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Capítulo 9

De Regreso al Castillo

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Era un día soleado y todos estaban ahí para despedir a Rin sin sospechar lo pronto que la tendrían de vuelta. De pie junto a A-UN y con Jaken a su lado, Sesshoumaru observaba la escena con el rostro imperturbable, pero la verdad era que se sentía con el corazón oprimido consciente de la agonía que Rin estaba pasando.

Frente a él su protegida estaba con Van y Keiko abrazados a sus piernas suplicándole que no se fuera. Con los ojos cerrados una afligida Rin estaba considerando seriamente no regresar al castillo, quedarse y así no prolongar aquella tristeza tan profunda. Las imágenes de Kali y Folken le recordaron porque debía regresar.

Rin se separó un poco de los pequeños, lo suficiente para arrodillarse frente a ellos y acariciarles el rostro con dulzura. Ambos niños tenían una expresión de desconsuelo que le partía el corazón, pero que al mismo tiempo le daban ánimos. Con una suave sonrisa Rin les aseguró que pronto volvería les dio un beso y caminó hasta donde estaba Sesshoumaru.

"Volveré pronto se los prometo!"

"Como tu digas Rin!" - los hermanos recitaron las palabras más bien resignados y con la boca en un puchero.

Una vez que Rin estuvo junto a él, Sesshoumaru se despidió de su hermano, Kagome y los demás. Reparando en sus sobrinos esbozó una mueca y en tono de burla le recordó a Keiko que no dijera palabrotas y les aconsejó a ambos que practicaran todo lo que él les había enseñado sobre sus poderes.

Rin y Jaken estaban sobre A-UN esperando que Sesshoumaru diera la orden para irse. El príncipe no se atrevió a mirar a su protegida a los ojos porque era sabía de sobra que estaba al borde del llanto, solamente se acercó a la bestia y con voz seca le ordenó seguirlo.

"A-UN vámonos!"

Al la voz del Príncipe el dragón empezó a moverse haciendo que el suelo bajo sus patas temblara. Se elevó con suavidad mientras Rin agitaba su mano despidiéndose, pronto estuvieron en el aire y la aldea era un diminuto punto en la tierra.

Mientras viajaban Rin y Jaken no hablaron. Sesshoumaru la observaba muy de cerca tratando de imaginar cuales eran sus pensamientos por el gran cambio que se avecinaba en su vida. Lo desconcertaba la expresión vacía que tenía Rin en el rostro.

Habían pasado tantos años juntos y sin embargo, aquella mujer era un misterio para él. Comprendió la ironía de los dos últimos días, veinte años juntos y era ahora, cuando estaban al borde de la separación, que se daba cuenta lo importante que ella era en su vida.

Se sermoneó a sí mismo por no ser capaz de apartarla de sus pensamientos, especialmente recordando la noche del río. Pero no era solo eso, evocaba su aroma, la calidez de su cuerpo y los ruidos que hacía dormida entre sus brazos.

Le parecía absurdo y descuidado de su parte no haber notado antes su belleza. La profundidad de su mirada o su dedicación para con las personas a su alrededor, sobre todo con él. Rin era especial y ahora ya era tarde para recuperar los años perdidos. Íntimamente abatido se concentró en el camino frente a él.

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Mientras viajaba en el lomo de A-UN Rin se sumergió en sus pensamientos, tratando de animarse para no llorar durante los días que se quedaría en el castillo antes de irse para siempre. Estaba tan distraída con sus ideas que no notó la insistente mirada de su amo, al contrario, se fue quedando dormida sobre el animal, como si con eso ahuyentara su desesperación y tristeza.

Al cabo de un rato, Rin abrió los ojos y el cielo estaba teñido de un agradable y bellísimo tono rojizo que parecía un manto de tranquilidad sobre el horizonte. El viento sobre su cara se sentía agradable y la emoción de saber que el castillo estaba cerca la hicieron sonreír. Frente a ella Jaken dormitaba sumergido en un placentero letargo, finalmente y con el sol casi oculto, el majestuoso castillo fue visible en la distancia.

Rin se inclinó sobre Jaken para despertarlo con una leve sacudida, con voz muy queda le dijo que ya estaban cerca. El diminuto demonio se enderezó bostezando y frotándose los ojos, al tiempo que advertía la extraña mirada de Rin contemplando el castillo. Muy cerca de ellos Sesshoumaru agudizó sus sentidos con el fin de escuchar lo que ambos decían

"Rin que tienes?"

