InuYasha Fan Fiction ❯ Epílogo de un Amor ❯ "La Confrontación" ( Chapter 3 )
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Disclaimer: “Tengo que declarar aunque no se por qué si ya todo el mundo lo sabe que no soy dueña de los personajes de Inuyasha, ellos le pertenecen a Rumiko Takahashi ”
Capitulo 3. “La Confrontación”
“Así que aquí estabas .... Kagome”
Ante estas palabras tan llenas de rencor y odio, Kagome sale del trance en el que se hallaba para voltear hacia la voz que segundos antes la había nombrado. Sabia que era Kikyou su voz tan fría, tan inexpresiva era inconfundible. Pero su presencia solo le confirmaba sus sospechas. Su rostro de satisfacción solo podía indicar que había estado con Inuyasha. ¿A que venia? ¿Cuál era la necesidad de forzar un encuentro entre ellas? ¿Acaso venía a restregarle que Inuyasha solo la quería a ella?
“Kikyou ....” dijo Kagome mientras bajaba la mirada. No quería pensar, no quería saber, no quería descubrir, no quería confirmar que aquella mujer había estado con el hanyou al que tanto amaba. La incertidumbre era mucho mejor, porque le daba esperanzas a que sus sueños, sus deseos puedan cumplirse, mientras que la verdad solo la traspasaba como una daga en lo más profundo de su corazón, de su alma.
Complacida y llena de satisfacción ante la acción de sumisión de su eterna rival, Kikyou solo agrego palabras mas hirientes hacia su copia, su reencarnación, la usurpadora del lugar que siempre le correspondió al lado del hombre que amaba. Si, hombre, porque Inuyasha iba ha dejar su forma de hanyou para convertirse en hombre por ella.
“Haces muy bien en permanecer al margen ......a mi sombra, siempre oculta…“ había cierta malicia en sus ojos, como si disfrutara aquel momento, o tal vez se estaba regocijando de lo que iba a decir, ver el sufrimiento de Kagome le complacía.
“Si hubieras ido solo estorbarías.... Sabes que en esta historia, en este tiempo sales sobrando..... No eres más que una simple copia de mi, y una muy mala debo agregar, que quiere vivir una vida que no le corresponde... Inuyasha solo me ve a mi en ti….. Pero claro, eso ya lo sabias o me equivoco”
Kagome se encontraba dolida por estas palabras, porque muy el fondo sabia que eran verdad. Tal vez era cierto que Inuyasha solo veía a Kikyou en ella y por eso cada vez que Kikyou aparecía él corría sin pensar, dejando todo por ir a buscarla. Kikyou era la verdadera dueña del corazón de Inuyasha y Kagome aunque quisiera negarlo, aunque quisiera engañarse, muy en el fondo siempre supo, incluso el lugar que ella, un simple duplicado ocupaba. Sin embargo todo este dolor que estaba sintiendo le complacía mucho a Kikyou y Kagome lo sabia. Kagome sabía que el mas profundo deseo de la poderosa miko era verla sufrir.
Kagome era demasiado orgullosa y obstinada, tanto o quizás mas que el propio Inuyasha, después de todo no había pasado tanto tiempo al lado de él para no copiar algunas de sus manías y jamás permitiría que Kikyou viera lo que en este momento ella estaba sintiendo. Así se estuviera muriendo por dentro, sintiéndose completamente sola y traicionada, jamás se permitiría ver completamente vulnerable ante aquella desagradable mujer, ni una sola lagrima seria derramada por ella, por un amor que no puede ser, por un amor que jamás será correspondido.
Rabia pronto se apodero de Kagome, reemplazando al dolor y humillación que había estado sintiendo momentos antes. Rabia de ver como Kikyou había venido a buscarla cuando no tenía ningún motivo para hacerlo, a menos que sus intenciones sean mofarse de su dolor, el dolor de un corazón roto.
“¿A que viene todo eso? ¿Acaso te sientes amenazada por mí Kikyou?”
Kagome sabia que esto no era cierto, pero no iba a dejar que aquella sacerdotisa se regocijara de su triunfo viéndola derrumbarse en su miseria.
