Yu-Gi-Oh! Fan Fiction ❯ Show me Love ❯ Chappy 17 ( Chapter 17 )

[ T - Teen: Not suitable for readers under 13 ]

-Bakura...-susurró Ryo, con la mirada baja.

Nubia, al saber que terminaron con su trabajo y sus enemigos no podían hacer nada, desató el cuerpo del espíritu, sacando las estacas, haciendo que cayera con un golpe sordo al suelo, mientras más sangre salía de su cuerpo lentamente, muy lentamente.

Ryo sentía como en su pecho se iba intensificando aquella energía...

Todos voltearon a ver al chico albino, sorprendidos.

El menor comenzó a reír suavemente. Se levantó y miró a Nubia, Céfiro, Nen y el cuerpo de Bakura.

-¿Adivinen?-dijo Ryo, con una voz como si se tratase de Bakura.-Tengo el poder para vencerlo...

-¡Tonterías! ¡Eres el más débil de todo este grupo!-gritó Nen.

-¿Apostamos?

Ni bien terminó de decir esto, que Ryo había lanzado una especie de estalagmita de hielo contra el pecho de Nen. Este comenzó a brillar y a gritar en dolor.

-Eso es lo que Bakura sintió...Feo, ¿Verdad?-dijo Ryo.

Nen se desintegró por completo junto con la estalagmita, que dejó tras de si un pequeño charco de mercurio, que rápidamente regresó a los pies de Ryo, para volverse a transformar en una estalagmita, quien el chico tomó en manos.

-¿Quién sigue?

Lanzó el arma al pecho de Céfiro, quien no pudo defenderse a tiempo. Lo mismo le ocurrió a él. Brilló, se desintegró junto con el arma que regresó a su lugar de origen. Nubia miraba al chico con rabia en sus ojos.

-No sólo rabia, sino también miedo. ¿Verdad Nubia?

Lanzó nuevamente la estalagmita y esta se hundió en el pecho de Nubia.

-No me has vencido aún, chico. A diferencia de Nen y Céfiro, yo soy inmune al mercurio.-se sacó el arma de su pecho, que cicatrizó rápidamente, tirando la estalagmita, que se hizo liquida para volver a Ryo.-No te será muy fácil vencerme.

-¿A no? Pues para tu información, aquí están todos sus amigos.-dijo en voz alta el rubio.-Cada uno de nosotros tiene su propia esencia.

-¿Y que hay con eso?-preguntó Nubia.

-Que podemos juntar nuestras esencias y convertirla sólo en una, y ¡BUM! Derrotarte.-añadió Malik.

Todos comenzaron a brillar, cada uno con un color diferente. Estos colores se aglomeraron en la estalagmita de Ryo, quien brillaba también, para ir dándole mucha más fuerza.

El arma se volvió mucho más grande y de un color más opaco que su color original. Brilló intensamente y se terminó de modificar en una elegante y gran lanza de mercurio, resplandeciendo con todos y más colores del arco iris.

-Huuuuu...Esto si esta bueno...-dijo Malik.

-Cállate...-le dijeron los demás.

-Ahora si, este será tu final.-dijo Ryo.

-Lo dudo.-respondió Nubia, con una sonrisa de punta a punta.

El albino lanzó el arma, directamente al pecho de Nubia, quien lanzó un rayo de energía hacía la lanza, que se dividió en miles de pequeñas esferas brillando de todos los colores.

-No...No has vencido, Nubia. Mira con más atención...-susurró Ryo.

Nubia miró incrédulo como las pequeñas gotitas se unían nuevamente formando nuevamente la lanza, que de un golpe, se incrustó en el pecho de él. Comenzó a brillar, gritó, y se desintegró, para siempre, junto con el arma.

Ya no había peligro, pero...

Ryo, al tener el paso libre, fue corriendo hacía el cuerpo sin vida de Bakura.

