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Capítulo 28
Amor
………………………
Entraron al cuarto en silencio y Rin sentía sus energías concentrarse en una sola cosa, hacer el amor con Sesshoumaru y dejarse arrastrar por sus sentimientos.
Sesshoumaru se detuvo frente al espejo y tomó el nuevo peine entre sus manos. Observándolo con detenimiento se dio cuenta que era un trabajo impecable, motivado por el gran cariño que sus sirvientes sentían por Rin. Sokoe nunca recibió regalos y él jamás pensó en entregarle ninguna de las pertenencias de su madre.
Rin era la mezcla perfecta que satisfacía alma y corazón. Era extraño pensar que en tan solo unos cuantos días, ella hubiera despertado sentimientos tan intensos. Que él se sintiera a gusto con esa nueva realidad era aún más extraño y se había transformado en una necesidad de la que no podía prescindir.
Deslizando ambas manos por la cintura de Sesshoumaru, ella se abrazó a él por detrás.
"Te gusta mi peine nuevo?"
"Somos tu y yo…me gusta mucho!"
"Que bueno!"
Sesshoumaru se volvió para tenerla frente a él y acariciando su rostro con devoción la miró sonriente.
"El peine es bonito, pero me refería a la idea de que tu seas mi pareja, `eso' me gusta mucho!"
"…Sesshoumaru!!"
El youkai se inclinó para besar a Rin y mientras lo hacía podía sentir una disposición y anuencia distintas, como si estuviera desechando sus dudas y prejuicios. Parecía que todo su cuerpo estaba dispuesto y deseoso de él. Sesshoumaru sumergió su nariz en el cabello azabache y perfumado, aspirando a fondo el inconfundible aroma de Rin que tanto le gustaba.
De esa forma los encontró Folken, abrazados como si fueran uno solo, en silencio y sumergidos en sus sentimientos. El youkai podía oler el nuevo aroma que era la combinación de ambos. El mayordomo dudó un segundo y estaba por irse cuando la voz de su amo lo detuvo.
"Folken!!"
Con una gran sonrisa Folken avanzó hasta el futón y dejó la bandeja en el suelo. Al retirarse se detuvo y los observó un instante. Exasperado por la interrupción Sesshoumaru le habló con su acostumbrada seriedad.
"Que pasa anciano porque tienes esa cara?"
"Debería sonreír más…tiene la sonrisa de su madre!"
En comentario lo tomó por sorpresa y su expresión lo dejaba en claro, Rin le acarició el rostro pero hablaba con Folken.
"En serio? Apuesto que era una preciosidad, verdad que tengo razón Folken-sama?"
"Si mi niña era una gran dama y muy hermosa. Te hubiera querido mucho al ver que haces tan feliz al príncipe!"
"Je je je escuchaste eso mi amor? Tu mamá me hubiera querido!"
Sesshoumaru no le dijo nada solo sonrió y la sujetó más cerca de él. En los últimos días el recuerdo de su madre llenaba sus pensamientos; recordaba su niñez junto a ella, su amor, su ternura y su fortaleza. Era como si después de su muerte todos esos sentimientos se hubieran replegado a un lugar oscuro y silencioso de su corazón.
La cercanía de Rin los liberaba, suavizando su alma. Folken los miraba complacido. Finalmente el príncipe era feliz. Muchos años habían transcurrido para ver a los hermanos viviendo en armonía, solo quedaba ver a su pequeña Kali enamorada.
"Por cierto Amo, ya encontramos la caja. Moru la traerá en un momento!"
"Muy bien y los demás?"
"Yo me encargaré de eso!"
"Gracias!"
Una vez que Folken los dejó solos, Rin fue al baño a cambiarse. Lucía una yukata color verde claro con diminutas flores rosadas, la prenda parecía difuminarse bellamente con su blanquecina piel.
Al verla el youkai sintió una punzada en la boca del estómago, era realmente una criatura hermosa y él tenía su amor. Se aproximó hacia ella, le dio un beso y siguió al baño para cambiarse.
Rin se sentó en el futón y acercando la bandeja empezó a pellizcar la comida.
"Rin no comas sin mí!"
Tragando el pequeño bocado Rin contestó un `hai' atragantado, al momento Sesshoumaru salió vistiendo una yukata negra con hojas del mismo color de la yukata que cubría a su pareja. Se acomodó junto a ella y probó la comida con tranquilidad. Una vez que terminaron de comer Rin se levantó y trajo su peine nuevo. Se sentó de espaldas a Sesshoumaru y le pidió que la peinara.
El youkai miró un segundo el objeto en su mano y con suavidad comenzó a deslizar su mano peinando a Rin. Cuando Sesshoumaru consideró que estaba bien cepillada, se acercó a ella por detrás pasando su mano por la cintura de Rin y así poder besarle la curva donde el cuello se une con los hombros.
Rin cerró los ojos extasiada, aquellos besos tiernos y apasionados tenían un efecto abrumador en todo su cuerpo, tanto que empezó a sentir unas deliciosas y burbujeantes cosquillas, al tiempo que se aferraba a Sesshoumaru por el brazo en su cintura, mientras le hablaba en un murmullo.
"Me encantan tus besos…son tan cálidos que siento cosquillas por todo el cuerpo…!"
Como única respuesta Sesshoumaru siguió con sus besos alentado por el sugestivo aroma corporal de Rin, que simplemente lo volvía loco de deseo. Al sentir acercarse la presencia de Moru, suavemente fue disminuyendo la intensidad de sus besos sumergiendo su rostro en la nuca de Rin.
