Yu-Gi-Oh! Fan Fiction ❯ Show me Love ❯ Chappy 11 ( Chapter 11 )
Bakura giró y no sintió a su hikari. Se sentó en la cama y miró en toda la habitación sin encontrar rastro de Ryo. Miró el reloj y se dejó caer nuevamente en la cama, tapándose los ojos con un brazo mientras dejaba escapar un gruñido. 5: 30 a.m. ¿Qué podría estar haciendo su hikari tan temprano en la mañana? No tuvo que esperar por su respuesta ya que Ryo entró en la habitación con una bandeja dónde se encontraba el desayuno. El chico dejó de tararear la canción que estaba escuchando antes de subir al ver a su espíritu despierto. Este se sentó en la cama mirándolo dulcemente, pero cambió a una totalmente diferente y preguntó:
-¿Qué demonios haces levantado a estas horas?-dijo enojado.
-Bueno...No podía dormir...Había preparado el desayuno para mí, pero creo que cambié de opinión.
-¿Por qué no podías dormir?
-Por el día de hoy...Estaba emocionado...Tanto que me impidió dormir. No
pegué el ojo en toda la noche.
Ryo se acercó a su espíritu y dejó la bandeja en las piernas de Bakura. Este miró el desayuno que le habían traído y sonrió a su hikari a la vez que este se la devolvía tiernamente.
-Ven, siéntate junto a mí.
Ryo se sentó al lado de su espíritu como se le fue indicado y apoyó su cabeza en el hombro de este, tomando su brazo y frotar su cabeza en el hombro de Bakura. El mayor tomó el pequeño tenedor y lo hundió en los hotcakes, sacando un pedacito y dándoselo a Ryo en la boca quién lo comió con gusto. Le dio varios pedacitos y Ryo decidió que el que le daría su espíritu sería el último. Antes de que este pudiera volver a hundir el tenedor, su hikari se lo arrebató y comenzó a hacerle lo mismo que le había hecho a él. "Feliz aniversario, Kura" dijo dulce y tiernamente Ryo, dejando el utensilio en la bandeja.
-Nunca pensé ser amado de la forma en que lo soy ahora-dijo melancólicamente Bakura, mientras abrazaba a Ryo con fuerza.
-Yo tampoco. ¿Realmente eres feliz a mi lado?
-¡Por supuesto, tonto! Eres lo único que me hace feliz en este endemoniado mundo humano.
-Has cambiado mucho en este último mes. Antes eras como el hielo. Frío e insensible. Ahora eres más cálido y amable...
-Siempre me dije que el amor o la amistad, te hacían sentir débil y te hacían más débil...Intenté, más bien decir, me convertí en un insensible...Pero no pude resistirme a ti, Ryo. Tu hiciste que ese hielo se derritiera, y abriera mi corazón a ti...-Ryo se sonrojó fuertemente ante ese comentario y Bakura rió.-Aunque aún me sigue dando placer el torturar algún que otro humano
estúpido...
-¿Sabes? Me extraña que tu te confieses, Kura.
-¿Y por que?
-Es que, tu siempre eres agresivo, un poco loco...entre otras...que me sorprende que te confieses.-dijo Ryo y los ojos de Bakura se hicieron dos líneas con una gotita blanca en su mejilla.
-Baka...
El timbre del receso sonó y los alumnos salieron al pasillo. Malik y Yugi corrieron al pupitre de su amigo dándole un susto de muerte. Ambos rieron y extendieron sus manos donde un regalo en forma rectangular, envuelto en un papel dorado y un moño plateado se extendía en ambas manos. "¡Feliz aniversario para ti y para Bakura!" dijeron el moreno y el más chico. Ryo preguntó si era para él, de lo impresionado que se encontraba y sus amigos le asintieron. El albino tomó el paquete y preguntó si podía abrirlo. Volvieron a asentirle y el chico lentamente comenzó a abrirlo sin romper el papel. Se fijó que había una caja de forma rectangular aterciopelada de color azul oscuro. Comenzó a abrirla lentamente y se sorprendió por lo que había dentro de ella. La cerró nuevamente y se dirigió a sus amigos.
-No chicos...No puedo...
-Claro que si.-dijo Yugi.
-Ese es tu regalo para ti y para Bakura por su aniversario.
