Yu-Gi-Oh! Fan Fiction ❯ Decisiones ❯ Capitulo 8 ( Chapter 8 )

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Después de diez minutos Kaiba despertó, se sentía un poco aturdido y al parecer no recordaba mucho lo había pasado. Vio que su hermana estaba guardando los platos y el servicio, parecía un poco nerviosa y se le notaba un rubor tenue en su rostro. Ella se dio cuenta que su hermano despertó y rápidamente lo abrazó, muy preocupada.
-¡Oni-chan!, estaba muy inquietada por lo que te sucedió , nunca te había visto de manera, de verdad estaba muy asustada- dijo exasperadamente.
-En verdad no se lo que me pasó- respondió un poco sorprendido.-Lo siento si te preocupé, pero realmente no recuerdo nada-.
-Oni-chan....-.
Kikyou se acurrucó más en el pecho de su hermano, necesitaba tenerlo cerca. Lo importante era que ya había pasado todo y que había que averiguar porqué eso sucedió y por último tratar de prevenirlo. Pero en todo caso, la tarde no se había arruinado ya que ambos estaban disfrutando del momento: nadie los molestaba y la paz había vuelto. Kaiba sentía que su ira se alejaba lentamente y él pensó que era por efecto de la calidez e inocencia de su hermanita.
-Oni-chan...¿puedes seguir enseñándome duelo de monstruos?- preguntó inocentemente Kikyou.
Kaiba no podía negarse a tan dulce e inocente voz.
-Está bien Kikyou, juguemos y después daremos un paseo por el parque- respondió Kaiba.
Y así, ambos jugaron durante más de una hora. Kaiba seguía invicto, sin embargo se notó que Kikyou iba mejorando paulatinamente y a Seto le costaba un poco más derrotarla.
-Vaya Kikyou, en verdad has mejorado y es por esto que te seguiré enseñando- declaró orgullosamente.- Además estoy impresionado por que sólo lo has hecho en una tarde-.
-Gracias oni-chan, se que como tu aprendiz llegaré lejos y quiero que sepas lo bien que la he pasado a tu lado, sin importar los percances en que nos hemos visto -.
-Yo también Kikyou, me la pasé muy bien y más por estar contigo, sin mencionar la deliciosa comida que me hiciste con tanto esmero-. Kaiba declaró provocando que su hermana se ruborizara.
-Bueno ya es tiempo de irse, pero no olvidemos el paseo por el parque- Kaiba estaba un poco extrañado por su tono de voz tan relajado.
Kikyou estaba feliz por esto y se daba cuenta del cambio que estaba sufriendo su hermano. Ella lo tomó del brazo y puso su cabeza en el hombro de Kaiba, ambos caminaban lentamente por el hermoso paisaje alrededor de ellos: el hermoso horizonte y los sublimes árboles de cerezos, hacían de este día un día para recordar y sentirse agradecidos por lo que tenían.
En ese momento Kikyou se enamoraba más de Seto y más crecía su devoción a amarlo eternamente, también recordó lo que le dijo su hermano y quería estar más segura de eso.
-Oni-chan ¿tú me amas?- preguntó dulcemente.
-Claro que te amo, pero ¿a qué viene la pregunta?- preguntó algo curioso.
-Es sólo que pocas veces te he escuchado decirme esas palabras- respondió.
-Aaaahhh....Mi niña, de verdad eres única- dijo tranquilamente.
Su hermana sonrió tiernamente y su rostro se sonrojo.
Después se quedaron en silencio disfrutando de su mutua compañía, Kikyou sentía que su hermano poco a poco ya no la veía como su hermana pequeña, tendría que seguir así para asegurarse de ganar el corazón de Seto. Por otro lado, Kaiba pensaba en lo sorprendente que podía ser su hermana, ya que, ella le tranquilizaba el espíritu con una mirada y una sonrisa. De pronto se dio cuenta que cuando ella estaba en sus brazos vio a Kikyou no como su hermana, sino como mujer y eso le inquietaba, pues, él siempre la consideró como su hermana y nada más, entonces su mente se llenó de ideas e ilusiones con respecto a ella, que nunca había tenido antes. En resumidas cuentas, todo esto le parecía incorrecto pues ella era su hermana y por lo tanto no tenía la más remota idea del por qué de esos pensamientos. También no le parecía correcto llevarla por un camino tan desconocido para los dos y más aún como hermanos.
-No, hermana tu encontrarás a alguien más y serás feliz con él. Nosotros somos sólo hermanos y nada más- Kaiba pensó intranquilamente.
Después de un rato ambos llegaron a la mansión, Kaiba quiso ir a darse un baño en las aguas termales para descansar de este día, aunque en verdad la pasó muy bien sin mencionar los acontecimientos pasados quedó de veras enervado. Kikyou fue a lavar los trastes y preparar sus cosas para la escuela, ya eran las nueve de la noche y también se sentía con ganas de suministrarse un baño en las aguas termales detrás de la mansión, al saber que su hermano también iba a proporcionarse un baño quiso acompañarlo para así lavarle la espalda o tal vez darle un masaje.
Las aguas termales estaban cerca del jardín, al lado de una típica casa japonesa. Cuando Kaiba llegó a ese lugar vio que él vapor era muy denso, por lo tanto no veía muy bien por donde caminaba, pero con cuidado llegó a la casa en donde se cambiaría la ropa. Más tarde, vestido sólo con una sola toalla en su cintura se introdujo en el agua.
-Esto de verdad te hace sentir muy bien- pensaba en joven Kaiba.
Muy pocas veces Kaiba tenía la oportunidad de estar ahí y en esas ocasiones lo hacía con su hermana , que le lavaba la espalda y le libraba el estrés que cada día le afectaba.
A veces pensaba en cómo su vida hubiera sido sin la compañía de su inocente hermana, en verdad él la necesitaba, pues de no ser por ella él pasaría toda el día en el trabajo. Kaiba tomó el medallón que siempre llevaba en su cuello, al abrirlo vio la foto de su hermana pequeña jugando en la arena, tenía una sonrisa que lo hechizaba, esa foto la poseía desde que estaban en el orfanato y era un símbolo de su hermandad. Kikyou también poseía una, pero con la foto de Seto.
De repente sintió unos pasos acercándose a él, pero cómo el vapor era muy espeso no pudo ver quién era. A medida que se acercaba, Kaiba pudo ver a la persona, se dio cuenta que era su hermana que venía a acompañarlo. Ella sólo estaba vestida con una toalla que le cubría todo el tronco, Kaiba se sintió hechizado por la increíble belleza de Kikyou y vio que ella estaba un poco sonrojada, él pensó que tal ver era por el vapor.
-Oni-chan, ¿puedo acompañarte?- dijo algo nerviosa.- Si quieres puedo lavarte la espalda-.
-Está bien, Kikyou-.
Antes que ella pudiera acercarse al agua, Kikyou resbaló por la humedad que había en las piedras cercanas, no obstante Kaiba reaccionó rápidamente y la tomó de frente para detener la caída. Seto puso sus brazos alrededor de ella y Kikyou fue amortiguada por pecho de su hermano, sin embargo la fuerza de la caída lo hizo caer también . Ambos quedaron un poco aturdidos. Kikyou se dio cuenta que había caído arriba de su hermano y que sus rostros habían quedado peligrosamente cerca, Kaiba también. Ambos se quedaron paralizados y sonrojados, ya que nunca esto había pasado. Repentinamente sus rostros empezaron a acercarse sin saber el porqué, sus corazones latían incontrolablemente a medida que se acercaban. Sin embargo Kaiba se dio cuenta de lo que estaba a punto de pasar y se alejó de ella.
-Kikyou ¿estás...bien?- pregunto nervioso el joven Kaiba.
-Si oni-chan, lo siento es.... qu..e..e no veí...a por..don...de caminaba- respondió Kikyou tan sonrojada como un tomate.
-Bueno olvidemos lo que ha pasado- declaró seriamente.
-Está bien- respondió melancólicamente, puesto que todas sus especulaciones eran erróneas.- ¿Puedo lavarte? Hermano.
-Está bien, pero después déjame hacerlo a mi también, yo creo que es mi turno a que yo haga algo-.
-No te preocupes, no tienes por qué hacerlo-.
-Insisto-.
-Bueno, muchas gracias oni-chan- respondió con su tierna voz.
 
