InuYasha Fan Fiction ❯ Un principe enamorado ❯ diciendo adios ( Chapter 11 )
Capítulo 11
Diciendo adiós
Rin había tratado de decirle a Kali con palabras suaves porque debía irse, pero la pobre niña se aferraba a sus ropas como si tratara de hacerla recapacitar. Detrás de ellas, Folken las observaba angustiado de saber que nada podría aliviar el dolor de aquella separación.
"Kali por favor no llores más"
"Pero te vas a ir para siempre yo no quiero, porque no puedes quedarte, es que el Amo ya no te quiere? Yo te quiero quédate por favor!"
"Si me quiere…creo, es algo complicado. Sesshoumaru-sama pronto traerá a una mujer youkai que será su esposa y a ella no le gustan los humanos"
"Pero porque?"
"Porque a la mayoría de los youkais no les gustan los humanos, ella será la señora del castillo y yo no deseo molestarla, por favor trata de entender"
"No entiendo, el Amo te quiere y mi papá dice que es un demonio imponente y poderoso, no te creo, tu te quieres ir, porque tu no puedes ser la señora del castillo, tu puedes tener bebés verdad que si?!"
"…Kali, pero porque dices eso?"
"Yo sé que Sesshoumaru-sama quiere bebés!"
"Y eso cómo lo sabes?"
Kali se ruborizó completamente y apretó los labios al comprender que había hablado de más. Se abrazó más a Rin al ver a su padre con cara de pocos amigos y listo para darle una reprimenda.
"Bueno…."
"Kali dime por favor!"
"Es que escuché a Jaken hablar con Otosan y ellos dijeron que ya no podías ser más la princesa porque el Amo no quiere sangre mezclada. Papá que es sangre mezclada?"
"Mmm!"
"Folken-sama yo le explicaré, Kali yo soy una humana recuerdas?"
"Hai"
"Si yo tuviera bebés con el Amo ellos tendrían mi sangre y la de él que como tú son youkai entiendes?"
Rin estaba ligeramente ruborizada la explicación la sacaba de su presente tristeza y la hacía consciente de que nunca antes había contemplado la idea, mucho menos hablar de tener bebés con el príncipe.
Sus propias palabras le producían una extraña sensación en su estómago. Rin sonreía de forma extraña acariciando inútilmente la ilusión que le producía pensar en tener hijos. Distraída con sus pensamientos, no advirtió la mirada confundida de Kali que tiraba de sus ropas.
*Es ridículo pensar que él pueda fijarse en mi de esa forma, para él no soy más que la pequeña Rin*
"Rin y eso que tiene de malo? Inuyasha es así verdad? Hanyou es tener sangre de los dos, porque el amo no quiere tener bebés contigo"
"Kali porque el amo se preocupa por mí pero no de esa manera, no como tu Papá y tu mamá lo hacían."
"Aaaah eso….ustedes no se dan besos y duermen juntos…Sukime-sama dice que eso es lo que las personas enamoradas hacen, entonces el Amo es un tonto, tu eres muy linda"
"Ha ha ha te lo agradezco pero el Amo quiere una esposa youkai como él, eso no tiene nada de malo"
"Es que no entiendo, que tiene de malo que seas humana. Yo te quiero eres mi amiga y a mi no me importa si tu sangre es distinta, o si tus ojos son verdes y los míos rojos. Otosan dice que debemos ver el corazón de los seres, más que su apariencia"
"Folken-sama tiene razón pero no todos tienen esa manera de pensar"
"Entonces eso quiere decir que vas a tener bebés humanos…yo podré jugar con ellos?"
"Por supuesto, pero no tengo idea de cuando sucederá eso…verás todos a mi alrededor son diferentes y el único humano que conozco ya tiene esposa!"
"Miroku-sama verdad que sí?"