"Yo?...nada…es un castillo hermoso…" - Rin dejó que las palabras se deslizaran fuera de su boca hasta morir en el viento llevándose la melancolía de su voz.

"…si que lo es, dime chiquilla estás feliz de haber regresado?"

"Pues claro aquí pasé la mayor parte de mi vida!"

Sesshoumaru frunció el ceño al oírla hablar del castillo como algo del pasado pero no dijo ni media palabra. El dragón aterrizó en el jardín principal del majestuoso castillo. Al bajarse Rin vió como una figurita corría hacia ella a toda velocidad. Abriendo los brazos recibió feliz a la pequeña youkai que se le lanzaba sobre ella con una gran sonrisa.

"Kali te extrañé muchísimo!"

La pequeña se aferraba a Rin con fuerza e inmediatamente empezó a palparla como asegurándose que fuera real. Rin sonreía mordiéndose el labio consciente que lo que vendría a continuación sería una pataleta por tantos días fuera, con una sonrisa Rin escuchó el reclamo de la pequeña youkai de ojos escarlata y cabello azabache.

"Rin tardaste demasiado, estoy muy enojada!"

"Lo siento mucho preciosa, me perdonas?"

"mmm! Pero solo si prometes no volverte a ir!" - Rin parpadeó un momento para después dedicarle una gran sonrisa.

"Lo prometo!" - complacida por la efímera promesa Kali tomó el rostro de Rin entre sus diminutas manos y se acercó a ella con los ojos como dos rendijas.

"Rin en serio crees que soy preciosa?"

"Ay que cosas dices, eres una youkai, fuerte, feroz y muy bonita. Cuantas veces quieres que te lo repita?!"

"Ah no sé dímelo muchas veces!"

"Ja ja ja ja como tu digas!"

Frente a ellas estaba el robusto youkai deleitándose con la escena, Folken era realmente imponente, irradiaba tal cantidad de energía que era imposible no sentirse diminuto en su presencia.

Lo más extraordinario de Folken eran sus penetrantes ojos color violeta, enmarcados por una melena gris y cuatro extrañas marcas en su cuello, marcas que semejaban plumas de color verde, negro y violeta. Sus facciones eran las de un ser con mucha experiencia, pero que albergaba también una gran ternura.

"La princesa la consciente demasiado!"

"Folken-sama…me hiciste mucha falta!" - Rin y Kali se perdieron bajo los fuertes brazos del youkai que las sujetaba con los ojos cerrados, como saboreando aquel instante. Se separó de ellas y con voz suavizada concentró toda su energía en ellas.

"Mi niña es bueno tenerla de regreso… Jaken, Amo, encantado de verlos!"

"Si claro!" - Sesshoumaru tenía una expresión de hastío mezclada con diversión. Ahora parecía ver todo a su alrededor de forma distinta y era claro que Rin significaba mucho para mucha gente, sin embargo, él era el único recién se percataba de tal estima.

**Miren nada más a estos supuestos fieles sirvientes, me están ignorando por completo como si fuera invisible, Ha! nunca salen a recibirme cuando yo regreso de mis viajes. Se supone que YO SOY SU AMO!! Quisiera saberporque Folken le dijo princesa? Es obvio que laquieren más a ella que a mí...!**

Sesshoumaru miraba a Rin maravillado, siguiendo sus movimientos mientras Kali la mataba a preguntas sobre todo lo que había hecho mientras estuvo ausente. Rin sintió la insistencia de sus ojos y por un momento sus miradas se encontraron haciendo que al youkai le subiera un escalofrío por la espalda. Sus ojos se apartaron casi al instante distraída por las preguntas de la niña.

"Rin cuando podré conocer a Keiko y Van?"

"No lo sé quizás la próxima vez puedas acompañarme!"

"Siiii, pero todavía no verdad? Ahora es mi turno de estar contigo!"

"Como tu digas!"

Detrás de ellas Sesshoumaru se movió con la intención de entrar al castillo a medio camino la voz de Kali lo detuvo.