Rin no pudo evitar gimotear cuando se detuvo y le pidió que siguiera, pero él le susurró que le tenía una sorpresa. La princesa se volvió para verlo y se encontró con los ojos cálidos y profundos de Sesshoumaru, por un momento se perdió en aquella mirada tan inquietante pero se distrajo con la voz de Moru en la puerta de la habitación.
"Amo Sesshoumaru…buenas noches…tengo la caja…Amo?"
"Ya vamos!"
Rin le contestó con una sonrisa y se puso de pie como de un solo brinco emocionada, estaba a punto de salir a recibir a Moru cuando Sesshoumaru la detuvo sosteniéndola por una mano con firmeza.
"Nani?"
"La princesa se queda aquí hasta que yo regrese…estás en tu ropa de dormir…y antes de que me digas que Moru es tu amigo, ahora eres mi mujer y ese es un placer reservado solo para mí!"
Rin sintió una punzada en el estómago y las mejillas calientes, cedió ante el tirón de Sesshoumaru dejándose caer en sus brazos para besarlo completamente emocionada y repitiendo aquellas palabras en su mente como si se tratara de un disco rayado.
Moru estaba de pie con la caja en piso esperando a Sesshoumaru, cuando lo vio se enderezó y borró la sonrisa de sus labios que pensar en Keiko le dibujaba. Tomando la caja del suelo se la entregó a su amo.
"Buenas noches Amo!"
"Están todos?"
"Hai, mi madre los guardó muy bien para que nada malo les pasara!"
"Retírate!"
Al ver que el muchacho titubeaba Sesshoumaru lo miró exasperado.
"QUE?"
"Amo…ahem…puede decirle a la princesa que le agradezco mucho haber interceptado al Amo Inuyasha…yo se que no soy nadie para cortejar a su sobrina pero…!"
"Eso no es mi problema puedes cortejar a quien te de la gana…!"
Sesshoumaru estaba a punto de dejarlo con la palabra en la boca, cuando recordó a los padres del muchacho y la forma amable en que siempre lo habían tratado siendo un joven.
El príncipe suspiró y se sintió prisionero de la influencia de Rin por lo que estaba a punto de hacer, de alguna forma aunque no estaba acostumbrado a ser tan comunicativo, sabía que una palabra suya significaría mucho para Moru que tenía una expresión desolada.
"Moru!"
"Si Amo?!"
Sesshoumaru se distrajo con la presencia de Rin, torció la boca cuando la vio, se había quitado la ropa de dormir y llevaba su kimono rojo. Rin caminó hasta estar junto a él, viendo de reojo la caja en sus manos que disimuladamente Sesshoumaru no dejó que abriera.
"Flore…digo Princesa buenas noches!"
"Me gusta que me llames florecita Moru…querías decirme algo?"
Moru cerró los ojos para evitar la mirada de fuego de Sesshoumaru y se prometió a sí mismo llamarla florecita solo cuando estuvieran solos que probablemente sería nunca más, porque estaba seguro que su amiga y su Amo serían inseparables a partir de ahora.
"Hai…muchas gracias por lo de esta tarde!"
"Jajaja un placer!"
Sesshoumaru la miró levantando la ceja y hablándole con un tono juguetonamente sarcástico.
"Rin…me interrumpiste!"
"Ah?...jejeje discúlpame, es que escuché mi nombre y…esa caja es mi sorpresa?!"
"Rin!"
"Si claro ya no te interrumpo más mi amor!"
Rin se pegó a Sesshoumaru acurrucándose a él y viéndolo a la expectativa. El youkai sintió tal placer de tenerla así que le dijo las palabras al muchacho feliz porque sabía que eso impresionaría mucho a Rin.
"Moru tus padres eran youkais muy dignos…siempre fueron muy amables conmigo y en especial con mi madre…solo eres un don nadie si tu mismo lo crees!"
Moru no daba crédito a sus oídos y las palabras de su Amo eran el impulso que tanto necesitaba para lanzarse de lleno a lo que más deseaba su corazón: hacer de Keiko su pareja. Sin poder ocultar su felicidad el youkai salió dando una reverencia.
Junto a Sesshoumaru Rin lo miraba emocionada por aquel despliegue inesperado de amabilidad, que lo único que servía era para reafirmar su amor incondicional y sus deseos de fundirse en cuerpo y alma con aquel demonio imponente y maravilloso.
(Siempre lo he sabido mi bello Amo es un mounstro con un gran corazón…y lo que es mejor yo soy su pareja!!! Todo esto me parece un sueño…)
Al ver la expresión de felicidad de su pareja Sesshoumaru se sintió complacido y le pidió a Rin que cerrara la puerta para que nadie más los interrumpiera. Con la caja en las manos el demonio caminó hasta el futón y esperó por ella para sentarse. Incapaz de controlar su emoción la princesa empezó a hablar exaltada.
"Esa es mi sorpresa verdad? Quiero verla…abre la caja…Sesshoumaru!!"
"Primero me tienes que prometer una cosa!"
"Lo que sea!"
"Pero aún no sabes lo que te voy a pedir!"
"Y eso que importa? Yo no puedo negarte nada…Sesshoumaru mi sorpresa anda!"
Rin hablaba sin mirarlo tratando de abrir la caja que Sesshoumaru mantenía cerrada con ambas manos. Inútilmente quería asomarse para ver el contenido pero la caja se cerraba herméticamente. Con una voz suave y sexy el demonio llamó la atención de su joven e infantil pareja.
"Rin!"
"Aja?"
"Mírame por favor!"
"Claro…es una caja muy grande que habrá adentro? El tallado es bonito aunque es diferente al de mis muebles, o sea que no era de su mamá… que tendrá adentro?"
"Princesa…no me estás viendo!"