Se arrodilló delante de él, con lagrimas en sus ojos, mientras que con sumo cuidado lo colocaba boca arriba. Los ojos de Ryo se encontraron con los ojos de Bakura, opacos y sin brillo. Los demás se miraron. Iban a acercarse a su amigo cuando este les dijo:

-No se acerquen. Quiero estar a solas con él...-dijo con voz entrecortada.

-Será mejor que regresemos...-dijo Shadi.

-¿Y qué haremos con Ryo? No podemos dejarlo aquí.-Yugi replicó un poco enojado.

-No se preocupen. Yo me quedaré con él hasta que decida irse.-habló Dreigon, acercándose al grupo.

Todos le asintieron, y Shadi los transportó hacía el mundo humano.

Dreigon comenzó a acercarse a Ryo. Se arrodilló a su lado, mirando al cuerpo de Bakura, sin decir nada. Ryo se volvió y comenzó a llorar fuertemente en el hombro de ella, diciendo una y otra vez "¡No es justo! ¡No es justo!"

-Lo sé, lo sé. Sabes bien que Bakura era uno de mis mejores amigos, casi como un hermano, aunque ya tuviera a mi hermano Yami.

-¿Por qué? ¿Por qué?-repetía continuamente Ryo.

-Tal vez porque ya era hora de que su alma se fuera.

Ambos chicos viraron para ver de dónde venía la voz. Un esqueleto con una gran hoz, con puntos rojos dentro de sus cuencas venía acercándose lentamente hacía los jóvenes. Se detuvo a pocos pasos de ellos, mirándolos y mirando el cuerpo sin vida de Bakura.

-El ha vivido demasiado tiempo. 5000 años exactamente.

-¡Pero dentro de un maldito objeto!-le gritó Ryo a la Muerte.

-No cambia la situación. En ese caso, su espíritu debió ir a ser juzgado, pero permaneció dentro de la sortija.-respondió el esqueleto.

-Lo quiero de vuelta...Lo quiero de vuelta...-repitió nuevamente Ryo, mientras se colocaba sobre el pecho de Bakura, derramando más lagrimas.

Dreigon miró a la Muerte, y el esqueleto le devolvió la mirada. Había comprendido.

-Puede ser posible que podamos revivirlo.-dijo.

-¿De verdad?-Ryo la miró, con un brillo de esperanza en sus ojos.

-Si, a cambio de algo. Yo nunca hago favores sin tener nada a cambio.

-¿Qué cosa? ¡Lo que quieras! ¡Lo único que deseo es tener a Bakura a mi lado otra vez!

-En ese caso...Tus ojos...

-¿Mi-mis ojos?-dijo medio asustado y sorprendido.

-Debo aclararte que no te los arrancaré y se verán las cuencas. Lo que quiero, es tu vista.

-Pero no podré volver a verlo.

-Dijiste que querías estar a su lado. Para estar a su lado no necesitas verlo. A demás, el puede regresar a tu cuerpo, en cuanto lo haga, podrás vera a tu alrededor.

-Si...pero...

-Eso o no hay trato.

-De acuerdo. Toma mis ojos, y devuélvele la vida a Bakura.-dijo Ryo, dejando de llorar y colocándose de pie, para enfrentar a la Muerte.

-Bien. Ahora, sólo unas pocas cosas. Ten en cuenta, que tu espíritu no podrá sobrevivir mucho tiempo en ese estado. La única manera de que se recupere totalmente, es dormir durante mil años dentro de un árbol sagrado.

-Pero yo estaré muerto para cuando el se recupere.

-A eso voy. Tu puedes dormir junto con él, durante los mil años, y para cuando tu despiertes, habrás recibido la inmortalidad.

-¿O sea qué---?

-Si. Podrás vivir por siempre.

-Entonces, lo haré.

-¿Seguro?

-Completamente.

