Yu-Gi-Oh! Fan Fiction ❯ El Amor Después ❯ Bandos Contrarios ( Chapter 10 )
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Disclaimer: al César lo que es del César, YGO no es mío.
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EL AMOR DESPUES.
Capítulo 10. Bandos Contrarios.
La habitación estaba en completo silencio, las ventanas cerradas y la luz apagada. El brillo de la luna se colaba entre las cortinas abiertas. Afuera, el viento jugaba con las hojas caídas del otoño y rozaba los cristales. A pesar de ser un hotel cerca de la avenida, el rumor de los autos y el tráfico en general no llegaba a sus oídos.
-Haces tanto ruido como para despertar a las momias, Bakura.
El albino saltó del marco de una de las ventanas y se plantó frente a la silla donde Marik estaba sentado en la oscuridad. Bakura vestía jeans y una chamarra de mezclilla deslavada, tenía el cabello recogido en una coleta, pero aún ostentaba esa sonrisa descarada y esa mirada astuta y perversa.
-Veo que el Faraón te ha entrenado muy bien -dijo socarronamente con su voz rasposa- Buena mascota.
-Si aprecias tu alma, te callarás, Ladrón de Tumbas.
-Yo no le temo a los poderes de los dioses. Hace tiempo que soy libre de andar por este mundo.
-¿Y Ryou lo sabe?
-Por supuesto. ¿Qué me crees?
-Un infeliz, pero me doy cuenta de que tu chico sabe guardar bien un secreto.
-¿Por qué iba a confesar que tengo mi propio cuerpo como el Faraón?
-Porque tu ofendiste a los Dioses y no mereces vivir. Tus delitos pesan demasiado en la balanza de Anubis, Bakura.
-Ja. Pero fue Nut quien me dio abrigo en su manto celestial y sabes bien que soy el favorito de Seth. (i)
-No por mucho tiempo.
-He vivido tanto tiempo y he podido sentir tantas cosas que la muerte ya no me asusta, Marik. Pero lo cierto es que no puedo dejar al Faraón ganar esta batalla.
-¿Y a ti, que te interesa?
-Porque Joey siempre cuidó de Ryou cuando tuvimos todos esos duelos y lo protegió de mi maldad. Y fue a través de los ojos de mi niño que supe lo que era la amistad, Marik. Algo que obviamente tú no conoces.
-Te equivocas.
-Sólo ayudas la Faraón porque tu familia fue educada para servirle… ¡Ah! Y porque despareció tu lado oscuro… ¿Con eso te amenazó? ¿Con encerrarte en el Reino de las Sombras con tu otro yo? ¡Qué patético!
Bakura pudo sentir la mirada venenosa del egipcio sobre él.
-Tal vez tengas un nuevo cuerpo, pero no un cerebro, Ladrón de Tumbas. El Faraón jamás me ha amenazado con nada y soy yo quien se ofreció a ayudarle.
El albino no le contestó y se paseó pensativo por la habitación contemplándola. Con una mano enguantada recorrió la tapicería y los muebles. Su vista cayó en un cuadro en la mesita de una esquina. Extrañado, la tomó para mirarla a la luz de la luna, mientras Marik en pijama, se levantaba para colocarse a su lado.
-¿Lo ves?
-Esto es una mentira hecha por el Faraón -contestó sin quitar la vista de la imagen.
-No, él no hizo nada. Fue Horus.(ii)
-¿Cuándo…
-Cuando él despertó en este mundo. La traía consigo.
-¿Ishizu la vio?
-Y Odión… terrible ¿verdad?
Bakura arrojó el cuadro a la cama asustado.
-Es un error.
-¿Desde cuando los Dioses se equivocan?
-Desde que el Faraón les habla con su estúpido cerebro en lugar de su corazón.
-No blasfemes, Bakura.
-¿Qué le has dicho al Faraón, Marik?
-Joey ha hecho algo que atrajo a Seto, probablemente una trampa para hacerle daño -replicó recogiendo la imagen de la cama y colocándola de vuelta en la mesita- Piénsalo bien, Ladrón de Tumbas, ésta es la prueba más convincente que hay. El Faraón tiene razón.
-Juro por mi pequeño, que Kaiba me ha importado un bledo pero no merece ser castigado por tus chismes baratos, Guardián de Tumbas.
El egipcio levantó su mirada del cuadro hacia Bakura. Lo examinó de pies a cabeza hasta que se volvió hacia la ventana que abrió dejando entrar una brisa fresca y el rumor de la avenida.
-Hoy Seto fue a ver a Joey a su casa y se ha quedado ahí. El Faraón lo sabe…
-¡MARIK!
Éste solo señalo de nuevo hacia la mesita.
-Los Dioses…
-¡¿Qué van a saber?! ¡Marik, ellos no viven en este mundo!... tengo que prevenir a Joey…
-Le diré al Faraón de tus intenciones -amenazó el egipcio volviéndose hacia el albino.
