Slayers Fan Fiction ❯ Emociones Difusas ❯ Dos nuevas vidas ( Chapter 12 )
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By: Kai-chan "Junto a mama había alguien más. Una chica pelirroja, su cabello le llegaba a la mitad de la espalda, y estaba recogido en varias trenzas diminutas, sus ojos eran de un verde sobrenatural, que me recordaba mucho al color de los ojos de Arashi, en apariencia su edad estaba alrededor de los doce años, pero su mirada decía que había de tener bastantes más."
"Dai no aparentaba más de once años, y se notaban claramente los rasgos de sus 'padres', la piel pálida y los ojos ante todo. "
Anime/Manga: Slayers Fan Fiction | Genre(s): Drama / Angst / Romance / | Type: Other | Uploaded On: 02.04.2003 | Updated On: 02.04.2003 | Pages: 1 | Words: 1.5K | Visits: 149 | Status: Work In Progress
Capítulo Decimosegundo Dos nuevas vidas
Sonreí cuando Dolphin me llamó al laboratorio para mostrarme su última creación.
Junto a mama había alguien más. Una chica pelirroja, su cabello le llegaba a la mitad de la espalda, y estaba recogido en varias trenzas diminutas, sus ojos eran de un verde sobrenatural, que me recordaba mucho al color de los ojos de Arashi, en apariencia su edad estaba alrededor de los doce años, pero su mirada decía que había de tener bastantes más.
- Bueno - Nos dijo mama señalando a la chica - Ella es Ni, mi segunda quimera. Es mi asistente de laboratorio.
Ichi giró los ojos, pero se mantuvo en silencio, no parecía cómodo con la situación.
- Ni-chan, ella es Aoi, y el Ichi.
- Mucho gusto en conocerlos - Dijo la chica con una suave inclinación. Ichi la miró fijamente, una cierta desconfianza en sus ojos azules.
- Mama... Es una idea mía o...? - Ya iba a comentar sobre aquellos ojos, cuando Dolphin me detuvo.
- Oh eso, no te preocupes, ya he tomado medidas.
Asentí en silencio y preferí no preguntar por las "medidas" de las que hablaba.
Ni mientras tanto se había colgado del cuello de Ichi y había empezado a llamarle "Ichi-koi". La joven quimera le juraba su amor eterno, y le decía que algún día se casarían, mientras Ichi desesperado le suplicaba que lo dejara en paz, que acababan de conocerse, y que no se sentía pronto para casarse.
Ni entonces se soltó de Ichi, y se acercó a Dolphin.
- Seguimos? - Dijo sonriendo, mientras se metía al laboratorio para seguir trabajando.
- Ya ves, el deber llama - Dijo Dolphin sonriendo mientras entraba y cerraba la puerta, dejando a un Ichi infartado junto a mi.
Con el tiempo pude conocer un poco mejor a Ni. Era una chica dulce, y muy atenta, pero solo cuando lo quería, parecía tener una faceta digna de un mazoku maníaco. Le gustaba andar por el palacio gastándole bromas a Ichi, o tratando de besarlo, o si nada eso funcionaba, de convencerlo para casarse, aunque también era una muy buena compañera para tener largas conversaciones, siempre y cuando no le aburrieran los temas. Estaba llena de energía, y parecía no cansarse nunca, tenía además una habilidad manual increíble, manipulaba el material del laboratorio como si hubiese hecho eso desde hacía siglos.
Con la ayuda de Ni, el trabajo de Dai estuvo pronto en cuestión de semanas. Solo por el gusto de hacer sufrir a Dynast, mama me dijo que pensara algo para poner en su mente, algo que enervara al más paciente de los seres.
Luego de pensar cuidadosamente y descartar varias opciones, la selección fue simple.
- Veamos... Será caprichosa, o mejor aun, planamente intolerable, para que no digan que soy mala, le ponemos alguna virtud, como la fidelidad y... - Canturreaba Dolphin mientras anotaba en un papel, y saltaba alrededor de la incubadora donde una pequeña de unos tres años parecía dormida.
- Hay que ponerle una obsesión por Dynast - Le dije sonriendo.
- Uh...?
- Imagínate nada mas!! Dynast ahora no solo tendría a Baka Metallium persiguiéndolo, sino a Dai también! Sería divertido! E imagínate la rabia que le daría!! - Le dije, genuinamente interesada con la idea.