Ambos salieron de las agua, Kaiba se sentó en una roca y Kikyou empezó a enjabonar la espalda de su hermano. Kikyou se sentía muy a gusto, y siempre le gustaba hacer sentir bien a Seto, actualmente no podían hace esto a menudo, ya que, el tiempo no les era suficiente para ello. Sin embargo Kikyou aprovechaba al máximo estas instancias, aunque ahora estaba triste por las palabras de su hermano, eso no iba a desviarla de su objetivo mayor.
-¿Se siente bien, oni-chan?-.
-Muy bien- respondió relajadamente.
-Me alegro que te guste, oni-san- respondió con dulzura.- Ya he terminado-.
-Entonces es tu turno-.
-Pero....- Kikyou trató de hablar, no obstante Seto puso dos dedos en sus labios.
-Ya te lo dije es mi turno, ahora date vuelta y ponte esto, voy a lavar tu cabello- dijo Kaiba entregándole una clase de gorro para que el shampoo no pasara a los ojos de su hermana.
 
Y así lo hizo, en verdad Kaiba creía que su hermana le daba mucho de sí misma a él, entonces Seto tenía que detenerla un poco y dejar que él hiciera algo, por lo tanto ahora le tocaba a él. Sin embargo lo que Kaiba ignoraba, era que Kikyou hacía todo esto porque quería ganar su corazón, para así llevar su relación a otras esferas. A ella de veras no le importaba hacer todas estas cosas y continuaría haciéndolo hasta cumplir su más grande anhelo. Después de terminar, Kaiba enjuagó el cabello de Kikyou y ambos se dirigieron a la casa para poder cambiarse ropa.
-Gracias oni-chan, te lo agradezco mucho- dijo dulcemente Kikyou.
-No hay por qué, cuando quieras- respondió con una sonrisa.
 
Kikyou se ruborizó levemente al ver la sonrisa de su hermano.
Al concluir de vestirse, Kaiba estaba vestido con una típica bata japonesa y lo mismo vestía Kikyou. Se dirigieron a la mansión para poder así al fin descansar en sus camas, Kikyou tomó el brazo de hermano y puso su cabeza en el hombre de él mientras caminaban, no era para sorprenderse, ya que Kikyou solía hacerlo frecuentemente. Al llegar a la mansión Kikyou le dio las buenas noches a Seto, y este hizo lo mismo. Había sido un largo día.