Yu-Gi-Oh! Fan Fiction ❯ Show me Love ❯ Chappy 9 ( Chapter 9 )

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Yugi se levantó a las 6:30 a.m para ir vistiéndose. Sacó su uniforme y se fue al baño. Se dio una ducha rápida y se cambió, para luego dirigirse nuevamente a su habitación donde encontró que Yami ya estaba levantado. Lo saludó y metió los libros en su mochila. Su espíritu se acercó y lo besó. Ambos bajaron a la cocina donde el abuelo terminaba de preparar el desayuno para los tres. Una vez que terminó, Yugi se despidió de su abuelo y se fue a la entrada de la casa, para ponerse las zapatillas. Yami se unió a su cuerpo, y el más chico salió de la casa dirigiéndose a la escuela.

Al llegar a su salón, saludó a sus amigos con entusiasmo. El rubio le devolvió el saludo con el mismo entusiasmo al igual que los otros.

-Yugi...-lo llamó el rubio.

-¿Qué pasa Joey? Ya lo sé. ¿Si tengo la tarea terminada?

-Pues, si.

-Si. La tengo y ahora te la daré.

-¡YUPI!-gritó el rubio.-Lo siento Yugi, pero me olvidé completamente. Vamos viejo, ¿Eso no te molesta o si?

-Lo que me molesta es que seas tan irresponsable y vago.-dijo Yugi, sacando la tarea y entregándosela al rubio que no perdió ni un segundo para comenzar a copiar.-¿Dónde esta Tristán?

-Antes de que llegaras, tuvo una pelea con un chico de otro salón.-comenzó a contar Tea.-Ambos terminaron muy heridos y en la dirección. Creo que los sancionarán y los suspenderán por tres días.

-Es un idiota. Un completo idiota.-dijo Yugi pasándose la mano por el cabello.

Ryo se despertó y miró el reloj. Dio un grito y se levantó de la cama rápidamente. Sacó su uniforme y se vistió con velocidad. Bakura se despertó y tomó el reloj que marcaban las 7: 00 a.m. Guardó los libros, tomó la sortija y salió de la habitación. Luego de unos segundos, volvió a abrir la puerta para gritarle a su espíritu que si no se apuraba llegaría tarde. Este le asintió y se levantó tan rápido como lo había hecho Ryo. El menor salió de la casa y fue corriendo hacía el colegio.

Por el camino se encontró con Malik que caminaba muy tranquilo. Pasó por su lado como un jet, y este apenas pudo saludarlo y preguntarle el por qué de la prisa. Este le contestó que ya era tarde. El moreno vio su reloj y este marcaban las 6:45 a.m. ¿Prisa? ¡Era demasiado temprano! Malik comenzó a reírse a carcajadas y continuó su camino.

El albino entró en el salón y se sorprendió al no ver al profesor. Supuestamente serían las 7: 15. Se acercó a uno de sus compañeros y le preguntó la hora y este le contestó que eran las siete.

-¡Olvidé que mi reloj estaba adelantado 15 minutos!-exclamó dirigiéndose hacía su pupitre.

Entró Malik y fue hasta el banco de Ryo que se encontraba leyendo, enojado. Este lo saludó con un ataque de risa y el albino le devolvió el saludo más enojado todavía.

El timbre del receso sonó y los alumnos salieron de sus salones. Joey preguntó a Malik y Yugi si podía hablar con ellos unos minutos y asintieron. Fueron a la azotea para que el bullicio del receso no les molestara. Los tres estuvieron callados por algunos segundos hasta que el rubio rompió el silencio para hablar de lo que quería.

Al finalizar el día, Ryo se fue caminando contento a su casa. Mañana sería el aniversario de su espíritu y él. Estaba emocionado. Se estaba preguntando qué le regalaría su espíritu. Yugi y Malik lo alcanzaron y, tomándolo de los brazos, lo apartaron de los demás, dirigiéndose hacía un callejón.

-¿Qué sucede chicos?

-Es sobre Bakura, Ryo.-dijo el moreno asustado.-Joey y los demás quieren...quieren...

-¿Qué? Hablen. ¡DIGAMENLO!-exigió Ryo aterrorizado.

-Quieren exorcizarlo.

-No...no...no los dejaré...

-No te preocupes.-acotó Yugi.-Trataremos de impedirlo, aunque eso sea imposible.

-Haré cualquier cosa para impedirlo.-dijo Ryo, apretando sus puños.-No los dejaré que toquen a mi espíritu. Primero deberán pasar sobre mí.

Se escucharon las voces de Joey y los demás acercándose lentamente. Los tres chicos se escondieron detrás de unos botes de basura hasta que pasó el peligro. Ryo se levantó y se dirigió corriendo hacía su casa, para desgracia de los otros dos. Habían olvidado decirle una cosa, una sola cosa.

