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Capitulo 29

Marido y Mujer

………………………

Rin se abrió los ojos y se dio cuenta que ya había amanecido, se llevó la mano al pecho porque sentía una suavidad inusual acariciando su piel desnuda, al bajar la mirada sus ojos se encontraron con una especie de estola que mas bien parecía la cola de algún animal alrededor de su cuerpo.

Estaba tan ensimismada en la suavidad de aquella prenda que sus sentidos tardaron dos minutos mas en darse cuenta que estaba sola en la cama, viendo de cerca su inusual cobija supo que era la estola que Sesshoumaru había usado tantos años atrás.

(Era lo que usaba cuando yo era pequeña es tan suave…pero donde estará?...)

Se abrazó a la estola blanca y sus oídos le advirtieron que alguien estaba en el cuarto de baño, rápidamente buscó su ropa, encontrándola entre las sábanas que habían sido testigos silenciosos de su amor, finalmente y después de muchos años de fiel espera ahora era la esposa de su amado Sesshoumaru.

Se puso la yukata y después de fijarla a su cintura se dirigió al cuarto de baño, estaba segura que vería a Meilin pero cuando sus ojos reconocieron la figura de Sesshoumaru su corazón empezó a latir acelerado, estaba de espaldas a ella sacando algo de uno de los muebles del aposento, fijándose bien Rin se dio cuenta que el baño estaba listo como esperando por ella.

"Sesshoumaru?"

"Buenos días princesa!

El youkai se dio la vuelta con su acostumbrada gracia para recibir a su joven esposa con la más clara expresión de felicidad adornando sus facciones. Sin dudarlo, Rin se abalanzó a sus brazos y le dio un emotivo beso de buenos días, mientras deslizaba ambas manos dentro de la yukata de su marido para poder sentir el calor de su sedosa piel.

"Buenos días mi amor, que estás haciendo?!"

"Preparo el baño, espero que no esté muy caliente para ti!"

"…"

Aún pegada a él Rin no fue capaz de vocalizar su asombro ante aquella explicación y Sesshoumaru se rió entre dientes al comprender la sorpresa de su pequeña y delicada esposa, tanto que con ternura le dio un beso en la frente mientras la estrechaba con firmeza.

"Que pasa pequeña acaso no me crees capaz de preparar un baño?"

"…n-no es eso, en serio me preparaste el baño, tu solito?"

"Si y es `nuestro' baño…"

Rin chilló de emoción y sin dudarlo ni un segundo aflojó la cinta alrededor de su cintura, luego moviendo los hombros juguetonamente, hizo que la suave tela se deslizara fuera de su piel dejándola completamente desnuda ante la diversión y deleite de Sesshoumaru que tan pronto la vio descubierta la besó en los labios en un despliegue de amor y pasión, reservados únicamente para la intimidad con su esposa.

Alargando su brazo para tocar el agua Rin comprobó que tenía una temperatura perfecta y se preparó para entrar, pero Sesshoumaru la detuvo sujetándola por la cintura.

"Que? El agua esta rica!"

"…"

Tomándola en brazos el youkai la levantó y luego la depositó suavemente en el agua, Rin se sumergió y al salir se aferró al borde de la tina en espera de que él también hiciera lo mismo. Con una sonrisa arrogante Sesshoumaru se deshizo de su yukata lentamente bajo la mirada emocionada de su esposa que más que verlo lo admiraba, luego viéndola a los ojos se metió en el agua.

Una vez dentro Rin se acercó a él rodeándolo con los brazos por el cuello y sentándose en su regazo, se sentía en las nubes al imaginarse que él, el youkai más poderoso y temido de aquella región se hubiera tomado la molestia de preparar el baño mientras ella aún dormía.

Sesshoumaru no tenía que esforzarse mucho para adivinar la felicidad de Rin, porque desbordaba emoción por cada uno de sus poros, como si la regara en el aire sin siquiera darse cuenta. El youkai no recordaba haber sentido tal placer de tomar un baño como ahora y la miró a los ojos sonriente.

"Estas feliz?"

"Siiiiii! Eres el esposo más bello y amable de todo el mundo!"

"…"

Se besaron con tranquilidad disfrutando de aquel momento de intimidad tan agradable. Sin que ella se lo pidiera, el youkai la puso de espaldas y movió sus manos sobre ella para darle un masaje y Rin quiso embotellar la emoción de aquel instante. Era su primer baño como marido y mujer, una confirmación más de que su sueño era realidad y que ser la pareja de Sesshoumaru era la felicidad que por tanto tiempo la había eludido.

Con su cuerpo a merced de las manos de Sesshoumaru Rin disfrutó del masaje más relajante y excitante de toda su vida, hubiera sido maravilloso que solo deslizara sus garras sobre ella, pero no, el gran Sesshoumaru, el más bello de los príncipes youkai, sabía dar un masaje.

Sesshoumaru sonrió escuchando como Rin expresaba su placer con pequeños sonidos y siguió masajeando la espalda, era divertido ver como después de hacerle el amor ella se hubiera olvidado como por arte de magia de sus marcas, que hasta un par de días atrás la atormentaban. Dejando de mover sus manos suavemente la atrajo un poco más cerca de él, lo suficiente para besar sus hombros.

Al contacto de los labios sobre su piel, Rin empezó a carcajearse y chapotear como una niña por las cosquillas, detrás de ella solo escuchó una risa entre dientes y la voz de su marido que le decía que se quedara quieta.

"Sesshoumaru me da cosquillas!!"

"…ssh!"

Con calma Sesshoumaru la sentó en su regazo rodeándola con ambas piernas y así comérsela a besos mientras las risas de Rin inundaban el ambiente. Estaban tan absortos uno con el otro que Sesshoumaru notó la presencia de Meilin solo cuando la muchacha estaba en el umbral de la puerta viéndolos con los ojos desorbitados.

Sesshoumaru borró la sonrisa de sus labios y miró a la inocente muchacha con cara de demonio enloquecido, Meilin quería moverse pero no pudo, la escena frente a ella era magnética y preciosa lo único por hacer era rogar a todos lo dioses que su amo la perdonara y se reprendió a sí misma por entrar sin anunciarse.

Rin se volvió a verlo con un reproche en sus labios cuando dejó de acariciarla pero sonrió al ver a su nueva ayudante. Se acomodó de frente, le dio un beso en la mejilla al príncipe y sin inmutarse saludó a Meilin con una gran sonrisa.

