Yu-Gi-Oh! Fan Fiction ❯ Not Gonna get Us ❯ Chappy 3 ( Chapter 3 )

[ Y - Young Adult: Not suitable for readers under 16 ]

Los albinos regresaron a su hotel, sintiéndose decepcionados. El hotel no era lo que esperaban.

-Que mal...Me gustaba tanto...-gruñó Bakura.

-Por el nombre. Pero las apariencias engañan.

-T.T

Entraron a su dormitorio, y comenzaron a revisar en el mapa, algún hotel cercano. Marcaron varios lugares que posiblemente mañana irían a ver, pero por ahora, se dedicarían a descansar.

Ya hacía las ocho de la noche, ambos chicos se encontraban vestidos para ir a cenar. Salieron del hotel y se dirigieron a algún lugar de video juegos, si es que aún existían, después de mil años.

Por la zona que recorrían no hallaron ninguno. Encontraron una gran galería de puestos dónde vendía objetos artesanales. Ryo convenció a Bakura para que juntos miraran los puestos, y compraran algo.

Mientras se detuvieron para mirar en un puesto, Bakura notó como unas chicas, que se encontraban a sólo unos pasos, hablaban.

-¡Mira! ¡Ese me gusta! ¿No les parece guapo?

-¿Cuál de los dos?-dijo su amiga.

-¡Los dos!-y con este comentario, las tres rieron, sin apartar la vista de los albinos.-Me pregunto, si el color de cabello es natural, o es artificial.

-¡Pues es obvio no! ¡Artificial! ¿O crees que alguien podría nacer con el cabello blanco?

-Que equivocadas están...-susurró Bakura a Ryo, quien asintió.

-¿Qué te parece si vamos a cenar y luego vamos a un boliche?-propuso Ryo.

-Buena idea. ¿Cuál?

-Ese.-dijo señalando uno que se llamaba "The End"

-Bien, cenaremos allí, y luego nos divertiremos un rato.

El lugar era bastante bullicioso. Las luces eran oscuras, para darle un estilo nocturno, más de lo que era. Bakura y Ryo se encontraban en la barra, descansando después de haber bailado dos horas seguidas. No estaban acostumbrados. Bebieron dos vasos de cerveza, y miraron a todos los humanos de allí.

Bakura y Ryo se fijaron en un grupo de chicas. Reían y miraban a todos los chicos que se cruzaban ante ellas. El mayor las reconoció. Eran las mismas del puesto, sólo que vestidas más de noche. Las chicas se dieron cuenta que los albinos las miraban, y comenzaron a murmurar entre ellas.

-Hum...¿Tu crees...?-comenzó Ryo.

-Si. Demasiado seguro.-las miró nuevamente, pero esta vez, con una mirada de cazador, más que de diversión.-De que no podrán contar en la noche que conocieron a dos hermosos chicos albinos...-sonrió, dejando ver sus caninos. (N/A: NO ES VAMPIRO)

-¿Y cómo lo harás?-curioseó Ryo.

-Somos seductores especializados, pequeño. Además, ya nos pegaron el ojo. Lo demás, es presa fácil.

Eran los chicos más observados del boliche. No sólo por su facilidad para bailar, sino también, los dos chicos más hermosos del lugar. La canción de "Get Busy", de John Poul, sonaba por los altavoces fuertemente. Bakura y

Ryo se movían en sincronización, moviendo sus cuerpos sensualmente, para todos los ojos del lugar. Bailaban cuerpo a cuerpo, moviendo especialmente sus caderas y cinturas, haciendo que las chicas estallaran en murmullos sobre ellos. Los chicos estaban especialmente celosos de los albinos, porque robaban la atención de `sus' chicas.

Antes de que la canción de Jonh Paul terminara, el principio de la canción "Perverso", de Tizziano Ferro, llenó el aire del lugar.

Una canción muy provocativa y sensual...(N/A: Para mí...)

Bakura y Ryo se encontraban fuera de la pista, bailando muy juntos en una esquina oscura. Lanzándose miradas seductoras, moviendo sus caderas y cinturas sensualmente para el otro...

Sin que nadie lo notara, Ryo comenzó a desabrocharse la camisa...

El mayor entrelazó discretamente sus piernas con las del menor,

acercándose un poco más, a la vez que Ryo, desabrochaba el último botón...

Tu sabes lo que quiero y que busco...

Collo spalle mento

Yo soy un bastardo crónico

Abrázame fuerte

En este punto, ambos chicos tenían sus cuerpos tocándose, y sus rostros a

centímetros...

El pecho me sonríe perverso

Si me equivoco grita...

Ryo gimió muy bajo al sentir las manos de Bakura recorrer sutilmente su pecho desnudo...

...y luego...

uno a mi y uno a ti...

y uno para todos...

