Yu-Gi-Oh! Fan Fiction ❯ Show me Love ❯ Chappy 3 ( Chapter 3 )
El despertador sonó a las 6: 30 a.m. Ryo lo apagó y se quedó en la cama, pensando en el día anterior. ¿Fue un sueño o pasó realmente? Probablemente fue sólo un sueño, se dijo. Pero confirmó sus sospechas al ver cómo su espíritu lo tenía abrazado por la cintura dulcemente, apoyando su barbilla en su hombro con delicadeza sin lastimarlo. Ryo intentó salir del abrazo de su Yami tratando de no despertarlo, pero fue en vano. Bakura gimió y abrió sus ojos. Su hikari lo miró directo a los ojos, sonrojándose. Apartó la mirada, colocando sus brazos cruzados en su pecho. Su espíritu lo atrajo a su cuerpo más de lo que estaba, sintiendo como el corazón de su hikari palpitaba rápidamente. Cruzó sus brazos en el pecho de Ryo y los apoyó sobre los de él.
-¿Aún me tienes miedo?-le susurró al oído el espíritu.
-...Yo...-contestó Ryo tímidamente.
-¿Si o no?
-Un poco. Ahora me siento más cómodo con tu presencia, sabiendo que no me lastimarás por lo que haga, aunque creo que lo seguirás haciendo. Las personas y los espíritus no cambian de un día a otro.
-Tienes razón.
-Bakura...
-¿Si?
-...Ai shiteru...
-¿Qué?-preguntó su espíritu, confundido.
-¡Oh! Lo olvidaba. Tu provienes de Egipto. En nuestra lengua, "Ai shiteru", significa...-agregó Ryo sonrojándose bastante.
-¿Significa...?
-Te amo...-finalizó el menor, dándole un beso en la mejilla a Bakura.
Ryo entró al salón más feliz que nunca. Ahora sabía que podía contar con su espíritu, sin que este lo amenazara. Probablemente si lo haría, pero no con tanta seriedad. Se sentó en su pupitre con una sonrisa de punta a punta. Malik se le acercó y el albino le dedicó unos "¡Buenos días!" llenos de energía. "¿Qué bicho le picó ahora?" se preguntó Malik. Entró el profesor y todos regresaron a sus respectivos bancos.
El timbre del receso tocó y todos los alumnos salieron de sus salones. Ryo se dirigió hacía la azotea, seguido, sin saber, de Malik y Yugi. El albino llegó y cerró la puerta tras de sí, esbozando una gran sonrisa. Se fue hacía las rejas para contemplar la ciudad en plena mañana. El moreno y el chico con el cabello de tres colores, abrieron la puerta levemente, sin hacer ruido. Lamentablemente, al cerrarla, chirrió. Ryo se volvió y vio a sus dos amigos nerviosos. Este se les acercó con una sonrisa.
-¿Qué te pasa hoy?-preguntó el moreno.
-¿Qué me pasa? Nada.
-Estas muy feliz esta mañana. ¿Se puede saber por qué?-interrogó Yugi.
-AH! Bueno...-dijo Ryo sonrosándose.
-¿Bakura verdad?-dijo Malik.
-...Si...es por él...
-Mmmmm....¿Te le declaraste?-preguntó Malik con un leve sonrisa malévola.
-Bueno, si. Lo hice.
-¿Y?-preguntaron los dos a la vez.
-Correspondía a mis sentimientos.-dijo Ryo completamente rojo.
-¡Bueno amigo!-dijo Malik con una gran sonrisa.-¡Si necesitas algún consejo de cómo tratar a un psicópata, no dudes en pedírmelo!
-¿A ti? ¿Y por qué Malik?-preguntó Yugi con una gotita como Ryo.
-¿Se olvidaron que yo tengo como pareja a un psicópata?
-¡¡¡NO SOY NINGÚN SICÓPATA!!!-dijo Marik enojado, materializándose fuera del cuerpo de su hikari para tirarle de las mejillas.
-¡¡CLARO QUE LO ERES!!
Los dos morenos se la pasaron peleando un buen rato. Después, se calmaron y Marik regresó al cuerpo de su otro yo. Malik se excusó junto con Yugi diciendo que debían dejar a los "enamorados" un poco de privacidad. Se fueron cerrando la puerta tras de si, dejando a Ryo solo en la gran azotea. Bakura adoptó su cuerpo propio al lado de su hikari. El menor se sentó en el suelo mirando al cielo como a su Yami. Su espíritu lo imitó pasando un brazo por la cintura de él atrayéndolo hacía su cuerpo. Ryo apoyó su cabeza en el hombro de él, mirándolo a los ojos, con sus mejillas sonrosadas. Bakura lo recostó en el suelo, colocándose sobre él suavemente. Su hikari no sabía que era lo que se proponía. Se sonrojó completamente, mirando esos ojos marrones con un ligero tinte rojizo.