"Buenos días Meilin, que trajiste? Lo que sea puedes dejarlo ahí ya mi esposo me preparó el baño, hoy puedes tomarte el día libre si te necesito te llamo está bien?"

"…"

La pobre muchacha estaba como estatua con los ojos clavados en la escena frente a ella, los dos se veían tan felices y enamorados que era como un espejismo de belleza y encanto. Parecían sacados de una pintura, una representación en vivo y a todo color de un sueño romántico.

La youkai se quedó un segundo más viéndolos, eran tan hermosos con sus largas y mojadas melenas creando el más seductor de los contrastes. La piel mojada parecía resplandecer y la noción de sus cuerpos desnudos ocultados bajo el agua, hizo que la muchacha ahogara un suspiro y tragara en silencio al recordar como los había sorprendido en medio de un juego romántico y sensual de caricias y besos.

Meilin vio a Rin a hurtadillas, sin duda estaba más hermosa que nunca y el olor en el ambiente era sofocante y exquisito…olía a deseo, a pasión pero sobre todo amor, era como si los sentimientos y demostraciones de cariños estuvieran flotando en el aire para que todo el mundo se diera cuenta de lo que compartían aquellos dos seres que habían estado juntos toda una vida. Aquel aroma era el más intoxicante y potente que la joven youkai hubiera tenido la oportunidad de percibir en su vida.

Al ver que la muchacha no reaccionaba Rin le habló con suavidad sin dejar de mover su mano sobre la espalda de Sesshoumaru que tenía la nariz sumergida en el cuello de su esposa.

"Meilin te sientes bien?"

"…s-si princesa!"

"Ah que bueno, ya puedes retirarte!"

La youkai trató de bajar la cabeza en una reverencia, pero sus ojos seguían en la pareja frente a ella. Parecía un espejismo ver la expresión suavizada de Sesshoumaru, pero tenía que recordarla para poder contarles a todos que había visto al príncipe sonreír.

Sesshoumaru se estaba impacientando con la interrupción y entrecerró los ojos listo para vociferarle a Meilin que se largara de una buena vez pero no lo hizo porque supuso que la mujer se desmayaría del susto. Separándose de la suavidad de la piel femenina, se aclaró la voz y le habló pausadamente, como burlándose de ella.

"Ya escuchaste a la princesa, retírate y que nadie más nos moleste"

"…pero mi amor, tengo hambre!"

Sesshoumaru resopló y parpadeó divertido por la actitud poco seria e infantil de Rin, era tal su orgullo de haberse convertido en su esposa que no le importaba que los viera una sirviente en pleno baño, es más, estaba seguro que tan pronto lograra salir de la habitación Rin proclamaría a los cuatro vientos que ya eran una pareja.

Viendo a Meilin de reojo Sesshoumaru le dijo que les trajera el desayuno y que después de eso no querían ser molestados, la muchacha sintió un impulso de energía y dando un rápido giro salió de la habitación con el corazón en la boca.

Una vez que estuvieron solos Sesshoumaru recibió con gusto los masajes de Rin, sintiéndose feliz estrechó a su esposa entre sus brazos y se dejó besar el rostro húmedo con los ojos cerrados, mientras movía suavemente los dedos sobre la espalda cubierta de cicatrices.

Al palpar la piel irregular y maltratada el youkai sintió como si una fuerza poderosa le estrujara el corazón, el sacrificio de su pequeña todo en nombre de su amor era inmenso y completamente sincero y eso lo motivó a hablar con voz muy queda y sin abrir los ojos.

"Te quiero pequeña…"

Rin dejó el beso que le estaba dando en la mejilla a medias y parpadeó varias veces como si estuviera comprobando que no estaba dormida luego respiró profundo y se separó lo suficiente para ver el rostro frente a ella. Sesshoumaru continuaba con los ojos cerrados y ella torció la boca como confundida.

Lentamente Sesshoumaru abrió los ojos y sonrió mientras repetía las palabras que Rin había escuchado.

"Te quiero pequeña…más de lo que te imaginas!"

La princesa no fue capaz de vocalizar algo más que no fuera un gran y profundo suspiro, para que no la viera con los ojos aguados se aferró al cuello de su esposo varios minutos conmovida por aquel momento de amor y sinceridad.

Con Rin abrazada a su cuello, Sesshoumaru empezó a hablar suavemente en su oído, quería expresarle todo lo que sentía, era como una necesidad de darle vida a sus propios sentimientos y anhelos que solo eran posibles junto a Rin.

A medida que Sesshoumaru hablaba Rin solo se aferraba con más fuerza dominada por la emoción de escuchar aquel despliegue sentimental.

"Antes de que tu llegaras yo estaba solo y sin nada que me motivara, cuando me encontraste en el bosque quise alejarte pero tu permaneciste a mi lado y eso me conmovió. Eras tan pequeña, tan maltrecha e inocente, no me tuviste miedo…desde que estas conmigo tengo algo que me importa, alguien a quien proteger que se preocupa por mi…lamento haberte hecho sufrir…"

Sesshoumaru no siguió hablando silenciado por la mano de Rin sobre sus labios, ella estaba con los ojos llenos de lágrimas pero sonriente y moviendo la cabeza suavemente como diciendo no.

"No sigas, es que me estas haciendo llorar…no importa lo que haya pasado antes, este momento ahora…aquí bañándonos juntos, sabiendo que soy tu esposa, es lo que siempre quise…yo te amo con cada fibra de mi ser, estar contigo es lo único que tiene sentido para mí…bueno eso y otras cosas…"

"Otras cosas, que cosas?"

Rin se carcajeó al ver el ceño fruncido de Sesshoumaru y se acercó para darle más besos en la cara pero el príncipe la sostuvo por la cintura demandando una explicación.

"Que otras cosas pequeña, lo que sea, dímelo y yo lo conseguiré!"

La princesa lo volvió a ver en silencio, recorriendo sus facciones con la mirada, enredando sus dedos en el cabello mojado y recorriendo con la mano el pecho fuerte y ancho del youkai, luego puso cara de determinación y le habló con determinación y una sonrisa totalmente tierna e infantil.

"Quiero bebés perritos…como 6!"

Sesshoumaru se quedó con las palabras en la boca y una expresión de sorpresa que le borraba la seriedad de su rostro. Abrazada a él Rin empezó a decirle que nombres había pensado para sus bebés pero cuando ella mencionó que seguramente le gustaría ponerle a uno Inuyasha, Sesshoumaru abrió la boca en total desacuerdo.