Se separaron centímetros, para que Ryo pudiera abrocharse nuevamente la camisa, sin levantar sospechas...

Otra estrofa de la canción sonaba, muy seductora, para Ryo...

Mi mirada se defiende

pero si te ve se rinde

y tu ya...lo sabes

Miró profundamente a Bakura, mientras se juntaban otra vez, tocando sus entrepiernas...

Por arriba... *

Por abajo...

Vientre, pies, cintura...

Alas de los dioses...

Bakura tocó con ambas manos entre las piernas de Ryo, haciendo que se sonrojara y gimiera...

Tus ojos...

Ríes tanto río demasiado

Y ahora con el labio dejo espacio...

Los dos albinos se besaron sutilmente...

Déjame el espacio...

Los chicos entraron al baño, y se mojaron sus melenas blancas, empapadas de sudor. Fueron al fondo, dónde descubrieron que no había nadie en los baños. Bakura miró a Ryo divertidamente, y este le sonrió.

Entraron a uno de los baños, y cerraron la puerta con llave...

El mayor estampó contra la pared al menor y empezó a besar todo su cuello, recibiendo como respuesta gemidos de placer. Deslizó sus manos debajo de la camisa de su pequeño, tocando toda su espalda empapada de sudor.

Dejando a Ryo para recuperar el aliento, Bakura arrancó la cadena del tirador, y amarró las muñecas del menor, colocando los brazos por encima de su cabeza.

-Mmmmm....Tu si sabes como divertirte en las más mínimas condiciones...

-Lo sé...Ahora...¿Qué tal si llamamos un poco la atención de algún chico curioso, y? ¡ZAZ! Tendrán que limpiar este lugar con todo químico existente.

-¿No es un poco arriesgado?-preguntó dudoso el menor.

-Tenemos magia...-dijo mientras mordía el cuello de su amado.

Bakura se arrodilló ante él, desabrochando el pantalón.

-`Kura, no me hagas gritar en esta ocasión...Sólo hazme gemir fuerte, pero no gritar.

-Cómo quieras.

-¡Ahora vuelvo!-gritó un joven de no más de 14 años.

Fue al fondo, y entró en uno de los baños. Al terminar sus necesidades, oyó unos gemidos y quejidos que provenían de su derecha. Salió, y miró por debajo de la puerta.

Se tapó la boca tratando de retener las nauseas que le provocó lo que vio.

Bakura terminó y se colocó de pie. Abrió bruscamente la puerta, arrastrando al chico hacía adentro, sin que emitiera ningún sonido.

-Hummm...¿Qué tenemos aquí?-dijo melosamente Bakura, mientras colocaba un cuchillo en la garganta del chico, mientras que Ryo lo tomaba por la cintura a su amado.

-No me haga daño...-dijo el joven, en un susurro, empapado de sudor.

-No te preocupes. No sentirás dolor...-dicho esto, el mayor tapó la boca del chico fuertemente, y hundió el cuchillo en la garganta, haciendo que la sangre comenzara a correr a gran velocidad.

Ryo lo soltó, y Bakura se agachó, para comenzar a descuartizar el cuerpo.

Ayudado por su amado, para que la sangre no saliera por debajo de la puerta, el

mayor terminó su trabajó, y ambos chicos salieron, sin manchas en la ropa.

-¡Ahhhh! ¡Aire puro!-exclamó Bakura, al salir del boliche, ya cansados.

-Si. Ahí adentro hay mucho olor a tabaco y alcohol. Pero las cervezas estaban muy buenas.

-Si, es cierto. Ahora, vámonos.

-¡Oigan! ¡Esperen!-gritaron tres chicas a la vez.

Los albinos se dieron media vuelta, y se fijaron que eran las mismas chicas que estaban dentro del boliche, mirándolos.

-¿Qué se les ofrece, señoritas?-preguntó Ryo, formalmente.

-Conocemos un bar cerca de aquí. Nos preguntábamos si querían ir a tomar unas cuantas copas con nosotras.-dijo la chica mientras les guiñaba el ojo.

-¿Qué dices?-dijo Ryo.

-¿Por qué no?-miró a su pequeño y dijo.-Nos divertiremos mucho...

El bar estaba casi vacío, salvo por las carcajadas de un grupo de adolescentes que se encontraban bebiendo. Las chicas reían fuertemente con las cosas que Ryo y Bakura decían, sin saber que irían a hacer las últimas.

-Oigan, preciosas, tenemos un cuarto en un hotel...¿Por qué no nos acompañan el resto de la noche eh?-dijo Bakura sensualmente, entrecerrando sus ojos.

-¿Qué dicen?

-Ni sueñen que rechazaré una propuesta como esta. Yo voy.

-Entonces, vamos todas.

-Decidido. Nos vamos.-dijo el mayor, sonriendo sádicamente.

