Slayers Fan Fiction ❯ Emociones Difusas ❯ Un Réquiem y un Vals ( Chapter 6 )
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By: Kai-chan "No se cuanto tiempo estuve allí quieta, hasta que mi mano se dirigió a mi daga. Estaba ansiosa por probar su dolor, y cuando la desenfundé, sentí mas del miedo de la pequeña. Delicioso."
Anime/Manga: Slayers Fan Fiction | Genre(s): Drama / Angst / Romance / | Type: Other | Uploaded On: 02.04.2003 | Updated On: 02.04.2003 | Pages: 1 | Words: 2.0K | Visits: 168 | Status: Work In Progress
Capítulo Sexto
Un Réquiem y un Vals
Salí de mi cuarto para encontrarme con Arashi. El me sonrió, me dirigió una reverencia algo bromista, y siguió su camino sin mediar más palabras. Realmente me tomó por sorpresa, pensé que diría alguna de esas cosas tan faltas de tacto que solía decir, o que incluso se burlaría de mi por mi apego a la vida humana, pero no fue así, es más, jamás mencionó el tema.
Seguí mi camino a la habitación de mama, necesitaba hablarle, decirle que lo sentía por haberme encerrado, y ofrecerme a recuperar el tiempo perdido en mis labores como sacerdotisa, pero ella no parecía compartir mi idea.
- Aoi-chan!! - Fue lo primero que la oí decir, mientras me abrazaba - Que bueno que decidiste salir!
- Ehm... Lo siento mucho por...
- No lo sientas, estamos a punto de ir a la guerra, y no hay tiempo para remordimientos!
- Guerra...?
- Si, y al parecer saldremos bastante bien parados, no ganaremos, pero sobreviviremos y eso basta - Rió y la miré perpleja.
- Bueno Aoi-chan! Primero que nada tendré que verme con un simpático ryuu - Me dijo - Luego de eso va a complicarse el asunto, y cuando menos te lo imagines tendremos a otro entre nosotros.
No entendí una palabra, pero guardé silencio, las predicciones de Dolphin eran así.
- Bueno, ahora tengo que prepararme, así que no esperes mucho por mi - Rió y salio corriendo hacia uno de los pisos superiores.
Arashi golpeó la puerta de mi habitación una tarde de Agosto, antes de la guerra. Abrí la puerta, y me lo encontré, vestía su traje de general, que estaba algo manchado por la sangre de alguna batalla reciente.
- Te quiero afuera en cinco minutos, formal - Dijo escuetamente. Asentí y entré para cambiarme de ropa, y en cuestión de segundos me encontré afuera, lista para salir. El se había cambiado de ropa estaba vestido para una ocasión formal también.
Arashi sonrió satisfecho y salió rápidamente.
Cuando finalmente le di alcance lo encontré parado entre los restos de una batalla. Eran ryuuzokus, lo supe rápidamente por el tipo de huellas que habían quedado. Arashi sonrió satisfecho.
- Sal - Murmuró. De atrás de él vi salir a una pequeña ryuu de unos ocho años, que caminó tímidamente hasta su lado. La pequeña me miró y pude ver el miedo en sus ojos.
- Que es esto Arashi? - Le pregunté bruscamente.
- Ah, claro, preséntate - Dijo el.
- Soy Karen - Dijo la pequeña - Es un placer - agregó inclinándose levemente.
- La pequeña Karen rompió el pacto con Dolphin.
- Yo no quise... Tenía miedo...
- Arashi... De que hablas?
- Bueno... Vine a visitar la ciudad de esta pequeña, y mientras me entretenía peleando con algunos de sus amigos, la vi escaparse...
- Pero yo...
- Nada de peros niña, rompiste el pacto, y eso se castiga con la muerte.
- Yo no quería... estaba cansada y caí...
- Y quien te manda a volar sobre el mar?
- Tenía miedo...
- No hay excusas.
- Arashi!! - Volví a intentar detenerlo, pero el prosiguió.
- Bueno pequeña, ahora llevaremos a cabo tu sentencia, tienes algo que decir...? - Dijo desenfundando su espada.
- Lo siento, lo siento... por favor... - Sus ojos castaños se llenaron de lágrimas.
Finalmente junté el valor, me acerqué a Arashi y puse mi mano sobre la suya para que no la moviera.
- Arashi, déjala - El rió.
- Vamos, ponte a su altura, mírala a los ojos, y dímelo de nuevo.
Sin saber porqué le hice caso, me arrodillé y miré los ojos castaños de la pequeña. Ella me miró, y sentí su temor. Lo sentí como nunca antes había sentido nada, entró a mi cuerpo, y me sentí bien. Podría describirlo como un trago de licor quizá, algo fuerte que hizo que se estremeciera todo mi cuerpo, pero que debía ser tomado de a poco, la miré en silencio, dejándome llenar por su miedo. Arashi me sacó de mi trance con un tono de voz áspero.
- Y bueno?
- Yo...
- Lo siento... realmente lo siento... por favor no me maten...
Más miedo, mas temor delicioso. Y no pude responderle.
- Muy bien Karen - la pequeña levantó la cabeza - La señorita Aoi decidirá si vives o mueres - Dijo sonriendo.