-Malik, deja de espiarlos.-dijo Yugi enojado.
-¡Espera! ¡Sólo un poco más!-respondió el moreno, volviendo su vista a la ranura de la puerta, mirando a los dos enamorados, ahora tendidos en el suelo uno sobre otro.-Quiero ver cómo se llevan estos dos.
-¡Demonios Malik!-estalló el más chico.-¡No es de tu incumbencia!
-Pero...
-¡¡PERVERTIDO!!-gritó Yugi.
-Bueno, nos vamos.-terminó cediendo Malik, bajando las escaleras cabizbajo, y con lagrimas largas y blancas.
Los dos albinos comenzaron a besarse lenta y suavemente. Luego Bakura aumentó el ritmo, y comenzó a besar a su hikari más fogosamente. Ryo le contestaba de la misma manera, pero más tímido. Luego sintió como la lengua de Bakura lamía sus labios, demandando la entrada. Ryo vaciló unos momentos, pero al ver la insistencia de su espíritu, hizo caso a las demandas de él. Abrió lentamente su boca, sintiendo como Bakura lentamente introducía su lengua en su boca, dejando escapar un gemido desde el fondo de su garganta. Sentía como Bakura exploraba cada rincón de su boca con su lengua, mientras que él gemía. Sus manos comenzaron a recorrer el cuerpo del otro, con vigor. Bakura comenzó a bajar con una de sus manos por el estomago de Ryo lentamente y deslizó su mano debajo de las vestimentas de su hikari acariciando el pecho de él. Nuevamente Ryo dejó escapar un gemido del fondo de su garganta. Bakura volvió a bajar su mano, hasta los riñones, para ir al botón del pantalón del uniforme de su contraparte. Antes de que pudiera continuar, Ryo le dio un último beso para poder separarse.
-Ahora no...todavía no estoy listo...-dijo jadeando por la falta de aire.
-Cuando lo estés, sólo dímelo...-contestó Bakura abotonando nuevamente el pantalón de él.-Lo siento, me dejé llevar.
-No es tu culpa. Yo también me dejé llevar por tus caricias y tus besos.
-Eres tan hermoso, mi pequeño ángel...-vio como Ryo se sonrojaba completamente y añadió.-¿Por qué me fascina verte sonrojado?
-No lo sé.-alzó su brazo el cual tenía su reloj y se fijó la hora.-¡AHHHHH! ¡EL TIMBRE SONÓ HACE CINCO MINUTOS! ¡EL PROFESOR ME MATARÁ!
Bakura se levantó rápidamente de él entrando nuevamente en la sortija. Abrió la puerta y cerrándola tras de si, comenzó a bajar lo más rápido que podían sus piernas. Llegó a tiempo a su salón. Se dirigió a su pupitre para sentarse y respirar aire puro. Su ritmo cardiaco comenzó a normalizarse junto con su respiración.
-Parece como si hubieras corrido una maratón completa.-dijo Joey desde su pupitre.
-Más...o...me...nos...-dijo entre un jadeo y otro.-Se me hizo...tarde...
Cruzó sus brazos apoyando su frente en ellos tratando de normalizar su respiración.
Al finalizar el día, Ryo salió del edificio más cansado que nunca. Esa carrera desde la terraza hasta el salón fue dura para él. Aunque estaba en buenas condiciones físicas, no había corrido de esa manera desde la última vez que se le hizo tarde. Malik y Yugi prefirieron acompañarlo hasta su casa por las dudas de que no se desmayara en el camino. Ryo se rió ante ese comentario. Era capaz de dormirse en la calle, pero no desmayarse por el cansancio. "Uno nuca sabe" le dijo Yugi. Finalmente aceptó que ellos dos lo acompañaran hasta la puerta de su casa. Mientras caminaban, una chica apareció de una de las esquinas. Su cabello era rubio largo hasta los tobillos, delicadamente recogido en una hebilla. Traía el uniforme de otra escuela, su cuerpo era perfecto, unos senos grandes, un rostro perfecto y unos ojos azul zafiro.
