Slayers Fan Fiction ❯ Emociones Difusas ❯ La calma despues de la Tormenta ( Chapter 8 )
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By: Kai-chan "Lo que realmente me preocupaba era la sensación de vacío que sentía cuando desperté. Era algo que me destrozaba por dentro, pero no lograba comprender que era exactamente."
Anime/Manga: Slayers Fan Fiction | Genre(s): Drama / Angst / Romance / | Type: Other | Uploaded On: 02.04.2003 | Pages: 1 | Words: 1.6K | Visits: 193 | Status: Work In Progress
Capítulo Octavo
La calma después de la Tormenta
Dormí por largo tiempo. No recuerdo cuanto, pueden haber sido años o minutos, porque cuando desperté seguía igual de agotada. Aún podía sentir su presencia, y aquellas extrañas emociones que había sentido, y que no podían pertenecer a él.
Había soñado, un único sueño que se había repetido interminables veces. En el veía a un niño, de cabello morado, y luego lo veía ya mayor. Lo extraño es que a veces lo sentía muy cerca, podría jurar que estaba a milímetros de él, y otras veces lo sentía lejano. Lo que realmente me preocupaba era la sensación de vacío que sentía cuando desperté. Era algo que me destrozaba por dentro, pero no lograba comprender que era exactamente.
Dolphin se acercó a mi habitación, un par de minutos después de que desperté. Entró como quien entra a su propia habitación y sonriendo me preguntó si me sentía bien. Asentí, sin muchas ganas y ella me sonrió.
- Que tus sueños no te preocupen, los entenderás a su tiempo. - Otra vez hablaba sin sentido. Ella sonrió.
- Mama... como es saber lo que va a pasar? - Le pregunté sin saber porque.
- Tu lo sabes... Porque tienes dentro tuyo parte de mi ser, y eso hace que a veces puedas ver más allá del presente en tus sueños - Dijo sonriendo.
- Pero...
- Yo fui la encargada de recibir las profecías del futuro, pero eso a nadie le importa - Sonrió - Por eso ahora solo lo uso para mi bien y el de mis niños.
- Entiendo... - Siguieron a esto varios minutos de silencio.
- Quieres ver algo en la habitación de Arashi antes de que la cierre?
Me encogí de hombros y asentí. Quizá hubiera algo interesante allí dentro.
Entré a la habitación en silencio, era como viajar a otro universo, o a un basurero. Las cosas estaban apiladas, tiradas por todas partes, y era casi imposible caminar. Aún a pesar de todo, las cosas parecían tener algún extraño método de organización, nada parecía realmente fuera de lugar. Un único estante estaba perfectamente prolijo, y eso me llamó mucho la atención. Me hice paso entre las cosas para ver un escritorio, relativamente prolijo, y sobre el una carta sin sobre a mi nombre.
"Mi muy querida Aoi:
Si estás leyendo esto quiere decir que me morí, o que estas hurgando entre mis cosas, si es lo segundo, puedes tener la seguridad que me enteraré, así que deja de leer ahora.
En caso de que sea lo primero, quiero dejar dichas algunas cosas. Primero que nada, deberías saber que realmente te tomé cariño en estos años... No se con seguridad si es como hija, compañera, amiga o amante, aunque tampoco se claramente de que hablo, y quizá solo sea que te odio.
Ya tuve suficiente de toda esa basura de la fidelidad, así que decidí que la única manera de escapar, era que me mataras o te matara yo a ti. Preferiría morir, ya que tu tienes mucha vida por delante, y realmente me caes bien niña...
Lo positivo de que estés leyendo esto es que seguramente ya me haya librado de toda la tontería de la fidelidad, aunque seguramente el muerto sea yo.
Diviértete mucho, y no me olvides.
Tuyo, aunque tu no lo quieras.
Arashi.
PD: No te preocupes Aoi-chan! Estaré de vuelta el 10/5 del 100!!!"
Me estremecí cuando sentí aún húmeda la tinta de la Postdata, pero me convencí de que era solo una idea mía. Guardé la carta en mi bolsillo, con dedos temblorosos, ante de dirigirme silenciosamente a mi habitación.