Con toda la naturalidad del mundo Rin puso su dedo índice sobre los labios youkai y le recordó que para ella Inuyasha era muy importante porque siempre la había tratado con cariño y que de todas formas como iban a tener 6 bebés no habría ningún problema en ponerle a uno el nombre del hanyou.

Sesshoumaru estaba fascinado con aquella actitud y por primera vez se sintió un ser con una pareja verdadera, una compañera hecha a su medida alguien que no le temía, que lo amaba con devoción, una mujer lo suficientemente fuerte y decidida como para tratarlo con amor y ternura pero que no lo dejaba hablar u opinar.

"Pero Rin…porque? Ese nombre es muy feo!"

"Jajaja no digas eso, él me defendió de Sokoe y me dio fuerzas cuando estaba enferma, además es tu hermano y tu lo quieres!"

Al escuchar el razonamiento de su esposa Sesshoumaru levantó una ceja y le habló con un tono entre incrédulo y juguetón.

"Rin mi pequeña kanai, quien te dijo eso?"

"Nadie, yo lo sé…antes siempre decías que lo ibas a matar pero cuando tenías la oportunidad nunca lo hacías, yo me acuerdo"

Sesshoumaru no le dijo nada viéndola con los ojos entrecerrados y una sonrisa debajo de sus labios, no estaba seguro de sus sentimientos para con su hermano pero lo que si era seguro era su amor por aquella mujer que aún conservaba mucho de niña. Analizando las palabras de su esposa, Rin no dejaba de tener razón y supuso que en alguna parte de su corazón había cierto grado de tolerancia para con su hermano menor.

"Entonces quieres bebés perritos pero…6 no es mucho? No quiero que nada malo te pase!"

"Nada va a pasar, vamos a ser una familia muy unida y feliz y tu nos protegerás!"

"Lo que tu digas princesa!"

"Hablando de eso…tu crees que ya esté embarazada?"

Sesshoumaru le sonrió sin mostrar los dientes palpando sus curvas bajo el agua, su mujer era una mezcla de inocencia y sensualidad que simplemente lo cautivaba borrando toda la soledad de su vida antes de encontrar el amor en sus brazos.

Rin se acurrucó contra él al sentir como la acariciaba suavemente con las manos abiertas, Sesshoumaru sabía que en el momento que Rin estuviera embarazada él lo sabría, pero por el momento no había nada diferente.

"Todavía no pequeña…ten paciencia, te daré los bebés perritos que tanto quieres!"

Abrazada a él Rin cerró los ojos y se sumergió un poco más en el agua mientras Sesshoumaru seguía acariciándola, podía sentir a su marido excitado contra su piel por lo que se levantó para sentarse sobre él disfrutando la mirada lujuriosa en los ojos youkai. Una vez que la esencia de su esposo se perdió entre sus piernas Rin comenzó a moverse de un lado hacia otro con suavidad.

Sesshoumaru no decía nada quería disfrutar de la iniciativa de Rin en silencio pero si movió sus manos hasta la cintura femenina para ayudarla a moverse a un ritmo más enérgico para satisfacer su deseo. Tan pronto como los movimientos la hicieron olvidar su entorno Rin cerró los ojos y sin medirse, sus jadeos llenaron la habitación de un ambiente sensual y apasionado.

Motivado por Rin, el youkai llevó sus labios hasta el pecho femenino para besarlo, sus besos pronto se extendieron a sus hombros subiendo por el cuello hasta llegar a encontrarse con los labios que repetían su nombre en un tono suave que enloquecía a Sesshoumaru.

"Sesshoumaru…!"

Se movieron rítmicamente con el agua acariciando sus cuerpos hasta que ninguno de los dos pudo soportar más y sus energías desataron una explosiva sensación de bienestar y satisfacción en toda su piel. Sesshoumaru quería permanecer dentro de su esposa pero no se atrevió a decirle nada y su cara se iluminó con una sonrisa cuando Rin le susurró que le gustaba sentirlo dentro de ella.

"Me encanta estar así…`juntos'!"

"mmm a mi también!"

Estuvieron abrazados y besándose apasionadamente hasta que finalmente el agua empezó a enfriar y Sesshoumaru sintió que Rin tiritaba en sus brazos, dándole un último beso jugueteando con su labio inferior entre sus dientes, el youkai le propuso salir de ahí para que no se enfermara.

"Vamos pequeña el agua se está enfriando, no quiero que te enfermes!"

"Pero…"

"Vamos, pronto traerán el desayuno, no me contradigas!"

"Está bien tu eres el Amo!"

"RIN!!"

"Que? Tu eres mi Amo, yo soy tu esclava de amor!"

Sesshoumaru se carcajeó cautivado por la picardía de su mujer que se dejaba poner la yukata mientras le acariciaba el pecho dándole besitos. En la mente de Rin por momentos había desconcierto al comprender que aquello era real, ser la esposa de Sesshoumaru era ahora parte de su vida cotidiana.

En cuanto ella estuvo vestida Sesshoumaru la llevó cargada hasta el futón que ahora estaba perfectamente arreglado. Los dos escucharon como alguien se movía al otro extremo de la pared, en un susurro Rin le preguntó a Sesshoumaru quien era, la respuesta del youkai fue mover las manos como si volara.

"Anciano que rayos haces? Donde está el desayuno de la princesa?"

Por la pared de madera apareció el rostro sonriente de Folken llevando la bandeja con el desayuno, después de poner la bandeja en el suelo se acercó a su hija para darle un beso de buenos días ante la mirada atenta de su amo.

"Buenas días princesa, dormiste bien?!"

"Hola, dormí muy bien, abrazada a mi esposo…jejeje suena lindo verdad? Mi esposo!!"

Detrás de ellos Sesshoumaru sonrió porque todas sus suposiciones sobre la soltura de Rin para proclamar a los cuatro vientos su nueva condición eran acertadas. Folken le acarició el rostro y le dijo que era maravilloso, ella estaba tan feliz que le preguntó por Sukime dejando en evidencia su relación amorosa.

Dándose cuenta de su error Rin le pidió disculpas a su padre adoptivo pero él ni se inmutó y le dio un beso en la frente cariñosamente. Cuando Sesshoumaru le habló el youkai se volvió con una sonrisa.