"Amo Sesshoumaru muchas gracias por traerla de vuelta!" - haciendo gala de una fluidez verbal poco usual el youkai le contestó con voz calmada

"De nada pequeña!"

Pudo sentir las miradas de todos como flechas en su espalda, él mismo se sorprendió con su actitud. Con una sonrisa de satisfacción entró al castillo dejando a todos impresionados. Minutos más tarde observaba con atención desde una de las ventanas del castillo a Rin y Kali que conversaban en el jardín sin advertir su presencia.

No podía controlar el sentirse atraído a Rin de una forma muy diferente a la que estaba acostumbrado. EL sentimiento que en este momento tenía por su protegida no se comparaba a nada que hubiera experimentado antes.

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Una vez que oscureció Rin se fue a su habitación, entró distraída y cuando levantó la vista inmediatamente se llevó la mano hasta la boca por el asombro. Era un panorama maravilloso porque su cuarto estaba lleno de flores y tenía una kimono nuevo sobre la cama. Se emocionó al pensar que era un gesto de bienvenida.

Mientras se cambiaba con el kimono nuevo recordó pasajes de su vida en aquel castillo, había sido tan feliz que por un momento deseó que su amo no deseara tener una familia, desechó aquel pensamiento tan egoísta porque en todos sus recuerdos Sesshoumaru siempre aparecía protegiéndola y cuidando de ella. Una vez que se cambió y cepilló se dirigió al comedor con paso rápido.

"Buenas noches Amo!"

"mmm!"

Estaba junto a la ventana y al verla con el kimono nuevo y el cabello que le caía sobre los hombros se sintió con un nudo en la garganta, ahora realmente apreciaba lo hermosa que era. Rin traía una flor en su mano y estaba sonriente. Una sonrisa que quería ver hasta que fuera posible.

Mientras cenaban como era su costumbre no podía dejar de pensar en ella y en lo adorable que había sido verla con Kali en brazos. Se maldijo a sí mismo por recordar el cuerpo desnudo de Rin en el río una y otra vez mientras conversaban. Eran muchas las imágenes de Rin que debía empujar fuera de su mente, demasiadas para un solo youkai. Se concentró en la comida frente a él para tratar de relajarse.

"Sesshoumaru-sama disfrutó con sus sobrinos?"

"Mm...Eso creo porque lo preguntas?"

"Pura curiosidad…Amo que se siente tener poderes mágicos?"

"…porque el repentino interés?"

"Pues lo que pasa es que yo soy humana y todas las personas que quiero mucho, son youkai, hanyous o tienen poderes mágicos!"

"Con que youkai, entonces debo asumir que me quieres mucho!"

"Por supuesto, es mi salvador, mis sentimientos siempre serán los mismos, no importa lo lejos que me encuentre!"

Sesshoumaru entendía perfectamente el significado de sus palabras y quiso cambiar de tema para no tener que recordar que pronto estarían separados. No se dio cuenta que Rin parecía meditar algo y cuando ella le habló no pudo disimular su desconcierto.

"Sesshoumaru-sama me iré del castillo en unos días, antes que su…bueno antes de que ella llegue!"

"No…te irás hasta que sea absolutamente necesario!"

"Disculpe pero me iré cuando yo diga y eso será pronto!"

"Que dijiste?...Rin te irás, cuando yo, que soy el dueño del castillo te lo ordene!"

"Mmm!...Amo…está siendo un opresivo, además tiene que limpiar el castillo de mi aroma para que su matrimonio, compromiso o lo que sea que une a una pareja youkai sea hermoso y duradero"

Sesshoumaru resopló visiblemente molesto, le enojaba que Rin tuviera la razón, odiaba que fuera tan sensible e intuitiva pero se negó a dejarla ganar la discusión.

"Pues ya lo veremos....y para tu información un youkai no se casa, escoge a su pareja y se compromete a entregarse en cuerpo y alma para toda la vida. Y otra cosa a quien rayos le dices opresivo?"

"Ja ja ja pues a usted Amo, es el único youkai dando órdenes…Amo eso de entregarse en cuerpo y alma para toda la vida suena maravilloso…me pregunto si alguna vez alguien se sentirá así por mí??…ja ja ja no creo, que tonta!"