"Exacto"
"Entonces necesitas un novio Rin"
"Ha ha ha algo parecido pero ahora no te preocupes por eso, podrás ir a visitarme tu papá te llevará ya verás que sí!"
"Kali prometo llevarte a ver a la princesa!"
"En serio papá?"
"Claro que sí pequeña!"
"Pero no es lo mismo, no quiero que te vayas no, no, no…odio al amo, por su culpa te tienes que ir"
"Kali por favor no digas eso es algo complicado no lo culpes. Estaré muy feliz con Inuyasha y Kagome pero me pondré triste si no vienes a visitarme"
"Pero no lo entiendo!!"
"Algún día lo harás, ahora no más lágrimas si? Hazlo por mí?"
"Pero…"
"Onegai!"
Kali dejó de llorar abrazada a Rin que sentía su fuerza de voluntar flaquear. Ya habían pasado 10 días desde su regreso y con cada día que transcurría estar junto a Sesshoumaru se había convertido en una tortura, se sentía deprimida, sin apetito y todas las noches se quedaba despierta pensando. Lo que era peor todos en el castillo no podían evitar las miradas de compasión hacia ella, apartó esos dolorosos pensamientos para concentrarse en Kali.
"Ven preciosa te llevaré a tu cama y me quedaré contigo hasta que te duermas!"
"Rin yo te quiero mucho por favor no te olvides de mí!"
"Nunca, te lo prometo. Ahora a dormir!"
Rin tomó a la pequeña en brazos y con mucho cariño la llevó hasta su cama. Una vez acostada se acomodó junto a ella esperando que el sueño venciera a la niña que aún suspiraba de tanto llorar. Cuando finalmente Kali dormía plácidamente Rin salió de la estancia sin hacer ruido. Folken la esperaba meditando y con un paquete en las manos.
"Princesa"
"Folken-sama dime… que es eso que tienes ahí?"
"Un regalo"
"Para mí?"
"Para que no se te olvide lo fuerte que eres"
"Folken-sama siempre me has dicho eso pero yo no soy fuerte…no te olvidarás de mi verdad que no?"
"Imposible la princesa es especial"
"Ha ha ha lo que tu digas Honorable Ave de las tierras del Sur!"
"A la princesa siempre le gustó ese nombre!"
Rin le sonrió y tomó el paquete que Folken le entregaba. Arrodillándose en el piso puso el paquete en el suelo para abrirlo, al tomarlo con las manos era más liviano de lo que aparentaba, con cuidado removió la tela que lo cubría, al hacerlo una expresión de asombro fue lo único que Rin pudo musitar mientras miraba su nueva armadura.
"Folken-sama pero…"
"Ahora tendrá que viajar sola pensé que podría necesitarla…es igual a de Hakura"
"Sooka será un gran honor usarla, arigato gozaimas!"
"Recuerda Rin tu eres especial, eres muy fuerte!"
"Yo…puedo ponérmela?"
Rin se puso la armadura que le quedaba a la perfección, se sintió poderosa, con deseos de enfrentarse a un mounstro y probar que su regalo la protegería de cualquier ataque. La sensación de bienestar que aquella pieza le daba era intoxicante y revitalizadora. Que fuera igual a la de la difunta esposa de Folken la cerraba la garganta en un nudo y le aguaba los ojos.
"Y bien como me queda?"
"Toda una guerrera!"
"Lo guardaré como un tesoro!"
El viejo youkai se quedó mirándola mientras guardaba la armadura en la tela. Al advertir la mirada del que era como su segundo padre, Rin se irguió y le sonrió con ternura.
"Que sucede Folken-sama?"
"Te irás pronto verdad? Puedo adivinarlo!"
"Si, ya no quiero seguir con esta farsa…"
"Sooka, sabes que siempre serás mi pequeña y todos mis poderes son para ayudarte!"