-No puedo. Sinceramente no puedo. Esto les debió de costar una fortuna. No
puedo aceptarlo.
-Cuando te regalan algo no preguntas el precio, ¿Verdad?-dijo Yugi picaronamente.
-A caballo regalado, no se le miran los dientes.-añadió Malik.
-Pero...
-Adiós.-dijeron al mismo tiempo antes de marcharse.
Ryo suspiró y volvió a abrir la caja. Dentro de ella resplandecían cuatro objetos de oro. Dos relicarios en forma de corazón y dos brazaletes como los que lleva Malik en los brazos. Cada objeto tenía una pequeña cintita dónde se veía impreso en computadora los quilates de cada una de las piezas. 24 K. Oro puro. Se levantó de su pupitre y salió del salón, con la intención de dirigirse a la azotea.
-Que escena tan tierna...
-Cállate...Debemos conseguir esa maldita sortija y darle su merecido a ese
maldito ladrón.
-Dejen de discutir. Ya la tendremos en nuestras manos. Sólo es cuestión de tiempo.
-Ya la hubiéramos tenido de no ser por ese chico entrometido.
Tres seres con capas se encontraban mirando un espejo de forma ovalada que flotaba enfrente de ellos. En el objeto, se veía a Ryo subiendo las escaleras hacía la azotea, con la caja en la mano. "Al chico no le haremos nada. Él no tiene nada que ver en todo esto" dijo el que tenía distinto color al de los demás que era violeta. Luego vieron cómo Bakura se materializaba abrazando a su hikari para consecutivamente besarlo. "Eso fue repugnante. Son hombres..."
-Cállate Céfiro...-dijo el de distinto color de capa, enojado de tanto hacer callar a su amigo.
-¡Pero sólo míralos!-dijo señalando el espejo dónde se veía nuevamente que Bakura besaba a Ryo más profundamente-¡Eso es realmente asqueroso! ¡Yo jamás besaría a un hombre!
-Céfiro...-dijeron sus otros dos compañeros.
-¡¿QUÉ?!-dijo furioso.
-Vete al demonio...-terminaron sus dos amigos dejando a Céfiro sudando
una gotita en la frente.
Ryo se separó y le mostró la caja a Bakura quien la tomó abriéndola. Se sorprendió al ver los objetos. La cerró nuevamente y se la dio a Ryo, robándole un beso. Este se rió y lo abrazó nuevamente, apoyando su cabeza en el pecho de su espíritu.
-Esos dos...El Faraón y ese otro ladrón...¿¡QUE DEMONIOS...?! ¡LADRÓN!
-¿Qué?-preguntó preocupado Ryo al ver que su espíritu lo soltaba repentinamente.
-¡BAKURA ERES UN IDIOTA!
-Kura, ¿Qué ocurre?
-¡¡¡MARIK!!!-gritó Bakura alzando la vista con sus ojos cerrados.
Yugi y Malik se encontraban en la biblioteca buscando los libros que necesitaban y accidentalmente oyeron el grito de Bakura. Sus espíritus se encontraban muy preocupados como para hablar al respecto con sus hikaris. "Yugi...¿Crees que se dio cuenta?" le susurró Malik al oído a su amigo. Este asintió y lagrimas largas y blancas comenzaron a salir. "Estamos muertos" dijo sin esperanzas.
A la salida del colegio, Yugi y los demás vieron como Dreigon se les acercaba a ellos rápidamente y abrazando a Ryo le dijo, mientras le frotaba el cabello despeinándolo, "¡FELIZ ANIVERSARIO PARA USTEDES DOS!" El albino se separó y comenzó a respirar aire puro. Se acomodó un poco su cabello y la saludó. Ella le entregó un regalo y Ryo comenzó a abrirlo. Todos se pusieron a su alrededor y miraron. Todos sonrieron y rieron al ver el objeto.
-¡Que bonito!-dijo Tea emocionada.-¿Dónde lo conseguiste? ¡Es hermoso!
-Yo también tengo uno. Me lo dio Marik.-dijo el moreno con alegría.
-Gracias Dreigon. Es hermoso. Se ve tan lindo así...
-¿Verdad que si?-dijo ella despeinándolo nuevamente.-Supuse que te gustaría. Un pajarillo me dijo que te gustan mucho los peluches.
-Bien...-dijo Ryo mirando a todos como si estuviera a punto de matarlos.-¿Quién se lo dijo?