-WoW, preciosa.-dijo Malik acercándose junto con los otros dos a ella.-Cada día estás más linda.
-¿No será otro de tus trucos Malik?-respondió ella.
-¿Qué crees?-luego agregó señalándose con un dedo.-¿Qué soy un pervertido?
- Yoda Motenai. (N/A: "Éxito con las mujeres: cero")
-¡Que mala!
-¿Qué haces por aquí Dreigon?
-Acabo de salir del colegio. Tengo mucho dinero para ir de compras esta noche. Lamentablemente no podré ir por toda la tarea que nos mandaron los profesores. En especial el de Historia y el de Cívica.-suspirando.-Cómo odio Educación Cívica. (N/A: Yo también odio Cívica)
-Tenemos que irnos.-dijo Yugi, mirando al albino.-Antes de que nuestro Ryo se quede dormido.
-¿Qué?-dijo el albino, sin prestar la más mínima atención.
-Bueno, nos veremos mañana. Adiós guapos.
-Adiós preciosa.-dijeron los "seis" al mismo tiempo.
-Ni la conocen y la saludan.-dijo el Malik.
-¡Que importa! ¡Era muy linda como para decirle que no!-acotó el psicópata de cabello blanco.
-Acabo de darme cuenta que Bakura se comportó amable con todos nosotros.-observó Yami.
-...-
-Es cierto. El siempre se comporta agresivamente.-dijo Marik.
-Chicos, no me lo hagan enojar. No les gustará.-dijo Ryo un poco asustado.
-Bueno, nosotros no tenemos nada en contra de él.-dijo Yugi.
-...¬¬*...-Bakura comenzaba a enojarse.-Si no me quieren ver furioso, les recomiendo que se callen.
-Bien.-respondieron todos.
Al llegar a la casa de Ryo, este los invitó a entrar. Los dos accedieron y, tras quitarse los calzados y colocarse las pantuflas, dejaron sus mochilas en el sofá. Sacaron sus libros para terminar con toda la tarea que les dejaron sus profesores. Habían terminado con toda menos con la de Historia. El tema era Egipto. Además de los libros, tenían a tres "ayudantes" para dar a entender algunos términos que no comprendieran. Se dividieron las tareas para terminar más rápido. Yugi se encontraba leyendo unas páginas dedicadas al Faraón Yami. Al terminar de leer, se fijó en la fotografía de uno de los murales de su tumba y leyó el epígrafe. "En este mural se puede ver al Faraón Yami junto con su esposa..." ¿Esposa? Que él supiera, su espíritu le dijo que nunca se había casado. Había podido recuperar sus recuerdos, y le dijo que nunca se había casado. Indignado, dirigió su vista hacía Yami que se encontraba medio dormido en el sofá.
-Yamiiiiiiii...-llamó a su espíritu, un poco irritado por lo que acabó de leer.
-¿Sii...?-contestó medio dormido.
-Ven aquí.
-Mmmmm...-dio un gruñido de disgusto levantándose y dirigiéndose hacía donde se encontraba su hikari.-¿Qué?
-Tú me dijiste que nunca te casaste, ¿Verdad?
-Si, así es. ¿Por qué?
-¿Puedes explicar por qué el libro dice aquí...-dijo señalando el epígrafe.-...que en este mural estas con tu esposa?
-Esa no es mi esposa.-dijo tranquilamente Yami.-Es mi hermana.
-¿¡TÚ QUÉ?!-preguntaron todos al mismo tiempo gritando.
-Si, mi hermana. ¿Nunca les hablé de ella?-todos niegan.-Bueno, ella reencarnó en este mundo en la chica esa que vimos hoy, Dreigon. Prácticamente es igual que en el pasado. No cambió en nada.
-¡¿DICES QUE ESA BELEZA ES TU HERMANA?!-preguntó Malik gritando.
-Si...
-¡¿Puedes convencerla de que salga conmigo algún día?!-dijo el moreno con esperanza.
-¡¡HIKARI NO TENSHI!!-gritó el psicópata moreno, celoso.
-Xp...No es para que te pongas celoso. Solo bromeaba.
-¿Cuan en serio bromeabas?-acotó al aire Ryo.
Terminaron todo el trabajo de historia y se desperezaron en las sillas. Marik y Yami entraron en sus respectivos artículos y se fueron junto con sus hikaris. Ryo guardó todo el material y se tiró en el sofá la lado de Bakura quién lo rodeó con su brazo atrayéndolo a su cuerpo. El menor se recostó en el regazo de su espíritu mientras que este jugaba con su cabello plateado, el cual caía por su rostro. Luego de unos minutos, Ryo se levantó y fue nuevamente a la cocina para preparar la cena.
