarlo, tenía ganas de llorar y reclamarle por estar con otra, pero sabía que eso solo aumentaría su tristeza. Quizás tres años entre ellos eran demasiados y realmente Sesshoumaru había avanzado en su vida, dejándola a ella en el pasado. Volteándose para darle la cara, Rin lo felicitó por haberse graduado con honores.
“Como sabes eso?”
“Estaba lejos pero no tanto, Kai dice que tu discurso fue impecable!”
“Gracias!”
Rin sonrió sin mostrar los dientes dio un vistazo a su reloj y empezó a desabrocharse el atuendo de Chef. Sesshoumaru la observó conteniendo la respiración, seguía tan bella como siempre y cuando se quitó el atuendo, la camiseta verde que se abrazaba a su torso como un guante, lo hizo recordar las horas que dedicaba a comérsela a besos. Al bajar la mirada, reconoció las zapatillas rosa que él le había regalado y se sintió extraño, como fuera de su piel.
Detallándola, se percató que tenía el cabello mas largo y eso le gustó mucho, porque parecía más sedoso y acariciable que nunca. Que llevara trencitas solo aumentaba la ilusión de que era una pequeña consentida. Con las lágrimas atragantadas en el pecho, Rin le dijo que ya tenía que irse.
“Ya me tengo que ir. Gracias por venir a disculparte!”
En ese momento se abrió la puerta y entró Kai irradiando su acostumbrada simpatía. Al verlos, la sonrisa se hizo mayor y le extendió la mano al doctor.
“Hola Doctor!”
“Hola!”
“Saludando al mounstro?”
“Si!”
“Me alegro, lista mounstrito?”
“Sip, solo déjame coger mis cosas!”
Los tres regresaron a la cocina y aunque sabia que su conversación había terminado, Sesshoumaru no encontraba la energía para irse. Cuando ella regresó con el abrigo y la cartera, no dijo nada, sólo la miraba como hipnotizado.
“Ya estoy lista!”
“No te quites las trencitas, así eres un mounstro aún más adorable. Ponte el gorro porque hace un poco de frío!”
“Ok, adonde vamos? Tengo hambre!”
“No hay muchos lugares de comida de mounstro, pero creo que una hamburguesa te saciará!”
“Jajaja que cómico!”
En ese momento, Sesshoumaru asimiló el hecho que ya no era parte de la vida de Rin. Lo que más le entristeció era saber que él mismo se había encargado de eso, gracias a su resentimiento. Enmascarando su incomodidad, se despidió de ellos y salió de la cocina con la cabeza y el corazón hechos un nudo. Era obvio que Rin estaba al tanto de todo lo que había hecho durante esos tres años, pero él no sabía nada de ella.
Al principio, cuando ella recién se había ido mantuvieron contacto por correo electrónico, pero poco a poco eso disminuyó a medida que Sesshoumaru se concentraba más en su carrera. Luego, cuando Rin empezó a mandar cartas por correo convencional, con fotos y demás, Sayo figuraba en su vida, por lo que decidió no leer la correspondencia de su ex novia.
Ahora, tenía una caja de cartas sin abrir de Rin escondida en el closet. De pronto sintió curiosidad por leer todo aquello, pero cuando llegó al apartamento, Sayo lo estaba esperando para comer.
……………………… 8230;…
Mientras caminaban hacia el restaurante, Kai se animó a preguntarle a Rin sobre la visita de Sesshoumaru.
“Que quería mounstro?”
“Se disculpó por el otro día, a pesar de todo, sigue siendo un hombre decente!”
“Claro, como te sientes?”
“Mal, triste y como seca por dentro pero los días pasan y al menos trabajo en lo que me gusta. Dijo que mi pastel de queso es inconfundible, apuesto que ya se le olvidó que se lo daba en la cama los sábados por la mañana…era su postre favorito!”
Rin suspiró profundamente y se aferró a la mano de Kai reconfortándose en la seguridad de contar con él. No volvieron hablar de eso y pasaron una noche llena de risas. Rin vivía en la casa con Deborah, su padre y Yoro, mientras que Kai ocupaba la casa de huéspedes. Al dejarla en su habitación, la abrazó y le dio un beso en la frente, deseándole que soñara con los angelitos.
“Eres en buen hermanito!”
“Ya sé, te quiero Rin!”
“Igual yo!”