Ella no contestó nada, se acercó al youkai y le dio un beso en la mejilla para luego salir de la habitación con su tesoro a cuestas, al entrar a su cuarto se sentó en la cama, la armadura apretada contra su pecho sabiendo que no podía esperar más para abandonar el castillo.
Miró en dirección al bolso, regalo de Kagome, que tenía las pocas cosas que se llevaría, el pequeño bulto estaba listo hacía días, llevaba sus kimonos preferidos, un cepillo y un espejo. Su espada reposaba en su funda y ahora tenía una armadura hecha especialmente para ella. Dejó la armadura a sus pies y se acostó. No se extrañó que Jaken no fuera a buscarla para cenar, por lo que trató de conciliar el sueño.
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Jaken abrió la puerta con cuidado, Sesshoumaru lo esperaba con el ceño fruncido y de mal humor que se reflejaba en el tono agrio de su voz.
"Estaba en su alcoba?"
"No amo, donde cree que pueda estar?"
"… quien sabe, pero creo que pronto se irá"
"Hai"
El pequeño demonio tenía la cabeza baja y estaba de espaldas al youkai que trataba de descifrar lo que su fiel sirviente estaba sintiendo y refunfuñando porque ver a Jaken en aquel estado le recordaba que aquella situación era por culpa suya. Exasperado consigo mismo y con su sirviente por haberse dejado cautivar por Rin le ordenó a Jaken que lo dejara solo.
"Retírate"
"…."
Después de que el demonio sapo se arrastrara fuera del salón. Sesshoumaru se dirigió en silencio al cuarto de Rin, empujó la puerta y se acercó al futón vacío. Miientras avanzaba dentro del aposento, percibió la presencia de Rin en la esquina de la habitación.
"Que haces ahí escondida entre las sombras?"
"Nada, no tengo sueño eso es todo!"
Sesshoumaru desvió la mirada hasta las cosas del suelo, reconoció la espada pero sintió curiosidad por la armadura. Se arrodilló y la tomó para verla más de cerca.
"Y esto?"
"Un regalo de Folken-sama"
"Porque no fuiste a cenar estuve esperándote!"
"Lo siento me recosté y me quedé dormida"
"Pero llegaste tarde a tu alcoba Jaken vino a buscarte!"
"Si lo que pasa es que estaba hablando con Kali"
"Y?"
"No lo tomó muy bien pero pronto se le pasará"
"Ya veo, creo que todos están tristes"
"Ya se les pasará!"
"…"
El príncipe no pudo obviar el tono de frustración y dolor en la voz de Rin acurrucada en una esquina oscura de la habitación. El movió su cuerpo en dirección a su protegida pero al dar el primer paso para acercarse Rin lo detuvo con un tono áspero y desafiante.
"NO!! Quiero estar sola, no quiero que te sientes, ni que me abraces, ni que me consueles. Ya no soy una niña, debo acostumbrarme a estar sola. Ya no es necesario que te preocupes por mí. Me iré pronto…para que puedas…llevar una maravillosa existencia sin ningún débil humano estropeando su felicidad"
"Pero Rin!!!"
"Te lo suplico…no soy tan débil como todos creen!"
Rin hablaba con la cabeza sepultada sobre sus piernas, estaba tan ofuscada que le hablaba con brusquedad y descortesía, pero estaba cansada de ser la niña obediente, se sentía una mujer con un sin fin de sentimientos complicados atravesados en el pecho. No se dio cuenta que Sesshoumaru estaba arrodillado frente a ella, al sonido de su voz se sobresaltó de sentirlo tan cerca.
"Yo no pienso que seas débil"
Rin lo miraba con los ojos muy abiertos y sin emitir ningún sonido o movimiento, las lágrimas le caían por las mejillas humedeciendo sus manos. Con mucha delicadeza el príncipe le limpió las lágrimas y sostuvo su rostro por un momento antes de hablar nuevamente.
"Debo pedirte algo!"
"Pedirme algo, que?!"