"Anciano tienes una nueva pareja?"

"Así parece, que piensa jovencito?"

"Umm lo estabas tratando de ocultar?"

"Ocultarlo? Claro que no, a mi edad encontrar de nuevo amor es un milagro!"

Al escuchar a su sirviente Sesshoumaru posó sus ojos en Rin que se entretenía con los alimentos de la bandeja presa de su apetito, sonriendo de medio lado se aproximó hasta ella para sentarse a su lado y llamar su atención con un roce de su mano sobre el cabello aún húmedo de Rin.

En ese momento el viejo youkai se dio cuenta que el corazón de su amo había dejado de ser frío y solitario, una eternidad en la tierra le había tomado aquel demonio fuerte y poderoso encontrar el amor y ahora que lo tenía Folken estaba seguro que cuidaría a su delicada esposa como el tesoro que era.

"Bueno como ya la princesa tiene su desayuno yo me retiro…Rin!"

"Si dime Folken-sama?"

"No te olvides de los pequeños, querían venir conmigo pero Inuyasha no los dejó!"

"Ahh pobrecitos, diles que saldré en un rato!"

"Claro mi niña!"

Cuando Rin terminó de comer se acurrucó junto a Sesshoumaru que la arropó con la estola y dejó que se acomodara sobre su pecho, disfrutando que ella moviera los dedos bajo la tela de su kimono, al fijarse en él Rin notó una sombra de preocupación y sin dudarlo le preguntó que le pasaba.

"Mi amor en que piensas?"

"En los días que estuvimos separados cuando estúpidamente dejé que te fueras a la aldea de Inuyasha…fueron los días mas espantosos y tristes de mi vida, no quiero que eso vuelva a suceder, no quiero que te separes de mí nunca!"

Conmovida por las palabras del youkai Rin le dijo que ese era también su deseo y lo besó en los labios con ternura abrazándolo con fuerza.

"Estaremos juntos siempre, porque te preocupas con esas cosas?"

"Has pasado por tantas cosas todo por mi culpa!"

"Y? Ya eres mío!"

Sesshoumaru dejó escapar una risita y la sujetó por las mejillas con suavidad y le dijo entre besos que era hermosa y divertida. Luego, arrullada por el youkai Rin cerró los ojos y fue cayendo en un suave letargo. Un rato después se despertó con Sesshoumaru junto a ella observándola.

"Hola!"

"Hola pequeña, creo que tienes que salir a ver a tus admiradores!"

"Me acompañas?"

"Hai!"

La princesa se desperezó un poco y luego buscó confort en los brazos de su youkai, aunque no quería ser demasiado melosa no lograba controlarse quería aprovechar cada oportunidad que había perdido durante sus años de adoración silenciosa.

Aun así, un sentimiento de inseguridad la atacó y se separó bruscamente de Sesshoumaru sin siquiera verlo a los ojos. El príncipe se crispo al ver como ella se apartaba y alargando los brazos la detuvo antes de que saliera de su alcance.

"Que sucede porque te separas así?"

"Es que…no te molesta que siempre está abrazándote?"

"No, que estás pensando? No comprendes que eso es una de las cosas que mas me gusta de ti, lo cariñosa que eres, cuando me abrazas puedo escuchar los latidos de tu corazón. Rin he pasado días negros y solitarios pero tu compañía ilumina mi vida con sentimientos maravillosos que me hacen un `mounstro' feliz…"

"De verdad eres feliz?"

"Hai!"

Dándole un beso y un abrazo la princesa permaneció un par de minutos junto a él y luego se levantó y fue a buscar uno de sus kimonos nuevos para ponerse, luego se volvió a sentar frente a él mientras se desvestía con una suave sonrisa y sin dejar de ver a su esposo a los ojos, Sesshoumaru le sonrió y la admiró en silencio ayudándola a ponerse el kimono de color lila que había sido de su madre.

Una vez vestida Rin pasó las manos sobre la tela y suspiró diciendo que con aquellos kimonos realmente se sentía como una princesa, luego Sesshoumaru se puso de pie y tomándola de la mano con amor la ayudó a levantarse.

Cuando salieron de la habitación Rin respiró profundamente llenando sus pulmones con el aire fresco del mediodía. Caminaron por el corredor tomados de la mano hasta llegar al patio principal donde Kali y Van jugaban entre las flores del castillo. Al ver a su amiga los dos salieron a su encuentro con los brazos abiertos.

Soltando a su mujer de la mano, el príncipe dejó el camino libre para que su pequeña pudiera abrazar a sus admiradores. Que le preguntaron con su acostumbrada inocencia si ya habían hecho cosas para tener bebés.

Al escucharlos Rin se carcajeo y con orgullo les dijo que si haciendo las delicias de Sesshoumaru que permanecía muy cerca de ella.

"Entonces pronto vas a tener bebés perritos?"

"Siii no es genial?!"

"Siii y nosotros te vamos ayudar a cuidarlos!"

"Claro que sí!"

Al contemplar aquella escena Sesshoumaru agradeció a los dioses una vez más haber encontrado a Rin en aquel bosque, había pasado tanto tiempo para que finalmente el tuviera amor en su vida que por momentos era tan intoxicante que se sentía irreal.

Rin estuvo un rato largo con los pequeños jugando entre las flores y cuando ellos le pidieron ir a dar un paseo fuera del castillo tanto Rin como Sesshoumaru accedieron de buena gana.

Estaban paseando en el bosque jugando a las escondidas y un poco alejados de Sesshoumaru cuando al pasar entre un par de árboles Rin sintió una presencia extraña y sin detenerse a pensar corrió hasta donde estaban los pequeños.

Cuando los encontró, los dos estaban como petrificados de espaldas a un árbol y con la mirada fija frente a ellos, sin medir el peligro en que se encontraba Rin dio un paso para estar entre ellos y lo que fuera que los había asustado, el corazón en su pecho empezó a latir fuertemente y al fijar la vista delante de ella pudo ver al enfurecido demonio que los acechaba.

El youkai no era robusto y se podía percibir su furia con solo mirarlo, rápidamente Rin buscó a Sesshoumaru con la mirada pero no estaba por lo que extendió los brazos como para proteger a los pequeños y lentamente dio varios pasos hacia atrás, agrandando el espacio entre ella y el demonio.