Al escucharlo Rin levantó la mirada y apoyándose en la caja se acercó tanto a Sesshoumaru que sus narices rozaban. La mirada esmeralda estaba iluminada por la excitación y curiosidad innata en Rin. El youkai se rió con un resoplido y con una mano le acarició la mejilla con suavidad.
"Así que no puedes negarme nada?"
"Claro que no, yo te amo, tu eres mi vida, siempre lo has sido…además tu no me vas a pedir cosas feas verdad que no?"
"Claro que no mi pequeña!"
"Bueno que dicha que ya lo aclaramos…yo soy tu pequeña y tu eres lo que yo más amo en esta vida, ahora…QUIERO VER MI SORPRESA!!!"
Rin le hizo un gesto con la boca que a Sesshoumaru le pareció que lo traspasaba como una flecha de fuego, se sentía indefenso ante la franqueza y devoción de su protegida, tanto que ya no quiso darle nada y simplemente hacerle el amor, pero se contuvo.
Estaba seguro que después de darle aquel regalo podría concentrarse en acariciarla, aprovechando que el lenguaje corporal de Rin le gritaba su deseo ferviente por entregarse a él.
Al ver que Sesshoumaru parecía perdido en sus pensamientos Rin ladeó la cabeza al tiempo que aflojaba las manos y desistía en su intento por abrir la caja. Movió su cuerpo hacia atrás y se sentó a esperar que Sesshoumaru regresara de donde fuera que estaba.
El youkai sonrió levemente al verla, por lo que se apresuró a hablarle con suavidad mientras la tomaba de la barbilla para hacer contacto visual.
"Lo que te quiero pedir es que los cuides mucho ya que pertenecían a mi madre. Sino te gustan no los uses!"
"…??"
Rin clavó los ojos en el contenido de la caja que Sesshoumaru abría con lentitud. La princesa no supo que decir al principio, pero al ver las telas comprendió las palabras de su amo.
"Sesshoumaru…esos son los kimonos de tu mamá?"
"Así es!"
Rin movió la mano con suavidad hasta hacer contacto con las suaves telas sin poder articular palabra. Con una sonrisa palpó las delicadas y exquisitas telas; aquellas prendas eran bordadas con hilos dorados y tenían los diseños más espectacularmente bellos que ella hubiera visto jamás. De pronto un pensamiento la hizo fruncir el ceño y levantó la mirada hasta el youkai, que al verla sintió un escalofrío sacudir su cuerpo.
"Que sucede?"
"Son preciosos pero…cuantos de estos usó ella?"
"Todos"
"Ya veo…son muy hermosos pero no creo que pueda usarlos. Gracias de todas maneras!"
Sesshoumaru se crispó al escucharla estaba a punto de levantarse e irse pero se contuvo para averiguar porque ella se negaba a usar la ropa de su madre.
"No los quieres usar porque son kimonos viejos?"
"No es eso…es que tu se los diste primero a ella…!"
El youkai sintió un vacío en el estómago al escucharla al borde de las lágrimas. Sin atreverse a mirarlo Rin le dio la espalda tratando de controlar su inminente llanto y Sesshoumaru comprendió la confusión de Rin.
"Rin!"
"Tu la escogiste a ella…yo solo soy…!"
Al hablarle la voz femenina era apenas un murmullo entorpecido por las ganas de llorar. Poniendo la caja a un lado Sesshoumaru la abrazó por detrás hablándole al oído con ternura.
"Tu eres mía…cuando dices `ella' te refieres a Sokoe no es así? Pequeña la única que usó estos kimonos fue mi madre y ahora tu si no te importa!"
Rin parpadeó abriendo los ojos con emoción porque sus suposiciones eran solo eso: suposiciones. Sabiendo que aunque susurrara él la escucharía la princesa balbuceó.
"En serio…solo tu mamá?"
"Si…ahora me harías el favor de probarte este!"
Sesshoumaru le entregó un kimono de color azul oscuro con bordados en las mangas y grandes flores rosadas que creaban un hermoso contraste. Rin tomó el traje y se levantó para cambiarse, antes de separarse de Sesshoumaru le dio un beso en la mejilla que la hizo vibrar.
Una vez en el baño Rin dejó que la agitación se paseara por cada rincón de su cuerpo agitando sus deseos de ser la mujer de Sesshoumaru. Al ponerse el kimono se asombró con la suavidad de la tela que parecía abrazarse a sus curvas como una caricia invisible.
(Me dio los kimonos de su mamá y ni siquiera se los dio a la loba esa…soy suya? Soy suya!! Si, si si si!! Por Kami con este kimono de verdad me siento como una princesa…espero que le guste…soy suya!!!!)
Impaciente por verla Sesshoumaru la llamó desde el cuarto.
"Estás lista?"
"Hai!"
Al verla de pie con el kimono de su madre Sesshoumaru sintió como si el aire le faltara de repente. Estaba más hermosa que nunca y el príncipe se sentía completamente cautivado y sin deseos de seguir añorando como era tener una noche de amor y pasión con ella. Acomodando el kimono con una mano Rin se aventuró a hablar.
"Te gusta?"
"Luces…simplemente hermosa Rin como toda una princesa!"
Rin sintió que la emoción en las palabras de Sesshoumaru se fundía con el calor de su propia piel y se rió nerviosa prometiéndole que los cuidaría mucho.
"Arigato…!"
Feliz Rin se movió para ir junto al príncipe. Sesshoumaru no hablaba solo se dedicó a mirarla mientras se acercaba a él muy lentamente, como si lo hiciera a propósito para que pudiera sumergirse en las profundidades de su belleza de tan intensamente que no pudiera escapar al encanto de su amor.