-Ryo...No fue mi intención pero ella me obligó...-dijo Yami, desde el articulo, haciendo que todos miraran al rompecabezas.-Perdóname pero, no puedo pelear con mi propia hermana. Es más fuerte que yo y, me sacó la información a la fuerza. No puede evitarlo.
-De acuerdo. Nuevamente gracias Dreigon.
-No te preocupes pequeño.-ante este término, a Bakura le salió una venita de furia.-No será el último peluche que recibirás en el día, ¿Verdad Baku-chan?
-Cállate...-dijo Bakura mirando hacía otro lado.
-¡Quiero uno! ¡Es tan tierno!-dijo Joey tomando el peluche.-Nunca el Dragón Alado de Ra se vio tan hermoso. ¡Seto regálame uno!
-Si, pero no ahora cachorrito. Tal vez cuando sea tu cumpleaños...
-¡Pero para eso falta un año!-dijo tristemente.
-Pues espera un año.-añadió ojos azules.
-Malo...-susurró el rubio, devolviéndole el peluche a Ryo.
-Mentira. Ven, vamos a comprarlo.
-¡TE QUIERO!-gritó alegremente el rubio a la vez que lo abrazaba y besaba a
Seto.
-Adiós hermano. Nos veremos mañana.
-Adió Dreigon.-se despidió Yami de su hermana con un aventón de manos.
Ryo llegó a su casa y al entrar en la sala, se dejó caer en el sofá, acostándose de lo cansado que se encontraba. Bakura salió del cuerpo de su hikari y se sentó sobre él. Ryo lo miró con desconfianza y sólo recibió una cálida sonrisa de su espíritu. Este se recostó sobre le cuerpo de su amado chico, besando toda su mandíbula inferior y luego el cuello, haciendo que Ryo gimiera suavemente. Luego sus besos comenzaron a ser más profundos y dulces. "Ven Kura...Tengo algo que darte" susurró Ryo y su espíritu se bajó de él, siguiéndolo hacía su habitación. Antes de entrar, Bakura miró hacía una puerta que se encontraba cerca de allí y sonrió maliciosamente. Ryo lo empujó hacia adentro y lo sentó en la cama diciéndolo que esperara. Sacó de su armario el paquete y se lo entregó a Bakura diciéndole "Feliz aniversario" El espíritu comenzó a abrirlo y dio un gritó.
-¡LA DAGA DE RA!-gritó emocionado.
-Si...La hallé en una tienda de antigüedades...
-¡INCREÍBLE! Nunca pensé en volver a verla después de tanto tiempo.-
comenzó a girarla haciendo que la luz reflejara en ella y diera destellos dorados.-Mi daga...¿Sabes cómo la conseguí?
-Bueno, el dueño me lo dijo.
-Entiendo...Entonces ya lo sabes...
-Pero, ¿Cómo lograste robársela a Ra?
-En esos tiempos yo ya tenía la sortija del milenio, lo que me permitía tener algunos poderes útiles, como el de poder entrar sigilosamente a los templos de los dioses. Al enterarme de esta daga, fui directamente a tomarla. Yo también tengo algo para ti. Dos cosas. Pero, primero lo primero.
-¿Dos regalos?-preguntó sorpresivamente Ryo.
-Si...Este, es el primero.-dijo Bakura sacando un paquete de debajo de la cama y entregándoselo a Ryo.-Feliz aniversario pequeño.
-Gracias Kura.
Ryo comenzó a sacar el papel de regalo lentamente. Se emocionó al ver su contenido. Sacó del envoltorio un peluche de mediano tamaño de Cambio de Corazón. Lo alzó sobre su cabeza mirándolo con alegría y luego lo abrazó fuertemente, sonrosándose. Después se dirigió hacía su espíritu y lo abrazó fuertemente con el peluche en medio. Le llenó de besos en la cara y le dijo "¡¡GRACIAS!! ¡¡ES HERMOSO!!" Bakura se separó y le dijo que era hora del segundo regalo. Ryo dijo que estaba listo para todo y su contraparte rió. Sacó de su bolsillo un pañuelo negro y tapó los ojos de su hikari, susurrándole que todo estará bien. Él le asintió y sintió como Bakura le tomaba la mano, guiándolo fuera de la habitación, hacía otro lugar.