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Capítulo 8
El único amigo de un Demonio sapo
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Sesshoumaru se encontraba mirando al cielo nocturno en silencio. A su lado Jaken lo miraba con insistencia, como si supiera que tenía algo muy importante que decirle, mirando de medio lado a su fiel sirviente Sesshoumaru buscó las palabras para hacerle saber que pronto tendría que separarse de Rin. Al contemplar la mirada de su amo el pequeño demonio sintió temor porque lo que se reflejaba en aquellos ojos no era frialdad como siempre, más bien parecía tristeza. Jaken dejó caer ligeramente la mandíbula a la expectativa de lo que su amado amo tenía que decirle.
"Jaken sabes lo que he estado haciendo cuando salgo de viaje últimamente?"
"No Amo!"
"Lo suponía, estoy en busca de una pareja!"
"En serio? y dígame Amo ya la encontró?"
"Aún no, pero falta poco. Dime sapo tonto sabes que pasará con Rin una vez que tenga mi pareja?"
Jaken estaba a punto de decir algo cuando comprendió la implicación en las palabras de su amo y sus ojos se abrieron a todo lo que daban, de sus labios escapó un chillido y arrastrando las palabras comenzó a vocalizar algo que jamás hubiera creído pasaría.
"Amo…e-entonces quiere decir que...ya no vivirá con nosotros nunca más!"
"Exacto!"
"Pero Amo, dónde vivirá, quien cuidará de ella?"
"Vivirá aquí....Inuyasha y su familia cuidarán de ella!"
"p-pero...estará sola!"
"Maldita sea Jaken no oíste lo que dije? Inuyasha y Kagome estarán con ella"
Sesshoumaru se quedó inmóvil al ver la expresión desolada en el rostro de Jaken, con la mirada perdida apretaba el báculo entre sus manos con fuerza, sacudiendo la cabeza de un lado para otro.
"Pero Amo Sesshoumaru ella ha vivido con usted toda su vida"
"Lo sé pero deseo una familia propia!"
"Sooka…"
El principe observó un segundo más a la diminuta criatura junto a él, miraba al piso escondiendo su angustia y mascullaba algo entre dientes. Exasperado por la impotencia que sentía de tener que separarse de Rin, Sesshoumaru se descargó con su fiel acompañante.
"Que rayos estas mascullando sapo?" - al levantar la mirada Jaken era la personificación de la tristeza y desconcierto. El youkai se sorprendió al ver que sus palabras no infundían la acostumbrada reacción temerosa a la que estaba acostumbrado. Era claro que la noticia de la inminente separación de Rin podía más que el miedo. Cuando Jaken habló lo hizo pausadamente.
"…entonces si ella no vive con nosotros…Amo usted cree que ahora Rin va a encontrar un esposo?"
El corazón del Príncipe se detuvo un instante comprendiendo lo egoísta de sus pensamientos, no se había detenido a considerar esa opción. Su mente se vió atacada por un torbellino de ideas e imágenes nuevas para él. Que le iba a impedir a Rin encontrar alguien para formar una familia, tal y como él tenía planeado hacer.
Un amargo sabor se formó en su boca comprendiendo que quien propiciaba semejante reacción iba ser él mismo, las palabras de Inuyasha resonaron en su mente como una sentencia, y en su mente se formó la imagen de Rin junto a otro hombre, sonriendo, feliz, teniendo hijos, todo lejos de él. Se sintió asqueado porque la idea de ella con alguien más le despertó una serie de sentimientos que no podía controlar.
Sin darse cuenta tenía las manos cerradas en un puño tan fuerte que sus nudillos se estaban poniendo blancos por el esfuerzo y sus ojos se estaban tornando ligeramente rojos, a su lado, la voz de Jaken era un murmullo inteligible que detuvo su furia..
"Amo? Amo?"
"QUE DEMONIOS QUIERES?"
"Cuanto tiempo más vivirá ella con nosotros?"
"No lo sé, poco supongo"
"Entiendo" - De pronto en el interior de aquel demonio que nada conocía de amistad, de despertó una necesidad inmediata de abrazar a Rin. El pequeño se volvió para ver a su amo, Sesshoumaru tenía la mirada perdida y sus manos cerradas a los costados dando una efímera imagen de debilidad.
"Amo Sesshoumaru usted también la va a extrañar verdad?"
El demonio no contestó pero al mirar a su sirviente pudo ver que estaba realmente afectado por la noticia, sintiendo lástima por él. Era evidente que después de tantos años Jaken quería a Rin sin siquiera comprenderlo.
"Lo siento amo, sé que ella es humana pero....!"
"Comprendo!"
"…Amo podría disculparme quisiera verla ahora!"
"Desaparece de mi vista!"
**Ese estúpido me dejó con la palabra en la boca sólo para ir hablar con ella, se lo perdonaré porquetodo esto es mi culpa…**
Se quedó de pie mirando absorto el cielo nocturno plagado de estrellas. Nublaba su tranquilidad y autocontrol el recuerdo de Rin tomando un baño nocturno. Cerró los ojos con fuerza para así desvanecer las imágenes de la vida que llevaría su protegida una vez separados.
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La luz de la luna se colaba entre las ramas de los árboles, dándole un poco de visibilidad al sendero de regreso, pero con los ojos mojados por la emoción Jaken tropezó varias veces en el camino. El pequeño youkai corría a toda la velocidad que sus pequeñas piernas le permitían, jadeando por el esfuerzo, pronto se encontró frente a la cabaña y abría la puerta casi sin aliento.
"Rin, Rin estás aquí? Chiquilla?"
"Aquí estoy Jaken te pasa algo, porque estás jadeando?"
"Es que vine corriendo, acabo de hablar con el Amo...nunca más volveré a verte?!!!"