Una vez frente a él Rin se arrodilló y en el momento que la tuvo cerca, Sesshoumaru la tomó de la mano entrelazando sus dedos. Pegándose a ella seductoramente, el youkai movió la cabeza para hablarle al oído y respirar en su cuello. Ella solo cerró los ojos y dejó que su pulso acelerado la envolviera en una sensación placentera y maravillosamente sensual.
"Eres mi princesa?"
"s-si…!"
Sesshoumaru se acercó y apenas la besó en el cuello desatando los nervios en Rin que sentía como la respiración se le iba dificultando cada vez más, no ayudaba el hecho que justo ahora recordara lo que había sentido en la tarde y la nueva información que le había dado Kagome. `Dolor placentero' le había dicho y eso era exactamente lo que ella quería, que finalmente sus sueños de amor y pasión se transformaran en una palpable realidad.
Sin dejar de besarla Sesshoumaru le volvió a susurrar palabras que parecían tan lejanas en un tiempo y sin embargo ahora eran una electrizante realidad que la excitaba.
"Eres una mujer hermosa y sensual…!"
La única respuesta que Rin fue capaz de pronunciar fue un gemido de placer que terminó de lanzar a Sesshoumaru por el despeñadero de la pasión que ella despertaba en su interior y lo hacía sentir vivo. Tomó su cara con ambas manos y la apretó contra su pecho en un beso desenfrenado y salvaje.
Al sentir la pasión de aquel beso Rin cerró los ojos con fuerza y se aferró a los hombros de Sesshoumaru para corresponder a la intensidad del momento, sus bocas se movían una sobre otra con una sincronía tan increíble que lo hacía aún mas sensual y satisfactorio. El sabor en su paladar era dulce y amargo a la vez y el roce de los incipientes colmillos de Sesshoumaru era un afrodisíaco potente y liberador.
Podía sentir su sangre animal hervir en sus venas y el corazón de mounstro en su pecho palpitaba emocionado. Con cada minuto que pasaba, Sesshoumaru se hacía más consciente del lazo de amor y deseo que compartían y eso llenaba el vacío en su vida.
Al sentir el sabor de la sangre de Rin en su boca supo que no podía controlar que su naturaleza animal se hiciera presente ante aquel despliegue de emociones.
A ella no le importó que los colmillos de Sesshoumaru rasgaran su boca, porque era una prueba más de lo apasionado que podía ser su Amo. Además era un dolor placentero que la hacía sentir querida y la distraía de saber que tenía los ojos como dos lagunas carmesí.
Con suavidad Sesshoumaru movió ambas manos sobre Rin, desde el cuello hasta sus hombros en un intento de aflojar el kimono que lo separaba de saborear su piel hasta el cansancio. Sin embargo, sus manos se detuvieron asaltado por la duda, al notar que Sesshoumaru congelaba sus movimientos, Rin abrió los ojos asustada y le preguntó porque lo hacía.
"Porque te detienes…no te gusta mi cuerpo…son mis cicatrices acaso?"
"Yo…"
Rin se crispó al escucharlo dudar y con ambas manos se separó de él cerrando el kimono que hasta un instante había estado al borde de abandonar su piel para entregarse a Sesshoumaru. Sus ojos rápidamente cedían a la descarga de adrenalina y sangre youkai que corría dentro de ella. Al notar que ella se cubría con el kimono y oliendo la mezcla de miedo y rabia que Rin sentía, el youkai le habló con un tono de autoridad.
"No!"
La voz de Sesshoumaru fue como un latigazo en medio de un silencio de tumba, que amenazaba con revolcar a Rin por el barro de sus inseguridades. Estaba a punto de echar a correr fuera de la habitación pero se detuvo.
"No?...No que?"
Como única respuesta Sesshoumaru alargó la mano hasta Rin y cuando le dio alcance se inclinó con una suave empujón, la princesa estuvo de espaldas con el youkai sobre ella y hablándole con un tono suave y tierno.
"No te atrevas a irte Rin…temo hacerte daño…siento que no puedo contenerme, te deseo tanto que me duele el pecho!"
Rin respiró aliviada y sintió que el alma le volvía al cuerpo, tomó a Sesshoumaru por el rostro y con una sonrisa le dio un beso. Con una mirada traviesa y ante los ojos atentos de su youkai, ella misma quitó el kimono de sus hombros.
Verla en aquella actitud inmediatamente le recordó a Sesshoumaru cuando la había visto tomando un baño en el río y sus ojos corrieron a encontrarse con la visión maravillosa de sus perfectos y suculentos senos. Con el dedo índice Rin llamó su atención para que la viera a los ojos.
"Hacerme daño por amarme? Si no me entrego a ti ahora mismo mi corazón va a estallar, siéntelo como late de amor por ti…nadie desea ser tu esposa mas que yo mi amor…además yo no soy tan débil…!"
Mientras hablaba Rin tomó la mano de Sesshoumaru y la puso sobre su pecho desnudo, no era mentira, el corazón de su protegida latía más acelerado que de costumbre y el youkai podía oler la excitación emanando de cada parte del cuerpo de Rin.
Sesshoumaru apartó sus propios temores y movió su cabeza para encontrar la suavidad de los labios femeninos que lo recibían entreabiertos y con el sabor a sangre en la punta de la lengua. Aquel beso fue una profunda y húmeda caricia que erizaba a Rin.
Al separarse un instante, el youkai sonrió delicadamente la cubrió con besos, bajando hasta su cuello herido, al hacer contacto con sus cicatrices el príncipe recorrió cada marca de su ataque con la lengua dejando una tibia sensación de alivio y arrancaba gemidos y suspiros de una apasionada Rin.
"…awww Sesshoumaru!!"