Al verla el mounstro gruñó y le mostró las garras amenazador, tenía los ojos violeta y en su mano derecha llevaba un animal muerto. A pesar de que sentía miedo Rin no se inmutó pero si parpadeó para concentrarse en el demonio y así poder escuchar sus pensamientos con claridad, pensamientos que le llegaban como un torbellino de dolor, desesperación y rabia.

"Quien eres y que haces aquí?"

Detrás de ella, Van y Kali se abrazaban estrechamente presas del miedo y con ganas de salir corriendo pero ninguno hizo nada y permanecieron abrazados.

"Rin tengo miedo!"

"Tranquila Kali no va a pasar nada!"

Rin hablaba con la mirada clavada en su adversario que la escudriñaba, con cada minuto que pasaba la sangre youkai en su interior le permitía escuchar con más claridad por todo lo que la criatura frente a ella estaba pasando. En un instante sus ojos se tiñeron como pozos de sangre, y el demonio frente a ella se quedó quieto al percibir el extraño olor que Rin despedía.

"…ese olor…tu eres…acaso eres una youkai?"

"No. Soy algo complicado, es mejor que te vayas, el ser que buscas no está en este bosque…la mujer que está con él, es tu pareja?"

"Que dijiste…como es que puedes ver todo eso?"

"Mmm…lo gané con sangre, tu mujer está segura que irás por ella, es mejor que te apresures porque ya cruzaron el río!"

Kali y Van se volvieron a ver asombrados porque el brazo izquierdo de Rin tenía un resplandor violeta con destellos en rojo que el demonio miraba con la quijada completamente abierta.

Por un instante el demonio se llevó la mano a la sien como si aplacara una molestia y escuchó la voz de Rin en su cabeza que le decía que ellos no eran sus enemigos.

El youkai cerró los ojos y la voz de la princesa desapareció, al comprender que estaba en presencia de un ser que deseaba ayudarlo, el mounstro se agachó en una reverencia pero no se levantó inmediatamente porque en ese momento llegaba Sesshoumaru.

Al ver al príncipe el demonio comprendió porque el aroma de Rin le era tan familiar y bajó la cabeza en espera de lo que estaba seguro sería una muerte dolorosa. Al contemplar la escena frente a él Sesshoumaru sintió la furia apoderarse de su cuerpo pero no cedió y con paso firme Sesshoumaru se interpuso entre el demonio y su mujer.

"Rin dime que sucede aquí?"

"Nada mi amor, este youkai está en busca de su pareja la secuestró su enemigo para vengarse cierto?"

"Si mi señora…Sesshoumaru-sama es la verdad se lo juro por favor no me aniquile, no sabía que la señora del castillo estaba paseando con los cachorros…por favor no me mate se lo suplico!"

Sesshoumaru se volvió hacia Rin y más que el tinte de sus ojos le llamó la atención la gran sonrisa que ella tenía, no había que ser un genio para saber que sonreía gracias a las palabras del demonio que se refería a ella como la señora del castillo paseando a los cachorros.

EL príncipe solo podía imaginar la felicidad de su pareja y se concentró un instante en los latidos de su corazón que denotaban solo una cosa: felicidad y emoción.

Alejándose del asustado mounstro, el príncipe tomó a Rin de la mano sintiendo el flujo de energía estremecer su piel, al comprobar que tanto ella como los pequeños estaban bien se sintió más relajado. Por el rabillo del ojo se fijó en las dos figuras que se abrazaban y miraban a Rin con genuina admiración.

"Van, Kali están bien?"

"Hai!"

El príncipe miró al demonio que permanecía en reverencia con la cabeza baja. Hablándole al oído le preguntó a Rin si realmente estaba bien, ella le sonrió al tiempo que tiraba de él para que siguieran con el paseo.

"Ya vámonos, déjalo que se vaya!"

"Pues irte!"

Al aterrorizado demonio se le iluminó la cara y le agradeció a Sesshoumaru su misericordia y tolerancia, acercándose a Rin se hincó frente a ella y con la voz quebrada le preguntó si podía ver si su mujer estaba herida.

Al escuchar la súplica y ver la actitud de aquel youkai, Sesshoumaru se volvió hacia ella completamente fascinado, sonriente la princesa cerró los ojos un momento y luego respondió que no veía nada.

"Ella está bien pero apresúrate!"

"En serio? Que bueno…gracias Princesa lamento mucho haber asustado a los cachorros!"

Todos se quedaron viendo como el demonio se perdía a toda velocidad entre los árboles corriendo en dirección al río. Una vez que el youkai desapareció los dos niños empezaron a comentar emocionados de aquella aventura y de cómo los nuevos poderes de Rin eran lo máximo porque había ayudado al pobre youkai que quería encontrar a su esposa.

"Rin eres como un hanyou igual que mi papá, en cuanto lleguemos le voy a decir para que se ponga feliz!"

"Jejeje que lindo Van!"

Sesshoumaru escuchaba con atención sintiéndose relajado, feliz y más enamorado que antes de su protegida. En otra ocasión hubiera destazado aquel ser sin compasión pero tenía que admitir que dejarlo ir para que fuera en busca de su compañera se sentía mucho mejor.

Estuvieron en el bosque hasta que oscureció y regresaron al castillo justo cuando encendían todas las luces, al acompañar a los pequeños al ala sur, Sesshoumaru le dijo a Rin que tenía que hablar con Folken sobre algo y la dejó ir sola.

Al cruzar el puente del ala sur, no vieron a nadie pero Van se detuvo bajo un árbol y saludó a sus padres. Inuyasha y Kagome soltaron la risa desde las ramas porque nunca podían esconderse de Van y su excelente olfato.

"Ya llegamos, tuvimos una aventura!"

Inuyasha bajó del árbol llevando a Kagome en brazos y preguntando que clase de aventura habían tenido, una vez en el suelo Kagome tomó a Rin del brazo y la metió a la casa casi a rastras dominada por la curiosidad.

"Ven para que me cuentes como te fue anoche!"

Cuando entraron al dormitorio de Kagome las dos se sentaron frente a frente y Rin le contó a su amiga la noche de amor tan maravillosa que había tenido. Kagome la escuchó con atención y apenas conteniendo la risa cuando su amiga le describió todo lo que había sentido haciendo el amor con Sesshoumaru.

"Kagome fue mejor que en mis sueños, fue tan cariñoso y apasionado me dijo que me amaba y hoy me dijo que yo lo hacía un mounstro feliz…ahem, jejeje tenías razón fue un dolor placentero!"