Sesshoumaru no dio señales de lo que sintió al escucharla hablar de esa forma. No lograba comprender porque ella no se daba cuenta de su belleza. Le parecía estar viendo a los hombres rendidos a sus pies tratando de conquistarla, apretó la mandíbula y enterró aquella visión en el fondo de su mente para no tener que pensar en eso nunca más.

La parte egoísta de su interior se alegró que ella dudara que fuera posible que alguien se fijara en ella, pero inmediatamente se sintió mal por dar rienda suelta a un sentimiento tan mezquino y egoísta dirigido a alguien tan inocente y adorable como ella.

Rin puso los palillos a un lado de su plato, se alisó el cabello con la mano, y rozó sus dedos por la suavidad de la tela del kimono nuevo, luego cerró los ojos un segundo y tosiendo ligeramente se dispuso a expresar sus sentimientos de la forma más coherente que sus nervios le permitieran.

Al verla en aquella actitud Sesshoumaru tragó el bocado de su boca y con ambas manos en su regazo se dispuso a escuchar lo que ella le tenía que decir, sin imaginar siquiera el impacto de aquellas palabras en su corazón.

"Ahem!...Amo, yo…nunca voy a olvidarlo. Le agradezco todo lo que hizo por mí…su protección, sus enseñanzas y todo los años que soportó mi presencia, ahora me queda claro que mientras yo permanecía aquí, era tiempo valioso que le quitaba para formar su familia. Aunque me duele mucho dejarlo estoy tranquila porque sé que será feliz con esa persona especial digna de todo su amor…"- con los ojos llenos de lágrimas y luchando por controlarse Rin estrujó los labios y sostuvo la mirada de su amo - "…quería que lo supiera antes de partir porque seguramente una vez que me valla usted no volverá a pensar en mi, en cambio yo siempre lo tendré en mi corazón"

"…"

El poderoso youkai no fue capaz de decir nada, la sinceridad y ternura de aquellas palabras llegaban a su alma con tal puntería que no podía sofocar el ardor en su pecho. Lo turbaba la forma en que Rin no trataba de suprimir su dolor demostrando una fortaleza digna de admirar.

*Esto no es justo quisiera tener a mi familia y a Rin junto a mí. Ella es mucho más fuerte de lo que yo hubiera imaginado deseo que sea muy feliz…pero…Ggrrr!...n o,Rin nunca encontrará nadie que la aprecie lo suficiente, no quiero pensar en eso, me hace sentir tan....hasta que no encuentre a mi pareja ella se quedará conmigo donde pertenece*

Al verlo Rin le pareció que estaba preocupado por algo

"Señor pasa algo malo?"

"No me pasa nada…por cierto una cosa más"

"Lo que usted diga señor!"

"Ya no me digas señor, ni amo, llámame por mi nombre"

".......ahh…pe-pero porque?"

"Porque quiero"

Aquella razón tan simple ruborizó a Rin al instante, no supo que decir y se mordía el labio nerviosa. Sesshoumaru pretendía comer mientras la miraba de reojo completamente sonrojada, una sonrisa a medias adornaba su gélida expresión de todos los días.

Terminaron de cenar en silencio después de despedirse Rin caminó con lentitud por los pasillos del castillo, quería recordar cada detalle, cada ventana cada dibujo y adorno que había dentro. Había sido honesta al hablar sobre sus sentimientos, pero la realidad a que se enfrentaba era muy dolorosa.

Se detuvo frente a una ventana por la que entraba la luz de la luna, se quedó de pie totalmente cautivada por la belleza del cielo nocturno lleno de estrellas. Casi sin darse cuenta las lágrimas le empañaron los ojos, se limpió sonriendo resignada respiró profundo y se dirigió a su habitación. Rin no notó que un príncipe atormentado la seguía con un extraño brillo en los ojos.

Cuando se acostó y apoyó su cabeza en la almohada pensaba que pronto podría estar con Van y Keiko todos los días. Estaba segura que las cosas saldrían bien, aunque el dolor de dejar el palacio y a Sesshoumaru era como una espina en su corazón que no la dejaba respirar.

En un cuarto cerca de ahí, estaba un `mounstro' con ideas confusas sobre sus sentimientos por Rin y el deseo de tener familia youkai. Abrumado por la cantidad de sensaciones nuevas que estaba experimentado, dio rienda suelta a los innumerables recuerdos que tenía de Rin en todas las etapas de su vida junto a él.

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