Como si la ropa le quemara la piel Rin movió sus brazos para deshacerse completamente del kimono, Sesshoumaru se apoyó en sus palmas, separándose de ella para poder verla desnudarse impaciente. Ella tenía los ojos entreabiertos y el youkai pudo ver que resplandecían de un rojo intenso. Cuando sus miradas se encontraron ella solo sonrió y le dijo que no quería maltratar el kimono que le acababa de regalar.
Motivado por Rin, Sesshoumaru se sentó en el futón para deshacerse de sus vestimentas pero ella movió la cabeza negativamente, él se detuvo y se le dibujó una interrogante en el rostro, con una sonrisa Rin se levantó arrodillándose frente a él completamente desnuda.
"Yo quiero hacerlo…lo he soñado tantas veces…!"
Sesshoumaru tragó en silencio y se dejó desvestir por su pequeña, Rin era una contradicción estimulante porque por un lado él sabía que era virgen pero por el otro su inocencia y amor por él la motivaba a hacer cosas absolutamente seductoras.
Rin le quitó el kimono con cuidado besando la curva de sus anchos hombros con ternura y recorriendo la piel de su pecho que parecía vibrar al contacto con sus labios. Era tal como ella lo había imaginado, la piel de su Amo era un manjar delicioso del cual no quería separarse nunca.
El youkai tenía los ojos cerrados concentrado en aquella tierna caricia, su pequeña lo besaba transmitiéndole tanto amor que su pecho parecía llenarse con aquel sentimiento. Rin cubrió cada centímetro de piel pero dudó en el instante que llegó a la cintura y en el acto se ruborizó por completo. Sesshoumaru vio sus ojos cambiar de color como dos chispas en medio de la noche y con una sonrisa arrogante deshizo el nudo dejando al descubierto su hombría.
En el momento que los ojos femeninos se encontraron con la erección de Sesshoumaru, Rin suspiró dejando que su boca se abriera ligeramente, era como si supiera exactamente lo que Sesshoumaru estaba deseando. Recordó en un instante la conversación con Kagome y con una sonrisa infantil y pícara subió sus ojos hasta los de Sesshoumaru que la miraba boquiabierto.
"Que bello eres…y muy grande!!"
"RIN!!"
Sesshoumaru iba a decir algo más pero los dedos de Rin se movieron muy rápido para tocar su virilidad, como si estuviera hipnotizada la princesa movió primero un dedo y luego toda su mano sobre él de arriba abajo regocijándose en los gruñidos de placer que inundaban toda la habitación.
"Grrr! Rin…!!"
Motivada por una pasión que aún para ella era desconocida, Rin se movió hasta que sus labios tocaron la piel de Sesshoumaru y el youkai rugió diciendo su nombre. Al escucharlo completamente entregado a sus caricias la princesa sintió un frío por su espalda de emoción y se dedicó a besarlo con suavidad y lentitud. Enloqueciendo de placer al príncipe.
Sesshoumaru disfrutó de la sensación de la boca de Rin sobre él hasta lo límites de su resistencia y lentamente la atrajo hacia él para besarla en un arrebato de pasión que le sacudía las entrañas.
Rin se vio cercada por una sensación ardiente que le subía desde sus piernas hasta la nuca y reconoció el placer de tener la firme pero gentil mano de su amo dentro de ella. Al acariciarla Sesshoumaru se apoderó de su oreja para susurrarle que era su turno de sentirse amada y en un instante se vio de espaldas en el futón.
Sus labios se separaron con despacio y ella cerró los ojos emocionada al sentir como la seguía besando, con ella completamente entregada Sesshoumaru podía complacer su apetito por el dulce sabor de la piel sudorosa y colmada de pasión de su protegida.
Al llegar a su vientre Rin no pudo evitar retorcerse soltando una risita quejumbrosa mientras se aferraba a la melena plateada que le acariciaba la piel desnuda con sus largos mechones. Haciendo uso de todos sus sentidos Sesshoumaru disminuyó la intensidad de sus besos solo para torturarla y alargar aún más el placer.
Lentamente se fue acercando a la unión de sus piernas y como un lazo invisible y ensordecedor el aroma de la excitación de Rin lo atraía a que probara la esencia cremosa y húmeda que había esperado por él durante tantos años.
Con sus manos Sesshoumaru se abrió paso hacia la suave y delicada cavidad de su pareja, sus labios se humedecieron al instante y todo el cuerpo de su pequeña se tensó de éxtasis. Para Rin los minutos pasaron como siglos ante la sensación de saber que estaban haciendo el amor como ella jamás lo hubiera imaginado posible.
Delicadamente Sesshoumaru se separó para acomodarse frente a ella, la punta de hombría rozaba a Rin juguetonamente y la princesa abrió los ojos emocionada y moviendo sus piernas para que la distancia entre ellos desapareciera. El youkai sonrió de medio lado y empujó tan solo un poco, lo suficiente para que la punta de su miembro se acomodara dentro de Rin.
"Más!"
Eso fue lo único que se escuchó en ese momento y era todo lo que él necesitaba para impulsar su cuerpo dentro de ella tratando de ser firme y suave al mismo tiempo. No quería ser demasiado brusco porque sabía perfectamente que Rin sentiría dolor pero aquella súplica era demasiado incitadora para ignorarla.
Era enloquecedor abrirse paso dentro de ella y sentir que sus cuerpos se amoldaban con cada movimiento, el cuerpo virgen y tibio de Rin lo recibía con dolor y gemidos pero indudablemente era más fuerte su pasión y amor por lo que el youkai empezó a moverse rítmicamente sobre ella para disfrutar a plenitud de aquella primera noche de amor verdadero.
Motivado por su sentimiento de protección Sesshoumaru tomó la pierna de Rin y la subió hasta su cintura en un intento por aliviar su placentero incomodidad, inmediatamente y sin dejar de jadear Rin movió la otra pierna descubriendo que aquella posición aumentaba la fricción de sus cuerpos, llevándola a un nivel de disfrute físico que jamás imaginó fuera posible.