Los cinco caminaban por los callejones oscuros, hablando y riendo fuertemente. Las chicas comenzaban a impacientarse.

-¿Cuánto falta?

-No mucho...-dijo Bakura, mientras se detenía junto con Ryo.

-¿Qué ocurre?

Bakura comenzó a reírse fuertemente, antes de voltearse con un arma de fuego en sus manos, mientras se reía a carcajadas maniáticamente, a la vez que les disparaba a las tres chicas, matándolas instantáneamente. Una vez que acabó con sus vidas, Bakura sacó el silenciador de la metralleta. La hizo desaparecer y reapareció en sus manos un cuchillo, con el cual comenzó a destripar a los cuerpos de las chicas, con precisión quirúrgica.

-Vuelven muy tarde hoy, ¿A dónde fueron?-preguntó la recepcionista, que ya conocía a los albinos.

-A divertirnos un rato. Fuimos a "The End"-respondió Ryo, mientras daba un bostezo.

-Se divirtieron mucho. Son ya las tres de la mañana.-dijo sonriendo la chica.

-Trataremos de no venir tan tarde la próxima vez.-contestó Bakura, mientras él y Ryo, entraban al elevador.

-Los cuerpos de tres chicas, hasta ahora sin conocer sus identidades, fueron descubiertas esta mañana por una habitante de esta cuadra. Los cuerpos de las chicas fueron brutalmente asesinados. Se puede observar, que las mataron con un disparo a cada una en la cabeza y luego destriparon sus cuerpos...-el reportero comenzó a leer una nota que le entregaron y, mirando nuevamente a la cámara dijo.-Se encontró el cuerpo descuartizado de un joven en uno de los baños del boliche "The End"...

Bakura colocó el "Mudo", y siguió hociqueando el cuello de Ryo. Cuando vio que se quedó dormido, volvió a sacar su dispositivo.

101.

-Aún son muy pocas...-murmuró antes de volver a guardarlo, y dormir junto con su amado.

Malik y Marik, caminaban tranquilamente tomados de la mano, hasta que algunas patrullas comenzaron a acorralarlos.

-¡AL SUELO! ¡AHORA!-gritó uno, mientras que los demás apuntaban a los chicos morenos.

-Ahhhh...Que inocentes...-dijo sarcásticamente Marik, sacando rápidamente una metralleta (N/A: Todos tienen armas de fuego automáticas) y haciendo explotar las patrullas, mientras mataba a cada uno de los oficiales, mientras reía alocadamente, aspirando cada aroma a muerte.

-¡AAAAHHHHH!-gritó Malik, al sentir un disparo en su brazo.

Se tiró de rodillas en el suelo, tapándose la herida que sangraba fuertemente.

-¡NADIE TIENE DERECHO A TOCARLO MÁS QUE YO!-gritó furioso Marik, mientras que, tomando en brazos a Malik, lanzó dinamita en el lugar, haciendo que estallara todo en pedazos.

-Es es lo que ocurre cuando tocan a mi hikari...-dijo mientras reía sádicamente.

-Hummm...Marik se enojó mucho...-dijo Yami desde el techo de un edificio, mirando los daños que había hecho Marik.

-No es sorpresa. Hirieron a Malik.-añadió Yugi.

-Bueno, Bakura y Ryo encontraron un hotel dónde hospedarse. Nosotros debemos hacer lo mismo, y Marik y Malik también.

-Al menos, a nosotros no nos buscan por homicidios.-dijo Yugi, mientras él y Yami saltaban hacía otro edificio.

-Si...Pero en poco tiempo lo harán...-habló mientras, aterrizaba junto con su hikari.

-¿A que te refieres, Yami?

-Que no podré contener estos instintos de matar a alguien, por más tiempo.-dijo mientras abrazaba y besaba a Yugi, quien correspondió a ambas casos.

-Ohhh...¿Ya se van?-dijo tristemente la recepcionista.

-Si. Ya debemos irnos.-dijo Bakura, mientras pagaba el hospedaje.

-¿Vieron las noticias de último momento?-preguntó ella.

-No...Creo que no...-respondió Ryo.

-Bueno, un par de chicos, que se los acusaron de homosexualidad, destruyeron 5 patrullas y mataron a todos los oficiales de la operación.-dijo susurrando a los albinos.

-Marik...-dijo Bakura.

-¿Perdón?

-No, nada. Adiós, espero que nos veamos pronto.

-Yo también. Adiós.-dijo ella mientras los saludaba con la mano.

* En realidad, la letra dice "Ahora arriba, ahora abajo...", pero yo escucho "Por arriba, por abajo..." . La canción que canturrea Ryo en "Show me love", es una frase de la estrofa que se repite de "Ciento once", que es otra canción de Tizziano Ferro.