No se cuanto tiempo estuve allí quieta, hasta que mi mano se dirigió a mi daga. Estaba ansiosa por probar su dolor, y cuando la desenfundé, sentí mas del miedo de la pequeña. Delicioso. No quería matarla, pero no era como al comienzo, antes no quería matarla para no dañarla, ahora no quería matarla porque sus emociones me estaban dando un intenso placer, que no quería dejar de sentir. Una vez más sentí su voz, que tímidamente pedía disculpas, y pude ver las lágrimas bañando sus mejillas. En alguna parte me sentí culpable, sentí un profundo remordimiento, que anulé inmediatamente frente a las sensaciones. Dejé caer la daga y puse mis manos en sus mejillas para secar sus lágrimas. Dejé de verla, y únicamente recordé su energía, sentí su temor disminuir levemente, y reaccioné.
- Lo siento mucho... por favor... quiero vivir...
- Quieres vivir?
- Por favor... - Asentí, la iba dejar vivir, era mi decisión, estiré mi mano, y tomé mi daga. La iba a enfundar cuando sentí una vez más el miedo de la niña, y olvidé totalmente lo que había elegido. Necesitaba su dolor, sabía que sería aun mas delicioso que su miedo, sería como el vaso de agua para el sediento. Aún de rodillas junto a ella, acerqué la daga a su cuello, y me deleité en su miedo por unos segundos antes de hacer el corte que acabaría todo.
Su dolor llenó todos mis sentidos, olvidé que había mundo a mi alrededor, olvidé que había vida cerca mío, mientras dejaba que las deliciosas emociones amplificadas por mis propios poderes de émpata me fascinaran.
Ignoro cuanto tiempo haya pasado, mientras estaba de rodillas junto al pequeño cuerpo que se desangraba lentamente, mis ojos cerrados, y las emociones llenando mi cuerpo.
Creí enloquecer con los últimos momentos, cuando el dolor se le hizo insoportable, y supo que iba a morir. Perdió todas las esperanzas, y la única emoción positiva que había sentido la niña se extinguió totalmente.
Cuando estaba totalmente extasiada, todas las sensaciones se detuvieron de golpe, y supe que la ryuuzoku había perdido el conocimiento. Extendí mi mano, para sentir si al menos latía su corazón, pero no sentí nada. En otro momento habría llorado por lo que acababa de hacer, me habría arrepentido, pero mis sentidos estaban nublados, y mi mente también. Aun de rodillas me incliné lentamente sobre el cuerpo y le besé suavemente la frente.
- Dona eis réquiem - susurré contra su oído. Arashi estaba de pie junto a mi, y me había extendido una mano sonriendo. La tomé, sin entender en lo absoluto lo que hacía y el nos teletransportó a otra ciudad.
Llegamos a una ciudad. Arashi me guió, siempre de la mano, hacia un inmenso salón de baile. Me presentó a algunas personas que no recuerdo, y me tomó de la cintura para sacarme a bailar. No sentí ni siquiera la música, mientras seguía su paso por inercia pura, perdida en el éxtasis de mi primer muerte, seguí el paso del mazoku por horas interminables. Antes de darme cuenta había cambiado de pareja, y estaba bailando con un completo desconocido.
Incluso horas después seguía sin oír la música, era como flotar en un limbo de nada, bailando con alguien a quien no conocía. Sentí el ritmo cambiar y me dejé llevar por el sonido del vals. No supe quien era mi acompañante, pero lo sentí cercano a mi, como si ya le conociera. No podía verlo, únicamente sentía su energía cerca mío, y lo sentía familiar, casi como si le hubiese estado esperando. Me apoyé sobre su hombro, y me dejé llevar por su ritmo, podía imaginar sus ojos azules mirándome suavemente, y su cabello morado que le tapaba la mitad de la cara, lo imaginaba, y sentía como si fuera él, pero no podía verlo, no podía ver nada mientras me dejaba llevar por el ritmo hipnótico del vals a través de la sala.
No quería que terminara jamás, aquella pieza que aun hoy en día se preserva en mi memoria como si todo eso hubiese sucedido ayer. Hablamos, de aquel tipo de charla que se habla mientras se baila, sobre cosas sin sentido, a las que respondí como si estuviera conciente de lo que hacía.
No se si fue el o no, incluso hoy en día no lo se, pero se sentía tan real que bien podría haberlo sido. Me habría quedado para siempre entre sus brazos, bailando al ritmo del vals.
La pieza terminó, quizá demasiado pronto para mi gusto, y Arashi se acercó a mi para decirme que sería mejor emprender el camino.
- Aoi... Es hora de irnos.
- No quiero irme - Le respondí sinceramente.
- Vamos, es tarde, y Dolphin se va a preocupar por ti - Dijo el firmemente. Su tono no me dejó lugar a dudas. Me despedí de el, de mi compañero de baile, con una inclinación y un hasta pronto, y seguí a Arashi a lo largo del salón, rumbo a la salida.
El aire fresco de la calle me devolvió a mis sentidos, y finalmente dejé de lado el velo que cubría mis ojos para ver las estrellas y la luna. Sentí otra pieza comenzar dentro, y me pregunte si aun estaría a tiempo para entrar nuevamente y bailar con el, pero era tarde, porque Arashi había emprendido el camino sin darme opciones. Lo seguí en silencio, tarareando suavemente la melodía del vals, y sin enterarme de nada mas.
Llegamos a Demon Sea, y riendo me dejé caer sobre mi cama, a pensar en la noche, en el baile, y en el vals. Pasaron fugazmente por mis pensamientos un par de ojos castaños llorando, pero no pensé más en ello, un vals era aceptable, pero un réquiem no.