El esqueleto se acercó aún más a Ryo y extendió una mano. La hizo brillar delante de los ojos de Ryo, haciendo que gritara y los cerrara. "Si los cierras, no podré tomarlos y no habrás trato" dijo la Muerte. El chico los abrió e hizo un enorme esfuerzo por mantenerlos abiertos.

Gritó en agonía y dolor, pero el trato ya estaba cerrado.

Ryo se tiró al suelo, tapándose los ojos y gimiendo en dolor. Se inclinó hacía adelante, apoyando los brazos sobre el suelo y su cabeza en ellos. De la mano de la Muerte salía humo, pero se fue haciendo poco a poco pequeños destellos, para convertirse en una pequeña esfera de luz blanca, que se desvaneció para dar lugar a otra esfera brillante color rojo.

-Bien, aquí tengo el alma de tu chico.-dijo el esqueleto.

-¿El alma de Bakura?-dijo Ryo sin levantarse aún.

-Si, de Bakura.-habló Dreigon.

La pequeña esfera revoloteó en el aire hasta hallar su camino al pecho de

Bakura, donde desapareció.

Los ojos del ladrón comenzaron a recuperar su brillo. Parpadeó unas cuantas veces, y giró su cabeza hacía la derecha al escuchar unos quejidos.

Intentó hablar pero de su boca no salió ningún sonido. Luego recordó. Había sido encrucificado. No podía pronunciar palabra alguna porque tenía roto el cuello y las cuerdas bocales.

/¿Ryo?/

-¡¿Bakura!?-respondió felizmente el menor, se arrodilló, pero sin mirar a Bakura.

/¿Qué ocurre? ¿Por qué no me miras?/

-`Kura...Tuve que dar mis ojos para poder traerte de vuelta. Claro esta que no tengo dos agujeros, sólo perdí la vista...-dijo mientras volteaba su cabeza para "mirar" a Bakura, con ojos vacíos y opacos.

/Me hubieras dejado partir, así no tendrías que haber echo eso, sólo por mi/

-`Kura...-comenzó a tantear al suelo, hasta que encontró una mano de su compañero y la tomó fuertemente.-Yo haría cualquier cosa por ti...

-Entonces, el trato está echo.-dijo la Muerte, mientras se retiraba.

-`Kura, la Muerte me dijo que tendrás que dormir durante mil años en un árbol sagrado, para poder recuperarte de tus heridas.

/¿Y tu? No puedes vivir tanto tiempo/ dijo Bakura mientras que con esfuerzo apretaba con fuerza la mano de Ryo.

-Me dijo que tendría que dormir junto contigo, durante mil años, y que después de ese lapso, yo sería inmortal, cómo tú.

/¿Es cierto eso? Tal vez es sólo una treta para llevarse tu alma/

-No, no lo es.-dijo tranquilamente Dreigon.

-¿Cómo puedes estar tan segura?

-Debo confesarles algo, pero no quiero que se lo digan a nadie. Un secreto entre los tres. Yo no soy un humano. Soy una hechicera de tiempos antiguos. Llegué a hacer la hermana de Yami, porque cuando era niña, el Faraón me adoptó porque no podía tener hijos, pero logró tener a su heredero. Pensé que me irían a matar, porque ya no me necesitaban, pero me dejaron vivir en el palacio, siendo la hermana mayor de Yami, quien nunca descubrió nada. Yo soy, por así decirlo, un demonio más que una hechicera. Vengo del infierno, y soy muy amiga de la Muerte. Yo estaré siempre a su lado para protegerlos o ayudarlos cuando lo requieran. ¿Por qué no volvemos a casa? Los demás deben estar muy preocupados y Shadi debe estar muy cansado por haber trasladados a un grupo tan grande.

-Si, es hora de marcharnos.

/Lo único que quiero es descansar, pero no podré hacerlo si tengo que ver la estúpida cara del Faraón/ dijo molesto Bakura, pero con un tono de diversión, mientras Dreigon lo ayudaba a levantarse, y regresar a casa.