Sentirlo dentro de ella moviéndose de arriba abajo le daba la sensación de estar un mar de llamas que la hacía feliz y la convertía en toda una mujer, pronto el dolor inicial fue desapareciendo y su cuerpo le pedía más. Se dio cuenta que con el peso de Sesshoumaru sobre ella podía dejarse llevar y disfrutar, en su mente no había espacio para nada más que tener a Sesshoumaru dentro de ella haciéndole el amor. Sintiendo como el espacio entre sus piernas se amoldaba a él.
En el momento que el youkai notó que Rin se relajaba completamente, Sesshoumaru movió las manos buscando sus senos para acariciarlos sin dejar de moverse dentro de ella, sus labios se concentraron en la boca y cuello de Rin. Fugazmente el youkai recordó sus noches con Sokoe y con una sonrisa se dio cuenta que a la única mujer que él amaba era justamente la persona entre sus brazos y que decía su nombre en un murmullo.
"Sesshoumaru…te amo!"
Abandonado al placer del amor por su protegida el youkai la estrechó con más fuerza que antes y sus movimientos se volvieron intensos y rápidos buscando el punto máximo de aquella entrega. Rin abrió la boca para gritar al sentir que todo el peso de su amo se batía con fuerza sobre ella.
"SESSHOUMARU!!"
Toda su figura se transformó en una descarga de emoción y guiada solo por sus instintos apretó ambas piernas al sentir que cada músculo del cuerpo de Sesshoumaru se tensaba contra ella y algo en su interior la inundaba como una ola tibia y cremosa.
"Argggg!!!"
Aquel grito que era la demostración más clara del amor que Sesshoumaru sentía por ella la empujó al disfrute de su propio clímax y por un segundo solo escuchó el sonido de la voz de Sesshoumaru en su oído diciendo su nombre y después una sensación de total y absoluta calma y placer se asentaba por toda su piel.
Sesshoumaru no pudo controlar el peso de su cuerpo y colapsó sobre ella relajándose completamente y saliendo de ella con suavidad, su cuerpo vibraba como nunca antes, era como si al hacer el amor con la mujer que realmente amaba, una parte sentimental hubiera despertado en su corazón.
Estaba tan perdido en su propio deleite que por un segundo olvidó a Rin, miró hacia el lado y la que ahora era su esposa se aferrada a él destilando felicidad, tenía los ojos cerrados y una incipiente sonrisa dibujada en una esquina de sus labios.
Cautivado pegó su nariz a ella y se llenó con su aroma que ahora era una exquisita mezcla de ambos. Se acomodó dejando una pierna entrelazada con las de Rin y movió suavemente su mano sobre el pecho femenino hasta llegar a la cintura y así poder sujetarla con seguridad arrullado por la respiración suave de su pequeña esposa.
Rin estaba en éxtasis y todavía saboreaba la emoción de saber que sin lugar a dudas ahora eran una pareja en todo el sentido de la palabra. Eran marido y mujer, estaba emparejada con el demonio más bello y poderoso que existía. Ella, una pequeña y simple humana era la pareja del príncipe youkai.
Lo que sentía era felicidad pura y por eso tenia miedo de abrir los ojos, pero la cascada de besos en su mejilla y cuello la obligaron a parpadear. Al ver a su príncipe a los ojos no hubo necesidad de palabras entre ellos porque sus sentimientos y emociones flotaban en el aire envolviéndolos en una burbuja de felicidad y amor verdadero.
Con suavidad Rin acarició el rostro de su esposo que ahora tenía una expresión serena. Quería decirle que estaba feliz y realizada pero las palabras se negaban a dejar sus labios para que él la escuchara. Al contemplarla Sesshoumaru supo en su corazón que no encontraría ninguna mujer como ella, que lo amara con tal fervor o fidelidad.
La atrajo hacia la tibieza de su pecho y la abrazó con fuerza, Rin se dejó envolver por sus brazos al borde de los gritos. Quería gritar a los cuatro vientos que era la mujer de Sesshoumaru que había tenido a ese ser maravilloso y fuerte dentro de ella moviéndose primero suave y luego fieramente. Sentía los músculos adoloridos pero soportaba aquella `molestia' con la más grande de las sonrisas.
Sosteniéndola entre sus brazos Sesshoumaru era el demonio más feliz del mundo porque había encontrado el amor que tanto le hacía falta. Acariciando su cabeza le habló sin moverse.
"Rin?"
"Ah?"
"Cómo estás?"
El youkai la sintió sonreír contra su pecho y pudo escuchar claramente como se reía. Rin estiró los brazos buscando estar a su nivel para verlo a los ojos cuando le contestara.
"Estoy feliz…ya soy tu esposa verdad que si?"
"Si princesa...no te lastimé mucho o sí?"
Rin se ruborizó completamente y negó con la cabeza sin dejar de verlo directamente a los ojos. Había algo aún más hermoso y cautivador en la mirada de su amo y eso la conmovió hasta las profundidades de su alma, haciendo que sus ojos se vieran inundados por lágrimas.
Al verla romper en llanto Sesshoumaru sintió tal ternura que no se molestó en disimular su sonrisa para que ella pudiera verlo. Rin abrió los ojos y llevó suavemente sus dedos sobre los labios youkai pensando que era la mujer más afortunada que hubiera existido por tener el amor de Sesshoumaru.
"No llores pequeña!"
"…es que soy muy feliz…um! Pero tu estás feliz?"