La guerra terminó, y no me importó en lo más mínimo. Si aprendí algo durante ese tiempo, es que a Dolphin le eran totalmente indiferentes los sucesos de la sociedad/jerarquía mazoku, siempre y cuando se mantuvieran todos lejos del palacio. No era difícil imaginarse porque, los demás Dark Lords sabían claramente que no podían atacarla sin que ella lo supiera antes, no podían mentirle sin que ella lo supiera antes, y no le interesaba en lo absoluto el poder con la pasión que a los demás, la única manera real que había de combatirla era ignorándola, y hacían eso todo el tiempo. A pesar de todo, antes de morir Arashi se había encargado de que el mundo temiera a Dolphin, y ese efecto duraría un buen tiempo.
El final de la guerra trajo muchas consecuencias, positivas y negativas, como toda guerra, pero el ambiente de paz que se respiraba, decía que no habría otro conflicto así de grande en un largo tiempo.
En ese tiempo, sentí curiosidad por saber que sería de mi madre. Saqué varias cuentas, antes de concluir que no le había de quedar mucho tiempo de vida, pero aun a pesar de todo, y decidí que sería un bonito detalle visitarla. Aún vivía en la casa donde me había criado, varios de los sirvientes habían cambiado tiempo atrás, y el dinero se lo administraba el antiguo mayordomo, que todo sea dicho, conservaba para sí la mitad de lo que debía usar para mantener la casa. Cuando golpeé la puerta, me atendió una de las viejas sirvientas, la mujer ahogó un grito, cuando le sonreí y le dije que era Aoi, pero rápidamente se hizo a un lado y me dejó pasar. Me guió a la habitación de mi madre, y me comentó que Sixto había muerto durante un viaje ya diez años atrás. Asentí, me resultaba increíble que mi madre siguiera allí dentro, pero pensándolo bien, era una mujer bastante joven cuando yo nací, y seguramente los magos que habían en el dormitorio cuando entré habían de mantenerla viva a cambio de una buena cantidad de dinero.
Ella estaba acostada en su cama. Gritaba órdenes a una de las sirvientas más viejas de la casa, y que había muerto hacía ya siete años. "Hay una fiesta" Gritaba desgarradoramente cada un tiempo mientras yo la miraba en silencio "Diles a Aoi y a Yui que se vistan de gala, Sixto y Naim llegan por la tarde".
Conservaba su estilo inconfundible, aun a pesar de todo iba a morir como una reina, aun si no notaba el deterioro de las cosas a su alrededor. La saludé suavemente, llamándola por su nombre y la vi mirarme fijamente. Sus ojos estaban vidriosos, vacíos totalmente, y parecían agotados de la vida, su mirada me inspiró piedad en alguna parte de mi corazón.
- A...Aoi?
- Edel...
- Aoi... porque vienes? LÁRGATE!! DEJA DE PLAGARME! - Gritó desesperada, y en ese momento entendí que no había cambiado, y que aún en ese momento, a pesar de todo, era la misma.
- Sabes porque estoy aquí madre? - Le dije con una voz fría - porque te queda poco tiempo y solo quiero decirte una cosa. No lamento nada de lo que paso, es tu culpa que yo sea así.
- NO!! No lo es!!
- También es tu culpa que Yui haya muerto!
- YUI!! Yui era mi hija! Yo nunca quise que...
- Pero es así, y es tu culpa...
- Porque me hablas esta vez?! Guarda silencio! como siempre lo haces! LÁRGATE DEMONIO!!! ESO ERES!! UN DEMONIO!!!
- Y no sabes hasta que punto madre - Le sonreí - Lo siento, pero ya tengo que irme... Fue bonito verte de nuevo, y si te encuentras a alguien conocido en el infierno déjale mis saludos...
La escuché gritar mientras me retiraba. Gritaba que habían demonios en su habitación, y que sus dos hijas muertas la plagaban, rezaba oraciones a voz en grito. Me detuve junto a la puerta, y la sentí respirar hondamente, agitada, hasta que el sonido se detuvo totalmente, y supe que había muerto.