- Que interesante! - Me dijo con una sonrisa de oreja a oreja - De acuerdo! Una obsesión por Dynast! Cuando esté lista me harás el favor de llevarla al Polo?
- Seguro... solo avísame... - Le dije, mientras las dos mitades de mi mente se debatían intentando decidir si debía querer ver a Nast o no.
En ese tiempo dediqué mis días aburridos a investigar en nuestra propia sociedad, la sociedad mazoku. Investigar, en un sentido muy literal, porque preferí evitar el contacto con la mayoría de ellos, los mazokus eran muy traicioneros, eso lo sabía con toda seguridad, y por ello siempre intenté evitarlos, o enfurecer a alguno de ellos.
El día que Dolphin me llamó para llevar a la joven Dai al Polo asentí sonriendo, no veía la hora de hacer algo diferente. Me pregunté como se comportaría Dai, y que opinaría del itinerario que tenía para mi viaje, que me tomaría bastante tiempo, y por otra parte las perspectivas de ver las caras que pondrían en el palacio al ver a la quimera que mama les había preparado eran realmente prometedoras.
Cuando llegué mama parecía estarle dando los últimos retoques a la mente de la niña, mientras canturreaba una tonada pegajosa.
- Los nuestros no necesitan apellido - Me dijo - Por esos sus nombres tienen un significado... Pero ella se llamará Dai Grausherra Metallium, y que no se diga que es hija mía.
Mama me dio algunas instrucciones, las cuales escribió en un folio y me lo extendió.
- Dile que le digan a Santa Dynast que fue un gusto, si lo ves personalmente, intenta no hablarle mucho, porque desde el asunto de las Cartas a Santa no está especialmente encariñado con los nuestros...
- Puedo saber que dice? - Le pregunté señalando el papel enrollado.
- Como sacar a la quimera de su trance. Ten esto también - Me extendió un paquete, con unas píldoras amarillas - Ese es el preparado genético de Dai... necesita tomarlo una vez cada diez años... Intenta no quedarte mucho tiempo allí, no sea cosa de que te resfríes...
Asentí rápidamente, recordando todas las instrucciones mentalmente, y salí lo más pronto posible hacia el Polo.
Tomé el camino largo al dominio de Ha ou, o sea, haciendo todas las paradas que se me ocurrieran. A Dai no le molestó en lo absoluto. Claro que a nadie le molestaría cuando está como inconsciente. Dai no aparentaba más de once años, y se notaban claramente los rasgos de sus "padres", la piel pálida y los ojos ante todo. Respiraba por inercia, solo caminaba si la empujabas, y no se sentaba a menos que la empujaras hacia atrás. No decía palabra, y se limitaba a parpadear cuando quería expresar algo. A veces la llevaba a comer a algún restaurante, le daba de comer en la boca como a un bebe, y veía que caras ponía para saber si la comida le gustaba o no. Le preguntaba su opinión, y ella solo me respondía cerrando los ojos, sus emociones parecían en reposo también, sentía, pero con muy poca fuerza, estaba prácticamente en animación suspendida. A veces reía, con la morbosidad de Dolphin de mandar a una chica con tan pocas reacciones a Dynast, para que luego descubriera la pequeña sorpresa que le habíamos preparado.
Me tomó una semana más llegar al polo, y solo porque iba a un paso relativamente rápido. Antes de llamar a la puerta, dirigí mi mano a mi bolsillo, buscando las píldoras, y la carta de Dolphin, pero mis dedos se toparon con otra cosa. Observé en silencio la carta de Arashi. Creí que la había perdido, que la había tirado, o algo, pero nunca imaginé encontrarla de nuevo. Leí cada palabra de la carta, y me estremecí levemente cuando recordé todo lo que me había sucedido, y lo que había sucedido entre nosotros. No deseaba recordar eso, así que quemé la carta, y fortalecí mi corazón. Esparcí las cenizas por la nieve blanca, sonriendo como una maniática, miré a Dai, quien seguía junto a mi con la mirada perdida, y finalmente llamé a la puerta, esperando a que alguien abriera.
Cuando vi el movimiento tras la puerta, puse mi mejor sonrisa, y largué mi primera línea.
- Vengo de parte de Kai ou-sama, a traer el encargo que Ha ou le había pedido.
Una vez terminada mi línea de presentación, le dirigí una última mirada a las cenizas de la carta, y esperé a que me abrieran.