Sesshoumaru levantó la ceja sorprendido aquella mujer maravillosa y desquiciadamente deliciosa estaba preocupada por que él estuviera feliz, le hubiera gustado que ella tuviera sus sentidos para que pudiera saber lo satisfecho que estaba de haberle hecho el amor.
"Mucho…de hecho recuerdas lo que te pregunté en la tarde?"
Rin frunció el ceño un instante para luego abrir lo ojos y morderse el labio sonrojada. Se aclaró la voz y le dijo que si.
"Si, que si sabía lo que era emparejarse con un demonio?"
"Así es, y recuerdas que te dije?"
"…ahem…bueno que los demonios no…que una vez no es…suficiente…!"
"Exacto!"
Sesshoumaru la miró con una expresión arrogante y divertida pasando sus dedos sobre la piel con suavidad. Rin se puso tan roja que se escondió bajo el cuello de su pareja tratando de controlar la risa. Pero luego ella se calmó y le habló con una voz clara y decidida, demostrando una vez más cuan grande era su devoción hacia él.
"Me entrego a ti para hacerte feliz!"
"…!!!"
En momentos como ese Sesshoumaru no podía evitar sentirse algo insignificante porque aquel corazón humano y `débil' era una fuente inagotable de sentimientos y emociones, todos para él.
La miró intensamente pero su esposa no dijo nada solo sonrió como cuando era niña acariciando su plateada cabellera. Sesshoumaru tomó el rostro de Rin y la besó con la boca entreabierta, cuando ella suspiró el príncipe aprovechó para deslizar su lengua dentro de ella juguetonamente, sintiendo que Rin parecía derretirse entre sus brazos y al calor de sus besos.
Se besaron largamente y con tranquilidad, Sesshoumaru aprovechó que ella estaba como adormecida por sus besos para acariciar sus curvas con lentitud y luego buscó la manta para arroparla sujetándola por las caderas en una actitud posesiva y sugestivamente agresiva.
"Vamos a dormir un rato Rin!"
"Pero yo creí que…!"
"Es mejor que recuperes energías!"
Rin lo miró un instante y bajó su mano, los labios femeninos se formaron en una sonrisa y de su boca solo se escuchó un sonoro suspiro. Sesshoumaru no le quitó los ojos de encima, estaba tan estimulado por Rin que continuaba erecto y sentía un agradable calor en su cuerpo. Al contacto con los pequeños y delicados dedos que lo acariciaban el youkai sentía su piel vibrar.
(Por Kami…en serio que es un demonio, pero no puedo dejarlo así debe haber algo que yo pueda hacer por mi esposo…soy su esposa y él es mi esposo…somos esposos…esposa de Sesshoumaru…Waaaa! Eso suena perfecto…)
Los pensamientos de Rin se vieron interrumpidos al sentir que incitado por ella Sesshoumaru le estaba acariciando el pecho, moviendo sus pulgares sobre el suave y rosado pezón que coronaban sus abundantes senos. La princesa cerró los ojos y comenzó a jadear en una actitud que reflejaba que se sentía más segura y cómoda que antes.
Sesshoumaru rápidamente desechó su idea de dormir sintiendo las manos de Rin recorrer su piel, palpando cada centímetro. Todo su cuerpo respondía a sus manos como él jamás hubiera imaginado y eso lo liberaba; definitivamente su protegida era la única mujer digna de su amor.
El demonio se separó de ella la acostó de espaldas y llevó su boca hasta el pecho desnudo para seguir con sus caricias de una manera más gratificante. Cubrió cada pezón con su boca saboreándolo con la lengua, mordisqueando de una manera tan provocativa que Rin sintió como su cuerpo se calentaba por dentro humedeciendo sus entrañas.
"Sesshoumaru hazme tuya otra vez, quiero que estés dentro de mi!"
"…"
Sesshoumaru abrió los ojos y sin pensarlo se deslizó dentro de ella con tal facilidad que no pudo hacer otra cosa más que rugir, porque los músculos femeninos se cerraban sobre él como una trampa de piel. Entraba y salía de ella con total control de su cuerpo, disfrutando de estar tan unido a su mujer y sentir que estaba bien dejarse llevar por el amor que burbujeaba en su interior.
Fue una noche de amor y pasión como sacada de una leyenda de amor donde él era un príncipe enamorado de la criatura más hermosa de todas. Cuando finalmente las fuerzas de Rin cedieron Sesshoumaru la acurrucó como a una niña para que pudiera dormir.
"A dormir princesa!"
"Si estoy cansadita!"
Sesshoumaru torció la boca en una mueca arrogante y divertida mientras la acostaba con amor, puso la manta sobre ella y la abrazó por detrás, mordisqueando su lóbulo. Rin tenía sueño pero tenía los ojos muy abiertos, a pesar de haber hecho el amor dos veces Sesshoumaru aún no le decía que la amaba y eso la atormentaba.
"Sesshoumaru?"
"Dime?"
"Tu me quieres?"
El youkai abrió los ojos al escucharla y le dio vuelta para poder verla de frente. Rin tenía una expresión de duda ensombreciéndole el rostro, consideró las palabras de su esposa un instante y comprendió que para ella hacer el amor era tan importante como escucharlo expresar sus sentimientos con palabras.
"Si!"
"…"
La expresión de Rin se ensombreció más que antes y Sesshoumaru movió los ojos sobre ella exasperado por no comprender que más decir, si acababa de admitir que la quería.
Con una sonrisa resignada Rin se acurrucó en su pecho y cerró los ojos. Tenía los ojos llenos de lágrimas desesperadas por salir, pero ella apretó los ojos concentrándose; en el momento que sus pupilas se dilataron y sus ojos cambiaron de color pudo reconfortarse con la suavidad de la piel de Sesshoumaru y entregarse al sueño que le adormecía el cuerpo.