Kagome empezó a reírse a carcajadas con la picardía de la princesa mientras Rin se ruborizaba de todas las tonalidades de rojo posibles y sentía escalofríos al recordar la noche anterior.

Cuando Van entró a la habitación para saludar a su madre se acomodó entre las dos y empezó a contarles de la aventura que habían tenido en el bosque, a los pocos minutos Inuyasha se les unió con Kali y entre los dos amigos hicieron del encuentro con el youkai una aventura fantástica.

"Hubieras visto mamá, Rin se paró frente al youkai para protegernos y era un mounstro muy grande tenía los ojos violeta y unos colmillotes, nosotros estábamos con mucho miedo pero cuando Rin se transformó y el brazo le empezó a brillar…awww Papá fue genial!"

Rin apenas podía contener la risa pero se extrañó con el último comentario y al preguntarle a los niños se percató que no se había dado cuenta que su brazo destellaba. Tanto Inuyasha como Kagome la miraban con innegable admiración.

"Que raro no me di cuenta…están seguros pequeños?"

"Hai, yo me asusté un poco cuando apareció el tío Sesshoumaru, el mounstro estaba arrodillado y al ver a mi tío se asustó mucho!"

"Ajá seguro pensó que el Amo Sesshoumaru lo iba matar pero ya el Amo no es así, ahora es bueno…desde que es el esposo de Rin!"

Sesshoumaru estaba de pie en el umbral invisible a los ojos de los demás escuchando de boca de la pequeña youkai lo que ya sabía, junto a Rin él era otro ser muy diferente al que por tantos años viajó por aquella región sembrando terror y miedo. Le causaba diversión que a los ojos de los pequeños no fuera Sesshoumaru sino el esposo de Rin.

En silencio se alejó de ahí hasta llegar a su habitación y con una sensación de calma se recostó en el futón a esperar que Rin llegara. La princesa cenó en el ala sur rodeada de sus amigos y sin preocuparse por Sesshoumaru, ella sabía que él apreciaba los momentos de soledad y supuso que después de cenar podría disfrutar toda la noche con él.

(Sino ha venido a buscarme seguramente es que sigue con Folken-sama, no hace falta que salga corriendo detrás de él cada vez que me deja sola. Quiero quedarme a comer con ellos!)

Después de la cena y de llevar a Kali a su cama, Rin se paseó por entre los árboles del jardín a la luz de la luna, estar sola le permitía asimilar mejor el hecho que todos sus sueños finalmente se estaban volviendo realidad. En medio de la oscuridad tenía tiempo para repasar los momentos que había vivido, su dolor, su angustia pero más importante, su presente alegría.

(Esto es la felicidad con la que siempre soñé y no será tan corta, ahora mi vida tiene más días gracias a que casi muero, llevaré la vida que Sokoe nunca tuvo y tanto anhelaba con aquella persona que Sesshoumaru aniquiló…)

Rin cerró los ojos un instante y en su mente buscó las imágenes que habían quedado en su memoria para siempre, el recuerdo de felicidad de una youkai cegada por la ira y la soledad. Respiró profundo y se restregó una lágrima, pensar en Sokoe era abrumador pero ya no le quitaba el sueño, al contrario, era su aliciente para ser una mujer dichosa.

Estaba tan distraída que no se percató que su príncipe la esperaba mas adelante viéndola fijamente con una sonrisa tenue. Pacientemente Sesshoumaru había esperado en su alcoba pero al ver que oscurecía y su mujer no llegaba, había salido a buscarla.

(Alguna vez se le va quitar lo distraída, quisiera saber que piensa? Me impresionó ver el poder que tuvo esta tarde, tanta energía en una sola delicada y hermosa mujer humana, creo que está noche será mucho mejor que la de ayer)

Caminando en silencio hizo un ruido con la garganta para llamar la atención de Rin, que al verlo empezó a caminar rápido hasta llegar a él luciendo una gran sonrisa.

"Hola mi amor estaba aquí disfrutando de la noche!"

"Ya me di cuenta, estás lista pequeña?"

"Ah? Lista para que?"

"Vamos a dar un paseo!"

"Pero ahora? es de noche!"

Sesshoumaru no le contestó y la tomó de la mano mientras una nube blanca se formaba a sus pies y ambos se elevaban con suavidad, cobijados por el manto de estrellas que iluminaba el cielo. Rin le preguntó a donde iban pero no recibió ninguna respuesta por lo que prefirió esperar.

Viajaron por un largo rato y la princesa pudo disfrutar de la belleza nocturna de la mano del responsable de su felicidad, en medio de aquella inmensidad recordó el sueño con la misteriosa mujer de cabello negro y decidió preguntarle a Sesshoumaru sobre eso una vez que llegaran a su destino.

(Hoy le pregunto sin falta me mata la curiosidad…adonde me llevará?…no importa donde si estoy con él)

Estaban aproximándose a su destino y Rin lo supo porque Sesshoumaru disminuyó la velocidad con que viajaban, frente a ella no logró divisar mucho excepto por el ruido del agua corriendo y varios árboles. Descendieron con suavidad en una parte plana y en seguida el príncipe le pidió que cerrara los ojos, ella lo hizo sin pestañear cautivando al youkai.

"Sujétate bien de mi mano pequeña!"

"Hai!"

Sesshoumaru caminó despacio hasta llegar a la entrada de la gruta y fue donde tomó a Rin en brazos diciéndole que mantuviera los ojos cerrados. Caminaron así y la princesa supo que estaba en algún tipo de cueva porque los sonidos nocturnos se escuchaban como apagados y donde quiera que estuvieran era un lugar silencio y algo húmedo.

"Ya puedes abrir los ojos!"

"…oh!"

Rin se quedó boquiabierta, estaban en una cueva que tenía una fuente de aguas termales que los esperaba con un pequeño fuego ardiendo. Al pasear sus ojos por todo el sitio, se dio cuenta que había todo lo necesario para pasar la noche y el aroma de los alimentos preparados por su nana le dibujaron una sonrisa en los labios a la enmudecida princesa. Atento a su reacción Sesshoumaru le preguntó si le gustaba.

"Claro mi amor es maravilloso esa agua es caliente verdad?"

"Si!"