"Cuídate mucho me gustaría saber que aún lejos de aquí vas a estar bien"
Rin sentía que el corazón se le iba a salir, un sentimiento de debilidad amenazaba con apoderarse de ella. Deseaba con todas sus fuerzas no tener aquellos sentimientos confusos, no experimentar la urgencia porque Sesshoumaru la tomara entre sus brazos para consolarla. Las palabras se negaban a salir de su garganta pero finalmente tuvo la mente clara para hablar.
"Esta bien…ahora por favor te lo ruego necesito estar sola!"
"Comprendo"
Antes de incorporarse le dio un tierno beso en la frente, al hacerlo el youkai sintió como los latidos de su propio corazón se aceleraban de golpe, ella no notó la momentánea confusión en los ojos de su amo demasiado ocupada tratando de contener sus lágrimas. Al salir de la habitación revivió el sentimiento que aquel beso había despertado tan fugazmente en su pecho. Las palabras de Rin le transmitían tanto dolor y angustia que una sensación de pérdida la oprimía el corazón.
/////
Habían pasado dos días desde que hablaran en su habitación y Rin le pidiera que la dejara sola. Sesshoumaru estaba en el comedor mirando el puesto vacío de Rin. Aquellos últimos días ella se mostraba excesivamente callada con él, sus instintos le decían que pronto dejaría el castillo, al encontrarse solo en aquel lugar pensó que quizás ya no estaba. Su mirada se iluminó cuando oyó la puerta abrirse pero su emoción se esfumó casi de inmediato al ver a Jaken.
"Y bien?"
"Ya viene amo!"
"Aquí estoy! Disculpen la tardanza"
"Donde estabas?"
"Hablando con Kali"
"…"
Rin se sentó calladamente y empezó a comer sin demasiado entusiasmo, evitando la mirada al otro lado de la mesa. Nuevamente la cena fue silenciosa. Cuando terminaron Rin se dirigió escaleras abajo con rapidez, Sesshoumaru la siguió llamándola por su nombre para que se detuviera.
"Adonde vas?"
"No tengo sueño y quiero ver a A-UN!"
"Te acompañaré!"
"Como tu quieras!"
Caminaron juntos hasta llegar donde estaba el dragón. Al verlos el animal comenzó a mover la cola feliz. Rin acarició ambas cabezas mientras le hablaba, pero las palabras no llegaban a oídos del príncipe que estaba un poco alejado.
"Pórtate bien A-UN. Te agradezco haberme cuidado todos esos años cuando era niña"
Rin besó al animal con ternura, conteniendo las lágrimas. Al girar sobre sí misma para salir, se topó de frente con un kimono blanco que cerraba sus brazos sobre ella. Sintió como temblaba por lo repentino del abrazo y tenía los ojos arrasados por las lágrimas provocándole pensamientos confusos.
*Porque me abraza así, me siento débil y debo ser fuerte para poder irme no es justo que sea tan expresivo justo ahora, creo que me va a extrañar, sus abrazos son fuertes y protectores. Quisiera quedarme así…*
Después de lo que parecieron minutos interminables Rin pensó que la liberaría del abrazo que ella tímidamente le devolvía con sus brazos rodeando la cintura, pero Sesshoumaru se quedó ahí, perdido en los pliegues de su cabello, respirando en su cuello, haciéndola sentir extraña, tan extraña que dejó de llorar.
Los latidos de su corazón eran ensordecedores, de pronto tuvo la urgencia de salir corriendo y encerrarse en su cuarto hasta que su corazón recobrara la calma. Se sintió aliviada cuando estuvo de pie sola y la espalda de Sesshoumaru era una figura que rápidamente se alejaba de ella abandonándola a sus pensamientos.
La visión de su cabaña en la pequeña aldea fue una solitaria realidad en el fondo de su mente.
*Ahí estaré tranquila, no más sentimientos extraños…nunca me habían abrazado de esa forma en mi vida*