Malik se encontraba cerca de su casa, pero parecía que faltaran mil metros para llegar. Estaba muy cansado y tenía mucho sueño. Abrió la puerta de entrada y dijo en voz alta "Ya llegué", pero no obtuvo respuesta de Isis ni Rashid. (N/A: Sería "Odion", pero su nombre real es "Rashid"). Primero revisó toda la planta baja y luego la planta alta, y no encontró ni rastro de sus dos hermanos. Marik encontró una nota sobre la mesa y tomándola, fue al encuentro de Malik. Este se la entregó y su hikari la leyó.
-"Hoy tenemos ese trabajo del cual te hablábamos la semana pasada. Nos tocará todos los viernes y volveremos al día siguiente a eso de las nuevo o diez de la mañana. Te quieren tus hermanos Isis y Rashid". ¡Oh! ¡Es cierto! Lo había olvidado por completo.-mirando divertidamente a su espíritu el cual le devolvió la mirada.-Creo que tendré diversión asegurada una vez a la semana.-susurró y luego añadió, en otro susurro.-¡Hice un verso! ¡Asegurada y semana! ¡Que inteligente!
Yugi llegó a la tienda antes de que su abuelo la cerrara. Lo primero que hizo fue irse a su habitación, dejar todo e irse a tomar una ducha. Al entrar al baño, encendió las luces y cerró la puerta. Abrió el grifo del agua caliente y dejó que el agua corriera hasta calentarse lo suficiente. Comenzó a desvestirse lentamente. Al quitarse la camisa, el rompecabezas le golpeó el pecho desnudo causándole un estremecimiento y dolor.
/¿Te encuentras bien?/ dijo Yami.
-Si, sólo olvidé que lo tenía en el cuello. Lo he llevado conmigo tanto tiempo que ni siquiera siento su peso.
/¿Puedo bañarme contigo, Yugi?/ dijo el espíritu, un poco nervioso.
-...Si...claro. No hay problema...-dijo sonrojado.
/¿Quieres que te lave la espalda o te frote el pecho?/ dijo perversamente Yami.
-¡¡¡YAMI!!!-gritó el chico más chico.-¡No quiero que te comportes como Malik! ¡El es pervertido y tú no lo eres!
/Puedo serlo, cuando quiero que mi pequeño ángel de luz tenga algo de diversión con su ángel de la oscuridad./ dijo Yami con su tono perverso.
-¿Qué haré contigo?-dijo Yugi dejando escapar un suspiro.
/¿Me dejarás?/ insistió el antiguo Faraón.
-¿Qué otra opción me queda?-concluyó Yugi.
/¿Tu abuelo se va de viaje hoy?/
-Si. Me dijo que volvería el lunes de una excavación que haría con el Dr. Hopkins en Egipto.-dijo metiéndose completamente desnudo debajo de la ducha caliente.-¿Por qué me lo preguntas?-añadió mientras que el agua mojaba todo su cuerpo y humedecía su cabello haciendo que cayera hasta su media espalda.
-Porque creo que nos divertiremos mucho, en estos tres días en que tu abuelo esté ausente.-Yami se había materializado detrás del cuerpo de su hikari, para abrazarlo por la cintura al tiempo que este volteaba a verlo, completamente sonrojado.-Y no sabes cuanto nos divertiremos tu y yo, solos en esta gran casa. ¿No estás de acuerdo, koi? (N/A: "Amor")
-...Eso creo Yami...-dijo mientras besaba a su espíritu tiernamente debajo del agua caliente de la ducha.
Joey se encontraba recostado sobre la cama junto con Seto, que tenía sus ojos cerrados pensando en otra cosa. Lo que le molestaba al rubio era que su mejor amigo, se la pasara todo el tiempo con el moreno y con el albino. No le gustaba que se encontrara cerca de Ryo, porque no se sabría cuando Bakura decidiera apoderarse de él y atacarlos. Le habían aconsejado que se deshiciera de él pero este siempre lo negaba como si estuviera atado con algún lazo que no eran capaces de percibir en Ryo y su espíritu. Había hablado anteriormente con Seto, y él estaba de acuerdo. Cerró sus ojos y comenzó a conciliar el sueño. Pronto se había dormido, y tuvo, no supo si un sueño que terminaría en predicción, o una pesadilla que se haría realidad.