El albino entró en su casa y cerró la puerta, trabándola. Fue directo a su habitación y se cambió de ropa, por una más cómoda. Apretó la sortija contra su pecho desnudo, sintiendo como el objeto tintineaba suavemente. Bakura se materializó al lado de Ryo, abrazándolo. Su hikari comenzó a llorar en el pecho de este, mientras que lo abrazaba con una fuerza más de lo normal. Bakura lo separó para besar su frente y preguntarle que había pasado.

-Quieren exorcizarte...-dijo el albino entre sollozos.

-¿Quiénes?

-Joey y los demás.

-¿El Faraón y Marik, Yugi y Malik también?

-No. Ellos no. Son demasiado buenos conmigo como para hacerme tal cosa.

-Sabía que esto iba a suceder algún día. Ya me lo temía venir.-se separó de Ryo y se sentó en la cama, mirando al suelo.-Lo único que puede controlarme es el cetro que tiene Malik. Seguramente al enano y a Malik los amenazaron con algo para que colaboraran. Lo siento, mi ángel...Creo que no tendremos nuestro aniversario mañana.

-¿Te estás dando por vencido?-dijo Ryo llorando más fuerte y acercándose lentamente a su espíritu.-¿¡TU!? ¡¿TU QUE SIEMPRE ME DIJISTE QUE NUNCA ME DEJARA VENCER POR LOS DEMÁS?!

-Pequeño...-dijo Bakura, acercando a su contraparte para besarlo.-Yo y ningún espíritu, tienen la fuerza vital para resistir un exorcismo. Eso, para nosotros, como lo sabes, es nuestra propia muerte.

-¡¡NO QUIERO QUE ME DEJES!!-estalló Ryo con las lagrimas rodando por todo su rostro.-¡¡NO ME ABANDONES!! ¡¡YO NO PODRÍA VIVIR SIN TI!!

-Claro que puedes...-Bakura comenzó a derramar lagrimas.-...Cuando te encerraba y te maltrataba, siempre decías que podrías vivir sin mí...No creo que eches de menos mi presencia...

-Eres un completo idiota...En esos momentos lo decía, porque no sentía nada especial hacía ti...Ahora las cosas han cambiado...Ahora yo te amo...y tú también...-abrazó a su fuertemente, dándole un beso en el cuello de este.-No me quiero ir de tu lado...haré lo que sea para estar junto a ti...Si tu te mueres, yo me iré contigo...

-¡¡ESO NUNCA TE LO PERMITIRÉ!!-se abalanzó contra Ryo, haciendo que ambos cayeran al suelo, Bakura sobre su hikari.-¡¡PUEDES INSULTARME, LASTIMARME HACERME LO QUE QUIERAS, MENOS QUE ME SIGAS A LA TUMBA!!

-¿Por qué?-dijo Ryo, llorando con más fuerza.

-Porque el exorcismo, no es como la muerte que piensas. Mi esencia desaparecerá para siempre. No quedará rastro de mí en este mundo, ni siquiera en el Reino de las Sombras. Será como si nunca hubiera existido. Cuando un humano muere, su alma reencarna siempre en otra persona, pero los espíritus no. Es por eso que te prohíbo seguirme a la tumba...

-No...-susurró Ryo, demasiado triste como para hablar.-No...

Bakura se sentó en el suelo, acercando a su hikari para que este siguiera derramando lagrimas en su pecho, mientras que acariciaba su cabello plateado, que por alguna extraña razón, ya no era tan brillante como antes. Ahora era más opaco, como el de Bakura. Y sus ojos, también habían cambiado. De unos alegres y brillantes, llenos de vida, se fueron apagando para convertirse en unos ojos sin vida, tristes y llenos de dolor.

Malik y Yugi se encontraban yendo hacía la casa de Ryo, para encontrarse con los demás. Malik llevaba en su mano el cetro y el rompecabezas colgaba del cuello de Yugi. Ambos tenía la mirada perdida en su destino. No querían hacerlo, pero, no había opción. Si decían que no, alguien morirían, pero si decían que si, igualmente alguien desaparecería. Ambos pensaban en su pobre amigo. No le habían dicho lo que ellos irían a hacer luego de que tuvieran la sortija. Eso lo empeoraba todo. Ryo era capaz de cualquier cosa, como sabían muy bien ellos.

Ryo bajó las escaleras para dirigirse hacía la cocina y beber algo para su garganta que se encontraba seca. La sortija colgaba de su cuello, tintineando levemente de vez en cuando, como si estuviera cantando algo suave para calmar a su hikari. Ryo rió suavemente y acarició la sortija. De pronto, el vaso que tenía en su mano, cayó al suelo, rompiéndose y vertiendo todo el líquido en su interior. Ryo se arrodilló, tomando su cabeza, con una expresión de dolor en su rostro.