La expresión asustada de Rin se vió inmediatamente remplazada por una de tristeza, al ver a Jaken jadeando había creído que algo malo había ocurrido. Tratando de aparentar fortaleza habló sonriente y con voz queda.
"Jaken pero si nos vamos a ver, puedes venir a visitarme cuantas veces quieras"
"Pero Rin…no quiero que vivas lejos"
"Ja-ken!...esto es muy difícil para mí"
Rin tenía un nudo en la garganta que no pudo controlar al ver la sinceridad de su amigo. No logró evitar que irremediablemente sus ojos se llenaran de lágrimas. Jaken contuvo las palabras en su garganta se acercó a ella y la abrazó con todas sus fuerzas.
"Gomen ne! No era mi intención hacerte llorar!" - al escuchar la calidez de sus palabras Rin rodeó a Jaken en un fuerte abrazo que calentó hasta la última parte de su frío cuerpo.
Fuera de la cabaña, Sesshoumaru escuchaba con el corazón en la mano. Silenciosamente corrió la puerta para entrar, la escena frente a él era aún más desgarradora de lo que esperaba. Jaken abrazaba a Rin por el cuello tratando de consolarla mientras ella lloraba; ciertamente eran la viva imagen de una despedida entre amigos entrañables. Aquella despedida parecía congelada en el tiempo hasta que finalmente Jaken se separó de Rin para hablar.
"Vendré a visitarte seguido!"
"Gracias...Jaken por favor no te olvides de mí!"
"No podría hacerlo aunque quisiera chiquilla tonta!"
"ha ha!" - la risa de Rin era amarga y forzada, como tratando de ocultar toda su tristeza.
Finalmente Jaken salió dejándolos solos. Sesshoumaru la miraba sostenerse el rostro tratando sin éxito de no llorar más. Estaba tan encorvada sobre sí misma que el cabello le caía a los lados hasta tocar el suelo. El príncipe se arrodilló frente a ella y tomándola en brazos con ternura, la sentó en su regazo.
En la calidez del pecho youkai Rin no paraba de temblar y se acurrucaba contra él como si quisiera perderse en el abrazo. Sus delicadas manos se asían al kimono con desesperación, apoyándose de lado. Conmovido Sesshoumaru tomó a su protegida por la barbilla con una mano, mientras que con la otra la acercaba más a él, pacientemente esperó que Rin se calmara y al dirigirse a ella su voz era suave y llena de emoción.
"Pequeña, abre los ojos por favor!"
"…" - Rin trató de esconder nuevamente la cabeza en su pecho, pero él la sostuvo con delicadeza, limpiando sus lágrimas con el pulgar, cuidando que sus garras no cortaran la delicada piel del hermoso rostro que había empezado a extrañar.
"No llores, sabes que no me gusta!"
"Lo siento pero es que Jaken....!" - al hablar trató de liberarse pero Sesshoumaru la estrechó aún más contra él. Sin dejar de verla movió la mano de su cuerpo hasta la espalda, y con suavidad comenzó a acariciarle el cabello, esperando que aquel gesto la tranquilizara un poco.
En brazos de su protector, Rin se sentía a gusto, como si nada más importara y cerró los ojos para atesorar la maravillosa sensación que pronto perdería para siempre. Sonrió tenuemente al escuchar la forma tan delicada en que le pedía que se calmara, susurrándole una y otra vez las palabras `ya no llores pequeña'.
Rin se relajó contra el cuerpo de su amo acomodando la cabeza en su cuello y rodeándolo con ambos brazos, permitiéndole disfrutar sin reservas el suave y estimulante aroma corporal de su protegida.
Sesshoumaru no supo con exactitud que lo impulsó a decir las palabras que salieron de su boca, pero estaba seguro que la única persona digna de ese tipo de despliegue verbal de sus sentimientos y emociones era Rin.
"…Lamento ser el causante de tu tristeza!"
Ella se quedó muy quieta entre sus brazos, guardando todas y cada una de aquellas palabras en su corazón y en la memoria como un preciado e invaluable tesoro. Se escuchó decir las palabras que se había repetido para sí misma durante los últimos meses, fue desalentador, porque aunque era la verdad, eso no le daba consuelo alguno para superar el dolor de aquella inminente separación.
"El Amo desea una familia y no seré yo quien vaya a impedirlo…pero por favor ahora no quiero pensar en eso, quiero quedarme abrazada de esta forma para poder recordarlo por siempre!"
Sesshoumaru sintió como Rin se acomodaba entre sus brazos completamente entregada al calor de su cuerpo. Con una sonrisa en sus labios la estrechó al tiempo que cerraba los ojos, perdiéndose en ese momento. Olvidando todo a su alrededor y disfrutando de la deliciosa sensación que le producía tenerla tan cerca, sintiendo su aliento sobre él, los latidos de su corazón, el roce de su cabello y su sensual y estimulante aroma.
Una vez que Rin se quedó dormida, Sesshoumaru cerró los ojos abatido porque se había dado cuenta que separarse de Rin iba ser de las cosas más difíciles de su vida. Aplacó la horrible sensación en su pecho besándola en la mejilla con dulzura, se veía tan hermosa y libre de preocupaciones dormida, que simplemente se dedicó a disfrutar ese momento, en que la tenía solo para él.
Al abrazarla casi como si quisiera partirla en dos, se maldijo a sí mismo por haber tomado la resolución de abandonar a su protegida para formar una familia. Pero esperaba que ella comprendiera que aún él, el más poderoso de los youkai, aspiraba a tener alguien a su lado que lo hiciera sentir vivo. Ya no había batallas ni mounstros a quien enfrentarse, ahora era tiempo de acabar con todos los años de soledad, de experimentar en carne propia lo que significaba el amor por una mujer.