Sesshoumaru se la quedó viendo fijamente, emocionado de percibir como el aroma de Rin cambiaba para transformarse en una silenciosa y aromática seducción. Sin decir nada ella pasó los brazos por su cuello y desapareció la distancia entre ellos, feliz el príncipe se inclinó sobre ella para besarla, arrancando un suave gemido mientras deslizaba ambas manos sobre ella para percibir todas sus emociones, le parecía adorable la forma como ella parecía derretirse a sus caricias.

Cuando sus labios se unieron Rin abrió la boca saboreando el aliento masculino mientras dejaba que las experimentadas manos recorrieran su torso y se acercaran más a sus piernas y entre sus muslos. Sumergido en aquel placer Sesshoumaru le habló al oído incitándola con la punta de la lengua sobre su lóbulo.

"Te gusta tu paseo?"

"mmm si mi amor cualquier lugar contigo es maravilloso y romántico!"

Rin le hablaba con una sonrisa, viéndolo directamente a los ojos y deslizando ambas manos por el pecho y hombros del suave pero fuerte pecho del youkai que la besaba con los labios entreabiertos, saboreando el interior de su boca y gruñendo suavemente, era un sonido grave pero cálido que la envolvía y la hacía sentir deseada.

Dejándose llevar Sesshoumaru movió se desvistió sin dejar de besarla, luego con agilidad le quitó la yukata a Rin que al sentir el roce de la piel desnuda gimió y abrió los ojos para verlo.

Ninguno dijo nada y ella se dejó envolver entre los fuertes brazos del youkai que en un santiamén la cargó de nuevo en brazos hasta depositarla sobre una piel tan blanca como la nieve y sumamente suave.

Antes de que Rin pudiera preguntar Sesshoumaru le dijo que era una reliquia familiar provocando sus risas más cuando se puso a mordisquearle la barbilla juguetonamente mientras le susurraba palabras de amor que halagaban su piel, sus ojos, su cabello y su cuerpo pero que por encima de todo dejaban al descubierto la pasión que ella despertaba en él con su amor incondicional.

"Te amo Rin, serás mía para siempre!"

"Yo también te amo!"

Acostados como estaban, Sesshoumaru se abrazó a ella tiernamente invadido por la noción del amor de Rin sacudiendo sus entrañas, era maravilloso poder tener la suavidad de su piel solo para él, vibrando por sus caricias y entregándose sin miedo y por amor.

Al ver como la abrazaba con ternura, Rin escurrió los dedos por entre la sedosa cabellera, suspirando profundamente, estaba segura que aquella cueva era el cielo y al pensar que Sesshoumaru se diera a la tarea de buscar aquel sitio para compartirlo con ella la llenaba de emoción.

El youkai escuchó los latidos de Rin un par de minutos más y luego movió la cabeza para probar sus senos con suaves besos, ante la sensación de los labios sobre su piel Rin gimió y soltó una risita nerviosa pero inmediatamente se relajó y disfrutó de las caricias en su pecho, con calma Sesshoumaru se tomó el tiempo para saborearla bajando mas allá de su ombligo.

Separándole las piernas con movimientos suaves, Sesshoumaru llevó su boca para probar la esencia tibia de la mujer que amaba con cada fibra de su ser, Rin cerró los ojos al sentir como todo su cuerpo acogía las demostraciones de amor youkai, la besó luchando con sus propios deseos de unir su cuerpo al de ella pero cedió a aquel apetito cuando ella se lo pidió con la voz entrecortada por la excitación.

Con cuidado Sesshoumaru se incorporó para deslizarse dentro de ella en toda su extensión y sin dejar de verla a los ojos para no perderse de la expresión enardecida de su sensual mujer que se movía al compás de la pasión de sus cuerpos.

Rin se abrazó a él sonriente pero con los ojos cerrados, no quería que la viera con aquel color de ojos extraño pero cuando él le pidió que abriera los ojos no pudo negarse, luego como si adivinara sus pensamientos Sesshoumaru le dijo que le encantaban sus ojos enrojecidos.

"mmm no mientas!"

"Yo no digo mentiras princesa…"

Rin se rió olvidándose de todo y concentrándose en hacer el amor con Sesshoumaru, de alguna forma se sentía más segura y las caricias sobre su piel empujaban sus inseguridades fuera de su mente. Sesshoumaru la amaba y se lo demostraba con cada beso, ella era su pareja y nada más importaba.

Hicieron el amor con calma, mirándose, besándose y consintiéndose mutuamente logrando que su unión se fortaleciera aún más, averiguando como sus cuerpos se compenetraban al acostumbrarse a estar juntos, encontrando la posición perfecta donde Rin se estremecía con los gruñidos en su oído y las manos acariciando su pecho mientras sus adentros se entregaban a Sesshoumaru.

Tal y como Sesshoumaru lo había previsto aquella noche fue mejor que la anterior porque Rin se dejó guiar por la experiencia youkai y su propia curiosidad en saber como podría complacer a Sesshoumaru para que gritara su nombre completamente dominado por el deseo y pasión animal que bullía en su interior.

Cuando finalmente Rin se quedó dormida junto a él sin darse cuenta, Sesshoumaru le dio un beso en la mejilla, la cubrió con una manta y salió de la cueva para admirar el amanecer. Estaba con el torso descubierto disfrutando del rocío que cubría el paisaje, al ver a su alrededor observó no muy lejos de ahí un par de flores silvestres y sin pensarlo las tomó y empezó a caminar de regreso hasta donde Rin aún seguía dormida.

Entró a la cueva sin hacer el menor ruido y se acomodó junto a ella que seguía durmiendo placidamente y con la sabana a medio cubrir su deliciosa figura, al verla así Sesshoumaru no pudo evitar sentir una gran ternura y pasó la mano por su frente suavemente.

(Es tan hermosa y apasionada…como serán los cachorros que vamos a tener?...pero un hijo mío con el nombre del torpe de mi hermano?? Ahh ya veremos puedo dejar que me convenza…)

Sesshoumaru se distrajo cuando Rin se movió junto a él, murmurando su nombre en sueños, era tan gratificante presenciar aquellos momentos de devoción y cariño tan genuinos que el príncipe no se contuvo y se acurrucó junto a ella abrazándola por la cintura.

"Despierta pequeña!"

"mmm!"

Aun medio dormida Rin abrió los ojos para ver a Sesshoumaru a tan solo dos milímetros de su cara admirándola con los ojos llenos de emoción, ella le dio un beso y con una sonrisa tomó las flores que le ofrecía.

"Gracias mi amor!"

"De nada, dormiste bien?"