(Yo quería que me dijera que me quiere, no que lo admita porque yo se lo pregunto…pero él no es así y yo me enamoré tal y como es…)
Al sentir que ella se relajaba y lo abrazaba Sesshoumaru respiró aliviado, pronto Rin se quedó dormida entre sus brazos y él tuvo la libertad de contemplarla mientras dormía con la melena azabache sobre ella y a la vez mezclándose con su propio cabello.
Con cuidado de no despertarla Sesshoumaru le palpó las cicatrices de la espalda y se fijó en la herida del hombro que había tomado un tono rojizo intenso y parecía extenderse mas ancha sobre la piel. Al observar aquel cambio el youkai sonrió complacido, ya no había duda que ella era su esposa porque el rojo era el mismo de las marcas en su propio rostro.
(Nunca me había sentido así, cuando besé a Sokoe sentí placer, pero con Rin fue completamente distinto una energía que me llegaba hasta lo más profundo. Su piel es tan suave, la forma como me mira, su sonrisa, su voz, su sinceridad y esa inocencia a flor de piel, se dará cuenta lo estimulante que es para mí? Besarla y estar con ella es simplemente el placer más gratificante de toda mi vida. Sus labios son finos y dulces y no conocen otra boca más que la mía. Su cuerpo no conocerá más que mi piel y mis caricias. Usaré todo el tiempo que me queda en este mundo para hacerla feliz y que no se sienta sola o triste nunca más. Tendremos hijos hermosos y fuertes…mis hijos…)
Durante la noche Sesshoumaru no cerró los ojos para poder verla moverse en sueños murmurando su nombre con una sonrisa. El youkai solo podía imaginar que sueños estaría teniendo su pequeña. Estaba jugueteando con su cabello cuando el demonio comprendió la sonrisa triste de Rin antes de quedarse dormida.
Acercándose a ella la sacudió con suavidad y la llamó por su nombre susurrándole al oído, aún dormida se acurrucó a él pidiéndole que la dejara dormir.
"Sesshoumaru tengo sueño…!"
"Tengo algo que decirte después podrás dormir!"
"mmm…ok!"
Rin se restregó los ojos y con un suspiró fijó su mirada en el demonio frente a ella que la sacudía para que se despertara. La princesa bostezó una vez más y se sentó en la cama, el youkai hizo lo mismo alcanzándole la sabana para que no tuviera frío. Rin tomó la tela y se cubrió dejando sus hombros desnudos, mientras que con una mano se acomodaba el cabello detrás de las orejas y fuera de su rostro.
Sesshoumaru la atrajo a la comodidad de su regazo y la tomó por la barbilla para besarla en los labios con ternura antes de hablar.
"Rin estás despierta?"
"mm si…que pasó estás bien mi amor?"
"Si…Rin yo te amo!"
"…"
Al escucharlo Rin parpadeó pensando que seguramente estaba en un sueño y lo miró con tal emoción que Sesshoumaru se sintió arrasado por el sentimiento. Con una mirada incrédula y una sonrisa a medias Rin llevó su mano hasta poder acariciar el rostro del youkai. Pasó los dedos por sus mejillas, sus ojos y finalmente sus labios. Al hablar su voz era como el eco de un deseo reprimido y abandonado al olvido hacía muchos años.
"He esperado tanto tiempo para escuchar esas palabras…estás seguro que no estamos en un sueño?!"
"Muy seguro!"
"Yo también te amo mi amor, con todas mis fuerzas"
Con los ojos llenos de lágrimas Rin se dejó besar y abrazar por Sesshoumaru que se sentía complacido de haberle dicho lo que ella tanto deseaba. Se quedaron así abrazados un largo rato sin hablar, solo disfrutando de estar juntos, con la conciencia de que su amor era algo poderoso, maravilloso, único y muy real.
En su mente Rin sentía que su vida estaba completa y ya no habría más sufrimiento y soledad por lo que cerró los ojos permitiendo que el aroma de Sesshoumaru calara en su piel. Se sentía tan feliz que Sesshoumaru permitió que el sueño lo venciera abrazado a Rin, cuando ella se dio cuenta no pudo evitar la sonrisa y dándole un beso en los labios se acurrucó entre sus brazos y cerró los ojos para descansar después de aquella noche de amor de la que despertaría acompañada.
……………………… ……
A/N: Bueno cuénteme que les pareció? A mi me encanto escribirlo porque refleja el amor incondicional de Rin y la pasión que siente Sesshoumaru por ella.
Todos los reviews que me dejan son maravillosos y me inspiran.
Diosa del viento: Te extraño mucho…donde estás??
Itzi: Me encantó tu review `obra maestra'? Jajaja no creo pero gracias por decirlo y por favor mantente alejada de las ventanas jeje!
Adriana: Hecho a tu medida: cap XL!!
Aome: Que bueno que te gustó mi historia y me alegra saber que tiene de todo un poco.
Naoko y Arline: Gracias chicas por ser tan lindas conmigo.
Misao-20, Daniela, Carolsue y Kathy: Espero que la espera valga la pena..
Chispita: Un abrazote y un beso!
Lou: Espero que no te decepcione porque me propuse hacerlo lemon candente :P pero romántico a la vez.
BunnySaito: No te volviste a desaparecer o si?
Eva: Aquí estoy, disfruta la lectura!
Cristal: Me mandaste muchos reviews que me encantaron y creo que he cometido la descortesía de no responderte así que te agradezco por aquí!
Padilla: Ojalá te emociones con este cap jeje!
Valentina: Te agradezco lo que me dijiste la última vez que hablamos porque me ayudo a enfocar a Sesshoumaru mejor.
Victoria: Donde rayos te has metido?…I demand to know what happens next!*grin*
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