Kikyou molesta por el atrevimiento de Kagome dio unos pasos mas, acercándose a ella. Sus ojos llenos de furia ante semejante insolencia, elevando su tono de voz y con más odio que nunca dijo.
“Niñita insolente, ¿Te crees mejor que yo?“ mirándola amenazadoramente prosiguió “ No eres mas que un obstáculo para mí ... una piedra en mi camino que puedo aplastar en cualquier momento.”
Kagome acostumbrada a esta faceta de Kikyou y con intenciones de demostrarle que ella no es ninguna niñita insignificante y mucho menos un obstáculo sin importancia, tomo la defensiva en este dialogo dispuesta a no dejarse intimidar por aquella mujer. Con un tono desafiante en su voz dijo “¿Me estas amenazando? Porque si es así te voy diciendo que no pierdas el tiempo, no me interesan tus amenazas ni mucho menos te tengo miedo”
“Tómalo como quieras” se limito a responder Kikyou.
“Si eso es todo lo que viniste a decirme por favor retírate, tu presencia me enferma.” replico Kagome dando un aire de desinterés a sus palabras, colmando la paciencia de la miko que permanecía en frente de ella.
“No juegues conmigo Kagome .... No te pases de la raya ... que estoy perdiendo la paciencia. No eres mas que una mocosa insolente que no entiende el lugar que ocupa”
Kagome sorprendida por estas palabras replico “¿Qué no me pase de la raya? Pero si eres tú la que ha venido ha perturbar mis pensamientos. Eres tú la que ha venido a provocarme, a amenazarme. Tranquilamente puedo ir a decirle a Inuyasha lo que su querida Kikyou estaba haciendo. ¿Te has preguntado que pensara si se entera de la pequeña visita que me has dado? “
Kikyou perdió los estribos y la compostura que siempre la caracterizaba, gritando pero conservando su tono de sarcasmo “Ya me estoy cansando de ti niñita, no creas que me voy a preocupar por lo que le vayas a decir a Inuyasha. Tú y yo sabemos muy bien el resultado de eso…. Él jamás te va a cree…. Entre tú y yo él siempre me elegirá a mi”
Kikyou sacó una flecha y se preparó para atacar a una indefensa Kagome que no salía de su asombro. No daba crédito a sus ojos. ¿Kikyou realmente pensaba atacarla o simplemente quería asustarla?
Pero en eso sintió como una de las flechas de Kikyou la rozaba rasguñándole el brazo izquierdo, no sintió dolor alguno, todo fue tan rápido, tan repentino.
“Esto es solo una demostración de lo que soy capaz de hacer. La próxima vez cuida tus palabras a menos que quieras morir tan joven”
Kikyou se dio media vuelta y empezó a marcharse, Kagome a pesar de la distancia pudo escuchar claramente una risa de triunfo. Se dejo caer sobre sus piernas, estaba temblando, pero no era de miedo, tal vez de frustración o de coraje. En esos momentos no podía entender sus emociones.
Kagome gritó para que Kikyou pudiera escucharla “¡Ya tienes a Inuyasha ¿por qué no me dejas en paz?...... ¡que quieres de mi! “
Kikyou ya se hallaba lejos pero escuchó lo que dijo Kagome y susurrando para así misma confeso parte de su plan, un plan que pensaba llevar a toda costa a su fin.
“Kagome, que niña tan tonta eres. Con esa actitud jamás podrás tener a Inuyasha. Inuyasha merece ser feliz, pero tú .... aun no se que hacer contigo. No debo apresurarme, muy pronto las piezas de este rompecabezas estarán en su lugar. Inuyasha ... espérame, pronto nos volveremos a ver. “
Diciendo esto pronto desapareció, su presencia ya no se sentía en el bosque. Todo era silencio, existía una tranquilidad alarmante. El olor de sangre pronto empezó a viajar junto con el aire .... llegando hasta donde se encontraba Inuyasha.
“Este olor .... es la sangre de ..... No puede ser ... Kagome!!!! “
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