"Si…Sesshoumaru puedo preguntarte algo?"

Sin sospechar siquiera en lo que se estaba metiendo, el príncipe le prestó toda su atención para que ella hiciera su pregunta. Nuevamente había tenido aquel sueño y la verdad era que le intrigaba sobre manera la expresión embelezada del youkai que era lo único que lograba ver con claridad.

"Ahem…tu tuviste alguna novia de cabello negro además de Sokoe?"

Sesshoumaru se quedó perplejo ante la pregunta y parpadeando le dijo que no pero le exigió una explicación, Rin terminó de despertarse al escuchar la fibra de enojo en la voz de Sesshoumaru.

"Porque me preguntas eso Rin?"

"Bueno mira no te alteres es que tu sabes que cuando las almas de Sokoe estuvieron conmigo yo pude ver varias cosas y…no puedo equivocarme eres tu viendo a esa mujer bañándose en el río, está completamente desnuda y tiene el cabello negro y largo pero ella no sabe que tu la observas…no me importa de veras…tu eres bellísimo y yo no iba a pretender que…ahem!...lo que pasa es que sueño con eso muy seguido y sé que es uno de los recuerdos de Sokoe…en realidad es algo tonto solo tenía curiosidad…"

Sesshoumaru esperó a que ella terminara y aunque ella decía que no era claro que el sueño la molestaba, habían pasado tantas cosas desde ese día que lo había olvidado por completo, ahora mas que nunca las palabras de Folken tenían sentido, cuando le había dicho que Sokoe había visto demasiados recuerdos de una sola mujer en su cabeza.

Con suavidad tomó a Rin por la barbilla y antes de hablar la besó separando sus labios con la punta de la lengua y profundizando el beso con una sensualidad que a Rin le erizó la piel, mientras la besaba Sesshoumaru la rodeó con sus brazos y lentamente fue disminuyendo la intensidad del beso hasta que como si le costara mucho trabajo dejó de besarla para poder hablar.

"Así que no puedes ver el rostro de esa preciosa y deliciosa mujer?"

A Rin se le fue el color de las mejillas tan rápido que Sesshoumaru pensó que se iba a desmayar y se sintió morir al ver que a Rin se le llenaban los ojos de lágrimas pero trataba de aparentar que no le importaba, la vio tragar saliva y el brillo en su mirada se opacó cuando finalmente logró hablar sacando las palabras a empujones de su garganta.

"Lo sabía…eres demasiado bello…la querías mucho?"

"Si!"

Sesshoumaru no sabía cuanto tiempo mas lograría mantener aquella tortura conmovido por la fragilidad de su esposa que luchaba contra las lágrimas y trataba de permanecer serena ante aquella aparente rival, en la mente de Rin parpadeaba el recuerdo de aquel sueño que en un instante se había convertido en una cruel y dolorosa tortura.

(Soy una tonta pensar que alguien tan bello puede ir por la vida sin que las mujeres se rindan a sus pies…yo soy una de ellas…tengo tantas ganas de llorar…ay no y se un día de estos se presenta al castillo y Sesshoumaru me deja?...)

Sintiendo nauseas ante aquella posibilidad suavemente Rin trató de separarse de su pareja pero Sesshoumaru se lo impidió soltando una risita burlona, ella clavó su mirada escarlata en el rostro sonriente de Sesshoumaru sintiéndose ofendida y sin poder contener sus lágrimas un minuto más.

Al verla Sesshoumaru dejó de reírse al comprender por sus ojos, que se sentía herida y cuando le habló lo hizo con la mayor de las ternuras.

"No llores pequeña, la mujer con la que sueñas eres tu!"

"…"

Rin apenas pudo procesar las palabras y Sesshoumaru aprovechó para limpiarle las lágrimas y besarla tiernamente en la mejilla, sin embargo Rin no le creyó y lo miró con la boca hecha una trompa de la furia.

"Como que soy yo? No es necesario que me mientas solo para hacerme sentir bien…me importa un bledo esa mujer, yo soy tu pareja ahora, así que si un día de estos se aparece por el castillo reclamando tu amor le voy a decir a mi Otosan youkai que la eche"

Sesshoumaru sonrió cautivado ante las amenazas de echar del castillo a la imaginaria intrusa y con tono de burla se mofó de su mujer.

"Pero que princesa mas fiera!"

"No te burles de mí, me tratas como a una niña tonta…yo no me baño en ríos"

"Mmm…excepto cuando estabas donde Inuyasha y dijiste que regresarías en tres días…"

"…"

Rin iba a reprocharle algo cuando recordó esa noche y sus mejillas se tiñeron de rojo y soltó una risita nerviosa tratando de esquivar los ojos de su esposo que la sujetaba por la cintura y acariciaba su espalda con suaves movimientos. Al comprender que aquella expresión de embelesamiento era para ella, Rin se mordió el labio y lo besó mientras entre dientes le preguntaba si de verdad era ella.

"Si, estaba buscándote y seguí tu aroma, fue un espectáculo maravilloso!"

"Sesshoumaru me estabas viendo sin mi permiso!"

"Por eso fue tan maravilloso!"

La princesa se lo quedó viendo embelesada y feliz, sintiendo que el alma le volvía al cuerpo y acurrucándose contra él para sentir los latidos de su corazón. En esa cueva pasaron los siguientes dos días cobijados solo por sus cuerpos y disfrutando uno del otro sin interrupciones. Fueron días de noches apasionadas y paseos matutinos tomados de la mano admirando el paisaje como una pareja de enamorados como cualquier otra.

………………………

Nota del autor: Y bien, que tal ese youkai de esposo? Yo quiero uno igual con cuevita y demás. Espero que les haya gustado ese capitulo que no es el ultimo, por todos los reviews que me han mandado seria un sacrilegio no disfrutar del antes y después de los bebes perritos que tanto quiere Rin, así que es un promesa!

Mil gracias por su aliento y fidelidad son mi fuente de poder.

Kanai significa esposa (gracias a Chi2 Chan por eso ^^, espero haberla usado bien)

Gracias a: Diosa del Viento, Lou, Naoko, Arline, Pandora, Justary, Estrellita, Dani, Caro, Fabisa, Uasi223, Aome, Kari, Naru, Cristal Darling, Eva, Kumi, Carol Sue, Misao-20, Bunny, Mourisan, Reigan…

Por Kami si se me olvido alguien acepto tomatazos!!!