//Bakura...¿Qué está pasando?//

/Es el cetro de Malik...Él y los demás deben encontrarse fuera de la casa.../

Los ojos de Ryo y Bakura, se tornaron opacos y sin vida. El menor dejó sus brazos a sus costados, mirando a la nada. La puerta se abrió, dejando ver a Malik, que sostenía su cetro que brillaba levemente. Entró en la casa seguido de los demás. Joey se acercó al cuerpo arrodillado, frente a la mesa. Pisó uno de los trozos de vidrio roto, y este crujió fuertemente. Ryo miró de dónde provenía el ruido, alzó su mirada vacía hacía el rubio, y volvió a fijarla al frente, mirando nuevamente, hacía la nada. Joey le quitó al albino cuidadosamente la sortija de su cuello, y se la entregó a Yugi. Este la tomó, mirando a su amigo que seguía en el suelo arrodillado, sin decir nada ni hacer ningún movimiento. El grupo salió de la casa, dándole una última mirada al chico de cabellos plateados.

Ryo parpadeó varias veces y sacudió su cabeza. Se sorprendió a si mismo en el suelo arrodillado. Tocó su pecho y se extrañó al no sentir la sortija. Probablemente se había quedado dormido junto con su espíritu y no podía sentir bien al objeto. Comenzó a palpar su pecho con frenesí y se horrorizó al recordar lo anterior. Seguramente se llevaron la sortija. Se levantó bruscamente, buscando por todas partes el articulo y pensando que no fuera cierto. En lugar de encontrar la sortija, halló un chuchillo sobre la mesada de la cocina, que resplandecía a la luz. Ryo se dirigió hacía él, y lo tomó, mirándolo con ojos sin vida.

Marik y Yami comenzaron a despertar a Bakura, que dio un gemido fuerte antes de abrir sus ojos. El albino preguntó que ocurría y los otros dos espíritus bajaron la mirada. "Van a exorcizarme" dijo Bakura y los otros dos asintieron.

-¿Dónde esta Ryo?

-En la casa. Supongo que ahora debió de salir del hechizo del cetro.-contestó Marik.

-¿Se encuentra acompañado?

-No...cre

-¡¡IDIOTAS!!-interrumpió Bakura.-¡¡REGRESEN A LA CASA!!

-¿Por qué?-preguntó Yami, sin comprender.

-¡¡INTENTARÁ SUICIDARSE!! ¡¡ME DIJO QUE SI ME MATABAN EL SE IRÍA CONMIGO!!

-No creo que hablara en serio.-dijo Marik.

-¡¡RYO ES CAPAZ DE HACER CUALQUIER COSA CON TAL DE ESTAR A MI LADO!!

-Oh, oh...-dijeron los otros dos espíritus.

Ryo se encontraba observando el cuchillo que seguía brillando a la luz. Lo hacía girar una y otra vez, indeciso. Pasó el filo por uno de sus dedos, haciéndose sangrar, pero no le importó. Ni siquiera sintió el corte. Recorrió la hoja del cuchillo en su cuello, sintiendo el metal frío. Las lagrimas comenzaron a rodar por las mejillas del albino. ¿Para qué iba a seguir viviendo, si el ser más apreciado para él, se iría? Si Bakura moría, el lo acompañaría hasta el fin. Sonrió y puso el arma en posición, con la punta del cuchillo, hacía su cuello.

-Bakura...-susurró Ryo.-Siempre te amaré...

Yugi se detuvo, apretando con fuerza la sortija de su amigo, escuchando lo que le decía su espíritu. Sus ojos se abrieron en horror, y se colocó una mano en la boca. Se volvió hacía Malik, que era el último del grupo y le gritó.

-¡MALIK! ¡VUELVE A LA CASA DE RYO! ¡PRONTO!

-¿Por qué?-dijo el moreno.

-¿Qué sucede Yugi?-preguntó Tristán.

-¡Ryo tratará de matarse!-dijo Yugi mirando con horror a su amigo.

-¿Por qué motivos?-dijo el rubio.

-¡Él ama tanto que Bakura que lo seguirá hasta la muerte!

-¿¿¡¡HASTA AHORA ME LO DICEN!!?? ¡¡AHORA TENEMOS QUE VOLVER LO MÁS RÁPIDO POSIBLE ANTES DE QUE SEA TARDE!!-gritó con horror Malik, a la vez que se volteaba y comenzaba a correr hacía la casa de su amigo.

El resto del grupo lo siguió al pie de la letra. Estaba en sus planes deshacerse de Bakura, pero en ningún momento de Ryo. Doblaron la esquina y entraron en la casa.