-No le temo, muchachito tonto.
-Entonces sabes que hará si lo retas. Lo que le hará a Joey.
-Maldito seas, Guardián de Tumbas.
-Puedes maldecirme todo lo que quieras, Bakura, pero la verdad es que si has venido a mí, es porque sabes que tenemos que unir nuestras fuerzas.
El albino levantó un puño para golpear a Marik pero se detuvo al ver lo que quería decir.
-Hay algo que no me has dicho...
-Yugi.
Bakura se dejó caer en la alfombra mientras el egipcio volvía a recargarse del marco de la ventana pensativo. Así permanecieron un largo tiempo. El albino se llevó las manos a la cabeza rascándose confundido. Miró de nuevo la imagen que Marik le había señalado en la mesita. Cruzando sus piernas, recargó sus codos en sus muslos para apoyar en sus palmas su rostro contraído.
-No tengo la sabiduría de los Dioses pero me parece que la senda del Faraón ha tomado la ruta equivocada.
-Pero sabes también que tienes que apoyarme. Al igual que Ryou.
-Mi chiquito no va a ensuciarse en este fango, Marik…
-Tal vez, pero tú sí. Estás acostumbrado a hacer el trabajo sucio, Bakura. Así que no hay ninguna novedad para ti.
Bakura se cruzó de brazos mientras el egipcio se dejaba caer en la cama.
-Estos dos años creí que todo marchaba bien -empezó Marik mirando el techo- Pero el Faraón me llamó para ayudarlo a quitarle de en medio a Joey. Para ser sincero, no creí que él volvería.
-Y está dispuesto a todo porque ama a Kaiba.
-Sangre inocente va a derramarse si no detenemos a Joey…
-¿Detenemos? Hazlo tú solo, Marik. No podría mirar a Ryou a los ojos sin sentir remordimiento por haberte ayudado. No voy a ser el soplón del Faraón.
Marik se sentó de golpe con una expresión de asombro pintada en el rostro.
-¡¿Y tú crees que he estado diciéndole al Faraón todas estas cosas?!
-Claro, ¿no es verdad?
El egipcio negó con la cabeza muy serio. Bakura se levantó asustado.
-Marik, exactamente ¿con cuánto poder revivió el Faraón? Dime como lo hizo, ahora.
Enlazando sus dedos en su regazo, Marik cerró los ojos como para recordar esos eventos.
-Ese día, Odión fue el primero en notarlo. Dijo que el cielo se había tornado rojizo en señal de una sangre nueva. Cuando volvimos de casa después de pescar, Ishizu nos comentó que el sello de Ra en su altar se había roto. Los tres fuimos a la tumba del Faraón a revisar. No me lo creerías, Bakura, todas las paredes de la cámara estaban llenas de sangre; pero lo más aterrador era que no goteaban hacia el suelo sino hacia el centro donde estaba el sarcófago del Faraón. Recuerdo que Ishizu gritó cuando la lápida se abrió y las escrituras talladas en aquél se incendiaron. Sabes bien que esa tumba estaba vacía y sólo era un monumento, así que puedes imaginar como se me enchinó la piel al ver que el Faraón se erguía de una pila de sangre hirviendo, aullando como si fuera una bestia herida. ¡Por los Dioses! Debiste haber visto su cuerpo, parecía deshacerse como cera. Eso me hizo vomitar y a mi hermana desmayarse. Odión me sacó de ahí temblando de miedo y llevó a mi hermana a la casa. Cuando regresé más sereno a la cámara, el Faraón me esperaba sentado en una de las sillas que habíamos colocado y gracias a los Dioses que no hubiera suficiente luz para verle pero podía escuchar crujir sus huesos y sus vísceras moverse…
-Voy a vomitar -interrumpió el albino llevándose una mano a la boca.
-… Odión trajo de no sé donde las vendas y una túnica. Aún ignoro bajo que suerte pudimos vendar al Faraón completamente. Fu entonces que me percaté de sus ojos. Estaban completos y brillaban con ese resplandor violeta que yo recordaba. Su voz retumbó en la cámara para decirme donde estaba lo que te he mostrado…
-¿Y dónde estaba?
-Dentro del sarcófago…
-Oh…
-Pero estaba seco, sin una gota de sangre.
-¿Toda esa sangre hizo el cuerpo del Faraón?
-No. El techo seguía cubierto con ella. Parecía un mar rojo.
-Esto es desagradable.