Agotada como estaba, Rin durmió placidamente y para variar, no pensó en Sesshoumaru. Por el contrario, el doctor no pudo pegar un ojo en toda la noche. Una vez que Sayo se quedó dormida, buscó las cartas de Rin y se dio cuenta que ella siempre había sido la mujer tierna y amorosa que recordaba.
……………………… 8230;
A la mañana siguiente…
Mientras se preparaban para irse al hospital, Sayo le dijo que sus padres estarían en Tokio en un mes, Sesshoumaru tragó saliva disimuladamente. Aquellas visitas no le gustaban demasiado, siempre se sentía presionado por las preguntas del futuro que la madre de Sayo le hacía.
“Un mes, estarás feliz!”
“Claro mi amor, iremos a cenar los cuatro, será maravilloso!”
Sesshoumaru no dijo nada, por un momento se sintió atrapado en una burbuja de responsabilidad y culpó a Rin por alterarle la existencia de manera tan drástica. Después de desayunar sin responder a la charla de su novia, manejó hasta el hospital en completo mutismo, sumergido en sus pensamientos.
Al estacionarse, Sayo se acercó para darle un beso y desearle un buen día. Sin embargo, él apenas le devolvió el gesto, dejándola con la horrible sensación que se le estaba escapando por entre los dedos como arena. Murmurando algo que Sayo no entendió, Sesshoumaru entró al hospital.
De pie en el estacionamiento, la doctora maldijo a Rin y decidió hablar con ella, porque estaba segura que aquel extraño comportamiento era su culpa. Más que rabia sentía turbación, porque temía que con Rin trabajando en el comedor del hospital, Sesshoumaru recordara lo mucho que la había querido, desbaratando sus ilusiones.
Para Sayo no había sido fácil conquistarlo pero al final su tenacidad fue recompensada y su relación había florecido. Sin embargo, en el fondo de su mente guardaba cierto recelo, Sesshoumaru había cedido por soledad o porque realmente ella lo había conquistado? Amargada, asustada y celosa, la feroz doctora se encaminó hacia la cocina.
……………………… 8230;……
Rin estaba revisando con Yako, su mano derecha en la cocina, el menú del día cuando las puertas se abrieron de golpe. Al verla, la gatita hizo una mueca de desagrado y se puso tensa.
“Quiero hablar contigo!”
“Estoy trabajando y no tenemos nada que hablar!”
“No sé que tramas pero no va funcionar, ya te dije que Sesshoumaru es mío!”
Con la mirada endurecida, Rin le dijo en tono pausado que no tramaba nada. Junto a ella, Yako estaba irritado por la agresividad de la recién llegada y contaba mentalmente hasta 100, luego echaría aquella insolente fuera de la cocina. En el poco tiempo que Rin tenia de trabajar ahí, el robusto hombre le había tomado mucho aprecio; no solo por la paciencia para enseñarle todo lo que sabía, sino porque le recordaba a su sobrina preferida.
“Mira desvergonzada yo sé que tu…”
“Doctora le voy a pedir que modere su tono y deje los insultos!”
“Como te atreves a hablarme así? Eres solo un ayudante de esta!”
En ese momento, Rin perdió la calma y con rugido atrapado en la punta de la lengua, le exigió a Sayo que se fuera.
“Vete, no tengo nada que ver con tus problemas de pareja y no te permito que insultes a mis compañeros de trabajo, te quedó claro?”
“Ha!...ya sabes, si me entero que lo estas engatusando te vas arrepentir!”
Rin hizo una mueca desdeñando aquella amenaza y siguió con lo que estaba haciendo. Una vez que se fue, dio un suspiro como para liberar su rabia. Preocupado, Yako tocó a Rin en el hombro, con una sonrisa, ella le devolvió el gesto.
“Disculpa la escena y el insulto!”
“No te preocupes, de quien hablaba?”
“Mi ex novio es su novio ahora, es doctor aquí. No sé que le pasa, además está equivocada, yo no hice nada!”
“Estaba muy alterada!”
“Está loca!”
Yako soltó una risita y siguieron con sus labores. Al terminar la jornada, Rin tomó su cartera, abrigo y salió del hospital sin ver o hablar con nadie. Al llegar a la casa, Deborah y su padre la esperaban para cenar, lo que hizo encantada.
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Los días pasaron y para la desesperación de Sayo, la actitud de Sesshoumaru se hacia cada vez mas distante. Aunque se esmeraba en ser la mejor novia, era como si hubiera perdido la conexión con él.
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