-Odión me hizo ver que en el techo habían sido tallados los nombres de los Dioses y los poderes de las Sombras. Entonces la sangre se movió hacia las paredes para resbalar con rapidez y arremolinarse en torno al Faraón. Odión encendió las antorchas y vimos como esa sangre era absorbida por su cuerpo sin dejar rastro alguno. La tierra tembló, todo se cimbró fuertemente y luego se quedó en silencio. Mortalmente silencioso. Así escuchamos al Faraón, mientras nos mostraba con la luz de las llamas ese grabado -Marik abrió sus ojos y señaló vagamente el cuadro- Nos dijo lo que quería que hiciéramos y nos marchamos. Cuando llegamos a casa y le contamos a Ishizu, Odió recordó haber visto el techo limpio como el sarcófago…
-Espera, ¿Estás diciendo que los Dioses crearon el Ba, el Ka y al Akh(iii) con su propia sangre y le otorgaron poder infinito al Faraón además del Reino de las Sombras?
-La primera muestra de su poder fue cuando me dijo donde encontrar a Mokuba y su hermano. Luego cuando Seto llegó y más tarde en la boda. Por eso te he dicho que yo no soy un soplón. El Faraón lo sabe por sí solo, en él fluye libre la fuerza de los Dioses Egipcios y va a usarla contra quién se le oponga en su objetivo.
-Pero tengo que hacerlo. Joey no tiene poder mágico que le haga frente.
-¿No lo ves Bakura? ¿Esa imagen no te dice nada?
-Difícil es hacer lo que no debes sabiendo lo mal que haces pero es aún más duro hacer lo que es correcto con la certeza de que perderás todo.
-Piénsalo detenidamente. A estas alturas, el Faraón ya debe haberse percatado de tu alma. Si haces algo, Ryou será la víctima de su rencor.
El albino suspiró ofuscado.
-¿Estás seguro de lo de Yugi?
-No.
-Bien, entonces. Voy a buscar a mi niño. Tengo que prevenirlo. Cuídate Marik. El Faraón no reconoce ni a su propia sombra.
Bakura salió por la ventana y se dejó caer en el césped del jardín. Con extrema velocidad salió del hotel para tomar la avenida en dirección contraria al lugar. Su visita le había confirmado su teoría sobre lo que ocurría entre Joey y el Faraón. Pero aunque quisiera, no podía ayudar el rubio directamente sin afectar a Ryou. Con poder ilimitado, el Faraón era invencible. Sólo había algo que podría detenerlo, pero no estaba seguro.
/Lo mejor será seguir de incógnito, lejos de aquí. Cuando el Faraón usaba los Artículos del Milenio era temible. Ahora que ya son parte de él no hay forma de acabarlo. Sólo el espíritu y fortaleza de Seth le ha permitido a Kaiba resistir sus tormentos. Pero está empujando a Joey a los extremos, y esto va a acabar mal. Muy mal. Marik tiene razón en algo pero estar del lado del Faraón no es la estrategia correcta. Ese ingenuo no sabe que si la ira ciega la mente del Faraón, TODOS estamos perdidos…/
Al Ladrón de Tumbas no le quedaba más remedio que confiar en los instintos de Joey, mientras su plan para detener al hijo de Ra cobraba forma. La confrontación entre el rubio y Atemu era inevitable pero serían las circunstancias lo que marcarían el resultado final.
/Preferiría que Joey no se acercara a Seto sino hasta que el Faraón deje en paz a su primito. Me pregunto si esperaría el tiempo suficiente…/
Deteniéndose, Bakura cayó en la cuenta de dónde estaba la raíz de todo. Girando su rostro hacia donde estaba la casa de Ryou, enlazó su mente con la del chico.
//Mi niño, escucha con atención y no digas nada. Tengo que irme pero no tardaré mucho. Necesito que te quedes al lado de Yugi y los demás. Voy a buscar algo muy importante y es primordial que nadie me estorbe. Y cuando digo nadie, significa NADIE. No se te ocurra decirle algo al bocón de Tristán//
/¿A dónde vas Bakura?/ preguntó Ryou preocupado.
//A enfrentar a los Dioses. Tengo que ver algo con mis propios ojos//
/Regresarás ¿verdad?/
Bakura rió ante el tono angustiado de Ryou.
//Cosita linda, no debes temer. Soy un hueso duro de roer, incluso para un dios antiguo.//
/Está bien/
//Eso es, ahora vuelve a dormir. Tengo que marcharme cuanto antes//
/Entonces… hasta luego, Bakura/
//Ryou, si escucho que lloras voy a enojarme//
/No quiero perderte…/
//No lo harás. A dormir//
/Te amo/
El albino se carcajeó con ganas.
/ Sí, lo sé. NOS VEMOS//
Cerrando la comunicación, Bakura comenzó a silbar para tomar una nueva dirección. Si todo salía bien, Joey tendría a su ojiazul y el Faraón volvería a ser el mismo de antaño.
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(i)Seth, Dios del Caos.
(ii)Lo que están viendo es una premonición en el ojo de Horus, que perdió cuando luchó para salvar a Osiris de la muerte en contra de Seth.
(iii)Las tres partes que componen el alma según los antiguos egipcios.